𝑇𝑟𝑒𝑖𝑛𝑡𝑎 𝑦 𝑜𝑐𝒉𝑜
Con un suspiro abro mis ojos encontrando la otra ventana de la habitación un poco abierta, es de noche y puedo escuchar algunos autos pasar cerca, no recuerdo en qué momento me quedé dormida pero luego del chequeo del doctor y una breve explicación de la reacción de mi cuerpo ante la droga me hicieron sentir peor. Cuando JungKook me trajo aquí estaba inconsciente y con el corazón latiendo a duras penas, Jimin llamó a mamá avisándole sobre mí, la mujer vino corriendo sin dudarlo, para mi sorpresa, ella no llegó sola, papá la acompañaba igual de preocupado.
Sé que Jimin duda de JungKook, pero mis padres desconfían por completo del chico incluso cuando les he contado su historia una vez estuvimos los cuatro juntos en la habitación. El doctor quería que pasara esta noche en el hospital ya que por la mañana me harían unos últimos exámenes para saber que residuos de la droga quedaban en mi sangre, por la mañana también vendrían dos policías a interrogarme por lo sucedido, esto último me puso más nerviosa ya que no serviría de mucho cuando no puedo recordar nada.
Miro la hora en el reloj de aquel cuarto, son las nueve de la noche y no sé nada sobre JungKook porque a nadie de mi familia le interesa lo que pase con él, no tengo mi celular tampoco para escribirle, no sé si está aquí en el hospital o en el departamento luchando por encontrar a su madre. Respiro profundo cerrando mis ojos de nuevo, me coloco en posición fetal abrazándome a mí misma, no tenía aquellos chupones en el pecho monitoreando mi corazón, el doctor dijo que había regresado a la normalidad luego de un pequeño ataque cardíaco que me dio a las horas de llegar aquí, un desastre total, esa maldita droga creaba desastres en una persona.
Con mis ojos cerrados siento algo deslizarse por el puente de mi nariz, es una lágrima que va seguida de otra, JungKook no me lastimaría, el culpable de esto es su padre quien se aprovechó de la situación, ambos fuimos víctimas, eso pasó. Sollozo en el silencio de la habitación sintiéndome vulnerable, aun así, no sé explicar lo que siento realmente, pero es...terrible. Cuando puedo calmar el llanto aparto las lágrimas, me incorporo en la camilla queriendo ir al baño, en el pequeño sofá de la habitación se encontraba el bolso que trajo mamá con algo de ropa para mí, mis piernas duelen cuando quiero moverlas y siento un poco de dolor allí abajo.
Una vez de pie hago una mueca de dolor, camino despacio arrastrando aquel suero que está conectado al dorso de mi mano, cierro la puerta detrás de mí encontrando mi reflejo en el espejo, tengo unas ojeras debajo de mis ojos oscuros, mi cabello luce opaco además de enredado, mis labios están un poco pálidos, mis ojos están llorosos y luzco tan cansada como cuando JungKook llegaba del trabajo.
Limpio mi rostro con el agua del grifo, tomo algo de papel secándome para luego calmar mis necesidades, cuando salgo del baño con las manos limpias al igual que el rostro reconozco a la persona que está junto a la camilla, me mira con una pequeña sonrisa que me hace sentir peor.
— ¿Dónde está él? —es lo primero que pregunto mientras me acerco.
La chica me mira de pies a cabeza, conozco esa mirada, siente lástima por mí.
— Acaba de ir con TaeHyung al departamento para descansar, mañana por la mañana vendrá—contesta mirándome.
— ¿Por qué no vino a verme?
— ¿Por qué? Porque siente que abusó de ti, SoHee—se incorpora un poco seria—Se siente asqueroso y siente que es un monstruo, por mucho tiempo las personas lo culparon de cosas que jamás hizo, pero ahora tienen una razón por la cual culparlo—parpadeo varias veces bajando la cabeza, las malditas lágrimas quieren salir de nuevo. Escucho a Jennie respirar profundo y hablar más calmada—Ninguno de los dos fue culpable de esto, ¿Lo sabes?
— Sé que él no haría nada para lastimarme, pero...él me inyectó cuando su padre se lo ordenó...
— Ese no era JungKook—toma mis brazos con cuidado buscando mi mirada—SoHee, el verdadero monstruo aquí es su padre, ese maldito cree que se puede salir con la suya.
Levanto la cabeza encontrándome con sus ojos.
— ¿Eso también se lo has dicho?
— Muchas veces desde que nos llamó—me ayuda a sentarme en la camilla—Cuando llegamos tu madre y tu hermano ya se encontraban aquí, Jimin casi lo golpea cuando el doctor insinuó que te había...abusado.
— No puedo recordar nada.
— Lo sé, JungKook tampoco puede recordar nada de lo que pasó—toma mi mano entre las suyas—Dijo que su padre había aparecido de nuevo en la puerta, entró al departamento cuando regresaba de caminar un rato—la escucho con atención—Empujó a JungKook y cuando intentó sacarlo de allí notó que estaba armado.
Recuerdo la pistola sobre la mesa perfectamente.
— Cuando llegué JungKook estaba drogado.
— Dijo que lo había amenazado apuntándolo a la cabeza, quería que JungKook se drogara, quería volverlo débil para conseguir la información de su madre—me mira.
"Sabía que no pudo haberse drogado el mismo, JungKook estaba decidido a dejarlo"
— Mi hermano dijo que JungKook notó que no tenía pulso...
— Sí, JungKook nos dijo que despertó desnudo en la cama a tu lado, se sentía desorientado, no recordaba nada, cuando te vio pensó en su padre, dijo que luego de la primera inyección no puede saber que pasó—explica— ¿Ya sabes lo de su madre?
— Sí, ¿Cómo pudo sacarla de allí?
— Nadie sabe, los que supuestamente están atentos de las cámaras hicieron muy mal su trabajo—chasquea la lengua— ¿Cómo es que la señora Jeon no gritó o algo parecido?
Creo que tengo una respuesta a eso.
— Ella había soñado con su esposo, le había parecido atractivo, lo dibujó incluso—comento—Me lo había mostrado cuando se lo pedí, JungKook se había molestado por el hecho de que su madre recordara a su padre como un hombre apuesto cuando es realmente un monstruo.
— Oh, eso tiene un poco sentido—asiente—La policía tomó algunas declaraciones de JungKook, luego de verte así decidió demandar a su padre por muchos cargos.
— La policía va a venir mañana, hablarán conmigo, ¿Qué tengo que ver en eso?
— Eres una víctima, SoHee, trabajabas con la madre de JungKook, eres una pieza importante para esta investigación.
Respiro profundo acariciando mi frente.
— Lamento que mi familia desconfíe tanto de JungKook—me disculpo—Ellos no entienden la historia del chico incluso cuando se los he explicado, ni siquiera Jimin termina de entender.
— Creo que es entendible cuando el estúpido doctor hizo quedar a JungKook como violador—bufa algo molesta—Él nunca haría algo así, espero que atrapen a su padre y esto acabe, JungKook necesita ir por ayuda lo más pronto.
— ¿Puedes llamarlo ahora? —suplico.
— No creo que esté despierto ahora...
— Por favor, Jennie, dijiste que estaba con TaeHyung, ¿Cierto? —ella asiente—Puedes llamar a Tae.
— Pero si JungKook no quiere hablar contigo...
— Tiene que hacerlo, no puede ignorarme.
La chica con cierta duda saca el celular de su bolsillo, marca el número de TaeHyung colocando el alta voz, pasan unos breves minutos y luego se escucha la voz grave de su novio.
— Justo ahora acabamos de llegar a casa.
— ¿JungKook está contigo? —pregunta Jennie.
— Sí, pasamos a buscarle algo de ropa al departamento, me preguntó si podía quedarse en el nuestro ya que no quiere estar en este lugar—contesta y se escucha algo cansado también—Ahora mismo está en su cuarto guardando algo de ropa en un bolso, ¿Hablaste con SoHee? —esto último lo susurra.
— Estoy con ella—me mira.
— Hola, Tae—saludo algo incómoda.
— Oh, hola, SoHee—responde con amabilidad— ¿Cómo te sientes?
— No muy bien ahora mismo—admito—Le pedí a Jennie que te llamara porque... ¿Crees que podría...hablar con JungKook?
Hay un pequeño silencio que me hace pensar que está debatiendo consigo mismo si aceptarlo o no. Se puede escuchar a TaeHyung preguntarle.
— JungKook.
Y cuando escucho la voz del pelinegro siento un nudo en la garganta, se escucha a lo lejos por lo cual no puedo distinguir bien sus emociones.
— ¿Mmm?
— Jennie está con SoHee ahora mismo—hace una pausa—Ella...quiere hablar contigo.
Jennie aprieta suavemente mi mano, le devuelvo el apretón esperando nerviosa la respuesta, más nerviosa me pone no escuchar nada del otro lado, TaeHyung vuelve a hablar, pero esta vez para nosotras.
— Lo siento, SoHee, dijo que no.
Y por alguna razón se siente que hemos retrocedido a cuando llegué al departamento e insistía conocerlo, la cuestión era que no creo que esta vez me apetezca insistir tanto.
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