extra dos
El tiempo era un regalo. Depende de donde lo veas claro, puede quitarte como regalarte. Para Taehyung, era un regalo, un regalo que le otorgaba la oportunidad de tener diferentes recuerdos, recuerdos tanto buenos como malos.
Pero gracias a los cielos, los buenos opacaban a los malos, y los malos le dejaban una enseñanza para avanzar.
Los primeros meses fueron difíciles, su pequeño se despertaba con frecuencia a mitad de la noche. A pesar de tener personal para atender estos casos, ellos jamás quisieron entregar sus responsabilidades a los demás. Por lo que cada vez que ocurría algo, algún llanto, alguna pesadilla, o la necesidad de su hijo de tenerlos cerca, ellos siempre estaban ahí.
— cariño... te dije que yo podría venir hoy, has estado muy cansado últimamente —susurro Jungkook, acercándose a su esposo, quien estaba sentado en la ventana de la habitación de su hijo. —dámelo, yo puedo quedarme con él.
Taehyung negó con una sonrisa, acurrucándose más junto a su hijo en sus brazos. Jungkook finalmente suspiro, sentándose frente a él. acercándose para tomar levemente la piel de ambos, asegurándose de que no estuvieran helados.
— estoy bien... él también lo está, dejo de llorar en cuanto me vio y lo sostuve.
Jungkook sonrió— es un consentido. Siempre quiere estar en tus brazos.
— lo acusas como si tú fuera diferente —sonrió Taehyung. estirando su mano hacia Jungkook. Este la tomo con delicadeza y la beso, dejándolas entrelazadas.
Ambos disfrutaron del frio que la noche les ofrecía. Después de tantos meses, sentían tranquilidad. El parto fue complicado, pero Taehyung logro tener estabilidad después de unos días. Jungkook siempre estuvo a su lado, siendo de gran ayuda al ser el principal cuidador de ambos, ayudando a Taehyung a recuperarse con paciencia, mientras se hacía cargo de todos los cuidados de su recién nacido.
Hoy, cuando Taehyung estaba completamente bien físicamente, insistía en ir la mayoría de las veces al llamado de su bebé. Jungkook podía entender este apego, pero aun así se tomó la libertad de recalcar que su rol como padre no era una opción, era una obligación, y que él también debía acudir a los llamados de su hijo, no solo Taehyung.
— cariño —lo llamo despacio, Taehyung llevo sus ojos a él— ¿ya te he agradecido lo suficiente por lo que has hecho por mí?
Taehyung sonrió.
— no necesitas agradecerme nada Kook...
Jungkook frunció levemente el ceño y negó, completamente en desacuerdo. ¿Qué no debería agradecerle nada? Taehyung le ha dado todo, algo real, algo por lo que luchar, algo para amar incondicionalmente, le ha entregado su corazón, le dio la oportunidad de esperarlo en el altar y ahora, le habia dado una familia. ¿Cómo podría no agradecerle?
— cariño —Jungkook apretó más la mano contraria entre las suyas— eres quien me ha dado la oportunidad de amar, llegaste a mi vida de forma arrasadoramente bella, llenaste mi mundo de oscuridad de tu suave color, me permitiste conocerte por completo, verte caminar hacia mí en el altar, y ahora, me das la oportunidad de ser padre. ¿Crees que no mereces ningún reconocimiento? Cariño, crearía estatuas en tu honor, si no fuera porque no me lo permites.
— Kook...
Jungkook sonrió, no queriendo detenerse, no importaba que no fuera "un momento importante" si fuera por él cada minuto del día le expresaría a Taehyung su amor en diferentes palabras.
— le has traído alegría a mí y a nuestras familias... aun no puedo creer lo que lograste hacer por Baek, mis padres, él y yo estaremos eternamente agradecidos por tus acciones.
Y es que, en el proyecto, en ese que Taehyung se pasó meses trabajando junto a Namjoon, se dio a conocer hace un tiempo en el cumpleaños de Baekhyun. Resulta que Taehyung estuvo trabajando mucho tiempo en diferentes teorías para darle a Baek, la posibilidad de escuchar.
El castaño estudio meticulosamente la caso de Baek, y lamentablemente a pesar de que no pueda hablar jamás, Taehyung vio una muy pequeña puerta para intentar trabajar en la posibilidad de que el menor pudiera oír a sus seres amados, que pudiera oír el mundo y sus alrededores. Tomo tiempo, mucho tiempo que incluso aun en el embarazo Taehyung entrego para lograr el cometido.
Baek ahora podía escucharlos. Había sido un momento hermoso e inolvidable, en donde los padres de Jungkook la agradecieron entre lágrimas a Taehyung, en donde casi los miembros más importantes de la roja se hubieran puesto de rodillas ante él si no fuera por la negación ante esto del castaño. Y Baekhyun, él no pudo contener sus lágrimas por muchos días, haber podido escuchar a sus padres, la voz de su hermano mayor, el mundo, cada sonido que existía. Simplemente fue algo que no pudo asimilar en un corto tiempo.
¿Qué no merecía reconocimiento? Quizás tenía razón. Taehyung merecía el cielo mismo.
— él no tiene que agradecerme, para mí, él es mi hermano —respondió Taehyung meciendo a su bebé tranquilamente— haría lo que fuera para verlo feliz igual que tú.
Jungkook sonrió, negando con la cabeza, mientras ayudaba a su esposo a recostarse un poco más, para tomar una de sus piernas, inclinarla hacia él, y comenzar a masajear con destreza uno de sus pies.
Taehyung gimió complacido.
— ¿has tenido muchos dolores en el cuerpo? —cuestiono Jungkook, deshaciendo los nudos que encontraba.
Taehyung negó con una pequeña sonrisa —ya no... solo los pies y las caderas de vez en cuando, pero eso es normal, pasara después de un tiempo, solo debo estar en movimiento y masajearme las zonas que se inflamen o duelan.
Jungkook se inclinó, besando la pantorrilla de su esposo —para eso estoy yo, cariño, haré lo posible para que estes totalmente cómodo.
El menor simplemente se dejó hacer mientras cerraba los ojos y sentía los cariños de su esposo y la calidez de su hijo, ¿En qué momento todo se había vuelto tan perfecto? Tenía una familia, una hermosa y maravillosa familia. Gracias a los cielos su hijo nació sano y en un hogar en donde será amado por todos. No podría estar más feliz.
Las personas a su alrededor siempre fueron comprensivas, Jungkook y él establecieron sus reglas en el nacimiento de su hijo, lo que incluía que nadie los iría a visitar hasta que Taehyung se sintiera cien por ciento cómodo con más personas alrededor de su hijo. Todos lo entendieron y lo respetaron. Su bebé fue llenado de halagos, obsequios y buenos deseos, nadie dijo algo inapropiado, nadie quiso sobrepasar sus límites, lo cual agradecía profundamente.
— he estado pensando... —Jungkook hizo un sonido en afirmación, indicándole que lo estaba escuchando— sobre todo, sobre todo lo que pasamos para llegar hasta aquí, sobre todo lo que hemos creado juntos. ¿En qué momento llegamos hasta aquí Kook? Aun puedo recordar cuando todo comenzó.
Jungkook sonrió, las pequeñas arrugas a un lado de sus ojos demostraban su diversión — ¿en el hospital?
Taehyung no pudo evitar reír al recordar ese suceso. Pero negó con la cabeza.
— no... fue cuando entraste a mi departamento, creo que... jamás hemos hablado tan abiertamente de esa noche. —susurro, meciendo a su hijo en cuanto escucho un pequeño gimoteo— desde lo del hospital, recuerdo no haber podido sacarte de mi cabeza en ningún momento, era... atrayente, como si fuera algún tipo de droga, no podía hacer nada sin dejar de pensar en ti, ni en las sensaciones que me hiciste sentir esa vez.
Jungkook no decía nada, tan solo escuchaba mientras sus manos seguían masajeando los pies de su esposo. Su corazón se sentía cálido al oír sobre el día donde todo comenzó.
— soy doctor, he visto muchas cosas extrañas a lo largo de mi vida y carrera, pero jamás me habían hecho sentir lo que tú lograste ese día. Lo poco que hablamos, las miradas que compartimos.... En lo normal debí haber llamado a seguridad, a la policía, o estar aterrado, pero solo pude sentirme atraído a la adrenalina que le proporcionabas a mi cuerpo. Cada palabra, cada mirada, la forma en que hablabas... nunca sentí miedo de ti.
Sus miradas se conectaron. Jungkook pudo notar como los ojos de Taehyung brillaban ante sus propios pensamientos y recuerdos.
— y esa noche, cuando apareciste en mi departamento, aún recuerdo que antes de darme cuenta de tu presencia, tú ya estabas en mi cabeza, siendo el responsables de muchos cuestionamientos hacia mí, hacia ti, y hacia cosas que moralmente se podrían considerar delirios.
