
2 - Estación Takeshi
¿Cuánto se puede llegar a enfrentar por la persona que amas? ¿Y cuánto a dejar?
¿Cuánta fuerza puede darte un sentimiento?
¿Y cuánto estas decidido, o decidida, a sacrificar por ello?
Porque no lo olvides;
quien otorga,
recibe.
-¡Mi amor! ¡Es una niña! ¡VA A SER UNA NIÑA!-
-¡LA NIÑA DE PAPÁ!- Lida se paró de su asiento para alzar los brazos.
Acababan de recibir la llamada confirmando la buena salud y el sexo del bebé. Se suponía que lo sabrían llegados a Busan, pero las ansias de los padres primerizos obligaron al doctor a decirlo, y que de buena gana ni bien tuvo los resultados los llamó personalmente.
Y ahora sentados en el vagón n° 13 estaban rebosantes de felicidad.
-Cariño, quiero chocolates con nuez para celebrar-
-Eh, creo que. . . no quedan ¿¡CARIÑO!?- el peliazul casi se muere al ver a su mujer sollozando
-¡Quiero unos bombones! ¿No puedes buscar unos para tu esposa que está embarazada? ¡Eres muy cruel!-
-¡Q-Q-Q-Quisiera ir, pero no puedes quedarte sola, por favor! ¡En cualquier momento podría marcharse el tren!-
-¡Felicidades por su hija!- una pequeña de bucles castaños se había parado en su asiento para ofrecerle a Momo una corona de rositas.
-April, no ofrezcas el regalo así. Da la vuelta y dáselo en mano, perezosa- una mano pellizcó un poquito la mejilla de la menor haciendo que se ría y obedeciera. Vestida con una camisa blanca larga y una pollera roja, era encantadoramente tierna. También tenía una coronita puesta, pero de rosas sirias, comunes en Corea del Sur.
-Muchas gracias. . .- Momo estaba muy contenta con su regalo y al ponérselo ofreció a la criatura tocar su pancita
-¿Puedo, hermana?- refiriéndose a la mujer que la acompañaba, la pareja se sorprendió al oír que no era su madre, ya que se comportaba como tal. La joven se levantó de su asiento y le acarició sus cabellos
-Si te lo permiten, si. Sólo hazlo con delicadeza; mientras iré a la tienda por unos dulces para el viaje ¿Usted necesita algo?-
-¡Chocolates con nuez por favor!- Lida se levantó haciendo gestos raros con las manos y agradeciendo se dispuso a sacar su billetera
-No se preocupe, será un regalo ¿April, te traigo algo?-
-Hilo rojo por favor, me falta para terminar la última corona-
-Okey, pórtate bien. Cualquier cosa tienes tu celular para llamarme-
-¡Hermana, vas a la tienda!-
-No me importa señorita perezosa- le tocó la punta de la nariz gracilmente con un dedo para bajar e ir a comprar las cosas. De paso, necesitaba inspeccionar los alrededores. Se mantenía inquieta, esa sensación persiste; y no entiende el por qué.
-Tu hermana es muy amable señorita, por cierto mi nombre es Lida Tenya y ella es mi mujer- el chico de anteojos fue interrumpido por la nena
-¡Yaoyorozu Momo! Me acuerdo de usted, es modelo de vestidos; pero hace tiempo no sale en las revistas-
-Oh, eso fue por el embarazo; después de todo estoy entrando al octavo mes. Y por favor no me trates de "usted", me siento vieja- la chica se llevó las manos a los costados del rostro con una sonrisa -Me haría muy feliz que me llamaras por mi nombre-
-¡Muy bien, Momo-chan!-
Mientras estaban esperando la partida de la formación, Todoroki se ofreció para ir a buscar algo de beber. Izuku decidió quedarse y luego de un dulce beso vió a su marido alejarse hacia los negocios de la estación.
El bicolor se colocó en la fila contento por su matrimonio cuando oyó a un hombre llamar a los niños que se habían adelantado y pegado sus caras en el mostrador con aires burlones y divertidos
-¡Maldita sea, ahora soy un niñero!-
-Ya quisieras, anciano- un albino se reía al ver que el señor apretaba con fuerza su maleta para no explotar -Ey ¿Quieres un café?-
-No, a estas horas tengo ganas de algo más contudente como un sándwich-
-¿Y no prefieres algo más blando? Digo, por tus dientes. . . - en el arrebato, siendo que les tocaba a ellos pedir su comida, el hombre comenzó a perseguir al niño mientras el otro se quedó tranquilamente ordenando y pagando la comida. Pero al darse vuelta casi choca con el heterocromático
-¡Eso estuvo cerca! Discúlpeme. . .-
-No te preocupes, no ha pasado nada- intentaba ser amigable pero su expresión seria era difícil de cambiar; sin embargo, el chico era peliverde y tenía ojos grandes como los de su esposo.
-Uhm, señor ¿Está bien?- un poco confundido porque lo estaba viendo fijamente, el niño procedió a preguntar -Por cierto ¿A visto usted a un joven rubio? Alto, delgado, de ojos grises. . .-
-Lo siento, no he visto a alguien de esas características-
-Oh, bueno. Muchas gracias de todas formas- se dispuso a marcharse cuando Todoroki lo detuvo
-Si lo llego a ver, te avisaré. ¿En qué vagón viajas?-
-¡En el 14! ¡Gracias por su ayuda!- luego de eso se reunió con sus amigos para subir al tren.
Ése último atisbo de gentileza en otro tiempo hubiera sido impropio de él. De hecho, habia cambiado tanto. . .
Recordar éso, es uno de los tesoros más preciados de Shouto. Cuando estaba por terminar la secundaria era tan cerrado y callado como una tumba. Los maltratos de su padre junto a las exigencias y las presiones lo asfixiaron tanto que irónicamente no malgastaba el aire con palabras extra.
Un día, su madre se fué, sin más. Sus hermanos hicieron su vida, pero la empresa multinacional sólo le sería heredada a él; con responsabilidades, expectativas y desafíos. Futuro infiernal para el bicolor, sino fuera por ése día.
Habían discutido con su padre, tan rutinario como siempre. Sin embargo, tanto ahogo en sus pulmones necesitaba aire fresco. No importó la lluvia; con paraguas en mano salió a caminar por las calles. Doblando por aquí y por allá, pronto quedó en medio de un parque. Solo.
Tiritaba un poco a causa de la brisa que se colaba por los árboles, anunciando la llegaba de una fuerte tempestad.
-Es imposible que salga el sol en medio de todo esto. . .- fué lo que susurró
-No lo creas, la luz siempre se escapa por la más mínima grieta- una voz dulce lo congeló
Dió la vuelta para ver a un chico casi de su edad, de alborotados rulos y orbes esmeralda con un brillo único; sin mencionar sus tiernas pecas sobre sus mejillas
-¿Cómo dice?- el bicolor miraba entre sorprendido y perplejo al joven, el cual se sonrojó haciendo que el mayor abriera aún más sus ojos por lo hermoso que se vislumbraba
-¡AH! ¡NO! Bueno d-digo, que es una teoría m-mía. . . son reflexiones y además t-tú te veías tan triste que q-quise animar un poco el ambiente, o b-bueno a tí en realidad; es que y-yo. . .-
Entre tropiezo y tropiezo, el heterocromático añadía un tono más al rojo de su cara; al punto de llegar a hervir ¡Dios no podía haber creado semejante belleza!
-Es muy hermoso. . .- se escapó de sus labios sin permiso, pero no refiriéndose exactamente a lo que el peliverde creía
-Es muy amable. Por cierto, está temblando; cerca de aquí está mi departamento. Le daré una chaqueta, podría resfriarse- inocencia en su sonrisa fue lo último que necesitaba el joven para caer rendido y hacer una mirada en su sepulcro interno.
Qué idiota, nunca fue eso. Era una especie de celda, una muy oscura donde la grieta permitió inundar el espacio de luz para hacerla desaparecer de una vez por todas.
-¿Cuál es tu nombre, bella criatura?-
-¡¿EH?!- el pecoso quedó impactado ante esa mención para él
-Quiero hacer magia, ya verás. Tú sólo dilo. . . -
Por primera vez en su vida, Todoroki se dejaba llevar por la emoción de ése momento. . .
-Midoriya Izuku, es un placer- al tender su mano intentó seguir tranquilo (pero el interior suyo decía que lo mejor era un infarto inmediato)
Y en ese momento, de entre las nubes la luz del sol lo baño por completo.
-Todoroki Shouto, para servirle-
Fue amor a primera vista ¿Se escucha como un cuento, no? Pero la vida es tan compleja que a veces así sucede, obviamente adaptado al siglo XXI. Primero comenzaron a salir, gran sorpresa fue que estudiaran en la misma universidad. Todoroki administración de empresas (obligatoriamente), e Izuku -becado por ser un prodigio- estudiaba ingeniería bioquímica.
Si, nuestro pequeño peliverde quería ser un médico para luchar contra los desastres más grandes en materia de enfermedades epidémicas. Las más difíciles, ya que sus padres fueron víctimas de una de ellas. Y el tímido nerd jamás pensó remotamente la idea de enamorarse de tal manera; al punto de que si antes era torpe, ahora era la personificación del peligro. No obstante, gracias a esos tropiezos e imprudencias logró convencer a su novio de estudiar lo que más quería. Piano.
Pero luego de formalizar, llega la presentación a la familia.
El señor Enji, esa noche de cena donde Todoroki confesó su relación, sólo dijo "no" y se levantó de la mesa. Sin poder creerlo, el hijo esperó hasta la mañana siguiente para repetirlo en el desayuno. Siquiera tomando su café, Enji volvió a repetir ese bendito monosílabo y se fué.
Ya llegado el fin de semana, Shouto lo obligó a oír sobre su relación, dejando completamente enfadado a su padre. El hombre, con el rostro encolerizado, no sólo lo amenazó con dejarlo en la ruina, sino con destruir a su novio. Que lo olvide. Que no le alcanzaría la vida para terminar de hacerles sufrir lo peor de este mundo. Irrepetibles los insultos para con su propio hijo.
Un padre, de lejos horrible, el peor de la existencia.
El bicolor se fué, dando un portazo. No apareció más por los condominios Todoroki, ni siquiera una señal de vida. Pero cual fue la sorpresa, un mes después, recibir su llamada. Creyó que era por la noticia furor de esos días, que un terrorista se infiltró en el edificio principal, o algo por el estilo; y que el señor había sobrevivido de milagro. Sin embargo, la insistencia por parte de su novio lo convenció de atender, y de perdonar a su viejo. Nada ganaba con tenerle rencor.
Nunca espero una disculpa, ni un remordimiento. Ése hombre sin embargo superó todos sus límites: lloraba, lo llamó LLORANDO. Un mar de lágrimas pidiendo perdón, reconociendo la basura que era; la razón del sufrimiento de su familia. Tan asombrado estaba el joven que temblaba, dejando caer el teléfono, y Midoriya quien oía todo le apuró a vestirse e ir con su padre. Ambos llegaron a la casa del magnate, Enji no esperaba tampoco que su hijo le perdonara. Pero ahí estaba, firme para él en un momento delicado; junto a la persona que había despreciado. Los abrazó, contó los detalles de su "recuperación" y pidió que se quedaran con él. No quería estar solo.
Así transcurrieron dos años, donde el joven Shouto asumió la presidencia de la empresa y se casó con el amor de su vida, también recibido con honores. El señor Todoroki fue, en esos años, el ser más feliz de la tierra; y así dejó este mundo. En paz.
Y luego de aplazarla, ahora disfrutaba de una Luna de Miel donde recorrieron el mundo; y de hecho su amor lo esperaba en el tren. Compró algunos dulces y bebidas, y se encaminó al vagón.
Izuku miraba por la ventana. Había mucha gente fuera, subiendo y bajando del vagón. Era normal, un tren de clase KTX hacía pocas paradas, por lo que las esperas eran largas entre carga de valijas y verificación de boletos. Justo unas mujeres caminaban por los pasillos buscando su asiento, una de mediana edad y otra más anciana. La primera estaba ordenando el poco equipaje que traían cuando un hombre de traje hablando por celular pasa abruptamente, desestabiliza y hace caer a la abuela directo al suelo. Por el susto, el pecoso y otro pasajero se levantan para ayudar a la señora. El causante se detuvo en el descanso del vagón para ver qué había pasado, y observó cómo la hermana clavaba en él una mirada furiosa, puesto que ni a ayudar se acercó.
No obstante, más lo afectó los ojos grises de cierto joven sobre su rostro: era una furia voraz aún si estaba contenida, y juraría que debajo del iris oscuro se ocultaba otro color, como si fuera una máscara. A causa del pavor y del previo nerviosismo, apenas movió una mano en una ridícula disculpa y se fué. La abuela ya en el asiento agradeció su ayuda, y Midoriya quien vió lo ocurrido entre esos hombres -aunque el joven aparentara su edad- le dedicó unas palabras, fiel a su costumbre: torpe e imprudente.
-Disculpe, fue muy amable por su parte ayudar- intentó empezar bien pero el rubio sólo hizo un gesto con la cabeza y se dispuso a irse, dando la casualidad de que en la puerta abierta se detuvo a observar el ambiente, entre las personas -Espero que encuentre pronto a quien busca. . .- ahora, él miró interrogante al peliverde haciendo que se sobresaltara -*¡Es más frío que Shou-chan! ¡Qué miedo! Rápido, di algo Izuku *D-digo porque recién miraba atento hacia fuera y c-creí que esperaba a alguien, además p-pareciera que lo espera, bueno ya sabe, ansioso. . . C-creo que lo entiendo, yo espero a mi esposo y aunque pasen unos minutos l-lo extraño mucho ¡No era necesario que le dijera eso! ¡Disculpe!- terminó con una reverencia y volteando para ir a su lugar
La sorpresa por las palabras confusas se había instalado en la expresión tanto del joven como de una pareja la cual acababa de subir y había oído todo.
-Gracias- esa voz cansada y dolida salió con mucha dificultad, haciendo que el pecoso se dé la vuelta -Es verdad, hace mucho espero que me extrañe tanto como yo a ella. . .- sin más y percatándose de que estaba a punto de quebrar, siguió su camino pasando por delante de un pelirrojo
-Ay hombre, que aura tan triste. . . - a Kaminari le dió pena ese semblante
-Awww mi noviecito se puso sentimental. . . -
-¡Kirishima, que te dejo solo!-
-¡Mentira! ¡Mentira!- el bruto de Eijiro abrazó a Denki para que no escape y lo obligó a sentarse -¿Quieres tomar algo?-
-¡No me vengas con sobornos!-
-Tengo coca-cola. . . -
-Dame- haciendo un puchero el rubio aceptó la bebida para luego reír por lo manipulable que es su novio -¿Compartimos chocolate?-
-Bueno-
Habian elegido algunos cuando en el vagón trasero -o más bien, a la altura del descanso- ven a una mujer embarazada, que esta siendo asistida por una nena muy bien portada
-¡Ow que linda! ¿A que sí?-
-Parece muy educada ¿Será la hija de la señora que entró al baño?-
-Mmm no lo creo, no tienen aires similares. . .-
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-¡Delicioso!- Yaoyorozu estaba siendo mimada con takoyaki y postres. La joven pelinegra se lució con esos regalos culinarios -¡Muchas gracias!-
-No hay de qué. . .-
-¿Hermana, quieres un poco de mi bento?-
-No, come tú tranquila. Tomé un café antes de venir- se acercó a su pequeña para darle un abrazo mientras la nena almorzaba muy contenta
-En serio, ha sido un gesto muy cordial por su parte. Espero poder devolvérselo en algún momento- Lida también comía su porción muy contento
-Por favor, no diga eso- se levantó para acomodar el accesorio de cadenas que colgaba desde su cuello hasta su espalda, debajo del largo cabello negro que poseía -Debo ir a buscar algo ¿Podrían verla unos minutos por favor?-
-Por supuesto- los gestos raros que hacía Lida eran graciosos, y la nena contenta saludó a su hermana para hablar con la pareja. Ella avanzó por el vagón hasta llegar al número 11; donde medio oculta en el descanso que se encontraba en medio de la formación, vió al que supuso de antemano, las estaba siguiendo.
El hombre por su parte buscando con la mirada divisó a lo lejos, la figura pequeña y activa con una caída de bucles castaños. Lo sabe, es su hija. Pero a no más de tres pasos siente la mirada seria de la joven. La misma de la que tanto le habían advertido, que tuviera cuidado; incluso extrema precaución. . .
-¿Señor Seok-woo?- la voz era increíblemente neutra y profunda
-Sarai. . .- las cuerdas vocales lo abandonan cuando ve a la joven acercándose, en medio del vagón vacío
-Por favor, siéntese. Tenemos que hablar-
El señor observa por última vez a su hijita para sentarse pesadamente en el asiento más cercano; la pelinegra se ubica en el lugar frente suyo. Él no deja de verla hacia todos lados: llevaba unas botas largas tipo borceguí acordonadas con fuerza, pantalón negro debajo de éstos, una remera negra con mangas sueltas hasta el codo y un llamativo accesorio de cadenas plateadas. Comenzaba en su cuello como si fuera un choker, usaba una cadena recta para pasar por medio de los pechos y desde allí un aro sostenía más a cada lado para caer sobre sus caderas. Toda ésta decoración, servía para camuflar otra cosa; a lo cual temía.
-No voy a matarlo, si es lo que convenientemente cree-
Un golpe seco; el señor tragó saliva por lo repentino del comentario
-¿Convenientemente?-
-Así es ¿De qué otra manera usted temblaría tanto sino fuera por ese motivo?-
-Tengo mis razones-
-Válidas como los papeles de un bote de basura- la sequedad en sus palabras dejaba anonanado al hombre -¿Qué esperaba? ¿Verme escapando por vías ilegales tomando precauciones con armas de fuego?-
-Te llevaste a mi hija. . . -
-Mire, si hay algo que me han enseñado es a ser educadamente sincera. Quizás recuerde, entonces, el día que usted apareció-
-Quise recuperar lo que es mío, es mi hija ¡Mi familia!-
-Nadie pertenece a nadie, antes de ser familia, somos personas. Con derechos y respeto de por medio-
-¿¡Con qué derecho te la llevaste!?-
-No con el mismo que usted utilizó, si es a lo que vamos- cruzada de brazos, permanecía imperturbable -Ya que si me teme, debe saber sobre mi formación-
-Conocí el caso de tu padre por las noticias, y no tomé consciencia. . . - la ceja que arqueó la joven fue señal suficiente para que callara
-Él no fue una mala persona. Espero tenga memoria para recordar sus llamados- el silencio culpable del hombre la hizo continuar -Es verdad, fue un miembro muy activo de la mafia; querido, para ser honesta. Fui criada gracias a su cariño de la mejor forma posible, y muchos de los valores que tengo son pura y exclusivamente por su enseñanza. Como así también la educación de April; jamás hizo distinciones sobre sangre, toda la vida fue el mismo hombre sabio y amoroso para con su entorno. Sin embargo, era muy pequeña cuando ese incidente se produjo; y qué casualidad, tiempo después al volver de clases encontré a mi madre asesinada y a mi hermanita desaparecida. No lo culpé, sabía de la inestabilidad de la mujer; pero me preocupó más saber si sería lo suficiente para criarla. Pero claro, era un año menor para hacerme cargo por mí misma, así que un viejo amigo de mi padre me entrenó el resto del tiempo-
-Un alto mando de la mafia rusa ¿No?-
-No le incumbe. Una vez lista a los 15 años me encontré con una búsqueda que parecía no tener fin- la mirada furiosa de sus ojos carmesí ponía cada vez más asustado a Seok -La cambió de nombre dos veces, se mudó otras cinco y asistió a 18 escuelas distintas. Me dolió siquiera imaginar el sufrimiento de April, ya que ella se encariña rápido con su entorno; pero claro, al señor aquí presente eso no le importó ni siquiera una mínima. Luego de tres años conseguí el rastro más importante, su vivienda había quedado fija en Japón. Y lo primero que hice fue observar el modo de vida que le había dado, donde a veces los contactos son útiles-
-Era usted la asistente social ¿No es así?-
-Sí, y pude observar donde vivía ella. Su madre por cierto es una señora muy amable, al igual de inteligente-
Ése día, ya que el señor Seok tenía denuncias por parte de la escuela a causa de su dejadez para con su hija (y que había terminado en nada por comprobar que el trabajo lo requería) se inflitró como una empleada del ministerio de educación y su trabajo fue verificar la casa. Era amplia, muy linda; la abuela era increíblemente amable con ella. TANTO que la llevó a sospechar, pero dejó las precauciones de lado cuando entró a aquel cuarto.
La habitación de su hermana. A la que incluso costó tomar la perilla de la puerta para abrirla y comprobar como vivía. Estaba bien adornada de flores y peluches, tenía mucha ropa y la cama cuidada. Sabía sus costumbres: April seguía escondiendo las golosinas en lo que aparentaba ser una caja entre las pinturas, ya que amaba pintar. No obstante, casi se derrumba al tomar su bloc de dibujo.
La había retratado, no una, sino varias veces. Con tanto detalle que denotaba días enteros de trabajo en ellos, y tanta dedicación como sólo la criatura sabía plasmar en un cuadro. Muchos tenían rosas y notas de música, lo que más caracteriza a la hermana mayor. Y lo más fuerte, fueron las cartas de nota antigua que hizo.
Palabras que describían los días juntas en el pasado, recuerdos de su cariño, la manera en que la niña se sentía protegida. Repetía, una y otra vez, cuánto la extrañaba; y cuánto deseaba el irse con ella. No sólo volver a verla, sino vivir con su hermana. Sufría en aquella solitaria casa, y las gotas que corrieron por sus mejillas fueron vistas por el pañuelo de tela que la anciana le ofreció.
Para su sorpresa, la buena mujer le contó su opinión; y contra lo que esperaba, le tendió un papel. Autorizaba el retirar a su hermanita de la escuela, y permitió volver a reunirlas de buen modo.
-Si hubiera estado feliz con usted, ése dia nos vería a ambas, y no a un cuarto vacío. Pero más me importa ella, y lamento que esto llegue hasta aquí-
Él no hizo más que asentir, apesadumbrado por todo lo que oía. Se sentía terrible, por lo que procedió a marcharse
-Obviamente que usted no se irá ¿O piensa que sí? -
-P-Pero me ha dicho. . .-
-Justamente, ella lo quiere, pero no la hizo feliz ni se comportó bien. No voy a consentir el abandono, asi que va a hacer las cosas como corresponde, como debería haber hecho desde un principio ¿Pensaba acaso desaparecer otra vez?-
-No, pero creí. . .-
-Tiene que estar para su hija, nada de regalos caros. Acompañarla como se debe, y si llega a pensar siquiera en irse, ahí sí puede despedirse de este mundo-
Más que asustado, el señor estaba feliz. Lo reconocía, no era un buen padre, pero tendría la oportunidad de serlo. También la culpa lo picaba, por lo que intentó disculparse con la joven
-Ya quedó atrás. Puede remediarlo, y quiero lo mejor para April. No se moleste, sólo trate de acercarse a ella- ya en el pasillo agregó -Estamos en el vagón 13, y hay asientos libres ¿Necesita ayuda con alguna valija?-
-No, muchísimas gracias. En unos minutos estaré ahí-
La joven asintió y se retiró pensante; algo contenta de que el hombre sea buena persona, pero lo más alarmante era su escalofrío. Esa sensación no la había abandonado, por más que quisiera convencerse de que era culpa de esa charla. No, no es eso. Ahora de hecho, su piel estaba erizada y sus músculos tensos; algo realmente no andaba bien
Por más que intentaba razonar, no hallaba qué podría suceder con tanta fuerza como para causar un sudor frio en su espalda. Era extraño, muy extraño. . .
Señor pasajero, recuerde permanecer en sus lugares para mantener el orden.
Siguiente parada:
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