Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo II

"Lo que pasa después de la partida de Jamie. Y una incomoda conversación que explica todo".

Notas: De nuevo, advertencia de culpar a la víctima, lenguaje ligeramente homofobico, insinuación de automutilación, ligera disociación, angustia por violación, secuelas por intento de violación, si es un disparador para ti, por favor no lo leas, mantente a salvo.

[...]

Jamie salió.

Su mente daba vueltas.

Oh por dios, oh por dios, oh por dios, oh por dios, ¿Qué había hecho?

Sabía que la maldición en él pediría sangre y suprimirlo no haría nada para impedir que tarde o temprano la buscara, para curar el hambre y la necesidad que crecía pero, pero...

No tenía idea que se iba a expresar de esa manera, menos aún con John Grey de todas las personas, que lo hacía peor, quizá porque era su amigo, o quizá porque este era un hombre.

El hecho de que intentara forzar a base de violencia y fuerza al Lord, al que aventajaba en ambas, le provocó náuseas, por las malas memorias de traumas pasados y lo simplemente incorrecto y vil del acto.

No era como Jack Randall, no podía, había estado fuera de sus cabales, confundido y poseído por fuerzas demoníacas (Fuerzas que pedían sangre, pensó amargamente, no lo que él había tratado de conseguir). O al menos eso se repitió a sí mismo como plegaria. Teniendo nauseas de solo pensar en una resolución diferente.

Oh pero a él le gustó, y no sabía si odiaba más el hecho de que le había gustado o el cómo lo había conseguido. Y algo muy profundo en él odiaba a John por hacerle sentir como lo hizo. Pero principalmente se despreciaba a sí mismo por todos los sentires injustificados e incorrectos que su mente traía y llevaba con un patetismo que no merecía. (No él, no era su lugar sentirse enfermo, no era su lugar recordar y temblar, no cuando fue el depredador y no la presa).

Salió, pero no pudo alejarse, quemaba en su pecho la necesidad de proteger al hombre que acababa de herir, por alguna extraña obligación que no entendía, y que se volvía más confusa porque antes era un deseo animal de lastimarlo, de castigarlo. Ahora estaba desesperado por explicarle todo, para volver a como era antes: Cuando cuando el amor de John hacia él era incómodo, no provocativo. Dejarlo como estaba se figuraba incorrecto y picaba debajo de su piel con energía ansiosa.

Así que vagó por el perímetro, cuidando como un perro guardián, o acechando como un montaraz lobo. Y dios, todavía podía saborear la sangre en su lengua.

Todavía tenía una erección bajo su ropa.

Se sentía enfermo.

Y en la oscuridad y el vacío, en la inmensidad de una noche horrida, pudo escuchar sollozos al otro lado de la pared.

Pasó cada hora hasta el alba arrullado por el sonido de un alma herida.

[...]

Pasó largos minutos postrado en el suelo, sintiendo nada.

¿Por qué no lloraba? ¿Por qué no estaba enojado?

Reunió la ropa hecha jirones a su alrededor con sus brazos temblorosos y su mente desenfocada, abrazando la tela contra su pecho en busca de algo cálido, doblándose en lo más parecido a un pequeño círculo que un hombre de su tamaño podía lograr.

¿Dónde estaba?

Estaba en el centro de su habitación, dilucidó, reconociendo vagamente la alfombra debajo de él y las níveas sábanas en la cama a unos metros.

Está bien, está bien, está bien, tenía que levantarse, levantarse y limpiar su herida. Sólo eran dos cosas, podía hacerlo.

Erguirse fue difícil con sus piernas débiles y sus extremidades temblorosas, pero a pasos lentos llegó a donde debía llegar, para realizar tardíamente que tendría que pedir por agua y aceites a un sirviente, cosa que definitivamente no iba a hacer.

Terminó tendido entre la inmensidad de sus sábanas blancas (Que tendría que quemar, pues ahora estaban manchadas con sangre y lo que le gustaría pensar era sudor). La calidez no era recondorfanter en lo absoluto, pero al menos estaba cubierto ahora, con el cuerpo escondido y la más pequeña sensación de control.

Solo podía sentir dolor, físico y sordo dolor, y había una adusta sensación de vacío sobre lo que quizá era enojo o tristeza, o ambas, pero el vacío era mejor, el vacío no le provocaba incomodidad engorrosa o le llenaba la mente con humo caliente y pesado, el vacío era una necesitada nada.

¿Por qué su estómago dolía? ¿Por qué su cabeza daba vueltas?

No podía cerrar los ojos, temía que él estuviese ahí de nuevo cuando los abriera, pero tampoco quería mirar a su alrededor y recordar más vívidamente lo que ya se repetía en su mente.

Necesitaba desaparecer, necesitaba dormir.

Pero no lo hizo ¿Cómo podría? Su mente masoquista revivía la escena una y otra vez, las imágenes, los toques, el sentimiento de impotencia y enojo que sólo había sentido una vez, pero que fueron en cantidad suficiente para toda una vida.

Era un mozo de 17 años de nuevo, pequeño e indefenso debajo de una bestia que buscaba una cosa que no quería dar, pero le iba a ser arrebatado de todos modos, porque él era demasiado débil para hacer algo, porque no era un hombre.

Así terminó con unas iniciales marcadas con metal filoso en su espalda baja, al menos había sido su lado derecho, lo que hizo más fácil para él tomar una espada y cortar el pedazo de piel contaminado con letras en carne roja que deletreaban... No quería recordar las iniciales, se sentía más real cuando lo hacía, no necesitaba más realidad en ese momento.

Y pensar que su mayor preocupación hace unos cuartos de hora era cómo debía comenzar su saludo formal en su próxima carta. Era bizarro de la peor manera, quería volver, o quería olvidar, quería desesperadamente poder dejar de pensar en eso.

Dios santo ¿Qué iba a hacer?

Ni siquiera pudo limpiarse, seguía contaminado con saliva y sudor ajenos (Pero ha estado contaminado desde hace mucho tiempo y con mucho peores líquidos ¿Por qué dolía de nuevo? ¿Por qué dolía peor?) No tenía idea de cómo podría levantarse en la mañana y ser.

Pero tenía que, el mundo no se detenía sólo porque él se detenía. ¿Qué más iba a hacer? ¿No? Cosas malas pasan a veces.

O...

O quizá era un castigo, pensó (O recordó), eso es lo que recibes si te gusta, incluso si se hace en una manera en la que no te gusta.

[...]

Claire Fraser toca en su puerta una noche, se encuentra sola, por lo que la deja pasar. La mira confundido, pero aún así le ofrece algo de beber y retira su capa, colgandola en algún rincón apartado, como lo haría con cualquier otro invitado. Ella está incómoda, lo puede leer en sus facciones tensas y postura rígida, pero es amable y sonríe cuando es apropiado hasta que ambos están sentados a una distancia respetuosa, sin más acciones corteses que retrasaran su conversación.

-Señora Fraser- Comienza, y no puede evitar saborear el disgusto en la última palabra. La expresión fría de su acompañante no revelaba si lo había escuchado también, así que prosigue, -¿A qué debo esta agradable visita?- Y ahora suena un poco más sincero, porque si bien la presencia de la mujer traía malos recuerdos, seguía siendo Claire, la misteriosa y fascinante Claire, que nunca lo trató de mala manera a pesar de saber todo lo que sabía.

-Vengo en nombre de mi marido- Respondió, un rictus marcado en su rostro que no dejaba ver más allá de incomodidad mal disfrazada. Era turno del Lord en tensarse, pero se obligó a relajarse lo más posible, no queriendo ceder más poder a dicha situación de lo que ya había hecho.

-Para hablar sobre lo que pasó esa noche- Sentenció, y si bien el Lord sabía que no podía ser algo aparte de eso, había esperado estar equivocado.

Pero lo pensó y tuvo sentido, porque por supuesto que había Jamie le había contado a Claire, Jamie le contaría todo a esa mujer, incluso sus actos más bajos y viles, incluso aquellos que quizá no eran suyos para contar. Se preguntó si hubiese guardado el secreto si lo hubiese pedido, pero después eliminó esa idea, debía ser él quien rogara para mantenerlo oculto, había sido él forzandose sobre el Lord, aún así, la vergüenza pesaba en sus hombros y se sentía un poco más traicionado, porque ahora probablemente Claire pensaba en él como el sodomita vicioso que sedujo a su esposo, pues jamás creería que Jamie hubiese sido el responsable, el Lord tampoco lo hubiese hecho unos días atrás, no había lógica en pensar que la mujer que quemaría la tierra y el cielo por Jamie creyera lo contrario.

Pero no fue su culpa, no lo había pedido o aceptado, se repitió, una y otra vez en su cabeza, aunque cada vez tenía menos sentido.

¿O quizá era culpable? De alguna manera que su mente privada de sueño veía sensata pero no clara.

No podía ser, cabiló, era su derecho estar enojado, asqueado, triste, no al revés, no tenía derecho, no era justo.

Oh, pero la vida no es justa, lo sabía, tenía un parche de piel burdamente cicatrizado para demostrarlo.

-...Sé que suena imposible o loco, pero es la verdad y tengo los medios para demostrarlo- Eso último lo trajo al mundo de nuevo, ahora consciente de que se había perdido casi todo lo que Claire había dicho, exceptuando esas últimas palabras, que no hacían nada para sesgar su incipiente curiosidad.

Antes de que pudiese replicar, Claire empuñó una navaja y la presionó contra la carne tierna de su palma, con visible fuerza y ahínco, si es que la tensión de sus músculos y tendones significaba algo. El Lord reaccionó por instinto, intentando detener a la mujer de hacerse algún daño, pero ella ya había abierto una herida donde la carne rozaba el filo.

Era pequeña de grosor y corta de largo, se dio cuenta, lo cual no podía ser, porque la navaja se veía aguda como el infierno y la mujer claramente había puesto gran empeño cuando la arrastró con funesta voluntad sobre su carne, tampoco manaba sangre como debería, apenas coloreando de rojo con algunas gotas la apertura blanca.

Aún así, Lord John sacó un pañuelo, y lo presionó rápidamente contra la herida, era uno nuevo, brillante y limpio, pues no deseaba que su amiga consiguiera una infección o algún mal de los que ella sabía era probable padecer al tener el interior expuesto. -Por el amor de Dios, Claire, ¿Qué estabas pensando?- Salió de su boca con tono preocupado antes de pensarlo, la falta de suavidad lo hizo sonrojar, esa no era manera de hablarle a una dama, incluso una fuerte y desinteresada como Claire.

-Estoy bien, John- Dijo, con una risita sincera que no había visto con mucha frecuencia, menos aún dirigida a él.

-Lo estarás, voy a traer alcohol y vendas para que...- Una mano había cubierto su boca antes de dejarlo terminar, y las imágenes de otra mano en otro momento golpearon su mente, acelerando su corazón y recrudeciendo algo agudo en su pecho, cerró sus ojos para calmarse, sintiendo sus piernas flaquear ante los recuerdos aún frescos que le robaban el control.

Entonces Jamie no le había contado los detalles, dilucidó, porque Claire nunca hubiese hecho tal cosa si lo hubiese sabido, se forzó a calmarse y alejar las lágrimas que picaban en sus párpados, no queriendo que su amiga lo viera de esa manera.

La mano herida de Claire se alejó de sus labios (Y casi suspiró de alivio, anhelando fieramente no volver a ser tocado), pero, si sus ojos no lo engañaban, la herida que debía estar ahí ahora estaba completamente curada, sin rastro alguno más que una suave y a penas sonrosada línea.

-¿Qué...?- Preguntó, sus labios separados en una mueca incrédula, mirando a ambas manos para comprobar que no estaba confundiendo nada, pero entrambas eran iguales, ensortijando entre sus dedos la tela del pañuelo, cuya blancura resaltaba las escasa gotas de rojo que comprobaban la anterior existencia de sangre.

Claire lo miró con simpatía y los condujo de nuevo a sus asientos (Sin tocarlo está vez, y se preguntó si ella lo había notado, o si simplemente no quería tocarlo por otras razones), después, le contó todo, y esta vez Lord John no perdió una palabra de ello.

[...]

La próxima parte será básicamente la confesión de John sobre *spoiler* a *spoiler*.
¡Espero que les haya gustado!
AMO los comentarios de todo tipo, estoy abierta a ideas o sugerencias.
(La escena con Claire es más larga de lo que quería, pero bueno, ya la escribí, John es 100% mi personaje favorito, así que obviamente voy a escribir cosas jodidas sobre él, lo siento).

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro