Capítulo 2
-Preciosa- dijo este apenas se acercó.
Nam-Joon, heredero del reino Troll de gran tamaño e imponente presencia se acercaba a la heredera del reino elfo.
Su escondite, uno des los bosques que unían ambas tierras era testigo de cada beso, cada caricia, cada promesa de amor entre ambos.
Esta se ancló a su cintura apenas lo tuvo cerca y envolvió lo que pudo en un abrazo. -¿Porque aceptaste a mi hermana?- regañó, pues no habían hablado desde que planearon "la invasión y pedida de mano"
-Mi padre lo hizo, no yo. No podía contradecirlo, aún no asumo. Lo sabes.
-Tengo un plan- este se alejó y tomó asiento sentándola en su regazo. -Mandé a traer a Jeon
-¿Las tres espadas?- la mayor asintió -¿Porque a él? ¿Para que más bien?
-El escoltará a mi hermana, a tus tierras. Morirá- pronunció esta pues a pesar de que no planeaba matar a su hermana tampoco quería que más personas supieran que vivía.
Eso incluía a su amado
-Nal- esta negó, sabía que le diría que era demasiado.
-Dije que daría lo que sea para estar juntos y lo haré.
-¿Tu reino incluso?
-Mi reino incluso- este se acercó a los dulces, suaves y pomposos labios de la elfo mayor y posó los suyos con tal delicadeza como si tocara a una flor.
Era de admirar el toque delicado que tenía el Troll con la chica, la trataba como la princesa que era, fingía demasiado bien.
Una de sus manos fue a la pierna izquierda de la chica y comenzó a deslizarse con lentitud, las finas capas de seda que envolvían su intimidad fueron tocadas por él y ese fue el momento para esta espabilar y alejarse de los ahora demandantes labios del más alto.
-Debemos parar
-Nali, siempre es lo mismo.
-El llegará hoy, debo hablar con él.- este bufó pero le permitió levantarse.
-¿Trajiste polvo de hada?- esta asintió.
Estos usaban polvo de hadas para aparecer en el lugar de encuentro, pues sus tierras a pesar de colindar, los castillos estaban demasiado alejados como para emplear un trayecto a pie de 60 días, trayecto que deberá emplear su hermana próximamente y en el que "moriría" presuntamente.
Los Troll contaban con las últimas dos hadas vivas, robaban su polvillo y de esa manera este era capaz de teletransportarse, pero se suponía que solo estos debían saberlo. El heredero de los Nam lo comentó con la joven como acto de buena fe y había funcionado.
Confiaba en él a ojos cerrados.
Terrible error.
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Por otro lado, dentro del castillo del rey An se encontraba el último de la legión de los Jeon, el último guerrero de espadas en todos los reinos.
Sir Kim SeokMin también los acompañaba, se sorprendía por lo mucho que había cambiando su ahijado, pues ahora contaba con músculos dignos de un guerrero, cicatrices y marcas, lo más notable, uno de sus ojos no tenía visión.
Al menos eso notaba, no era así. Era algo mucho más complejo pero prefería que así lo creyeran, si su oponente lo subestimaba tendría ventaja en pelea.
-Jeon Jungkook- pronunció el rey con autoridad -¿Sabe por lo que fue llamado?
-Guía y protección.
-Guía y protección a una princesa, una doncella- este no respondió, siquiera se inmutó -¿Porque presentarse con esas fachas frente a su rey para escoltar a la princesa?
-No es mi rey- pronunció con desganes.
Sir Kim por su parte se acercó al oído del rey para asegurar que se encargaría de hacer comportar como debía al guerrero, y así no incomodar a la princesa en su viaje, este cedió.
-Traigan a Fary- dijo este para presentar a la joven, se suponía que al día siguiente partirían.
Minutos después donde el Sir y el guerrero se enfrascaron en una amena conversación, la puerta fue abierta.
Cuando la elfo entró a la sala el silencio reinó.
La joven de largos cabellos y ojos rosas se estremeció completa ante el escrutinio del guerrero, era prácticamente una niña pues a pesar de contar con unas muy bien proporcionadas curvas a esta se le notaba que era más casta y pura que una flor cual acabare de florecer.
Labios gruesos, caderas anchas, buenas piernas, amplio busto, largo y nutrido pelo, pero si algo en ella te hacía no dejar de mirarla eso serían sus ojos.
Esos ojos como ningunos otros, pues a pesar de que más de una sirena se ha unido a otra especie mágica estos no lograban combinar sus razas.
Es decir, la raza más fuerte prevalecía en la genética, en el caso de la chica se habían combinado los ojos amarillos de su padre y característicos de los elfos y los rojos de las sirenas y tritones por parte de su madre. Creando así el rosa maravilloso que portaba.
Sus blancos cabellos los hacían resaltar aún más.
Caminó hasta posicionarse al lado de su padre luego de inclinarse levemente hacia los dos hombre restantes.
-Fary, él será tu escolta hasta las tierras Troll. Su nombre es Jeon Jungkook
La chica fijó su mirada en el guerrero y recorrió con la mirada ese fornido y marcado cuerpo que no llevaba muy cubierto para ser decente.
Cicatrices de guerra notó, tatuajes, piercings, rudeza, belleza adictiva y por alguna razón sintió calor en sus entrañas.
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