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Capítulo 7.-Lluvia, Jazz y tú.

Comenzaba a llover en su camino para la salida trasera de CU, pasando por la Facultad de Historia. Los autos conducían por la avenida, no dándoles paso a ambos jóvenes que se encontraban uno al lado del otro.

El primer acercamiento de Sinon para resolver la problemática entre ella y Kirito...iba mal. Era de esperarse que no fuera a peor. Finalmente, los dos pasaron...a una división de carril, por lo que les faltaba pasar al otro lado de la calle.

Veinticinco metros era el recorrido que tenían que hacer desde la salida de CU hasta el local. No parecía en lo absoluto difícil, pero los autos y la lluvia tornaban eso una odisea.

Cabe recalcar que ninguno de los dos tenía chamarra o sudadera, lo que causaba más problemas todavía.

Finalmente pasando al otro lado de la avenida, ambos chicos corrieron para llegar al local. Una vez ahí, se sonrieron y soltaron una pequeña risita.

-Al menos nos podremos reír de esto para mañana, si es que no nos enfermamos. –Mencionó Kirito.

-¿En verdad se te hace divertido? Pensé que estarías molesto ya que te mojaste por mi culpa. –Explicó Sinon a la vez que limpiaba sus lentes de las gotas de agua.

-Algo malo debí haber hecho para que Nuestro Padre Zeus que está en los Cielos me castigue de esta manera, así que la culpa es mía.

Los dos se sentaron, Kirito, modesto proletario por culpa de Eugeo, puesto que le había prestado un dinero, se conformó con una ligera ensalada de espinacas, tomate y aceite de oliva.

En cuanto a Sinon, ella no era vegana, pero conocía que el muchacho sí, estando prevenida. Al menos ella se pidió lo que más se le antojo, que fue arroz con ñames.

Hacía un frio considerable además de seguir lloviendo. Sinon se las vería negras para regresar a su casa, estando más lejos que la de Kirito.

-Y bien, señor Lógos, ¿Por qué te consideras la encarnación de la razón? –Preguntó ella en un tono burlón, tratando de molestar a Kirito para que la conversación no fuera tan cuadrada.

-Por qué tomo decisiones desde un punto de vista racional. Dejé de fumar, no bebo, estudio siempre que puedo, hago mis tareas y cumplo con mis responsabilidades en la casa; ¿necesitas más explicaciones?

-El que no bebas, no fumes y no salgas a fiestas no te hace mejor persona. Yo también hago lo que tú, pero me gusta fumar, ¿eso me hace menos racional?

-Pienso que sí. Eso te afecta los pulmones, te estás matando poco a poco y parece que no le tomas importancia, ¿eso es racional?

-De algo me tendré que morir. ¿Qué tal si me atraganto con el arroz y ya no me morí por insuficiencia pulmonar como tú dices?

-Ese es el típico pretexto de un fumador o un alcohólico.

-Oye, sí muero por cualquier cosa que no sea insuficiencia pulmonar mi fantasma te perseguirá de por vida para echarte en cara que tenía razón.

Kirito frunció el ceño, poniendo sus ojos pensativos. Sinon se soltó a reír por el gesto que hizo el muchacho.

Trataron de no hablar temas que tuvieran que ver con la Facultad o con la filosofía. No hay nada más molesto que un filósofo en las fiestas o para despejarse después de la escuela.

Los muchachos platicaron durante media hora más. Ya habían terminado de comer, pero su plática era muy interesante como para querer marcharse. Platicaban de cine.

-Se ve perfectamente que el sujeto está bastante traumado, pero no recuerda eso que le pasó en la niñez, nada más sabe que está mal, pero no el por qué. –Comentó Sinon, quien se ahogaba en el mar del interés.

-Recuerdo que cuando fui a verla y pasó la escena de cuando Arthur asesinó a su madre varios se salieron de la sala. Tch, he visto escenas más fuertes. –Agregó Kirito, pasando su dedo varias veces por la boca del vaso de agua que tenía frente a sí.

-In situ (en el momento), pudo ser algo fuerte para la audiencia, ¿Cuándo la fuiste a ver?

-Fue el segundo día que la película estuvo en cartelera, si la memoria no me falla.

Kirito se mostró pensativo, miraba hacía la entrada del lugar, recordado un pequeño dialogo que tuvo con Yuuki unos momentos atrás antes de emprender marcha con Sinon.

-No deberías quedarte con sólo ir a comer, invítala tú también a algún otro lugar. –Rogó Yuuki, quien quería jugar el rol del δαίμων, (Daímon, demonio. En un contexto no cristiano, los Daímon eran los hijos de los dioses, ayudando a los humanos. En un contexto más actual, sería un Ángel de la guarda o la conciencia).

-Sabes que no me gusta mucho relacionarme con las demás personas. Además no sé por qué me invitó, no hemos hablado desde la dionisiaca.

-Si lo hizo es porque quiere conocerte, platicar contigo. Hum, dices ser la viva imagen del Lógos pero eres muy torpe. –Yuuki soltó una risita.

-Tch. Bueno, me quiere conocer, está bien, ¿Para qué? no soy el mejor conversando, la he sacado de quicio varias veces...sí ella no me lo hubiera dicho el lunes tras la dionisiaca pensaría que le gusto.

-Ah, al final sí que lo hizo sola. El punto es, ¡tienes que ir, debes socializar más, no te puedes quedar de ermitaño todo el día encerrado en tu maldita casa! Eugeo sale los fines de semana o cuando salimos temprano de clases, ¿y tú?

-Ya te dije que no me gusta relacionarme con los demás. Siempre será sinónimo de traición, enojo o desencanto.

-Eres virgen, ¿verdad?

-¿Qué tiene eso que ver? –Cuestionó Kirito, alzando una ceja y los antebrazos.

-Nada, pero igual quería preguntar. Ya sabes que soy muy curiosa. –Sonrió Yuuki, dando unos saltitos como si fuera un gato emocionado.

Siguió recordando el resto del dialogo. Esa era una de las pocas razones por las cuales Kirito no se retractó al final de todo.

Ahora tenía que poner un poco en práctica lo dicho por Yuuki. Si es que quería averiguar la razón por la cual Sinon quería platicar con él, insistir en la convivencia era lo más adecuado.

Irónicamente, quitando el hecho de resolver la problemática existente entre esos dos, la propia Sinon no tenía idea de por qué quería conversar con el muchacho, conocerlo más a fondo.

Viendo que los segundos pasaban y su contrario no decía nada, Sinon tuvo que reaccionar para despertarlo.

-Oye, ¿sigues despierto o tu Psyché ya escapó de tu cuerpo?

Kirito soltó una risa nasal. La pregunta le había dado mucha gracia por lo que representaba.

-Cálmate, Platón. Me perdí en mis pensamientos, no te preocupes. De igual forma tengo que morir para que mi alma sea liberada. ¿De qué carajos nos sirve vivir si nunca podremos tener verdadera calma? Eso sólo se logra cuando el Psyché escapa del cuerpo.

-No indagues en esas cosas tan peligrosas. Yo me hacía esas las mismas preguntas todo el día, todos los días durante las primeras semanas de clase. Luego llegó un punto en donde dejé de complicarme la vida; pensé, "mejor me como un helado, eso jamás lo podré responder".

-Ahora mismo no se me antoja un helado con el frio que hace.

-Cuando lo pensé hacía bastante calor. –Sonrió Sinon, recargando la mandíbula en la palma de su mano, que a su vez, se recargaba en la mesa.

-Aún tengo algunas monedas en mi capital, diría Eugeo. ¿Qué tal si nos tomamos un café para continuar la plática?

-Me parece una idea perfecta.

Ordenando los dos cafés, éstos llegaron en cosa de tres minutos ya que no había mucha gente en el restaurante y era cuestión de servirlos. Era café de olla endulzado con canela y piloncillo.

Ambos muchachos primero vieron su taza, luego se vieron a los ojos, y al final...se sonrieron.

La chica se sentía levemente molesta al no poder fumar en ese instante. Café y tabaco eran una excelente combinación para ella.

Para el muchacho, no era bueno beber mucho café ya que eso alteraba la Psyché durante la madrugada, por lo que tampoco era mucho de beber café. Mas ese día prefería hacer una pequeña excepción ya que resultaba algo muy atractivo por el frío que hacía.

-¿No te fastidia tener que vivir con tu familia? Para mí sería algo imposible. –Expresó Kirito, quien tenía una charla así con Sinon.

-Para nada. No tengo que preocuparme mucho. Y a ti, ¿cómo te va con Eugeo? Tengo entendido que rentaban aparte durante el primer mes de clase.

-Nos conocimos, nos llevamos bien, y por eso decidimos vivir juntos. Lo único malo es que es un pésimo roomie, su alarma es una canción comunista, a veces falla poniendo su parte de la renta y tengo que corregirle sus ensayos de gratis.

-No seas tan duro con el pobre españolito. Corregir ensayos no debería ser algo muy pesado.

-Cuando son ensayos sobre marxismo, sí que es pesado. –Suspiró Kirito, dándole un sorbo a su café. –Ya son las cuatro y no ha dejado de llover...

El ambiente era muy relajante con una música de jazz que sonaba de fondo, lo que relajaba a ambos jóvenes. Eran apasionados del jazz.

Sonaba "I fall in love too easily" de Chet Baker, lo que no contrastaba para nada con la personalidad de ambos jóvenes. Eran de enamoramiento difícil.

Al notar que Kirito movía la cabeza y golpeaba el suelo con el pie, Sinon hizo una pequeña sonrisa tímida.

-¿Te gusta el jazz? –Preguntó ella.

-Es algo que escucho con bastante frecuencia. Esa canción es de mis favoritas, "I fall in love too easily". Es de Chet Baker.

-Claro que es de él, yo también lo escucho. Me gusta mucho el jazz.

Kirito abrió los ojos de sobre manera, acomodándose mejor en la silla y en la mesa. –Algo me dice que podemos seguir platicando un largo rato acerca de esto...

No es necesario decir que una taza más de café terminó en la mesa de los dos jóvenes, quienes platicaban y platicaban acerca del jazz, los estilos que le gustaban a cada uno, sus jazzistas favoritos, la época, el contexto social.

En fin, tuvieron un largo tema de conversación. Primero hablaron de Chet Baker en cuanto a los jazzistas, terminando con Ella Fitzgerald.

El "jazz de negros" era el favorito de Kirito, ya que tenía una diferencia marcada con el "jazz blanco". Lo que era Sinon, prefería el jazz europeo, no estando tan preocupada por el color del mismo.

La plática fue amena, muy amena y encantandora para los dos jóvenes. Eran las cinco cuando una tercera taza de café fue vaciada por ambos.

-Creo que mi capital se acabó. –Reconoció Kirito, quien revisaba su cartera.

-Y ya pasan de las cinco. Mi madre me va a preguntar en donde estuve todo el rato. Mi casa queda a media hora de aquí.

-Sinon, no me molestaría ir al cine contigo un día de estos. Estoy seguro que eres buena analizando películas. –Kirito sonrió sin abrir la boca.

-Yo no estaría tan segura de eso, pero claro que quiero ir al cine. Me gustaría ver Doctor Sueño. Me gustaría que esté a la altura de El resplandor.

-Sería bueno ir el viernes...

Los ya no tan contrarios se levantaron de sus respectivos asientos, tomando sus cosas y dejando el dinero de la cuenta junto con la propina. Kirito abrió su mochila, Sinon veía afuera para ver qué tan fuerte llovía.

Regresando los ojos a su contrario, ella se llevó una sorpresa: Kirito le extendía una sudadera.

-Quizá la necesites. –Mencionó él.

-¿Pero?...¿Por qué no te la pusiste antes?

-Mi Daímon me dijo que la guardara por si la lluvia empeoraba. Y sí, empeoro. –Una imagen de Yuuki sonriendo se cuadró en la mente de Kirito. Ella era su δαίμων.

-Está bien, la acepto. No niego que la necesito, pero me preocupa que te mojes mucho.

-Mi casa queda cruzando CU, puedo ir como si fuera al Gastro y así ya no me mojaría tanto. –El camino que iba al Centro Gastronómico quedaba, en su mayoría, techado.

-Está bien, ¡pero no me vayas a culpar si es que se te ocurre enfermarte! –Exclamó ella, poniéndose la sudadera.

-Claro que no se me va a ocurrir. Despreocúpate.

Estando ya en la entrada del restaurante, ambos se sonrieron de forma babosa y tímida. Kirito extendió la mano, como si se despidiera de alguien formal.

No obstante, Sinon le jaló la mano, dándole un beso en la mejilla. Al muchacho se le apareció un pequeño sonrojo al no esperar eso en lo más mínimo.

-Nos vemos después, Kirito. –Sonrió ella, poniéndose la capucha de la sudadera para caminar por la avenida.

-Eso no me lo esperaba. –Dijo él, en voz baja. Ahora le tocaba tener que regresar a la Facultad de Historia, pasar por la de Filosofía e ir a la entrada principal por el lugar donde se mojara menos.

La chica iba en el transporte público mirando por la ventana, pensativa. Se daba cuenta que nunca antes había escuchado a Kirito hablar tanto, siendo una conversación que quería repetir, y lo hacía en su mente, sonriendo inconscientemente al hacerlo.

El muchacho llegó a su casa bastante mojado, Eugeo se asomó por el umbral de la puerta de su cuarto para ver qué tan mojado llegaba su roomie.

-¿No te habías llevado una chamarra, camarada? –Cuestionó Eugeo.

-No. No lo hice, al final olvidé echarla. –Mientras conversaba con Eugeo, Kirito se iba quitando la ropa. –Iré a ducharme.

-¿Por qué tardaste tanto en llegar? ¿Te estás quedando de oyente en alguna materia de la tarde?

-Fui a comer con Sinon, pero me quedé con hambre ya que le tuve que prestar dinero a cierto Einai.

-Te preparé la comida a pesar de que hoy no me tocaba, así que ese es mi pago por que te hayas quedado con hambre.

-Hum. Vaya pago, camarada. –Sin esperar más, Kirito entró al baño, abriendo la llave del agua caliente, esperando a que la misma tomara temperatura.

Cuando fue suficiente, el muchacho se metió bajo el chorro de agua, sintiendo la calidez recorrer el cuerpo. (Las mujeres: oie zi ( ͡° ͜ʖ ͡°) )

Pensaba en algo, pensaba en Sinon. No en su plática, en ella pensaba, únicamente. De la nada, una buena sonrisa se esbozó en su rostro, siendo una de las pocas veces que sonreía de esa manera.

Ella llegaba a su casa quitándose la mochila y la sudadera que le prestó su contrario. Hizo la tarea, leyó algunas cosas que tenía que hacer y, finalmente, se acostó en su cama, hundiéndose en la misma.

La sudadera quedaba a un lado suyo, prácticamente. En un impulso dionisiaco, Sinon abrazó la sudadera, oliéndola ligeramente.

-Es calientita...y tiene su olor. –Pensó ella, gimiendo para recostarse mejor en la cama. El gemido no se debió a alguna estimulación sexual, se debía a lo cómoda que estaba entre la suavidad de su cama, la calidez de la sudadera y los recuerdos de la conversación.

Pensar que el viernes iría al cine con Kirito la emocionaba de forma ligera. La experiencia de esa comida le pareció algo...digno de repetirse.

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Feliz  nαbidah, les dejo esta padoru Sinon :3

Pues, como ya dije, ahora di subió el kinon bastante, jeje algo que les encanta a ustedes (a mi no por que yo quiero a Sinon pa' mi, no para el tomate :'v), y se empezará a poner bonito por estos rumbos...
No obstante, en el siguiente capítulo estos dos tortolos tendrán otra discusión, (del odio al amor solo hay un paso :V) nos vemos para año y feliz navidad :D

Weyyyy eso me rompe el corazón :'c

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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