𝑇𝑟𝑒𝑖𝑛𝑡𝑎
Jeon JungKook
SoHee se ha ido en un taxi y no la detuve porque sé lo que es querer estar solo, sé que no debo seguirla, pero al mismo tiempo quiero hacerlo, iba a explicarle sobre este trabajo, pero lo pensé tanto porque sabía que no sería sencillo para ella, ¿Cómo le decía lo que realmente hacía? La lluvia sigue cayendo, camino de regreso al club, entrando alguien pasa a mi lado, esa cabellera se me hace familiar, sin dudarlo lo jalo de la chaqueta estampándolo contra la pared, algunos miran la escena, pero me importa un demonio.
— ¿Por qué demonios la trajiste aquí? —exijo saber. El chico se quita su cubrebocas y me empuja para que lo suelte, acomoda su chaqueta mirándome más que molesto.
— Alguien tenía que abrirle los ojos sobre ti.
— Eso me correspondía a mí, idiota, ¿Eres su hermano o su enemigo? —señalo tan molesto como él—Acabas de destrozarle el corazón a tu hermana.
— No, tú se lo destrozaste bailando en ese escenario—corrige encogiéndose de hombros—Es tu culpa después de todo, JungKook.
— ¿Qué sucede? —Tae aparece interviniendo, de repente se ha hecho un silencio en el club con nuestro escándalo—Jimin, ¿Qué haces aquí? Hoy es tu noche libre.
— Lo sé, pero quería que mi hermana viera que no merece estar con este idiota—me señala— ¿Acaso ibas a decirle la verdad?
— Iba a hacerlo, pero tú...
— ¿Cuándo ibas a decirle? —exige saber—Dime, ¿Le ibas a decir que te acuestas con las clientas? ¿Ibas a decirle de tus bailes?
Rio con ironía, entiendo que SoHee aprecie a su hermano, pero a mí nunca me ha caído, Jimin siempre quiere brillar, es un encanto entre las mujeres y siempre es la víctima, le ha mostrado sólo una cara de la verdad a su hermana, para entonces todo el club está mirándonos, los guardias de seguridad no intervienen porque ellos tampoco soportan a Jimin, pero al menos yo he sabido ganármelos.
— ¿Te das cuenta que eres el menos indicado para juzgarme? —señalo—Tú también perteneces a este mundo, Jimin, tú también eres un stripper, la diferencia es que yo no me llevo a mis clientes a mi casa y las restriego en la cara de mi madre o mi hermana.
Se nota que he dado en el clavo.
— ¿Sabes cuál es la verdadera diferencia? —da un paso a mí, sonríe con burla y algo de malicia—Que al menos no estoy drogándome como otros.
— Hijo de puta—mi puño se estampa en su rostro, Tae interviene y los dos guardias de la puerta también. Jimin intenta golpearme, pero es detenido hasta ser sacado del club, mis nudillos duelen en la mano derecha, la herida en mi mano se ha abierto un poco. Me dirijo a los vestidores detrás del escenario, sin pensarlo tomo mi bolso cambiándome de ropa, me coloco mis pantalones negros abrochando mi cinturón, estoy mojado de la lluvia, pero no me importa.
— ¿Qué fue lo que pasó? —TaeHyung aparece mirándome.
— SoHee me vio bailando.
— ¿Qué?
— Jimin la trajo aquí, ella sólo vio lo que él quería—me siento en una silla cambiando de zapatos.
— ¿Irás a buscarla? Debió tomarlo mal...
— ¿Tú que crees? —bufo negando con la cabeza—Te juro que iba a decírselo Tae—lo miro—Le dije hace unos días que quería hablar con ella, pero me tardé porque no sabía cómo explicarle lo que hago.
TaeHyung toma asiento en la silla que está al lado, se inclina hacia adelante mirándome con atención.
— ¿Es cierto lo que dijo Jimin?
— ¿Sobre qué?
Él duda un poco, pero lo dice.
— Que estás drogándote, JungKook.
Ato los cordones de mis zapatos, me levanto cambiando de camisa a una holgada que deja el tatuaje de mi antebrazo expuesto.
— No lo he retomado, sólo...fue en un momento...de estrés.
— Dijiste que lo habías dejado...
— Fue cuando mi padre apareció, cuando volví al trabajo con los golpes todavía notables...probé un poco—sé lo que está diciéndome con esa mirada—Sólo fue esa vez.
— ¿Y cómo Jimin lo sabe?
— Supongo que me vio en el callejón, me drogué fuera del club mientras fumaba un poco, no fue nada...
— Lo es cuando eres un adicto.
— ¡No soy un adicto! —recojo mi bolso al estar listo, Tae me detiene y respiro profundo retrocediendo—Sólo fue una vez, no he vuelto a tomar un cigarro ni he probado más—aclaro—Debo buscar a SoHee, quiera o no quiera debo explicarle.
— Sé que la amas y la quieres, Jennie y yo lo sabemos perfectamente—suelta mi brazo—Haz las cosas bien, se honesto con ella como te hemos dicho, explícale la verdad, tú verdad y no la de su hermano, ¿De acuerdo?
Asiento antes de retirarme sin mirar atrás.
•••
— ¿SoHee? —llego al departamento una hora después, estoy mojado por la jodida lluvia. Las luces del departamento están apagadas, dejo mi bolso en la cama de mi cuarto dirigiéndome a las suyas— ¿SoHee? —toco su puerta—Oye, déjame hablar, ¿Sí? Jimin sólo te mostró una parte de...—la puerta se abre sin problema, SoHee no está aquí, sus cosas siguen su sitio, al menos sé que no se ha ido.
Saco mi celular buscando su número, presiono la opción de llamar, pero la contestadora cae de una vez.
— Mierda—regreso a la sala buscando alguna otra opción en mi celular, lo acerco a mi oreja cuando la llamada cae— ¿Hola?
— No está aquí—responde de una vez—Tae me llamó explicándome lo que pasó, te dije que ese Jimin causaría problemas.
Tomo asiento en el sofá respirando profundo.
— SoHee no está en el departamento, pensé que te había escrito.
— Si hubiera estado allí la hubiera obligado a escucharte, tú también mereces expresarte.
— No podía obligarla en ese momento, Jennie—paso mi mano por mi cabello húmedo, voy a mi cuarto buscando una toalla del armario secándolo un poco, coloco la opción de alta voz en el celular secándome mejor—No es su culpa, SoHee no sabía cómo reaccionar, estaba molesta y las personas cuando se enojan reaccionan de diferentes maneras.
— ¿Por qué no llamas a Suzy? Estoy segura que ella debe saber algo.
Dejo la toalla alrededor de mi cuello pensando que hacer exactamente, sé que SoHee no vendrá esta noche porque no quiere verme, la conozco.
— Si llamo a Suzy me preguntará que ocurrió—niego con la cabeza—Ella no sabe de mi trabajo, sabe...casi lo mismo que sabe SoHee.
— ¿Ella lo sabe todo entonces?
— ¿SoHee? Sabe que trabajo de stripper, que me he acostado con algunas mujeres y...que soy el segundo tonto en romperle el corazón, eso sabe—intento secar mi ropa inútilmente pasando la toalla sobre las prendas.
— ¿Vas a decirle lo de las drogas?
— No lo repetiré, no soy un adicto—aclaro—Sólo lo tomé una vez luego de que mi padre apareciera—busco el botiquín en el baño para curar mi mano, los nudillos están rojos—Pero sí, tengo que decirle.
Hay unos minutos de silencio, cuando coloco la venda en mi mano escucho a Jennie.
— ¿Por qué no llamas a BoGum? Dijiste que trabajaba con SoHee, de hecho, por él fue que le dijiste.
— Él me recomendó hacerlo, le dije que tenía en mente contarle y me convenció de que era buena idea.
— Sabíamos que no sería sencillo desde el principio, intenta llamarlo, le escribiré a SoHee así no lo vea.
— Gracias, Jennie—cuelgo y busco entre los contactos el siguiente nombre, coloco la llamada en alta voz, espero que respondan y lo hacen a los minutos— ¿BoGum?
— ¡JungKook! ¿Todo bien?
— Necesito un favor.
— ¿Qué sucedió? —su voz es más seria.
•••
BoGum acabó llamando a Suzy cuando le expliqué lo sucedido, el chico mintió diciéndole que necesitaba comunicarse con SoHee, pero no lograba hacerlo, SoHee no le había escrito ni llamado, pero Suzy prometió avisar si ella la contactaba.
Aunque no quise esperar tuve que hacerlo llegando a quedarme dormido en el sofá, por la mañana no tenía llamadas ni mensajes, restriego mis ojos bostezando, me incorporo quejándome un poco al dormir mal, el recuerdo de anoche viene a mi cabeza.
— ¿Esas mujeres te han pedido algo más?
— SoHee...
— ¡Dímelo! No me pidas que te escuche, es lo menos que quiero hacer, ¿Te acostaste con una de ellas?
— Lo he hecho, pero fue antes de que llegaras...
— ¿Enserio? ¿Me lo puedes prometer mirándome a los ojos?
— Maldito Jimin—chasqueo la lengua llevando mis manos a mi cabeza.
— No mentí cuando te dije que quería intentar algo contigo...
— Lo peor es que enserio me gustas, realmente estoy enamorada de ti y no me costó nada comprobarlo.
Recuesto mi espalda del respaldar del sofá mirando a un punto ciego por unos minutos. Suspiro tomando mi celular, marco el número de SoHee, pero la contestadora cae. Tiene su celular apagado.
Hace cinco años
La lluvia caía a cántaros, la mayoría lleva sus paraguas para evitar mojarse, la música suena en mis audífonos distrayéndome del resto, la música hace el mundo un poco más...agradable, voy sentado al final del autobús, algunas personas suben o bajan del vehículo en cada parada, del otro extremo de los asientos miro de reojo a la chica que estudia conmigo.
Su cabello es castaño, lo lleva recogido en una coleta alta pero cuando subimos al autobús lo llevaba suelto, su uniforme va empapado, luce graciosa así, su nariz está algo roja, sus labios son un poco carnosos pero rosa, es de estatura baja pero delgada, conozco su nombre.
Siempre la pillo mirarme, ella cree que no lo hago, pero sí, lo hago porque suelo mirarla en ocasiones, es muy diferente a su hermano quien podría decirse que es uno de los populares de la escuela.
Park SoHee es muy positiva y soñadora, me gusta cómo sonríe con esa inocencia, me gusta cómo sus ojos cafés brillan cuando se emociona, es la única chica que es de mi agrado, pero prefiero evitar acercarme o causaría problemas como siempre.
Miro de nuevo a la ventana borrando la idea de acercarme a ella, las cosas deben seguir como están.
Con esto entramos a la etapa final de la historia.
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