Prólogo
La niña de cabellera color avellana y lindos ojos verdes grisáceos caminaba deprisa por el pasillo del expreso de Hogwarts. La mirada se le iluminaba cada vez que se acercaba al gentío y poco a poco empezó a soltar el agarre de su madre. Ya se había puesto la túnica del colegio era la primera vez que no usaba la ropa a la que ya estaba acostumbrada.
La mujer de cabellera corta y pequeños ojos verdes detuvo a su hija gentilmente por el hombro. La niña se giró hacia su madre y vio la sonrisa enorme de felicidad que su madre de mostraba, así que decidió sonreirle.
— Mucho Cuidado. Por favor no olvides los modales que te he enseñado. — habló la mujer, soltó una risita al ver que su hija había desviado la mirada hacia unas niñas que llevaban escobas — Claire — la llamó la madre.
— Lo prometo madre — habló la castaña — No olvidaré mis modales, entiendo
— Debes prestar atención a tus profesores. No quiero cartas sobre travesuras
— Si, me alejaré de las travesuras — dijo, con una pequeña sonrisa que su madre entendió perfectamente.
— de acuerdo — asintió la madre — buen viaje cariño — sonrió la mujer orgullosa — Por favor mucho cuidado. Te escribiré cuando pueda.
La niña le sonrió de vuelta y subió al expreso de una vez por todas. Su madre le había hablado mucho sobre Hogwarts, sobre lo bien que se la había pasado ella y su tía Alpha cuando habían estudiado alli y esas eran las cosas que Claire quería averiguar; quería averiguarlo por si misma. Saber que tan bonita era la sensación de poder usar una varita y conjurar los hechizos.
Estaba tan emocionada que le sonreía a los demás niños que pasaban a su lado, sin importar que fuesen más grandes de ella. Se detuvo delante de un compartimiento dónde habían solo dos personas. Un niño pálido y delgado con el cabello largo, negro y un poco graso. Junto a él, habia una niña de tez blanca con un largo y bonito cabello rojizo. La pelirroja estaba del lado de la ventana y movía las manos euforicamente como si estuviese dando una explicación.
Claire abrió la puerta del compartimiento. Ambos niños miraron hacia Claire.
— ¿puedo sentarme aquí?
El chico que tenía unos profundos ojos oscuros la miró como si fuera la más mínima cosa casi suplicando que se largara, la pelirroja, al contrario sonrió y asintió.
— Si, no hay problema. Soy Lily ¿tú como te llamas?
— Claire, un placer Lily
— el placer es mío Claire. Tienes un nombre muy bonito
— Gracias Lily
No habían pasado ni diez minutos, pero Claire ya se sentía cómoda. No sabia el motivo de por que tanta comodidad, pero le gustaba sentirse así. Se acercó a la ventana y buscó a su madre entre el montón de padres. Cuando la encontró sintió un hueco en su pequeño pecho. Estaba claro que iba a extrañar a su madre, pero no podia negar que esgaba feliz de por fin poder ir a Hogwarts.
Claire volvió a tomar asiento. Le sonrió a Lily quien de pronto miró al niño a su lado con expresión de convencerlo de hacer algo. El chico miró a Claire por el rabillo del ojo.
— Sev — susurró Lily aún con la mirada puesta en él
El niño miró a Lily y suspiró, para luego mirar a Claire a la cara.
— Soy Severus
— un gusto Severus
— igual — contestó Severus un poco incómodo
Hubo silencio por un momento. Algo inexistente les había llamado la atención por que los tres miraron la puerta del compartimiento. Todavía se podía escuchar el bullicio fuera del expreso, las despedidas y los "no olvides esto o aquello".
— ¿en que casa te gustaría quedar? — rompió el incómodo silencio la pelirroja. Aquella niña tenía una voz dulce y se un tanto melódica. Claire la miró curiosa. — Sev ha hablado un poco sobre eso... Bueno... Más bien lo leímos en un libro — miró a su amigo con una sonrisa — ¿no es así?
El pelinegro la miró y se quedó mirándola unos largos segundos antes de asentir.
— Ravenclaw — contestó Claire segura — mi madre y mi tía pertenecieron a esa casa — se lo pensó — bueno, creo que toda la familia de mi madre en realidad — sé quedó pensando en sus tíos meternos a los que pocas veces habia visto.
Lily que la escuchaba con atención asintió.
— yo la verdad no sé a cuál casa pertenezco
— de seguro perteneces a Gryffindor — agregó Claire y aquél chico la empezó a mirar fríamente. ¿habia dicho algo malo?
— tal vez — Lily soltó una risita — aunque, cualquiera estaría bien
— tal vez pertenezcas a Slytherin — habló el pelinegro ya un poco más animado por la sonrisa que Lily le habia dedicado.
Uno de los chicos que no había mostrado interés por ellos volvió la cabeza al oír ese nombre. El chico era delgado y pelinegro.
— ¿quien va a querer que lo pongan en Slytherin? Si me pasara eso definitivamente me largaría ¿tu no?
Claire sabía perfectamente a que se refería ese chico con eso, lo sabía, pues su madre le había hablado de todas las casas en especial de Slytherin a la que no tenia mucho cariño por razones que Claire no comprendia.
— toda mi familia a pertenecido a Slytherin — habló el niño que se habia repantigado en el asiento.
— ¡¿enserio?! ¡y yo que te tenía como buena persona!
— a lo mejor conmigo se rompe la tradición — sonrió burlón — ¿tu en que casa te gustaría quedar?
— ¡En Gryffindor donde habitan los valientes! Mi padre perteneció a esa casa y yo lo haré igual
Severus hizo un ruidito despectivo y el chico que había hablado sobre Gryffindor se volvió hacia él. Lily y Claire se miraron una a la otra.
— ¿ocurre algo?
— no, que va — mostró una expresión desdeñosa que lo desmentía — si prefieres lucir músculo antes que cerebro...
— ¿a donde te gustaría quedar a ti? Si veo que no tienes ninguna de las dos cosas — intervino el niño con largo cabello negro ondulado.
Su compañero soltó una carcajada. Lily se levantó y los miró a los dos con antipatía.
— vámonos Severus, buscaremos otro compartimiento — Lily miraba a Claire para que hiciera lo mismo pero ¿tenia que irse también? Severus se lo había buscado pensó Claire, si no hubiese comentado aquello de la fuerza bruta y la inteligencia no estuviese en aquél lío. — adiós Claire — agregó la pelirroja al ver que la castaña no se movía
Ambos chicos imitaron el tono altivo de Lily y uno de ellos intentó ponerle la zancadilla a Severus cuando salía.
— ¡Adios Quejicus! — habló uno de ellos al mismo tiempo que la puerta del compartimiento se cerraba de golpe.
Claire miró a ambos chicos por un momento mientras disfrutaban de lo que habían hecho.
— ¿qué? ¿tú no eres amiga de Quejicus?
Claire guardó silencio. ¿amiga de Severus? ¡Contrabajo él le había dirigido la palabra!
Uno de ellos, el de anteojos sonrió de lado y extendió la mano hacía Claire.
— que buena elección. Soy James
Claire estrechó su mano un poco insegura. ¿como sabía si iba a pasarle lo mismo que a Severus?
— soy Claire
La interrogante se esfumó cuando James sonrió complacientemente en el momento que la niña de ojos verde grisáceos le dijo su nombre.
— me llamo Sirius — habló el otro niño — un placer Claire. y dime... ¿a que casa te gustaría pertenecer? Porfavor no contestes Slytherin
Ni por un minuto le había pasado por la cabeza usar el uniforme verde esmeralda con plateado.
— Ravenclaw. mi Madre perteneció a esa casa
James asintió.
— tal vez tú también rompas con la tradición — comentó sirius un poco alegre pues no sería el único
— tal vez — habló Claire sin decirlo enserio. Ella de verdad quería pertenecer a Ravenclaw, sólo habría de esperar, pues si fuera decisión de ella ya llevaría puesto orgullosamente el uniforme color azul con plata.
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