Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

03

─¿De verdad le dijiste eso, Jimin? ─preguntó Taehyung sorprendido mientras observaba con atención a su mejor amigo.

Jimin lo miró con una ceja alzada antes de rodar los ojos con cansancio y beber un poco del jugo que llevaba consigo.

Había pasado una semana desde aquel desastroso primer encuentro con Jungkook en la biblioteca, y desde aquel entonces no había hecho esfuerzo alguno por volver a hablar con él para arreglar, aunque fuese un poco, la situación.

Realmente no le interesaba hacerlo, pero no podía evitar sentir un poco de culpa por haber sido tan explícito y por no haber tenido tacto alguno con Jeon. Sabía que se lo merecía, pero no por eso justificaba totalmente la falta de respeto que él mismo había llevado a cabo para defenderse.

Se sentía mal, pero aún así no lo buscaría. A pesar de todo, seguía manteniendo su orgullo en alto.

─Tae, te he dicho que sí unas tres veces en lo que va del día, y otras veinte veces en lo que va de la semana ─respondió aburrido el menor mientras se cruzaba de brazos.

Taehyung sonrió divertido.

─Lo lamento, es que sigue pareciéndome sorprendente ─confesó entre pequeñas risitas─. No he sabido de nadie hasta la fecha que haya menospreciado tanto a Jungkook siendo el mismísimo Dios del Sexo. Es... alucinante.

Jimin bufó.

─Simplemente se lo merecía. No tengo nada más que decir.

Las risas de Taehyung aumentaron mientras negaba con la cabeza y pensaba en lo difícil que sería para esos dos mirarse y no querer atacarse como gatos enojados.

Cuando le propuso a su amigo acercarse a Jeon, creyó fielmente que sería sencillo para él poder hablarle y proponerle un simple acostón, pero había olvidado lo directo que solía ser Jungkook y lo peleador que era Jimin.

Observó al castaño y sonrió.

Quizás Jungkook no era el indicado para que Jimin perdiera su virginidad después de todo.

Jimin, por su parte, estaba a punto de levantarse de su asiento para tirar la botella vacía de jugo en el basurero y dirigirse hacia el baño que se encontraba casi al frente de donde se hallaban, pero una conocida melodía lo detuvo al hacer acto de presencia en el lugar a través de un llamativo silbido que captó su atención.

Volteó la mirada hacia todos lados por un momento antes de que sus ojos se toparan con la esbelta y alta silueta de cierto chico pelinegro de anteojos de marco grueso y ropa holgada que tapaba más de lo que debía.

Los ojos de Jimin se entrecerraron antes de apartar la mirada y apretar la botella de plástico entre sus manos. Observó a Taehyung, quién lo miraba algo confundido por su reacción, y maldijo para sí mismo mientras intentaba evitar cruzar miradas con Jeon.

Taehyung no tardó mucho tiempo en darse cuenta de lo que le pasaba a Jimin al escuchar aquellos silbidos melódicos en mitad del pasillo. Sonrió divertido y empujó levemente a su mejor amigo con el codo para molestarlo.

─Parece que la presencia de Jungkook te molesta más de lo que puedes disimular.

Jimin frunció el entrecejo mientras negaba rápidamente, fingiendo que no.

─No, es sólo que... ─titubeó por unos momentos antes de contestar─. Esa es mi canción favorita, ¿por qué justo él tiene que...? ─Y antes de terminar la oración sintió a alguien cerca de su espalda─. Nada.

Volteó levemente hacia atrás antes de notar la mirada de reojo que le lanzó Jeon con notorio desinterés. Apretó los labios y observó al pelinegro desaparecer de su campo de visión al ingresar al baño.

«Insoportable». Pensó con molestia.

─Ya se fue, no pongas esa cara de asco, Jimin ─Se carcajeó Kim al observar la expresión de horror e irritación del mayor.

Jimin lo miró de arriba a abajo sin entender nada. Sacó su celular del bolsillo y observó su reflejo a través de la pantalla.

─Uh, tienes razón, parezco imbécil.

─No más de lo que ya eres.

Jimin bajó su celular y observó a Taehyung con una ceja alzada.

─Mi día de por sí ya se amargó bastante con la presencia de ese tonto, tú no me sigas dando razones para lanzarme del segundo piso del instituto ─espetó entre dientes mientras juntaba y apretaba sutilmente las piernas.

─Vamos ─lo animó risueño el menor─. No dejes que el chico más deseado, más atractivo, más experimentado, más... grande ─La mirada pesada de Jimin se dirigió hacia los ojos de Taehyung mientras lo juzgaba en silencio. El chico carraspeó─. Bueno, él ─Sonrió inocentemente─. No debe amargarte, ya fue, tienes que sonreírle a la vida y ser feliz con menos centímetros, no es difícil.

La mandíbula de Jimin se apretó debido a la inconformidad que le generaban las palabras de su amigo.

─Eres igual de insoportable que él.

Taehyung volvió a sonreír con gracia antes de abrazar al mayor.

─Sabes que me gusta molestarte.

─Pues te sale genial ─confesó el castaño mientras apretaba aún más las piernas. Estaba atravesando una urgencia─. Dios mío, ¿cuándo va a salir del baño el odioso de Jungkook? Tengo que ir.

Taehyung frunció el entrecejo.

─¿Por qué no simplemente vas y ya? Ignóralo y haz pipí tranquilo.

Jimin rodó los ojos.

─No quiero verle la cara ─se excusó con pesar─. Mucho menos al orinar.

─Entonces espera a que salga.

─Es que tengo que ir ya ─se quejó─. Antes de que apareciera, yo iba a ir.

Taehyung soltó un suspiro ansioso.

─Entonces simplemente ve y punto. Si no vas ahora, temo que te hagas acá, y si eso pasa, te juro que lloro del asco ─Disimuladamemte, Kim se alejó unos cuántos centímetros de Park mientras observaba a su amigo mover las piernas con rapidez sin dejar de mantenerlas cruzarlas─. Y yo no limpiaré eso, quiero dejarlo en claro desde ya.

Jimin dejó salir un fuerte resoplido antes de sentir una pequeña punzada en su vejiga que lo hizo cuestionarse rápidamente qué tanto importaba en realidad encontrarse con Jungkook dentro del baño.

Ya no le interesaba.

Su vejiga estaba por explotar y él no permitiría que lo hiciera en mitad del pasillo de la escuela donde pasaba la mitad del alumnado.

«Deberían hacer más baños. Pobres».

─Ya no importa, te veo después, Tae. Necesito orinar ahora ─soltó antes de levantarse con rapidez para correr al baño.

«Jódete escuela. Jódanse todos los baños del mundo. Jódete Jungkook. Jódanse todos».

Ingresó al baño con agilidad antes de dirigirse hacia los urinarios vacíos que lo esperaban. Nadie más se encontraba ahí, por lo cuál sintió un peso menos encima al saber que podría orinar tranquilo.

Desabrochó su pantalón y liberó por fin todo lo que había estado aguantando desde hace algún rato. Jungkook no estaba ahí, por lo que supuso que se hallaba dentro de algún cubículo haciendo otro tipo... de necesidades.

Rió para sí mismo y suspiró aliviado cuando se sintió completamente satisfecho. Levantó sus pantalones y sonrió a gusto antes de escuchar la puerta de uno de los cubículos siendo abierta. Apretó los labios y abrochó rápidamente su pantalón para dirigirse hacia el lavabo en total calma.

De reojo notó a Jeon sonreír ladinamente antes de posicionarse frente al urinario más cercano al lavabo para bajarse los pantalones.

Jimin desvió la mirada rápidamente al notar aquella acción.

Si la reputación de la que todos hablaban era verdad, no quería imaginarse cómo sería aquel monstruo que se cargaba Jeon entre las piernas. Ahora le asustaba, y eso le hacía preguntarse una y otra vez cómo sus amigos lo habían convencido de perder su virginidad con algo tan grande.

Porque sí, él lo había medido con la regla tras llegar a su casa luego de aquel horrible día donde todo se había ido por la borda.

No sabía en lo que se estaba metiendo.

─¿En qué tanto piensas?

Los pensamientos de Park fueron interrumpidos por la grave voz de Jungkook a su lado.

Jimin se sobresaltó en su lugar por un momento mientras mantenía la mirada alzada sin tener intenciones de bajarla ni por un segundo.

«¿Por qué me habla con el pene al aire?»

─¿Qué te importa? ─contestó indiferente.

Jungkook sonrió.

─Sólo quiero llevarme bien contigo, tractorcito.

Jimin estaba a punto de voltear para enfrentarlo, pero sabía que Jeon aún no dejaba de orinar, por lo cuál prefirió cerrar la llave y secar sus manos.

─Yo no, gracias.

─Vamos, lo dicho antes que quede en el pasado ─habló Jungkook con diversión. Jimin rodó los ojos─. Mira, disculpa por haber dicho algo tan tonto, no lo pensé y de verdad admito que fue un error. ¿No podemos solo olvidarlo y no volver a hacerlo nunca más?

Jimin chasqueó la lengua insatisfecho mientras pensaba que aquel era el momento perfecto para disculparse también y sacarse de encima ese pequeño peso que sentía a causa de la inexplicable culpa que lo abordaba al pensar en la manera tan fea en la cuál había humillado a Jeon, pero sentía que la situación no era la indicada o la más cómoda para hablarlo, por lo que no sabía qué reacción exactamente debía tener al no poder mirarlo a los ojos.

¿Tal vez estaba exagerando?

Sí, quizás, pero vamos, eran treinta y tres centímetros, no cualquiera portaba semejante paquete como para mirarlo solo porque sí.

Sintió sus mejillas calentarse levemente mientras se observaba en el espejo con rareza.

─Bien, no sé si puedo afirmar en este momento que estás perdonado por lo que me dijiste, pero sí tengo que admitir que yo también pues... me pasé contigo ─confesó el mayor con cautela.

«Por favor, ya súbete los pantalones». Pensó a través de súplicas.

─Sí, no tienes tacto, tractorcito.

─El punto es... ─continuó Park con cierta molestia por aquel apodo─, que ambos nos equivocamos, así que disculpa.

Jungkook observó a Jimin en silencio por un rato con un semblante serio antes de asentir para sí mismo. Extendió su mano hacia el castaño, quién de reojo notó aquel gesto, y esperó pacientemente a que esta fuera estrechada.

─¿Paz?

Jimin frunció el entrecejo.

─Lávate las manos primero.

Jungkook rodó los ojos.

─Eres un bebé llorón.

Jimim abrió los ojos con indignación antes de darse vuelta rápidamente para enfrentar al menor, pero grande fue su sorpresa cuando, por escasos segundos, logró observar a Jungkook incándose levemente para acomodar su ropa con todo descubierto desde la cadera para abajo.

La respiración del mayor se cortó.

─¡Tú...!

El agudo grito de Jimin no alcanzó a ser completado antes de que Jeon volteara a verlo y el castaño, por torpeza, resbalara y cayera de rodillas frente al pelinegro que aún mantenía sus pantalones abajo.

«Oh. Por. Dios».

«¡Es gigante! No. Es una bestia que merece más que cualquiera de nosotros tener pasaporte y nacionalidad». Pensó anonadado.

La mirada de Jimin estaba perdida en la entrepierna de Jungkook mientras se lamentaba y disfrutaba de la vista sin atreverse a mirar a los ojos de su portador.

─Es grande... ─susurró para sí mismo totalmente perdido.

Lamentablemente, sus palabras hicieron eco en el silencioso y solitario baño, por lo que Jungkook no pudo evitar escuchar aquello mientras abría los ojos con sorpresa y diversión a la vez.

─Gracias, pero no creo que sea bueno para ti debido a lo fácil y usado que está, ¿no? ─Las palabras de Jungkook lograron recobrar un poco el sentido en la caliente cabeza de Jimin que parecía hipnotizada con aquel pedazo de carne─. Digo, ha estado en tantos distintos agujeros que no pienso que sea correcto que lo mires por mucho tiempo ─Jimin alzó la mirada lentamente para toparse con los afilados ojos de Jungkook que lo examinaban con cuidado. Tragó duro cuando notó que las manos de Jeon se dirigían directamente hacia su pene─. Esto, tractorcito, es exclusivamente para otras personas tan fáciles y regaladas como yo. Y tú no entras ahí.

Jungkook levantó rápidamente sus pantalones para ocultar su parte íntima con maldad en los ojos.

Jimin tomó un poco de aire antes de parpadear reiteradas veces y volver a respirar con normalidad. No se había dado cuenta de en qué momento su respiración se había agitado levemente, pero pronto se incorporó en su lugar para sacudir su cabeza y ordenar sus pensamientos.

¿Qué había pasado?

─Fue lindo verte de nuevo, tractorcito.

Y dicho esto, Jeon se dio la media vuelta para abandonar el lugar de inmediato, pero la poca claridad que todavía consumía los pensamientos de Jimin lo detuvieron por un segundo.

─Jimin. Mi nombre es Jimin.

Jungkook volteó hacia atrás con una atractiva sonrisa que podría derretir y hacer temblar a cualquiera. Y Park no fue la excepción, pero supo disimularlo bien.

─Lindo nombre para un chico tan lindo.

Jimin suspiró.

─No pienso acostarme contigo ─soltó de repente, dejándolos confundidos a ambos. Remojó sus labios─. Sigo pensando que eres un regalado, así que no vuelvas a faltarme el respeto de esa forma otra vez porque yo mismo me encargaré de cortarte el pene, Jeon.

Jungkook se encontraba serio en ese momento mientras observaba de reojo a Park.

Pasaron varios minutos antes de que el menor volteara nuevamente hacia el castaño para que ambos quedaran frente a frente.

No entendía el comportamiento de Jimin bajó ningún sentido, pero tampoco entendía su propio comportamiento al estar con él. Eran extraños, y eso le gustaba.

─Jimin, vamos a dejar en claro algo ahora ─Jungkook se acercó unos cuántos pasos hacia el mayor mientras se quitaba atractivamente sus anteojos para que Park pudiese observar su penetrante mirada con mayor facilidad─. Me deseas, y eso no lo puedes ocultar. No nos conocemos, y creo que en realidad a ninguno le interesa realmente saber quién es el otro, pero aún así aquí estamos, y creo que eso va más allá de lo que pueda llegar a pasar ─Acarició suavemente la mejilla del castaño y disfrutó del temblor con el cuál este le respondió─. Yo también te deseo, y no sé exactamente por qué, pero no me importa. Sólo nos hemos visto dos veces y ya siento que sabes más de mí de lo que cualquier otra persona con la que haya estado sabe. ¿Qué nos detiene entonces? Seré fácil y todo lo que quieras, pero no me conoces, por lo cuál no debes suponer nada. Si no lo haces, te prometo que yo tampoco supondré nada de ti, sólo me interesa poder saber cuál es el límite que existe entre nosotros... para poder traspasarlo y quemarme con ganas en tu fuego.

Los labios de Jimin se encontraban entreabiertos mientras sus ojos se mantenían sumisos y deseosos de las palabras de Jeon. Disfrutaba de su tacto más de lo que debería, y aunque la situación nuevamente se había volcado a un punto que no sabía ni entender ni explicar, en ese momento sólo le interesaba poder corresponder a los deseos del pelinegro para tocarlo y lanzarse hacia él como una fiera.

¿Pero era lo correcto querer algo tan distinto?

─Jungkook ─murmuró.

Y al poner este su dedo índice sobre su labio inferior, Jimin no pudo evitar responder con una suave lamida que logró alborotar todos los pensamientos de Jeon.

Estaban perdidos, y ni siquiera habían probado algo del otro como para hacerlo.

─Quiero que me tomes.

Susurró Jimin al dejar de lamer el dedo de Jungkook. Y aunque era contradictorio a lo dicho antes, en ese momento anhelaba poder escuchar más a su cuerpo que a su mente.

Era tentador.

─Quiero tomarte y probarte.

─¿Pero...?

El castaño sabía que, a pesar de todo, nada sería totalmente sencillo.

Jungkook sonrió provocativamente antes de acercarse completamente hacia el mayor, acortando totalmente la distancia que los separaba.

─Pero no quiero que conozcas quién soy realmente cuando estoy en la intimidad, tractorcito. Esa es una de las razones por las que decidí dejar de tener sexo por un tiempo ─confesó con cierto pesar, confundiendo a Park.

─Si es por tu reputación, ya sabía desde antes con cuántos centímetros me estaba metiendo ─comentó el contrario un tanto divertido.

Jungkook negó con la cabeza antes de alejarse completamente de Jimin. Se colocó nuevamente sus anteojos y suspiró.

─Quiero acostarme contigo, pero no quiero asustarte con mi forma de ser cuando estoy excitado. Suelo ser algo violento y bruto.

─Jungkook...

─Y sé que eres virgen, tractorcito, así que dame algo de tiempo para no lastimarte tanto con todo lo que cargo ─El timbre del fin del receso sonó, alertándoles a ambos que debía salir de allí lo antes posible para asistir a clases. Jungkook sonrió antes de acercarse nuevamente hacia Jimin y acariciar su mejilla─. Prometo joderte como nadie más lo haría. Voy a hacer que me desees tanto que no puedas pensar en nadie más que en mi y en mi pene. Haré que tu primera vez sea inolvidable y muy excitante, bonito. No dejaré que camines con normalidad.

Y dicho esto, un leve beso en la comisura de los labios de Jimin fue dejado ahí con sensualidad. La garganta de este se secó, y antes de poder asimilar todo lo ocurrido, Jungkook le guiñó un ojo y desapareció de su vista, dejando a un castaño totalmente perdido y deseoso de algo que sólo aquel chico de mala reputación le podía dar.

«Jódeme».

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro