Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1

Alice

—¿Nos iremos a Los Ángeles?

—Viviremos en el mismo vecindario que Alana y Madisson, no tienes que preocuparte por separarte de tus amigas —dice mamá, terminando de cerrar su maleta—. Además, ya es momento de que conozcas otro lugar que no sea Miami.

—Pero...

Hace un gesto con la mano para que haga silencio.

—Nada de peros, Alice. Está decidido. Ahora vé y empaca tus cosas —hace una pausa larga, acompañada de un suspiro —.  Hazme un favor, e intenta no dejar nada.

Asiento a regañadientes, y salgo de la habitación de mi madre dando grandes zancadas sonoras hasta llegar al umbral de mi puerta y azotarla con más fuerza de la debida.

No me agradaba la opción de mudarnos hasta el otro lado del país, específicamente porque probablemente solo pueda ver a mi abuela —que vive con mi padre — en vacaciones, y acabarían mis tardes de chismes que se enteraba sobre todo el vecindario.

Mis padres se separaron cuando tenía diez, no me afectó en lo absoluto, al contrario. Cuando decidieron firmar el divorcio fue el día más feliz de mi vida. Suena raro, pero prefería verlos individualmente que juntos.

Ellos nunca fueron la mejor pareja, eran como el agua y el aceite. Siempre peleaban hasta por la más mínima cosa y realmente que era estresante escucharlos. Cuando eso pasaba, solía irme a casa de cualquiera de mis amigas, con mi abuela, o me encerraba en mi habitación a fingir demencia.

Llegó un punto en el que ya eran tan comunes ese tipo de discusiones, que se hizo parte de mi rutina diaria escucharlas y hacer como si nada estuviese sucediendo.

Papá no era ese tipo de padres cariñosos que tratan a sus hijas como todas unas princesas, al contrario, era más frío que un bloque de hielo. Uno que, nunca hizo el esfuerzo de descongelarse al menos un poco.

El solía recompensar el tiempo que no estaba presente con regalos, sin importar la fecha de festividad. Ya fuera mi cumpleaños, vacaciones, e incluso fiestas navideñas.

Ponía su escusa de que estaba muy ocupado trabajando, y que no tenía tiempo para vernos. Lo cual no era del todo cierto, porque cuando tenía sus días libres, se la pasaba en los casinos derrochando dinero en apuestas y mujeres.

Tras un año de su separación, mamá encontró un nuevo novio —que en realidad, había sido su compañero de trabajo por varios años—. Decidieron no casarse para no complicarse tanto, y cuando Bruce se mudó con nosotras, mamá salió embarazada.

Vaya que estrenaron la casa.

Volviendo al tema de Los Angeles... ¿sabía yo sobre eso? Sí. ¿Sabía que íbamos a mudarnos tan repentinamente? No, en lo absoluto.

Según lo que tenía entendido de la situación, era que los padres de Madisson habían tomado la decisión de volver a Los Angeles, ciudad en la que habían vivido gran parte de su vida, debido a que su abuela se encontraba sola en su casa a excepción de su perro. Y solía decirle a Ivonne —la mamá de Madisson—, que se sentía muy sola.

Así que, sabiendo como es mi mamá de fácil de convencer, y sin incluir las ganas que tenía de irse de Miami... llegué a la conclusión de que su respuesta fue un rotundo sí.

Por el momento no quería preguntar más cosas, quería dormir lo suficiente para no llegar moribunda a Los Angeles mañana a primera hora. Porque para mi mala suerte los boletos fueron comprados para el vuelo de las siete de la mañana, por lo que tendría que levantarme como mínimo a las cinco para tener suficiente tiempo para bañarme, arreglarme, y comer algo.

Me demoro aproximadamente unas dos horas empacando mis cosas, no es como si tuviera un clóset inmenso de ropa, así que eso en parte lo hacía un poco más fácil para mí. Aprovecho el tiempo que me sobra para ayudarle a Alessandro, mi hermano menor, a meter sus millones de juguetes en una sola maleta. Porque se negaba rotundamente a donarle algunos a otra persona.

Es un poco posesivo con sus cosas.

Luego de que me retuviera un buen rato con él hablándome sobre lo emocionado que estaba por mudarse, y haciendo mil preguntas sobre si en Los Angeles existían las playas, o si habían gallinas por las calles —acababa de llegar desde Tenesse con su padre, y creo que ya se había acostumbrado a ver tantos animales circulando entre las personas —; opto por ir a visitar a mi abuela por última vez, o al menos, por el momento sería la última vez que lo haría.

¥


—¿Entonces te irás? —mi yaya me extiende una taza de café acompañado con un pequeño muffin de arándanos, los tomo a ambos y doy un leve sorbo cuidadosamente de no quemarme.

—Sabes que cada que pueda vendré a visitarte, Yaya. Y te llamaré tanto que vas a desear cortar la línea telefónica —ella suelta una corta risa mientras niega con la cabeza repetidas veces.

—Espero que sí lo hagas, Alice. Porque si llego a morirme y no viniste a visitarme...

Abro los ojos como platos y paso un largo trago de café caliente, que provoca que me sienta ahogada. Mi abuela parece divertirse ante la situación porque no contuvo la carcajada, pongo los ojos en blanco y trato de respirar lentamente para volver a la normalidad.

—No le veo lo gracioso a eso.

Me cruzo de brazos.

—Oh, está claro que no lo haces. Pero yo sí —la miro dudosa cuando se levanta de su sillón, y se acerca al borde del gran sofá. Me observa sin decir nada un rato hasta que suelta un suspiro, acompañado de una corta sonrisa triste—. Los años cada vez se me hacen más cortos, cariño. Estoy en una etapa que podría morir en cualquier momento, nunca se sabe lo que puede pasar; y creo que deberías de aceptarlo.

—Pero...

—... Pero nada, Alice. Sé que te cuesta imaginar que moriré y todas esas cosas que para tí significan algo horrible, pero algún día partire... y quizás te arrastre por los pies si te veo portandote mal —me empuja del hombro con diversión, y no puedo evitar reírme.

—Prometo no meterme en líos —la abrazo fuertemente, y ella me estrecha contra su pecho. Algo dentro de mí se removió, y no era precisamente por esta conversación.

Sino porque sabía que aquella promesa no la cumpliría.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro