Capítulo 5.- ἡδονή.
(ἡδονή hēdonḗ, placer)
Eran las cuatro de la tarde, Eugeo y Yuuki se despedían con un beso. El primero la abrazó durante varios segundos. Ella se rió.
-Oye, me asfixias. –Anunció Yuuki. Tenía la cabeza hundida en el pecho de su contrario.
-Perdón...¿no puedo abrazarte? –Cuestionó el muchacho, melancólico.
-Claro que puedes. Me gustan los abrazos. –Ella sonrió, cerrando los ojos. Eugeo veía al horizonte con una mirada perdida, observando que Alice lo esperaba mientras fumaba un cigarro.
-Bueno, me tengo que ir. Me toca hacer la comida de hoy y Kirito se pondrá de malas si es que no lo hago. –Un último beso terminó en la cabeza de Yuuki.
Inmediatamente, Alice emprendió la retirada hacía la entrada principal de CU. Yuuki tomaba la salida que quedaba a un lado de la Facultad de Historia, por lo que no los vería salir juntos.
Despidiéndose, cada quien tomó su rumbo en lo que era el principio del camino que llevaba hacía la Facultad de Filosofía. Recorriendo el estacionamiento, Eugeo miró atrás, observando a Yuuki caminar y el enorme mural que se encontraba en los salones del Instituto de Investigaciones.
Alice lo esperaba en la Facultad de Ingeniería Mecánica, sonriéndole. Ambos saldrían por el estacionamiento que tenían frente a sí.
-Hola, cariño. –Saludó ella, tratando de saludar de beso al muchacho. Él lo impidió.
-No me llames así. Teníamos un trato, nada de besos...sólo la carne y ya.
-Eres tan cuadrado, Eugeo. Deberías aprender a disfrutar a una chica como yo. Soy inteligente, linda, aplicada en las materias, ¿Qué más quisieras de una chica?
-Que no sea una manipuladora. Reconozco que eres todo lo que dices...pero no tienes corazón.
-Ah, vaya que sí lo tengo. –La chica tomó la mano de Eugeo, llevándola a su pecho. -¿Puedes sentir como late?
Efectivamente, el corazón de Alice latía fuerte. El muchacho se sorprendió, quitando de inmediato la mano del pecho de su contraria.
-Si quieres que nos descubran, lo estás logrando. –Se quejó él.
-¿Sabes por qué late tan fuerte?...Porque tú lo provocas. No soy lo que crees, me siento nerviosa, con miedo...
-Al menos eso me indica que eres humana y no un robot que tiene como única función buscar placer.
-Captaste lo que te dije entre líneas.
La casa de Alice quedaba relativamente cerca, no siendo por el mismo rumbo que la de Eugeo y Kirito, no. La suya quedaba más o menos por rumbo al Panteón de la ciudad.
Llegaron con una calma que no era igual que la de sus corazones. Ambos querían estallar por los nervios, ella porque sentía una leve inseguridad de cómo podría suceder al ya no ser lo ocurrido la primera vez, y él porque le estaba siendo infiel a su novia.
Lo apolíneo era lo predominante, ya no lo dionisiaco, ¿eso influiría? Tal vez sí.
En cuanto fue cerrada la puerta de la casa, Alice se abalanzó sobre el muchacho, comiéndoselo a besos a la vez que cerraba los ojos.
Eugeo se encontraba "flojito y cooperando", teniendo los ojos bien abiertos al no esperarse ese ataque de pasión carnal.
Ambos terminaron en el sofá de la sala, que era bastante espacioso, quizá lo suficiente para ellos dos. Por suerte, la roomie de Alice, que iba en Facultad de Arquitectura estudiaba en la tarde no se encontraba.
Ella mordía, de vez en cuando y con cierto cuidado, los labios de Eugeo, quien se la quitó de encima.
-Oye esto no era parte del... -El muchacho fue acallado ya que Alice atacó de nuevo sus labios.
-Shh. Déjate llevar. -Ella le retiró los lentes del rostro.
Los jóvenes se besaron una vez más, Alice le empezaba a quitar la camisa a Eugeo, quien prácticamente se quedaba como un juguete, sin más. Ella le besaba el torso del cuerpo, algo que provocaba un pequeño escalofrió en su espina dorsal.
La chica se acaballo sobre la entrepierna del muchacho, sonriendo, alzándose la playera que tenía para luego quitarse el sujetador. No quería que sucediera, pero Eugeo comenzaba a tener una erección, tratando de pensar en Yuuki para que la misma bajara y así tener un pretexto para escapar.
No obstante, no ocurrió, Alice le bajó los pantalones, arañándole la pelvis en el proceso. Estando ya los dos completamente desnudos, comenzaron a hacer un amor sin tregua, siendo las defensas de Eugeo destruidas por el imperante ataque de Alice, quien besaba a su contrario con ferviente pasión no romántica, sí carnal.
Los muslos de ambos muchachos se frotaban por el movimiento de arriba hacia abajo ejercido por Alice, quien era rápida, cayendo rendida en el pecho del chico.
-¿Ya terminaste? –Alice rió ante la pregunta de Eugeo.
-Aun no anochece...tendrás que esperar un poco más. –Jalando aire, Alice comenzó a moverse una vez más, gimiendo con cada acaballada que daba.
Eugeo cerraba los ojos, no sintiendo nada. Para Alice, era el cielo. Para el chico, era el vacío absoluto.
Kirito comía en la mesa con el plato de Eugeo frente a él. Le parecía extraño no verlo, al no saberse por enterado que se iría a otro lugar.
No tenía para nada en la mente la idea de que él estaba siendo cogido por Alice. Ya que sí, ella llevaba el control de la situación muy por encima de Eugeo.
-También pon de tu parte. -Pidió ella. –Estoy cansándome.
-Pero no quiero...
-Hazlo, o ella se va a enterar. Sinon sabe que estamos haciendo esto. –Gimió Alice, como si no estuviera diciendo nada importante.
-Σκατά (Skata, mierda). –Susurró el muchacho, tomando a Alice de la cintura para voltearla, quedando sobre ella.
Ambos se veían a los ojos, Alice sonreía de forma inocente. Eugeo se encontraba sonrojado al sentir vergüenza de sus acciones. Se odiaba a sí mismo y a su suerte.
Recargándose en el apoya brazos del sofá era como Eugeo ponía fuerza, arrodillándose en los cojines del mismo. Alice cerraba los ojos, tomando con fuerza la espalda del muchacho.
Por mera suerte y con una leve conciencia del placer, prefería no arañársela, ya era suficiente con lo que le hizo en la pelvis.
-Métemelo rico.
Él no respondió nada, haciéndose de los oídos sordos para no ser parte de aquel juego que prefería no jugar. Aunque las palabras eróticas que salían de los labios de Alice lo excitaban, aunque no quisiera aceptarlo.
Ella acababa una vez más. Por lo que sujeto del pecho al muchacho, apartándolo.
-Suficiente placer por hoy. –Gimió ella, tomando de las mejillas al muchacho para, no besarlo, comérselo. -¿Por qué no lo disfrutas tu también? No hay nada mejor que el placer.
Eugeo se levantó del sofá, poniéndose la ropa que se hallaba tirada en el suelo.
-Para ti. Para mí sí que existen otras cosas que son mucho más importantes. Suerte que no eres del todo hedonista.
-Soy epicúrea. No te vayas todavía, quédate a comer. –Alice se puso la playera, la cual le llegaba a los muslos. Tomó de la mano a Eugeo. –Por favor...
-¿Comer? Mientras yo no sea parte del Banquete todo estará bien.
-Tú confía, el banquete será espectacular.
La comida constó de solomillo jugoso al horno, un buen puré de patatas, vino y un pastel de vainilla en su punto. Así como el sexo, Alice era muy consiente que un buen banquete puede ser algo mucho más que...placentero.
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Yuyio sigue vivo, y no sólo en nuestros corazones :'v
A medias...Pero sigue vivo.
Ay...vaya que el capítulo fue bastante erótico :v
Estuvo cortito, pero vaya que es circunstancial xdxd
Nos vemos el miércoles.
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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