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04

Decir que de cierta manera comenzaba a atraerle un poco, y sólo un poco, Jeon Jungkook, era admitir que empezaba a caer en su propia trampa de estupidez y poco razonamiento.

Y eso le jodía.

Tomó un poco de aire antes de maldecir por lo bajo y golpear con ambas manos la mesa en la que se encontraba almorzando con sus amigos mientras que de sus ojos parecían salir chispas de rabia.

Todos detuvieron lo que estaban haciendo en ese momento.

─¿Qué...?

Las palabras de Yoongi quedaron en el aire cuando Jimin lo interrumpió.

─¡Quiero que alguien agarre una piedra y me parta la cabeza en este jodido instante! ─exclamó.

Todos lo observaron con distintas expresiones que nadie supo decifrar, pero algo en lo que todos concordaron a través de aquellas atónitas miradas fue: Necesita un psiquiatra.

Taehyung rió nervioso antes de tomar un poco de agua.

─Lamentablemente, cometer un homicidio no está en mis planes, Jimin ─Una sonrisita traviesa se apoderó de los labios de Kim antes de que su mirada se topara con la imagen de Hoseok ingresando a la cafetería junto a una chica que no conocía, pero que el mayor burlonamente había besado frente a todos. Taehyung abultó sus mejillas antes de rodar los ojos. Volvió a mirar a su amigo─. Por ahora.

Jimin soltó un suspiro pesado.

─No soporto mi estupidez. Me siento fácil y sumiso, y aunque sí lo soy, no puedo creer que se lo haya demostrado tan ingenuamente a Jungkook por lo... hipnotizado que me sentí al verle el pene ─Lloriqueó y se lamentó mientras golpeaba la mesa con su palma una y otra vez.

Los ojos de todos los presentes se abrieron con gran sorpresa al escuchar aquello.

No puede ser.

¿Jimin había conocido a la leyenda de los treinta y tres centímetros?

─¿¡Qué!?

─¿¡Cómo!?

─¿¡Cuándo!?

─¿¡Dónde!?

─¿¡Por qué!?

─¡Ya cállense!

Jimin intentó respirar un poco para calmar sus pensamientos antes de exponer cualquier cosa.

Si bien se había dejado envolver por Jeon muy fácilmente al escuchar sus palabras tan persuasivas y calientes que lo habían dejado un poco más tonto de lo que solía ser de vez en cuando en su día a día, tenía muy en claro que no iba a permitir que ese creído lo tuviese y lo tomase como si fuera uno más de la lista.

Las cosas habían cambiado mucho desde la primera vez que había buscado a Jungkook, pues si bien sólo lo había querido para perder su virginidad y ya, hoy en día ya era algo personal lo que tenía con él, pues prefería acostarse con medio instituto antes que entregarse a Jeon tan fácilmente como la mayoría solía hacer.

No lo soportaba, pero se soportaba menos así mismo por haberse dejado llevar por el momento y por haber dicho cosas que de seguro lo hicieron ver como un desesperado.

No. Tenía que cambiar eso.

─Estábamos en el baño, pero no para lo que sé que están pensando ─La mirada acusadora de Park cayó sobre cada uno de sus amigos mientras que estos, en respuesta, desviaban la mirada y sonrían para sí mismos─. Por accidente resbalé y Jungkook justo estaba al lado por lo que, de una forma u otra, terminé de rodillas frente a su... ─No hizo falta que terminara de hablar antes de que todos observaran al castaño mover sus manos en el aire indicando el tamaño de lo que Jeon portaba entre las piernas.

Haneul se sonrojó.

─¿Entonces hicieron algo o...? ─preguntó curiosa Yeojin.

Jimin la observó con cara de pocos amigos.

─No, y me alegro de que no pasara nada ─contestó, aunque cierta parte de él sabía que en realidad le hubiera encantado que hubiese sucedido algo más. Se golpeó mentalmente─. El punto es que todo fue muy rápido, y pasamos de discutir un poco a prácticamente ofrecernos en bandeja como si fuéramos dos animales urgidos. Me siento un completo idiota.

Jimin cubrió su rostro con ambas manos mientras pensaba en lo que tendría que hacer para dejarle en claro a Jeon que con él no sería tan fácil tener sexo, sin importar si él era el chico más deseado y con más experiencia de todos.

Tenía varios sentimientos encontrados.

─¿Pero eso no era lo que querías en un principio? ─preguntó Jin curioso.

Jimin suspiró.

─Sí, pero eso fue hasta que Jungkook soltó el comentario más estúpido de la vida ─contestó mientras alejaba las manos de su rostro.

─¡Oh, sí! ─exclamó Taehyung al recordar todas las veces en aquella semana donde Jimin le había repetido una y otra vez lo sucedido en la biblioteca─. Es lo que les conté en la mañana, ¿recuerdan?

Los demás parecieron pensar un momento antes de asentir satisfechos al recordar lo que les había contado Tae y al entender a lo que se refería Jimin.

Park pareció tener cierto tic en el ojo al observar a Taehyung.

─¿Les contaste?

Inmediatamente, Kim alzó ambas manos en señal de paz.

─En mi defensa eso es algo que merecía ser contado, Mimi ─se excusó inocentemente mientras su amigo entrecerraba los ojos─. Además, no debes ser egoísta y callar algo tan importante. Un chisme es un chisme. Y todos los chismes merecen ser contados.

─Amén ─lo acompañó Yoongi.

Jimin no pudo evitar sonreír con algo de gracia mientras volvía a tapar su rostro con ambas manos.

A sus amigos les faltan tantos tornillos como a él.

─Bien, ¿entonces quieres dejar de insistir con él y buscar a alguien más? ─preguntó Jin, quién era el único que seguía curioso y atento al tema.

Jimin lo observó con una expresión neutra.

─No lo sé, sí, quizás, no tengo idea, hyung ─expresó─. Es atractivo y tiene un pene... bastante grande, los rumores eran ciertos ─apoyó─. Pero al mismo tiempo quiero hacerlo pagar un poco por lo que dijo. Aunque lo haya perdonado, por así decirlo, quiero hacerlo sufrir. No dejaré que me tenga tan fácilmente, y de cierta forma llama mi atención, así que quiero ver hasta dónde puedo llegar con él.

─¿Quieres decir que quieres jugar con Jungkook hasta que él realmente te desee y no pueda pensar en nadie más? ─preguntó atónita Yeojin tras captar la intención de las palabras de Jimin.

Eso le gustaba.

─Suena feo si lo dices así, pero sí.

─No puede ser, lo destruirías completamente ─añadió Taehyung sorprendido mientras sonreía con gracia.

─Sería como un juego de pasión y obsesión ─completó Yoongi encantado.

─Me gusta, quisiera ver tu castigo luego de que cedas ante él y obtengas lo que quieres ─continuó Haneul divertida mientras codeaba levemente al menor.

─Pobre ─soltó Jin con fingida seriedad─. Jungkook sufrirá sentimentalmente al tener el orgullo herido y no poder conseguir lo que quiere ─informó mientras miraba con atención a cada uno de los presentes en la mesa. Sonrió burlonamente─. Pero Jimin sufrirá físicamente al tener que pagar todo lo que haga con treinta y tres gruesos centímetros que no tendrán piedad ni de él ni de su virginal entrada. Están jodidos.

El calor subió por las mejillas de Jimin al escuchar aquello mientras los demás reían y llamaban la atención de algunos cuántos alumnos.

─Son unos pervertidos ─acusó Park.

─Nosotros no somos los que vamos detrás del pez más grande, mi vida ─respondió Kim.

Jimin rodó los ojos antes de tomar su mochila y levantarse de su asiento.

Debía comenzar su plan desde ya si quería obtener resultados pronto.

─Me voy ─anunció mientras se robaba un trozo de carne de la comida de Yeojin─. Me dieron ganas de ir a pescar, si saben a lo que me refiero.

Y dicho esto, se dio la media vuelta y caminó con elegancia y superioridad por toda la cafetería mientras se dirigía hacia la salida de la misma.

Jeon Jungkook iba a conocer lo que era bueno, y él mismo se iba a encargar de corregir su error para dejarle en claro que Park Jimin no era una presa que cualquiera pudiera cazar.

Él era más. Mucho más.

•••

Según le había informado Taehyung por mensaje momentos antes, Jungkook se la pasaba encerrado en el salón de música del primer piso del fondo del instituto, aquel que se ubicaba en el viejo y olvidado edificio de la escuela donde nadie iba. En aquel sector había un gran patio con varios árboles y pasto alto que le brindaba al lugar un toque especialmente tétrico, como si hubiese sido abandonado. Ese espacio solía ser muy solitario, pues nadie solía pasar por allí. Hace varios años que ese sector había dejado de utilizarse para impartir clases, pues la infraestructura de aquel sitio no era muy buena o segura para estar. Nadie había querido invertir dinero en reconstruir y asegurar aquella zona, por lo que redujeron un poco el espacio de todo el instituto mediante la parte delantera de este, para hacerlo mucho más cómodo y pequeño para los estudiantes. Y aquella zona, dónde según se encontraba Jungkook, estaba prohibida para todo el alumnado, e incluso también para los mismos profesores.

¿Cómo sabía Tae que Jeon estaba ahí?

El lugar no le daba muy buena espina, pero por propia conveniencia se atrevía a darse ánimos a sí mismo para seguir avanzando y encontrar a Jungkook de una buena vez.

Tenía que hablar con él antes de que acabara el día.

Cruzó todo el lugar con algo de desconfianza mientras se aseguraba de no tocar ni pisar nada que pudiera poner en riesgo su vida. Aunque bueno, tampoco era como que la estructura estuviera a punto de derrumbarse sólo porque sí, pero Jimin no era la persona más positiva que existía.

Dejó salir un fuerte suspiro cuando logró visualizar el pasillo del primer piso de aquel viejo y sucio edificio, por lo que caminó rápidamente hacia el para buscar el antiguo salón de música.

Juraba y se prometía a sí mismo que si Jeon no se encontraba ahí, jalaría de los cabellos a Taehyung por hacerlo ir hasta aquel feo lugar que no le daba buena espina.

Porque por mucho que necesitara hablar con Jungkook, sinceramente pensaba que dejar al chico de lado y olvidar lo poco que habían compartido, era una muy buena opción en ese momento.

─¿Jungkook? ─preguntó indeciso al llegar al final del pasillo, donde se suponía que se hallaba el dichoso salón.

No obtuvo respuesta, por lo que observó las dos puertas que se encontraban frente a él.

No se veía nada hacia adentro por alguna razón, por lo que decidió abrir la segunda puerta sólo porque era la más alejada de todas.

Al abrirla, un gran silencio lo recibió. Ingresó al desordenado salón e inspeccionó con la mirada el interior de la habitación para ver si lograba identificar a Jeon por algún rincón del lugar. La puerta detrás suyo se cerró de golpe, y Jimin, como respuesta, no pudo evitar sobresaltarse con cierto temor mientras se preguntaba a sí mismo si de casualidad aquel sitio podría o no estar embrujado como para que algo le llegara a suceder.

Quizás debía dejar de ser tan paranoico.

Observó la puerta con algo de duda, pero finalmente decidió acercarse a esta para comprobar que no se hubiera atascado y pudiera salir de allí sin problemas.

Pero al momento de colocar su mano en la manecilla de la misma, una fuerte mano se posó sobre su hombro con lentitud, provocando que el castaño soltara un agudo chillido de terror. El responsable de aquello comenzó a reír gravemente a sus espaldas, por lo que no pasó mucho tiempo antes de que Park volteara y se topara con la risueña imagen de Jungkook, quién alzó de inmediato las manos en señal de paz al notar el semblante poco amigable de Jimin.

