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39. La Mansión Riddle

Habia frio mas de lo normal, el olor a humedad era demasiado fuerte como para soportarlo; Claire entre abrió los ojos, asimilando la poca luz del lugar. Sentía sus extremidades débiles, sintió que su cabeza iba a explotar en cualquier segundo. No sabia exactamente donde se encontraba, tampoco sabia si era aun de noche o ya era el día siguiente.

Con las pocas fuerzas que le quedaban busco la varita. Imploro que Voldemort no se la hubiese quitado o roto. Busco y busco para encontrarla pero no encontró nada. Frustrada, Claire soltó un suspiro.

El aroma se estaba empezando a hacer intolerable. Con paso lento se acerco a los barrotes de hierro que le impedían salir. Voldemort la tenia prisionera, sin saber que planes tenia para ella busco una salida alterna.

La desesperación llego tras varios segundos inútiles de encontrar otra salida. Dejo caer su cuerpo al empolvado suelo. Trato de calmar su mente que empezaba a jugar con ella de una manera cruel, haciéndola pensar que tal vez no saldría de allí, que Voldemort la iba a tener alli, dejándola a su suerte o peor aun, la tenia allí para torturarla después solo por diversión.

alzo la mirada hacia los barrotes de hierro, unos pasos marcados y decididos se acercaban poco a poco. Claire de inmediato pensó que Voldemort había mandado a sus mortifagos a torturarla otra vez.

Aquel hombre alto y con una silueta delgada abrió la reja y se acerco a ella con varita en mano. Ella se sobresalto, respiro de una forma pesada y se mostró seria. Por la oscuridad Claire no distinguió de quien se trataba, observo como aquel chico extendía un plato lleno de comida. A pesar de que aquella comida era un manjar, Claire no tenia hambre, puesto que no podía pensar en otra cosa que en las posibles cosas que haría Voldemort con ella.

─ tienes que comer ─ hablo con voz pasiva, casi en susurro

Claire se estremeció al reconocer la voz, levanto la mirada con rapidez. Aquel chico de cabellera larga y negra la miraba en silencio.

─ ¿que planea hacer conmigo? ─ pregunto Claire con la voz inestable

─ no lo se

─ Regulus.... por favor

Regulus suspiro, miro en direccion a la puerta de hierro y se tumbo al lado de Claire. Claire lo miro fugazmente y despues fijo la vista en el suelo.

─ el señor tenebroso quiere que estés en sus filas... me temo que te mantendrá aquí hasta que tu mente acepte la decisión por defensa

Claire pensó en cada una de esas palabras. Miro por primera vez a Regulus a los ojos y al encontrar aquellos ojos grises negó.

─ no lo haré...

─ lo se... estaría en un grave error si pienso que si lo harás.

─ entonces estas en lo correcto....

Regulus se puso de pie y del bolsillo oculto de su traje saco una varita. La miro antes de entregársela a su dueña.

─ lamento la forma en la que te trataron...

─ ¿tu..?

Regulus nego.

─ no, el señor tenebroso no me tiene asignada ese tipo de tareas ─ miro la varita una vez mas y se la entrego a Claire. ─ no tenemos mucho tiempo... te sacare de aquí ...

Regulus la tomo de la muñeca, la ayudo a ponerse de pie; ella no podía soportar su propio peso, Regulus la tomo de la cintura y la ayudo a caminar. Claire abrazo el cuello de Regulus para sostenerse. Ambos se acercaron a las escaleras en completo sigilo. Los pasillos de aquella casa estaban vacíos, el tapiz estaba descolorido y había polvo por todas partes. Regulus se acerco al siguiente pasillo para verificar que no estuviesen vigilando, al no encontrar a nadie, tomo a Claire nuevamente y por medio de aparición la saco de la mansión.

Aparecieron en un bosque, bajo el resplandor de la luna. Claire intento reconocer el bosque pero no lo logró, en realidad nunca había estado en aquel bosque. Regulus miro a todas partes, asegurándose que por el momento solo se encontraban ellos dos.

─ bien...

─ gracias ─ dijo ella, abrazándolo de repente

─ no me agradezcas Claire ─ respondió Regulus a un con los brazos de Claire alrededor del cuello ─ deberías correr, bastaran unos segundos mas para que se den cuenta que ya no estas dentro de la mansión.

Claire se separo de Regulus y al mirarlo a los ojos asintió. sostuvo la varita con fuerza y retrocedió dos pasos. Aun sentía que sus piernas le iban a fallar, pero sabia que haría todo lo posible para mantenerlas firmes.

─ cuidate Claire... tengan cuidado... el señor tenebroso llevara a cabo sus planes y deben de estar alertas en todo momento...

─ nuevamente gracias, Reg...

Regulus asintio y saco la varita con cuatela.

─ toma ventaja, cuando llegues a los enormes arboles usa aparición y ve a casa con mi hermano...

─ ¿que pasara contigo?

─ ya me las arreglare. Corre...

Detrás de Regulus se acercaban los seguidores de Voldemort, esta vez sin mascaras, las capuchas impedían que Claire les viera la cara. Claire empezó a correr. Los mortifagos se transportaban un poco mas rápido que ella. Apunto hacia uno de ellos que había intentado mandarle un maleficio. El mortifago callo absurdamente y quedo tendido en el piso. El aire era frío y ella sentía que le quemaba la nariz al momento de inhalar.

Al llegar a los arboles enormes de los que le había hablado Regulus, uso aparición y en un abrir y cerrar de ojos se encontraba en la sala de los Tonks. Sirius se acerco rápidamente hacia ella.

─ ¡Claire!

Claire acepto el abrazo de Sirius y hundió su cara en el pecho del pelinegro mientras trataba de calmar la respiración.

─ ¿que paso? ─ pregunto Sirius preocupado al ver a Claire sucia de la ropa y con sangre escurriéndole de la nariz.

Claire intento hablar pero tanto correr la había dejado sin aire. Sirius la cargo y la llevo a su habitación para dejarla acostada sobre la cama. Fue en busca de una toalla para limpiarle la sangre y la suciedad del cuerpo. Sirius se quedo pensativo y preocupado, asi que le hizo de nuevo la pregunta. Claire le dio una explicación de lo sucedido, por un momento dudo si contarle sobre Regulus, tenia que decírselo. Era el hermano de Sirius y aunque no se llevaran bien el tenia que saberlo. Claire sabia que había llegado el momento de hacerlo.

─ Regulus estaba ahi, el...

─ ¡Ese maldito te hizo algo!─Sirius empezó a subir mas de tono─ ¡El condenado aun continua en sus filas, supongo que ahora mi madre estará orgullosa! Espero y terminen con el rapi...

─ Sirius, el me salvo la vida ─ explico Claire de una vez antes de que Sirius se alterara mas de lo que ya estaba.

La expresión de Sirius cambio dramáticamente.

─ El me saco de aquel lugar donde estuve atrapada. Si estoy aquí ahora se lo debo a el.

─ De seguro es parte de un plan, no seria capaz de arriesgarse asi, y menos si es contra Ya Sabes Quien─Sirius se puso de pie─ Hay que hacer algo al respecto, no me quedare sin hacer nada mientras otros introducen pánico.

Sirius salio por la puerta con aire de decisión, Claire intento llamarlo pero este no la escucho. Iba a hacer algo en contra de los mortifagos, eso era seguro, y Claire iba a apoyarlo aunque le costara dejar algunas amistades. Unas horas despues, Claire fue despertada por la pequeña Nymphadora, quien habia dormido toda la noche y nunca llego a enterarse del secuestro.

─ Prima Claire tengo hambre─la voz de la pequeña obligo a Claire a desperezarse, había dormido un poco después de regresar pero aun creía que necesitaba mas para reponerse.

─ En un momento Dora ─ explico la castaña somnolienta y adolorida.

─ Ahora ─ exigió la pequeña metamorfomaga. Nymphadora aparto la sabana que cubría a claire, al ver a la castaña dio un grito angustiada─ ¿Que te ha ocurrido?

Claire se puso de pie, y supuso que Nymphadora se refería a las heridas de su rostro que aun estaban cicatrizándose con paso acelerado por la poción que ella misma había preparado.

─ No es nada Dora, solo un accidente anoche.

Nymphadora no cuestiono mas, algo que Claire agradeció mucho. Después de cambiarse de ropa tuvo que hacer el desayuno para Nymphadora y fingir a la vez que no había ocurrido nada. Sorprendentemente, Andromeda y Ted no habían regresado de su cita y Sirius tampoco se encontraba en casa ¿A donde habría ido?

─ ¿Sabes algo de Sirius?

La pequeña Dora negó, y explico que no había visto a Sirius desde que se había levantado. Claire preparo unos pancakes para ambas, que degustaron con tranquilidad o por lo menos eso intentaba reflejar Claire. Necesitaba averiguar a donde se había ido Sirius, pero hasta que Andromeda y Ted no aparecieran de nuevo, no iba a dejar a Nymphadora, y menos si aun esos mortifagos continuaban cerca.



















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