31. Máscaras Y Listones
El alboroto había iniciado de nuevo. Todos estaban de un lugar a otro por el baile de antifaces, Slughorn estaba realmente complacido con aquél baile, tanto que se había emocionado y los había dejado entrar diez minutos tarde a su clase.
Claire no había conseguido dormir, no podía dejar de imaginarse todo lo ocurrido en la discusión. Se sentía frágil, sin ánimos de nada, sentía que toda su energía se desvanecía poco a poco en el aire.
Alcanzó la varita con sus dedos y la apuntó hacia el uniforme.
- ¡Accio uniforme! - la camisa blanca, la falda, la corbata roja con dorado y la túnica negra llegaron volando hacia ella. Se vistió allí mismo, terminando con lo demás con pocos ánimos.
Miró la cama de Marlene, la cama que estába frente a la suya estába ya en orden y con las sábanas lisas. Las demás camas estaban igual de ordenadas. Con la varita en la mano hizo un movimiento rápido y ordenó su cama. Las sábanas se extendieron solas y las almohadas se golpearon unas a las otras para esponjarse en el aire y por último aterrizar en la cama.
Al pasar por la sala común no miró a hacia otra parte que no fuese la salida. En ese momento Claire sintió como si alguien hubiese podido estrujar su corazón con un sólo movimiento. Sirius había entrado a la sala común, iba completamente sólo y con el pelo detrás de las orejas. La castaña apartó la mirada y con el dolor que cargaba en el pecho salió por el retrato de la señora gorda sin voltear.
La algarabía del baile tenía a todos agitados, no había más tema interesante que no fuese el baile de antifaces y listones. Los prefectos tenían reunión constantemente con los jefes de casa para inspeccionar las tareas accionadas y llevar todo en orden.
El olor de todos los alimentos recién hechos se mezclaban en el aire. El olor de diferente mermeladas, jugos de frutas, pan de jengibre, huevos recién hechos, salchichas... Era una delicia y su estómago se lo estaba dando a saber.
Encontró a Lily y a Marlene y tomó asiento. Tomó un poco de cada cosa, pensó que llenar su estómago le regresaría las energías. La última cosa que colocó en su plato fueron unos panecillos de vainilla.
- ¿Clay? ¡por el Mismísimo Merlín! ¿que pasó contigo? - preguntó Marlene con un trozo de salchicha a unos centímetros de la boca. - ¿te encuentras bien?
- yo...creo...
Lily y Marlene se miraron al mismo tiempo.
- ¿Que pasa? ¿Es algo grave?
Marlene se inclinó aún más hacia Claire. La castaña se hizo hacia atrás al tenerla demasiado cerca.
- ¿estás esperando un hijo de Black? - murmuró
Los que estaban al lado de ellas giraron sus cabezas freneticamente para mirar a Claire y sus mejillas pasaron por dos colores: primero rosa, después rojo.
- ¡Marlene! - chilló Lily mirándola con el entrecejo fruncido. — no digas tonterías... Es algo delicado... Que no tiene que ver con bebés...
- Oh… — murmuró la rubia al captar la mirada de Lily — bueno...
La castaña mordió la esquina de una tostada y miró a sus compañeras. Lily la miraba con desilusión, se sentía mal por su amiga.
- no... No estoy esperando un hijo de Black - respondió Claire con pocos ánimos — por supuesto que no...
Lily intentó hablar pero no lo hizo por qué Claire ya se encontraba de pie, se había levantando tan de repente que los más próximos voltearon hacia ella confundidos.
[....]
En clase de Pociones, el profesor Slughorn les había hecho hacer amortentia (de nuevo) al parecer era la poción favorita del pocionista.
- ¡Hombre! ¿Otra vez? - se quejó Macmillan pero aún así fue en busca de los ingredientes al momento que el profesor le miró serio.
La castaña se levantó en silencio y fue en busca de los ingredientes. En ese momento Claire se percató que realmente estaba mal, pociones era su clase favorita y solamente pensaba en poder irse y no realizar la poción. Llevó los ingredientes necesarios y los dejó sobre el banco que estaba al lado del caldero que ya estaba empezando a calentarse.
La castaña se la pasó en silencio, agradecida de que Snape se comportara de la misma manera, de ese modo todo estaba en orden, no habían peleas, ni gritos exasperados ni insultos por parte de los dos. Sin querer o quizá por costumbre miró hacia el asiento de Sirius. El lugar que ocupaba Black y Potter estaban vacíos.
Claire lanzó un largo suspiro y tras mirar mucho tiempo aquel lugar y con la mente pérdida, decidió enfocarse en la clase.
Remus que estaba introduciendo los ingredientes en el caldero, alzó la mirada por un momento y notó los pocos ánimos con los que contaba su amiga, no le agradaba para nada aquella situación. Leyó las instrucciones y continuó con la poción.
[••••••]
Pasadas todas las clases Claire se dirigió hacia el dormitorio de Remus. Sin que nadie la viera subió hacia los dormitorios de varones y siguió de largo hasta llegar al pasillo de las habitaciones de prefectos. Una suave melodía se escuchaba en aquel pasillo. Eran las melodías típicas de los bailes elegantes.
Abrió la puerta con cuidado y se encontró a Remus deslizándose por la amplia habitación. El castaño giraba y danzaba al compás de la musica. La cama yacía a un lado al igual que el escritorio de modo que dejaban un enorme espacio en el centro.
- hola...
Lupin se detuvo de golpe y se volteó hacia ella. Tenía las mejillas sumamente coloradas. Frotó las palmas de las manos sobre la tela del pantalón.
- Ah yo... - miró sus pies avergonzado - estaba.. practicando un poco... Para el baile, ya sabes....
- traje la poción - enseñó el frasco avanzando hacia la cama del licántropo para tomar asiento - continúa, no te quería interrumpir.... De hecho no tardaré
La dulce y agraciada melodía seguía sonando. Con un gesto de varita la castaña hizo que la poción Matalobos se guardara en el baúl de Lupin.
Remus se dió cuenta que la actitud de la castaña no era la misma, normalmente ella tenía una sonrisa en el rostro y le gustaba bromear de la mayoría de las cosas, buscar las cosas positivas y osadas que el probablemente no haría y por esa misma razón pensaba que Claire era sumamente diferente y encontraba en ella un gesto que caracterizaba a las cuatro casas.
Remus se acercó a la castaña para extender la mano. Claire alzó la mirada hacia la mano extendida del castaño. El Merodeador la llevó al centro de la habitación y empezó a balancearse tímidamente, la castaña lo miraba desanimada sin moverse, realmente no se sentía con ánimos de bailar.
Remus seguía balanceándose tratando de animarla. Claire intentó avanzar hacia la puerta para marcharse pero Remus la hizo girar para hacerla regresar al centro de la habitación otra vez junto a él. Poco a poco la sonrisa que Remus siempre veía en Claire volvió. Lupin sonrió mientras miraba la sonrisa de la castaña. Ambos Gryffindor empezaron a bailar acompañados por la música.
Claire se sintió conmovida por lo que Remus había hecho por ella. Sintió los ánimos que su amigo trataba de darle y apreció el gesto. Lo abrazó aún con esa sonrisa y Lupin le correspondió el abrazo. El aroma a chocolate se hizo presente en aquél instante.
- ¿mejor? - preguntó Lunático mirándola.
Claire asintió
- gracias Remmy - rió agachando la mirada - eres un buen bailarín, deslumbrarás en el baile de máscaras
- gracias....tengo entendido que no asistirás...
— eso es cierto
La música había terminado y hubo silencio en la habitación. Claire había pensado muchas veces lo del baile de máscaras, iba a ser divertido, todos luciendo misteriosos, la música... La decoración, todo en si iba a resultar divertido, pensó eso, pero también pensó en Sirius y la cantidad de chicas que iban a estar tras él y con el simple hecho de que ni siquiera podían mirarse a la cara.
Lupin asintió respetando la decisión. Claire apartó las manos de las de Remus y dió medía vuelta para salir.