─Te ves adorable ─comentó Jeon divertido.

Jimin apretó la mandíbula.

─Eres insoportable ─expresó el mayor.

─Así le gusto a todos ─contestó el menor.

Jimim rodó los ojos y se alejó de él.

─A todos excepto a mí.

Jungkook volteó hacia atrás para seguir con la mirada a Jimin.

Levantó una ceja.

─¿Te haces el duro?

Jimin dejó salir un suspiro antes de sentarse en una cuestionable silla que ─Si su intuición no fallaba─, podría romperse en cualquier momento. Pero ahí estaba él; completamente dispuesto a descansar un rato sin importarle dónde.

─Justamente vine a buscarte para hablar de eso, Jungkook.

El pelinegro se acercó lentamente hacia el castaño mientras acomodaba sus anteojos.

─¿Cómo sabías que estaba aquí?

Jimin sonrió:─Un mago no revela sus trucos.

Jungkook separó los labios en una perfecta 'O'.

─¿Eres mago? ─preguntó Jeon inocentemente.

La sonrisa de Jimin se borró.

─Ya cállate, Jeon ─soltó el mayor impaciente─. Lo importante aquí es que vine a dejarte en claro algo muy importante sobre esto que... ─Jimin calló un momento mientras intentaba explicar de alguna manera con gestos lo que él y Jungkook tenían, que en realidad no sabía lo que era─, bueno esto que lamentablemente nos relaciona, ¿entiendes?

Jungkook entrecerró los ojos un momento.

─¿No ya habíamos dejado en claro lo que queríamos, Park?

Jimim carraspeó.

─No, por eso quiero corregir mi error, niñito ─El castaño se levantó de su asiento y caminó lentamente hacia el esbelto cuerpo de Jeon, quién se tensó un momento al ver el acercamiento del mayor─. Necesitas bajarte de la nube.

Jungkook desvió la mirada.

─Tae, ¿es por lo que dije la otra vez?

─¿Cuál de todo lo que has dicho hasta ahora? ─cuestionó Park con gracia─. Jungkook, lo que dijimos en el baño fue un error.

Jeon sonrió de lado.

─No, lo que yo dije era verdad, y en tus ojos pude ver que me deseas tanto como yo lo hago. No intentes aparentar inocencia cuando sabes bien qué es lo que quieres; y tú me quieres a mí.

Jimin dejó salir una pequeña carcajada al ver el ego que caracterizaba tan inhumanamente a Jungkook.

Estaba loco.

─A pesar de que no lo creas, Jungkook, puedo tener a cada estudiante de este instituto a mis pies si así lo quiero. Puedo follar con quién quiera en esta vida si así lo deseo ─Remojó sus labios frente a la atenta mirada de Jungkook que mantenía intacto su entrecejo fruncido─. Tengo ganas en este jodido momento de comerle la boca a alguien, y tú, cariño, estás en el último lugar de con quién yo lo haría.

─No te creo nada, Jimim ─decretó el pelinegro decidido─, porque si en este momento tomara tu cintura ─La mano de Jeon se posó suavemente sobre la diminuta cintura de Jimin, quién hizo todo lo posible por no tensarse ante aquel tacto─, te tirara contra mí... ─De un sólo movimiento, el cuerpo de Park fue jalado hacia el cuerpo de Jungkook, provocando un inevitable roce─, y rompiera todo espacio que separa nuestros labios ─Los labios de Jungkook se acercaron rápidamente hacia la boca de Jimin, quién tuvo que hacer todo lo posible por rechazar aquel acto para permanecer fuerte─, no te podrías resistir a mí. No puedes.

Jimin apretó su mandíbula y sonrió ladinamente.

─Jungkook ─Lo llamó a través de un provocativo susurro. Jeon ladeó la cabeza─. Si realmente me quieres hacer caer ante ti para tenerme fácilmente como tienes a todas tus putas, vas a tener que aprender a provocar de verdad ─La sonrisa de Jimim se agrandó mientras se acercaba nuevamente hacia el rostro de Jeon, acortando la casi inexistente distancia que ahora separaba ambos labios. Suspiró─. Y yo te voy a enseñar cómo hacerlo.

Y dicho esto, Jimin eliminó todo rastro de espacio que los separaba, juntando ansiosamente sus labios con los de Jungkook, quién parecía demasiado necesitado de aquella acción que había imaginado desde que ambos se cruzaron.

Jungkook tomó fuertemente la cintura de Jimin con ambas manos mientras este sonreía levemente al ver lo que estaba provocando. Alzó sus brazos hacia el cuello de Jeon para rodearlo con deseo, y jugueteó con el negro y sedoso cabello que poseía el menor.

Ambos cuerpos se juntaron a través de placenteros y demandantes roces que comenzaban a pedir urgentemente más de lo que podían dar.

Jimin mordió gustoso el labio de Jungkook, provocando que este soltara un gemido ahogado a causa de la excitación que el castaño estaba ocacionando sobre su cuerpo, por lo que no tardó mucho tiempo en bajar sus manos de la cintura de Park hasta llegar a sus redondos glúteos, los cuáles apretó con fuerza.

Jimin levantó instintivamente una de sus piernas hacia el predominante bulto que empezaba a formarse dentro de los holgados pantalones de Jeon, y movió su rodilla de arriba hacia abajo sobre este para despertarlo aún más.

Jungkook estaba completamente loco e hipnotizado por Jimin para ese momento, y cuando estaba dispuesto y decidido a colocar al castaño encima de una de las tantas y viejas mesas que se hallaban al fondo del salón, Jimin se separó provocativamente de sus labios mientras jalaba levemente su labio inferior. Acercó su boca hacia su oreja, donde lamió brevemente y soltó:─¿Ves cómo a ti también te tengo en la palma de mi mano?

Sonrió burlonamente, y antes de que Jungkook pudiera calmar su respiración y entender aquellas palabras, el mayor se separó de él y limpió sus labios con el dedo pulgar mientras verificaba que todo estuviera en su lugar.

─Cuando realmente quiera acostarme contigo, te llamo. De lo contrario ni me busques, Jungkook, porque probablemente me esté divirtiendo con alguien más ─Y tras decir esto, le lanzó un beso en el aire al menor, quién volteó confundido, y se marchó de allí.

Jungkook aún no lograba procesar lo que acababa de pasar, pero sabía muy bien que Jimin se las iba a pagar de una u otra forma.

Observó el bulto que se asomaba dentro de sus pantalones y bufó deseoso; deseoso de ese chico.

Park Jimin lo volvería loco, completamente loco. No entendía cómo las cosas habían escalado tanto en tan poco tiempo, mucho menos con alguien a quién no había visto antes.

Conocía a todos en aquella escuela, ¿cómo era posible que Jimin hubiera pasado desapercibido ante sus ojos siendo tan... deseable?

Pensó en seguirlo para traerlo de vuelta y continuar con aquello que tanto lo había alborotado, más no lo hizo, porque sabía que aún no era momento.

Sonrió.

Jimin no sabía con quién se estaba metiendo. Él aún no conocía la parte peligrosa y tentadora que poseía al tener sexo, y ahora estaba deseando ansiosamente que aquel castaño la conociera, porque con él no tendría piedad.

No entendía lo que Park le había hecho, pero le gustaba; porque ahora gracias a él podía confirmar que estaba completamente loco y desesperado de que Jimin cayera ante sus encantos y suplicara por él. Quería tenerlo, quería volver a besarlo.

Aunque bueno, probablemente sea él quién se arrastre y suplique por el lindo castaño, y no se quejaría si eso realmente llegara a pasar. Desde que tenía memoria, nadie lo había hecho desear y querer a alguien, pues todos se le entregaban en bandeja, pero ahora todo era diferente.

Nadie deseaba, quería y anhelaba a Park Jimin como él lo hacía, y eso sólo le confirmaba que estaba perdido.

Estaba perdido por él.

Y eso le encantaba.

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