》¿Como serían en la cama?

~Eje
Tanjirou Kamado.

El chico de cabellos borgoña trataría de ser suave contigo, a pesar de solo tener una relación a base de sexo, no le agradaba la idea de simplemente ser rudo contigo y tirarte como si nada.
Besaría muy suavemente tu cuello, mientras que con sus manos acariciaría tu cuerpo de una manera delicada, como si de una copa de cristal se tratase.

— Tanjirou...~ Por favor, ve más rápido.

Al ver como la chica debajo de el lo acostaba en la cama para tomar sus hombros y saltar con desenfreno encima del mismo, una pequeña sonrisa salía de sus labios. Aún así estaba dolido, al percibir, ese aroma triste que desprendía aquella muchacha con el corazón roto en busca de algo que la llene.

Zenitsu Agatsuma

Tímido y con cierto miedo, ya que, se encontraban en la escuela, para ser precisos en el salón donde se reunía el concejo estudiantil. No fue muy difícil ofrecerte a Zenitsu, sabiendo lo ojo alegre que era tenías por seguro que no correría su mirada de ti al subir tu falda, dejando al descubierto tus bragas de su color favorito.

— ¿Y, que esperas? — resopló la chica impaciente. — ¿Algún tipo de invitación o que?

Jalaste de su corbata, uniendo sus labios en un salvaje beso que obviamente era dirigido por ti, ya que, el avergonzado rubio no se atrevía ni siquiera a tocar una de tus piernas. Llevaste una de sus manos debajo de tu falda escolar. Zenitsu podía jurar que escuchaba las palabras "follame" repetirse en tu cabeza.

Inosuke Hashibira

Descuidado y a su vez torpe, Inosuke no sabía casi nada sobre el sexo, así que entraría a tocar todo viendo qué pasa, lo que no tomo en cuenta es con la brusquedad que usaba en la fémina.

— Oye, más despacio, no soy un interruptor de la luz que puedes tocar así como así.

La chica se encontraba con las piernas abiertas viendo cómo era tratada sin cuidado alguno. Así que le tocaba enseñarle cómo hacerlo de la forma adecuado, a media lección, El de ojos esmeraldas se cansó y decidió hacerlo como el se le pegara la gana. "Inosuke! por ese agujero no maldita sea" escucho como la chica se sobre saltaba mientras trataba de alejarlo, su ataque porcino no había funcionado para nada.

~Pilares
Giyu Tomioka.

Tomioka se caracterizaba por accionar antes de avisar. Una mala costumbre a la cual, válgame la redundancia, ya te habías acostumbrado. No te sorprendías cuando el joven te empujaba contra un cubículo de algún baño para mantener relaciones sexuales en público. En el baño, un parque por la noche, el ascensor, entre otros lugares donde sienta el peligro para el serán fantásticos.

— Giyuu~ no tan duro, siento q-que esta cosa se va a caer...~

El sonido de una perilla intentándose abrir hizo que el chico tomara a un más fuerte de su cintura para arremeter con aún más fuerza, podría llegar a decirse que el prefería en cierto modo las cosas así, de esta forma, no podría lastimar tu hermoso corazón.

Iguro Obanai.

Un sádico de primera, si el decía que serías su perra esa noche, es que, literal lo serías. Y allí te encontrabas tu, con un lindo collar rosa pegado a tu cuello con un dije de corazón en el medio, a su vez, que la misma estaba conectada a una correa que era jalada por el azabache.

— Vamos, perra, acércate a tu amo ahora mismo.

Esta vez, tiró aún con más fuerza, logrando que soltaras un pequeño gemido. No era bueno desobedecer a Iguro en su modo "dominante" ya que recibirías un castigo duro de no hacerlo. Te acaricio tu cabeza al ver que te acercaste hacía a él gateando, para repentinamente acercar tu boca hacia su entrepierna que se encontraba visiblemente parada. Jamás habías experimentado ese tipo de fetiches, aún así te gustaban, te derretiste al sentir que el vibrador entre tus piernas iba más rápido que antes.

Sanemi Shinazugawa.

Mantener relaciones con Sanemi daba como resultado terminar con muchas marcas por todo tu cuerpo al igual que sentir una molestia entre tus piernas. Calmar la fiera que llevaba dentro llevaba horas y muchos rounds de los cuales se trataban de tú ser su juguete el cual podía ensuciar a gusto propio. Y pensar que un adulto, en específico un profesor de matemática poseía tanto deseo sexual como el.

— Ahora, quiero escuchar a quien prefieres ¿A ese niñato de Genya, o a mi?

Antes de que pudieras contestar, un gran orgasmo interrumpió tu respuesta, dejándote acabada en el pecho desnudo de Sanemi. El albino acaricio suavemente tus cabellos, viendo cómo caías dormida entre sus brazos, hasta en el profesor más sexy de la escuela tenía inseguridades sobre un pobre alumno que hacía reír a su amor secreto.

Kyojuro Rengoku.

Su corazón no podría sólo tenerte para un rato y botarte a la calle como si nada. Suele susurrarte cosas amorosas y calientes al oído, claro evitando en ciertos momentos tratar de no decir que te quiere, ya que eso no cuadraba para nada en la "relación" que mantenía.
Sexo asfixiante y lento, nada de destrozarte o dejarte sin caminar.

— (T/N)-chan, se que no te gustará, pero, te quiero.

Habló el hombre, mientras jugaba con tus cabellos y veía como dormías un poco. La realidad era que te encontrabas despierta, tomando firmemente las sábanas entre tus dedos queriendo tomar tus cosas y escapar de allí ahora mismo.

Muichiro Tokito.

Directo al grano, sin pudor alguno lamió toda tu feminidad degustando el sabor de la misma. Un fuerte gemido escapó de tus labios al sentir el contacto de su húmeda lengua contra ti.
Jugó contigo por mucho más tiempo mientras que arqueabas tu espalda encima de la mesa del concejo estudiantil, para ser un presidente estructurado que seguía al pie de la letra sus deberes, no quitaba el hecho de que quería romperte la ropa en mil pedazos para hacerte suya.

— Abre más tus piernas.

Decretó, separándolas al instante para seguir su labor complaciéndote, se daba cuenta de cuánto disfrutabas su accionar, ya que, sostenías con fuerza su cabello acercándolo cada vez más para sentir mucho más contacto.

~Demonios
Muzan Kibutsuji.

Dinero, poder y belleza era lo que poseía aquel hombre tan serio de ojos rojos lujuriosos. Cada vez que te veía pasar dentro de su lujosa oficina solo sentía ganas de devorarte como un caramelo.

— Siéntate en las piernas de papá, bebé.

Entusiasmada fuiste casi corriendo en dirección de tu sugar daddy, haciéndole caso te sentaste descaradamente sobre el, frotándote "accidentalmente" sobre su miembro el cual se sentía erecto por el vestido tipo oriental corto que llevabas para el. Rompió tus medias sin cuidado alguno, para tocar tus piernas con descaro y subir tu vestido para apreciar la lencería rosa de encaje que traías.

¡Primer escenario concluido!
Feliz 14 de Febrero atrasado~
lamento la demora, e pasado una fecha horrible así que vengo con un escenario sin amor alguno.
Espero que les haya gustado, los pedidos aún siguen abiertos pero por mientras publicaré cosas de mi agrado.
Cuídense del mal de amores preciosos, no sean como yo que me arrastro por un tarado.

dishaeta ♡