08
El día está algo nublado, llovió por la noche, y Jisung llegó media hora más tarde de lo normal, no había podido dormir, no quería pensar en lo sucedido con el alfa joven, en esa mirada triste y como escapó sin más cuando él mismo fue testigo del esfuerzo del joven en la cena.
Al dirigirse a su oficina miró los cubículos y se sorprendió al no ver a Minho. Negó diciendo sé que tal vez volvería a ser el mismo joven irresponsable que llega tarde.
Llegó a su oficina y se dedicó a trabajar, se perdió un par de horas en ello y cuando su taza de café se agotó, salió por otra, entonces notó que Minho aún no llegaba.
Se dirigió al cubículo después de llenar su taza, —¿Alguien sabe que le pasó a Lee? —preguntó simulando desinterés.
El omega Serim se levantó de su asiento, —me envió un mensaje temprano, está enfermo, parece que pescó un resfriado, olvidé decirle por la mañana, una disculpa, jefe.
Jisung negó restando importancia, —está bien, no te preocupes.
Pero el que estaba preocupado es él. Si Minho tiene un resfriado quiere decir que salió después de que él se fue.
El resto de su jornada se apresuró a termina el trabajo del día, él siempre trabaja sus horas completas o incluso más, por ello no le importo salir tres horas antes.
Fue al local de ramen donde cenó con Minho la otra noche y ordenó una sopa calientita, le explicó a la señora que era para un joven con resfriado, y está incluso le regalo unos dumplings.
Agradece que decidió llevar el auto de nuevo, por lo que llegó rápido al departamento del joven alfa.
Al llegar tocó el timbre, pero Minho nunca respondió, Jisung cerró sus ojos tratando de recordar la contraseña, Minho se la repitió un par de veces la noche anterior alegando que tal vez la necesitaría un día.
Cuando consiguió entrar dejó sus compras en la mesa y se dirigió a la habitación.
Allí estaba el joven alfa, profundamente dormido, Jisung miró sobre la mesa de noche y vio algunas pastillas, seguramente el chico ya tomó lo necesario para contrarrestar el resfriado.
El omega se acercó despacio, cuidando no ser ruidoso, tomó las mantas y cubrió bien al joven alfa, midió su temperatura y noto que está un poco elevada, así que fue a buscar una toalla para humedecerla y dejarla sobre la frente del chico.
Salió de la habitación y fue a la cocina, miró en la nevera y noto que la comida de la cena seguía intacta. Se sintió culpable. Realmente no planeaba lo de la noche anterior, pero está asustado, enamorarse de Minho lo asusta.
Se dijo que debía hacer algo que recompensara al joven alfa, así que decidió limpiar, aunque no había mucho que limpiar.
Se demoró alrededor de una hora, y después solo esperó un poco más, reviso que Minho estuviera mejorando y en efecto el alfa ya no tenía fiebre, incluso comenzó a sudar, así que Jisung se encargó de limpiar su rostro.
Regresó a la cocina para calentar la sopa que ya estaba fría.
Minho despertó sintiéndose cansado, escuchó algo de ruido en la cocina y se dijo que tal vez su madrastra había llegado a visitarlo, ella lo hacía seguido.
Su sorpresa fue ver a Jisung en la cocina en lugar de su madrastra.
—¿Hyung? —llamó con sorpresa, Jisung le miró preocupado, —¿Por qué estás aquí?
—Ohh, bueno no fuiste a trabajar y Serim me dijo que estabas enfermo, así que... creí que necesitarías una sopa calientita para sanar mejor, —se excusó señalando la sopa. Minho sonrió, —ahora ve a darte un baño para que comas algo.
El omega se giró apagando la estufa. Su piel se erizó al sentir a Minho abrazarle por la espalda.
—Si de verdad querías distancia no debiste venir, —susurró el alfa en su oído derecho, —porque ahora no quiero que te vayas. —Jisung cerró los ojos, y Minho le besó la mejilla, se alejó para mirarlo a los ojos, —no escapes de nuevo hyung, iré a ducharme.
Jisung asintió sin poder decir palabra.
Después de algunos minutos Minho salió del baño con solo una toalla en la cintura, fue al comedor y Jisung se cubrió los ojos al verlo.
—¡¿Por qué no estás vestido?! Desvergonzado, —reprendía Jisung.
Minho se acercó a él hasta que lo atrapó contra la mesa, —estoy en mi casa, y me gusta sentirme libre en casa.
—¡Aléjate! Y ve a vestirte, ¿No se supone que estás enfermo? Eras más bonito durmiendo. —Trató de empujarlo, pero Minho lo tomó de la cintura con su diestra mientras que su siniestra subió a su cuello.
—Hyung, quiero a besarte ahora, —dijo firme el alfa.
—Vas a contagiarme tu resfriado, —excuso tímido.
—Pero de verdad quiero besarte, muero por hacerlo, me portaré muy bien si me dejas besarte, —prometía el joven con tono infantil.
Jisung lo miraba con una media sonrisa y terminó asintiendo dando su permiso.
El joven alfa se acercó despacio, con delicadeza y suavidad, el primer contacto fue electrizante, mágico, y lo siguiente fue entregarse a un beso abrasador.
Jisung llevó sus manos a los hombros de Minho asegurando su cercanía y el alfa le tomó de la cintura con ambas manos, lo empujó contra la mesa, el corazón de Jisung latía como nunca.
—Min-minho espera, —dijo separando sus labios, sentía que no podía respirar.
Se miraron unos segundos antes de regresar al beso, Minho lo subió a la mesa y Jisung acomodó sus piernas abrazando la cintura del joven alfa, jamás había experimentado tanta intensidad, y menos en un beso.
Minho sabía que debía detenerse porque de no ser así terminaría llevando a Jisung a su cama y no quería iniciar su relación con el omega mayor de esa forma.
Soportando los reclamos de su alfa, Minho usó toda su fuerza de voluntad para alejarse de esos tiernos y provocadores labios.
Jisung le miró con la respiración agitada, su expresión decía que deseaba más y Minho grabó esa excitante imagen de un omega inocente e inexperto totalmente dominado por el deseo de probar más de él.
—Eres tan hermoso hyung, demasiado hermoso y dulce, —respiró profundo y le tomó de las mejillas para darle un beso en la frente.
Jisung se sintió tímido y se sonrojó un poco.
Minho no podía entender como un omega tan mayor podía parecer inocente. Tal vez Jisung lo es.
—Iré a cambiarme, ¿Sí? —Jisung asintió y Minho lo bajó de la mesa.
Jisung regresó a la cocina tratando de controlar los latidos de su corazón, su sonrisa no se borra con nada.
Sirvió la sopa para Minho y para él calentó algo de la cena que no probó. Acomodó la mesa y cuando estuvo todo listo, Minho ya estaba vistiendo un pijama.
—¿Tu preparaste la sopa? —quiso saber el alfa.
Jisung se avergonzó y desvió la mirada, —no... la compre... yo no sé c-cocinar.
Minho sonrió y lo abrazó por la espalda, —no importa, yo cocinaré para ti, —miró el plato de Jisung y dijo, —estaba triste ayer, me sentía frustrado así que salí a comprar cigarrillos, cuando venía de regreso comenzó a llover y justo estaba fumando, supongo que así fue como terminé enfermando.
Jisung se giró entre sus brazos, —No vuelvas a fumar, ¿Entendido?
—¿Serás mi novio? —Jisung negó, —entonces, ¿Cómo piensas cuidar que no fume de nuevo?
—Hablaremos de eso después, ahora debes comer algo.
Minho asintió entendiendo que lo mejor es no insistir por ahora, cenaron conversando sobre el trabajo, no había mucho que decir, pero fue suficiente para terminar de cenar. Lavaron los platos usados y se sentaron en la sala.
—Bien, —dijo Jisung acomodándose en el sillón de frente a Minho, —hablemos.
—Hyung, tú me gustas, de verdad me gustas mucho, sé que soy muy joven para ti, pero no importa en absoluto tu edad, me gustas y eso es lo importante, —el alfa fue directo y sincero, no quería andarse con rodeos.
—Minho tú también me gustas, —aceptó por fin, —pero no creó estar en condiciones de otra relación pasajera-
—No tiene que ser pasajera, hyung si tú me permites, quiero estar contigo siempre.
Jisung suspiró negando, —no entiendes nada Minho, soy demasiado mayor que tú, eres un niño ante mí, —le tomó la mano, —escucha, lo que sea que estés sintiendo se irá pronto ¿sí? solo quieres probar con alguien mayor y es todo.
Minho se soltó de sus manos y se alejó un poco más sonriendo con frustración.
—¿Crees que estoy jugando? —Jisung no quería asentir, pero su silenció afirmaba la pregunta, —no quiero probar, hyung... Quiero estar contigo de verdad, ¿Por qué no me crees?
Por qué no quiero confiar de nuevo, es lo que Jisung quería decir, pero había otro montón de razones por las que no quería creerle a Minho.
La diferencia de edad.
La personalidad coqueta de Minho.
La forma en la que todo estaba pasando.
Ese beso arrasador que casi le devora el alma hace un momento.
Todo apuntaba a una aventura de unos meses o incluso un par de años. Jisung no puede tirarse a otro precipicio sin paracaídas.
—Minho solo piénsalo un poco, ¿De verdad estarías con alguien tan mayor? —comenzó a explicarse, pero podía ver la indignación y molestia de Minho, —vivimos entornos diferentes, tu debes salir y divertirte con amigos, conocer más personas, enamorarte un par de veces hasta que encuentres lo que quieres, yo ya no puedo hacer todo eso, incluso tengo dolores de espalda por la edad, ya no soy tan joven para tener hijos. No seré una pareja adecuaba para ti, ni tú para mí.
Minho no quería estallar y gritarle a Jisung porqué se equivocaba, trata de mantener a raya sus impulsos, pero todo lo que Jisung dice está agotando su paciencia. Se tranquilizó unos segundos, se levantó del sillón y miró a Jisung.
—Hyung, vete... no quiero seguir escuchando todos tus prejuicios y las excusas que quieres ponerte a ti mismo porque no quieres aceptar que tienes miedo y que eres un cobarde, —caminó a la puerta y la abrió, —vete, y si realmente quieres distancia entre nosotros mañana mismo empezaré a buscar otra agencia donde terminar mi pasantía, solo necesito una recomendación tuya, —Jisung le miraba con tristeza mientras caminaba a la puerta, —no tienes que preocuparte por los proyectos que no he terminado, se los daré todos a Serim.
—Minho no tiene que terminar así, no tienes que irte de la agencia. —dijo el omega deteniendo su paso frente a Minho.
El joven sostuvo su mirada y dijo, —¿Cómo pretendes que me quede? ahora cada que te vea desearé ir a ti para besarte y hacerte entender que lo que siento es real y no algo pasajero, no te quiero para unos meses o un año, te quiero el tiempo que dure lo que podamos tener, si dura poco será porque no funcionamos juntos, pero que tal que dura para siempre.
—No lo hará, Minho, nada es para siempre.
—Vete ya, y no vuelvas a menos de que este realmente muriendo y te aseguro que un resfriado no va a matarme.
Jisung no pudo decir más porque Minho lo incitó salir del departamento y le cerró en la cara.
El omega quiso tocar la puerta y tratar de arreglar las cosas, pero solo miró un par de minutos antes de irse.
Minho esperaba que Jisung tocara la puerta, se quedó allí, sin mirar hacia afuera, se sentó junto a la puerta y espero por una hora entera a que Jisung le llamara.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro