Brasil es un país hermoso, el calor de su gente, las playas, la arena y el mar, ojalá estuviéramos aquí con fines turísticos pero no es el caso y esto no es un viaje de placer. La única que habla portugués fluido es Griselda y porque estuvo con una brasilera hace algunos años, algo les llego a captar en español, pero mis mujeres están totalmente pérdidas

   Llegamos al hotel de 2 estrellas, que ni siquiera tiene aire acondicionado, sino más bien ventiladores de techo. Estamos totalmente transpiradas, nos bañamos por separado ya que el baño es chico y el contacto de Maddy no tarda en aparecer. Se lleva a Griselda y antes de irse me mira, me toma de los hombros y me sonríe.

   —Por mucho te quiera no pienso chuparle el pito a nadie por ti, es lo único que voy a decirte —me lo dijo en español.

   —¿Qué te dijo? —me preguntan ellas.

   —Que me quiere y espera que todo salga bien esta noche.

   Me acuesto para intentar dormir un poco, esta noche será larga y necesito descansar, apenas tocamos Brasil hay que ultimar detalles, el amigo de Maddy que iba a ir a por el anillo se ofreció a ir conmigo cómo mi novio para cuidarme también y pese a que Aida quería ir también, con su poco manejo del idioma no era necesario, y francamente solo sería otro objetivo al cual cuidar.

   El plan es simple, Griselda le baila a esta gente, de alguna manera consigue llamar la atención de Marcelo, claro que con la ayuda del contacto de la agencia, él se acerca, yo tropiezo con él le saco la cadena, intercambio el anillo, Griselda se acerca y le baila más de cerca, y entre ambas le colocamos el otro anillo.

   —Eso te queda guau —dice mi falso novio y ambas giran rápidamente la vista a él, mirándolo mal.

   —Que no se te olvide que es nuestra pareja real y tú su novio falso para la operación —le dice la rubia a su colega—. Amor —gira mirándome— estás bellísima esta noche y si vuelves temprano con Aida encantadas te haremos el amor. Ahora ten cuidado.

   Maddy me toma con posesión y me besa marcando territorio y recorriendo mi boca con lengua, luego baja por mi cuello y me aclaro la garganta, separándome. Aida riéndose un poco, me toma del brazo, Maddy se aparta viéndome aún con las pupilas dilatadas, y ambas sentimos a nuestra rubia caliente.

   —Cuídate y no corras riesgos, si se complica te sales, sacas a Griselda y se vienen, hallaremos otra forma —me dice la pelinegra nerviosa, yo la beso calmándola—. Te amamos.

   —También las amo, volveré con todo y no te preocupes estaré bien, te di mi palabra ayer y voy a volver para cumplirla.

   Las beso y me voy con Hunter. Llegamos al lugar y esperamos nuestro turno de entrar en la fila del antro. Griselda baila en uno de los caños laterales cerca de Marcelo, es impresionante cómo alguien puede ser aún más desagradable en persona, me coloco el anillo para no perderlo, sería lo que nos faltara. Reconozco que mi amiga es una reina de la seducción, pero me quedo con mis mujeres, no tienen nada que envidiarle.

   Bailo pegada a Hunter, y veo cómo ella ha logrado engatusar a Marcelo que se acerca sin romper el contacto visual con ella, me interpongo en su camino, Hunter empuja a una chica sobre él y yo hago mi maniobra, saco el anillo de la cadena y le coloco el otro, Griselda es citada a darle un baile privado, paso por su lado y le entrego la cadena con el anillo de recambio.

   —¿Ella estará bien verdad? —Me pego a él susurrándole al oído— ¿No hará que le haga algo más o sí?

   —No, mira —me pasa su teléfono y veo cómo ella le baila y se menea rozándolo, se acerca pegándole sus pechos y le coloca la cadena— ahí solo son bailes, para algo más privado se las llevan arriba.

   —¿Cuánto tiempo estará ella con él ahí?

   Sé que Griselda ha trabajado cómo scort y está acostumbrada a que la toquen, pero ella se acostaba pura y exclusivamente con mujeres, jamás brindó servicios sexuales o de compañía a hombres y que él la toque ahora cómo lo hace, tiene que causarle asco y repulsión.

   —Una hora quizás.

   Pero el tiempo dura menos, porque ella voltea y se provoca el vómito largando todo contenido estomacal, él  no vio que ella se lo provoca, y claro que le da asco, pero vi el motivo del cual mi amiga hiciera eso, él había comenzado a sobarse el miembro y seguro iba a querer servicio personalizado, arriba. Un guardia la saca del cubículo del brazo, y ella aparece en la parte de atrás del callejón, ni siquiera la dejaron cambiarse. Paso por su lado, ella ve el anillo en mi mano y sonríe tomándose un taxi. Nos encontramos en el hotel, Hunter me entrega sana y salva a mis mujeres y media hora mas tarde mi amiga golpea nuestra puerta.

   —Estoy bien —corro a abrazarla—. Quería que se lo chupara ahí mismo, me dieron tantas ganas de vomitar que literal con un mínimo de ayuda largué todo. Voy a cambiarme y darme una ducha. Saqué pasajes para irnos dentro de tres horas, deberías bañarte.

   Maddy y Aida le agradecen, definitivamente no lo habríamos logrado sin ella. Ningún amigo hubiera hecho lo que ella hizo por mí hoy, y jamás voy a tener forma de agradecerle o pagarle. Aunque quizás me haga comprarle productos argentinos o me pida más dulce de leche y galletas chocolinas, o que mi prima la deje comer gratis en su restaurant, aún así no es nada, ella me acaba de ayudar a salvar 3 vidas.

   Tomamos el avión a casa y yo estoy tan exhausta que no tardo mucho en quedarme dormida, aún quedan 2 días a favor nuestro, pero necesito llegar a descansar, todas nosotras necesitamos un sueño reparador.

   —Este es el famoso anillo por cuál hicimos todo esto —Aida lo toma en sus manos—. Se ve igual que en tus sueños, el otro también pero este que es el original es aún más impresionante.

   —Su tatara, tatara abuelo era un esclavo. Cuándo lo liberaron, lo primero que hizo con los ahorros de sus trabajos, fue comprar este anillo de compromiso y dárselo a su esposa, representaba la libertad y la lucha. Yo no debería haberlo tomado o aceptado, me dije a mi misma que lo vendí para pagar lo que su hermano me hizo, pero ni siquiera me dieron tanto dinero por él, solo lo hice de vengativa, por algo que yo misma me había buscado.

   Maddy vuelve del baño en el avión y se sienta en el otro extremo con las orejeras, se toma una pastilla y cierra los ojos.

   —¿No se te olvida algo Madeleine? —le saco el antifaz y ella sonríe, nos besa y se acomoda de nuevo— Al fin de regreso a casa.

   Al bajar del avión, las noticias no tardan en llegarle a Maddy, Marcelo Gonzáles fue acribillado a la salida del antro a balazos, murieron varías personas también que quedaron en el fuego cruzado. Y por mal que suene, sentí alivio, ahora no hay posibilidades de que nos busque, si descubría que el anillo no era el original. Agradezco que nos fuimos antes y que ese mal nacido no le hará daño a nadie más. Pero bien sé que solo es momentáneo, siempre alguien que ocupará el lugar que esos de poder dejan vacantes.

   Finalmente llegamos a nuestra casa, a nuestra cama, las tres juntas sanas y salvas.