𝐶𝑢𝑎𝑟𝑒𝑛𝑡𝑎 𝑦 𝑡𝑟𝑒𝑠
Capítulo final
He venido a visitar a la señora Jeon, JungKook ya se encontraba en el centro de rehabilitación, había entrado hace un mes. Los chicos y yo habíamos ido a despedirlo, cuando fue mi momento lo abracé con una pequeña sonrisa recordándole que iba a esperarlo, Suzy aparece trayéndome a la realidad, parpadeo varias veces sonriéndole un poco.
— La señora Jeon está pintando en su cuarto, ¿Quieres que te acompañe?
— No, está bien, puedo ir—tomo la bolsa que he traído con algunas cosas para ella. Camino por los pasillos y subo las escaleras, llego a la habitación de la mujer sin problema alguno. Está en su cama con la mirada fija en su cuaderno mientras el lápiz en su mano hace su trabajo—Buenos días, señora Jeon—ella me mira y sonríe.
"Me ha reconocido, por alguna razón desde la primera vez que nos vimos ella puede recordarme la mayor parte del tiempo"
— Eres tú, la chica bonita—me acerco a ella tomando asiento a orillas de su cama.
— ¿Cómo se ha sentido?
Su peso ha vuelto a la normalidad, su cabello va corto por sus hombros, luce más tranquila, esta mujer sufrió tanto como JungKook, su hijo la ha cuidado cómo puede y es lo más importante para él, es la mujer más importante de su vida.
— Estoy bien, ¿Cómo estás tú? ¿Kookie vino contigo?
— Su hijo no vendrá por un tiempo—tomo su mano—Pero me pidió que viniera a visitarla a menudo, ¿Le parece bien?
Su mirada es como la de una niña indefensa e inocente, pero es producto del mismo Alzheimer, ella está completamente vulnerable.
— ¿Kookie no quiere venir a verme?
— Si quiere, pero no podrá, está haciendo unas cosas para ser un mejor hombre—sonrío— ¿Se siente orgullosa de su hijo, señora Jeon?
Me sorprende que responda sin dudarlo.
— Siempre he estado orgullosa de mi Kookie.
— Oh, casi lo olvido, le he traído algunas cosas—saco de la bolsa que traje un lienzo blanco de tamaño mediano, nuevas pinturas de agua, pinceles y colores—Sé lo mucho que le gusta pintar...
— ¡Me encanta! —me echo a reír al verla emocionada. Le muestro las prendas que he comprado para ella como un regalo más de mi parte, me gusta verla así, sonriendo por todo.
"Me hubiera gustado conocer a esta mujer en su mejor momento"
— También tengo un regalo para ti—dice levantándose—Lo hice hace unos días—va a su escritorio abriendo el cajón. Saca una hoja mediana y me la entrega—Es para ti.
El dibujo es un retrato de mí, la mujer me ha dibujado a la perfección a pesar de no tener buena memoria. Mis labios, mis ojos y nariz tienen las medidas perfectas, mi rostro está de frente, estoy viendo a la persona que sostiene la hoja, mi cabello tiene algunas ondas, ella me ha dibujado muy...perfecta.
— ¿Cómo lo hizo? —pregunto mirándola y se sonroja sentándose a mi lado— ¿Cómo es que...usted puede recordarme cuando me ve?
— No puedo recordar las cosas, no puedo recordar los rostros, muchas veces olvido a mi propio hijo—comenta jugando con sus manos—Pero cuando te veo recuerdo como era de joven—sonríe dulcemente—Me haces tener buenos recuerdos.
No me esperaba eso.
— ¿Yo la ayudo a recordar?
— Me ayudas a no olvidar mi juventud—asiente—Era muy feliz cuando joven-comenta, de repente no parece una persona con discapacidad— ¿Eres feliz? —me pregunta de repente.
¿Qué persona puede responder a eso? Es una pregunta que no puede tomarse a la ligera, ¿Soy feliz realmente? ¿Estoy satisfecha en donde estoy ahora?
— Intento buscar mi felicidad, señora Jeon, no es sencillo en este mundo.
— ¿Cuántos años tienes?
— Veintidós.
— Tienes mucho camino por delante, ¿Sabes qué es lo mejor que tienes a tu favor? —aparta algunos mechones de mi cabello y sonríe—Que tu cabecita funciona muy bien, con eso puedes ser feliz.
Sonrío un poco mirándola, me alegra que al menos mi presencia la ayude a mantener vivos sus recuerdos de juventud o adolescencia. Me alegra saber que estoy ayudando a alguien.
•••
Las cosas en casa estaban bien, todo volvió a hacer lo mismo, mi madre y yo dormíamos en la misma habitación, pero en camas separadas como en un comienzo, cuando salí del hospital luego de lo sucedido Jimin le había dado su cuarto para darme mi espacio, él estuvo durmiendo en la sala, tengo en mente alquilar algo para mí, no sólo una habitación, quizás un mini departamento estaría bien.
Porque lo que sí es seguro es que necesito mi espacio como cualquier persona.
A la hora del almuerzo estamos los tres sentados en el comedor sirviéndonos en nuestros platos, muchas cosas habían cambiado, pero Jimin seguía en su trabajo de stripper, fue un golpe duro para mamá, ella no terminaba de aceptarlo, quería a su hijo e intentaba no tocar ese tema.
Jimin dejó muy en claro que le gustaba lo que hacía.
De mi parte me dije a mí misma que no opinaría sobre la vida de mi hermano, que hiciera lo que quisiera, pero le recalcaba que se cuidara en la intimidad y ni se le ocurriera llevar chicas a casa por respeto a mamá.
— ¿Cómo está la madre de JungKook? —pregunta Jimin de repente rompiendo el silencio en el comedor.
Mastico un poco antes de responder.
— Parece estar bien, fui a dejarle algunos regalos.
— ¿Tienen más seguridad en ese lugar? —interviene mamá.
Sé que a ella y papá les disgusta que me preocupe tanto por esa mujer. De por sí, les disgusta que JungKook y yo sigamos teniendo contacto, Jimin en cambio había aceptado ese dato cuando yo decidí no señalar nada sobre su vida.
Yo lo respetaba y él me respetaba.
— Sí, hay mucha seguridad—asiento.
— ¿Qué regalos le diste?
— Sólo le compré algunas cosas para pintar, le compré algo de ropa también...
— Pensé que habías dicho que no tenías mucho dinero...
— No me costó mucho—la interrumpo—La señora Jeon siempre me reconoce, desde el momento que la conocí siempre recuerda mi rostro—sonrío un poco—Dijo que le recordaba a ella cuando joven.
— ¿Era muy testaruda? —bromea Jimin, le saco la lengua y sonríe divertido.
— ¿Sabe que su hijo está en rehabilitación? —pregunta mamá.
— No, incluso si se lo dijera ella lo olvidaría.
— ¿No demuestra alguna mejora?
— No—respondo a mi hermano. Me sirvo un poco más de arroz explicándole—A veces tiene algunas convulsiones, dijeron que una parte de su cerebro no está recibiendo oxígeno, hay días en los que amanece de buen humor, pero otras veces puede tener crisis, se bloquea por completo.
— Creo que lo mejor que pudo hacer ese chico es colocar a su madre en ese lugar—opina mamá—Está en donde debe estar, recibe la atención que debe, si estuviera en una casa a solas sería mucho peor.
Desde lo sucedido mi relación con mamá cambió, ella confía en mí y yo en ella, pero ya no nos contamos todo como antes. Ella incluso cambió con Jimin también, por unos meses intenté explicarle y rogarle que me entendiera, pero me di cuenta que, si ella está encerrada en su idea de que JungKook no es bueno para mí, perdería mi tiempo convenciéndola. Jimin también dejó de explicarle porque seguía siendo stripper, mi padre no lo sabía, no me correspondía decirle, la relación de hermanos entre Jimin y yo había mejorado, no era la mejor, pero si era mejor que antes.
Cuando él lava los platos y yo los seco nos encontramos en silencio, Jimin me mira de reojo, lo noto perfectamente.
— ¿Algo que quieras decirme? —con el pañuelo de la cocina seco los palillos dejándolos a un lado.
— ¿Cómo te has sentido?
— Estoy bien—y no mentía.
— No verás a JungKook en un año.
— Lo sé.
— ¿Ustedes...van a seguir siendo novios? —me pasa un vaso que comienzo a secar.
— No somos novios, desde lo sucedido dejamos de serlo—niego con la cabeza—Quedamos en llevar las cosas con calma...
— ¿Vas a intentarlo con él? —me mira.
— ¿Vas a volver a señalarlo? —advierto.
— No es eso, sólo me sorprende, sigo sin entender del todo su extraña relación—guardo silencio siguiendo mi labor. JungKook estaría sin contacto con el mundo exterior por un año y si no mostraba mejoría en su tratamiento le tomaría otro año más.
— No necesitas entenderla, sólo tienes que aceptarla—finjo una sonrisa.
— SoHee.
— ¿Mmm?
— ¿Por qué no te inscribes en la universidad? La próxima semana haré eso, podemos ir juntos.
— Todavía no sé qué carrera escoger.
— Deja que tu instinto te lleve—dramatiza sacándome una pequeña sonrisa verdadera—Hablo enserio, la universidad te mantendrá distraída, harás nuevos amigos.
— Si entraré a la universidad quiero hacerlo estando segura de lo que estudiaré, soy muy indecisa con las cosas, sabes que suelo probar diferentes opciones—me pasa un pequeño bol—Además, está bien si eres el primer universitario de la familia, nuestros padres se alegrarán con eso.
Claro que he pensado en estudiar, pero quiero tomar estos cursos porque me llaman la atención, quiero probar con el maquillaje y la peluquería, quizás me ayude a decidirme por algo, una carrera que me guste, que me agrade y que me interese, no quiero apresurar las cosas.
Dejaré que todo fluya con naturalidad.
Oye, oye, no dejes tu testamento aquí todavía, espera al epílogo uwu
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro