✧ Última parte ✦
La noche que ChanYeol y BaekHyun salieron el viernes, BaekHyun le propuso a ChanYeol ser su novio.
ChanYeol se rio, y sin contestarle, continuó con su cerveza en vaso en lo que BaekHyun le fruncía el ceño.
"Espera, ¿hablas en serio?" ChanYeol preguntó, lo que hizo que ese ceño se marcara el doble. Claro que él no entendió todo ese enojo y rabia que se estaban acumulando dentro del administrativo. Mientras él sacudía el rostro, solo pudo comentar: "Perdón, es que no creí que fuera así. No sonaba de ese modo, yo... pensé que me hacías una broma."
"¿Por qué te haría una broma de algo como eso? ¿Es que no fui auténtico? ChanYeol, te acabo de pedir que seas mi novio, ¿qué hay de gracioso?"
"BaekHyun, yo..." ChanYeol suspiró, y con una mano en su rostro, perdió su sonrisa. Una mueca la sustituyó con cierta incomodidad por ser honesto. No esperaba ser el que llegara a romper un corazón, no aquí y ahora, pero BaekHyun iba en serio. "Escucha, me gustas, de verdad. Creo que eres un hombre guapo, y siendo muy sincero, el sexo estuvo increíble, solo... no pienso que me gustes a ese extremo."
"¿Extremo?"
"Sí, quiero decir... apenas te conozco, ¿sabes? Y sé que hemos salido un par de veces, tuvimos nuestros momentos, pero necesitamos entender más el uno al otro, no apresurarnos. Podemos tener cosas que no funcionen, y por no coincidir, provocaríamos un drama innecesario que, en realidad, para ser adulto, no creo que quiera vivir," explicó, por más que el gesto de BaekHyun no mejoró al otro lado de su mesa circular. Con los hombros encogidos, ChanYeol no tuvo opción más que dejarlo comprender a su tiempo. "Lo siento."
"Entonces, ¿esto no fue serio para ti?"
"No, BaekHyun, yo nunca dije eso."
"¿Por qué no quieres hacerlo oficial en ese caso?"
"Lo acabo de decir, ¡porque apenas te conozco! Desde hace un mes, y la verdad... no sé para otras personas, pero para mí eso no es tiempo suficiente para enamorarme."
"Pero sí para meterte en mis pantalones," siguió el reclamo con esa voz que a ChanYeol poco le gustó, así que tuvo que ponerse rudo en su propia defensa.
"Oye, no, eso es diferente. Fue consensuado, ¿ok? Ambos lo quisimos, no quieras hacerme un villano. Ahí no se necesitan sentimientos tan profundos."
"¿No sentiste nada por mí cuando compartimos eso?"
"Lo hice, pero... ahora solo puedo decirte que siento una atracción por ti, no algo más allá por lo cual crea estar seguro de querer una relación. Soy nuevo aquí, eres la primera persona que conozco, y muchas cosas pueden pasar en tanto tiempo..."
"ChanYeol, yo sentí más que una atracción por ti. Eres perfecto para mí. Eres el muñeco que estaba buscando. Te quiero, necesito atesorarte."
"BaekHyun..."
"Eres tan precioso para mí, ¿no puedes verlo?"
"Lamento que te sientas así por mí y yo no pueda compartir tus sentimientos. Podríamos... podríamos seguir conociéndonos, y quizá..." con su rostro sacudido, ChanYeol no supo qué decirle. Solo intentaba conciliar con BaekHyun, como un buen amigo o... quién sabe, algo similar que lo dejara tranquilo y no comenzara un río de ese drama que él deseaba evitarse. "No sé, ¿el tiempo va a decirnos?"
"¿Vas a estar conmigo siempre, ChanYeol?"
BaekHyun se lo ponía demasiado difícil. Ya se imaginaba que era un poco pesado, parecía de los que se enamoraban fácil sin pensarlo. Lo notó cuando saltó a invitarlo a salir más que a solo ser directo para ir por sexo como cualquier otro hombre que quisiera liberarse.
No estaba diciendo que ese hubiera sido su caso, no habría aceptado salir con BaekHyun más de una vez en ese tipo de citas si no hubiera cierto interés que esperaba profundizar, pero... no tan pronto. No como BaekHyun y su comportamiento que hasta parecía infantil.
Era un contra que ChanYeol justo le tenía a retenerse en iniciar su relación con él. Como que algo no sonaba bien con este hombre.
"BaekHyun, no hagas esto más difícil, por favor. ¿Podrías solo olvidar que dijiste eso y seguir nuestra salida? Quiero disfrutar lo que queda de cerveza," a pesar de la complicación en esos ojos, BaekHyun accedió en un asentimiento, lo que en serio fue un alivio para él.
Con su propio suspiro, agradeció que fuera de ese modo, y aunque BaekHyun se paró para ir al baño, tuvo poca preocupación. No imaginaba que estuviera bien, quizá habría ido a llorar, y se sentía el doble de mal imaginarlo de esa forma sin poder consolarlo, solo... ¿qué podía hacer? ¿Obligarse a una relación para tenerlo feliz? ChanYeol también tenía sus sentimientos.
Jamás se imaginó que en el baño, BaekHyun estuviera haciendo una rabieta peor de la que hubiera creído por su decepción. No solo lloró frente al lavabo. Al estar solo y poder cerrar la puerta con seguro, BaekHyun tiró con una fuerza traída por la rabia ese dispensador de papel en la pared, y al destrozarlo junto al espejo estrellado en donde lo lanzó, se dio unos segundos para calmarse antes de llamar a KyungSoo.
"No lo entiendo, KyungSoo, es que por qué, por qué, por qué me ha rechazado. ¿Es que no ve cómo soy el único que puede apreciarlo tanto?"
"BaekHyun, es lo mismo que has pensado de otros muñecos..."
"No, claro que no, este es diferente."
"¿Al igual que lo fue SeHun? Si no te quiere, debes superarlo. No hagas de esto algo más grande, solo vas a traerte un problema, y yo no quiero volver a limpiar tus equivocaciones."
"No es una equivocación, no esta vez. Tienes que saberlo, KyungSoo. Sé que me equivoqué con los otros, pero fue porque ellos no eran especiales. Lo creí, y estuve equivocado. Tuve que romperlos porque no eran mis muñecos. ChanYeol es muy diferente a los de antes."
El suspiro que escuchó en la línea lo llevó a arreglarse un poco su cabello despeinado en su intento por recomponerse. Iba a regresar pronto con ChanYeol, y no debía ver que estuviera hecho un caos. No cuando justo lo buscaba convencer de lo contrario.
"¿Qué es diferente con este muñeco?"
"Él es perfecto. Es el muñeco que he estado buscando por toda mi vida, KyungSoo. Lo quiero en mi casa para atesorarlo."
"Está bien, entonces, regresa a tu cita."
"¿Eso es todo? ¿No vas a decirme algo más? ¿Ayudarme?"
"Tú haz que vaya a la casa, yo me encargaré del resto," BaekHyun entendió, y al enderezarse, asintió, aunque KyungSoo no pudiera verlo. En su mutuo acuerdo y unas despedidas, colgaron.
Antes de que saliera del baño, y aun con el desastre que dejó detrás, se fue como si él no hubiera sido el culpable.
Tuvo la mejor sonrisa cuando regresó con ChanYeol, y fue tan complaciente el resto de la noche que seguro ChanYeol ni notó cómo de difícil se le estaba haciendo no gritarle porque hiciera lo que él.
El problema fue que se la pasó tan bien que olvidó lo que KyungSoo dijo. BaekHyun no le pidió que fuera a su casa en esa noche, en realidad, cuando se despidieron con saludos medio incómodos–porque ChanYeol no iba a compartir un beso tras romperle el corazón–, en el taxi fue que recordó lo que debía hacer.
Se preguntó si podría regresar y encontrarse aún a ChanYeol por ahí para decirle, o si se vería muy difícil que obtuviera una buena contestación de pedírselo por medio del teléfono; sin embargo, él no tuvo que pensarlo mucho cuando le llegó un mensaje.
Era ChanYeol, que le decía que había olvidado un saco en su apartamento. BaekHyun tomó su oportunidad ahí, y sin ser directo, solo le dijo que podría venir por él, pero claro que no obtuvo una respuesta.
ChanYeol debía estarlo pensando, y si lo hizo mucho o no, una sonrisa apareció en su rostro cuando vio que lo llamaba. No le preocupó decirle que podía ir ahora mismo.
KyungSoo lo recibió en la silla del portero al llegar al edificio. Con su sonrisa y la grabación de las cámaras junto a sí, le entregó su celular para que hiciera configuraciones necesarias de él, y sobre lo mismo, KyungSoo asintió con sus palabras.
"Juega todo lo que quieras con ese muñeco. Tienes la noche libre, BaekHyun."
"Gracias, KyungSoo."
ChanYeol llegó a la casa después, y BaekHyun hizo justo eso. Lo dejó entrar y mientras se volteaba para recoger su saco, le clavó la jeringa por el cuello.
"¿Qué demonios? BaekHyun, ¿qué...? ¿Qué fue eso?" No tardó en hacerle efecto. Con lo rápida que era, ChanYeol se cayó de inmediato, y el juego empezó desde entonces.
"No es nada, ChanYeol. Solo te he dado una medicina. Me di cuenta de que debías sentirte mal, porque no estabas pensando bien desde nuestra salida. No sé cómo es que no entiendes lo mucho que nos necesitamos," con la sedante en su cuerpo, ChanYeol se sintió mareado. Quiso pararse, pero sus movimientos fueron torpes. Cayó otra vez, y sobre el suelo, a sus pies, BaekHyun cuidó que no fuera a golpearse o dañar su rostro, sobre todo. "Pero tranquilo, ya estoy para arreglarlo. Te voy a atesorar. Vas a poderlo ver, y si esta medicina puede ayudarnos, entonces tocará utilizarla hasta que cambies."
"BaekHyun... BaekHyun, ¿qhué...? ¿qhué mej inshectaste?" Sus palabras se volvieron nulas, en su arrastrar de lengua, sus extremidades lo abandonaron y solo alcanzó a ver a BaekHyun mientras le acariciaba el rostro, aunque ya no lo sintió en lo que pudo decirle.
"Es lo que va a mantenerte como mi tesoro. De ahora en adelante eres mi muñeco, ChanYeol."
『✧✦✧』
Aunque pocos días habían pasado, ChanYeol pudo entender lo que sucedió después de eso. Se había adentrado a su propio infierno. El por qué y los cómo habían quedado en el olvido tras saber que ni siquiera podría decirlos en voz alta con la cantidad de veces que perdía el conocimiento por la droga en la que BaekHyun lo mantenía.
Mayormente estaba consciente, porque BaekHyun utilizaba cierto tipo de anestesia que lo inmovilizaba y le permitía mantenerlo suelto a su antojo. Literalmente era un muñeco; sin poder hablar ni moverse o gritar, estaba a disposición de lo que BaekHyun quisiera hacer en todo momento.
Si quería vestirlo, alimentarlo, bañarlo, asearlo, maquillarlo y peinarlo, nada lo iba a detener. Estaba a su gusto.
Entonces, en el mudo mundo que BaekHyun lo había puesto como mero observador, ChanYeol había aprendido un par de cosas a su lado. Por más que pareciera difícil, necesitaba mantenerse cuerdo en ese encierro para buscar la salida a eso. Preguntarse qué se suponía que era esto y por qué le estaba pasando solo torturaba su mente por las noches, y él no esperaba salir perdido en su mente. Si quería vivir como el hombre que había sido durante ese corto tiempo que logró manejarse antes de conocer a BaekHyun, debía olvidarse de razones.
Enfocó entonces todo lo que podía reunir para hacerse un plan en su escape. BaekHyun le suministraba su conjunto de drogas que llamaba por medicina a ciertas horas en el día. Cuando el efecto se disminuía, él había intentado escapar en ocasiones. Sin embargo, su reacción era tardía, nunca había tiempo suficiente para huir cuando BaekHyun ya le había puesto su siguiente dosis.
La puerta no estaba cerrada, y quizá era por lo mismo, porque sabía que era inútil. ChanYeol estaba paralizado para creer que pudiera salir corriendo aun al conocer su edificio. Con las reacciones que tenía, en donde se sentía mareado, caminaba como un borracho, y hasta quería vomitar como si eso fuera a desaparecer por completo ese daño que le administraban en su cuerpo, no creía bajar las escaleras ni llegar al ascensor hasta salir a la calle.
BaekHyun bien podría alcanzarlo antes. Por lo que escuchaba, tenía un cómplice también. No lo había visto, pero lo supo porque habló con él, y por lo entendido en sus conversaciones, tenía ojos en el edificio.
Si no era BaekHyun quien fuera a atraparlo, su amigo lo haría.
Lo bueno era que había algo a su favor en eso: no creía que BaekHyun fuera a hacerle daño por descubrir que había intentado escapar si lo atrapaba de nuevo, porque había visto cómo era eso de ser 'preciado' para él. Ser su muñeco significaba no quitarle su belleza, mantenerlo siempre hermoso y perfecto. Ser su tesoro era hacerlo invaluable como él pensaba que era.
Al menos algo de eso pudo entender cuando BaekHyun evitó pegarle en esas veces que se enojaba por sus comportamientos del inicio. Claro que ChanYeol lloró demasiado en esos primeros días del secuestro. Con verse inmovilizado, por más que no pudiera gritar, todavía se le escapaban lágrimas. Y mientras BaekHyun lo estaba maquillando en una de sus tardes juntos (en el juego que él llamaba preparar su casita de muñecas), ChanYeol había llorado en el temor de lo que sea que estuviera ocurriendo.
Arruinó el maquillaje de BaekHyun varias veces, y en aquello, BaekHyun se enojó tanto, pero... en lugar de pegarle cuando levantó sus manos, se fue directo a lo demás que había a su alrededor. Volcó mesas, destruyó una que otra silla, hasta pateó y gritó lleno de rabia para tirar sus materiales lejos y dejarlos inservibles, mas, a él... no le hizo el menor daño. Asustado, ChanYeol lloró en esas ocasiones, sí, también; sin embargo, todo estuvo bien. En lo que pudo.
Comprendió desde ahí en adelante que su temor estaba bien, que era algo completamente válido, porque uno nunca sabía cuándo podía ser el siguiente, pero hasta el momento quizá tenía mayor seguridad de decir que BaekHyun no quería hacerle daño en sí. Entre besos y el calmarlo aun inmóvil, BaekHyun le pidió perdón por sus rabietas, y le pidió que dejara de llorar para continuar su maquillaje.
Mientras se comportara, desde entonces, ChanYeol comprendió que estaba fuera del riesgo de recibir alguno de esos golpes. Por más que eso también significara no llorar cuando prácticamente fue violado en algunas de esas noches. Tan drogado como estaba, ya decía que BaekHyun llegaba a hacer y deshacer lo que quisiera en él; usarlo un par de veces para liberarse había estado entre todo. Lo que le pudo parecer un placer hacía un par de noches, era su nuevo sufrimiento cuando hacía de todo por mantenerse estable.
Agradecía un poco más cuando BaekHyun lo drogaba con lo que lo hacía perder conocimiento; al menos, así no recordaba lo que habría pasado en algunas de esas noches... desgraciadamente BaekHyun prefería mantenerlo más despierto.
Se endureció por algunas de esas razones. No podía soportar más durante tanto tiempo. No se iba a hundir, por más que BaekHyun quisiera maltratarlo en su loca idea de que lo atesoraba y no llegaba ni a tocarle un pelo, ChanYeol iba a salir de eso.
Fue ahí donde entendió: si quería escapar entre todas sus opciones, le quedaba buscarse una distracción. Algo que llegara a entretener a BaekHyun el tiempo suficiente para que pasara el efecto de su anestesia, que pudiera recuperarse para salir a un lugar seguro y encontrar algún aliado.
Esa era la base de su plan que daba el giro a lo de antes. No debía solo esperar a poder salir por la puerta como tan fácil lo veía. Correr iba a ser imposible con los efectos aún en él; si no salía, capaz se mataba en el intento. La opción que quedaba ante eso proyectado era buscarse a alguien que pudiera auxiliarlo.
Desconocía quiénes más vivían en el edificio, pero era imposible que solo BaekHyun y su cómplice fueran sus ocupantes. Por charlas anteriores con BaekHyun–antes de la locura de volverse su muñeco– sabía que escaseaban los vecinos en su piso, e igual debía haber otros, al menos más abajo.
BaekHyun vivía en el cuarto piso, así que ir muy abajo era difícil. Tal vez en el piso tres podría haber alguien.
Otra información que recopiló al convencerse de eso fue la alternativa a salir por la puerta principal del apartamento: había escaleras para incendios en la ventana junto a él. Si intentaba bajar por ahí al otro apartamento con el que conectaba quizá hallaría a su aliado y la ayuda vendría en camino. BaekHyun no sabría adónde fue, estaría lejos de su alcance, resguardado en el apoyo de alguien, y la policía se haría cargo del resto.
Era menos posible que llegara a ser advertido si salía por las escaleras de emergencia que por los pasillos. Si su cómplice estaba al tanto de lo que pasaba en el interior del edificio era algo, pero al exterior... había sus posibilidades.
Ese era el plan, lo tenía ya formulado. Solo requería su distracción para cumplirlo. Al actuar tan bien desde entonces, hizo lo mejor para no levantar sospechas y aprovechar cada mínima opción de escaparse. Casi lo logró esa noche que BaekHyun fue a hablar con el vecino para que bajara el volumen. Fue torpe, en realidad, desde ahí se le ocurrió lo de las escaleras de emergencia, porque justo quiso irse por la puerta principal ante la hora de la noche en la que parecía ser más improbable que lo advirtieran, pero... el tiempo no fue suficiente.
Si hubiera intentado ir a la ventana y bajarse por ahí, quizá habría logrado algo más. Considerada la idea de que BaekHyun ya no lo vería y era posible que tardara en descubrir su falta, ChanYeol tendría más tiempo de recuperarse y bajar para huir de la casa de muñecas.
No pasó esa noche, obvio, y con la frustración a veces cedía a un estado deprimente, el temor de no creer salir de ahí nunca lo dejaba llorar en otras veces. Ahora, ya no más.
BaekHyun estuvo recibiendo un par de llamadas desde entonces. ChanYeol comenzó a sospechar de lo que eran, escuchadas sus palabras, se animó por saber que alguien pudiera estar ahí buscándolo. El problema era que no daban con las direcciones adecuadas, y por algo él tenía que poner de su parte para hacer todo lo posible en salir.
Las distracciones no llegaron, a pesar de eso. BaekHyun seguía su rutina de siempre. Iba al trabajo, regresaba con tiempo para reponer lo de su anestesia, y se quedaba el resto de la tarde en su juego de niños.
Ese día fue diferente, algo cambió. No sabía quiénes iban a venir, pero escuchó que BaekHyun dijo eso de que nadie iba a hacerles daño, alejarlos o algo similar, y sintió que esa era su oportunidad.
Estaba listo para salir de esa horrible prisión esa tarde.
『✧✦✧』
Como todos los días, ChanYeol se dispuso a ser el muñeco perfecto para BaekHyun. Comió, bebió y descansó todo lo que pudo para prepararse. BaekHyun quizá se sorprendió de su reacción al tratarlo, pero ya no que no mostraba emociones ni decía nada, no tuvo cómo sospechar.
Le tomó una foto para subirla a sus redes de comunidades psicópatas que gustaban de ver las atrocidades que hacía con él como su 'muñeco de carne y hueso', y después habló con su amigo para encargarse de la gente que hoy iba a venir.
ChanYeol no escuchó mucho al dejarlo en su habitación y BaekHyun irse fuera, pero no importó. Vio la hora y al saber que su siguiente dosis le tocaba en otra hora más, aunque aún no sentía su cuerpo, parpadear era posible y algunas otras terminaciones pequeñas estaban reviviendo. En lo que ocultó que eso fuera así, rogó a todo lo que era bueno–a su Dios, porque él sí creía en una religión– que pudiera obtener su liberación.
Fue ahí cuando BaekHyun entró a su cuarto. Pasados unos minutos, lo vio y él se compuso para simular tal como estaba. Lo vio ignorarlo por segundos mientras recogía algunas de sus cosas, mas, antes de que fuera a salir en otra ocasión, se detuvo junto a él al borde de su cama donde le sonrió. Al arreglarle uno de sus mechones medio mal acomodados (a propósito), se detuvo frente a él y le dijo:
"Saldré unos minutos, bebé, para que no te preocupes. Nada malo va a pasar, nos veremos en un ratito, ¿ok?" Lo besó al decirle aquello, y aunque ChanYeol hizo de todo para no mostrar algún efecto negativo ante esos labios en los propios que ya le eran repugnantes, lo dejó tras la caricia recibida en su rostro.
Por dentro claro que gritó como si pudiera alguien escucharle, pero al menos no se preocupó más por tenerlo a su lado. Ahora que BaekHyun se había ido y escuchó la puerta cerrarse fue que comenzó la acción. En la espera de que su cuerpo comenzara a recuperar esa movilidad de siempre, ChanYeol puso todo de sí.
Fue bastante larga, hasta agonizante. Sin embargo, poco a poco algo de eso fue cediendo, y él solo esperó que tuviera el tiempo suficiente para recuperarse y salir de ahí, como después de tanto había estado deseando.
『✧✦✧』
BaekHyun se reunió con KyungSoo solo a un piso de donde él se hallaba en la espera. Al ver que le entregaba en sus manos ese par de llaves de su otro apartamento, le agradeció y sin palabras, dieron ese acuerdo que tenían desde siempre.
"Sabes lo que hay que hacer. Relájate, BaekHyun."
Él tuvo que aceptarlo justo para conseguir su logro. Era eso que mucha gente podría decir finge hasta que lo logres, o algo parecido, porque cuando regresó a su piso y se detuvo solo a tres puertas de su verdadero apartamento, se llevó consigo todo lo que necesitó para hacer del lugar un escenario que a las autoridades debería convencer de ser propio.
Eso era lo que había acordado con KyungSoo. En el cambio que le había hecho de registrar su apartamento oficial como aquel, KyungSoo y él conservaron sus trabajos especiales ocultos de ese modo. El lugar ya estaba amueblado, no lo usaban, por obvias razones, así que algo de polvo se había acumulado. No obstante, BaekHyun se fue una hora previa a la cita de la oficial para atender ese hecho. Con su maleta preparada al salir, trajo lo que sería indispensable para demostrar una casa habitable (comida, libros, utensilios de limpieza personal y de la casa, hasta ropa), y organizó el espacio para la obra más grande que iba a elaborar frente a otras personas.
Nada ahí iba a levantar sospechas.
Al fijarse en su reloj, hasta entonces notó lo tarde que ya era. En un día normal estaría apenas saliendo de su trabajo, y eso significaba una cosa: la hora de la medicina para su bebé estaba por llegar. En media hora una de sus alarmas sonaría, pero quedó de ver a la detective Nam a las 3:30, no podía salir ahora.
Faltaban pocos minutos para su cita. Si no quería levantar sospechas, necesitaba quedarse ahí hasta que llegara. Bien podría regresar a casa para administrar su medicina en ChanYeol antes, pero el problema eran los efectos que podía haber de aplicar tanto y tan seguido eso en él. Tenía bien medido lo adecuado que era administrar una droga y otra en su muñeco para evitarle secuelas a corto plazo y más una dependencia. No quería arriesgarse a perder a su muñeco, necesitaba cuidarlo, y estaba investigando junto a KyungSoo otras drogas que podría usar para evitar consecuencias tan nocivas que aún tuvieran mismo efecto.
Como aún no encontraban nada con sus revisiones, BaekHyun debía respetar los horarios que impusieron. Además, si era capaz de notar, ChanYeol se había estado comportando demasiado bien últimamente. No estaba llorando tanto como antes, tampoco se quejaba mucho o intentaba movimientos bruscos cuando el efecto en la sustancia se bajaba. Tal vez eso quería decir que por fin había entendido lo que hizo por él. Cedía a quedarse como su muñeco porque había podido ver lo bueno que era eso, el estar con él y compartir su vida juntos. Era todo lo que necesitaban: uno al otro.
Si era esa la razón de su cambio no tenía por qué preocuparse. ChanYeol se iba a comportar, y si no... KyungSoo lo mantendría al tanto de cualquier cosa.
"Tú solo debes atender a la policía, demostrar tu inocencia y salir de esto. Fácil. En menos de cinco minutos estarás de vuelta junto a tu muñeco," le dijo cuando se vieron después de su llamada al teléfono, y ahora BaekHyun asintió al recordarlo. Era cierto.
El problema fue que la policía se retrasó en venir. Después de cinco, diez y casi quince minutos de la hora acordada, BaekHyun comenzó a desesperarse. Quería que llegaran pronto para regresar a ChanYeol.
Lo necesitaba. No solo para administrarle su medicina, sino para estar con él. Deseaba tanto seguir en ese juego que tenían de su casita, e imaginarse todo lo que podía hacer junto a él lo desesperaba en esa espera que solo no llegaba a terminar.
En un punto decidió salir porque sintió que no podía más. El asunto fue que, al abrir la puerta, se encontró de lleno tres personas frente a él. La detective Nam y dos policías en uniforme venían junto a ella. Se veía que estaba por tocar la puerta, y al igual que él se sorprendió de verlo en ese estado hasta que bajó su mano y su expresión cambió.
"Gracias por venir a recibirnos de inmediato, señor Byun. Lamentamos la tardanza, hoy hubo otro trabajo y el tráfico no nos permitió llegar a la hora acordada, pero lo hemos hecho," con su sonrisa, BaekHyun suspiró casi de manera interna. La mujer señaló a su lado en lo que fue obvio que esperaba incluso antes de que se lo pidiera. "¿Cree que podría dejarnos entrar ahora para ver cada habitación de su casa?"
Se hizo a un lado de acuerdo con su petición, y al mostrarles palma abierta, BaekHyun dio todo de sí para sacar una sonrisa.
"Con gusto."
『✧✦✧』
A los cinco minutos de la hora, ChanYeol ya había comenzado a moverse. Sus dedos recuperaron algo de movilidad, y de a poco todo el cuerpo empezó a sentirlo. Como siempre, lo primero que se recobró fue su parte de arriba. Le costó sacar sus piernas de la posición sentada que tenía en la cama, más porque parecía que cada una pesaba como dos toneladas. Con los débiles brazos como los tenía, aún adormecidos sobre los últimos efectos de la droga, de alguna manera pudo tocar con sus plantas limpias de sus pies el suelo.
Un hormigueo pasó de sus pies a sus piernas tras impulsar un poco de fuerza en ellos para levantarse, y aunque no lo hizo de inmediato, en el apoyo de tener otros muebles a su lado, ChanYeol se sostuvo para pararse e intentar ver qué tan bien le iba si caminaba unos cuantos pasos. No muy bien, la verdad se sintió mareado y quiso vomitar cuando dio el primer paso.
Solo no lo hizo porque se cayó antes.
El piso dio un par de vueltas, su respiración salió jadeante, y sintió que no se podría levantar de ahí quizá en otra hora, pero...
No.
No iba a obtener oportunidades como esta otra vez. Tenía que salir. Su momento de escapar era ahora... o nunca.
Hizo todo de sí para ir arriba otra vez, y aunque sus manos, sus brazos y todo en él estuviera temblando, consiguió ponerse en pie, encorvado, con apoyo en lo que se encontrara–paredes, muebles, marcos– y salió de ese cuarto para ver lo que había del otro lado.
Tal como pensó, el apartamento seguía solo. No había escuchado que BaekHyun volviera, pero uno no sabía. Cauteloso, siguió ese camino de apoyo un poco lento–mientras iba como borracho– hasta la ventana, y puso toda la fuerza que tenía en sí para abrirla.
Ya estaba jadeando en ese esfuerzo, y la verdad quería dejarse caer otra vez. Sin embargo, sabía que BaekHyun no podría tardar mucho más en volver. Era ahora cuando le tocaba a él actuar si quería salvarse. En la mesa vio un vaso a la mitad que BaekHyun dejó de su desayuno. No le importó tomarlo y bebérselo de un trago. Lo necesitaba para rehabilitarse.
Con él, volteó a la ventana que le dio un poco de aire para respirar, y pasado el mareo que lo suscitó otros segundos, se impulsó para salir de ahí. Seguía el plan de antes: iba por su aliado.
No fue el plan perfecto, porque en las escaleras tambaleó un par de veces, sostenido por ambos barandales, ChanYeol apenas pudo evitarse caer y morir en el intento, pero uno de sus listones amarrado a su muñeca en el trajecito de príncipe que BaekHyun le había dado se atoró. Cansado como estaba, no pudo pensar mucho en cómo zafarlo. De un tirón se lo quitó y lo llevó al otro extremo de las escaleras para continuar sin importarle lo que quedara.
La ventana que encontró solo unos pasos más abajo lo hizo casi llorar de alegría. Mucho más cuando vio que estaba abierta. Esa era su oportunidad. Su salvación estaba ahí, solo tenía que seguir para liberarse de ese infierno.
『✧✦✧』
En la revisión a su apartamento nuevo, BaekHyun obtuvo otro interrogatorio por parte de la policía. Sentado en el sillón de la salita que había desempolvado hacía una hora, la detective Nam lo miró de forma crítica en lo que repasaba las mismas preguntas que él ya había contestado desde el lunes.
BaekHyun no se olvidó de sus mentiras de antes, por más que pudiera añadir una cosita para no sonar como alguna especie de robot, continuó haciendo su mejor trabajo que lo liberaría de estar en el blanco sospechoso.
Los policías que vinieron se dedicaron a revolver las cosas entre sus habitaciones. El lugar era básicamente el mismo que él tenía en su apartamento. Todos eran unidades con la misma construcción. Ponerle alguna que otra decoración era cosa suya. KyungSoo había habitado ese espacio con una sala de tres sillones viejos, él había puesto su antiguo colchón en la habitación principal, y algunos libreros, cómodas y mesitas de centro fueron compradas en ofertas de segunda mano que seguro no haría dudar que fueran adquiridas por alguien como él considerando el tipo de trabajo que tenía.
Habían hecho un desastre de lo que él prácticamente recién había ordenado. Con sus revistas fuera, libros, y hasta algunas prendas que acomodó como si fuera suyo ese espacio siempre, poco se preocupó por saber que solo estaban haciendo su trabajo como si esperaran que detrás de suéteres o periódicos viejos fuera a esconder a ChanYeol de algún modo.
Sí, cómo no. Ni que fuera KyungSoo para tenerlo hecho pedacitos.
"¿Qué es lo que tanto buscan?" Fue su turno de preguntar luego de la interrogación. Ya que la detective Nam solo estaba anotando algunas cosas entre fólderes, y los policías no parecían más que revolver lo de antes, creyó justo que dijera eso. "Si piensan que tengo puertas ocultas o escondites detrás de algún mueble, no van a encontrar nada como eso. Ya lo deberían saber, estoy limpio. Si alguien es una víctima aquí no solo es ChanYeol, sino también yo, porque estoy sufriendo tanto y hasta el doble de saber que después de una semana no lo hayan encontrado y aun piensan que yo pueda ser el culpable. De verdad, si tan solo hicieran bien su trabajo..."
Era un gran actor si podía admitirlo él mismo. Desde la interrogación sabía que había hecho todo un acto, y aunque tuviera algo de cierto en eso que dijo porque, en verdad, él nunca le haría daño a ChanYeol, no podía decir que fuera verdad el que no supiera dónde estaba.
Eso era diferente, claro, porque si lo escondía ahora de la gente y de estas personas que lo estaban buscando era por su beneficio. ChanYeol estaba mejor con él, con nadie más que con él. Nadie iba a cuidarlo y quererlo tanto como él podría siendo su muñeco.
Esa era la mente retorcida de un simple psicópata, no eran necesarias las explicaciones.
"Señor Byun..."
"¿No deberían estar buscándolo en donde realmente pueden estarle haciendo daño? Mi hermoso ChanYeol," BaekHyun fingió llorar de nuevo. No le fue muy difícil, una parte de él se sentía angustiada de pensar en su muñeco lejos, sin que pudiera verlo pasado tanto tiempo separados. Sus lágrimas solitas salieron. Tergiversar la verdad era su especialidad de ese modo. "¿En serio aún creen que yo le he hecho algo?"
Fue ahí cuando los policías se miraron incómodos entre ellos. Quizá sintieron culpa o malestar. Bien por eso, era lo que buscaba. Si hacía lo suficiente, tal vez podría sacarlos de ahí antes.
"¿No tenía un perro, señor Byun?" La detective Nam fue otro caso, como siempre, insensible a sus llantos y el sorber de mocos que hacía tan audible, BaekHyun la miró en esa pregunta. Sin saber qué contestar porque no se había preparado para esa información, frunció el ceño en la espera de que no se estuviera delatando. "El portero nos lo comentó cuando vinimos buscándolo hasta aquí. Algo de que era muy chillón y lo escuchaba varias veces en el día o en la noche. ¿Dónde está en estos momentos?"
"Hablan de bebé," BaekHyun asintió, y al recomponerse, pasó una mano por sus mejillas para limpiar su desastre en lo que carraspeó al darse tiempo. Se le debía ocurrir una respuesta sobre eso. "Sí, yo no lo tengo aquí ahora mismo. En realidad, él no es mío, es solo... de mi hermano. Se lo estuve cuidando un par de días en lo que se fue de viaje de negocios. Pero volvió, así que se ha ido. Lamento si eso molestó a algunos vecinos o al portero, bebé puede ser un poco difícil lejos de sus dueños, pero ya está todo igual que antes."
"¿Su hermano dice? ¿Hermano...?"
"Mayor. Su nombre es BaekBeom. Byun BaekBeom."
"¿Puede confirmar la información?"
"Oh, claro, pueden revisarlo, llámenle si quieren. Estoy seguro de que él les confirmará eso, porque no tengo nada qué mentir, detective. Se lo he dicho, ¿no? Están apuntando en la dirección equivocada," insistió con gravedad, en lo que la detective asentía y anotaba algo más en sus hojas.
Suspiró. No importaba, de todas maneras, él tenía cubierto ese asunto con BaekBeom. El número que estaba registrado a su nombre se mostraba como el de KyungSoo. Si alguien lo llamaba para averiguar lo de su perro, no iba a haber temor por su descubrimiento.
BaekBeom estaba muerto desde hace muchos años, de cualquier modo. Su familia... no había sido apropiada para su casa de muñecas. Pero eso papá no lo entendió, y se había ido a prisión por asesinar a su hijo y esposa. Era una suerte que los vecinos hubieran escuchado el escándalo que hacía, BaekHyun había sobrevivido antes de que lo alcanzara, y entre su locura por gritar que el niño fue el que lo hizo, quién iba a creerle a un hombre de cuarenta años contra un pobre niño de diez bañado en la sangre que tenía en sus manos.
Desde entonces, BaekHyun había buscado familia que lo acogiera en otro nombre. Tenía que ser hermosa, perfecta, que en verdad lo quisiera y lo pudiera atesorar... como en los juegos de muñeca.
Como su ChanYeol.
Entre el asentimiento de la detective, y los policías que siguieron revisando algunas de sus cosas, él suspiró al ver su hora. Ya pasaba el tiempo de la dosis, pero si veía su celular, KyungSoo no le había dicho nada.
Eso no quitó que tambaleara su pierna en su posición y comenzara a morderse un dedo. No le gustaba dejar a ChanYeol mucho tiempo solo, apartado de sí. Tal vez podría preocuparse por su ausencia. ¿Qué tal si comenzaba a llorar por no verlo con él para ese momento? Ya era hora de comer, y podría estarlo esperando en su mesa con su comida para su cita de todos los días.
¿Qué clase de buen novio sería si no llegaba a tiempo? Cuando habían ido tan bien, que BaekHyun le hiciera esto ahora, no...
"¿Por qué ve tanto su reloj, señor Byun? ¿Necesita ir a otro lado, acaso?" Pero esa maldita detective astuta le estaba haciendo más difícil el trabajo a BaekHyun.
Él sonrió, y al despegar su dedo de su boca, hizo lo mejor para ocultarlo bajo sus piernas.
"No, no es nada de eso. Solo... tengo hambre, y se hace tarde para mi comida usual. Es que... ¿esto es en serio necesario, detective? ¿No podemos terminar ahora? Quiero decir, ya revisaron mi casa, ya me hizo su cuestionario, y la verdad no han encontrado nada porque yo no tengo nada que ocultar. ¡Ya debieron verlo! Soy solo otra víctima del caso, como se lo he dicho. Y siendo de esa forma, preferiría que pudieran irse porque ya me han estado incomodando," suspiró, y en su papel regresó al estado que traía antes. "Por mi relación con ChanYeol, yo... me siento demasiado mal en este momento. Esto se ha vuelto hasta deprimente."
Fue ahí cuando Nam miró a sus compañeros, y en las mudas preguntas que ambos se hicieron, los hombres le dijeron que estaba todo despejado.
Limpio, había salido limpio. Él suspiró imperceptible. Era justo como KyungSoo dijo. Iba a regresar a su muñeco.
"Está bien, señor Byun, dejaremos esto aquí ahora. Yo lamento mucho haberlo culpado, pero debe entender que solo hago mi trabajo," la detective se paró en aquello, y al imitarla, BaekHyun asintió, aunque mostrara unos labios apretados. "Estaremos en contacto mientras seguimos investigando el caso. Espero pueda cooperar con nosotros si lo necesitamos."
Asintió, y al acompañarlos hasta su puerta, se despidieron entre venias y un llámenos si algo sabe, que él solo contestó por seguir apoyando, pero cuando cerró la puerta, el suspiro que soltó fue de un alivio tremendo por haberlo hecho.
Así fue, se habían ido, y ChanYeol y él estaban a salvo. Nadie había venido a separarles. Claro que tuvo que esperar otros minutos en lo que imaginaba iban por el ascensor y subían otra vez a sus autos para irse por completo. Cuando vio por su ventana cómo esos policías se perdieron, tuvo vía libre para salir y regresar a casa.
Ya se preocuparía de regresar todo lo que trajo a su verdadero apartamento y de reacomodar el espacio como KyungSoo lo tenía. En este momento, urgía que viera otra vez a ChanYeol porque no podía dejarlo más en la espera.
"Bebé, ya estoy aquí," al anunciarse tras abrir su puerta, se despreocupó de no escuchar nada o de no verlo en el comedor. Se podía recordar cómo lo había sentado en su cama, y quién sabe, quizá ChanYeol se había dado unos minutos para descansar en su ausencia o solo prefería ese día comer juntos en la habitación, él podía atenerse al lujo. Con la premura de dejar sus zapatos en la entrada y dirigirse por algo a su cocina, sacó en automático esa medicina que se preguntó si era necesario inyectar ahora que parecía haberse comportado tan bien su querido novio. "¿Quieres que prepare la comida mientras me esperas?"
Igual, fue con su jeringa en mano. Sin respuesta, BaekHyun se preguntó si había calculado mal los tiempos y todavía estaba bajo la influencia de la dosis anterior. Si se hubiera recuperado, ChanYeol seguro le contestaría, aunque fuera de una forma mínima.
Por algo se acercó, y dejado lo demás de comida e indumentaria en su cocina, fue con su medicina en mano hasta aquella puerta a la derecha.
"¿ChanYeol?" El problema fue cuando no lo vio al abrir su habitación. Inquieto por descubrir que no había nadie en su cama, BaekHyun sintió la preocupación. No quería imaginarse algo malo, pero bien tenía presente el día en que lo rechazó por lo cual sus inseguridades se realzaban y le hacían temer que pudiera ser el mismo caso. Si ChanYeol todavía no estaba convencido de su trato, entonces, en cualquier momento podía responder con esas horribles palabras. A la ofensiva, BaekHyun se volteó con lo que ahora era su arma para averiguar dónde estaba su muñeco. "¿ChanYeol?"
No importó cuánto se preparara ni las veces que quisiera llamarlo. Mientras lo buscó, supo que no había razones de atacar ni de tener otra pelea en ese asunto, porque ChanYeol no apareció por ninguna parte en su habitación o en ninguno de sus otros cuartos.
"ChanYeol. ¡ChanYeol!" Sobre el horror que eso era, la desesperación subió en sus acciones. Al correr de un lado a otro, BaekHyun solo proclamó lo mismo sin saber qué podría haber pasado.
Al ver la puerta se preguntó si acaso habría salido en su ausencia, pero no, BaekHyun sacudió la cabeza, porque de haberlo hecho, KyungSoo hubiera dicho algo. Estaba revisando sus cámaras mientras no estaba en su casa. No lo había llamado, entonces, no hubo ningún avistamiento de ChanYeol. La policía pudo haberlo visto incluso, y como no habían vuelto a él o hecho un alboroto de encontrar repentinamente a su desaparecido, significaba que no había salido de ahí.
No del edificio.
Entre una respiración intranquila, BaekHyun preguntó qué más podría ser. Dónde más estaría ChanYeol si no era ahí o en...
De repente, BaekHyun vio la ventana. Esa ventana que ahora estaba abierta y hacía volar sus persianas. Él no la había dejado de ese modo antes de irse... en realidad, él nunca abría su ventana.
Corrió hasta ella, y al asomarse por ahí, una sola cosa le dijo la verdad de lo que había pasado. Un pedazo de listón azul enrollado en el barandal que muy bien reconocía porque él lo había puesto en esa hermosa muñeca le dijo lo ocurrido. Y en su frustración, BaekHyun gritó aún en su ventana, enardecido, hasta golpear sus manos sobre el marco repetidas veces y empezar una rabieta.
Su muñeco había huido. Él tenía que traerlo de vuelta.
『✧✦✧』
ChanYeol entró por la ventana de un solo salto.
Sin saber lo que lo esperaba al otro lado, cayó y se golpeó en el suelo, pero no le importó ni eso lo detuvo. Por más que sí tiró un par de cosas ante una mesita llena de herramientas, había logrado esa mitad de su plan, ahora debía continuar con su objetivo: buscar ayuda y salir de ahí con vida.
No tardó mucho en hacerlo, la verdad. Por su alboroto, en lo que se intentó levantar, un poco tembloroso y por el golpe que se había dado aun sin estar del todo bien, un hombre apareció en su periferia.
Estaba a un metro de él, sentado frente a un escritorio con lo que parecía una batería y una mini sierra en su mano. Era menudo, no parecía pasar de los 30 años por su cabello negro, lacio y sin canas, junto a un rostro ovalado de buen cutis. Unas cuantas ojeras se le marcaban bajo sus ojos que se veían grandes por la impresión aun tras sus anteojos protectores. Su boca pequeña estaba semiabierta en el mismo sentimiento, y aunque nada saliera de ella, cuando ChanYeol pudo hablar de labios temblorosos y con lengua entumecida, pareció entender mejor de lo que estaba esperando.
"A-Ayu-d-daah..."
"Oh, por Dios, oh, por Dios, oh, por Dios," el hombre dejó aquello en lo que estuviera trabajando, y al quitarse lentes y guantes, fue hasta él para ayudarlo. Sus brazos lo sostuvieron bajo las axilas donde agradeció que lo tomara porque casi fue abajo nuevamente.
Claro que su peso fue más de lo que el hombre podía cargar, al ser más bajo que él era lo esperado. Sin embargo, hizo todo lo posible para llevarlo hasta su silla, y sin importarle lo que le tiró o el desastre hecho en esa misma acción, lo sentó en la mejor de las posiciones para evitar otro mareo en lo que respiraba hondo para bajar algunos de esos últimos efectos remanentes de su droga.
"Pero ¿qué pasó? ¿Quién es? ¿De dónde ha venido? ¿Cómo acaba de llegar a mi casa?" No fue fácil seguir el hilo de preguntas cuando explotó, pero ChanYeol tuvo una fácil respuesta a todo eso.
Lloró como un bebé, y al pedirle por ayuda otra vez, pareció decirlo todo. No pudo contenerse, la emoción de estar tan cerca del infierno como de su salvación le trajo un río de emociones que solo desbordó en esos actos que el pobre hombre al que había visto como aliado supo entender al asentir encorvado en su posición.
"Tranquilo, todo va a estar bien, tan solo dime, ¿qué está pasando?"
"E-El hombre... el hombre arriba, él..." sacudió la cabeza, ya se sentía mucho más ligero al hablar, por más que su cuerpo siguiera un poco débil, su voz fuera del llanto era entendible. Aun luego de no haber hablado mucho. El agua había servido para aclarar sus cuerdas vocales. "Me tenía secuestrado. Llame a la policía, tienen que detenerlo... Ayúdeme."
