Aventura 1: Bennett.
Las palomas del puente se elevaron en su vuelo cuando pasaste cerca. Pediste perdón a Timmie al ver que estaba con un rostro amurrado.
—¡Otra vez! —gritó cuando ya te alejabas del puente en un trote ligero.
Paimon suspiró.
—¿No es un poco exagerado?
—Él tendrá sus ideas, ¡pero no puedo no pasar por ahí!
Ambas siguieron su camino hacia la gran estatua en levantamiento, esperaban poder conseguir algunas margaritas voladoras para el pequeño puesto de Flora. Aunque podrías ocuparlas para tus necesidades, era mejor darle una ayuda a tu pequeña amiga, así después podría darte algún descuento.
—Buenos días, —dijiste al ver a la Dr. Edith parada inspeccionando el gran árbol detrás de la estatua—. ¿Cómo van sus investigaciones?
—¡Viajera! Van bien de momento, aunque aún debo revisar algunos informes. ¿Qué te trae por acá? ¿buscas un poco de paz como la Gran Maestra Intendente Jean?
Negaste con la cabeza mientras te acercabas a ella.
—Vengo por margaritas voladoras para Flora.
—Oh, linda. Me temo que alguien ya vino unos minutos antes y se las llevó todas.
Frunciste el ceño. Miraste en dirección donde crecían las flores, pero no había ni un rastro de ellas.
—Creo que esto es un pequeño problema.
Asentiste a lo dicho por Paimon, aún les quedaban algunos lugares más para visitar y encontrar lo que necesitaban, así partieron de inmediato, no sin antes despedirse de la Dra. Edith.
—En la guarida de Stormterror hay muchas margaritas voladoras esparcidas, tal vez podamos buscar ahí.
—Esperemos que sí.
Durante el camino no hubo mayores inconvenientes más que algunos slimes voladores, estaba muy calmado para ser las afueras de la guarida.
Caminaste hasta la gran entrada de la cueva, donde algunas ruinas estaban desparramadas por todo el lugar. Paimon miraba de un lado a otro, buscando algo.
—Paimon siente que algo no anda bien.
Ibas a hablar, pero sentiste como el suelo temblaba levemente, a lo que te pusiste atenta.
Ambas miraron en los escombros como un guardián de las ruinas prendía su fuente de poder y se levantaba lentamente. Sus movimientos causaban los pequeños temblores como el que habías sentido.
—¡Ah! ¡cuidado! —gritó Paimon cuando el guardián se posicionó para lanzar algunos cohetes.
Corriste lejos a esconderte detrás de un pedazo de pilar caido para evitarlos. Pudiste sentir como el pilar se iba desmoronando cada vez más a medida que el guardián seguía lanzando cohetes.
Debías actuar antes de que volviera a lanzarlos.
Dejaste tu zona segura y empezaste a correr en dirección al guardián. Estabas decidida a dar una pelea cuerpo a cuerpo. Diste un salto sobre el guardián, logrado atacarlo antes de que este volviera a lanzar su ataque golpeando su centro de poder. En el momento que se desequilibró creaste una ráfaga de viento para desestabilizarlo y que cayera al suelo.
—Salgamos de aquí —dijiste cuando Paimon volvió a tu lado.
Antes de que pudieras darte cuenta, el guardián te había dado un manotazo, haciéndote caer.
—¡Ahg! —gritaste de dolor al sentir el duro suelo. Paimon fue volando hacia ti, ayudándote a levantarte.
Veías como el guardián se aproximaba levantando los brazos para darte un golpe. Estabas lista para recibir el golpe, pero un grito hizo que levantaras la mirada.
—¡Equipo de aventuras de Benny, al ataque!
Desde lo más alto de la entrada de la guarida de Stormterror, apreciaste como una silueta saltaba empuñando encima una espada envuelta en fuego. El chico de cabellos rubios golpeó desde arriba al guardián, destruyéndolo por completo y haciendo que él saltara por los aires.
Te levantaste para ir a auxiliarlo, pero antes de que llegaras a su lado él ya estaba parado limpiándose.
Cuando te miró, dejó lo que estaba haciendo.
—¿Estás bien? —preguntó dándote una sonrisa amena.
No podías creer que aunque fue él el que saltó de un lugar tan alto, se estaba preocupando por ti.
—Ah, sí. Estoy bien. —Llevaste tu mano a una herida que tenía en su mejilla, lo que hizo que se sorprendiera y se sonrojara—. ¿Tú lo estás?
—¡Sí! Ese trozo de hojalata no era lucha contra mí —dijo en un tono gracioso, tratando de calmar el ambiente. Cuando terminó de reír, se presentó—. Soy Bennett, del gremio de aventureros de Mondstadt.
Sonreíste al escuchar su nombre, Katheryne ya te había hablado de él, pero aún no habías tenido el honor de conocerlo. Un chico de mala suerte pero de gran corazón, o es como te habían comentado algunos del gremio.
—Un gusto conocerte, soy...
—No es necesario que me digas, ¡todos en Mondstadt hablan de ti, viajera! —Rascó su mejilla en son de nerviosismo, estaba ante la heroína de la ciudad—. A todo esto, ¿qué te trae por acá?
Te acordaste que tu misión inicial era otra, la batalla con el guardián te había despistado.
—¡Venimos a buscar margaritas voladoras! —respondió Paimon en tu nombre y dándose a conocer, ya que Bennett solo se dirigía hacia ti.
Asentiste a lo que dijo tu comida de emergencia.
—Habíamos ido a Levantamiento, pero alguien ya había retirado todas las flores de allá.
Cuando terminaste de decir eso, Bennett se puso nervioso, tratando de ocultar su pequeña bolsa que tenía en sus caderas.
—¡Un momento! Estás actuando muy raro. —Paimon se acercó al rostro del chico acusatoriamente.
—Creo que te refieres a estas flores.
El rubio cenizo sacó de su bolsa algunas margaritas voladoras. Te sorprendiste al ver gran cantidad.
—¡Así que fuiste tú! —gritó Paimon. Bennett solo miraba hacia otro lado mientras se rascaba la cabeza.
—Estoy buscando para mi, pero si necesitas te daré algunas.
Bennett empezó a sacar algunas flores, hasta darte un puñado de ellas, suficientes para Flora.
—Pero...
—No te preocupes por mí, iré a buscar más en otro sitio. No sería un buen aventurero si no sigo explorando.
Sonreíste ante su comentario. Bennett parecía un chico lleno de energía, aunque su mala suerte le jugara en contra.
—Muchas gracias, déjame recompensarte las flores. Mmm... ¿qué tal huevo frito crujiente?
En cuanto dijiste eso, pudiste apreciar como los ojos del chico brillaban, al parecer habías acertado de platillo.
—¡Hora de comer! —gritó Paimon al escucharte.
—Paimon, nosotras comimos hace poco, solo será para Bennett.
Paimon hizo una cara de enfado, pero se veían tierna de todos modos. Bennett y tú rieron al verla así.
—Está bien, podemos comer todos, ¿no? —comentó Bennett mientras empezaba a caminar hacia la salida de la guarida.
Asentiste a lo que dijo.
—Qué bueno fue conocerte, Bennett.
El chico dirigió toda su atención en ti, ya habían emprendido su regreso a Mondstadt para ir a comer.
—Me habían hablado de ti, que eras muy energético y fuerte. —Giraste tu cabeza para verlo—. No me dijeron que también eras tierno.
Bennett se sorprendió ante tu comentario, para luego sentir como su rostro poco a poco se calentaba. Por fuera veías como se volvía rojo de la vergüenza.
—Eh, ah, yo... ¡lo mismo pienso! —Su gritó te asustó, pero sonreíste al verlo tan nervioso—. Cuando me hablaron de ti, lo primero que pensé fue que quería salir de aventuras contigo por todos lados, ¡explorar juntos!
Abriste la boca sorprendida ante sus dichos. Bennett volvió a sonrojarse cuando se dio cuenta de lo que dijo. Agachó la cabeza por la vergüenza.
—No es una mala idea.
El chico levantó su mirada al escucharte, y sus ojos volvieron a iluminarse.
—¡Viajera! —Te tomó de las manos, haciendo que pararan de caminar. Ahora eras tú la que estaba sonrojada—. ¡Exploremos el mundo juntos!
Te mordiste el labio entusiasmada. ¿Habías encontrado a tu compañero de aventuras perfecto?
—Por supuesto.
---
Hello, hice el primer OS, que igualmente puede que se entrenlacen con algún otro OS más adelante. ¿Quiero hacer un harem en este libro? Pero por su puesto, así que pueden pensar que todos los OS son como capítulos de un libro donde todos los de genshin son cercanos a la viajera... o pueden pensar que son separados, todo vale jajajs.
Hice a bennett my boy porque es mi bb precioso, lo quiero mucho y nunca lo cambiaría en mi equipo. Ahora veré los comentarios que dejaron y haré los OS de esos personajes. ¡Pueden pedir siempre que quieran!
Esop, nos vemos, besos en el Dvalin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro