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Desaparecer

Tal cual como le dijo Kalmia, Vaggie no cruzó palabras con Charlie o ya no de forma tan amorosa.

Igual como su amiga le dijo, al día siguiente en que se acostaron, Charlie se acercó a ella cómo si el tiempo en que se tomaron un descanso nunca hubiera pasado, cómo si fuera la mujer más feliz del mundo.

Y se le rompió el corazón cuando la tuvo que evitar y ver su rostro de confusión.

Ésos días fueron un verdadero infierno, por un lado tenía que evitar a la mujer de su vida y ver la confusión en su rostro, y por el otro lado pensaba en si de verdad era lo correcto volver a su vida anterior donde era feliz con su novia.

No sabía que hacer, recordaba los momentos que estuvo junto a Charlie, cuando se conocieron, cuando empezaron a salir, cuando se volvieron novias y cuando empezaron a vivir juntas. En todas las veces en que se unieron en la cama, las noches en las que cuando una estaba mal, la otra la consolaba, las veces en las que se veían y se intercambiaban sonrisas. Las veces en las que la miraba y con simple eso ya era feliz.

Luego recordaba la incertidumbre cuando poco a poco su novia se empezó a alejar, las veces que se encerró en el baño solamente para llorar en silencio al sentir como su relación se iba apagando, el momento cuando Charlie le confesó su atracción por Alastor, el preciso momento en que su autoestima bajó aún más de lo que ya estaba, la rabia, la pena, la vergüenza, la tristeza. Las ganas inmensas de solamente desaparecer de la maldita existencia.

Charlie le proporcionó tanta felicidad como sufrimiento y la verdad es que no estaba segura de poder soportar pasar por algo parecido nuevamente.

Soltó un suspiro mientras se recostaba en su cama.

No sabía que decisión tomar.

.  .  .  .  .

No podía dejar de pensar en ella.

Sentía su cabeza arder por tantas vueltas que le estaba dando al mismo tema y es que definitivamente no se sentía para nada bien lo que estaba sintiendo.

Dejó de caminar al momento que subió la mirada y se encontró con ciertas personitas.

Angel y Alastor estaban conversando animadamente en medio del pasillo.

Alzó una ceja mientras se cruzaba de brazos. Simplemente era desagradable ver cómo su amigo estaba coqueteando con el demonio que más odiaba en el infierno y que además el coqueteo de Angel fuera contestado de la misma forma.

No pudo evitar hacer una mueca de disgusto al ver cómo el Demonio de la Radio agarró suavemente la mano de Angel y depositó un beso en sus nudillos, provocando que su amigo sonriera entre sorprendido y maravillado.

Luego de un par de palabras, el terrorífico demonio se dio la vuelta y se retiró, dejando a Angel mirando como se alejaba con la ridícula mirada de colegiala enamorada mientras sostenía con fuerza la mano besada.

Al ver que no reaccionaba, rodó los ojos, se acercó hasta estar a un lado de él y lo empujó con sus caderas, provocando que éste casi perdiera el equilibrio.

— Si vas a estar suspirando por un imbécil, trata de que no se te note— lo miró entre divertida y molesta.

El chico se sonrojó hasta las orejas y empezó a caminar por el pasillo rápidamente siendo perseguido por Kalmia.

— Yo no suspiro por nadie.

— Si cómo no, por poco y te veía proponiéndole matrimonio ¡Y ya deja de caminar rápido! ¡Recuerda que tus piernas son el doble de largas que las mías! ¡Prácticamente estoy corriendo para conversar contigo!— al escuchar eso, Angel empezó a caminar más lento— Gracias. Ahora, siguiendo con la conversación. Creí que me dirías cuando el bastardo empezaría a comportarse raro.

— Emm, si, bueno. Si empezó a actuar raro conmigo, me busca regularmente y me toca más de lo debido. También ha dicho cosas que podrían contarse como espeluznante. Pero-.

— No te molesta— completó la chica mientras se dirigían a un balcón desde donde podía verse la mayor parte de la ciudad.

— Podría decirse así...— susurró dudoso antes de mirar a su amiga exasperado— ¡Si lo oyeras! ¡Las cosas que me ha dicho son tan-! ¡La forma en que mira es muy-! ¡Y la forma en la que me trata es...!— soltó un suspiro mirando la ciudad con una sonrisa— Nunca nadie me dijo que preferiría dejar de existir a nunca haberme conocido— susurró agarrando su pecho para controlar sus latidos.

La muñeca alzó una ceja al verlo y soltó un suspiro mientras se encogía de hombros.

— Bueno, si te hace feliz...— Angel soltó una risa.

— ¿Por qué se escucha como si te estuvieras lamentando de mi vista?— la chica soltó una risa mientras se apoyaba en la baranda del balcón con sus antebrazos.

— Si quieres mi honestidad. Yo veo a Alastor todo menos atractivo. Pero supongo que se debe a que me gustan más las chicas que los chicos.

— Si... Hablando de chicas— Angel se posó igualmente sobre la barandilla mirándola fijamente— ¿Por qué tengo el presentimiento que -ésa vez cuando le recomendaste a Vaggie pensar seriamente de si debía volver o no con Charlie- no fue solamente la recomendación que se le da a una amiga?

La sonrisa de Kalmia se desvaneció en un segundo y hasta parecía un poco asustada. Desvió rápidamente la mirada sin saber qué responder.

— Tranquila, no te estoy juzgando ni nada. Sólo es una pregunta— la muñeca quedó en silencio por unos segundos antes de soltar un bufido con una sonrisa.

— Sí, mi recomendación no fue solo la de una amiga— admitió resignada.

Se quedaron en silencio por unos segundos.

— Entonces... ¿Te gusta Vaggie?

— Yo- no lo sé. Ni siquiera sé por qué le dije eso. Simplemente empecé a notar que...— se quedó mirando a la nada por unos segundos ante la mirada expectante de Angel.

— ¿Empezaste a notar que...?— la joven suspiró sin dejar de sonreír.

— ¿No es hermosa? Su piel, su cuerpo, sus ojos, su cabello. Ella es la viva imagen que el infierno fue buena al crear su aspecto físico.

— Mm, no lo sé. No podría confirmarte. No me gustan las vaginas— a la chica se le escapó una risa antes de mirar a su amigo.

— Lo que sucede es que no me di cuenta de cuán hermosa era hasta apenas unos días. Cuando empecé a notar que realmente ella está cambiando su actitud ¿Lo has notando?La personalidad que tanto se esfuerza por actuar se está volviendo parte de ella— Angel lo pensó por unos segundos y finalmente terminó asintiendo estando de acuerdo con ella— Y éso es precisamente lo que me está gustando de ella. Ahora se ve tan segura, tan relajada, tan feliz, tan sensual. Ahora es una de las pocas diosas andantes que fueron bendecidas por el universo... Y ésa es justamente la clase de chicas que me gustan Angel. Pero esto no se siente igual. Se siente horrible, desesperante, me ahoga. No puedo dejar de pensar en ella, no puedo dejar de pensar en cómo me hace sentir, en como se siente mi piel cuando la toca, en lo que me provoca cuando me sonríe. Cuando Vaggie nos contó que se había acostado con Charlie, sentí como si me hubieran atravesado el pecho con una bala. Dolió tanto cómo un dolor físico y sentí que la sangre me ardió de sólo pensar que Charlie tuvo la suerte de tenerla en su cama. Y es que ese es otro asunto.

La joven alzó la mirada y lo miró con desesperación.

— He empezado a odiar a Charlie como no tienes idea. Antes la adoraba porque simplemente era la luz en el infierno. Pero ahora lo único que quiero es arrancarle todos los intestinos y verla morir lentamente. De sólo pensar que tuvo la suerte de estar con alguien tan hermosa como Vaggie y la dejó por alguien que ni siquiera sentía empatía por ella, tan sólo pensar que ella fue la que hizo llorar de una forma tan miserable a una chica tan dulce ¡De tan sólo imaginar que todo el cambio que está teniendo Vaggie lo hizo sólo por ella! ¡Me hace sentir tan mal que podría morir de la impotencia y devastación!— gritó cubriendo su rostro con sus manos.

— Oh, pero dulzura— el arácnido se acercó hasta ella y la rodeó con sus brazos— Tranquila, ya pasará— le susurró acariciando sus cabellos— Escucha, corazón. Es normal sentirse así cuando una le gusta a alguien. Es normal.

— Si así es como se supone que se debe sentir, entonces no quiero estarlo. Ojalá nunca la hubiera conocido.

— No, no. No digas éso, no te des por vencida. Mira— Agarró las mejillas de la más baja y la elevó para que lo mire— Ahora mismo Vaggie aún está pensando en si volver o no con Charlie, por lo tanto tienes una oportunidad. Tal vez si le dices lo que sientes, podrías tener una chance que en vez de volver con Charlie, empiece un nuevo ciclo estando contigo— Kalmia parpadeó sorprendida y se alejó de Angel.

— Angel, yo soy realista. No me gusta las ilusiones.

— Oh, vamos. No te hagas la tonta, eres lo suficientemente inteligente para notar que últimamente Vaggie te mira más de la cuenta y que te toca más de lo debido— le dijo cruzándose de brazos molesto— Talvez ni siquiera ella haya notado que le atraes, pero que lo hace, lo hace y no lo puedes negar.

Y no lo hizo, Kalmia no negó que pilló en más de una ocasión a la tuerta mirándola sin discreción alguna, que cuando se miraban Vaggie le sonríe y ella le devuelve el gesto, que cuando están juntas la tuerta invade su espacio personal y de algún u otro modo terminaban tocándose.

— Inténtalo, nada pierdes con intentarlo— fue el último concejo que le dio Angel, a lo que ella simplemente asintió.

.  .  .  .  .

Unas horas más tarde se encontraba dirigiéndose a la habitación de la polilla, sintiéndose sumamente nerviosa.

Aún no estaba segura de lo que sentía hacia Vaggie, pero sí estaba segura de algo. Ella será suya por todos los medios posibles.

Al estar frente a la habitación, respiró hondo, arreglo un poco su cabello y subió un poco más la falda que traía. Luego de darse ánimos así misma, golpeó suavemente la puerta recibiendo un "pase".

Al abrir la puerta rápidamente buscó con su mirada a la chica que se mantenía presentes en sus pensamientos y al hacerlo, empezó a sentir que su pulso se aceleraban.

Vaggie se encontraba parada al lado de un pequeño escritorio revisando papeles. Traía el cabello recogido sin esfuerzo en un banana bun, exceptuando su típica chasquilla que ocultaba su ojo izquierdo. Tenía un croptop de mangas largas que era combinado con un short de tiro alto que marcaba perfectamente los mejores lugares junto a unas calcetas largas que le llegaban hasta los muslos.

Oh santa mierda...

La de cabello claro se volteó hacia la puerta y se encontró con su querida amiga, a lo que le sonrió.

— Ah, eras tú Kalmia— la chica cerró la puerta tras de ella observando cómo Vaggie volvía al papeleo.

— Um, sí. Eh ¿Qué estás haciendo?— preguntó acercándose un poco.

— Nada interesante, papeleo del hotel— respondió mientras apilaba los papeles en una esquina de la mesa— Y ¿A qué viniste? Si viniste a preguntar si ya tomé una decisión, la verdad es que aún no. Tampoco Charlie se me ha acercado todavía, creo que aún sigue procesando lo que está pasando.

— Eh, no, no vine a hablar de Charlie. Aunque bueno, si tiene algo que ver con ella pero no se trata completamente de ella— quiso golpearse al notar que había balbuceado de los nervios.

¡Habla bien mierda!

La tuerta se giró nuevamente para observarla extrañada, antes de darse la vuelta y apoyarse en el escritorio mientras apoyaba sus manos sobre el mueble.

— ¿Qué sucede Kalmia?— la nombrada miró a otra dirección nerviosa.

¿Cómo debía empezar?

— Emm, bueno, es algo de lo que ha pasado últimamente... Conmigo— la confusión de la tuerta era aún más evidente.

— ¿Qué a pasado contigo? ¿Te metiste en problemas a caso?

— No nada de éso, sólo que... Es algo que ha estado ocurriendo en mi cabeza— cada vez Vaggie se veía más confundida.

— No entiendo Kalmia.

La muñeca miró a todas direcciones tratando de darse ánimos así misma y diciéndose que no fuera una cobarde.

— Lo que pasa es que mi cabeza no ha dejado de pensar en algo— se dio fuerza y miró fijamente a los ojos de la mujer frente a ella— No he dejado de pensar en ti.

Listo, lo dijo.

La polilla parpadeo un par de veces con confusión antes de abrir los de la sorpresa al entender que no lo estaba diciendo como una amiga.

— Mi mente no ha dejado de pensar en ti. Tú no has podido salir de mis pensamientos— dijo suavemente notando cómo los colores de Vaggie se iban a su rostro— No se en que momento pasó, pero antes de que me de cuenta estabas presente en mis pensamientos, verte todos los días se convirtió en una necesidad, ver tu sonrisa se transformó en mí alegría y estar a tu lado un alivio— la miró fijamente mientras caminaba hacia la chica quien se pegaba cada vez más al escritorio.

— Ka-Kalmia— tartamudeó avergonzada sintiendo como la mujer frente a ella ahora se veía como una cazadora y ella fuera su presa.

— Charlie no te merece, te hizo llorar, te hizo sufrir, ella no merece otra oportunidad. De sólo pensar que apagó la luz que hay en tus ojos me hace hervir la sangre— rodeó la cintura de la polilla y se pegó a su cuerpo quedando a sólo unos centímetros de su rostro— Si me dieras la oportunidad, te haría la mujer más feliz del infierno y te marcaría todo el cuerpo de mí hasta que olvides que alguna vez tuviste algo con la demonio que te hizo soportar tanto dolor.

El cuerpo de Vaggie tembló levemente y agarró de los hombros a chica que la miraba con hambre tratando de crear algo de distancia entre sus rostros.

— Es-espera un momento Kalmia— soltó un suspiro cuando la nombrada pegó aún más sus cuerpos y una de sus piernas se posicionaba entre las piernas de Vaggie creando una presión en su punto débil— Es-es demasiado para procesar, a-aún no se si quiero volver con Charlie y-y con esto...

— Puedes decir lo que quieras— sonrió de forma seductora— Tal vez aún tienes sentimientos por Charlie -y digo tal vez porque si estás dudando tanto es por algo- pero no creas que he notado cómo me miras— la polilla abrió los ojos sintiendo sus mejillas calentarse aún más— Si, claro que noté la forma en que miras mis piernas y cómo acaricias mi piel— susurró acercándose hasta su oreja y mordiendola suavemente sacándole un gemido a Vaggie— Sé que has empezado a tener sentimientos hacia a mí— sus manos recorrieron la piel descubierta de la tuerta provocada que esta diera pequeños temblores— Sólo... Piénsalo ¿Sí?— finalizó antes de apartarse de una excitada Vaggie de respiración irregular— Estaré esperando tú respuesta— sonrió guiñándole un ojo antes de darse la vuelta y abandonar la habitación dejando a una desconcertada Vaggie.

Cuando pudo procesar lo ocurrido pasó su mano por su frente incrédula por lo que acababa de pasar.

La voz de Charlie retumbó en su cabeza

"Hoy te vez maravillosa Vaggie" Le dijo ésa misma mañana.

Luego la voz Kalmia fue la que desplazó la voz de su aún novia.

"Ver tu sonrisa se transformó en alegría y estar a tu lado un alivio."

"No puedo dejar de pensar en Alastor."

"Tengo la tendencia de enamorar a las chicas casi inconscientemente y después las dejo botadas... Me terminan aburriendo."

Vaggie se cubrió el rostro sintiéndose aún más perdida que antes.

Ahora ¿Qué debía elegir?

.  .  .  .  .

Miró el vaso que se le fue entregado y lo miró fijamente antes de subir la mirada.

— ¿No hay algo más fuerte?— el felino dejó el vaso con licor en la barra y le dio la espalda.

— Los que se rehabilitan tienen prohibido los licores fuertes— la muñeca chasqueó la lengua tomando el vaso.

— Púdrete.

— Perra.

Kalmia hizo caso omiso al insulto y tomó un sorbo del vaso.

Pasó dos días desde que le pidió a Vaggie que pensara en estar con ella y aún no recibía respuesta. Los nervios la estaban matando y las ansias se volvían incontrolables ¡Ella quería una respuesta rápida! Pero no la iba a presionar, nunca lo haría, sabía que era una decisión difícil.

Apoyó sus codos sobre la barra soltando un suspiro, con una mano tomando el vaso y la otra apoyando su cabeza.

Entonces observó cómo Husk abría la entrada del bar y salía de éste.

— ¿A dónde vas?

— A un lugar donde no pueda ver tu cara de puta barata— la chica frunció el ceño con disgusto.

— Bastardo de mierda.

— Chupa vaginas.

— Ebrio de cuarta.

Pararon su amigable conversación hasta que el intento de gato desapareció de su vista.

Volvió a mirar su vaso e hizo el ademán de llevárselo a la boca hasta que vio de reojo a alguien sentándose a su lado.

Al voltear, sintió que su día no podría empeorar más.

A su lado estaba Charlie mirándola con una gran sonrisa forzada.

Lo que me faltaba.

— ¡Hola Kalmia! ¿Qué haces?— la muñeca miró a otra parte tomando un sorbo de su licor.

— ¿Qué crees que estoy haciendo?— le contestó teniendo como respuesta un silencio que se extendió por unos segundos.

— ¡Hace mucho no hablamos! Dime ¿Cómo has estado?

— Bien— dijo con sequedad sin mirarla ¿Por qué le estaba hablando si evidentemente había desprecio entre ellas?

— Bueno, al parecer no quieres hablar así que supongo que iré al grano— esta vez la princesa pudo tener la atención de la joven— Vaggie a actuado muy extraña últimamente... Más de lo normal— oh, ya sentía por donde iría la conversación— Y como siempre está contigo pues... No sé, tal vez lo estoy pensando demasiado y son cosas que están pasando en mi cabeza, pero quería saber si acaso tú y Vaggie-.

— Si estás preguntando— la cortó tomando el último sorbo que le quedaba del vaso— Si estamos saliendo o algo parecido, la respuesta es no— le respondió con total honestidad.

Pudo ver el preciso momento cuando Charlie soltó un suspiro de alivio y le sonrió más tranquila.

— Oh, entiendo. Jeje, que alivio. Creí que-.

— Pero— la cortó rápidamente golpeando el vaso contra la barra y dándose la vuelta para enfrentarla— Ya le conté sobre mis sentimientos y me dijo que lo pensaría— la sonrisa de la rubia desapareció en un segundo.

— ¿T-tus sentimientos?

— Uhum, digo ¿Quién no lo haría? Vaggie es hermosa, inteligente, atractiva— pasó su lengua sobre sus labios con una maliciosa sonrisa— Y ésas piernas son exquisitas ¿No lo crees?— los ojos de Charlie estaban en shock, pero sus manos empezaron a apretarse formando puños y sus ojos se tornaron rojos— Toda una diosa inalcanzable, todos están besando el suelo por donde pasa y yo no soy ciega, sería un desperdicio perder la oportunidad de tener a una lindura así en la cama.

— Ella es mi novia— gruñó entre dientes la chica que estaba adoptando su forma de demonio completa, acción que empezó a imitar Kalmia al sentirse amenazada.

— Uuh, pero si tu misma fuiste quién le pidió tomárse un tiempo porque querías restregarle tus tetas a un tipo que ni siquiera le parecías linda— aquello pareció chocarle a Charlie y empezó a contraer su forma de demonio completa sintiendo cohibida.

— Ése asunto es entre nosotros. No te concierne.

— Oh, todo lo contrario princesita— sonrío mientras volvía a su forma original— Me concierne ya que Vaggie me contó cómo su amiga y me importa porque no quiero que ella esté con alguien que no la valoró. Y luego, me va a importar aún más cuando ella sea mí novia y tú la estúpida ex que no la valoró—  aunque ella lo haya dicho con la seguridad, la realidad es que ni siquiera sabía si Vaggie la elegiría a ella, pero ésa misma seguridad hizo ver miedo en los ojos de Charlie, miedo de perder lo único bueno en su vida.

— ¿Por qué estás tan segura que te elegirá a ti?— Kalmia soltó una risa mientras la veía incrédula.

— No Charlotte, la pregunta correcta es: ¿Cómo puedes ser tan egoísta como para querer que Vaggie se siga quedando a tu lado después de hacer lo que le hiciste?— la muñeca se sentía tan bien, de poder decirle de una vez por todas todo lo que pensaba de ella y que además diera justo en los clavos que mantenían a Charlie despierta por la noche— ¿Acaso no sabes cuánto sufrió? Oh, por supuesto que no lo sabes, porque estabas ocupada restregando tu trasero sobre Alastor. Mientras yo fui la que estuvo a su lado, la que limpió sus lágrimas, la que la levantó cuando estaba en el suelo y quién la impulsó a seguir adelante aún cuando se sentía como la mierda.

El labio inferior de la princesa demonio tembló mientras que en sus ojos se podía ver el dolor, como si estuviera a punto de llorar, incrédula que realmente le ocasionó mucho daño a la mujer que tanto quería recuperar.

— Hiciste llorar a una mujer que te entregó todo y que tu a cambio le diste solamente sufrimiento— dijo suavemente mirándola con frialdad— Dime Magne, con toda la honestidad del mundo. Entre tú y yo ¿Quién se la merece más?— los ojos Charlie se inundaron de lágrimas, ambas sabiendo cuál era la respuesta correcta.

— ¿Kalmia? ¿Charlie?— las nombradas se voltearon en dirección hacia la voz y se encontraron con el motivo de su discusión mirándolas sorprendidas— ¿Qué está pasando?— preguntó al ver que Charlie estaba con las lágrimas a nada de rodar por su rostro.

— Oh, aquí estás lindura— le sonrió la muñeca parándose de su asiento y dirigiéndose hacia la polilla— Sólo estábamos debatiendo un par de cosas— le dijo agarrando con una mano la contraria y la otra deslizándose por su cintura.

Ante aquel gesto, Charlie se paró de un salto y miró sorprendida a las chicas sintiendo las lágrimas rodar por su rostro.

— Vaggie— la nombrada miró en dirección de la rubia desconcertada ante todo aquella situación, pero el gesto fue detenido por Kalmia quien agarró su barbilla y la obligó a mirarla a los ojos.

— Pero solamente tú tendrás la decisión final— le susurró sin dejar de sonreír acercando aún más su cuerpos hasta que se pudieran tocar— Eligéme a mí Vaggie. Prometo que daré felicidad hasta el último de día mí existencia, nunca miraré a alguien más aparte de ti porque tú eres la única que se merece mi total atención— los latidos de la tuerta se aceleraron ante toda aquella situación— Vámonos ahora mismo de éste hotel, ven conmigo a iniciar una nueva vida. Si estás conmigo en el infierno entonces no necesito una maldita salvación para ser feliz. Ven. Y seamos felices juntas— le sonrió apartándose de su cuerpo solamente sosteniendo su mano para llevarla lentamente hacia la salida del hotel.

— No, no ¡Vaggie!— gritó desesperada la rubia quién trató de acercarse a ellas para impedir que se vayan, pero por tener los ojos nublados de lágrimas, se terminó tropezando con la alfombra y cayó de bruces contra el piso, ganándose la atención inmediata de la nombrada quién se detuvo de caminar y la observó muy abrumada.

Sus manos se deslizaron de las de Kalmia y esta quedó a unos metros de ella esperándola mientras ella observaba como Charlie se sentaba lentamente en el piso y la observó desde ahí con desesperación en su rostro al mismo tiempo que sus lágrimas hacia el suelo.

— Por favor Vaggie... No me dejes por favor...— balbuceó con la voz quebrada y temblando de pies a cabeza— Sé que te hice daño y que no merezco tu amor... Pero por favor— cubrió su rostro con sus manos y bajó la cabeza destrozada sintiendo que la decisión ya estaba tomada— No me dejes... Por favor... Te lo suplico...— susurró entre lamentos sintiéndose la mayor estúpida del infierno.

Ella realmente pensó que lo estaba haciendo bien, de verdad pensó que estaba haciendo lo correcto. Ella no sintió para nada bien que cuando empezó a interesarse por Alastor, seguía besando en los labios a su novio. No era para nada justo, sobretodo para Vaggie que ella se sintiera atraída por alguien más mientras estaba en una relación. Por ésa misma razón decidió tomarse un tiempo para poder despejar sus sentimientos y descubrir si lo que sentía por Alastor era solamente atracción o era algo más.

Pero tuvo que pensarlo más, tuvo que analizar mejor la situación. Ya que por su impulsividad ahora perdería a la única mujer que le dio su máximo apoyo y amor, solo porque sus hormonas se alborotaron por el buen trato que le dio un hombre que al final terminó interesándose por otra persona.

Ella sabía que no se merecía a Vaggie. Pero su egoísmo no quería dejar que la mujer de su vida se fuera con alguien más que sí la supo valorar. Ella quería que Vaggie solamente sea feliz a su lado.

En cuanto a la tuerta, ella se sentía entre la espada y la pared. Se sentía abrumada y asustada ante toda la situación. Pues aunque en esos días en los cuales estuvo muy metida en sus pensamientos, estaba llegando a una conclusión, nuevamente se sintió ahogada y perdida por las peticiones que ambas jóvenes les estaba pidiendo.

Su cabeza quería irse con Kalmia quién la estaba esperando con los brazos abiertos para irse lo más lejos de ahí e iniciar una nueva vida a su lado. Pero su corazón se desviaba a la destrozada chica que se encontraba rogando que no la dejara, casi arrastrándose por el suelo.

Ella no era Kalmia, quién suponía que sentía hasta asco que alguien pudiera llegar a perder así la dignidad por alguien. Ella no veía a una mujer que no se respetaba a sí misma y se dejaba arrastrar por alguien. Ella veía a una chica desesperada que no quería dejar que su pareja lo dejara.

Tragó seco ante toda esa situación. Dándose cuenta que Kalmia cumplió justo lo que le prometió: Que Charlie estuviera llorando arrastrándose por el suelo rogándole por su perdón.

¿Esto es lo que Kalmia ve siempre al rechazar a las chicas?

Apretó los labios mirando de un lado a otro a las chicas que esperaban su respuesta.

Miró a Charlie, quién tenía la cabeza agachada, aceptando su derrota y luego a Kalmia quién le sonreía mientras le ofrecía una mano para irse una por todas de ése lugar.

Apretó sus manos y soltó un suspiro, ya sabiendo a quién debía elegir.

Dirigió su mirada hacia la muñeca.

Lo siento.

Luego miró hacia Charlie y se acercó a ella, se agachó y agarró las manos contrarias para poder ayudarla a incorporarse. La princesa alzó la mirada rápidamente y miró a Vaggie incrédula.

— Vamos, Charlie. Levántate— le dijo suavemente mientras le sonría a lo que la nombrada le empezó a temblar los labios y más lágrimas salían de sus ojos, pero esta ves de alivio y felicidad.

— ¡Vaggie!— se lanzó sobre ella y ambas terminaron sentadas en el suelo, compartiendo un fuerte abrazo lleno de desesperación— ¡Lo siento de verdad! ¡Nunca más volveré a hacerte esto! ¡Te prometo que jamás volveré hacerte llorar!— le dijo desesperada ocultando su rostro en el hombro de su novia, sin poder dejar de llorar.

— Está bien, tranquila, todo está bien— le susurró acariciando su cabello con una sonrisa, sintiéndose aliviada que todo se haya resuelto.

Pero su sonrisa se desvaneció rápidamente al recordar algo y subió su mirada en busca de la chica que fue rechazada. Sin embargo ella ya no se encontraba por ningún lado.

La polilla soltó un suspiro, sabiendo que después tendría que hablar con su amiga.

.  .  .  .  .

Angel Dust no pudo evitar saltar en su cama cuando la puerta se abrió se golpe y se cerró con la misma velocidad.

Al mirar en ésa dirección, se encontró con Kalmia quién se mantuvo al frente de la puerta con la cabeza agachada.

— Uff, casi me da una ataque chica— le reprochó dejando a un lado su celular y mirándola con una sonrisa desde su cama— ¿Qué te trae por aquí? ¿Acaso Vaggie ya tomó una decisión?

La muñeca asintió suavemente sin subir la mirada.

La sonrisa se desvaneció en un segundo. No tenía que ser un genio para saber cuál fue la decisión de la polilla.

Rápidamente se levantó de la cama, con la misma rapidez se acercó a su amiga y sin decir una palabra más la estrechó entre sus brazos.

No pasó mucho tiempo hasta que la habitación se inundó de los llantos de la demonio.

.-.-.-.-.-.-.-.-.

Siento que me dolía el corazón mientras escribía el capítulo.

Algunos pensarán que Vaggie tuvo que haberse quedado con Kalmia, pero la verdad es que ella tomó la mejor decisión. Ya que lo que ambas sentían hacia la otra era meramente una fuerte atracción física que se estaba confundiendo con el amor.

Si ellas se hubieran quedado juntos, más temprano que tarde Kalmia se daría cuenta que únicamente había atracción (una vez ya se hubieran saciado sexualmente) y dejaría sin pensarlo mucho a Vaggie, dejándola en un terrible desastre, peor de lo que Charlie la dejó. Kalmia no necesita a alguien que sea parecida a ella, ella necesita una contraparte que le enseñe que no porque uno ame inconscientemente a alguien significa que se esté humillando.

En el otro caso hipotético de que Vaggie no hubiera elegido a ninguna (como algunas lectoras lo pidieron en el capítulo anterior), tampoco hubiera sido lo ideal. Ya que inconscientemente le hubiera dado un rotundo no a Charlie, en cambio Kalmia lo tomaría como un talvez y se seguiría esforzando para que sean novias. Y eventualmente Vaggie cedería, llevándonos a la conclusión anterior.

Aún queda el epílogo, así que no le digan aún adios a esta historia.

Bye.

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