-Profesor... ¿qué...?-preguntó una chica de último año.

—Vayan a donde quieran, la formación ya no es necesaria—dijo Severus.

La mesa Slytherin se vació casi por completo, muchos necesitaban relajarse después de la tensión de aquel día. Quedaron solo el núcleo y los futuristas, muy tensos.

—Creo que tienen que hablar con mamá—dijo Bia viendo a su padre y a Ojoloco.

—En lo que a mi respecta ella nos traicionó—dijo Ojoloco.

—Si que eres terco—dijo Remus—, yo si voy a hablar con ella.

Tonks se levantó de su asiento para ir a tomar aire. Remus la siguió.

—Hola—dijo el hombre lobo.

—Hola Rem—lo saludó la pelirrosa—, creo que tenemos que hablar.

—Lo mismo digo ¿que pasó, Dora?—preguntó el hombre lobo.

—No elegí en donde nacer, por más que lo niegue los Slytherin y la Orden de la Clandestinidad son mi familia. Bellatrix y Narcissa son mis tías y yo soy una Black—dijo la pelirrosa—, todo lo que dijo Anissa es cierto. Si desconfías de mi lo entiendo, pero nunca quise que esto terminase así.

Remus la abrazó, tenía que confiar en los futuristas.

En el comedor...

En la mesa quedaban los personajes importantes de la casa y la Orden del Fenix y el ministerio con los futurisras.

—Todo eso es cierto entonces—dijo Harry—. El profesor Snape me protege y tengo que matar a Voldemort o ser asesinado por él.

—Es un resumen muy corto, pero digamos que sí—dijo Hermione.

—La pregunta es como es que entras tú en todo esto, señorita Granger—dijo Ojoloco—, ¿ahora va a decirme que es una hermana perdida de Tonks?

—Ahh, no. Suena horrible Hermione Tonks—dijo con una mueca—. Cuando estábamos en segundo año Lilliane, es decir Adelaia, me contó la verdad y ahí los conocí a todos y me hice amiga de los Slytherin.

—¿Eres amiga de Malfoy?—preguntó Ron.

—Si—dijo la castaña.

Junto a Hermione apareció una serpiente de patronus.

—¿Herms? ¿Se escucha?—preguntó la voz de Bellatrix.

—Fuerte y claro, tía—dijo Hermione.

—Bien, deben tener muchas preguntas asique nos vemos en la torre de Astronomía—dijo el patronus antes de desaparecer.

Decidieron ir, en las escaleras de la torre se encontraron a Milicent Bulstrode y a Gregory Goyle vigilando.

—Buenos días—dijo Hermione a paso seguro.

—Herms, los están esperando—dijo Gregory.

—Gracias.

Hermione se adelantó al resto, quién la siguió por las escaleras. Ahí estaba la Orden de la Clandestinidad al completo.

—Bienvenidos—dijo Bellatrix.

—Abstente de cualquier movimiento brusco, Lestrange—gruñó Moody.

—No me puedes ni tocar—dijo Bellatrix.

—¿Y bien? ¿Que quieren?—preguntó Sirius.

—Nada Black, solo sabemos que tienen dudas—dijo Virginia.

Bellatrix conjuró el mural de los recuerdos entre ellos para mostrarles todo. Y para que les crean.

—Creo que te excediste un poco mamá—dijo Alice.

—Es necesario mostrarles algo más que palabras—dijo Hope.

—Como era demasiada información no la quise poner toda junta y para que todos la vean—explicó Anissa.

—Bien hecho—dijo su padre.

Los recuerdos terminaron y los de Gryffindor pudieron salir de la burbuja.

—Hermana—dijeron Harry y Neville viendo a sus hermanas mayores.

—Hola—dijo Alice—, es genial verlos asi.

Mientras que los adolescentes estaban un poco menos tensos, los adultos se miraban.

—Como es obvio tienen sus dudas, asique disparen—dijo Bellatrix.

—Bella... eres inocente—dijo en shock Sirius.

El resto se fue, ya tenían las pruebas. Y sabían de la inocencia de Bellatrix.

—Así es Sirius, nunca quise ser mortifaga—dijo la mujer y se desvaneció en el aire.

No estaba lista para perdonarlo.