- adiós Remmy... Diviertete
[...]
Mientras todos los demás estaban alistándose para el baile ella estaba en la sala común, con los pies arriba del sofá y una almohada detrás de su espalda leyendo un libro. Kennedy Richard, había bajado las escaleras rápidamente que casi cae en los últimos escalones.
- Claire ¿Tu sabes preparar la poción alisadora verdad? - preguntó desesperada mirando a Claire que bajaba el libro lentamente para mirar a la chica.
- si.. en realidad....
- ¿Podrías prepararla? Por favor ¡mirá estos pelos! - exclamó tomando dos mechones de su pelo rizado.
- luce bonito así Kennedy - aclaró la castaña - no hay nada de malo con tu pelo
La azabache de Kennedy rodó los ojos y cruzó los brazos indecisa
- lo dices tú por que tu pelo está bien... Claire ¡Por favor! - empezó a pedir fingiendo que lloraba.
El pelo de Kennedy no tenía nada de malo, era negro como la noche, abundante y brillante. Claire no entendía por qué Kennedy quería alisarlo. La castaña rodó los ojos y dejó el libro a un lado de ella.
- bien - dijo, poniéndose de pie - tenemos que ir al aula de pociones por que los ingredientes están allí y todo lo necesario...
- ¡Oh! ¡Gracias! - agradeció Kennedy - eres mi héroe
- tranquila mujer - añadió Claire mientras ambas Gryffindor salían del retrato de la señora gorda.
La poción alisadora había estado en poco tiempo y en ese instante Kennedy la usó para alisar su pelo, el brillante y abundante pelo color azabache le había llegado a la cintura cuando antes le llegaba por debajo de los hombros. Claire volvió a la sala común junto a Kennedy que no paraba de hablar sobre su pelo.
La sala común se encontraba un poco más tranquila, los demás ya estában vistiéndose para asistir al baile. Kennedy se despidió de Claire y subió rápidamente los escalones. La castaña volvió al sofá para continuar su lectura. En aquél sofá había una caja del tamaño de una caja de zapatos envuelta en papel dorado y un listón rosa.
La castaña tomó asiento junto a la caja y tomó los libros. Sintió curiosidad por la caja, tal vez alguien la había olvidado allí o le habían hecho la maldad de dejarla alli. Normalmente los prefectos levantaban las cosas que no tenían dueño y lo daban como objetos perdidos.
- ¿que haces? ¿acaso no deberías de estar arreglándote para el baile?
Claire saltó del susto al escuchar la repentina voz de James.
- les he dicho que no voy a asistir
James se ubicó frente a la castaña, se quitó las gafas para limpiarlas por que se habían empañado, al terminar se las colocó nuevamente.
- no puedes perderte un baile. No mientas esté yo para insistir
- lo sé... Pero, solo imagina. Tú estarás con Lily, Remmy con la chica de Ravenclaw, Peter con Marlene, Sirius... no me interesa con quién y yo... Sin pareja, sin una máscara... Sin ánimos, suena horrendo
- por Merlín, mujer. Sólo asiste al baile, no quiero que ninguno de mi grupo se quede en esta aburrida sala común leyendo libros; sabes que te apoyo en cualquier cosa pero no en esto. Si, sé que todo es por Sirius, pero... Él irá ¿por que tú debes de quedarte aquí?
Tal vez James tenía razón, pensó la castaña. De un modo le había dolido que Sirius fuera a ese baile, ella sabía que tenía que ser fuerte... Tal y como lo estaba siendo él
- viéndolo así suena demasiado depresivo
- no voy a permitir que te quedes aquí así que levanta tu trasero de allí y ve a alborotarte como las demás chicas
- tenía pensado ir a buscar provisiones a Hogsmeade...
- ve a vestirte - ordenó Potter señalando las escaleras que iban a los dormitorios de mujeres - no me obligues a usar magia Vainilla...
- Cornamenta... que pasa si... Sirius... El problema es qué....
- es mi hermano del alma, lo adoro pero no voy a permitir que el extinga a la sonrisa del grupo. Tú eres Claire Nclean - sonrió de lado - Vainilla y obviamente Sirius lo sabe y apuesto a que muy bien
- me pones sentimental - agregó la chica con una sonrisa - gracias Cornamenta
- no fue nada Enana - sonrió de vuelta - por cierto, mi madre dice que disfrutes del baile
- ¿Que?
James se levantó con expresión divertida y fue en dirección a las escaleras para ir a su dormitorio.
- ¡Oye! - le gritó Claire en su búsqueda - ¿tu madre? Pero...
- la caja, sólo esas dos simples palabras
El pelinegro con gafas le guiño un ojo y subió a su respectivo dormitorio de una vez
- ¡nos vemos allá! - gritó por último antes de cerrar la puerta
Claire se giró y fue en busca de aquélla caja. Al abrirla encontró una nota y una máscara de metal delgado en color negro y en forma de alas de mariposa. Frunció el entrecejo y leyó la nota.
Claire:
¿Como estás querida? Espero que te guste el detalle, James nos habló sobre el baile de máscaras y no dude en ir a las tiendas para conseguir un par.
Te verás espectacular. Por favor verifica que James porte la suya, es un poco rebelde de acuerdo a las reglas de los bailes.
Con cariño: Euphemia Potter.
Dejó la nota a un lado y tomó la máscara. Tal y como la había imaginado desde el principio la máscara era linda y presentable. Se la colocó por encima y después de tenerla allí unos segundos la dejó en la caja. Claire tenía una odisea en la mente pero al final se decidió y subió al dormitorio.
Al abrir la puerta encontró a sus compañeras con sus vestidos ya puestos. Marlene no estaba allí y Claire imaginó que se encontraba ayudando a Lily. Pasó entre ellas para llegar a su cama.
- ¿Al fin irás? - preguntó Kennedy vistiendo un lindo vestido color naranja - me alegro Claire
- si... Me hicieron cambiar de opinión, se aprovechan de mi debilidad mental - dijo, dejando la caja en la cama para después abrir el baúl
Había guardado las prendas que la señora Potter le había regalado. Mientras se arreglaba, sus compañeras una por una fueron saliendo del dormitorio hasta que se encontraba ella sola. De los muchos vestidos eligió uno negro, sabía que a Marlene le iba a dar un ataque si la veía así. Satisfecha con el resultado, tomó la máscara que combinaba a la perfección con el vestido y bajó a la sala común.
Miró la máscara que llevaba en las manos y se colocó antes de entrar. Dentro del gran comedor se podía apreciar el cielo estrellado, todo se veía elegante, se sintió satisfecha al ver que la decoración había quedado fenomenal. Habían hecho un excelente trabajo, McGonagall iba a estar orgullosa.
Las Hufflepuff encargadas de recibir a los magos se mostraban sonrientes. Una llevaba un vestido color morado y la otra iba de verde. Ambas tenían la máscara del color de su vestido. Al mirar a Claire se acercaron.
- hola, estás divina. - agregó una de ellas
- gracias, igual tú lo estas
- sólo quedan lugares por allá - dijo, mirando por encima, señalando las mesas al otro extremo - disculpa
- oh, no hay problema
- ¡bien! Por cierto, la decoración quedó increíble
- gracias, hicimos un buen trabajo
Cerró los ojos sin poder creerlo al ver la mesa con lugares disponibles y no tenia más opciones que sentarse allí.
Miró a los Slytherin que estaban sentados en aquella mesa. Regulus Black la miró de pies a cabeza, sin despegar la vista ni un segundo. Narcissa Black alzó la mirada y despues de mirarla unos pocos segundos siguió charlando con la muchacha de pelo corto que estaba a su lado. La rubia llevaba una mascara oscura y un labial rojo que contrastaba con su piel blanca.
Claire se sentó, mirando hacia las demás mesas en busca de Cornamenta, Peter o Remus y a escondidas también a Sirius.
Snape tomó asiento al lado de Regulus pero ni siquiera se dió cuenta que la castaña se encontraba en aquella mesa, puesto que se confundía con las demás Slytherin que también portaban vestidos oscuros.
Lily y James se habían puesto de pie para ir por las bebidas. Ella llevaba puesto un vestido rojo que hacia parecer que realmente destellaba fuego. James estaba más elegante que nunca, solo que sin su mascara. Segundos después él le quitó la mascara a Evans. Lo impresionante fue que ella no protestó.
La música empezó, como en todos los bailes primero tenía que ser elegante, formal, ya después iría lo bueno. Dumbledore fue el primero en bailar con McGonagall. A Slughorn le picaban los pies por bailar y buscaba con la mirada a una persona que también quisiese, dirigiendo la mirada hacia la profesora de Runas Antiguas quien miraba al viejo mago y la profesora animaga bailar en la pista.
Cerca de allí se había hecho un tumulto de chicas, todas estaban detrás de un caballero y ese caballero era Sirius Black. El azabache le sonrió a una Gryffindor de vestido azul y aceptó su mano para bailar con ella. Eso le había dolido a Claire y la hizo cuestionarse muchas cosas. Miró a las demás serpientes que estaban en aquella mesa sumergidos en su charla y después miró hacia la pista.
Tal vez se había equivocado y no era tan fuerte como ella creía.
Sirius se veía bien, elegante como siempre, parecía que no le había afectado nada su separación con Claire. Ella lo miraba detenidamente como posicionaba la mano sobre la cintura de la Gryffindor con la que estaba bailando. Claire sintió como su cuerpo cambiaba de temperatura.
Regulus se había levantado para charlar con unas chicas de su misma casa, que habian llegado por él, las demas muchachas de igual forma se habian levantado así que de todas las personas que estában en la mesa, solo quedaban Snape y ella, como dos antipáticos y antisociales.
Hacía una hora que el banquete había finalizado y sólo estaban rondando los vasos de ponche por las mesas. Claire pensó en ir en busca del mapa e ir a las tres escobas.
Sabía que Sirius y ella ya no eran nada y llegar como su amiga no era una buena opción.
Snape no se levantaba ni siquiera para buscar algo de beber. De vez en cuando miraba a Lily en su ardiente vestido rojo. La Gryffindor terminó de beber y se levantó para ir en busca de otro vaso.
- ¿quieres algo de beber? - le preguntó a Snape
El Slytherin la miró serio sin contestar.
— ¿Por que me molesto? — rodó los ojos y caminó hacía las bebidas.
Sirius que ya estába cansando de bailar, tomó asiento en la misma mesa que James. Potter lo miró y lo saludó con un gesto de cabeza.
- ¿ya? ¿tan rápido estás cansado Canuto? - se burló
Sirius intentó contestar pero no lo hizo por mirar a una Ravenclaw con un brillante vestido color amarillo que había pasado por allí. Por una extraña razón Sirius veia en las chicas un pequeño gesto de Claire. Por un momento llegó a pensar que estaba enloqueciendo.
James negó con la cabeza mientras miraba fugazmente hacia dónde se encontraban las bebidas por si Lily se encontraba allí, pero al ver a otra chica agregó:
- oye, no persigas la Quaffle si ya viste la Snitch - hizo unas señas hacia donde había estado mirando.
Sirius miró hacia allá y vió a Claire en un hermoso vestido negro y lo bien que se veía. De pronto un Hufflepuff le había quitado uno de los dos vasos a la castaña y le besó la mano como invitación para llevarla a bailar.
Sirius miró esa escena con atención mientras apretaba la mano hecha puño. Eso lo molestaba, con todo lo que había pasado aún se sentía atraído hacia la castaña y eso era evidente.
Suspiró y cerró los ojos, recordando todo lo que habían discutido y miró hacia otra dirección.
- Evans quiere bailar - añadió en respuesta mirando lo emocionada que la pelirroja veía a las parejas que se encontraban en la pista
James la miró y sonrió.
- iré a complacer a mi pelirroja. - se levantó y golpeó la espalda de Sirius - no te equivoques está vez Canuto - dijo por último para después acercarse a Evans y llevarla a bailar.
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