Aida

Cuándo conocí a Maddy en una cafetería en Londres, me llamó la atención en cuanto mi mirada de paneo la vio sentada en aquel lugar. Seria y muy concentrada, me reí cuando escuché que rechazó a un hombre diciéndole de manera directa, que no le interesaban los hombres. Todas las mesas estaban ocupadas y hacía demasiado frío afuera cómo para ir a tomar el café, no quería ir casa aún y estaba cansada de estar en el auto por tanto tiempo, la única silla desocupada era la de la rubia y estaba así porque ya había rechazado a un montón de gente y yo arriesgándome a ser la rechazada un millón, me acerqué igual a su mesa.

   —Disculpa —le digo y me planto frente a ella— si no ocupas la silla ¿Me la prestarías?

   —Prestarla implica devolver y están mis cosas —al alzar la mirada al verme se calla, y me doy cuenta de sus ojos avellana, son hermosos— ¿Eres quién no ha dejado de verme? —con un poco de vergüenza, agacho la mirada y me doy la vuelta, será el auto—, espera —coloca su mano en mi brazo—, disculpa si he sido algo brusca al expresarte la obviedad, la verdad es que yo tampoco he dejado de verte desde que has ingresado a la cafetería, algo en ti ha llamado mi atención y al ver tus facciones de cerca y tus ojos verdes, puedo decir con seguridad que eres muy hermosa ¿Quieres compartir la mesa y la silla junto a mí?

   Claro que desde ese momento no dejé de pensar en ella, no me pude sacar a Maddy de la cabeza. Me contó de su diagnóstico, de que no entiende el sarcasmo, y las exageraciones al expresar algún estado de ánimo cómo decir estoy muerta de sueño, y me comentó que había una enfermedad en la antigüedad dónde a veces enterraban a la persona viva, ya que no tenía pulso, así que la expresión muerta de sueño es inexacta, a menos que tengas la enfermedad, mueras durmiendo y te levantes de la muerte. Ese encuentro me dejó extasiada, estar con alguien que te escuche atentamente, sus ocurrencias y modo singular de procesar las cosas, me encantaron y ni hablar de la conexión que sentí con ella y de cómo se nos fue el tiempo hablando.

   Los encuentros fueron cada vez más frecuentes, y en medio de eso mi familia a mis espaldas arreglaba un matrimonio para salvar la empresa. Yo salí con ella dos meses, al tercer mes me besó por primera vez, al cuarto mes le dije que la amaba y al quinto mes cuándo mi familia me comunico el compromiso con uno de los Rossi, les presenté a mi novia y les dije que con la única persona que pensaba cansarme era con ella, rompí el compromiso con ellos, ellos sus lazos y cuántas de dinero conmigo. Pero la tenía a ella, y a mi carrera y eso bastó un tiempo, pero aún sentía que algo nos faltaba.

   —¿Quién eres?

   La primera vez que la vi fue en un sueño compartido con Maddy y me obsesioné con encontrarla, habían pasado unos años de eso, nuestro casamiento y la muerte de mi cuñada y mejor amiga. Entonces una noche volviendo a nuestra suite la encontramos de nuevo, en cuánto vi sus ojos y toqué su piel con lo que ella llamó un enlace, lo supe, ella era quién nos faltaba.

   —Las acepto y las amo.

   Esas palabras saliendo de ella finalmente me llenó de dicha, al fin el miedo a perderla había desaparecido, al fin el nudo constante de llegar a casa y no volverla a ver, habían desaparecido. Por un tiempo llegaba y corría a abrir su placar, para corroborar que no se hubiera largado y respiraba a verlo lleno de sus cosas. Ahora al llegar a casa entro sabiendo que voy a encontrarla, entro con la seguridad de que ella va a estar allí y me apuro para llegar a verlas, abrazarlas y besarlas. Sé que ella estará en casa, sé que no se habrá marchado, porque nos ama y eso me da paz.

Maddy

Difícil es la palabra que más veces escuché en mi vida, eres demasiado difícil, es difícil comunicarse contigo, es difícil ser tu amiga, que difícil eres a veces cómo hija. Pero entonces llegó Aida y con ella dejé de escucharla todo el tiempo, ella me dice en cambio, sabes muchas cosas, eres muy inteligente, me encanta que seas afectuosa, te amo Maddy, te amo tanto.

   En Aida encontré todo en la misma persona, pero aunque la amo sentíamos que algo nos faltaba y no saber el qué, me daba ansiedad. Cuándo ambas tuvimos el mismo sueño con la misma chica llamada Alba, quizás usé mi puesto para buscar datos sobre ella, pero no encontré nada aunque busqué por meses ese nombre, en el sueño no pudimos verle el rostro y eso hacía la búsqueda más difícil. Cuándo enlace con ella cómo lo llamó en ese hotel, me sentí mareada, aliviada y completa, también apareció una marca en mi antebrazo derecho cómo en el del Aida del lado izquierdo y al tocarlo la chica frente a nosotras se retorció en el suelo de dolor.

   Aún recuerdo claramente ese día, ya que lo anoté en mi bitácora de viaje y lo leí varías veces hasta memorizarlo.

3/01/24      6:27 pm

   El encuentro de hoy con aquella mujer que al parecer entró a robar y con la cual al entrar en contacto, dejó a mi esposa y a mí mareadas, hizo aparecer una marca.  Descartamos medicamente algún tipo de enfermedad rara, ya que tiene la apariencia de un tatuaje. Ojalá se me hubiera consultado antes sobre querer llevarlo, aunque su apariencia no me desagrada, igual me sigue molestando la falta de consideración al no haber sido consultada antes sobre este tatuaje en mi brazo.

   Nt 1: A mi esposa Aida parece gustarle también la mujer, ambas sentimos extrañamente una sensación gratificante de alivio cuándo tocamos la piel de la misma y sentía que la habíamos visto en algún lado, cuándo Aida dijo su nombre supe que había sido en aquel sueño.

   Nt 2: Me he dado cuenta que uso demasiado la palabra esposa, es que me gusta referirme a ella como mi esposa, cada vez que veo mi anillo, siento una profunda dicha de que la mujer que amo haya querido casarse conmigo.

    Nt 3: Ayer que hicimos el amor, mi esposa llevaba un sensual conjunto de ropa interior, encuentro nuestros encuentros sexo afectivos muy gratificantes. No sé cuándo volvamos a nuestro ritmo sexual habitual, ya que nos encontramos en la búsqueda de esta mujer, pero debo recordar halagarla por eso y reafirmarlo nuevamente en nuestro próximo encuentro.  Lo bien que le queda todo y lo atractiva que la encuentro a la hora de hacer el amor o desnuda, es algo que debo recordar decirle siempre, para mí Aida es la mujer más hermosa del mundo.

   Ahora veo a Alba hacer de comer junto a Aida y me saca una sonrisa ver cómo se llevan de bien, cómo se aman y me aman, cómo para Alba tampoco soy difícil de tratar y amar. Tuve más miedo el día de la tormenta de perderla a ella, que de la tormenta en sí, si ella veía lo difícil que puedo llegar a ser tal vez se hubiera querido ir y Aida quizás también me hubiera dejado por hacer que nuestra alma gemela se fuera y nos dejara por mi culpa. Pero ella me ayudó, me aceptó y me amó en mi peor momento, y hasta en medio de esa tormenta no solo climática nos aceptó finalmente y nos amó a ambas.

   Jamás he sido partidaria del contacto físico, jamás me gustado que me toquen, pero solo con ellas y nuestras sobrinas, soy alguien diferente, me gusta tenerlas cerca, me gusta abrazarlas y desde que Alba me permite hacerlo cuándo quiero, la veces que quiera, paso más de la mitad del tiempo que estamos juntas dándoles afecto. Las relaciones sexo afectiva con ambas me parecen muy placenteras, no es que con Aida no disfrutara, sino que con ambas y conectadas de la manera en la que lo estamos son mucho más gratificantes.

   Sé que el matrimonio múltiple no es legal en muchos países, pero así sea solo con una ceremonia simbólica, haremos también a Alba nuestra esposa.

   Rectifico el final de mi nota 3 el día 03/01/24 Aida y Alba son las mujeres más hermosas a mí parecer que hayan pisado este mundo y lo mejor de todo es que están a mi lado y me aman cómo yo las amo.