Capítulo 12.-Critón.
Sinon se encontraba acostada en su cama, más o menos en posición fetal. Miraba a la nada, pensando sobre el beso, o los besos, que le había dado a Kirito.
Lo había hecho por inercia, pedir más besos fue algo que ni ella misma se podía creer, pero lo terminó haciendo para bien o para mal.
Yuuki comenzó a mensajearle, puesto que Eugeo le había dicho lo ocurrido entre ella y Kirito. A la mayéutica le sorprendía que su buena amiga no le hubiera contado nada acerca de eso.
En una parte era normal, ya que esa situación no había salido de la mente de Sinon por ni un solo segundo, pensando en ello todo lo que llevaba de estar acostada, que no era poco tiempo.
Discutiendo por mensaje, Yuuki le recriminaba a Sinon el no haberle contado. Tallándose un poco los ojos para después quitarse los lentes, Sinon se recostó boca abajo, pensando...
Los sentimientos que le provocaban esos besos eran bastante fuertes, siéndole un poco difícil asimilarlos por completo. Sería necesario decir que eran algo similares a los de Kirito, aunque un poco más fuertes, en realidad.
Para el día siguiente, Kirito se encontraba acostado en una de las jardineras, dormitando en el fresco de la mañana. Eugeo y Yuuki habían ido a desayunar, ya que tenían contemplado que el profesor llegara tarde, siendo esa su costumbre.
Alice llegó a la periferia de la Facultad, mirando a Kirito, acostado. Fue caminando hasta él, sentándose a su lado mientras fumaba un cigarro.
-¿Dónde dejaste a Sinon? –Preguntó ella, mitad en broma y mitad en serio.
-¿Dejarla dónde? No somos novios, así que no tenemos que estar juntos a todas horas.
-Hum...todos están seguros de que ustedes dos son novios.
-En realidad no importa lo que digan los muchos, si no lo que digan las personas que me importan.
-Cierto, cierto. –Alice fumó de su cigarro. –¿Y qué dicen ésos que te importan?
-Tch. Me dicen lo mismo, pero ya saben que sólo es una especie de "juego".
-Vaya si no lo sé. Aunque ¿por qué no algo más? No hacen mala pareja, deberían ser novios de verdad.
-Ella misma me dijo que no sabía que sentía por mí. Es curioso, ya que no hemos hablado de eso...y creo que debemos hacerlo lo más pronto posible o las cosas se pueden complicar un poco.
-¿Complicarse? Te diré algo, y espero que lo puedas captar.
-Adelante.
-Cultiva tu jardín, Kirito. –Alice se fue tirando la colilla de cigarro, caminando hacia la Facultad.
-¿Cultivar mi jardín?... –El muchacho alzó una ceja, volviéndose a acostar en la jardinera.
Pensaba que podría significar "cultivar el jardín", ya que era algo muy dejado al azar. No obstante, recordó algo que Eugeo siempre decía cada que salía el tema "La tierra es de quien la trabaja".
Hablando del descendiente exiliado de españoles, Kirito ya se encontraba un poco hasta la madre de tener que ser despertado con el himno de la Unión Soviética cada mañana. No importaba que ahora fuera despertado con el himno de la Republica Democrática Alemana, ¡era mejor que eso!
Suspirando un poco para quitarse el enojo, Kirito siguió pensando en aquellas dos frases. "Cultivar el jardín" y "La tierra es de quien la trabaja". Quizá cultivar el jardín podría hacer referencia a que era mejor tomar acción ya respecto a los sentimientos de Sinon.
Una solución viable es que todo siguiera como hasta ese momento, obviando el hecho de oficializar la relación con Sinon, ya que ése sería un problema.
No era tanto por tener la responsabilidad del noviazgo, para nada. Kirito seguía pensando que enamorarse era algo muy tonto, irracional y sin sentido. No obstante, ¿cómo saber si es que él se podía enamorar de Sinon?
Para su suerte, no era como Sinon. No necesitaba tener que preguntarle a la experiencia sobre sus sentimientos, con un poco uso del λóγος la pregunta se resolvería en cuestión de unos pocos minutos.
Y, sí el λóγος no funcionaba, el buen consejo y regañada de Yuuki podría ser más que suficiente.
Hablando de, ella y Eugeo caminaban ya hacía la facultad. El segundo tenía un café en la mano, algo que era un poco extraño. Sería mucho más normal verlo con un cigarro.
Observando a su buen amigo casi desparramado en las jardineras, ambos tortolitos decidieron no molestarlo.
-Camarada. –Saludó Eugeo.
-Camarada... -Regresó Kirito, perdido en sus pensamientos.
Yuuki y Eugeo se miraron de forma un poco sugestiva, soltando una pequeña risa. No es necesario decir que ambos creyeron que Kirito había fumado cierta...plantita que relajaba el cuerpo.
Por esa misma razón, ambos jóvenes decidieron entrar en la facultad, dejando a su no drogado amigo a su suerte.
Regresando a la cabeza del muchacho, éste seguía pensando un significado más profundo de la frase. Yuuki ya había llegado, por lo que le podía preguntar al acabar la clase, que era a las doce en punto.
Malamente para él, el profesor que le daba la siguiente materia era muy puntual...por qué se la pasaba en la Facultad, por lo que las preguntas tenían que ser claras y precisas.
Mas el muchacho fue sacado de sus pensamientos, en los que se hallaba tan perdido que no notó una presencia a su lado...Sinon se había sentado a su lado.
Acercó ambos rostros, quedando frente a frente, estilo Spider-man y MJ. La chica fue acercando los labios de ambos, hasta que...
-¡Échenles agua! –Gritó Eugeo. Kirito se extrañó, abriendo los ojos para llevarse una buena sorpresa al ver a Sinon tan cerca.
Sinon se separó de muchacho, notoriamente molesta. -¡Así te voy a hacer cuando estés con Yuuki, desgraciado!
Mientras ella mentaba madres al aire, Eugeo se fue carcajeando y Kirito se levantó de donde se acostaba, mirando a Sinon, extrañado.
-¿Hola?...
-¡Ah! Perdón por no decirte nada, quería despertarte de forma que no se te fuera a olvidar en todo el día. –Sonrió ella. –Siempre que uno despierta olvida como fue, quizá recuerdas el tono de alarma o lo que hiciste tras apagarla, pero eso es mundano y olvidable.
-Maldito Eugeo. –Rió Kirito. Quizá no estaría más que pensando en los asuntos que aquejaban su vida, pero no le hubiera molestado ser devuelto a la realidad con un beso. Sería para la otra.
En el salón de clases, y aprovechando que el profesor no había llegado y Yuuki había ido a la cafetería por una taza de café, los dos amantes aprovecharon para golpear a Eugeo.
Sinon le dio unas pequeñas bofetadas bastante suaves y algún que otro zape...pero Kirito no se anduvo con jueguitos y sí le soltó un buen golpe a su roomie.
En la clase, el profesor hacía unos dibujitos extraños en el pizarrón para ilustrar un poco la lección.
-Hay varias cosas de esta época que son bastante interesantes, lo malo es que el teatro ya no era lo de antes porque el "Esplendor de Atenas" ya se había acabado. Surgieron tres corrientes muy específicas pero todas basadas en las lecciones de Sócrates, o de Platón, con eso de que uno no sabe quién dijo que.
-¿Por qué ya no había teatro, profe? –Cuestionó Yuuki.
-Bueno, Atenas fue arrasada tras la Guerra del Peloponeso, y luego, con los romanos, ellos no eran tanto de teatro, preferían el coliseo. Incluso el coliseo es prácticamente un anfiteatro pero cerrado, se cierra el semicírculo. Los romanos eran unos expertos en la ingeniera, llenaban de agua la arena y representaban batallas navales con barcos que ponían a combatir, era algo impresionante para la edad en la que nos situamos.
-Eran más barbaros, lo vimos el semestre pasado. –Puntualizó Kirito.
-Sí, me acuerdo que ya les había dicho esto. Aunque su compañera no iba a la clase porque era optativa.
-Je, je. Gracias por la explicación, profe.
-Yo tengo una duda...¿Qué es el Ser? –Le preguntó Eugeo a Kirito, a quien tenía al lado derecho.
-Nunca sabremos que es el Ser, camarada.
-Cuando sepa que carajos es el Ser me voy a licenciar, te lo aseguro.
El Ser...eso que nadie que es...pero es. Ya que lo que no es, no es.
Tras unos veinte minutos más de clase, el profesor pasó lista y dejó unas lecturas, dejando salir a los muchachos. Ahí fue cuando Kirito tomó a Yuuki de hombro, diciéndole algo en el oído.
No es necesario decir que tiene que ver con lo de Sinon. Eugeo los miró, alzando una ceja.
-No seas celoso, camarada. Sé que compartes todo, menos la novia, así que despreocúpate.
-Oye, no comparto todo. Respecto a eso, Marx diría...
-Sí, ya luego me lo cuentas. –Encaminándose junto con Yuuki a la cafetería, el muchacho se fijó por el vidrió si Sinon no estaba. Efectivamente, área despejada.
Ahora revisando por la ventana, ella se encontraba fumando un cigarro junto con Alice. Eugeo salía para platicar con el profesor de Antropología filosófica, así que todo quedaba en perfecto orden.
Ahora revisando en el pasillo, éste no tenía a nadie quien pudiera oír, Kirito le hizo una señal a la persona que atendía para que guardara silencio de lo que fuera a escuchar, dándole tres cigarros.
Yuuki esperaba al lacónico muchacho con bastante calma, ya que comía un muffin de chocolate.
-¿Ya te enamoraste de ella? –Preguntó Yuuki.
-¡No! –Exclamó Kirito. –Quería preguntarte ¿sería buena idea que, en el caso de que Sinon se enamore de mí, seguir quedando como lo que somos ahora?
Ante la pregunta de Kirito, Yuuki lo miró de forma retadora, acariciándose el rostro como si tuviera una barba estilo Sócrates.
-Vaya pregunta me haces, mi querido Kirito. En primer lugar, y para cimentar las cosas, ¿Qué clase de relación tienes ahora con Sinon?
-Somos amigos con derechos pero sin la parte del sexo. Algo así como "novios no declarados".
-Ya, ya...¿y ella es feliz con eso?
-No lo sé. Lo que me da pendiente es que ella quiera algo más...porque yo no quiero algo más.
-Ya veo, ya veo. Una vez cimentado el asunto, estimadísimo Kirito, tu que todo lo sabes gracias al Lógos que te ha iluminado la vida, ¿crees que fue buena idea aceptar el trato de Sinon en primer lugar?
-Claro que no fue buena idea, pero no me arrepiento de haberlo hecho. Realmente el poco tiempo que llevamos jugando a esto me parece bien. Ella adquiere experiencia y yo... -Kirito se quedó pensativo.
-¿Y tú?... –Yuuki intentó continuar.
-No sé...me siento bien junto con Sinon, ¿pero por qué? nunca antes me lo había planteado hasta ahora.
-Ahí está el detalle, mi estimado Kirito. ¿Cómo puedes pensar qué clase de relación tendrás con Sinon si ni siquiera sabes cual tienes ahora? Fundamental. Bien, iré con Eugeo antes de que se ponga celoso. –Yuuki se levantó de la mesa, agitando los cabellos de Kirito para marcharse de la cafetería.
-¿Tu puedes saber qué relación tengo con Sinon? –Exclamó el muchacho antes de que su interlocutora se marchara.
-Yo sólo sé que no se nada. –Sonrió ella, sacando la lengua para después irse.
-Claro que sabe, pero quiere que me rompa la cabeza para pensarlo. –Masculló Kirito, desparramándose en su asiento.
-Oye amigo, tengo que cerrar para hacer la cuenta.
-Carajo...
Saliendo de la cafetería con un poco de mal humor, Kirito se dirigió a su lado, observando a Sinon platicar con Alice al pasar por los grandes ventanales de la Facultad, esperando que ella no lo viera.
Tomando su mochila, ya que la clase que él tenía era en otro salón, Kirito se marchó a donde tenía ésa clase, esperando que el profesor llegara.
-Señor, déjeme ir por la compu y nos ponemos a trabajar. –Curiosamente, el profesor iba pasando, por lo que informó a Kirito de la situación.
-Claro, señor. –respondió él.
Sus compañeros aun no llegaban, ya que ellos no tomaban la optativa que era de doce a tres de la tarde. Se encontraba solo, lo que podía serle de ventaja, ligeramente.
Si, por azares del destino, el querer se presentara con él al igual que el amor y la ética, sentándose a su lado, tendrían una buena charla. Una especie de dialogo platónico sin él como escritor y sin el buen Sócrates como interrogante.
El querer le preguntaría, ¿No quieres a Sinon? Ya que "querer" no es necesariamente amar, así que esa podría ser tu relación con ella, una situación de querer.
No, no, no. Estás equivocado. Diría el amar. Lo que esté hombre tiene es amor aunque lo niegue. No hay ser humano que no pueda amar, tiene que amar a Sinon aunque el pobre diablo no lo acepte por ser un lacónico o un amargado.
Entrando la ética al combate, ésta replicaría que no era corrector jugar de esa manera con una mujer, que era de lo peor y que el lazo, ya fuera amoroso o no, debía de ser cortado a la voz de ya. No es necesario decir que el amar y el querer se agarrarían a golpes a la ética, incluso el propio Kirito.
Amar no es ético, ya que cualquier cosa que hagamos siempre lastimara los sentimientos del otro. Y, aunque no hagamos nada, nos querrán imponer cosas que no nos gustan, lo que tampoco es muy ético que digamos.
Superado el hecho del amor y la ética, el propio querer diría a su estimado Kirito que el querer no es malo, ni es algo que debería darle vergüenza. Al fin y al cabo, él ya quiere a Eugeo, a Yuuki, a Alice, ¿Por qué no querer a Sinon? Sería un paso.
Un paso hacía el amor, interrumpe el amar. Muchos querer llevan al amar, por lo que aceptar que quiere, es aceptar que ama, a pesar de que el mismo Kirito no quiera aceptarlo así.
Llegado uno de sus compañeros, Kirito se hizo sordo a las discusiones del amar y el querer, centrándose más en las tres horas que tenía por delante.
-¿Y cómo vas con Kirito? –Preguntó Alice. Trataría de comparar que pensaban ambos muchachos de su contrario.
-Honestamente, me siento bien con él. Es mejor que cuando éramos simples amigos, así que no me arrepiento de haberle hecho ese trato.
-¿Y ya sabes sí te gusta? –Sinon se sonrojó ante la pregunta de Alice.
-N-no me gusta...creo. Sigh. Supongamos que me gusta, ¿Por qué ponerme más exigente si ya parecemos novios? Creo que con este tipo de relación me basta.
-Hum...vaya que no te la complicas. Por ahora te basta ya que no sabes si te gusta, ¿y en caso de que si te guste? ¿Te bastará?...
-Prefiero no deducirlo. –Sinon se quedó pensativa, reflexionando sobre la pregunta de Alice. Únicamente fue regresada a la tierra cuando ésta tronó sus dedos en el rostro de la empirista. -¡Ah! ¡¿Qué?!
-¿No lo deduces? Yo no estaría tan confiada de lo que dices, Sinon.
-¡Cómo sea! Quizá le pida que tomemos un café en su casa...Yuuki me dijo que saldría con Eugeo al centro.
-Hum... -Alice sonrió de forma sugestiva, mirando traviesamente a Sinon.
-¡Café, niña, café! Tch, no todos pensamos en placeres carnales al igual que tú. Beber un café...platicar con él, con eso me sobra el placer.
-Eres virgen, ¿cierto?
-¡Y eso que tiene que ver! –Sinon se volvió a ruborizar. -¡Ya mejor vámonos a clases!
Ahora el amar y el querer también fueron a preguntare a Sinon. La ética quedó un poco de lado, ya que ella no necesitaba mucho de eso en su situación.
Ya admite que te gusta, le diría el amar, ya que era un poco obvio que ese simple sentimiento no era muy normal que digamos. No, había algo más que eso en el fondo de su corazón.
El querer replicaría diciendo que no se necesitaba pasar al siguiente estadio para que la relación fuera fructífera y linda, como ya lo estaba siendo en ese preciso momento, donde todo era miel sobre hojuelas...si es que no llegaba Eugeo a interrumpir la situación romántica.
Con esa pequeña situación del café que tomarían más adelante, el querer diría que debía aprovechar para hacer suyo al lacónico muchacho, la experiencia del sexo era algo a lo que Sinon ya debía empezar a sumergirse.
Claramente, el amor le daría una buena bofetada al querer por decir tal cosa, ya que el amor no sólo es sexo, es más que eso. No obstante...si Sinon no buscaba nada más sexo y besos con Kirito...¿eso quería decir que lo amaba?
La pobre muchacha se vio tan arrinconada por estos dos pequeños cabronazos que prefirió salirse a media clase para fumarse un buen cigarro, que falta le hacía.
Todo lo que el querer le decía no era muy correspondido a sus sentimientos por el muchacho, ¿lo que decía el amar si correspondía? Ella no quería que Kirito olvidara el beso con el que lo despertaría esa mañana de no ser interrumpida. El amor no se olvida...y ese beso no se iba a olvidar.
-Ya no sé qué quiero con él... -Susurró Sinon, tirando el cigarro al vaso de las colillas para entrar de regreso a su salón.
Con Kirito acabando diez minutos antes la clase por cuestión de terminar el tema, él y su compañero salieron a la entrada de la Facultad.
-¿Vas a esperar a tu novia?
-No es mi novia.
-Ah, cabrón. Pero si parecen novios, ¿son amigos?
-Somos algo así como amantes...es complicado, pero no somos novios.
-Bien. Iré a la cafetería a comprarme algo.
-Adelante...
Todo consistía en esperar a Sinon durante los minutos que faltaran, que no eran muchos e incluso se podían pasar rápido. Bajando también el profesor, éste sacó su cajetilla de cigarros, empezando a fumar uno.
Kirito hizo algo muy impropio de él, algo que nadie, ni siquiera el profesor se esperaba.
-Señor, ¿me obsequia un cigarro?
-¡Señor! No sabía que usted fumaba. –El profesor sacó su cajetilla, ofreciéndosela a Kirito además del encendedor.
-Cosas que pasan, usted sabe.
Para buena suerte del lacónico muchacho, aún conservaba la práctica de fumar, por lo que no tosió ni se sintió ahogado. La nicotina llegó rápidamente a su cerebro, algo que lo tranquilizó.
Con el tiempo transcurriendo y el cigarro siendo fumado lentamente, Sinon salía de la Facultad. Viendo que Kirito fumaba, vaya que se llevó una sorpresa.
-No sabía que fumabas. –Sonrió ella.
-Dejé de fumar hace tiempo, pero lo necesitaba. –El muchacho se veía cansado.
Cuando se iban a saludar, Sinon intentó un beso en la mejilla, y Kirito uno en los labios. Se dieron un pequeño golpe en la cabeza, sacándoles una risita a los dos.
-Ouch. –Se quejó él, llevándose las manos a la frente.
-¿Vamos ir a tu casa?
-Si me ayudas a hacer la tarea, sí. De lo contrario te echaré a patadas. –Se burló el muchacho. –Me siento cansado.
-Podemos descansar un rato en el sillón, ¿sería bueno?
-Con el café todo estará mejor.
Los dos tortolitos platicaron un poco de sus respectivas clases. Kirito se notó cansado a todo momento, algo que Sinon trató de solucionar con un beso en la mejilla. Si bien, eso lo despertó, el cansancio no lo abrumó durante el resto del camino hasta el departamento.
Lo primero que hicieron al llegar fue quitarse las mochilas, dejándolas en la entrada de la casa, como era costumbre. Kirito fue a poner la cafetera, cerciorándose de si había algo de crema o de leche.
Efectivamente, sí había. Eugeo era mucho de beber café con leche, siendo casi lo único que tomaba en la mañana junto con un bollo de mantequilla.
Sacando las libretas y algunas copias que tenían, los dos no tan enamorados se pusieron a hacer lo que tenían para el día de mañana, ya que ese era el último día de entrega.
Poco rato después, el café estaba listo, por lo que Kirito sirvió una taza para ambos muchachos. El calor del mismo los relajó bastante, ya que hacía un leve frío en la casa al ya acercarse la temporada de invierno.
Terminaron la tarea de forma pronta, así que se pusieron a ver la televisión, sentados en aquel sofá, abrazados. Se sentían bastante calientitos, por lo que no pensaban en separarse en un buen rato.
Sinon volteó a ver a Kirito, percatándose que se había quedado dormido. Lo miró con cierta ternura durante varios segundos, sonriendo para sí misma. No pudo soportar darle un beso en los labios, cerrando los ojos y sintiendo ese calor externo trasladándose a su corazón, por lo que recostó su cabeza en el hombro del lacónico muchacho, durmiéndose a su lado.
Pasaron algunas horas, Eugeo iba entrando por la puerta, llevándose una buena sorpresa al ver a los dos tortolitos acostados en el sofá. Una pequeña risa se le salió sin querer.
No se lo pensó dos veces, Eugeo fue por una manta, tapando a los tortolitos. Quizá Sinon se hubiera tenido que ir desde hace horas ¿Y? eso a él no le importaba. Le importaba más que esos estuvieran juntos.
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Awwwwww que lindos...A pesar de que aún no aceptan que se aman JA JA JA
Quizá el capitulo fue un poco confuso, pero en el diálogo de El Critón, Sócrates se agarra a decir que si hablaba con las leyes, lo justo, con la ciudad le dirían tal y tal cosa. Ese Sócrates, por eso es de mis favoritos :v
Próxima semana capítulo yuukieugeo, así que preparen las palomitas para tener más claro que pasará con la relación entre esos dos y Alice :0
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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