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Epílogo

Aliviada de por fin haber llegado después de una larga mañana en una conferencia con los overlords, entró a su hotel y se encaminó hacia el vestíbulo dispuesta a buscar a su novia.

Al llegar, se detuvo para buscarla con la mirada. Pero solamente en el bar estaba Husk con unos hospedantes y unos cuantos pecadores más estaban conversando entre ellos animados.

Soltó un suspiro al pensar que tendría que buscar a pareja por todo el hotel. Sin embargo antes de pudiera ir a buscarla, escuchó algo que la hizo detener su acción.

— ¿... Piernas de Vaggie? ¿Y su redondo trasero? Joder, lo que daría por si quieres tocarla aunque sea un segundo— su cabeza rápidamente se giró y se encontró con un par de demonios hablando de SU novia a unos cuantos metros de ella.

— Pero es lesbiana, si le tocas un pelo te mata. Bueno, si no te mata antes nuestra princesa— dijo divertido otro demonio.

— Sabes que tengo un talento innato de convertir a lesbianas en bisexuales— le contestó entre risas el asqueroso demonio.

Charlie sentía que la sangre le hervía, pero justo cuando iba a encaminarse hacia ellos para decirles un par de cosas. Uno de los hombres miró en una dirección y golpeó con su codo a su compañero.

— Hablando de la reina de Roma— la princesa miró en dirección a donde miraban, observando el momento en que su novia entró tambaleando sus caderas, mirando hacia los lados como buscando algo.

Su enojo se desvaneció en seguida al ver a su tan hermosa novia aparecer por el pasillo, por lo que se acercó rápidamente a ella, captando la mirada de su chica, quién le regaló una sonrisa.

— Charlie— la llamó acercándose a ella para que puedan fundirse en un abrazo y juntar sus ansiosos labios.

Mientras se besaban, la rubia no pudo evitar mirar a ésos demonios desubicados y al encontrarlos, los fulminó con la mirada, provocando que éstos la miraran sorprendidos y sin decir nada, ambos se fueron de la habitación.

Una vez separaron sus labios, Vaggie acarició las mejillas de su novia mientras la miraba desconcertada.

— ¿Dónde estabas? Te estuve buscando toda la mañana— Charlie sonrió enamorada y abrazó por la cintura a la chica.

— Tenía una importante reunión.

— ¿Por qué no me despertaste? Pude haberte acompañado— la princesa del infierno sonrió enternecída y besó la frente de la polilla.

— Te veías tan tranquila y linda durmiendo que no pude despertarte— Vaggie la miró a los ojos, antes de sonreír un poco avergonzada— Por cierto ¿No tienes frío? Estás un poco...— bajó mirada observando con atención el vestido corto sin mangas que traía— ... Reveladora...— la tuerta soltó una risa antes de encogerse de hombros.

— No pude encontrar algo que combinara para ponerme encima.

— ¡Yo tengo algo que te puede servir!— y sin decir más, Charlie se fue corriendo a la habitación que tenía para buscar algo con qué tapar a su novia.

Vaggie río mientras veía en la dirección por donde se había ido su pareja. Había pasado un mes y medio desde que arreglaron su situación. Y podía decir con seguridad que ahora su relación es igual o mejor que antes, pues Charlie era más detallista con ella. Siempre quería que estuvieran juntas, siempre la estaba abrazando y besando, y siempre se comportaba sobreprotectora con ella.

Soltó un suspiro al sentirse completamente y feliz nuevamente.

En éso sentío un golpe en su cadera que por poco la desequilibra y al voltearse, pudo ver a Kalmia cruzada de hombros con una sonrisa. Al parecer la había empujado con su cadera.

Después de haberla rechazado, al día siguiente trató de hablar con ella para disculparse y justificarse, pero ella la cortó rápidamente y dijo que no se preocupara, que ella ya se lo esperaba y le propuso que olvidaran completamente lo que sucedió entre ellas para poder seguir siendo amigas, cosa que aceptó sin dudarlo.

Lo que le sorprendió fue la indiferencia con la que trató el tema, casi era cómo si no le importaba que hubiera sido rechazada, cómo si nada hubiera pasado. Pero tampoco se sorprendía, pues Kalmia era una experta en mantener su dignidad en los cielos.

— Si vas a estar suspirando como colegiala enamorada, la próxima vez no te quedes parada mirando a la nada por tres minutos— Vaggie le sonrió e igualmente se cruzó de brazos.

— ¿Qué tiene de malo suspirar por alguien?— la muñeca la observó por unos segundos antes de desviar la mirada.

— Supongo que nada— murmuró por lo bajo pero fue lo suficientemente alto para que la tuerta la escuche— ¡Aah! ¡Qué sed tengo!— pensó en voz alta afligida— ¡Quiera tener-!

— ¿Un poco de hidromiel casera?— respondió una vez voz femenina y al volver, había una demonio que le ofreció en sus manos un vaso de hidromiel hacia la muñeca mientras le sonreía de forma risueña, casi podían ver corazones revoloteando a su alrededor.

Kalmia parpadeó sorprendida pues era justo lo que iba a decir. Aceptó un poco incómoda el vaso ofrecido.

— Mm, gracias Lizz— le sonrió tratando de esconder su incomodidad.

— ¿Quiere algo más? ¿Galletas? ¿Dulces?— preguntó emocionada la chica que le sacaba media cabeza de altura a la muñeca.

— Umm, talvez galletas— murmuró un poco incómoda y con sólo decir éso, la demonio se fue corriendo a la cocina.

Vaggie la siguió con la mirada antes de mirar a su amiga una sonrisa traviesa.

— Ella es linda— Kalmia soltó un suspiro mientras tomaba un sorbo de su bebida y se sentaba en el sillón de la estancia, acción que fue emitida la polilla quien se sentó a su lado.

— Sí, es linda y es buena en la cama. Pero es demasiado asfixiante, no me deja de dar todo lo que quiero, siempre anda corriendo que mi alrededor y constantemente me pide que nos besemos, cómo si fuéramos novias— respondió un poco disgustada, tomando otro sorbo de su vaso.

— Yo creo que eso es tierno— Vaggie se encogió de hombros mientras le sonreía— ¿Por qué no lo intentas? Después de todo, hace unas semanas querías formalizar conmigo— en cuanto lo dijo, se arrepintió rápidamente de sus palabras.

Kalmia la miró fijamente por unos segundos antes de sonreírle coqueta y se acercó hasta que sus rostros quedaran cerca.

— Y lo hubiera conseguido si solamente me hubieras dado la oportunidad de llevarte a la cama aunque sea una vez— le murmuró se manera seductora a lo que Vaggie apretó los labios sorprendida.

Entonces, inesperadamente, desde atrás de la muñeca, salió una mano que empujó bruscamente a la tuerta mientras otra envolvía a la muñeca y la tiró hacia atrás pegándola al torso de alguien.

Ambas al girarse se encontraron con Lizz quién estaba en su forma de dominio completa mirando fijamente a Vaggie, como si tratara de matarla mientras pegaba a Kalmia a su propio cuerpo.

— Ella es mía— le advirtió en un gruñido.

La tuerta parpadeó sorprendida y dirigió su mirada a su amiga quién igualmente miraba sorprendida a Lizz, sin embargo había una fascinación en su mirada y hasta una sonrisa tímida aparecía en sus labios.

Luego la muñeca soltó una risa y pasó sus manos por encima de la de Lizz para tranquilizarla.

— Tranquila dulzura. Ella es una amiga que está muy comprometida— ambas cruzaron miradas y la demonio más alta sonrió antes de darle un beso en la mejilla.

— Si tú lo dices, confío en ti— Kalmia sonrió enternecída.

— ¿Y mis galletas querida?— Lizz se detuvo abruptamente y dirigió la mirada a las galletas que estaban esparcidas en el suelo.

— Umm... ¡Enseguida vuelvo!— y en cuanto lo dijo, se fue rápidamente.

La muñeca volvió a mirar a su amiga y le dio una sonrisa de oreja a oreja mientras subía una ceja.

— Bueno— se rindió la muñeca Voodoo soltando una risa— Lo voy a pensar.

— Ajá. "Lo voy a pensar ". Estabas a la nada de arrojarte a sus brazos. ¿Cómo fue que me llamaste? ¿Colegiala enamorada?— la contraria se sonrojó hasta las orejas y desvió la mirada.

— No me hagas arrepentirme— Vaggie solamente se empezó a reír, burlándose de su amiga— Agh, mira quienes llegaron.

La polilla dirigió su mirada a donde a puntaba y pudo el preciso momento en que Angel Dust entró abrazado al Demonio de la Radio.

Ambas chicas se miraron, sonrieron cómplices y se cruzaron de brazos mirando a su amigo.

Éste intercambio un par de palabras con Alastor y luego de unos segundos, el pelirrojo le dio un beso en su mejilla y se retiró a quién sabe dónde, dejando al arácnido sólo y con la mirada perdida.

— ¡Hey! ¡Piernas largas!— Angel por reflejo se giró encontrándose con sus amigas que lo miraban con una sonrisa— ¿No hay besito para nosotras también— la araña solamente se río acercándose como toda de diva que era hacia las chicas.

— ¿Qué pasó perras?— dijo al mismo tiempo que se sentaba en medio de las chicas y las abrazaba al rededor de sus hombros para así acercarlas a él.

— Según parece tienes bien domesticado al venado— lo molestó Vaggie soltando una risa.

— Ya que ustedes ahora son muy íntimos ¿Te gustaría decirle que me gustaría una disculpa por lo que pasó hace años? Éso si quiere tener mi aprobación— molestó igualmente la muñeca a lo que el arácnido soltó una risa.

— ¿Tu aprobación? ¿Ahora te crees mi madre?

— Angel, respeto tu libertad de elegir una pareja, pero reafirmo mi deber cómo amiga sabiendo con quién sales— Angel soltó una risa y soltó a Vaggie solamente para poder desordenar los cabellos de Kalmia— ¡ No hijo de puta! ¡Me demoré mucho tratando de hacer éste peinado!

Vaggie soltó una risa mirando como sus amigos empezaban a forcejear entre risas. En éso siento algo sobre los hombros y al fijarse, alguien había puesto un abrigo sobre sus hombros.

Giró la mirada encontrándose con la sonriente mirada de Charlie.

— Éste te queda bien— la polilla le sonrió enternecída y posó su cabeza sobre el hombro de su novia.

— Buenos días Charlie— ambas se giraron hacia donde estaban Kalmia y Angel, quienes habían parado de forcejear y ahora las miraban fijamente.

Al ver la muñeca, quién era la que le había saludado, lo sonrisa de la rubia se borró y presionó a su pareja aún más contra su pecho.

— Buenos días— al escuchar su voz tan cortante, la muñeca demonio soltó una risa.

— Relaja tus tetas princesa. Sin rencores— y en el momento en que lo dijo, Lizz ya había llegado a su lado con una gran sonrisa mientras le ofrecía un cuenco con galletas.

— Aquí están las galletas Kalmia— la nombrada le sonrió ampliamente y aceptó el recipiente.

— Gracias corazón— le agradeció mientras llegaba una de las galletas a su boca, al mismo tiempo sentía cómo Lizz la rodeaba con sus brazos y le depositaba besos en su cabeza.

— Ugh. No quiero ser la tercera rueda ¡Hey! ¡Mi venadito!— gritó Angel hacía Alastor quién estaba hablando animado con Husk.

Éste se volteó y lo miró confundido.

— ¡Ven un momento!— éste alzó una ceja divertido, le dijo algo al demonio gato y luego se dirigió hacia donde estaba el arácnido.

Al llegar frente a él, en un rápido movimiento, Angel lo agarró del brazo y lo obligó a sentarse en sillón, para luego sentarse en su regazo con una gran sonrisa.

— ¿Qué haces?— Alastor le preguntó confundido mientras la araña lo envolvía en un abrazo.

— Le muestro a todo el mundo que soy feliz contigo.

— Hmm. ¡No es algo en lo que quiera participar por el momento! Si me disculpas, quisiera que salieras de encima mío lindura.

— ¡Oouh! ¡No seas cortante ahora mismo conmigo! Ésa no es la forma de tratar a tu novio— el pelirrojo frunció el ceño confundido y luego sonrió de oreja a oreja.

— ¡Perdóname intervenir querido! Pero yo no recuerdo que me hayas pedido ser tu pareja. Antes de decir algo así deberías formalizar.

— ¡Que gran idea! Ya eres mi novio. Problema resuelto— al decirlo, las chicas soltaron una risa y aún más al escuchar la discusión de la pareja.

Vaggie paró su risa y miró como sus amigos se divertían con sus respectivas parejas. Luego subió la mirada y se encontró con el rostro de su novia, quien se reía de la discusión de Angel y Alastor.

Observó cada uno de sus rasgos y no pudo evitar sonreír agradecida de que las hayan mejorado incluso el doble de lo que era antes.

Ahora tenía dos grandes amigos y una novia que la sostenía con fuerza, disfrutando de su calidez y cariño, casi la sostenía como su fuera un objeto frágil y hermoso que debía ser cuidado a todo momento.

Aquello era la más pura de la felicidad.

En éso la mirada de Charlie se posó en la suya y se miraron fijamente antes de que la princesa sonriera nerviosa.

— ¿Qué ocu-?— su pregunta se interrumpió por los labios de la más baja, quién la besó llena de ternura antes de separarse y mirarla con una sonrisa.

— Nada. Solamente eres tú quién me hace ser feliz— Charlie sonrió levemente antes de acercarla y depositar un beso en su frente.

— Tu también me haces ser feliz Vaggie— la polilla sonrió y apoyó su cabeza sobre su novia quién la estrechó entre sus brazos.

Todo estaba bien.

Ahora todos son felices.

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Uuuh ¡Y esta historia a llegado a su fin! ¡Espero la hayan disfrutado hasta el final!

La verdad es que en un principio Kalmia no se iba a enamorar de Vaggie ni tampoco iba a haber RadioDust, pero bueno, las situaciones se dieron solas 😅

Gracias por llegar al final y espero nos leamos en otra parte.

Bye.

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