Recordar el pasado era algo que hacían a menudo, ya sea en silencio o hablando casualmente. Pocas veces tenían la oportunidad de sentarse y hablar de ello sin interrupciones, pero ambos disfrutaban los momentos cuando se daban, después de todo, ambos sabían lo afortunados que eran al tener recuerdos tan maravillosos.
— ¿no sentiste ni un poco de miedo o inseguridad al tener un extraño en su hogar? —cuestiono el mayor, mientras acariciaba las piernas desnudas de su esposo, escuchando atentamente.
Taehyung negó — ¿Cómo podría? Siempre he sido confiado y sé que, si hubieras intentado hacerme algo, hubiera podido defenderme, pero... pero no sentí miedo, incluso sentí emoción.
— ¿emoción? —cuestiono algo divertido.
— ¿Cómo no sentirla? —cuestiono con una sonrisa, mientras disfrutaba las caricias que las grandes manos de su esposo deslizaban por sus piernas— siempre fuiste intenso, a pesar de haber hablado y convivido tan poco, tu intensidad jamás fue abrumadora, al contrario, fue totalmente atrayente. La forma en que me mirabas, la forma en que tus manos temblaban levemente por suprimir el mismo deseo que ambos teníamos por tocarnos.
Los ojos de Jungkook brillaron aún más y la luz que la luna les regalaba lograba hacerle justicia a sus miradas llenas de nostalgia y calidez. No había sentimientos de tristeza, tan solo de felicidad y tranquilidad al recordar el alboroto que sus corazón y mentes tenían en ese momento, y el riesgo que ambos corrieron al entregarse, al contrario.
Ambos sabían que las cosas hubieran podido ser muy diferentes. Quizás si no hubiesen compartido los mismos sentimientos y dudas, sus encuentros no habrían sido gratos. Pero todo ocurrió como debía ser, y el cielo junto a dos almas que debían estar unidas para complementarse por completo. Jamás importaría el "¿qué hubiera pasado?" porque independientemente de todo, el destino los hubiera puesto en el camino del otro de alguna forma u otra. Porque no se imaginan amando a nadie más con la intensidad tan única y exclusiva para el contrario.
— son recuerdos que atesoro en mi memoria y corazón —dijo Jungkook, compartiendo sonrisas cómplices con su castaño— admito que... mis pensamientos de esa vez no eran los más civilizados si nuestros sentimientos no eran recíprocos, pero gracias al cielo tú sentías la misma inquietud por mí, como yo por ti.
Taehyung sonrió divertido. Hubiera sido un escenario interesante. Pero incluso si hubiera ocurrido de otra forma, Jungkook jamás le hubiera hecho daño, incluso si no era correspondido y el azabache siguiera buscando respuestas de formas poco convencionales, Jungkook jamás le hubiera puesto una mano en cima a Taehyung para lastimarlo física o emocionalmente.
Aun así, Taehyung volteo a ver a su hijo, quien estaba perdido en el mundo de los sueños.
— ¿has oído Daehyun? Tu padre iba a actuar como un loco si me negaba a sus sentimientos ¿puedes creerlo? —susurro a su hijo, riendo bajito en cuanto vio el ceño fruncido de Jungkook.
— no le digas esas cosas a nuestro hijo, creerá que tiene un padre loco.
Taehyung fingió pensar por unos segundos— pues... algunos cables cruzados tienes entonces... —un pellizco en su muslo lo hizo reír un poco más— es broma, es broma...
En ese pequeño movimiento, su hijo volvió a soltar un pequeño quejido. Taehyung sonrió, llevando su mano al rostro de su pequeño, y con la punta de su dedo, detallo al ser más importante de su vida, al que había cuidado desde el comienzo, al que había mantenido seguro dentro de sí. Siempre vio y estudio sobre ese vínculo, jamás imagino vivirlo él mismo, pero era lo más maravilloso del mundo.
— te estamos molestando ¿no es así, mi vida? —susurro con una sonrisa. Con cuidado y ayuda de Jungkook, se colocó de pie, yendo hacia la cuna de su hijo, dejándolo con todo el cuidado del mundo dentro de ella mientras tarareaba de forma baja.
Jungkook veía esto mientras su corazón se sentía realmente cálido. Apreciando la maravillosa imagen de su esposo arropando y manteniendo seguro a su hijo. Era hermoso.
Una vez su hijo estuvo quieto y seguro. Jungkook camino hasta detrás de Taehyung, abrazándolo por la espalda, colocando su barbilla sobre el hombro de este. Ambos viendo hacia su pequeño milagro.
— tendremos muchas historias para contarle cuando crezca. —dijo Taehyung, poniendo sus manos sobre las del mayor.
Jungkook beso su cuello— una historia maravillosa, en donde entenderá porque su padre se enamoró perdidamente de su otro padre, y entenderá porque eres un verdadero ángel.
Los labios de Taehyung se curvaron en una sonrisa en cuanto sintió como un beso era dejado dulcemente en su mejilla.
Volteó, encontrándose con la mirada de su esposo, quien aún tenía sus manos sujetando firmemente su cintura. Con sus ojos recorrió su rostro, lo hermoso que era, los pliegues de su piel, su marcada mandíbula, sus brillantes y hermosos ojos cubiertos por largas pestañas, su cabello oscuro que caía por su frente. Todo estaba en un equilibrio perfecto, y por más manchas que su piel pudiera tener, por la pequeña cicatriz que se reflejaba en su mejilla izquierda, Jungkook jamás dejaría de ser el hombre más atractivo ante sus ojos.
Cuando su mano abarco por completo la mejilla de su amado, Jungkook se inclinó completamente sobre su toque, volteando un poco para poder besar la palma de su mano.
— el haberte conocido fue el mayor milagro y la mayor bendición que pude haber esperado en mi vida, jamás dejare de estar agradecido con los cielos por haberme permitido encontrarte, Taehyung eres lo más importante en mi vida, junto con nuestro hijo... jamás tendrán que sentir miedo, porque estaré para protegerlos siempre.
El menor se puso un poco en la punta de sus pies, lo suficiente para alcanzar los labios contrarios, juntándolos. Comenzando un beso lento y cariñoso, en donde sus manos tan solo paseaban de forma tranquila y sin segundas intenciones por las curvaturas del contrario.
Cuando se separaron ambos compartieron una sonrisa y un pequeño beso, para luego voltear a ver a su hijo nuevamente.
— crecerá y será alguien bueno, se parecerá a ti —susurro Taehyung con una sonrisa, de forma tan bajita como si fuera un secreto, solo que esta vez, era un secreto compartido entre tres— aprenderá de ti, no hay un mejor ejemplo del que tú puedes darle a nuestro hijo para que crezca siendo alguien noble, bondadoso, seguro y fuerte. Pero, sobre todo, nos aseguraremos de que sepa que es amado, que es adorado, respetado y que sepa que siempre podrá venir a nosotros por cualquier situación, sin ninguna duda de que tendrá nuestro apoyo y mejores consejos para poder superar todo.
Jungkook sonrió. Taehyung estaba tan feliz de poder darle una vida digna a su hijo, sin malas intenciones, sin malos hábitos, a pesar de que crecerá teniendo un título y un legado, su hijo tendrá elección, tendrá voz, ambos se asegurarían de que creciera siendo alguien fuerte y bueno, pero le harían entender en el mundo donde ha nacido. Jamás le impondrían ser parte de algo que no querría, pero hasta entonces, su hijo crecerá en base a lo justo y con importancia. Y por su cuerpo, Jungkook le enseñaría a ser un hombre decente y respetable.
— me imagine tantas veces vivir esto contigo, cariño —susurro Jungkook en su oído, mientras lo apretaba más entre sus brazos— imagine nuestra vida de casados, y si era tu elección, también formar nuestra familia... jamás imagine que sería tan perfecto.
— ¿aun con los berrinches, desveladas y pañales sucios?
Ambos rieron un poco, sintiendo una pequeña vibración en su cuerpo. Jungkook asintió aun si Taehyung no podía verle.
— así es, incluso con todo eso, no puedo estar más feliz de ser padre y esposo, y como ya te he dicho, prometo mejorar cada día por y para ustedes, son mi mundo, no les daré menos que lo mejor.
Taehyung se acurruco más en el cuerpo de su esposo, sonriendo y cerrando sus ojos en cuanto comenzó a sentir un camino de besos dejados desde su cuello hasta su hombro.
— mmhg... yo creo que... —susurro, Jungkook jamás dejo de trazar ese camino de besos profundos en su piel— creo que deberiamos volver a la cama, ya es tarde y...
Su rostro fue volteado por una de las manos contrarias, y sus labios fueron atrapados en un beso esta vez más apasionado y con lengua. Jamás habia bajado su apetito por el otro, no importaba cuando tiempo pudiera pasar, ambos se desearían siempre de la forma más primitiva y sana posible.
El beso duro unos segundos, hasta que Jungkook los hizo separarse y jadear de forma baja. El mayor sonrió, sin dejar de sostener el rostro contrario.
— vamos a la cama cariño, no es apropiado estar aquí, mucho menos mostrarle estas cosas a nuestro hijo, quien no podrá saber nada de esto hasta los veinte años.
Sin decir más, Jungkook lo tomo por debajo de sus rodillas, cargándolo estilo nupcial mientras escuchaba la risa baja de su esposo.
— ¿veinte años? ¿serás un padre celoso, Kook? — lo molesto, mientras comenzaba a dejar besos en el cuello descubierto de su esposo. Ambos salieron de la habitación sin hacer ruido.
Había cámaras cubriendo cada centímetro de la habitación de su hijo, así como sensores que Taehyung creo para estar al tanto de la salud de su hijo en todo momento. Los accidentes o escenarios atroces pasaban con los bebés, ya fuera de forma natural o accidental, pasaban, era triste, pero lamentablemente común. Y Taehyung no estaba dispuesto a dejar que nada le ocurriera a su pequeño.
Una vez llegaron a la habitación, Taehyung fue dejado suavemente en la cama, la bata cayo por sus hombros de forma tan delicada y sensual ante los ojos del pobre hombre que solo podía sucumbir ante la tentación más hermosa que existía.
Sin esperar, el mayor tomo los muslos abiertos de sus esposo para atraerlo en un movimiento rápido y brusco a la orilla de la cama. No dándole tiempo a pensar o decir algo cuando comenzó a atacar su boca de forma salvaje y hambrienta. Taehyung era una visión, una visión divina que él tenía la honradez de apreciar y tocar, y claro que siempre lo agradecería, acariciándolo de la forma más intensa e íntima posible, en donde se aseguraría de que su esposo pudiera disfrutar el placer, el cariño y las vibraciones que solo él podía proporcionarle.
Los brazos de Taehyung subieron por sobre su cabeza mientras sentía como los besos de su esposo bajaban por su cuello hasta su pecho, bajando por su estómago hasta perderse entre sus piernas. Todo se sentía tan intenso, su esposo siempre ha sido tan hábil con la boca, sabiendo perfectamente como complacerlo, como llevarlo al límite en los primeros minutos de su intimidad. Su esposo sostenía sus piernas sobre sus bíceps mientras sus manos abrían sus nalgas para poder explotar ese lugar que tanto pedía por él. El menor apretó las sábanas sobre su cabeza, mientras se encorvaba exquisitamente hacia su hombre.
Cada momento juntos era especial, jamás habia monotonía o aburrimiento, mucho menos costumbre o resignación. Siempre eran ellos, amándose de forma única y intensa cada vez que se entregaban mutuamente.
Para Jungkook, Taehyung era una verdadera obra de arte, que, en vez de perder su brillo o visibilidad, tan solo se volvía más hermoso ante su vista. Taehyung habia crecido, su cuerpo habia cambiado, y aun así cada cambio a los ojos del pelinegro era absolutamente maravilloso, cada marca, cada centímetro más para acariciar, cada lugar para besar. Jamás dejaría de reaccionar ante el cuerpo de su amado.
— te amare de esta manera por el resto de tu vida —la voz grave del mayor sonó en la habitación, combinándose con los jadeos del contrario. Taehyung pudo ver como Jungkook se cernía sobre él mientras limpiaba su boca con la parte trasera de su mano— jamás dejare de demostrarte lo mucho que te amo, que amo tu cuerpo y todo lo que provocas en mí.
Para validar sus palabras, junto su pelvis con la de Taehyung, dejando que el menor sintiera su dureza contra la propia, sonriendo en cuanto su esposo gimió de forma ahogada.
— ¿lo sabes, ¿no? Lo hermoso que eres...
Su cadera se movió y Taehyung jadeo mientras sonría y abría sus ojos hacia él. — ¿Cómo no saberlo? Si no hay día que no me recuerdes lo hermoso que soy ante tus ojos...
Y cada día lo haría, lo seguiría haciendo por el resto de su vida, amaría a Taehyung como merecía, y como él amaba hacerlo. La vida seguia teniendo altos y bajos, las discusiones seguían existiendo y las lágrimas de vez en cuando volvían, pero lo que jamás cambio es que ellos seguían y seguirán juntos. No importaba que, Taehyung sabía que su principal refugio siempre seria Jungkook, en donde podría ir si sentía miedo, inseguridad, enojo o tristeza, así como era su confidente cuando se sentía eufórico, feliz o nostálgico. Jamás sentiría vergüenza con Jungkook. ¿Cómo hacerlo? si el hombre demostraba día con día lo mucho que lo amaba y lo ponía en un pedestal cada que podía.
No podía imaginar un matrimonio o una vida más feliz.
Incluso si no se hubieran conocido en estas circunstancias, Taehyung sabía que habría encontrado esos particulares ojos en algún lado, en algún momento y en algún lugar, porque ellos estaban destinados, no importaba quien o que dijera lo contrario, ellos se encontrarían en esta y en todas sus vidas para repetir sus mismas poesías y compartir sus miradas llenas de amor puro y sincero.
Cada recuerdo era realmente atesorado y querido, cada foto que imprimían y guardaban en los álbumes que tanto apreciaban porque era una forma de guardar su historia, era algo que llenaba sus corazones. Su hijo crecía, ellos crecían, y poder plasmarlo para que en años pudieran revivir esos momentos a través de imágenes y recuerdos, era algo que les hacía sentir tranquilos y en paz. Además de la calidez que sentían en el corazón cada vez que lograban capturar un momento precioso.
— Papá... —suspiro su hijo mientras dejaba caer la espada al piso y él mismo se arrojaba al suelo— dame unos minutos...
Jungkook sonrió, acercándose, tocando con la punta de la espada; la cual estaba protegida por una goma, a su hijo, haciéndolo retorcerse un poco en el piso como un gusano.
— creí que querías practicar, pero a este paso solo pareces un gusano agonizando en el suelo.
Daehyun suspiro, recostando su cabeza en el piso una vez más. Amaba entrenar con su padre, fue algo a lo que habia adquirido gusto y determinación, realmente admiraba todo lo que sus padres eran capaces de hacer, la forma de actuar de su padre Jungkook, la inteligencia de su padre Taehyung. Era algo a lo que aspiraba algun día. Pero por ahora, podía ser la burla de su padre un rato.
Jungkook sonrió al ver a su hijo, su pequeño Daehyun ya era un jovencito de ocho años, habia crecido de forma sana y sofisticada, teniendo una gran inteligencia para su edad. Cosa que Jungkook adivinaría, saco de su bello esposo. Dae ha sido un buen niño desde siempre, aprendió como se debía comportar, a tener respeto, paciencia, valores y de apoco responsabilidad.
El tiempo habia pasado, habia pasado de la forma en que debería, y agradecía ser lo suficientemente inteligente como para haber disfrutado cada día del crecimiento de su hijo, y junto a Taehyung disfrutarían todos los siguientes. Después de todo, su hijo seguia siendo un pequeño; bastante inteligente y didáctico para su edad, pero seguia siendo su pequeño hijo.
— aun no puedes sostener una espada correctamente, pesara mucho y quieras o no afectara tu postura, comienza por las que tu padre y yo hemos hecho para ti.
Daehyun suspiro, levantándose, pero aun quedando sentado en el suelo.
— pero... ni tú ni papá usan esas espadas... no es justo, quiero poder ser como ustedes. —dijo de forma sincera. Jungkook agradecía que su hijo tuviera la confianza para hablar de sus preocupaciones, miedos y deseos.
Taehyung y él lo han hecho bien
— porque tú padre y yo somos adultos y tenemos muchos años de experiencia, pero yo aprendí de la misma forma en la que trato de enseñarte —dijo, tomándolo de las axilas para ponerlo de pie, entregándose la espada de madera y acero— vamos, ponte en posición, y sigue mis pasos, memorízalos, estúdialos, así podrás saber cómo adelantarte a mis ataques.
El menor suspiro y asintió, sus pasos eran torpes, pero al menos tenía una mejor movilidad con la espada ya que su peso cambio por completo. A pesar de que realmente quería sostener una espada real, entendía las explicaciones de su padre, y confiaba en él, asique si él decía que tenía que esperar y que eso estaba bien, le creía.
En cuanto su padre dio un paso hacia él de forma rápida y sorpresiva, él logro ser ágil y esquivarlo dando dos pasos hacia atrás, desequilibrándose momentáneamente, pero sonrió al lograr esquivar el ataque.
Jungkook también sonrió con orgullo.
Pero si algo caracterizaba tanto a padre como a hijo, es que, a pesar de sus edades, ambos no aceptaban una cosa; perder.
En un movimiento rápido, Daehyun corrió hacia su padre, chocando las espadas en un movimiento torpe, pero rápido, Jungkook sonrió, dando un paso hacia atrás haciendo que su hijo perdiera el equilibrio y fuera hacia adelante. Jungkook aprovecho el desequilibrio para colocarse en un rápido movimiento detrás de su hijo antes de que cayera al suelo, tomarlo por los hombros y colocar su espada debajo de su cuello.
— perdiste —dijo, sonriendo en cuanto vio como su pequeño daba un pisotón en el suelo y volteaba a verlo enojado.
— ¡has hecho trampa! ¡sabes que eres más fuerte que yo y aun así usas tu fuerza cuando te conviene!
Jungkook sonrió de lado, dio un paso hacia él, arrodillándose justo enfrente, dejo la espada a un lado mientras conectaba miradas con el menor.
— las cosas jamás serán justas en un enfrentamiento cualquiera, lo descubrirás tarde o temprano —su hijo iba a hablar, pero él se adelantó— vuelves a levantar la voz y será más temprano que tarde.
Daehyun frunció el ceño, pero no dijo nada. Jungkook rio divertido ante el pequeño berrinche silencioso. Se puso de pie, Dae trataba de ignorar su mirada, por lo que, en un rápido movimiento, lo tomo en sus brazos y lo coloco en su hombro como un saco de papas.
— ¡papá! —rio el menor, tratando de sostenerse de algo. Jungkook continúo caminando, ignorando sus quejas— ¡le diré a papi Tae!
— oh, con que amenazándome con tu padre ¿no? —cuestiono con una sonrisa, bajándolo de su hombro, aun manteniéndolo en sus brazos, comenzó a hacerle cosquillas repentinas, provocando que su hijo se retorciera entre risas.
— ¡no, no! ¡papá! —reía el menor con entusiasmo mientras Jungkook lo atacaba sin compasión.
Jungkook no sería exigente con su hijo, aún era solo un niño, y a pesar de querer entrenarlo y enseñarse a defenderse desde pequeño, no dejaría que su infancia se viera arruinada por la realidad del mundo. Por ahora se concentraría en darle felicidad, cariño y lo que un niño necesita, una visión tranquila de la vida. Todo seria a su tiempo, por ahora, tan solo disfrutaría con su pequeño.
El sonido de una foto hizo que dejara de molestar a su hijo, subió su vista, encontrándose con su esposo, quien estaba tomando una foto con su teléfono, directamente apuntando hacia ellos. Jungkook sonrió, tomando a su hijo como un saco de papas nuevamente, ignorando sus quejas, comenzó a caminar hacia su esposo.
— aquí tienes —dijo Jungkook, mientras pasaba a Daehyun a los brazos de Taehyung— te lo regreso.
Daehyun abrió su boca ofendido con su padre, pero sonrió cuando sintió el pequeño beso que su padre Tae le dejo en su frente, para luego tomarlo entre sus brazos como pudo. después de todo Dae era alto para su edad.
— ¿me lo regresas? —cuestiono Taehyung divertido— Dae, cariño ¿Qué le has hecho a tu padre?
El pequeño volteo para ver a Jungkook, y este último levanto una ceja cuando el niño sonrió con malicia en su mirada.
Daehyun volvió su vista hacia Taehyung, poniendo ojitos de cachorro, se acurruco en su cuerpo — papá me ha exigido mucho papi... me ha hecho entrenar mucho tiempo y no me ha permitido ganar ni una sola vez...
Jungkook abrió sus ojos ante las palabras de su hijo, ¡¿de dónde habia sacado ese tipo de manipulación?!
Taehyung volteó a verlo con una ceja alzada.
— asique ¿te ha exigido mucho? —su hijo asintió, haciendo más prominente su puchero, Taehyung beso se mejilla con cariño para luego dejarlo en el suelo— ya veo... tu padre es un fanático de ganar siempre, no importa contra quien luche —dijo, mientras caminaba hacia uno de los estantes. Sonrió mientras tomaba la espada que Jungkook habia mandado a hacer para él hace muchos años— veamos si puede contra alguien de su tamaño ¿te parece?
Jungkook volteo a ver a su hijo, quien rio divertido ante lo que ocurría. Jungkook resoplo, pero sonrió, yendo por su espada, quitando las precauciones que le habia puesto, apunto hacia su esposo.
— ¿te pondrás del lado del mocoso? —cuestiono divertido.
— dile mocoso una vez más y sabrás tú lo que vas a perder.
Jungkook sonrió de forma ladina, decidiendo no molestar a su hijo porque sabía claramente como terminaría eso con su esposo presente. Vio hacia el menor, quien estaba sonriendo divertido al ver lo que habia logrado. Para Daehyun sus padres eran su mayor admiración, eran realmente increíbles en todo lo que hacían, y ver un combate entre ambos era algo realmente divertido e hipnotizante.
Claro que él siempre apostaría por su papi Tae.
Después de unos segundos y miradas retadoras, ambos comenzaron con su encuentro. Taehyung lanzo el primer ataque, obligando a Jungkook a protegerse de inmediato. El mayor sonrió, su esposo siempre quería lucirse frente a su hijo, bien, él también lo haría. En un rápido movimiento, Jungkook corrió hacia su esposo, usando solo una mano para dirigir su ataque para con su otro brazo, tomar la cintura contraria, apegándolo hacia él mientras sus espadas los separaban.
— terminaras llorando, cariño, ¿seguro quieres seguir? —susurro para los dos. Taehyung frunció el ceño, tratando de separarse, pero Jungkook tomo su cintura con más fuerza— ¿seguirás? nuestro hijo parece bastante divertido.
En un movimiento agilizado, Taehyung coloco una de sus piernas entre las del mayor. Jungkook levanto una ceja y el castaño le sonrió —le daré un verdadero espectáculo.
Y en un rápido movimiento, lo empujo, quitándole el equilibrio, hizo que trastabillara hacia atrás, dándole el tiempo suficiente para golpear con fuerza la espada de su esposo logrando que la soltara. El menor la agarro con su mano libre, ahora, apuntando con ambas hacia el azabache, quien le observaba con el ceño fruncido.
— no lloraras ¿verdad?
Una risa se escuchó en medio de la gran habitación. Ambos miraron a su hijo, quien aplaudía con entusiasmo mientras una sonrisa adornaba su rostro.
— ¡eso papi Tae! ¡ganaste! —celebraba. Ambos no pudieron evitar sonreír ante el acto de su pequeño.
Jungkook volteó hacia el menor, viéndolo con una sonrisa —¿te parece gracioso ¿no? —Dae borro su sonrisa en cuanto vio a su padre acercarse— pues ahora tú serás el siguiente en mi lista.
Daehyun abrió sus pequeños ojos y su boca en asombro, levantándose rápidamente para comenzar a correr lejos de su padre quien ya habia comenzado a perseguirlo por la habitación. Las risas eran el eco en las paredes, Taehyung disfrutaba tanto ver a su hijo y a su esposo convivir de esa manera, amaba ver lo feliz que Jungkook hacia a su pequeño. Ambos eran su mundo entero, y en su memoria estos recuerdos prevalecerían por siempre.
En cuanto Jungkook decidió que era suficiente, atrapo a su hijo, tomándolo de la cadera, lo volvió a colocar como un saco de papas mientras daba algunas vueltas. Daehyun tan solo podía reír por el actuar de su padre.
— ¡papi! ¡ayúdame! —pidió el menor. Taehyung se acercó a ellos con una sonrisa. Estiro sus brazos para tratar de tomar a su hijo, pero en un rápido movimiento, Jungkook lo tomo por la cintura y lo levanto en el aire de igual forma.
— ¡Kook! —grito entre risas el castaño. Siendo llevado al suelo nuevamente después de unos segundos.
Taehyung mentiría si dijera que lo le parecía sexi el cómo su esposo era capaz de tomarlos a ambos entre sus brazos.
— mis dos muchachos —sonrió Taehyung, acariciando el cabello de su hijo— ambos huelen horrible, vayan a darse una ducha antes de cenar —Daehyun estuvo a punto de decir algo, pero Taehyung volvió a hablar— ni una palabra Jeon Daehyun, ve a ducharte, iré en un momento.
El niño hizo un pequeño puchero, pero asintió mientras sentía como su padre dejaba un beso en su cabello. Antes de irse volteó para ver a Jungkook, quien atrás de Taehyung, le saco la lengua burlonamente, el menor le respondió con el mismo gesto mientras sonreía y corría a cumplir con lo ordenado.
Cuando se quedaron solos, Taehyung volteó a ver a Jungkook.
— odio que me dejes ganar. —dijo por fin, su voz era seria. Jungkook sonrió, acercándose lo suficiente para poder besarlo de forma lenta.
— a nuestro hijo le encanta cuando tu ganas, solo le di lo que quería, o haría un berrinche de que hice trampa o pediría otro encuentro.
