A mitad de la noche.
«Three
That's the magic number
Yes, it is
It's the magic number».
—De La Soul, «The Magic Number».
Después de un día de hacer todo lo que siempre quiso hacer en la casa, Sonic decidió que preferiría terminar con un maratón de películas con Ozzy, después de todo, no le apetecía tener que limpiar todo de nuevo si Tom volvía a llamar, así que después de hacer unas palomitas, se sentó al sillón con el perro a su lado.
Si se hubiera fijado, habría notado que un anillo se formaba afuera de la ventana.
—Muy bien, Ozzy, es noche de películas en the house of Sonic, y es tu turno de elegir, pero no voy a volver a ver «Frío de Perros» otra vez, esa película es la peoooor —canturreó.
La televisión y las luces se apagaron, pero lejos de asustarse, Sonic se rió.
—Ja, ja, ¡apagón! —Corrió por una linterna y una sábana, había querido hacer esto por mucho tiempo, y ahora ya no tendría que esperar hasta Halloween, regresó al sillón con la manta encima de su cabeza, se sentó de rodillas y prendió la linterna, la cual iluminó su rostro, luego agregó en un lamento fantasmal—: booooooo Ozzy.
Ozzy lloró, se bajó del sillón y echó a correr, Sonic inmediatamente se sintió mal, bajó sus orejas y miró tristemente al canino, no esperaba asustarlo tanto.
—Oh, lo siento amigo, todo está bien.
De seguro Wade había movido algo que no debía en la planta, o algo similar, la luz no debería tardar en regresar, la televisión se encendió, solo que no volvió ningún programa, solo se veía estática, con un volumen incómodamente alto.
Sonic se bajó del sillón y miró a sus alrededores, ahora que se fijaba, las luces no habían regresado, solo la tele, eso era terroríficamente especifico...
—Eh disculpe, aquí no ordenamos ningún poltergeist —dijo, como lamentaba haber visto esa película a espaldas de Tom y Maddie.
Un trueno cayó, y sobre la pared se proyectaron dos sombras, una de un humano, y otra de un ser que tenía cola; Sonic avanzó hasta la entrada, quizás debería ir a buscar unas velas, esperen, ¿tan siquiera tenían velas? Escuchó pisadas, giró la cabeza hacia donde venía el ruido, era detrás de la puerta.
—Eh, si es el repartidor de pizzas, esto no es muy profesional.
«Por no decir que estás treinta minutos tarde» pensó.
Se acercó hasta la puerta y pegó su oído a la madera, escuchando con atención.
«Por favor que no sea un fantasma, por favor que no sea un fantasma» se dijo a sí mismo, por suerte, del otro lado no se escuchaba nada, «ja, lo sabía».
Chispas salieron del picaporte, Sonic rápidamente retrocedió, dejando la suficiente distancia para esquivar, o atacar, dependiendo de cual fuera el caso, las chispas siguieron hasta que cortaron por completo el pomo, y este cayó al suelo, la puerta se abrió de par en par, revelando a:
—¡¿Eggman?! —exclamó Sonic sorprendido.
El doctor tenía el mismo atuendo que cuando lo derrotó, solo que estaba viejo, sucio, y roto de algunas partes, además de que estaba calvo, aún llevaba sus lentes, que tenían el cristal destrozado de un lado, y su bigote era mucho más grande, pero era él, no había duda.
Robotnik levantó el dedo índice, el cual brillaba, lo llevó hasta la altura de su boca y sopló, apagando la luz, luego miró al Sonic.
—Hola, erizo, ¿me extrañaste?
Sonic negó ligeramente con la cabeza, pero entrecerró los ojos, si lo había tomado de sorpresa con su regreso, pero no importaba si estaba aquí o no, esta vez no iba a huir, protegería su hogar, protegería a su familia.
—No sé cómo volviste, pero cometiste un grave error al venir aquí —no estaba usando su tono juguetón de siempre, esto era una amenaza, y quería que sonara como tal.
—Oh, al contrario mi amigo —Robotnik giró ligeramente la cabeza hacia la derecha—, el error fue creer que habías ganado, pero eso era tan solo una probada, un preludio, un alce en un arbusto observando a...
—Lo entiendo —lo interrumpió Sonic haciendo una mueca, no estaba de humor para aguantar las excentricidades de ese loco.
Eggman se rió y movió el dedo índice hacia los lados en forma negativa.
—No creo que lo entiendas, pero estás a punto de —Robotnik entró a la casa, cerrando el puño—, y también lo hará ese estúpido sheriff y su esposa.
El pulso de Sonic aumentó, mientras que sentía la energía recorrerle todo el cuerpo; sabía de lo que Eggman era capaz de, pero no dejaría que nadie amenazara a Tom y Maddie, y mucho menos a...
—¡Y tú pequeño perro también! —gritó Eggman levantando ambas manos y doblando los dedos, como un villano de caricatura.
«Oh ahora sí, cruzaste la línea» pensó un Sonic furioso, quizás Batman lo hubiera inspirado, pero para desgracia de Robotnik, él no compartía al cien por ciento su código moral.
Gruñendo, Sonic saltó hacia Eggman, listo para golpearlo en la cara, el doctor sonrió y se hizo a un lado, moviendo ambas manos hacia la puerta, como si estuviera introduciendo a alguien...
Un enorme lagarto apareció saltando frente a él, su cola estaba al frente, y doblada, eso desconcentró a Sonic, el lagarto desenfundó su cola, golpeándolo en las costillas y mandándolo de golpe a la sala.
Sonic gritó al atravesar la pared y la tele, salió disparado hasta el sillón, destrozando el cristal de la mesa, y dejando unos feos barrotes en el soporte, hasta que el sillón detuvo su cuerpo, y aun así, el mueble se movió hasta golpear la pared, y sacándole el relleno a varios cojines.
—¡Ah! —gritó Sonic, no esperaba eso, el estómago le dolía, lentamente abrió los ojos, por el agujero que acaba de hacer, se asomó el rostro de ese reptil, quien le sonrió maquiavélicamente.
—Patético —se burló el reptil sacando la lengua, luego avanzó hacia la sala.
—¿Quién eres tú? —preguntó Sonic incorporándose, esto estaba muy mal, esa criatura no era como nada que hubiera visto antes, era casi tan grande como Garra-Larga.
Robotnik se asomó por el agujero y sonrió.
—¿Dónde —giró la cabeza—, están mis modales?
Desapareció, y los dos entraron al mismo tiempo a la sala, con Eggman a las espaldas del lagarto.
—Sonic, conoce a Rava, mi MAPTV, mi nuevo mejor amigo para t...
—¡Silencio, simio! —El reptil se volvió hacia el doctor y le gruñó, Eggman se sorprendió pues retrocedió un poco, con los ojos bien abiertos—, ¡Rava el Destructor no necesita introducción de ningún primate!
Dicho eso, golpeó el suelo con su cola.
Eggman entrecerró las cejas, obviamente molesto por toda la situación, pero luego volvió a sonreír, miró de nuevo a Sonic, y señaló con ambos índices a Rava.
—Es un poco temperamental.
Rava le enseñó los dientes.
—Mira Robotnik —continuó Sonic levantándose, le agarraron desprevenido, pero ya habían perdido esa ventaja, e iba a recuperar el control de esa situación—, puedes traer a quien tú quieras pero nada importara.
Tomó de lo que había quedado de la mesa su bolsa de anillos, y se la colgó al cuerpo.
—Jamás vas a tener mi poder.
Rava se rió.
—En eso tienes razón, erizo, él no tendrá tu poder —señaló con la cabeza a Eggman, luego levantó su garra, con su dispositivo en ella, oprimió el botón y el bastón se formó, golpeó el suelo con el, provocando un eco que se expandió por toda la casa—, yo sí.
—Oh, ¿lo quieres? —Sonic se puso en posición defensiva, la energía volvió a circular por su cuerpo—, aquí te va.
Y se lanzó contra Rava, por desgracia, el reptil nuevamente volvió a tomarle la ventaja, pues apuntó el bastón hacia él, lanzado un rayo que golpeó directamente a Sonic, el erizo gritó mientras la fuerza del ataque lo sacaba por la ventana hasta el patio.
Giró sobre el suelo antes de detenerse, con cada vuelta gritaba en dolor, terminó en el suelo, boca arriba, mirando hacia el cielo, ¿qué era cosa? ¿Con qué lo atacaba?
Rava rugió y lanzó otro rayo que hizo volar toda la pared que separaba la casa del patio, los restos del muro quedaron esparcidos por todas partes. Robotnik se rió, de no ser por los insultos de especies, diría que esa lagartija le caía bien, recogió el plato de palomitas, y empezó a comérselas mientras veía el espectáculo en vivo.
—Qué bueno es cuando la maldad diabólica cumple con las expectativas.
Rava saltó hasta el patio, aterrizó en dos patas y con un brazo sobre el suelo, luego señaló a Sonic con el bastón mientras se levantaba.
—De todos los portadores del poder que ha habido por los siglos, tú eres el peor de todos.
«No tengo tiempo para rendirme» se dijo Sonic para darse fuerzas, se levantó, haciendo caso omiso al dolor en su estómago, se limpió la boca con el brazo.
—Yo no cantaría victoria si fuera tú —Sonic levantó ambos brazos a los lados, empezó a concretarse para que el poder volviera a él, no más chico amable, le daría con todo lo que tenía a Rava—, apenas estoy calentando.
Rava se rió llevándose una mano al estómago, miró a Eggman quien también se rió, escupiendo unas palomas que tenía en la boca; Rava volvió a prestarle atención a Sonic.
—Estás fuera de tú liga, erizo, eres débil, sin técnica, ni entrenamiento. ¡Eres indigno!
Con cada palabra, la furia seguía apoderándose de Sonic, él había jurado que usaría su poder para defender su hogar, a sus seres queridos, y no iba a dejar que esta cosa, ni Eggman, le hicieran daño a nadie.
Sonic apoyó ambas manos sobre el suelo, y luego colocó una pierna detrás y otra al frente, él se había ganado este poder.
—Se te olvido una... imparable.
Rava sonrió, y sujetó el bastón con ambas manos, dobló las rodillas y giró su cola hacia los lados.
—Adelante, erizo.
Sonic apretó las cejas, y salió con todas sus fuerzas contra Rava, sujetó sus rodillas y dobló su cuerpo, haciéndose una bola, preparó sus púas para que golpearan a Rava, en la punta del bastón, tres garras salieron, y sujetaron a Sonic cuando él iba a golpearlo.
«Ya te tengo» pensó Rava con malicia.
Oprimió un botón, una descarga eléctrica azotó a Sonic, el pequeño no pudo soportarlo más y volvió a su posición original, las garras se aferraron a su pecho, con mucha fuerza, Sonic intentó librarse, pero el agarre era demasiado fuerte, Rava oprimió otro botón, la bola de cristal se iluminó, y la energía que solía recorrer el cuerpo de Sonic, empezó a ser absorbida por ella.
Sonic gritó, no pensaba que hubiera palabras para describir eso, era como si le estuvieran succionando la vida, empezó a sentirse débil, sin poder sin energías.
—¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
Rava sonrió.
—¡Por fin! ¡Después de siglos de esperar! ¡El poder regresa con sus legítimos dueños!
Robotnik quedó boquiabierto, y sus manos dejaron de sujetar el plato, el cual cayó al suelo haciendo trizas, el bastón de ese reptil empezaba a iluminarse, era el mismo brillo que el del erizo, no le tomó mucho entender lo que pasaba. Sonrió, esto había salido mejor de lo que había pensado, no solo consiguió escapar de ese apestoso planeta, sino que ahora, solo tendría que esperar a que esa salamandra matara al erizo, y luego eliminarla a ella, entonces, él tendría el poder.
«A veces la vida simplemente te da un regalo» pensó.
Sonic gritaba y golpeaba violentamente la vara, no podía soportarlo, era como si mil ganchos se hubieran incrustado en su piel, y estuvieran jalándolo para despellejarlo.
—No lo he probado, pero creo que no sobrevivirás al proceso —se burló Rava.
Sonic no lo soportaba, la vista ya se le estaba cansando, no tenía fuerzas ni en los brazos ni en las piernas, se sentía como... nada.
«Supongo... que este es el final», pensó, cerrando los ojos, «Garra-Larga... permíteme llegar contigo».
Se oyó un claxon, luego madera rompiéndose, Rava y Robotnik miraron hacia una de las cercas, una patrulla las había atravesado, y se dirigía contra Rava.
El reptil no tuvo tiempo de contratacar, el coche lo golpeó y se fue para atrás, contra la alacena destruyéndola, sin soltar su vara, por lo cual las garras liberaron a Sonic, y dejaron de absorber su poder. Cayó al suelo con un quejido, gracias al cielo había acabado, pero... algo no estaba bien, todavía se sentía cansado, sus articulaciones se sentían pesadas, y apenas y podía mantener los ojos abiertos.
Robotnik por su parte solo miró como su aliado era arrojado, levantó las manos hasta su cabeza, haciendo ruidos robóticos, y luego giró su cabeza, como si no pudiera procesar lo que acababa de pasar.
Sonic seguía en el suelo, sin la fuerza para levantarse, solo escuchó que algo muy pesado se caía, la tierra tembló y él saltó un poco sobre el mismo suelo, sorprendido, reunió las fuerzas para abrir los ojos, frente a él había un gigante rojo, tenía los brazos en posición defensiva.
—¿Qué...? —susurró, ese día no dejaba de traer sorpresas.
Antes de que pudiera formular más preguntas, alguien más se asomó por la ventana.
—¡Sube, estamos de tu lado! —era un pequeño zorro de pelaje amarillo.
—Lo siento... ¿Quiénes son ustedes? —preguntó, pero luego hizo una mueca, incluso hablar lo debilitaba, intentó levantarse pero sus brazos eran débiles como espaguetis.
El zorro notó que a Sonic le costaba levantarse, así que se bajó de un salto y se agachó para acomodar el brazo del erizo sobre sus hombros.
—Vamos, tenemos que salir de aquí.
—N... no puedo —alcanzó a decir.
El gigante rojo miró por encima de su hombro, antes de mirar de nuevo al frente, Sonic entonces notó las rastas, y supo de qué especie se trataba.
—¡Zorro! ¿Qué le pasa al erizo? —preguntó el equidna.
—No lo sé, pero parece estar debilitado —respondió.
Con el apoyo del zorro, Sonic logró ponerse de pie, no sabía cómo, pero los brazos de ese pequeño eran muy fuertes, tan solo uno sostenía su espalda para evitar su caída, pero entonces notó que el zorro lo sujetaba del brazo con ambas manos, entonces... ¿Qué tenía en la espalda? Sonic echó un vistazo, y vio que estaba rodeado por dos colas, se sentían suaves y esponjosas.
—Esa... lagartija... me hizo algo —con mucho esfuerzo, Sonic levantó el brazo y señaló la alacena destruida.
—Oh genial, hay más —dijo Robotnik, viendo a los tres animales antropomórficos.
En ese mismo instante, Rava salió de un salto y aterrizó a pocos metros del trío, los miró y gruñó enseñando sus colmillos, el zorro y el equidna abrieron los ojos al verlo.
—No puede ser... ¿tú otra vez? —le preguntó el zorro.
El equidna solo apretó los dientes.
—Vaya, vaya, que coincidencia encontrarnos acá —rió Rava.
Eggman bajó los escalones y camino hasta el reptil, colocándose a su lado.
—¿Amigos tuyos? —le preguntó.
—Una peste que estoy a punto de eliminar.
Eggman sonrió abriendo los ojos, giró su cabeza hacia los alienígenas.
—Bueno, déjame darte una mano con tu problema de plagas.
Levantó el dedo índice, y este volvió a iluminarse, sonrió mostrando los dientes, el zorro ahogó un grito.
«Se ve más aterrador en persona» pensó.
—Tú, sucio y deshonroso lagarto —exclamó el equidna—, así que por eso estabas buscando el erizo, ¡quieres la Esmeralda Madre!
Rava abrió los ojos, y bajó un poco su vara.
—La Esmeralda Madre... ¿está aquí?
El zorro tragó saliva, algo le decía que su compañero estaba hablando de más...
—¡No juegues juegos conmigo, lagarto! —Gritó el equidna señalándolo con un puño—, millones son los que han perseguido el poder supremo, pero no permitiremos tú, o él, lo consigan.
Al oír «poder supremo », Robotnik prestó más atención, dio unos pasos hacia el equidna.
«Ahora estás hablando mi idioma, bruto espacial» pensó para sus adentros.
—Eh... Knuckles, creo que ya no deberías decirles más —dijo el zorro retrocediendo un poco.
«Knuckles, así que se llama Knuckles» pensó Sonic, por más tiempo que pasaba, no recuperaba sus fuerzas.
—Oh, no te preocupes zorro —dijo Rava, volviendo a alzar su vara, el cristal de la punta se iluminó—, ya tengo todo lo que necesito saber.
—Entonces, ¡toma esto!
Knuckles gritó y se lanzó al ataque, listo para golpear al reptil, pero este oprimió un botón, al momento que Knuckles lo golpeó, un escudo de fuerza lo protegió, provocando que la fuerza del impacto lanzará a Knuckles hacia atrás, por suerte, el equidna giró en el aire y aterrizó a cuatro patas.
«Eso es nuevo» pensó el zorro.
Eggman se rió mientras se hacía a un lado, no era ningún secreto que, físicamente, no era tan amenazante, claro que tenía lo suyo cuando había que pelear, pero sabía que no estaba a la altura de esos dos, dejaría que la salamandra se encargara del equidna, si tenía suerte, pudiera ser que los dos se matarán entre sí.
Rava miró a Knuckles sonriendo, Knuckles entrecerró los ojos, el reptil apuntó hacia él y le disparó una bola de energía, por suerte, el guerrero la esquivó y empezó a correr contra él, Rava disparó de nuevo, Knuckles saltó del punto de impacto y aterrizó en el otro lado, sin dejar de correr.
Rava gruñó y disparó nuevamente, pero por más que atacaba, Knuckles siempre lo esquivaba y seguía avanzando, cuando solo los separaban unos metros, Rava se preparó para activar el escudo, Knuckles se apoyó en ambas piernas, y dio otro salto, Rava estaba listo para atacarlo, solo que Knuckles no intentó golpearlo, sino que paso por encima del reptil, aterrizó detrás de él, y ahora sí, lanzó un puñetazo; por desgracia, Rava entendió lo que quería, así que movió la vara hacia su espalda, pasándola por encima de su cabeza con ambos brazos, activó el escudo y Knuckles salió nuevamente para atrás, al detenerse, hizo una mueca, el reptil era rápido. Rava giró sobre sus pies, atacándolo con la vara, Knuckles alzó sus puños para proteger su rostro, la punta le pegó en las manos y lo empujó hacia atrás, en ningún momento rompió su posición, así que una gran línea se abrió en la tierra.
Knuckles bajó la defensa y gruño, ese había sido un buen golpe, aunque no lo suficiente para hacerlo desistir, las manos le dolían, otros dos o tres ataques como esos, y empezarían a tener problemas.
Se preparó para un nuevo asalto, el brazo derecho comenzó a arderle, soltó un grito y se llevó una mano al punto de dolor, se miró, descubriendo que tenía un corte en forma de línea recta, de donde estaba sangrando. Apretó los dientes para no gritar, se dio la vuelta y vio a Eggman, quien le apuntaba con el índice iluminado.
—Ups —dijo con falso arrepentimiento, y llevándose la mano libre al pecho, antes de cambiar su expresión por una de malicia—, mi error.
Knuckles iba atacarlo, pero Rava aprovechó para golpearlo con su cola, arrojándolo contra la cerca, Knuckles cayó encima aplastándola, ahora estaban en problemas, el reptil era fuerte.
Mientras tanto, el zorro había aprovechado para ayudar a Sonic a subir al asiento del copiloto, el erizo seguía débil, una cosa que odiaba, quería ponerse de pie y estar ayudando en la batalla, pero tan siquiera poner un pie por enfrente del otro era una tortura, como si tuviera zapatos de concreto.
—No te preocupes, Sonic, vamos a sacarte de aquí —le aseguró el zorro, acomodándolo en el asiento.
Se escuchó el grito de Knuckles, el zorro miró por la esquina de la patrulla, y vio cómo su compañero era golpeado por Rava. Apretó los dientes, aún con su fuerza y habilidad, sería demasiado para Knuckles enfrentarlos solos, se volvió hacia Sonic.
—Espera aquí.
Dicho eso giró sus colas y voló hacia la pelea.
—No iré a ningún lado amiguito.
...
Rava estaba riéndose, ahora que el equidna estaba derribado, sería su oportunidad perfecta para acabar con él.
—¿El guerrero más peligroso de la galaxia? ¡Ja! —se burló, apuntó el cristal hacia Knuckles.
El boomerang de Tails lo golpeó en la mandíbula, provocando que soltara su arma y cayera al suelo, Eggman miró confundido a su compañero, había estado demasiado concentrado en el rojo, casi quería pedirle a Rava que no destruyera el cuerpo para poder diseccionarlo; cuando levantó la vista, lo único que pudo ver fue la suela del zapato de Tails antes de que lo pateara en la cara.
Robotnik gritó mientras caía sobre unos arbustos, Tails revisó a ambos oponentes, los dos estaban fuera de combate, por ahora; voló hasta Knuckles, quien ya estaba levantándose.
—Knuckles, ¿estás bien? —le preguntó aterrizando a su lado.
—Mi cabeza da vueltas —respondió, llevándose una mano a la sien.
Tails iba a ayudarlo a parar, un brillo azul los iluminó, ambos voltearon a ver, Rava se había recuperado, y les apuntaba con la vara.
—Es, la última vez que haces eso, zorro —lo amenazó viéndolo con ojos de fuego.
Tails tragó saliva, pero rápidamente Knuckles se puso frente a él, y extendió ambos brazos hacia los lados, protegiéndolo con todo su cuerpo, el pequeño abrió los ojos, y examinó a Knuckles de arriba abajo.
¿En verdad lo estaba haciendo? Knuckles le había dicho que le caía bien, ¡pero no pensaba que TAN bien!
Por su parte, el equidna ni siquiera lo dudo por ningún segundo, estaría feliz de irse protegiendo a su compañero, no había forma más honrada de morir, y en batalla además.
—Zorro, mientras mi cuerpo es calcinado, huye con el erizo y encuentren la Esmeralda, no dejes que caiga en sus manos —fue su último deseo, y tenía fe en que el zorro y el erizo lo lograrían.
Tails iba a protestar, pero Rava puso su garra sobre el botón.
...
Sonic se había recostado, seguía agotado, tan solo podía escuchar la pelea.
«No puedo quedarme aquí sentado sin hacer nada... tengo que ayudar» pensó, no conocía a esos dos, pero ya le habían salvado la vida, y por lo que escuchaba, no estaban ganando. Así que reuniendo todas sus fuerzas, levantó una mano y abrió la puerta.
Se bajó y abrió los ojos, el reptil tenía amenazados al zorro y al equidna con su vara, en eso notó que el arma brillaba, con el mismo azul de su energía, levantó ambos brazos a los costados, le seguían pesando, pero ahora tenía una motivación extra.
«Ese es mi poder, y juré que lo usaría para proteger, no para destruir» pensó, no permitiría que esa lagartija siguiera causando destrucción con él.
La energía regresó a su cuerpo y empezó a brillar, mientras sus púas se erizaban, algo era diferente esta vez, no estaba al cien, lo sabía, podía sentirlo, pero no importaba, con lo que tuviera iba a detenerlo.
Se colocó en posición y miró al frente, en otras circunstancias habría gritado, pero ahora el factor sorpresa sería más recomendable.
«Si quieres mi poder, voy a dártelo».
Pensando eso salió corriendo, se hizo una bola, y se preparó para el impacto.
...
—¡Despídanse! —Gritó Rava.
Knuckles apretó las cejas, Tails cerró los ojos, un fuerte brillo azul apareció en el rostro de Rava, el reptil giró su ojo hacia ese lado, y tan solo pudo notar una pelota azul que iba directamente hacia él.
—No otra vez —dijo con cansancio.
Sonic lo golpeó en las costillas, sin tiempo para que pudiera protegerse, el golpe fue lo suficientemente fuerte para que Rava soltará su vara, y nuevamente fuera arrojado contra la cerca, partiéndola en pedazos.
Sonic regresó a su forma normal, solo que, ahora se sentía peor, ahogó un grito y se derrumbó en el suelo, aquel ataque le costó casi todas sus energías, si seguía así caería muerto.
«Tengo que... recargarme» pensó, abrió los ojos, y notó que la vara estaba muy cerca de él, «pude recuperar la energía de la púa que Eggman me robó, quizás pueda hacer lo mismo aquí».
Extendió una mano hacia la punta, con su palma abierta y se concretó.
«Es mi poder, no el de él, ni el de Robotnik, solo yo puedo portarlo» la vara se agitó un poco, pero nada más, Sonic entrecerró los ojos, tenía que hacerlo mejor que eso, «por favor, lo necesito para proteger a los que amo».
El círculo se iluminó, y la energía salió de el para darle a Sonic en el pecho, inmediatamente las fuerzas regresaron a su cuerpo, las extremidades que antes parecían estar hechas de concreto volvieron a su peso normal, ya no le costó nada levantarse.
«¡Sí! ¡De eso estoy hablando!».
...
Knuckles había estado listo para recibir el impacto, cuando el erizo apareció y golpeó a Rava, el equidna lo siguió con la mirada y luego la regresó al erizo, Sonic estaba absorbiendo la energía del báculo, y parecía que se estaba recuperando, pero un rayo por poco le corta los dedos de las manos, Sonic logró apartar la mano apenas a tiempo; Eggman le había apuntado.
—No temas, erizo, puedes sobrevivir aún con un solo dedo —luego miró a Tails haciendo una mueca, el pequeño trago saliva—, y tú... ¿Cómo te atreves a tocarme, maldito fenómeno de dos colas?
Tails ahogó un grito, ¿por qué demonios tuvo que usar ese insulto? Por más que quiso evitarlo, en su mente se filtraron los recuerdos de todas las veces que Billy, Patrick y Henry lo molestaron, y de todos los demás que susurraban cuando el pasaba, llamándolo justamente así.
Knuckles miró de reojo a Tails, notando su expresión herida, luego de regreso al doctor, con toda la ira que sentía, ¿Cómo se atrevía a insultar a su amigo? Crujió sus nudillos, Eggman había atravesado la línea.
Pero antes de que pudiera hacer algo, una bola de tierra golpeó a Robotnik en la cara, manchándosela toda, el doctor retrocedió confundido, no muy lejos de ahí, Sonic tenía otra bola en su mano.
—Por favor, como si tú tuvieras derecho de criticar a alguien —dijo Sonic poniéndose de pie—, ¿ya viste tu nuevo look? Pareces una fusión del profesor X con el tipo del Monopoly.
Eggman se limpió la mugre de la cara, y lo miró con molestia.
«Genial, ya le regresó el sentido del humor» pensó enojado.
—Además —agregó Sonic mirando Knuckles y Tails—, ¿ya vieron ese bigote? Eso sí es un verdadero fenómeno.
Eggman se llevó una mano una mano a su mostacho, ofendido, Tails no pudo contenerse y empezó a reírse, olvidando así el insulto de hace unos momentos.
—Solo a Sonic el erizo podría ocurrírsele algo así —dijo Tails limpiándose una lagrima del ojo.
Sonic sonrió, a pesar de que acababa de conocerlos, ya le habían salvado la vida, y era obvio que estaban peleando de su lado, así que no dejaría que Robotnik lo insultara, dos colas o no.
—Oye, a mi pudo habérseme ocurrido —agregó Knuckles, no entendía porque el zorro se reía, esa broma era muy débil, a él pudo ocurrírsele una más original como... como... solo necesitaba tiempo.
Tails miró a Knuckles entrecerrando un ojo y bajando una oreja, era su imaginación, o Knuckles sonaba... ¿celoso?
Eggman solo escupió un poco de tierra de la boca.
—Sí, di todas las bromas tontas que quieras, pero al final nada importara, porque ahora que he regresado —alzó el puño y lo cerró—, tú y toda tu banda de...
Miró a los dos nuevos animales, quienes le regresaron miradas enojadas, Robotnik giró ligeramente los ojos de regresó a Sonic, y agregó con un susurro:
—Furros.
Sonic abrió los ojos y entrecerró las cejas.
—Oh, ahora sí te pasaste.
Eggman se rió de su propia broma haciendo ademanes con sus manos.
—Tu banda de furros y tú pronto sabrán lo que pasa cuando te metes con la mente más grande del mundo.
Sonic se preparó para atacarlo de nuevo, una enorme bola de tierra golpeó a Robotnik en el pecho, había sido mucho más grande que la suya, lo que provocó que el doctor se cayera, y que todo su estómago estuviera enterrado bajo una pila de tierra.
—¡Ja, ja! —Se rió Knuckles mientras se limpiaba las manos—, ¿viste eso, zorro? Mi bola fue más grande que la del erizo.
Tails estaba empezando a creer que Knuckles sí se había puesto celoso, y que intentaba ganarle a Sonic, miró al erizo, pero él solo se encogió de hombros y alzó las manos, no sabía que esto era una competencia, se escuchó un quejido, todos voltearon a ver la cerca, Rava se estaba levantando.
—No tenemos tiempo para hablar, tenemos que salir de aquí —dijo, ya después podría preguntarles quienes eran, y que diablos estaba pasando.
Tails asintió la cabeza, Knuckles no quería dejar la pelea así, en su opinión, deberían acabar con esos dos, pero por otro lado, Rava consiguió robar algo del poder del erizo, y algo le decía que podría hacerlo de nuevo, además, si Sonic realmente tenía la clave para hallar la Esmeralda Madre, sería muy arriesgado que cayera en sus manos, la retirada era la mejor opción, por ahora.
—Muy bien, pero que quede claro que no estamos huyendo, estamos retirándonos —aclaró Knuckles mientras corrían a la patrulla.
—¿Cuál es la diferencia? —preguntó Tails mientras volaba a su lado.
—Es más honroso.
Sonic se subió al asiento del copiloto, mientras que Tails al principal, y Knuckles atrás; tan solo estuvieron los tres adentro, Eggman regresó, lanzándose sobre el capo, los tres gritaron al verlo.
—¡Sácanos de aquí! —Le gritó Sonic al zorro, al momento que Robotnik empezó a arañar el cristal mientras ladraba—, ¡Ah, tiene rabia!
—Más le vale que no sea contagiosa —exclamó Knuckles.
Mientras que Tails oprimió un botón de su gizmo, y los imanes se activaron.
—¡Vamos! —Dijo, mientras que Robotnik empezó a lamer la ventana—, ¡Ugh, que asco! ¿Está lamiéndolo?
El zorro giró el volante, provocando que el auto diera una vuelta, y que Eggman se cayera hacia unas plantas.
—¡Nos vemos! —canturreó Tails.
—¡Asegúrate de que te pongan todas tus vacunas, Eggman! —se rió Sonic mientras se alejaban de la propiedad.
Knuckles se asomó por una ventana, y agitó un puño en el aire.
—¡Sí, que te pongan tus vacunas tú... extraño mono sin cabello... y.... cabezón! Sea lo que sea una vacuna —gritó.
Tails lo miró de reojo por el retrovisor, ¿ahora Knuckles quería ser más hablador y ocurrente que Sonic? Aunque eso realmente era difícil, ¿Qué mosca le había picado? Porque de repente pasaba de ser un temerario guerrero que ni se inmutaba, a tratar de competir con quien, en un principio, había querido asesinar.
Pero rápidamente se dijo que solo estaba alucinando, Knuckles era un guerrero sin igual, no veía razón porque estaría celoso de Sonic, además, tenían que escapar de ahí.
Cuando la patrulla enfiló hacia la carretera, Rava se levantó de la pila de escombros y miró al frente, tan solo alcanzó a ver como las luces rojas y azules se perdían, entrecerró los ojos mientras gruñía, había esperado mucho por este momento, no lo iba a dejar ir tan fácil, así que sacó su lengua y la lanzó hacia su vara, luego la jaló hacia sí, y la atrapó con una mano, la volvió a hacer círculo y se puso a cuatro patas.
«La cacería apenas comenzó» se dijo, y paso seguido, empezó a correr detrás de ellos mientras rugía, como el monstruo que era.
Eggman apenas estaba levantándose cuando el reptil pasó a su lado, lo hizo tan rápido que apenas tuvo tiempo de mirarlo.
—Nada mal —dijo, queriendo diseccionar a esa cosa, y revelar que secretos tenía en su interior.
«Ahora que hay todo un zoológico aquí, bien podría aprovecharme para ver que puedo sacar de estas bestias, las cuatro» pensó con malicia mientras se levantaba, y luego estaba el detalle que mencionó el bruto rojo, «poder supremo».
...
—Sonic —exclamó Tails preocupado—, ¿estás bien?
El erizo se revisó el cuerpo con la mirada, y pasando una mano por todo su ser, tenía algunos moretones por los golpes, pero sus órganos seguían en su lugar, y no sangraba de ningún lado.
—Estoy bien.
Tails sonrió y miró a Knuckles.
—¿Qué hay de ti, Knuckles, todo bien?
—Estoy perfectamente bien, el lagarto y el simio no son rivales para mí.
Sonic le echó un vistazo, tenía un corte bastante feo en el brazo derecho, la sangre ya se había coagulado, pero el corte seguía fresco, dejando la piel quemada al descubierto, Sonic hizo una mueca al verla.
—Tenemos que tratarte eso —le dijo señalando su herida.
Knuckles se miró el corte, y luego de regreso a Sonic.
—Tonterías, esto no es nada, erizo, he enfrentado seres más letales y peligrosos que me han dejado peores marcas que esta, esto no es más que un rasguño de un sinvergüenza que ataca por la espalda, la más deshonrosa...
—¡Agh! —exclamó un desesperado Sonic, miró a Tails y señaló con un dedo a Knuckles—, ¿siempre habla así?
—A veces, sí —respondió el zorro—, le gustan las... viejas costumbres.
—Puedo ver eso.
Knuckles miró un poco molesto a Sonic, y luego a Tails, sintiéndose un poco traicionado.
—No hay nada de malo con las viejas costumbres.
—No estoy diciendo que sean malas, solo digo que no tienes que ser tan redundante con tus palabras.
—¿Qué es redundante? —preguntó Knuckles con sinceridad.
—Oh, verás, es cuando... —entonces Sonic recapacitó de la locura que era toda esa situación—, esperen un minuto... ¿Qué está pasando aquí? ¿Quiénes son ustedes? ¿Robotnik regresó? ¿Y trajo a Godzilla con él?
Con toda la emoción de la pelea y el escape, apenas había tenido tiempo para formular todas las preguntas que tenía, las principales siendo las que lo ayudaran a entender quiénes eran estos salvadores que llegaron antes de su perdición.
—Oh, es cierto, lo sentimos Sonic, no hubo mucho tiempo para presentarnos con toda la conmoción —dijo Tails amablemente.
«Y yo que creí que nos sentaríamos a hablar tranquilamente de la situación» pensó Tails, y ahora que dejaron el peligro atrás, no pudo evitar que su fanatismo se apoderara de él.
—Muy bien, antes que nada, déjame decirte que es un gran honor conocerte al fin, Sonic —se emocionó tanto que empezó a saltar en su asiento, estaba aquí, sentado a su lado, ¡en verdad era él! —, ¿puedo llamarte Sonic?
«Aunque ya lo hiciste, varias veces» pensó, «bueno, fue solo porque no había realmente ocasión para preguntarle, pero ahora que sí puedo, es mejor asegurarme».
—Todos me llaman Tails, seguramente te preguntaras porque.
Sonic miró a las colas del zorro, ya se había hecho una idea.
—Déjame adivinar, ¿es por la cola extra?
—¡Tienes razón! —Respondió el zorro, como si hubiera sido un descubrimiento enorme—, debí saber que lo entenderías.
—Oye, yo lo entendí cuando nos conocimos —interrumpió Knuckles, sonaba molesto.
—Oh, lo siento, Knuckles.
«Aunque si lo entiendes... ¿Por qué sigues llamándome por mi especie, en vez de mi nombre?» Pensó Tails, sabía que no era para insultarlo, ya que también se refería a Sonic como erizo en vez de su nombre, pero si Knuckles era consciente de su apodo, ¿por qué no lo usaba?
El equidna rodó los ojos, sabía que el zorro estaría emocionado por conocer al erizo, pero jamás se imaginó que estaría así de contento.
—Y él es mi compañero, Knuckles, el último de los equidnas y el más temido guerrero de toda la galaxia.
Knuckles se llevó una mano al pecho orgullosamente.
—Finalmente nos conocemos, erizo, pensé que serías más alto.
Sonic entrecerró una ceja, ¿pensó? ¿Por qué esos dos hablaban como si ya lo conocieran?
—Okay, Tails y Knuckles, ¿verdad?
Tails asintió con la cabeza.
—Muy bien, ¿por qué hablan como si supieran quién soy? ¿Por qué están aquí? ¿y cómo sabían que Eggman regresaría con una lagartija sobrealimentada?
—Porque eres el aprendiz de Garra-Larga, ella debió dejarte una pista para encontrar la Esmeralda Madre.
Eso hizo que Sonic abriera sus ojos, y se asomara por el asiento para ver a Knuckles más de cerca.
—¿Garra-Larga, la conociste?
—Ella y su pueblo fueron los enemigos mortales de mi gente, luchamos y morimos a sus manos —siguió Knuckles, con rencor.
Tails tragó saliva, ya estaban en la parte incomoda de la conversación.
—Knuckles...
—Solo hablo la verdad, zorro, no estoy culpando al erizo de nada.
Pero para Sonic, nada de lo que decían tenía sentido, solo estaban confundiéndolo más.
—No entiendo nada de lo que dicen, ¿podrían ir más despacio?
Knuckles soltó un quejido y se sentó.
—Mejor te dejó la habladuría a ti, zorro, se te da mejor que a mí.
Tails asintió con la cabeza.
—No te preocupes, le diré todo lo que necesita saber,
Knuckles solo sonrió.
—Verás Sonic, lo que pasa es que...
Un rugido lo interrumpió, los tres miraron hacia atrás, Rava había aparecido por la intersección, y empezó a correr hacia ellos.
—¿Qué ese reptil nunca se da por vencido? —preguntó Tails molesto.
—Lo haría si supiera lo que es bueno para él —agregó Knuckles crujiendo sus nudillos.
Sonic lo miró y se llevó una mano al pecho, no le gustaba admitir cuando tenía miedo, pero... cuando esa cosa uso su máquina con él, sintió como si le arrancarán el alma, era algo que jamás quería volver a experimentar en su vida.
—Ese lagarto se hace llamar, Rava el Destructor, tuvimos un encuentro con él mientras te estábamos buscando —le explicó Tails—, parece que tiene una obsesión contigo y conmigo.
—¿Cómo así?
—No lo sabemos, me llamó zorro antiguo, y dijo que también te estaba buscando.
Eso... no ayudaba en nada a Sonic, pues igual que Tails, no tenía ni idea de a que podría estar refiriéndose Rava, nunca antes lo había visto, ni Garra-Larga mencionó nada de él, así que estaba perdido.
—Yo creo que solo está loco, y todo lo que dijo solo era para distraernos de su verdadero plan —mencionó Knuckles, no apartaba la vista de su enemigo—, encontrar la Esmeralda Madre.
—¿La Esmeralda Madre? —Preguntó Sonic—, eso solo es un cuento para antes de dormir.
Le entró un poco de nostalgia al recordar que Garra-Larga solía contársela para arrullarlo.
—¡No lo es! —Respondió Knuckles enojado—, es tan real como tú, yo y el zorro, y si dejamos que caiga en las manos de ese lagarto, todo estará perdido.
Rava era rápido, en tan solo unos pocos segundos había logrado acortar la distancia entre ellos, tanto así, como para conseguir un tiro directo, se colocó a dos patas y oprimió el circulo, su vara apareció y apunto al frente, justo a la patrulla.
«¡Coman esto!» Pensó mientras disparaba.
Una bola de energía azul salió hacia el coche, su brillo los iluminó, que fue lo que advirtió a Sonic, vio por el retrovisor, dándose cuenta del ataque, ahogando un grito, se lanzó sobre el volante para girarlo, sorprendiendo a Tails.
—¡Oye! —se quejó.
—¡Déjame conducir!
Apenas pudo mover el coche lo suficiente, pues la bola golpeó en el pavimento a un lado de ellos, provocando que la patrulla perdiera el equilibrio y empezara a dar vueltas sin control. Los tres gritaron mientras se agarraban de lo que encontraban para no salir volando, Rava se rió al ver su trabajo, guardó la vara y fue de nuevo contra ellos.
Cuando el coche se detuvo, quedando al revés, los tres se sacudieron un poco antes de pararse, las cabezas de cada uno daban vueltas, y todo se veía borroso, fue Sonic el primero en recuperar la compostura, y ver que Rava iba contra ellos. Gritando, se puso en el asiento del conductor, empujando un poco a Tails, quien seguía muy mareado como para protestar. Sonic se puso al volante, y entonces notó los imanes.
—¿Pero qué...?
En eso, Tails recuperó la concentración, sacudió la cabeza y vio que Rava iba contra ellos, gritó y miró a Sonic.
—Vamos, ¿Por qué no arranca?
Sin perder más tiempo, Tails activó los imanes, se fueron hacia atrás, Rava gruño al ver que se alejaban, así que corrió con más fuerza, mientras tanto, Sonic no podía dejar de ver por encima de su hombro para comprobar que no chocaban contra nada.
—Vamos, si Michelle Rodríguez puede hacer esto, tú también.
Giró el volante con fuerza, el auto volvió a girar, y aunque aún fue duro, esta vez no los agarró tan fuerte, eso no evitó que gritaran otra vez, al final, el auto regresó a su posición inicial, y enfilaron de nuevo al frente, Knuckles miró por la ventana para ver el cambio de posición, y sonrió.
—¡Bien hecho, erizo, Michelle Rodríguez está de nuestro lado!
Quizás acabara de conocerlo, pero algo le decía a Sonic que esa clase de comentarios era lo normal en Knuckles, prestó atención de nuevo al frente, y notó que estaban por llegar a un semáforo, y que les tocaba la luz roja, miro hacia atrás, Rava estaba cerca.
Miró preocupado al frente y tragó saliva, sabía lo que tenía que hacer.
«Lo siento Lord Dona», pensó, debía estar avergonzando tanto a todos los Wachowski, pero bueno, de seguro era el primero en ser perseguido por un reptil gigante.
—¡Sujétense! —Gritó Sonic—, ¡Tails, pisa el acelerador!
El pequeño no sabía muy bien lo que Sonic quería, pero no había tiempo para cuestionarlo, así que activó el imán y dieron un arrancón, cada uno ahogó un grito mientras aceleraban, un camión estaba por atravesar la calle, Sonic apretó los ojos mientras sujetaba el volante con más fuerza, era ahora o nunca.
Pasaron el semáforo, el camión les tocó el claxon, Sonic giró el volante para esquivarlo, apenas y lograron escapar, pues la punta del camión estuvo a punto de golpear la puerta trasera, por suerte lograron escapar, luego Sonic no redujo la velocidad, logrando adelantarse a otros dos coches que venían del lado contrario, por suerte, no paso de que les tocaran la bocina.
—Uff —suspiró Sonic, feliz de que sobrevivieron a eso—, creo que lo perdimos.
Miró a sus acompañantes, todos se veían igual de aliviados, el rugido de Rava volvió a escucharse, el reptil saltó encima del camión, y luego hacia ellos, aterrizando encima, el golpe fue tal que reventó los vidrios de las ventanas, e hundió un poco el techo, los tres gritaron mientras veían hacia arriba.
—¡No lo perdimos! ¡Definitivamente no lo perdimos! —chilló Sonic.
Para su sorpresa, Knuckles se rió, los dos de adelante lo miraron confundidos.
—¡El erizo se equivocó! —Estaba feliz de ello, esperaba que al menos así el zorro viera que Sonic no era perfecto, pero luego se dio cuenta de lo que eso significaba—, oh no, el erizo se equivocó.
Sonic rodó los ojos.
Rava golpeó el techo, atravesándolo, hubo un nuevo grito cuando la garra apareció, y luego intentó atraparlos.
—¡Tenemos que deshacernos de él! —gritó Knuckles mientras se agachaba para que las garra no lo atrapara.
Tails miró por la ventana, estaban en unas curvas, si se salían del camino caerían por lo menos cien metros de altura, era hora de ver si Rava sobreviviría a eso.
—Tengo una idea —les dijo.
Knuckles asintió con la cabeza, Tails miró entonces a Sonic.
—¿Confías en mí... en nosotros?
—¡Por supuesto que no! ¡Acabo de conocerlos!
—¡Si quisiéramos matarte, erizo, te habríamos dejado allá atrás! —gritó Knuckles mientras lidiaba con Rava.
Sonic lo miró rápidamente, y luego de nuevo a Tails, el equidna tenía un buen punto.
—Okay —cedió—, lo que sea que vayas a hacer, hazlo.
El pequeño sonrió.
—Gracias, permíteme.
Y sin previo aviso, Tails tomó el volante y lo giró hacia el precipicio.
—¿¡Pero qué...?! —Gritó Sonic, demasiado tarde, pues la patrulla atravesó la barrera y cayeron en picada—. ¡Ahhhhhhhhhhhh!
«¡Jamás debí confiar en este zorro, está loco!» Se dijo.
Rava notó lo que pasaba, así que saltó hacia la colina, sus garras se clavaron en la tierra, miró de nuevo al coche.
Knuckles se pasó al asiento de adelante, sujetando a Sonic del pecho, el erizo lo miró confundido.
—¡¿Qué estás haciendo?! —preguntó aterrado.
—Confía en el zorro, es listo.
«Están locos... ¡estos dos están locos!» Pensó desesperado.
—¡Knuckles, la puerta! —ordenó Tails.
El equidna asintió con la cabeza, de un golpe la hizo volar, de un salto, Tails salió y empezó a agitar sus colas, volvió al auto y le ofreció la mano a Knuckles, él la aceptó, al cargarlo Tails tuvo que usar sus dos manos para que no se le cayera, ahora con el peso sumado de Sonic, eran mucho más pesados, por suerte, la adrenalina del momento lo estaba ayudando.
Sonic no dejaba de gritar, tenía los ojos cerrados esperando lo peor, pero al no sentir nada, se animó a abrirlos, y se sorprendió al ver que estaban flotando en el aire.
—¿Qué? —miró hacia arriba.
Knuckles lo tenía abrazado, mientras que Tails estaba volando.
—¿Acaso su trasero se convirtió en un helicóptero?
Tails se rió mientras se alejaba de ahí.
—Trase-coptero, solo Sonic el erizo pudo pensar algo así.
—Oye, yo también pude pensarlo —dijo Knuckles molesto—, ¿qué es un helicóptero?
Sonic rodó los ojos.
Desde su punto, Rava los seguía observando, mostró los dientes al ver como se alejaban, activó su vara y les apuntó con ella, aún le quedaba un truco bajo la manga.
«Despídanse» pensó.
Sonic escuchó el sonido del mecanismo, miro hacia atrás, notando que Rava iba a disparar.
—¡Cuidado!
Knuckles y Tails voltearon, viendo lo que estaba por ocurrir, Knuckles hizo una mueca, Tails se esforzó por ir más rápido, pero no podía, no con ese peso.
—¡No puedo ir más rápido!
Sonic se quedó pensando, ¿ahora qué? ¿Cómo saldrían de eso? Se agitaron un poco, lo que hizo que su bolsa se sacudiera, y los anillos chocaran entre sí.
«¡Eso es!» Pensó.
Ya que Knuckles lo sostenía, tenía ambos brazos libres, rápidamente abrió su bolsa y sacó un anillo, lo lanzó hacia el frente.
—¡Rápido, entra!
Los ojos de Tails se iluminaron al ver el brillo amarillo.
—¡Brillante, debí saber que Sonic el erizo tendría un plan!
Knuckles gruñó.
Tails se dirigió al portal, por desgracia, Rava no iba a dejarse vencer así de fácil.
«Oh no, no lo harán» y disparó.
La bola golpeó en la parte superior del anillo, justo al momento en que el trío lo atravesaba, causando una explosión que los sacó volando.
—¡Ah!
—¡Ough!
—¡Agh!
Los tres aterrizaron sobre pasto, con restos de la explosión cayendo alrededor, el anillo había quedado destruido, así que el portal desapareció, y lo que quedó de la joyería cayó al suelo.
Rava se rió, quizás no los capturó, pero al menos dio el último golpe.
...
Sonic fue el primero en levantarse, todo el cuerpo le dolía, sumando a un ardor en su espalda.
—¿Tails, Knuckles?
Miró alrededor, al menos el lugar le era familiar, el campo de béisbol, Knuckles estaba tirado a unos metros de él, pero ya se estaba levantando.
—Ese lagarto me las va a pagar —dijo con odio, el brillo rojo apareció en sus ojos.
Reuniendo todas sus fuerzas, Sonic se puso de pie, al menos seguían con vida.
Escuchó un chillido.
Giró la cabeza a donde vino el ruido, ahí estaba acostado Tails, y no había salido ileso.
—¿Zorro? —preguntó Knuckles incorporándose, la vista que tuvo de su compañero no lo hizo sentir mejor.
—Ai no —susurró Sonic.
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