"Ok, ok, calma, no se preocupe, voy a ayudarlo, ¿sí? Tiene que reponerse. Voy por algo de agua y comida, un botiquín. Se cayó y se golpeó muy feo la cabeza, no sé, tal vez está–"
"¡No! Tiene que escucharme, es urgente que le hable a la policía, por favor," rogó, y aunque se escuchó como un completo loco, agradeció que el hombre no lo viera así y asintiera. Lloró más por eso, tanto sin ver algo tan bueno era difícil de imaginar que en serio estuviera pasando. Temía que si llegaba a distraerse, la ilusión se perdería y fuera a despertar en la habitación de BaekHyun sabiendo que estaba en uno de esos sueños locos que le daban los alucinógenos que le inyectaba al aprovecharse de él. Pero esto era cierto, en verdad estaba pasando; él estaba ahí para conseguir su escape. Alguien lo iba a ayudar, solo necesitaban a la policía. "Gracias."
"Voy a hablar ahora mismo, ¿ok? Pero, por favor, contrólate. Si hay alguien peligroso aquí, debemos irnos con cuidado. Tan solo espera mientras llamo, ¿bien? Intenta mantenerte tranquilo, callado, y reponte de todo esto, por favor," asintió, y aunque se limpió la cara con sus manos temblorosas, no consiguió desaparecer su llanto. Caía como cascada, y la verdad no era una sorpresa.
Cuando el hombre lo dejó, lo vio cerrar la ventana y cortinas hasta irse detrás del desayunador a otra puerta al final que daba a su patio de servicio, y encontró que trajo su celular fuera tal como esperaba para llamar por ayuda. Eso al menos lo alivió, aunque no pudiera escuchar más de su conversación al verlo cerrar un poco la puerta de metal con solo una ventana arriba, se tranquilizó para darse el descanso que le indicaron.
En la búsqueda de una rápida recuperación, con ojos cerrados, ChanYeol no esperó escuchar un ruido que lo alertara. Pero lo hizo, y en realidad lo quiso ignorar como si no fuera nada malo. El problema fue que el ruido no pasó una sola vez, como cualquier cosa que pudiera venir de una casa normal o de un lugar afuera en el alboroto de cualquier ciudad, se repitió, y al identificar lo extraño que era como si hubiera un choque de metales que tallaban, ChanYeol abrió sus ojos y miró a su alrededor en busca de lo que eso era.
Bien podía no ser algo de su incumbencia, ChanYeol había entrado a una casa ajena sin advertir quiénes vivían ahí o qué se hacía, pero no cesó su curiosidad ahora que algo así se repetía.
Interesado, miró al posible dueño de la casa para ver si acaso fuera a regresar a decirle que solo era el gato haciendo ruidos mientras jugaba; sin embargo, todavía ocupado al teléfono con cierto ceño que no lo miraba directo, le dio la pregunta de si acaso podría averiguar algo por su cuenta. Quizá si era una mascota, solo buscaba que alguien le sirviera comida o agua...
ChanYeol deseó tanto descubrir eso mismo, de verdad, porque ante lo vivido no esperaba encontrarse más sorpresas. El asunto fue que ya se debía imaginar cómo de difíciles estaban unas cosas. Cuando se paró, en sus pasos suaves y tan lentos para llegar al ruido que venía de la habitación principal, no se imaginó que de abrirla–o más como empujar la puerta, porque había quedado emparejada–, vería todo menos un cuarto con clóset, muebles y una cama.
A diferencia del apartamento de BaekHyun, ese cuarto no tenía azulejos como piso ni pintura en las paredes. Todo estaba en color gris monocromático que venía del mismo cemento en la construcción. Era una habitación que se veía muy pobre, lúgubre, como si estuviera en plena remodelación o algo similar, pero no era el caso. Porque aun en la poca iluminación, al abrir y poder darle algo de visibilidad alcanzó a encontrar una persona en una esquina.
Junto a un colchón carente de sábanas o siquiera de un cojín, halló la causa del ruido. Era un chico de tez morena, ligeramente sucia y que brillaba como si no se hubiera podido limpiar la cara en un par de días, pero más allá de eso, tenía una ropa andrajosa, solo con una playera sin mangas que por las manchas se notaba que llevaba días usándola y unos pantalones de mezclilla en un mismo estado que no necesitó ver mucho más cuando notó cómo a nivel de sus tobillos estaba encadenado.
A ChanYeol se le fue el aire ante aquello. Porque el ruido venía con el chico que buscaba limar su cadena amarrada encima del tobillo, y verlo le hizo darse cuenta de la situación que tenía.
Antes de que él pudiera gritar o decir alguna cosa, el chico lo miró, y con grandes ojos aun oscuros e inyectados, se paró de una y corrió en una velocidad que lo asustó para querer retroceder si no lo hubiera agarrado a tiempo para taparle la boca y adentrarlo más al cuarto.
La cadena era larga, pero no lo suficiente para permitirle salir del cuarto. Esa fue la razón por la que tal vez lo jaló para que entrara, y aun con el temor de lo que era esto, quiso luchar, pero el chico lo pegó contra la pared contraria detrás de la puerta y en un solo movimiento, sin tocarlo o hacerle mucho más lo miró para notar cómo le pedía que se callara.
Un dedo grande y sucio tocaba sus labios y sin chistar, se lo dijo. Luego, al mirar atrás, como si esperara una señal, en el silencio que ambos se sumieron–porque él se hallaba en extremo confundido y aterrado como para hablar, lo tenían a sus expensas– no hubo nada que llegara. Eso casi lo hizo suspirar (al chico), y del mismo modo, lo vio de nuevo solo para destacar cómo aquello que creía era suciedad en su cara en realidad se trataban de heridas.
El chico estaba lleno de ellas por todas partes, desde el rostro hasta su cuello, brazos y cada parte de su piel que podía mostrar. Con moretes, heridas que cicatrizaron, rajadas y distinta sangre seca aun en unas zonas de sus manos, ChanYeol temió tanto; al ver lo magullados que estaban sus tobillos en esas cadenas, entendió lo que estaba obvio aun sin que se lo hubieran dicho: ese chico estaba igual que él, lo tenían encarcelado.
Quiso preguntarle tantas cosas, saber cómo llegó ahí, qué le había pasado, quién era, y mucho más, pero antes, el chico lo soltó y levantó su pantalón poco más allá de su tobillo donde pudo notar que tenía unas cicatrices frescas en su pantorrilla... decían algo que lo hicieron mirar una segunda vez para saber qué se suponía que eran hasta que el chico insistió en que lo leyera.
Era un nombre, y debajo había un número junto al de emergencia. En su piel, hecho con desesperación seguro bajo un terrible dolor para marcarlo bien, ChanYeol leyó que esa herida decía Kim Jong In. Y debajo de todo estaba escrito AYUDA.
ChanYeol quiso ayudarlo, de verdad, al entender lo que esto era, deseó, pero el cómo fue lo que lo detuvo. No solo estaba imposibilitado al ser otro prófugo de un encierro, sino que se había metido a la casa de un lobo más.
Mucho lo entendió cuando el nombre le vino a la cabeza como una luz detrás del túnel. Era un descubrimiento, y tan grande como le pegó, ChanYeol vio ese rostro que ahora le era más reconocible por unirlo al nombre.
"Kim JongIn. ¿Eres Kim JongIn? Tú estabas desaparecido. Tus papeles, y-yo vi tu foto en la escuela, ¿cómo es que terminaste acá...?" En sus preguntas, sin detenerse, ChanYeol se dio cuenta del error que había cometido por alzar la voz. Con las múltiples señales que JongIn le hizo para callarlo, él solo tapó su boca, y aun al mirar a la puerta que tenían de junto, ambos esperaron casi sin respiración como si lo peor fuera a aparecer por ella.
No lo hizo. Nada se movió, y por suerte, pudieron relajarse otra vez. El vecino que creyó su aliado no había vuelto, tal vez seguía ocupado en su llamada; sea lo que fuera esta, ahora no creía que lo ayudara. No si él también tenía a Kim JongIn como su prisionero. Entendió que su confianza había sido otorgada con mucha rapidez, no debió hacerlo, mas, le tocaba redimir su error.
Todavía iba a salir, aunque fuera sin su ayuda. Si lograba irse un piso más abajo, podrían ver de alguna otra buena persona que quisiera ayudarlos. El asunto era que esta vez no solo se trataba de él; con este chico frente a sí, ChanYeol no podía irse solo. No sería humano si decidiera dejarlo a su suerte, aun cuando eso pudiera salvarle.
"Tranquilo, te voy a ayudar, vamos a salir de aquí juntos," susurró mucho más cuidadoso, y con la negación del chico, él lo ignoró al irse hasta su cadena. El metal era demasiado resistente, estaba reforzada. No era como si de un jalón pudiera romperla, y menos cómo él estaba todavía muy débil. ChanYeol tenía que buscar alternativas. Quizá si iba a dando estaba conectada, podría encontrar un modo de zafarla. De vuelta en la esquina de donde el chico vino, encontró la lima y notó esos intentos que hizo por romperla, pero estaba en un proceso lento. Necesitaban encontrar otra manera. "Solo voy a..."
El asunto fue que, no importó lo que quisiera o esperara hacer. La puerta del cuarto fue azotada en ese momento. Al voltearse ambos, JongIn retrocedió antes hasta la esquina opuesta a la que él quedó. Tras el colchón, lo vio ocultarse y temblar de pies a cabeza en lo que veía cómo el hombre que lo había ayudado al llegar de su ventana apareció ante ellos en lo que no era para traer buenas noticias.
La reacción del chico claro que le dijo mucho, pero si algo en verdad lo preocupó fue ver que el vecino llegó con un martillo en mano. Bien podría ser más grande, fuerte y pesado que él, solo que ChanYeol no creía que tuviera mucho para irse en contra en su estado, y menos... menos si traía un arma con la cual matarlo de una.
"¿Qué estás haciendo?" La pregunta resonó en toda la habitación, y aunque ChanYeol no contestó, supo que eso iba para él porque esos ojos grandes lo estaban mirando directo. Las formalidades se le habían ido, el hombre estaba solo ahí para una cosa. Eso no era ser amable con él, no más. Sus manos temblaron aunque sostuvieron por otro segundo esa cadena. "¿No te dije que yo me encargaría de todo? Tú solo te debías quedar sentado y recuperándote, no venir aquí y ver esto," ChanYeol negó, por más que estuvo claro lo que hizo. Cuando el hombre señaló con su martillo al pobre chico recluido en un ovillo se lo dijo todo. "¿Por qué tenías que hacerlo? ¿Mm?"
Con cada paso que este dio, ChanYeol se sintió impotente. Había tanto que deseaba hacer, solo no creía que algo fuera factible. No se había recuperado por completo. Si llegaba a atacar, era posible que ocurriera algo malo, bien podía salir golpeado, fácilmente un paso en falso podría ser su muerte, y la verdad... por más alto y grande que se viera ChanYeol, el temor lo gobernaba de pies a cabeza. BaekHyun nunca lo había amenazado con algo de ese calibre, BaekHyun no le hacía daño, este terror ante el que estaba era mucho más paralizante para creer que pudiera envalentonarse y salir como guerrero.
ChanYeol era un simple ser humano contra... un monstruo.
Bien sabía que quedarse ahí tampoco iba a salvarlo. La ayuda no estaba en camino, pero cómo podía reaccionar para salvarse ahora.
"¿Por qué? ¿Por qué tenías? ¡¿Por qué tuviste que hacerlo?! ¡Maldito tonto!" El hombre le gritó, y sobre la fuerza en sus palabras, ChanYeol se encogió al verlo a menos de un metro de su rincón. Estaba atrapado. Otra vez. "¿Fue por él? ¿Eh? ¿Acaso JongIn hizo algo para atraerte aquí?"
Sacudió la cabeza, mas, fue inútil. ¿Cómo salvar al chico de este infierno cuando estaban juntos?
"¿Fuiste tú, increíble idiota?" Con el martillo arriba, ChanYeol casi gritó al ver cómo amenazaban a ese pobre chico de algún golpe, pero no llegó. JongIn solo se encogió, al igual que él, y con el rostro contra la pared, escuchó sus lloriqueos que muy bajito rogaban por su perdón. Por su vida. "Voy a castigarte a ti más tarde. En cambio, tú," bajó el martillo otra vez, y al girarse hacia él, suspiró antes de chasquear los labios. "Creo que tendré que matarte. Lo siento, de verdad no quería hacerlo, pero no puedo dejar que nadie salga de aquí sabiendo esto. No confío en que BaekHyun te cuide tan bien si esto le pasó."
La mención de BaekHyun en labios ajenos hizo que ChanYeol se cayera sobre su trasero. Si había estado resistiendo era por creer que hubiera alguna escapatoria, pero ya no la hubo ante eso. La realización no llegó de inmediato, por más que la escuchó, saber que conociera a BaekHyun solo le redujo la esperanza que tenía impuesta en esto antes.
Estaba perdido.
"Si logras salir otra vez, no me beneficiaría en mi trabajo. Espero entiendas que no es nada personal, solo no es lo mío dejar tantos cabos sueltos," al levantar el martillo, eso vio. Estaba perdido, porque no había escapatoria. El golpe fue directo a él, y en eso mismo, él no podría correr ni esconderse o llorar; qué caso tenía. Por mera reacción, se encogió y levantó sus manos como si creyera amortiguar el golpe de ese modo, pero supo que solo fue peor. O eso se dijo, porque en realidad nunca recibió algún golpe.
Entre un forcejeo y escuchar que algo se caía, ChanYeol miró de nuevo casi instantáneamente para ver cómo Kim JongIn estaba amarrando a su vecino con la cadena de sus pies por el cuello para retenerlo en su accionar. Había conseguido que el martillo se le fuera de las manos. Estaba en el piso ahora, y él...
¿Qué debía hacer con eso?
"¡Golpéalo! ¡Golpea! Toma el martillo ahora, tú... ¡consigue la llave! Corre, podemos–" Kim JongIn se lo dijo, en una voz rasposa y llena de completa desesperación, ChanYeol quiso actuar en su auxilio. Se levantó, por muy débil que estuviera, fue por el martillo.
ChanYeol reaccionó un poco tarde, mas, lo consiguió. El problema fue que su lentitud llevó a que JongIn recibiera lo peor al verse empujado hasta la pared, y entre golpes repetidos, ChanYeol terminó escuchando un sonido en sintonía que solo el concreto y huesos podía hacer para asustarlo.
Al caer tras su último golpe, JongIn se soltó. Su atacante estuvo libre de nuevo, y sobre respiraciones hondas, lo vio girarse a él sin la cadena más que una línea roja que quedaba de su intento por la salvación.
Tuvo su oportunidad, y él la desperdició. JongIn se la dio, era su aliado, y él... le falló. No por mucho, ChanYeol todavía tenía un martillo en mano. Podía vengarse, y si JongIn seguía consciente, tal vez...
Gritó con el dolor de lo que había detrás de eso, al correr con el martillo en mano, ChanYeol recibió la desgracia que no hubiera esperado. Sabía que él no era muy fuerte en ese estado. El hombre lo detuvo por los brazos, y al aplicar una fuerza mayor a la de él, le evitó todos los golpes que quiso soltarle con ese martillo. En su lugar, lo sintió doblarle la mano de una forma que lanzó otro grito más agudo lleno de dolor, y al sentir que algún hueso se rompió, ChanYeol liberó su arma en donde cayó junto a él al suelo.
El llanto le siguió, pero lo peor no solo vino en eso. Cuando el hombre recogió el martillo de donde él quiso evitarlo (demasiado tarde, no pudo moverse bien tan lleno de dolor, ahora era inútil), vio puro rojo en sus ojos.
"No debiste hacer esto. No debiste, no debiste, ¡no debiste!" En sus gritos, el hombre atacó. Esta vez, su martillo cayó sobre otro. Al verlo, ChanYeol suprimió su llanto por el miedo de lo visto. Paralizado como estaba aun sin una dosis en su cuerpo, se quedó ahí sin moverse, sin gritar y sin hacer nada en lo absoluto sobre el mayor temor que encontró en ver cómo el hombre golpeó una y otra y otra y otra vez al chico en el suelo. Hasta desconfigurarlo, hasta hacerlo salpicar sangre en su rostro, y si en un punto creyó que podría seguir con vida, eso le dijo lo contrario. Estaba indefenso e inmóvil. "No debiste. No debiste. ¡No debiste! ¡Argh! Mira lo que me has hecho hacer, ¡¿ya viste lo que me hiciste hacer?! Lo maté, ¡lo maté por tu culpa!"
Jadeante se volteó con él, y en la marca de cada una de sus venas en su cuello y frente, ChanYeol sacudió el rostro sin palabras, sin más llanto, y sin otra alternativa que esperar a su propia muerte. Estaba ante el peor de sus miedos, y nada iba a salvarlo de esto.
Cuando lo señaló con el martillo que goteaba sangre, lo entendió. Este era su destino.
"Ahora te toca."
El martillo volvió a levantarse, y él lo vio. Esta vez solo cerró los ojos, porque ya no había ni cómo protegerse. Estaba paralizado para creer que pudiera... sin embargo, se quedó ahí esperando el golpe, porque no llegó.
Otra vez, y al abrir los ojos, se sorprendió cuando vio la razón de esto. Era su salvación, pero venía en un rostro que no le fue muy bueno. ChanYeol tembló de solo verlo, y su aliento se retuvo al mirar cómo BaekHyun estaba sosteniendo por el brazo a su atacante para detenerlo.
Esto no podía ser posible.
"BaekHyun," su atacante aspiró, y al fijarse en él, ChanYeol encontró unos ojos mucho más oscuros que los de este hombre. No era solo sangre lo que estaba buscando en él, BaekHyun tenía mucho más, era... turbio.
Lo hizo temblar como una hoja en el viento. Esto no estaba bien.
"Creí que dijiste que ibas a cuidar a mi muñeco hasta que viniera, KyungSoo."
