Ha sido un día difícil, algunos pacientes han estado inquietos y Suzy me estuvo indicando que fuera de un lado a otro ayudándola, estuve tan ocupada que no pude pensar en lo sucedido con la señora Jeon. Suzy y yo vamos en el taxi cuando la noche ha caído, hay silencio en el auto, pero decido preguntar.

— ¿Qué pasará con la madre de JungKook?

— Antes de salir comprobé que estuviera bien, como es típico, ella no recuerda que sucedió ni siquiera recuerda que su hijo habló con ella.

Aquello me entristece, una persona así debe sentirse frustrada. Todo su cerebro se coloca en su contra impidiéndole vivir normalmente.

— Para JungKook es muy importante.

— Lo sé—asiente mirando por la ventana—Intenta hacer que descanse bien, hoy lo vi cansado.

Y yo también lo vi.

— ¿Sabías que BoGum y él se conocían? —ante eso me mira confusa.

— ¿En serio?

— ¿No lo sabías? Lo comprobé hoy por la mañana luego de que me llamaras con el chico, BoGum dijo que hace un año no lo veía—sonrío un poco—Es un chico agradable, ¿No crees?

— Lo es, ChungHa dice que es muy atento con los pacientes, algunas enfermeras suspiran por él—ríe un poco—Incluso algunos pacientes—niego con la cabeza sonriendo de lado, saco mi celular revisando si tengo algún mensaje, pero no es así— ¿Puedo preguntarte algo, SoHee?

— Claro.

— ¿Cómo pudiste enamorar...a un chico como JungKook?

— ¿Y...cómo es él, según tú?

— Mmm...—parece pensarlo—JungKook nunca ha sido grosero conmigo, pero sé que es algo...distante con el resto, parece ser un chico que sufre en silencio—la miro con atención—Los hombres no suelen hablar de sus problemas, eso dice la sociedad, muchos crecen con ese pensamiento—indica—Pero JungKook parece callar por otra razón, por eso te pregunto, no parece un chico que sea...enamoradizo, ¿Me explico?

Asiento porque entiendo su punto, tomo una bocanada de aire sin saber que decirle, no considero que JungKook esté enamorado de mí, creo que él está en medio de una atracción, pero...si fuera sólo atracción no me hubiera dicho que fuéramos algo, ¿Cierto?

— No lo sé—respondo algo insegura— ¿Tú crees que él lo esté?

— ¿Cómo puedo saber eso? Tú eres su novia, SoHee—sonríe dulcemente—Pensé que lo conocerías más.

— Estamos trabajando en eso—respondo—JungKook está acostumbrado a callar, lo entiendo, pero creo que me identifico un poco con él, a veces parece no saber qué hacer en este mundo.

Suzy se acomoda en el asiento mirándome.

— Creo que todos nos sentimos así en ocasiones.

— Pero algunos encuentran su lugar en el mundo.

— Oye, tú y él son muy jóvenes, tienen mucha vida por delante.

— ¿Acaso no eres joven?

— Soy mayor que ustedes, mis padres siempre me decían de niña que viviera cada momento, que no me apresurara porque todo llegaría con calma.

— ¿Y te funcionó?

— Tuve mis momentos malos, pero estoy tranquila ahora—dice orgullosa—Así que tú y JungKook deberían tomarlo con calma, si esta relación está destinada a ser todo vendrá por sí solo.

•••

Cuando entro al departamento cierro detrás de mí, las luces están encendidas y JungKook está comiendo fideos instantáneos. Dejo mi bolso en el sofá sin dudar en preguntarle.

— ¿Por qué comes sólo eso? —el chico ya está vestido para salir. Es común verlo vestir de negro y usar esa chaqueta de cuero, lleva unos pantalones que marca sus muslos.

— Porque no me apetece cocinar algo con esta mano lastimada—responde antes de tomar algunos fideos con los palillos y absorberlos— ¿Viniste con Suzy?

— Siempre vengo con ella—abro el refrigerador sacando uno de los envases que mi madre me dio—Puedes comer este kimchi.

— Estoy bien.

— No, no lo estás—le dejo el envase en la mesa— ¿Tu mano sigue doliendo?

Él se encoge de hombros, me acerco tomando con cuidado su mano, quito la venda mirando el corte en su palma, luce un poco inflamada y algo roja aún, coloco la venda como antes tomando asiento frente a él, sus mejillas se mueven mientras mastica.

— ¿Por qué tienes que verme así?

— ¿Cómo?

— Como si estuvieras evaluándome cual ratón en laboratorio—posa sus ojos en mí. Sonrío un poco atreviéndome a decir lo siguiente.

— No es mi culpa tener un novio...atractivo.

JungKook sonríe un poco y puedo jurar que lo he avergonzado. Me levanto de la silla recogiendo mi cabello en una coleta, me acerco a los estantes de la cocina pensando que puedo prepararme para cenar, me llevo un pequeño susto cuando unos brazos me rodean por detrás y una respiración cálida choca en mi cuello.

JungKook me estaba abrazando.

— Esto es nuevo—susurro inmóvil.

— Pero se siente bien—apoya su barbilla en mi hombro—¿Te incomoda?

Sonrío un poco porque de repente se me hace tierno.

— No—coloco mis manos sobre las suyas— ¿Podrás trabajar con tu mano así? —acaricio la venda.

— Eso creo—suspira—Cuando tenga algo de tiempo...quisiera hablar contigo, SoHee.

Algo curiosa giro sobre mis talones mirándolo. Sus brazos me liberan, pero su mano herida aparta algunos mechones traviesos de mi cabello del rostro.

— ¿Es malo?

— Es...algo que deberías saber.

— De acuerdo—frunzo el ceño sin entender, pero puedo esperar—Por cierto, ¿De dónde conoces a BoGum?

— Ah—hace una mueca, muerde su labio inferior varias veces antes de responder—Fuimos amigos, sí, él trabajó donde yo, pero renunció por sus padres.

— Oh, sí, dijo que todos en su familia eran médicos—asiento.

— ¿Podemos no hablar de él ahora?

— ¿Por qué?

Él corta la distancia acercándome al rodear mi cintura con su brazo y toca mis labios con los suyos. Aunque no me acostumbro intento seguirle el ritmo lento y suave, me besa tomándose su tiempo, rodeo su cuello con mis brazos jugando con mis dedos en su cabello, específicamente en su nuca.

El beso se profundiza robándome el aliento ocasionando que mi corazón se dispare como loco, me olvido por completo de dónde estamos y qué estábamos haciendo antes, deslizo mi mano por el cuello de su chaqueta, pero el celular del pelinegro interrumpe el momento. JungKook se separa un poco algo agitado.

— Debe ser Tae—susurra jadeante. Por alguna tonta razón me gusta escucharlo así, asiento permitiéndole responder, muerdo mi labio inferior sonriendo tontamente dándole la espalda.

Había sido uno de esos besos que te dejan en las nubes.

— Sí, ya voy—lo escucho decir. Recoge su bolso tomando los fideos sin terminar, los echa a la basura y el kimchi que le di lo deja en su envase, me mira sin saber que decir, pero le indico que luego hablaremos.

Cuando pueda calmar mi corazón y cuando pueda controlar la estúpida sonrisa de mi rostro.

Feliz año nuevo ♡