Capítulo 14.-El querer.
Con Sinon mensajeando con Kirito, la chica se sentía bastante relajada, además de pensativa. No eran intercambios de mensajes muy seguidos, era cada tres o cuatro minutos, por lo que el tiempo para pensar existía.
Su relación con el muchacho iba bastante bien. A pesar de no ser novios, la relación entre ambos le era muy de su agrado. Estaba cómoda, eso era claro.
Lo único que la tenía con pendiente era pensar en si quería o amaba a Kirito, siempre siendo martirizada por aquella tan lunática idea. No le agradaba mucho pensar en ello.
Pensaba en Kirito...y sonreía, de forma inconsciente, ¿Por qué dudaba de lo que en verdad sentía si es que ella juraba que no amaba al muchacho? O bueno, juraba no aceptarlo.
No hay peor remedio que aceptar que amas a esa persona. Cuando aceptas que amas, ya no hay solución, eso se te queda clavado en el pensamiento y en el corazón. No puedes pensar en otra cosa, sólo en esa personita que te alborota el corazón.
Al idiota al que se le ocurrió decir "acepta que amas, no tiene nada de malo" deberían mandarlo a fusilar. Ése es el peor remedio posible.
Mientras Sinon no aceptara que amaba a Kirito podría estar tranquila. Siempre tendría esa maldita pregunta, pero es mejor seguir preguntándose a saber una respuesta que causa disgusto.
Lo mismo era con Alice, pero al revés. Sinon juraba que no amaba a Kirito, Alice juraba que sí amaba a Eugeo.
No obstante, siempre ha sido muy común confundir una cosa con la otra. La carne de Eugeo era muy deliciosa para ella, ¿su corazón? Aquello ya era algo muy diferente.
El jaleo en su corazón al ver al muchacho era equiparable al que Yuuki sentía en la misma situación. No obstante, una sentía una felicidad indescriptible. En la otra, bastante deseo.
Llegaba la hora de dormir, Sinon se despedía de Kirito por aquel mensaje.
Kirito dejaba su celular al lado de su cama, llevándose las manos a la parte trasera de su cabeza, mirando el techo.
Pensaba lo mismo que Sinon, pero ella lo hacía acostada de lado, cubierta con la sábana de su cama.
-¿Qué es lo que quiero con ella? Las cosas van bien pero, ¿podrían ir mejor?
Por la parte de Alice, Eugeo ya no respondía a ninguno de los mensajes que le enviaba. El sonido de la notificación se escuchaba ligeramente hasta el cuarto de Kirito, quien se preguntaba con quién rayos hablaba su estimado roomie.
Fue cuando las notificaciones se detuvieron que escuchó que Eugeo suspiró pesadamente, notando que sentía mucho alivio.
La chica se recostaba en su cama, pensativa. El muchacho seguía en línea, hablando con Yuuki, quien tenía casi la seguridad de que él le era infiel.
Alice decidió dejar de mandar mensajes ya que se resignó a ser contestada. Todo lo que mandara terminaba con las dos palomitas azules.
-Espero que mañana quiera hablar conmigo... -Pensó ella, durmiéndose.
Para la mañana siguiente, Eugeo esperaba a Yuuki en la entrada de Historia, abrazándose a sí mismo por el leve frescor matinal que hacía ese día.
Con lo demás, y siendo algo sorpresivo para ella, Sinon lo vio, saludándolo.
Era obvio que esperaba a Yuuki, por lo que la chica se adelantó, no sin antes saludar a su amigo. Lo más seguro es que Kirito ya estuviera en la Facultad, cuando no era así. Eugeo se había ido antes.
Lo que era Alice, ella entraría por uno de los estacionamientos, en donde justamente había una entrada. Ella sacaba su credencial para que la puertilla automática se abriera.
Seguía faltando Yuuki, pero Eugeo la esperaría ahí sin apelación alguna, así llegara tarde a la Facultad.
Suerte suya fue que Yuuki ya cruzaba la calle. Viendo al muchacho, un rostro melancólico apareció. Aun así, ella trató de sonreír.
-Te esperaba. -Dijo Eugeo. Él trató de darle un beso en los labios a Yuuki, siendo evadido por la misma. A la chica le daba muchísimo coraje tener que besar los mismos labios que Alice.
-Gracias por eso. A veces extraño que huelas a cigarro, hay días en los que hueles un poco, pero según ya no fumas.
-Es cuando platico de algo con Sinon y ella está fumando.
-¿Seguro?
-Completamente. -Eugeo no mentía. Eso era verdad.
Mientras avanzaban por el Instituto de Investigaciones Históricas, los dos novios divisaron a Alice, quien no los saludó, pero sí los vio. Ambos se hicieron de la vista gorda, sintiendo mucha incomodidad en ese momento.
Yuuki sintió, además, mucha cólera de verla.
Sinon platicaba con el antiguo director de la Facultad, quien usaba guantes sin dedos para fumar tranquilamente en la entrada al edificio universitario.
Ella esperaba a Kirito, siendo un poco raro no verlo en la Facultad tan temprano, como solía hacerlo.
-Profesor. -Saludó Alice, mientras pasaba.
-Señorita. -Regresó el antiguo director, a la vez que seguía charlando con Sinon. -¿Alguna duda más que tenga sobre Hume, señorita?
-No, creo que eso es todo.
-Yo le diría que no se meta en esas cosas tan peligrosas. -El profesor soltó una risa nerviosa. -Pero cada quien sabe cómo se amarga la vida.
-¿Amargarse la vida?
-¿Ha leído la obra completa de Platón? Si pensamos mucho en el Ser y en el Mundo de las Ideas lo más seguro es que terminemos igual de amargados que él cuando terminó su vida.
-Yo iba en el seminario de Aristóteles, así que quizá por eso no lo ubico.
-Lea el sofista y sabrá lo que es estar frustrado en la vejez.
-¿Al igual que usted? -Se burló Sinon, dando una risita.
-¡Señorita! ¿Cómo cree? Sé que aparento que ya estoy para jubilarme, pero no tanto.
Notando que Kirito caminaba bastante lento hacía la Facultad, Sinon cortó el dialogo con el profesor, despidiéndose y soltando una última risa.
El muchacho se veía un poco cansado, y sí. Se había desvelado hasta tarde en leer algunas cosas, por lo que así fue que escuchó todos los mensajes que le llegaron a Eugeo, pensando que su compañero los contestaba.
En cuanto a Eugeo y Yuuki, ellos fueron directamente a "El fumadero", pasando de la conversación de Sinon.
Ambos tratantes se saludaron con un beso rápido en los labios, algo que sólo hacían los novios. Eso daba a pensar que, en efecto, eran pareja sentimental, así siempre ellos dos lo negaran.
-¿Estás cansado? ¿A qué hora dormiste ayer? -Preguntó Sinon, viendo el semblante cansado de Kirito.
-No lo sé. Pero me desvelé leyendo lo de Ockham, tengo que entregar algo para el lunes.
-Debiste descansar, tienes más días para hacerlo.
-Lo que pasa es que es un poco extenso, por eso le adelanté.
-Vamos al salón a que duermas un poco mientras llega el profesor.
Faltarían unos veinte minutos para que diera la hora de clase, más lo que se tardaba el profesor, era obvio que Kirito dormiría, si le iba muy bien, unos veinte minutos, siendo lo justo y necesario.
Ambos se sentaron uno al lado del otro, pegados a la ventana en espera del sol que nunca llegaba, debido a que en las mañanas no pegaba en esa ventana. El lacónico muchacho recargó su cabeza en el hombro de Sinon, a la vez que ella le acariciaba los cabellos.
Teniendo los ojos medianamente cerrados, Kirito veía la comisura de los pechos de Sinon. No lo hacía por algún sentimiento de sexualidad, ni siquiera sabía por qué lo hacía, pero lo hacía.
La respiración del lacónico muchacho era delicada, apenas escuchándose por esa misma razón. Se podía decir que apenas era escuchada por Sinon. Ella tarareó Woman, de John Lennon, para así tratar de que su contrario se relajara más.
Y lo hizo. A los cinco minutos Kirito se durmió en el hombro de Sinon. Ella no quería leer ni ver su celular. Lo único que su corazón deseaba era disfrutar del momento.
Su corazón le dijo: "Hazlo". Ella cedió.
Acercó sus labios hasta la cabeza de Kirito, dándole un beso en la misma para luego darle otro en la mejilla. Él sonrió, levemente.
La melodía siguió por parte de Sinon, quien recargó su cabeza en la de Kirito, tomándolo de la mano a la vez que cerraba sus ojos. No tenía sueño o quería dormir, quería estar así.
En la parte de afuera, quienes también pasaban el rato juntitos eran Eugeo y Yuuki, quienes se abrazaban para aplacar el frío que sentían. El mismo era considerable, ya que no faltaba mucho para que acabara octubre. Los frentes fríos ya se alistaban para asaltar el clima.
Otra de las razones de Yuuki para mantener el abrazo era para verificar si es que, de casualidad, más arañadas o marcas habían aparecido en el cuerpo de Eugeo en aquel poco tiempo que llevaban de no verse.
Fue complicado por la tarde de ayer. Aun así, el joven marxista sí que tenía unas marcas nuevas en su piel, siendo en la zona del pecho. Lo único que le preocupaba era una ligera arañada dejada en la parte media de su cuello. Su chamarra impedía que la misma se viera, siendo posible en algún descuido que tuviera.
Por ello mismo, Eugeo se mantuvo con la guardia en alto, evitando ser descubierto por Yuuki.
-¿Me amarías en cualquier situación? -Cuestionó Eugeo, tomando la mano de Yuuki.
-Espero que sí...todo depende de en qué situación me pongas.
-¿Me amarías mientras yo te amara?
-Si tú me amas...creo que yo también lo haría. Así que, ¿Tú me amas, Eugeo?
-La pregunta me ofende, Yuuki. Yo siempre, desde que comencé a hacerlo, te he amado. Me imagino un futuro donde ambos estamos casados, tenemos una hija y somos muy felices.
Yuuki sentía punzadas en su corazón al escuchar eso. Se preguntaba si Eugeo en verdad lo pensaba o era un invento suyo. Al fin y al cabo, ¿Qué tanto la amaría como para serle infiel? Daba la impresión de que poco o nada.
Y es que, a pesar de ser infiel, Eugeo en verdad amaba a Yuuki. Quería acabar con todo lo que lo vinculara a Alice. En los recientes días, el joven marxista pensaba en él mismo contarle a Yuuki la verdad. Lo que fuera a pasar después, ya sería cosa del destino.
Cerraba los ojos, abrazando más fuerte a Yuuki, además de sujetarle fuerte la mano y darle un beso en la frente. Su corazón latía fuerte por el dolor y el amor.
Alice fumaba un cigarro, observándolos en la lejanía. El profesor ya llegaba, por lo que le sonrió a la chica.
-Qué bueno que te veo Alice, tengo una cosa muy especial para darte.
-¿Me va a poner diez en su materia?
-Ja. Ese también te lo tendrás que ganar. -El profesor sacó una medalla de su saco. -Felicitaciones, es por ser el mejor promedio de la Facultad. Adentro te daré la placa y el reconocimiento.
-El dolor de cabeza por las desveladas me causa el placer de ser la mejor de todos los alumnos de Filosofía.
-Eso es lo bueno de aplicar el epicureísmo de la forma correcta. -El profesor siguió, entrando al edificio.
Alice sonrió de forma amplia, observando a detalle la medalla que tenía en sus manos. Era la segunda vez consecutiva que la ganaba, salvo que ahora tenía la gracia de ser la mejor.
Ella entró en el salón, descubriendo a los dos chicos que tenía frente a sí. Alice sonrió de ver a Sinon y a Kirito en tal posición. Su contraria también le sonrió.
-Despierta, dormilón. -Pidió ella.
-¿Llegó ya el profe? -Susurró el muchacho, quien recién se despertaba.
Alice dijo, de forma silenciosa, "Dale un beso". Su forma de pensar es que no había nada más romántico que el muchacho fuera despertado con un beso en los labios, así que seguro sus cinco sentidos se iban a activar.
Y así fue, Sinon se lo pensó unos segundos, pero dejó de hacerlo para tomar del mentón al muchacho, dándole un beso. Ella cerró los ojos, él curvó la ceja y se terminó de despertar al no esperarse eso. Alice se retiró a la cafetería para dejar solos a esos dos.
Ya despierto, Kirito regresó el beso, tomando de la mejilla a Sinon. Ella se separó, ligeramente sonrojada.
-Me moriría de pena que nos viera el profesor. Mejor cuando acabe la clase, igual todos se salen.
-Uno último. -Pidió Kirito, dándole un beso fugaz a Sinon, quien lo recibió, gustosa.
Yuuki y Eugeo subían por las escaleras. El muchacho se desviaba a la cafetería para comprar un chocolate, al igual que uno para Yuuki. Ella se fue directa al salón.
Encontrándose en la cafetería con Alice, ella lo sujetó del brazo.
-Quiero hablar contigo, por favor. -Pidió ella.
-Yo también quiero hacerlo. -Contestó Eugeo, molesto, soltándose del agarre de Alice.
-Quiero que sea después de clases, en tu casa, con Kirito.
-No. Él no sabe nada de esto, ¿puede ser en la Sinon? Ella prácticamente siempre lo supo.
-Sigh. Habría que preguntarle a ella. -Alice se marchó de la cafetería. Eugeo se quedó para ver que se compraba para él y para Yuuki.
El chico de la cafetería se le quedó viendo. No sabía de los problemas que esos dos Εΐναι, pero se notaba que los problemas eran bastante agudos.
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Ayer, 11 de febrero del 2020 a las 9:28 pm, llegamos a 200 seguidores, así que lo celebraremos como Dios manda: con el poderosísimo himno de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Digo "llegamos" pues por qué no sería nada sin ustedes y por qué #comunista :v en cosa de poco más de 7-8 meses doblamos la cantidad de seguidores, por lo que cumplimos la meta :D Muchas gracias
El capitulo fue corto pero romántico con las dos parejas (KxS y ExY) aparte fue levemente dramático, ¡¿como que Yuuki le rechazó un beso al pechocho de yuyio?! >:0 para la siguiente semana llegará el desenlace y un final de capítulo hermoso como el himno de la URSS, con eso pueden contar 100%
Nos vemos en una semana.
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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