Ahí lo entendió, eso que se le estaba pasando fue completamente revelado. Entonces, era esto: se conocían, este chico que estaba frente a él... era su compañero.
ChanYeol no podía creerlo.
"¿Qué estás haciendo?"
"No pude evitarlo. BaekHyun, tienes que entender. Él... es un peligro. Mira lo que me hizo hacer, tiene que pagar–"
"No, porque él no hizo eso, KyungSoo, ese fuiste tú, ¿lo sabes? Tú y tus impulsos," BaekHyun suspiró, y al soltar al recién nombrado KyungSoo en un empuje que mandó a su brazo con martillo lejos, lo encontró cruzado de brazos en lo que chasqueaba como si fuera a regañar a un niño. Qué era lo que estaba viendo ChanYeol frente a sus ojos ahora. "Siempre haces lo mismo, ya deberías saberlo, cuando te emocionas mucho haces todo esto. De todas maneras, este cliente tuyo ya había durado mucho, tal vez ya era tiempo de que pasaras a otro trabajo."
"¿Tú crees?"
"Mi muñeco es perfecto, KyungSoo, es como te dije. Él solo te lo hizo entender de otro modo," en su sonrisa, KyungSoo asintió, y luego se voltearon a mirarlo con su completo aturdimiento. "Será mejor que limpies antes de que apeste. Y hazlo bien, no quiero que mi casa de muñecas huela a carne podrida como con el último."
"No te preocupes, lo haré de acuerdo al trato."
BaekHyun asintió, y al volver con él, su sonrisa se alargó de una forma que él no supo corresponder. No importaba que lo hubiera salvado de una muerte atroz, BaekHyun no podía ser llamado salvador sabiendo lo que había detrás de esos actos.
"Ve por tu muñeco ahora, voy a empezar de inmediato con lo mío."
"Claro, gracias, KyungSoo," con una palmadita, lo que él pensó no tuvo importancia. Al final, BaekHyun se rio, y al llegar con él, arrodillado lo vio arreglarle su cabello en lo que tembló por lo que vendría después. "Tsst, ChanYeolee, te lastimaste la muñeca, qué tonto. ¿Jugaste así de sucio con mi amigo KyungSoo? Tranquilo, vamos a arreglarte eso, quedarás como nuevo. Cuando te ponga tu medicina, lo verás. Hay que ir a casa ahora."
No hubo mucho más que hacer, aun estupefacto, ChanYeol se dejó. Salió de esa horrible habitación tomado por el brazo, y en el camino que BaekHyun hizo solo, se fueron como cualquier otra cosa.
Nada más pasó. Al llegar a su apartamento, BaekHyun lo dejó en su silla, y le dijo que lo esperara porque iba a preparar algo de agua caliente para arreglarle su mano. Él siguió mudo, en lo que BaekHyun fue a hacer lo que quiso en su propio baño.
Fue ahí cuando entendió que no importaba lo que hiciera ahora, nada iba a salir a favor de él, no con lo que había visto. No tenía salvación. La policía no lo había ayudado, su intento de escape falló, pudo ver cómo se tergiversó en la muerte de otro chico, y aunque comprendió que eso no fue bajo su propia mano, la culpa de lo que KyungSoo dijo en el que lo mató por él, sí pudo afectarle de un modo grave.
Quizá el asunto con BaekHyun fuera diferente, su destino ahí no iba a ser el mismo que tendría Kim JongIn como un desaparecido, pero... ¿quién le aseguraba que eso fuera a ser siempre? Sin contar... claro, que él no llegara a morir de una sobredosis o algo parecido con lo que BaekHyun le llegaba a meter.
Era solo su muñeco, al igual que JongIn solo un cliente, y como todos, bien podría despacharse en cualquier momento en la búsqueda de otro.
Preguntarse por qué él, por qué le hacía esto era inútil justo por esto. BaekHyun ya lo había hecho, y lo peor, había logrado mantenerlo a su merced. Por fuera nadie creería que había un psicópata que encarcelaba al que llamaba por bebé, y no verían de ese modo que él estaba sufriendo en esa cárcel de su propio cuerpo.
Él mismo cayó en esa trampa para estar así. Ahí donde... él ya no quería seguir nunca.
Si no había escape ahora que entendía cómo estaba todo, con el poder que influenciaba BaekHyun por ahí, era mejor que él no viviera todo ese tiempo a expensas de otro. Por algo no encontró mejor salida de eso.
Ya no había tiempo de huir, ni fuerza de luchar. En lo que BaekHyun siguió dentro de su baño tarareando una canción, ChanYeol se paró, y de un segundo a otro... saltó por la ventana.
No para bajar como antes, esta vez solo saltó, y en el aire que le dio a su cara, soltó sus lágrimas que le otorgaron libertad como hace tanto no tenía hasta romperse contra el pavimento.
"Listo. Tengo aquí tus cosas, el agua ya está caliente para tu baño, ChanYeol. ¿ChanYeol?" BaekHyun lo llamó en la ignorancia de no saber a dónde se habría ido justo en eso. Con la cubeta en sus manos, BaekHyun caminó y buscó a ChanYeol, pero...
Su puerta estaba cerrada, y otra vez la única opción que halló fue la ventana.
En un suspiro, BaekHyun se asomó, mas, lo que vio lo hizo gritar desesperado. ChanYeol no se hallaba solo por ahí, mientras corría cuesta abajo. Estaba en el suelo, y por la multitud junto al rojo que manchaba todo el piso, BaekHyun gritó hasta tirar su agua a sus pies ante lo que estaba viendo.
"¡CHANYEOL!"
Salió corriendo. No esperó al elevador, solo bajó cada maldito piso con una rapidez que ni él creyó encontrar en sí, y al empujar a la gente que estaba haciendo el círculo alrededor de él, BaekHyun se lanzó a la escena llorando, gritando y tomando ese cuerpo hermoso que estaba ahora destrozado por la sangre y los huesos rotos.
"No, no, no, no, no, no. No, no, ChanYeol, no. Mi bebé, mi bebé. ¡Mi hermoso muñeco, no! No, no, ¡no! ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué? ¿Es que no pudiste entender?" Gritó en el aturdimiento que solo tenía la gente. Algunos susurraron. Uno que otro llamó una ambulancia, y por ahí alguien más grabó, pero él no los vio a ninguno mientras solo se enfocaba en ChanYeol con lágrimas en los ojos y un dolor en su garganta por la que alcanzó a salir. "Tú eras... eres mi más grande tesoro, mi bebé, mi ChanYeol. ¿Cómo voy a arreglarte ahora? ¡Estás roto!" Al llorar se abrazó de él, de ese cuerpo que no podía sostenerse nunca más sobre el ruido de ambulancia y la policía que llegó en tan poco tiempo y él solo pudo ignorar al besarlo y susurrarle eso último que solo iba dirigido a ChanYeol, porque solo él lo podría entender ahora: "Al igual que yo."
FIN
『✧✦✧』
Con eso terminamos esta historia de terror. Un poco inesperado seguramente, porque hubo una especie de final abierto, pero ya deberían imaginarse lo que fue ahí...
Esta vez no hubo alegoría de nada en lo absoluto. Fue tal cual pasó, el peor miedo que hay en lo que hace un ser humano es todo lo que quise proyectarles, y con eso espero haber creado esa atmósfera de terror en esta historia para que lo acabaran disfrutando.
✧ Aquí es donde entonces les pregunto, ¿qué les pareció? ¿Fue lo que esperaban? ¿Acaso les gustó esta versión distinta del terror?
✦ ¿Qué tal estuvieron los giros en la trama? Quizá fueran un poco esperados, no sé si supieron que el vecino con el que ChanYeol llegó desde un principio era KyungSoo en esta parte, pero si eso les sorprendió (o no), tienen que decirme para ver qué fue de esas reacciones 👀
La historia era un poco corta, así que no hay nada malo con saber que lo descubrieran desde el primer instante. El misterio iba a quebrarse de un segundo otro, así que...
✧ ¿Qué sintieron al final? ¿Esperaban esa decisión que llegó a tomar ChanYeol ante todo lo vivido? Lamento si eso puso triste a algunas personitas. Yo puse advertencias desde un inicio, y la verdad ya saben lo que digo~
En las historias de terror casi nunca hay finales felices, si no, ¿qué demonios hemos leído? Fue la decisión de ChanYeol, preferir morir antes de quedarse en su infierno viviente...
Esperando esto les gustara tanto como a mí escribirlo, hasta aquí les dejo. Muchas gracias por sus votos, apoyo en lecturas y sus comentarios, son increíbles y me animan mucho a continuar esto que hago. Sin más por el momento, me disculpo recordándoles que si son nuevas o nuevos por aquí, mi perfil está siempre abierto para que lean muchas más historias. Tengo Instagram también, ahí me encuentran con actualizaciones y fangirleo más continuo (link en bio—me ven como @martin.ssi). El ChanBaek/BaekYeol gobierna en mi perfil, y tengo un poco de todo, entre otras historias de terror que, si están en el mood, podrán leer con gusto y mucho más aparte de eso. Si vienen como siempre o se quedarán desde esto, entonces, ¡nos leeremos! Hasta entonces 💙💀
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