Taehyung rio, volviendo a juntar sus labios. Era verdad, su hijo siempre se ponía feliz cuando era él quien ganaba en los enfrentamientos que tenía con Jungkook, y a veces, a pesar de que el mayor creía que podría estar siendo discreto, era obvio cuando lo dejaba ganar tan solo para darle el gusto a su hijo.
Después de unos segundos, se separaron. Ambos sonriéndose — nuestro hijo está creciendo de una forma maravillosa —susurro Taehyung, sonriendo al sentir como su cintura era apretada por las manos contrarias— aunque me da miedo que en algun momento comience a imitar tus payasadas.
Taehyung apretó ligeramente la nariz de su esposo, haciéndolo reír.
— ve a ducharte, iré con Dae y nos veremos en el comedor ¿de acuerdo? — dicto, dándose la vuelta para cumplir con lo dicho, pero una nalgada en su trasero lo hizo detenerse y mirar acusatoriamente, al contrario.
Pero antes de que pudiera decir algo Jungkook se acercó rápidamente y sello sus labios con los suyos, separándose a los pocos segundos. Le sonrió y beso el ceño fruncido del menor.
— las costumbres no se debes perder, cariño, te vere en el comedor —dijo, besando nuevamente sus labios en un rápido movimiento, para luego escapar a pasos rápidos hasta su habitación.
Una vez se fue Taehyung soltó una risa incrédula, su esposo, ese hombre tan recto e intimidante habia abierto mucho más su actitud y forma de ser a algo mucho más alegre y de alguna forma divertido desde que su hijo vino al mundo. Jungkook ha sido un ejemplo maravilloso de padre, siendo una mezcla perfecta de autoritario y comprensivo, jamás dejaría a su hijo llorando por algo, jamás dejaría que se quedara con ideas equivocadas, siempre alimentaba su curiosidad y respondía sus dudas. Y Taehyung no podía estar más feliz de que su hijo supiera que siempre tendría a alguien que lo protegería de todo.
Una vez llego a la habitación de su hijo, sonrió al ver como toda la habitación estaba ordenada, además de que la ropa que usaría estaba ordenada en la cama y la puerta del baño un poco abierta como le habían indicado que dejara siempre por seguridad. Su hijo se estaba transformando en alguien bueno, siendo responsable desde niño, respetuoso y por más que a Taehyung le pesara. Autosuficiente.
Con cortos pasos, se acerco al baño, abriendo la puerta un poco, sin ver hacia adentro.
— mi amor, soy yo ¿está todo bien?
— si papi, ya salgo —aviso, Taehyung sonrió y comenzó a caminar tranquilamente por la habitación de su hijo.
Sus ojos se fijaron en las fotos de las repisas, de los estantes y del escritorio, de su hijo. Contaban historias, historias que llenaban el corazón de Taehyung, el crecimiento de su hijo iba avanzando de forma sana, su vida estaba llena de alegría y experiencias, los últimos ocho años han sido realmente cálidos y llenos de tranquilidad que a Taehyung aún le costaba creer que esta fuera su vida.
Hace años habia sido solamente él, con su vida monótona, en donde su vida era el hospital, aprender y descubrir todo lo que era capaz de hacer, ayudar a los demás sin condiciones, tratar de ayudar a la vida de otros descuidando la suya propia. Solo existiendo, no viviendo como debería hacerlo. pero cuando su esposo llego ese día, todo cambio de una forma que en ese entonces pareció rápida, pero, realmente Jungkook se tomó su tiempo para internarse en su vida, e ir instalando cambios realmente maravillosos en ella de forma correcta.
Su amor creció de forma tranquila, claro, sus momentos llenos de intensidad no faltaron jamás, pero ellos alimentaron, forjaron y se comunicaron como debía ser para llegar hasta donde estaban. Crearon cuentos, leyendas, poesías e historias que serían contadas en los próximos años, crearon un matrimonio fuerte y sólido, y ahora, ambos aprendieron a ser padres justos, comprensivos y amorosos.
Si, el Taehyung de hace algunos años, el que solo iba y venía de su trabajo, llegaba solo a su departamento y se sentaba a observar la ciudad, supiera la vida que tendría después de conocer a cierto pelinegro. Lo más probable es que jamás lo hubiera dejado ir, y él mismo lo hubiera invitado a pasar.
Los recuerdos llenan su corazón, los primeros pasos de su hijo, las primeras palabras, todo era parte de una historia que vivía de forma significativa, y algo que ama de la mente humana, es poder recrear esos escenarios una y otra vez en su cabeza.
El gran jardín del palacio seguía siendo tan hermoso como siempre, no importaba cuanto pasara, siempre se le daría el mismo cuidado y respeto, además, la misma naturaleza crecía fuerte y sana, manteniendo todo de forma fuerte y saludable. Les daba un espacio para convivir, pensar, caminar o despejarse, y es algo que la pequeña familia acostumbro a hacer ciertos días como una tradición inquebrantable.
Pues, ambos adultos seguían teniendo responsabilidades, pero jamás olvidaban que eras padre y por supuesto, que su matrimonio merecía una gran atención de igual manera.
— con cuidado, mi vida —dijo Taehyung a su pequeño bebé, mientras este jugaba con las flores— Kook ¿podrías darme su biberón?
Jungkook, quien ya había terminado de comprobar en su propia mano que el biberón de su hijo estuviera a la temperatura correcta, con una sonrisa se lo entrego. Taehyung tomo a su hijo quien jadeo molesto al ser separado de las flores, pero rápidamente su atención fue hacia la maravilla que su padre ponía en sus labios.
Taehyung sonrió hacia él, su pequeño era tan lindo. Pero su concentración en su hijo se vio interrumpida por el sonido de una fotografía. Con una sonrisa levanto su mirada a Jungkook, quien ya tenía la cámara a un lado y sostenía la foto instantánea mientras le daba tiempo de revelarse.
— la pondré en mi billetera —anuncio— te ves realmente hermoso cargando a nuestro hijo.
Las mejillas del castaño de tiñeron levemente de rojo. Los halagos de su esposo jamás tendrían fin y era algo a lo que ya se había resignado. Aunque claro, no es como si le molestara seguir escuchando lo lindo que es a los ojos del mayor.
— tus padres quieren que nos reunamos la próxima semana ¿no? —cuestiono Taehyung, Jungkook asintió— está bien para mí, no quisiera que sintieran que los estoy separando de Daehyun, es solo que no me he sentido cómodo con muchas personas a su alrededor.
— cariño, sabes que mis padres lo entienden, no tienen ningún problema a esperar a que estes completamente cómodo con el entorno de Daehyun.
Lo tranquilizo, pero Taehyung apretó levemente los labios inseguro.
— pero son tus padres...
— pero no son los padres de Daehyun —dijo un poco más firme, Taehyung sonrió en cuanto Jungkook se acercó un poco más a ellos— gracias al cielo mis padres son personas que respetan los límites, pero si no lo fueran, debes estar seguro de que haría que tus deseos y limites sean cumplidos, jamás dejarían que pasaran sobre ti, mucho menos en la forma en la que decides educar a nuestro hijo.
Taehyung suspiro, recargándose en el hombro contrario. Los tres estaban en una gran manta en una parte tranquila del jardín, con el arroyo cerca de ellos y una gran parte de las flores del lugar.
— gracias por darme esa tranquilidad Kook —dijo, sonriendo poquito en cuanto sintió como un beso era dejado en su frente— pero está bien, en serio, puedes decirles que está bien que vengan la próxima semana...
Jungkook asintió— de acuerdo, si cambias de opinión no dudes en decirme.
Después de un rato, su hijo ya había acabado su biberón, haciéndolos reír a ambos en cuanto comenzó a removerse como un pequeño gusano. Taehyung estaba listo para tomarlo en sus brazos y sacar sus gases, pero Jungkook estiro sus manos hacia él.
— has estado encorvado mucho tiempo, dámelo, tu recuéstate un poco. —pidió, Taehyung se acercó para besar sus labios y susurrar un pequeño "gracias" a pesar de los pedidos de Jungkook por no agradecerle por lo que debe hacer.
se recostó en las mantas, viendo feliz como Jungkook tomaba a su hijo y lo colocaba en su hombro, dando pequeñas palmaditas en su espalda. Era una imagen realmente hermosa.
Jungkook más de una vez le ha pedido que no le dé las gracias por hacer algo por su hijo, puesto que está ejerciendo su paternidad como corresponde y no debería darle flores por ello. Pero el mismo Jungkook no sigue sus propias palabras cada vez que lo felicita, lo alaga o lo pone en un pedestal por ser alguien cercano a su bebé. Realmente ambos amaban la imagen del otro siendo padres, era demasiado hermosa como para no admirarla.
Cuando su hijo soltó el primer eructo, ambos rieron juntos.
— mmhg.... —jadeo Taehyung, al momento de acomodarse de mejor forma en la manta y cerrar sus ojos, entregándose a la tranquilidad y el silencio, solo escuchando a su esposo hablándole a su hijo y las risas pequeñas de este mismo.
Si algo agradecía, era tener un esposo tan presente y bondadoso, Jungkook jamás lo dejo solo, para absolutamente nada, ni para dar las fórmulas, ni para levantarse en medio de la noche, ni siquiera para él mismo, pues uno de los grandes miedos de Jungkook era que Taehyung cayera en una depresión después del parto, siendo consciente de que eso podía pasar, por lo que se aseguró de que su esposo siempre estuviera cómodo, que hablara con él todo el tiempo, y cada noche antes de dormir, se aseguraba del bienestar en él, para poder irse a dormir más calmado.
¿Cuántas personas tenían esa suerte? De encontrar a alguien dispuesto a ser tu compañero de por vida con todo lo que incluía realmente serlo. No solamente estar presente en todo, si no, formar parte de todo. Jungkook jamás fue un fantasma ni en su matrimonio ni en la vida de su hijo, y Taehyung sabía perfectamente que su hijo jamás tendría que llorar o preguntarse porque su padre no está ahí, o porque no tienen la suficiente confianza.
La brisa del jardín era cálida, estaba realmente cómodo en donde estaba, disfrutando de los sonidos naturales, así era, hasta que sintió como unos labios babosos se posaban en su nariz y luego en su mejilla. Sonrió, abriendo uno de sus ojos para encontrarse con su hijo frente a él, siendo sostenido por el pelinegro
— papi se iba a ir al mundo de los sueños y nos iba a abandonar, atácalo con tus besos hijo —demando Jungkook, colocando a su hijo más cerca de Taehyung, riendo en cuanto vio que su hijo pareció entender sus palabras y comenzó a babear a su esposo.
Taehyung rio, tomando a su hijo de las manos de su esposo, colocándolo en la manta, lo vio desde arriba.
— oh... ¿Cómo le puedes hacer caso a las payasadas de tu padre? —dijo, tocando la punta de la nariz de su hijo con su dedo, haciéndolo reír— no seas un travieso eh, te dejo avisado.
Dijo con una sonrisa, yendo a atacarlo con pequeños besos en sus manos, nariz, bracitos y estómago, haciéndolo reír.
Jungkook observaba esto con una sonrisa tan sincera que cualquiera que lo conociera solo en el trabajo no lograría reconocerlo. La felicidad estaba frente a él, siendo su esposo y su hijo la razón de toda la felicidad en él y en su vida.
Después de unos minutos jugando, Taehyung se sentó, tomando a su hijo de las axilas lo puso de "pie" ayudándolo a sostenerse. Ambos los alentaban y eso hacia reír a su hijo, quien apenas movió su pierna y dio un paso, ya sea con la ayuda de su padre, ambos comenzaron a animarlo.
— vamos hijo, ven a mí —pidió Jungkook, moviéndose unos pocos centímetros hacia atrás, alzando las manos hacia el pequeño— vamos hijo.
Taehyung sonrió, aun sosteniéndolo de las axilas, lo meció levemente, logrando que diera otro paso el cual ambos celebraron. Jungkook observaba esto con sus brillantes ojos llenos de ilusión ¿realmente su pequeño daría sus primeros pasos? Si era así él se aseguraría que su pequeño Daehyun se sintiera seguro en todo momento.
Con alegría volvió a estirar sus manos hacia él, su hijo lo veía con tanta alegría e inocencia que él se prometió así mismo cuidar con su vida ese brillo en los ojos de su hijo, al igual que la alegría y el entusiasmo que su esposo mostraba ante lo que estaba pasando.
Taehyung guio nuevamente a su hijo, susurrándole palabras de aliento mientras lo instaba a ir donde Jungkook. Él pequeño tomo toda su determinación y sus ganas de llegar a los brazos de su padre, y aunque dejo de sentir el firme agarre que su padre le daba para ayudarlo, aun así, movió sus pequeñas piernas y logro dar un poco más de dos pasos, cayendo finalmente en los brazos de Jungkook.
— ¡Dae lo lograste! —celebro Taehyung mientras aplaudía, riendo al ver como Jungkook alzaba a su hijo en sus brazos, lanzándolo cuidadosamente en el aire para luego atraparlo y llenarlo de besos.
Jungkook llenaba a su hijo de besos mientras le repetía lo orgullosos que estaba de él. Agradecía haber dejado la cama prendida a un lado, la cual logro capturar el maravilloso y único momento que habían pasado.
— lo has logrado —felicito Jungkook, tomando a su hijo, colocándolo frente a él— ahora di "papá" vamos tú puedes. —le pidió, pero solo obtuvo que su hijo acercara sus manos a su rostro mientras reía divertido.
Taehyung se acercó, tomándolo en sus brazos para hacerle pequeñas cosquillas a su pequeño. — no le exijas más por hoy, ya posiblemente se ha cansado, ¿no, mi amor?
Su pequeño, quien pareció entender las palabras de su padre, bostezo, cabeceando mientras su padre reía y lo acurrucaba en sus brazos. Jungkook sonrió, acercándose para colocarse junto detrás de Taehyung, abrazándolos a ambos. Coloco su cabeza en el hombro del menor, ambos viendo a su hijo acurrucarse en los brazos de Taehyung.
— ha dado sus primeros pasos —susurro Jungkook en el cuello de Taehyung. Este último asintió, girándose para encontrarse con los ojos de Jungkook.
— está creciendo, lo está haciendo rápido...
Jungkook sonrió, juntando sus frentes, podía entender por el tono de Taehyung que de alguna manera lo hacía sentir triste. Lo entendía, para él también era difícil siquiera entender en qué momento habia pasado tanto tiempo, y ahora, después de haberse casado ya estaban con su hijo entre sus brazos, celebrando porque ha dado sus primeros pasos.
— nuestro hijo crecerá, será difícil para ambos asimilarlo —comenzó a decir— pero ambos seremos parte de ello siempre, nuestro hijo crecerá a nuestro lado, veremos cada una de sus etapas —aseguro, besando el cuello contrario— esto es algo que debemos disfrutar con paciencia, cariño. Es un regalo, un regalo que nos bendijo a ambos y atesoraremos toda la vida, nosotros somos los encargados de enseñarle el mundo, y incluso si este no es tan hermoso, al menos abra que siempre tendrá un lugar seguro al cual volver.
Era un sentimiento que solo lograron entender cuando se enteraron de que su hijo venia en camino, el que jamás lo dejarían solo, en que ellos mismos debían ser fuertes por él, porque los necesitaría, y debían aprender a sobrellevar cosas que su hijo no podría. Ninguno estaba dispuesto a dejar que su hijo creciera viendo algun tipo de discusión, o que sintiera que algun problema entre ellos seria su culpa, jamás dejarían que se sintiera responsable o vulnerable en su hogar. Por eso mismo, ambos habían estudiado y aprendido juntos antes de que Dae llegara, para darle solo lo mejor, y lo que quedaba, aprenderlo en el camino.
Su hijo no tendría miedo de ellos, su hijo no sentiría culpa por un problema de ellos, su hijo no tendría que ver peleas entre ellos, su hijo jamás tomara un papel que no le corresponde, él hará lo que tiene que hacer, ser un niño, y ellos serían los responsables de que creciera sin malos recuerdos de su propia familia.
Daehyun estaba en su hogar, ellos harían que amara su hogar.
— ¿papi? —Taehyung abrió sus ojos y se sobresaltó un momento, al escuchar repentinamente la voz de su hijo. Se habia perdido en los bonitos recuerdos.
Su hijo estaba ya vestido mientras secaba su cabello torpemente con una toalla. Rio, acercándose hasta él, lo guio hasta la cama, donde lo hizo sentarse mientras él secaba su cabello de buena manera.
— hoy vendrá Jimin y Yoongi con Sohe, ¿estas emocionado? —le cuestiono, revolviendo su cabello juguetonamente.
Sohe es la hija del matrimonio Min, la adoptaron cuando era una bebé y tenía un año menos que Daehyun, ambos eran muy buenos amigos, eran cercanos y ambos eran educados de maneras muy similares, ambos siendo bastante listos y audaces a su edad.
— si papi, hace mucho no los vemos, extraño al tío mimi...
Y claro, cuando Daehyun nació, cualquiera hubiera esperado que las abuelas sean las primeras en desesperarse por consentir a su nieto, en este caso fue Jimin quien tomo ese papel, queriendo mimar a Dae todo el tiempo, incluso defendiéndolo cuando su hijo cometía una travesura. Sabiendo que esto jamás fue en malas intenciones Taehyung lo dejo pasar, puesto que sabía que el rubio tenía un muy buen corazón, y simplemente amaba a Daehyun.
— mmh —asintió Taehyung— es verdad, pero es porque tus tíos están ocupados con el trabajo y Sohe, no es porque no quieran verte, cariño.
— lo se papi —respondió calmado, riendo divertido cuando su padre comenzó a frotar la toalla de forma más rápida, en su cabello y parte de su rostro— ¡papi!
Taehyung se detuvo después de unos segundos, él creía firmemente que la risa de su hijo era una especie de combustible para alegrar su vida y llenar su corazón de calidez. Él que su hijo sea feliz, el que pueda reírse sin miedo a nada le hacía sentir que estaba haciendo las cosas bien junto a Jungkook. Ambos superaron el miedo que tenían al principio de no hacer las cosas bien.
Después de secar el cabello de su hijo, ambos fueron hasta el comedor, en donde Jungkook ya los estaba esperando de pie. Taehyung se acercó a la mesa, listo para tomar asiento, Jungkook estuvo a punto de acercarse, pero su hijo lo detuvo.
— no papá, yo lo haré —dijo, yendo rápidamente a donde su papi, tomando la silla y echándola un poco hacia atrás, para permitirle al mayor sentarse. Una vez Taehyung estuvo correctamente sentado, le sonrió al menor.
— gracias, amor.
El menor sonrió con sus mejillas levemente sonrojadas. Jungkook revolvió un poco su cabello, sonriéndole mientras le guiñaba un ojo, felicitándolo silenciosamente. Sí, lo estaban haciendo bien.
Una vez los tres estaban sentados en la mesa, tanto Jungkook como Daehyun esperaron a que Taehyung comenzara a comer para poder comenzar ellos. Taehyung siempre habia insistido en que no era necesario este gesto, pero Jungkook era un cabeza dura y su hijo era un mini cabeza dura, igual a su padre. Aunque claro, Taehyung no podía mentir y decir que no estaba orgulloso del hombre en que se estaba transformando su hijo.
Jungkook desde pequeño le enseño a ser respetuoso y delicado con Taehyung, a jamás faltarle el respeto, a jamás agredirlo de ninguna forma en sus berrinches cuando era más pequeño, siempre le ha enseñado a ser un caballero, principalmente con su padre, por esto mismo. Daehyun ha crecido abriendo la puerta para Taehyung, dándole el paso, besando su mano como despedida o saludo de vez en cuando, asegurándose de que él se siente primero o incluso ayudándolo cuando llega del trabajo. Su hijo era un mini copia de Jungkook, y ambos no podían estar más orgullosos de él.
— Kook ¿a qué hora me has dicho que llegaban? —cuestiono, Jungkook se limpió con su servilleta y respondió.
— a las seis, cariño. Yoongi me ha dicho que querían hacer una pequeña reunión asique compraran algunas cosas ¿está bien para ti?
Taehyung asintió, volteando a ver a su hijo, viéndolo con una sonrisa y una ceja alzada al verlo con su rostro algo manchado.
— Dae, cariño, limpia tu rostro —pidió, el niño se disculpó torpemente y comenzó a limpiar sus comisuras. Taehyung sonrió.
Este ambiente hogareño era algo que realmente apreciaban, sentarse los tres a comer era algo que se podía ver completamente cotidiano, y sí, lo era, pero para ellos también era un momento íntimo de calidez, pues podrían hablar de sus días, podían ambos escuchar a su hijo, podían conversar de cosas que una familia necesitaba conversar. Todos juntos, sentados en paz, jamás con gritos en la mesa.
Así continuaron comiendo en paz, una vez terminaron, Taehyung acompaño a Daehyun a su habitación para que pudiera dormir antes de que llegaran los invitados, lo dejo arropado y entregado al mundo de los sueños antes de ir a su propia habitación, lugar en donde Jungkook lo estaba esperando.
— cariño —Jungkook lo llamo, Taehyung cerró la puerta detrás de él y avanzo hacia su esposo— ¿Daehyun ya se ha dormido? —Taehyung asintió, reviviendo el beso que Jungkook dejo en sus labios con cariño— y tú no te ves mejor que él... ¿Por qué has hecho turno doble en el hospital?
Taehyung sonrió mientras estiraba sus labios, pidiéndole un beso.
Jungkook suspiro, acercándose para juntar sus labios, separándose después de unos segundos— no evadas el tema, vamos, dime —pidió, palmeando levemente su trasero.
— no puedo ocultarte nada ¿verdad? —cuestiono, quitando sus zapatos, mientras caminaba hacia el armario. Jungkook lo siguió desde atrás— con Namjoon estamos trabajando en un nuevo proyecto.
— ¿de qué trata? — cuestiono, viendo con una sonrisa como su esposo quitaba su ropa.
Taehyung quedo completamente desnudo, colocándose su bata mientras comenzaba a caminar hacia el baño. Jungkook dejo la ropa sucia de su esposo en el cesto y lo siguió al baño, Taehyung ya estaba dentro de la ducha. La confianza que ambos tenían iba mucho más allá de lo simple, ambos se conocían mucho más allá de sus desnudos cuerpos, y los consentimientos entre ellos estaban más que claros desde hace mucho tiempo.
— queremos abrir un segundo hospital, uno para niños. —dijo finalmente, Jungkook sonrió.
El mayor estaba recargado en la puerta del baño con los brazos cruzados, escuchándolo hablar sobre sus nuevos planes.
— es algo realmente maravilloso, cariño ¿Por qué no me has hablado de ello?
Taehyung apretó sus labios levemente — tengo algo de miedo...
— miedo —cuestiono el mayor, con su ceño levemente fruncido.
Taehyung asintió, suspirando— esto es muy importante, se trata de ayudar a muchos niños, de diferentes clases sociales, que tiene una vida difícil a causa de alguna enfermedad, o algun padecimiento, y quizás ellos no encuentran una solución por problemas económicos o porque simplemente se rindieron, con Namjoon queremos darles esperanza y tratar de ayudar.
Jungkook escuchaba atentamente todo lo que su esposo hablaba, acercándose a pasos cortos hasta la ducha.
— pero mi miedo es que Daehyun piense que esto es más importante para mí que él... por más que pueda esforzarme en equilibrar mis tiempos, a veces me será imposible dar todo de mí para mantener la balanza, y si en algun momento me pierdo algo importante, o no llego a desearle buenas noches... ¿crees que lo entienda? Nada jamás será más importante que él, pero a su edad... ¿comprenderá porque esto tiene un gran significado para mí?
Taehyung, al no escuchar una respuesta de su esposo, se giró para verlo, apretando sus labios en cuanto lo vio entrar a la ducha completamente desnudo. Jungkook abrió sus brazos, Taehyung no se limitó, y se fundió en ellos, recargando su rostro en el pecho del mayor, quien comenzó a consolarlo con pequeñas caricias en su espalda.
— cariño, estas haciendo algo maravilloso, jamás esperaría menos de ti con el corazón tan grande y bondadoso que tienes —dijo, besando la frente contraria, sonriendo cuando Taehyung lo abrazo con más fuerza— no dudes de lo que estás haciendo por el miedo a lo que podría pasar, vivirías con arrepentimiento.
— pero, Daehyun...
— Daehyun —lo interrumpió de forma suave— es un niño muy inteligente, que sabe que su padre trabaja en algo muy significativo, en donde ayuda a más personas. Nuestro hijo jamás te vería como alguien egoísta o se sentiría abandonado por ti, al contrario, creo que se sentiría muy orgulloso.
Taehyung se separó un poco del abrazo para poder mirar los ojos del más alto. Jungkook no pudo evitar sentir su corazón apretarse en su pecho en cuanto vio como los labios de su esposo estaban levemente estirados y sus ojos levemente cristalizados.
— oh, cariño...
— ¿de verdad crees que estará orgulloso? —cuestiono. Jungkook logro ver el brillo en sus ojos.
Para los hijos, el sentimiento que da, que sus padres les digan que están orgullosos de ellos es algo que no tiene una explicación sólida. Dependiendo de quien lo escuche, es algo que te puede llenar completamente el corazón, sí, muchos dicen que no buscan aprobación ni ninguna validación, pero, escuchar de tus padres, quienes han logrado establecer una vida firme, o de la persona que más amas y ves como tu mayor, decir que está orgulloso de tu trabajo,
Pero para un padre, o una persona que se ha esforzado en ayudar en la vida de alguien significativamente, te diga que está orgulloso de ti; cuando se supone que esa persona hace todo por ver crecer a esa personita. Escuchar eso se sentía como un gran alivio, de que las cosas las estaba haciendo bien, que iba por un buen camino, que realmente todo lo que se habia esforzado y sacrificado valía completamente la pena.
Y para Taehyung, escuchar que su hijo estaba orgulloso de él, se sentía como si le quitaran un gran peso de la espalda.
— nuestro hijo es el pequeño más orgulloso por el padre que tiene, ¿acaso no vez como te observa? ¿Como sus ojos brillan cada vez que hablas sobre tu día? Si, nuestro hijo es un niño, pero uno que sabe apreciar el esfuerzo que hacen sus padres, él cuál es su posición, sabe que es nuestra adoración, jamás te pondría en una situación de elección entre él y tu trabajo.
— ¿Y cómo podemos saber que realmente no se sentirá desplazado? —cuestiono, Jungkook acaricio su rostro con cariño, masajeando con su pulgar el ceño contrario.
— si eso llegara a pasar, haremos lo que siempre hacemos, son sentaremos y hablaremos bien con él, antes de que comiences tu proyecto, durante y después, él jamás se ha sentido desplazado ni con miedo de nosotros como para no hablarnos con sinceridad —dijo, Taehyung reposo su rostro en la palma contraria— confía en nosotros, mi amor, todo saldrá bien.
Después de suspirar, Taehyung termino asintiendo a las palabras dichas por su esposo, era cierto, ambos siempre habían tenido una buena comunicación con Daehyun, siempre han hablado de sus miedos y sueños sin minimizar absolutamente nada, cualquier preocupación que su hijo tuviera era significativa para ellos, puesto que, quizás para un adulto un problema de un niño puede ser "estúpido" para un niño un problema de un adulto es "incomprensible" y ellos jamás invalidarían sus sentimientos haciéndole crees que sus problemas son mínimos o una tontería.
Y como siempre, su esposo estaba ahí para consolarlo y recordarle quienes eran y lo que habían construido. Taehyung siempre ha sido alguien fuerte e implacable, y al contrario de lo que se podría pensar, en el sentido "mi familia es mi debilidad" para Taehyung su familia era su fuerza, y quizás lo único de lo que era culpable es de querer mantener mucho sobre sus hombros para equilibrar todo de una forma cotidiana.
Pero no todo podía ser perfecto siempre, aprendió eso con el tiempo. Todo podía ser perfecto, bueno o regular, y eso estaba bien.
— de acuerdo... muchas gracias Kook, por hacerme volver a la tierra y no dejarme volar en mis pensamientos.
Sus labios fueron atacados de forma tierna por los contrarios. El menor jadeo al sentir las caricias y masajes en sus caderas, después de unos segundos se separó con una sonrisa.
— anímate ¿sí? Tú siempre has entendido a nuestro hijo y él crecerá y aprenderá a entenderte, todo tiene un camino, pasos a seguir y lugares en donde detenerse. Nuestra familia es maravillosa, y seguiremos cuidándola tal como lo hemos hecho hasta ahora.
Y así siempre seria, tanto Jungkook como Taehyung eran conscientes de quienes eran y quienes debían ser, en su mundo lleno de peligro, movimiento y escenarios imprevistos, ellos siempre debían estar presentes. Pero eran un equipo, y desde el primer día, si alguno de los dos no podía estar presente, él otro podía por ambos, y así hasta el día de hoy, en donde demostraban el gran equipo que eran juntos y como su unión tan solo pudo traer más fortaleza a ambos mundos.
A pesar de poder ser una familia como cualquier otra, ellos eran mucho más que la representación de esta. Ellos eran parte de la realeza, eran parte de una historia de una de las monarquías más silenciosas y poderosas del mundo. Ellos se esforzaban para ser mejor cada día, pero su simple presencia podía cambiar todas las reglas y lo cotidiano de un lugar. Ellos mejoraban para ellos mismos, para su matrimonio y para su hijo, pero fuera de todo, un solo chasquido de sus dedos, y sus palabras se volvían ley.
La reja elegia, permitía y dictaba lo que ocurría en su territorio, nada se movía o pasaba sin autorización ni vigilancia. Taehyung fue la excepción, porque Taehyung fue quien decidió formar parte de la roja, y abrió la puerta sin detenerse a preguntar si era bienvenido, porque su más grande amor era parte de ello, y él solo llego a su lado de forma recta, sin preocuparse por lo que podía pasar a su alrededor.
Taehyung era consciente del poder que tenían, era consciente de su posición, y sabía que Jungkook también era consiente, por lo que agradecía profundamente que a pesar de ser quienes eran, sus más cercanos tuvieran la calidez en sus corazón para pasar momentos tan tranquilos como en ese momento, en donde Jimin y él estaban sentados en una manta cerca del arroyo del bosque del palacio, mientras sus esposos jugaban en el agua con los niños.
Se sentía tan cálido y familiar, y estos maravillosos momentos eran los que hacían la gran diferencia entre las personas que solo vivían en la oscuridad en su mundo, ellos encontraban o creaban momentos maravillosos, mientras que otros se acostumbraron a regocijarse en el dolor y la nostalgia.
— es realmente admirable lo que estás haciendo Tae —alago el rubio, bebiendo de tu jugo— un hospital para niños, donde no importan sus nacionalidades, situaciones económicas o color de piel, realmente eres alguien admirable, sobre todo porque no asumes que eres una buena persona por hacer esto.
Taehyung sonrió— creo que a veces cuando una persona se jacta de lo humilde que es, pierde algo de esa humildad.
Ambos rieron, chocando sus copas, siguieron hablando un poco más, por más años que pasaran y que cada vez su mente y cuerpo tuvieran más madurez, ambos seguían siendo ese particular dúo que tantas travesuras ha hecho juntos. Jimin y él seguían siendo igual de cercanos, y a pesar de seguir hablando sobre sus ideas, sueños y aspiraciones, también hablaban sobre sus hijos, sobre su crecimientos, sus clases, sus sueños y ambos compartían las anécdotas más hermosas de sus vidas.
En el lago tan Yoongi como Jungkook tenían a sus hijos sobre sus hombros, mientras estos trataban de luchar entre sí para botarse al agua.
— Sohe no le tires el cabello a Dae —regaño levemente a su hija, quien hizo un pequeño puchero y le pidió disculpas a Daehyun.
— está bien tío Yoon —tranquilizo el menor, sujetándose de la cabeza de su padre, quien le pellizco juguetonamente la pierna— Sohe ¿sabes nadar? —la pequeña asintió— ¡nademos juntos! Papá me enseñó a nadar.
Ambos hombres bajaron a sus hijos y sonrieron al ver como torpemente nadaban unos cuantos metros, mientras paraban, flotaban o se hundían un poco.
— el tiempo ha avanzado Jungkook, te has convertido en todo un esposo y padre de familia.
— eso es un alago.
Ambos hombres sonrieron. Tanto Jungkook como Yoongi eran hombres que, a pesar de tener cargos importantes, jamás se dejaban bañar en elogios de quienes no importaban para satisfacer su ego, no, ellos eran verdaderamente felices como estaban, con sus hijos y con esos bellos hombres que les sonreían desde la orilla del arroyo.
Los menores sonrieron hacia ellos, terminando por ponerse de pie y comenzar a entrar al agua, yendo directamente hacia sus esposos, quienes los recibieron gustosamente. Yoongi tomo feliz mente a su esposo entre sus brazos, recibiendo el pequeño beso que Jimin le dio en los labios, mientras que Jungkook sonrió al sentir como Taehyung subía a su espalda de forma juguetona. Los niños, al ver a sus padres juntos, nadaron hacia ellos, siendo recibidos por Jimin y Taehyung, quienes los ayudaron a subir también sobre los mayores.
Jungkook tenía a su esposo e hijo sobre él, Taehyung en su espalda y su hijo entre sus brazos de estilo nupcial, y Yoongi tenía a su hija sobre sus hombros nuevamente y a su esposo entre sus brazos, colgado como un monito en él. lo único que se escuchaban eran risas, mientras ambas familias jugaban en el agua y se tomaban un momento para ser lo que eran, una familia.
Tomo tiempo, mucho tiempo, pero lograron llegar a este resultado, crearon una familia hermosa, una llena de fortaleza, cariño y con una comunicación sana. Sí, tomo mucho tiempo, pero el regalo más hermoso que pudieron tener, lo estaban viviendo, y seguirían viviéndolo en todos los momentos que siguieran en los próximos años.
Porque siempre que un álbum se acabara, otro podría ser llenado, y sus mentes jamás tendrían fin para cada recuerdo que se almacene en ellas.
🌻
Primero que todo, feliz año nuevo queridos lectores. Espero que estén felices, espero que estén bien, espero que estén llenos de ilusión para este nuevo año. Y personalmente, espero que sigan conmigo este 2025 para entregarles mis escritos con todo el amor del mundo.
Este extra lo hice con cariño, queriendo tocar temas sobre la crianza, el apoyo, y la vida familiar que, a mi parecer, es sana y buena, claro, teniendo el contexto de la historia también. Quise crear escenas en donde se viera a ambos siendo esposos y padres amorosos y comprometidos, y quise mostrar a su hijo en una visión de lo que sus padres lograron construir.
Aun falta un extra, asique espero que puedan esperarlo con ansias, así como una nueva historia que pronto estará siendo publicada en este perfil.
Les recuerdo ir a seguirme a mi cuenta secundaria por cualquier inconveniente ValentinaBeln943
Y a mis redes sociales por si quieren.
Los adoro, gracias por seguir aquí.
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