capítulo treinta y siete
En la oscuridad y el frio del pabellón negro, yacía un hombre encadenado cruelmente de las muñecas y tobillos, siendo lastimado con vigor ante las cadenas hechas con un metal caliente y punzante. No podía evitar seguir sollozando por el dolor a pesar de las horas que habían pasado.
Los hombres pasaban frente a él, pero ni siquiera lo miraban, ¿Qué estaba pasando? ¿Cómo se atrevían a hacerle esto a él? ¿acaso no sabían quién era?
— ¡¿Quiénes son ustedes?! —grito en cuanto vio a dos hombres acercarse a la celda, para luego abrirla y comenzar a acercarse a él— ¡no se acerquen!
Pero sus suplicas no fueron escuchadas, tan solo fue sujetado del cabello con agresividad mientras era arrastrado fuera de la celda. No importaba cuanto gritara, no era escuchado, su cuerpo fue movido cruelmente por el frio suelo hasta que el hombre que tenía su mano sujetando su cabello lo arrojo al piso sin ningún tipo de suavidad.
Cualquiera que estuviera en ese lugar sentiría el frio y el miedo que reinaba de forma tan casual, nadie en su sano juicio se acercaría a pocos kilómetros de ese lugar ante la tenebrosa y lúgubre vibra que emanaba. Cualquiera que entrara ahí por la fuerza, sabría apenas al entrar, que no saldría de ese lugar con vida.
Por esto mismo, a pesar de que el hombre en el suelo seguia en su necedad, seguia envuelto en su orgullo basándose en una posición de prestigio en la cual se habia protegido toda su vida. No podían tocarlo, habría consecuencias, esas personas debían saberlo antes de hacer algo estúpido.
— ¡están cometiendo un error! ¡soy Jeon Woobin! ¡se están metiendo en un problema irreparable! ¡¿acaso no saben lo que esto les costara?!
Pero seguían ignorándolo.
¿acaso nadie sabía lo que pasaba si se metían con un Jeon? Incluso si no era de la familia principal él era importante, tenía un puesto alto, siempre habia estado en la cima de la pirámide, ¿Qué se creía esta gente al tenerlo en tales condiciones? Se encargaría de hacer pagar a cada uno de esos hombres y al responsable de su posición en ese momento, lo mataría, se aseguraría de hacerlo pagar con creces por tal falta de respeto.
— ¡¿acaso no me escucharon?! ¡soy un Jeon! —su voz salía con furia a través de su garganta, raspando esta con brutalidad— no tienen derecho... ¡no tienen ningún puto derecho a hacerme esto!
Sus gritos cesaron en cuanto escucho y vio la gran puerta del lugar siendo abierta después de escuchar como muchos seguros eran movidos. Seguramente la persona que se atrevió a esto estaría frente a él ahora, se aseguraría de recordar bien su rostro para perseguirlo en cuanto saliera de ese lugar.
Después de unos segundos muchos pasos se escucharon y varios hombres entraron, su vista fue de inmediato al hombre que entro junto a una mujer. Su sangre se congelo al ver a Jeon Jicheol y a Jeon Goeun entrar al lugar. Sus expresiones siendo tan frías como las vibras del lugar.
— ¿Qu-qué está pasando...?
El señor Jeon lo vio de reojo, siendo solo ese pequeño segundo de atención brindado, para después girar hacia el hombre que se acercaba a él y en una reverencia le hacía entrega de unos guantes. El señor Jeon se los puso calmadamente, ignorando las palabras del hombre en el suelo.
— ¡n-no me ignore! ¡¿Qué ocurre?! ¡¿Por qué estoy aquí?!
Jicheol lo vio de reojo —tu voz es molesta, guarda silencio o te cortare la lengua y te hare callar a la fuerza.
Woobin guardo silencio obligatoriamente. El mayor lo observaba sin una pisca de emoción, ¿Qué estaba pasando? ¿acaso...? No, era imposible que lo supiera, él habia hecho todo bien, habia movido los hilos de forma inteligente, jamás pudieron llegar a él, debían encontrar a cientos de culpables antes de llegar a él. se habia ocultado y borrado sus huellas con rapidez y éxito, entonces ¿Por qué?
— el tiempo es un regalo y un lujo, y la familia principal no tiene ni un poco para perderlo con una basura insignificante—hablo Goeun, su mirada fría dirigiéndose hacia el hombre de rodillas— has cometido un pecado, un pecado imperdonable y sabes el precio a pegar por tus decisiones poco inteligentes.
Woobin abrió sus ojos con temor— ¡n-no sé de que habla! ¡está equivocada! ¡le juro que-
No pudo seguir hablando porque fue callado con agresividad en el momento en que su rostro giro con brutalidad por el golpe dado en su pómulo, el cual lo hizo escupir sangre y ver de forma borrosa unos segundos.
— ¿te atreves a decirle a mi esposa que está equivocada y a jurarle falsedades a la cara? ¿acaso deseas también sufrir en el infierno? —cuestiono, su voz creando un escalofrió en quien lo escuchara— eres un cobarde, no tienes ni una pizca de masculinidad en ti, y mucho menos tienes una pizca del apellido Jeon.
Sus palabras eran como dagas que además de lastimar físicamente, lastimaban su orgullo, el que tanto tiempo estuvo fortaleciendo y alimentando de forma mundana y despreocupada. Ahora, que el hombre quien fue en su momento el líder de la roja, quien ha ganado tanto y perdido tan poco, estuviera frente a él, hablándole frente a tantas personas de forma tan despectiva, solo lo hizo sentir pequeño, más aún cuando Jicheol no parecía esforzarse en hacerle ver "su lugar".
— t-tío... —su voz sonó entre dientes, no podía creer que estuviera siendo tan cruelmente humillado frente a personas sin ningún tipo de nivel.
— no me llames así —escupió con asco el mayor, como si la sola palabra fuera una blasfemia agobiante— no tienes derecho a usar ningún título, es especial, cuando has perdido lo más importante para ti, aunque insignificante, tu lugar en la monarquía —Woobin abrió la boca para decir algo, pero Jicheol no lo dejo— te atreviste a ir contra los lideres, contra la cabeza de la familia principal, dañando no solo al líder, si no a su pareja.
¿Cómo era posible...? ¿Cómo podrían saberlo? Él jamás se comunicó directamente con Yang, era imposible que supieran que habia sido él quien revelo toda la información acerca de Kim Taehyung y quien puso al tanto a Yang de la vida que llevaba fuera ¡ni siquiera fue sincero acerca de quién era Jungkook porque sabía que si Yang lo sabía no se atrevería a matarlo!
— eres tan patético y lleno de necedad que ni siquiera te has parado a pensar con quienes trataste de jugar —la voz de la mujer hizo eco en la habitación— ¿no pensaste o ni siquiera tuviste algo de sensatez para averiguar quiénes eran con exactitud a quienes estabas perjudicando?
Woobin no dijo nada. Goeun lo miraba como a un insecto, y él, en su infinita rama delgada de orgullo, se sentía pisoteado por la mujer frente a él, quien tenía el poder para hacerlo sentir así.
— ¿crees que has podido ser más listo que él líder de la roja? ¿más listo que Kim Taehyung, una de las personas con el coeficiente intelectual más alto del continente? —siguió hablando Goeun. Su mirada no cambiaba, seguia observándolo con superioridad— has hecho un trato con un bufón y te has escondido como un perro creyendo que pasarías desapercibido. Has manchado de forma patética el apellido Jeon.
— conoces el castigo que por ley te corresponde —hablo nuevamente el mayor. Jicheol no estaba para juegos, mucho menos para perder el tiempo. Además, a diferencia de muchas otras veces, esto lo estaba tomando de forma personal, tanto él como Goeun no eran participes recurrentes del pabellón negro, pero en esta ocasión, donde se habían metido con su familia, vaya que era necesario. Además, no haría que su hijo perdiera el tiempo con alguien tan insignificante cuando ellos podían encargarse sin problema— has insultado, has dañado, engañado y puesto en peligro a la principal sangre de esta monarquía, has puesto en ridículo a tu familia, decepcionado a tus padres, actuado por un orgullo tan dramático que ni siquiera te detuviste a usar un poco de inteligencia.
Jicheol, por algo de consideración habia hablado con su primo, informándole todas las acciones de su hijo. El hombre era ya alguien mayor, mucho mayor que Jicheol, pero al menos él tenía conciencia y conocía la diferencia que habia en las posiciones de la familia. Le habia advertido a su hijo que no siguiera con actitudes soberbias ni se dejara influenciar por su necedad, pero no lo escucho, y se atrevió a poner en peligro a toda su familia, padres, hermanos mayores y menores, esposas, hijos y sobrinos. Todo por querer mostrar un punto completamente ridículo e impensable. Solo quería demostrar que Jungkook podía ser vencido, que podía caer ante actitudes básicas humanas.
Solo con ese objetivo, de querer bajar a Jeon Jungkook de su nube de poder, se habia atrevido a poner en peligro a todos, sabiendo que un pecado de esa magnitud puede pagarse con la sangre propia y cercana, tomándolo como una lección y un acuerdo justo. Por esto mismo el padre de Woobin, al enterarse de lo sucedido, le dijo a Jicheol que hiciera lo que quisiera con su hijo, que actuara como creía correspondiente ante los crímenes del menor, al mismo tiempo que le imploraba el perdón de su familia a cambio de abandonar por completo a su hijo.
Jicheol lo hizo, los dejo fuera de los crímenes de su hijo, pero fueron castigados con el título de familia cercana a solo familia, dejando de ser reconocidos, por el simple hecho de no haber detenido o educado de forma firme a su hijo. El padre de Woobin, agradecido por la misericordia, entrego a su hijo a las manos de la familia principal, sin ningún cargo de conciencia, sabiendo que estaba salvando al resto de su familia, quienes eran inocentes en las groserías de su hijo.
— ¿Co-cómo se enteraron...? No deje ninguna pista, no deje nada para que pudieran llegar a mí —cuestiono, siendo envuelto por la resignación.
— pregunto nuevamente ¿acaso no usaste un poco de inteligencia para saber con quienes estabas tratando? —cuestiono Goeun, caminando por la habitación, Woobin podía ver como todos los hombres reverenciaban ante ella— Jungkook es alguien que jamás ha perdido ante nadie, y Kim Taehyung es alguien que jamás se ha equivocado.
Taehyung jamás habia cometido una equivocación, muy pocas veces habia fallado en algo, pero las veces que ha pasado, jamás ha llegado a un resultado negativo, él siempre terminaba encontrando la solución, incluso si tardaba en ello. Y Jungkook jamás habia perdido, su propio orgullo no lo dejaba, y la combinación entre ambos hacía que fueran casi intocables. Quien fuera en su contra, debía estar preparado para las peores consecuencias.
Ambos tenían poder en sus manos, y ahora que la roja tenia a Taehyung, ambos podían ser imparables, podían ser intocables. Woobin habia actuado descuidadamente, siendo cegado por su orgullo y desesperación de querer ver vulnerable a Jungkook, quien siendo menor que él, tenía todo, poder y la capacidad deshacer y deshacer a su antojo solo por ser el primogénito de la familia principal.
— Además, para la familia principal no trabaja nadie que sea mediocre —dijo, su tono de burla era evidente— llegar a ti fue sencillo, solo nos tomó algo de tiempo extra por estar lidiando con Yang.
— ¿Cómo...?
— desde el primer ataque a Taehyung, Seokwoo no se detuvo a encontrar quien estaba detrás de todo, y llego a la respuesta —Woobin pudo sentir cuando perdió el color en su rostro— has sido descuidado, la roja, lamentablemente tiene bases bajas y sucias, en donde el hombre hace hasta lo más idiota por dinero, tú, sin si quiera detenerte a pensar, involucraste a personas de lo más bajo de la roja, creyendo que serían leales a ti si les pagabas lo suficiente —Goeun rio levemente, viendo hacia Woobin de tal forma que lo hizo sentir pequeño y ridiculizado— fuiste alguien ridículo al creer que la esa gente seria leal a ti.
Por más baja que estuviera la posición, seguían perteneciendo a una de las mafias más peligrosas, y lo más poderoso que el dinero, era el miedo, y la gente que Woobin trato de reclutar o creyó hacerlo, eran leales y cobardes ante sus superiores, siendo este sentimiento una cadena que seguia una pirámide, sabiendo todos cuales serían las consecuencias por la traición.
Woobin abrió sus ojos ante esto, todos los hombres que habia reclutado habían jurado que serían leales a él, que harían lo que él les dijera siempre y cuando fuera generoso al pagar sus trabajos.
¿Cómo lo habían traicionado de esa forma? ¿o simplemente realmente jamás tuvo un poco de la seguridad que creyó tener?
— tuviste la oportunidad de ser alguien reconocido, tuviste el privilegio de nacer con el apellido Jeon, pero lo has desperdiciado y avergonzado—dijo Jicheol, su voz grave causando escalofríos a quien estaba de rodillas— te sumergiste en la avaricia y la envidia que sientes hacia Jungkook e incluso la envidia que creaste hacia Taehyung y olvidas, que incluso cuando Taehyung no pertenecía a la roja, era mucho más significativo y reconocido de lo que tú jamás fuiste.
Los ojos de Woobin estaban rojos por las lágrimas que no pudo contener. La desesperación lo estaba consumiendo, ¿realmente fue tan fácil llegar a él? él estaba seguro de haberlo hecho todo bien, entonces ¿por qué estaba en esta situación? No era justo, él se habia esforzado toda su vida para ser visto mientras que Jungkook solo tuvo que nacer siendo él. Por más que trato, por más que lo intento, jamás logro un reconocimiento que se asemejara a los de Jungkook.
— no es justo... —susurro, nadie hablo, esperando que el hombre en el piso se desahogara como quisiera, a pesar de que a nadie realmente le afectaba— ¡no es justo! ¡él siempre lo ha tenido todo desde su maldito nacimiento! —exploto por fin— ¡Jungkook tan solo es quien es por haber nacido en la familia principal! ¡sin su maldita posición no sería nadie!
Un golpe en el rostro lo callo.
Luego otro y luego otro.
Jicheol podía soportar muchas cosas, pero no el desprestigio de su hijo, quien ha hecho cosas imposibles en un tiempo mínimo, quien ha guiado inteligentemente una organización muy pesada, quien ha cerrado tratos con personas realmente importantes con los que otras personas jamás pensarían si quiera en acercarse. Jungkook hizo crecer la roja en un mínimo de tiempo, la expandió, limpio y acomodo a su gusto, creando versiones nuevas y mejoradas de todo, logrando que los más poderosos sirvieran ante él, logrando que quien escuchara el nombre de la roja sintiera un escalofrió. No, él no permitirá que se hablara de esa forma de su hijo.
Jungkook era un líder nato, un hombre en toda la palabra, no un cobarde que lloraba de rodillas por su poca inteligencia al darse cuenta de que sus actos tenían consecuencias.
Con fuerza tomo el cabello del hombre, casi arrancándoselo, haciéndole levantar la vista— ¿te atreves a cuestionar las acciones de la cabeza principal de la roja? Incluso si hubiera sido un heredero principal, jamás llegarías ni a la suela de los zapatos de Jungkook.
— ¡Tú-
Una bofetada lo hizo callar con agresividad. Su cabello fue tomado con agresividad nuevamente, haciéndole levantar la vista. La sangre bajaba por sus labios y su nariz ya estaba morada. — Yo, antiguo líder de la roja, con una autoridad que tu jamás tendrás ni siquiera en un dedo meñique, te condeno a pagar por los crímenes que has cometido, los cuales, a pesar de no finalizar como lo esperabas, fue un acto de rebeldía y traición, y aquí todos saben cómo se castiga.
Y sin más que decir, el señor Jeon levanto la vista, viendo hacia los hombres alrededor, los cuales se acercaron por la señal que el mayor les dio. Woobin abrió los ojos con miedo al verlos acercarse sin ninguna expresión, por su mente pasaron miles de cosas, su corazón comenzó a bombear fuertemente y su garganta se cerró. No pudo hacer nada, no pudo reaccionar más allá de tratar de escapar cuando lo agarraron con fuerza, los hombres lo sujetaron con fuerza y se le fueron en cima para sujetarlo. Después de eso, después de pelear y gritar con todas sus fuerzas, finalmente los hombres se levantaron y se alejaron.
Pero Woobin se dio cuenta de que no habia sido liberado, no del todo, ya que sus extremidades, muñecas y tobillos eran sujetas por grilletes fuertemente apretados.
Sus ojos siguieron estos, viendo las largas cadenas, siguiendo la extensión de estas, viendo como llegaran a una ruleta, a una gran ruleta. Perdió por completo en color de su piel.
— con tus pies avanzaste sin detenerte en contra de tu líder, y con tus manos sellaste tratos con intenciones de lastimarlo a él y su pareja, el futuro líder de la roja, quien dará a luz a los futuros herederos —dijo, Woobin abrió sus ojos en pánico cuando vio que las ruletas comenzaban a girar— perderás lo que usaste para dañar a la cabeza de la roja, pagaras con sangre y te hundieras en tu miseria solo, tu existencia será olvidada y tu participación en la roja no quedara grabada en ningún lado. Eres nadie y morirás siendo nadie.
Y antes de que siquiera pudiera apelar o rogar misericordia, sus extremidades fueron estiradas con fuerza y agresividad, todo fue muy rápido, y no pudo ni siquiera gritar de dolor, tan solo abrió sus ojos desmesuradamente en cuanto su cuerpo quedo en el aire y estirado en una x, sintiendo el preciso momento en el que su hombre salió de su lugar. Sus ojos se llenaron de lágrimas y los sollozos desgarradores comenzaron a salir de su garganta.
— ¡PO-POR FAVOR! ¡LO LAMENTO! ¡TENGA PIEDAD, SE LO RUEGO!
La risa de ambos mayores hizo eco en la habitación, haciendo que Woobin gritara con más insistencia y desesperación ¡no podía morir de esa forma tan cruel y enferma! Los mayores tan solo rieron levemente al ver la desesperación de quien se creía intocable. De quien le habia hecho daño a sus hijos de forma descarada.
Estaban mostrando abiertamente una pequeña parte de lo que eran capaces de hacer si se metían con su familia, si se atrevían a agredirla de cualquier manera. Ellos los harían pagar.
— ¡SOLO DISPAREME POR FAVOR! —lloro, su rostro completamente rojo y manchado por la mucosidad y las lágrimas— por favor...
Jicheol se acercó, tomando el cabello del hombre nuevamente, esta vez no siendo agresivo, simplemente obligándole a verlos a ambos a los ojos, los ojos de unos padre y suegros que sintieron una desesperación incomparable, al no saber de su hijo, al creer que su nuero saldría herido. Ellos no perdonarían jamás un daño hacia ellos.
— mi Yerno sintió la misma desesperación al saber que el hombre que amaba habia sido secuestrado por el mismo enfermo que le hizo pasar un infierno hace años, y mi hijo sintió terror por lo que podría pasarle a su pareja sabiendo que lo iría a salvar. —dijo Goeun, sus ojos carecían de cualquier emoción— dime ¿te importo su desesperación?
Woobin quería gritar por misericordia nuevamente, pero Jicheol fue quien hablo primero— si mi nuero hubiera tenido una vida dentro de él, y algo le hubiese pasado, o si simplemente algo le hubiera pasado a mi hijo o a mi nuero, maldición... te hubiera hecho sufrir por años, maldita escoria, asique agradece que tu muerte tan solo será dolorosa por unos momentos.
Woobin siguió la mano de Jicheol, y sus ojos se abrieron y sus oídos sintieron un pitido en el momento en que este chasqueo sus dedos, dando una clara orden.
Todo fue realmente rápido y el dolor desgarrador fue todo lo que lo lleno, sus labios se abrieron a más no poder, haciendo que estos se desgarraran en las esquinas. Las lágrimas bajaron sin cesar por sus ojos y su garganta ardió de forma horrible por los grandes gritos que salían de ella. Las maquinas siguieron su movimiento, incluso cuando el cuerpo del hombre se trató de resistir, pero al final todo cedió, haciendo que una escena sangrienta y perturbadora fuera lo que llego a los ojos de todos los presentes.
Sus extremidades se estiraron con fuerza inhumana, sintió su piel desgarrándose de forma cruel y sintió como sus huesos se separaban y rompían de forma rápida y horrible. Pudo sentir como sus extremidades y su piel se separaba poco a poco, haciéndolo sentir hasta el último pedazo de piel junta desgarrándose y yendo a un lugar lejano, no podía pensar, no podía decir nada, mucho menos podía hablar. La sangre comenzó a manchar el piso por litros y litros, y las maquinas seguían moviéndose hasta que cada una llego al límite, y con ella, llegaba una parte del cuerpo de quien agonizaba en el piso con tan solo su torso.
Los ojos de Woobin estaban inyectados de sangre, los cuales estaban perdidos en el techo oscuro del lugar, y ni siquiera en sus últimos momentos de vida, pudo tener paz, tan solo viendo oscuridad mientras un dolor agonizante lo acompañaba en su camino a la muerte, en donde ni al lugar en el que se dirigía, podría estar en paz.
Al final sus ojos perdieron completamente su brillo natural, y de su garganta salió un último suspiro, mientras la sangre rodeaba lo que quedaba de su cuerpo. Habia muerto.
Los mayores veían esa escena sin emoción. Jicheol tomo la cintura de su esposa, girando hacia los hombres, quienes esperaban nuevas órdenes. Algunos estaban aterrados, pero al menos tenían claro de que era capaz la roja en caso de traición, y nuevamente, el miedo detenía lo que fuera.
— las acciones tienen consecuencias, las acciones contra la roja tienen castigos —la voz de Jicheol se escuchó más fuerte de lo normal, era totalmente dura y normativa, nadie hablo— quien se atreva a actuar en nuestra contra de cualquier manera, pagara con sangre, mi palabra fue ley y se convirtió en mandamientos, y la palabra de mi hijo y su futuro esposo será ley y tradiciones irrevocables, tomen esto como un ejemplo. La roja está en todos lados.
Y sin más que decir, tomando la mano de su esposa, ambos salieron del lugar, dejando que los hombres se encargaran de los restos de quien quedara grabado como un traidor ante todos y quien aún lo tenga en sus recuerdos en unos años.
Jicheol y Goeun fueron lideres natos, respetados y temidos, hoy siendo unas personas que, a pesar de alejarse del liderazgo, seguían teniendo un gran poder y todo un camino que los hacia leyendas y los hacia merecedores de su propia historia para las futuras generaciones. Siempre se preocuparían por sus hijos y sus familias, siempre estarían ahí para ellos, pero al mismo tiempo, quienes fueron, siempre estará presentes en ambos.
En el gran cuarto de la pareja, reinaban las pequeñas risas de dos chicos que se entretenían en embellecer y arreglar a un castaño algo acelerado. Jimin estaba detrás de Taehyung, atando su la parte baja de su traje mientras Taehyung se admiraba en el espejo.
— wow... realmente me veo-
— extremadamente caliente —termino de decir el rubio, Taehyung se ruborizo levemente mientras reía— realmente te ves precioso.
Taehyung apretó levemente los labios— ¿no crees que expone demasiado...? —cuestiono, viendo como toda su espalda estaba completamente descubierta, además de como su traje era completamente ajustado en las zonas donde precisamente sus atributos jugaban a su favor.
El hermoso traje que él y la señora Jeon habían escogido por fin estaba en él, siendo lucido de forma angelical y preciosa. Su pantalón rojo y camisa blanca, la cual dejaba al descubierto su piel y el pantalón resaltaba sus glúteos perfectamente formados, le hacían sentir tanto tímido como maravillado.
Realmente se veía hermoso.
Además, Jimin se tomó el tiempo de ayudarle a arreglarse, haciéndole un maquillaje sutil, pintando sus labios con una suave tintura roja, y claro, añadiendo un pequeño regalo para Jungkook más tarde. El rubio habia pensado en todo y Taehyung tan solo se dejó hacer. Le gustaba poder pasar estos momentos con Jimin, quien al igual que él, estaba realmente feliz por la amistad que habían creado.
— tú no te quedas atrás —dijo Taehyung, volteando hacia el rubio, quien lucía un hermoso traje purpura que resaltaba su delicada figura— te ves realmente esplendido, Yoongi tendrá que limpiar el camino de baba que dejará con tan solo verte.
El rubio rio divertido, ocultando sus ojos en unas medias lunas. Él se habia ido temprano de su hogar para poder llegar al palacio y poder arreglarse junto a Taehyung, al llegar pudo ver como todo estaba perfectamente decorado de forma exorbitante, todo completamente lujoso y glamuroso, digno de la realeza, digno de Taehyung.
Jungkook jamás escatimaría en gastos cuando se trata de su prometido. Y el corazón de Jimin habia quedado completamente impresionado por cada detalle que vio, incluido el jardín, donde habían colocado una hermosa capilla de color blanco, y a su alrededor, miles de tulipanes de diferentes colores, rodeándolos, dándoles una vista hermosa. Taehyung se lo habia comentado a Jungkook, su flor favorita, el tulipán, y este no tardo en conseguir los más posibles para adornar el jardín con ellos, queriendo darle la mayor felicidad y comodidad al hombre que amaba.
— pues claro —rio el más pálido— pero no olvides lo que llevas debajo de esa ropa, incluso con ella, estoy seguro de que de que Jungkook perderá el sentido a penas te vea, y cuando te vea sin la ropa, tu perderás el privilegio de caminar.
— ¡Jimin! —arremetió Taehyung en un gran sonrojo— eres un desvergonzado...
El rubio rio a carcajadas, mientras se acomodaba al lado de su amigo, ambos viéndose al espejo, sabiendo perfectamente que se veían deslumbrantes y que muchas miradas estarían en ellos en la velada.
Ahora, que ya habia pasado tiempo, la gente ya habia comenzado a llegar por montones, eso incluía a los padres del castaño, amigos íntimos, familiares lejanos y cercanos de Jungkook, y claro, fuera del terrero del palacio, cientos de periodistas tratando que captar uno de los eventos más importantes del siglo. La fiesta de compromiso de los lideres de la roja.
— ¿crees que sea el indicado...? —cuestiono Taehyung en un susurro, viendo su reflejo— ¿crees que sea el indicado para estar a un lado de Jungkook?
Jimin sonrió— eres el indicado, eres el único que puede estar en ese lugar, y te aseguro, de que, si dependiera de Jungkook, él no estaría a tu lado, él estaría de rodillas junto a ti, entregándote su devoción.
Los ojos de Taehyung brillaron levemente y el rubio continuo.
— he conocido a Jungkook desde hace mucho tiempo, ha sido un caballero toda su vida, así como un hombre conciso y frio, jamás se dejó engatusar ni tampoco abrió su corazón a nada ni nadie —dijo, su voz era tranquila. Taehyung escuchaba atentamente— pero en cuanto lo volví a ver en Mónaco, supe que algo habia cambiado, habia un brillo en sus ojos que jamás habia visto, y este solo aparecía cuando te veía a ti, solo a ti.
Jimin suspiro, tomando la mano contraria, acariciándola entre las suyas. Dándole tranquilidad.
— Jungkook te ama más de lo que se puede explicar con lógica, te venera, eres su todo, y jamás ha tenido vergüenza de expresarlo —dijo, Taehyung mostraba una pequeña sonrisa— será un esposo y un futuro padre excepcional. Si estuviéramos en otro contexto y fuéramos amigos en una vida diferente, te diría que lo pensaras bien, que debes estar completamente seguro de tu decisión, que jamás se termina de conocer a una persona, pero... ahora no puedo decirte nada que no sea felicidades, porque sé que tendrás un matrimonio feliz por el resto de tu vida, y tendrás un hombre que sentirá que su amor por ti se marchitara, solo podría aumentar.
Jimin hablaba con sinceridad y afecto, Taehyung era su amigo, pero al mismo tiempo conocía a Jungkook, y al ser testigo de la relación que estos construyeron, simplemente no podía decir ni ver nada negativo en su amor. Porque era evidente que ambos se amaban de forma única y autentica.
Lo que el rubio no espero era ser abrazado con fuerza por el castaño, quien rodeo su cintura al mismo tiempo que Jimin rodeaba la suya, ambos quedando en un silencio cómodo hasta que Taehyung decidió hablar.
— gracias... —susurro, aun oculto en el cuello contrario— gracias Jimin, por aceptarme, por ser cercano a mí, y por brindarme tu amistad, prometo cuidarla siempre.
Jimin sonrió, separándose levemente, sus miradas se juntaron —no me agradezcas, actuó con sinceridad, y tú, te has convertido en alguien especial no solo en la vida de Jungkook, en la mía también, y estoy feliz de saber que seré parte de tu vida en un futuro.
Y es que Jimin ofreció su amistad de una forma sincera y sin condiciones. Lo decidió así la primera vez que vio a Taehyung y de igual forma, vio como este miraba a Jungkook. No habia maldad o motivo oculto, lo miraba con evidente amor y admiración, y cuando hablo con él la primera vez, jamás vio lastima o incomodidad, tan solo vio empatía y emoción. Eso era Taehyung, y por eso, Jimin se aseguraría de ser un buen amigo, de cuidar la amistad que habían creado y de siempre estar ahí para el castaño.
— no debes agradecerme por estar a tu lado Taehyung —dijo, el rubio, ambos movieron sus cuerpos, quedando frente a frente— seré tu amigo y tu hermano, podrás contar conmigo incondicionalmente, y seré quien te diga que esta de tu lado y tienes la razón incluso si no la tienes —dijo, ambos rieron— seré tu apoyo.
una sonrisa cómplice se compartió y un abrazo los unió, quizás en otro mundo fueron hermanos, quizás en otro universo se conocieron antes y pudieron ser confidentes del otro y apoyarse tal y como lo haría un hermano. Pero en esta vida, se conocieron cuando debían y se apreciarían desde el primer día. Sabían que su amistad sería algo sagrado y verdadero.
— hay muchas personas abajo, y más llegaran pronto —dijo Jimin, separándose del abrazo, dando un paso a un lado, volteando a Taehyung hacia el espejo, haciendo que este observara su reflejo— no lo olvides, eres Kim Taehyung de Jeon, pronto Jeon Taehyung, futuro líder de la roja y una de las personas más inteligentes de nuestro continente, y quien no baje la cabeza ante ti, será considerado alguien inculto.
Kim Taehyung de Jeon, él siempre supo que era alguien importante en la sociedad, por su contribución, inteligencia y todo lo que habia logrado y podía lograr. Hoy, se presentaría como el pronto futuro líder de la roja, él no fallaría, traería orgullo a su nueva familia y lo que sería su legado en unos años, enorgullecería a Jungkook.
No era un problema anunciar lo inevitable, sus padres sabían a que pertenecía Jungkook, después de todo Taehyung fue quien decidió que su matrimonio no comenzara con mentiras a sus seres amados, ni tampoco con información oculta. Fue difícil, sus padres lejos de mostrarse decepcionados se mostraron aterrados, aterrados por su seguridad, por su integridad, y con justa razón. Pero eso fue solucionado, con un Jungkook explicando y jurando por su vida que jamás permitiría que alguien lo dañara a él o a su futura familia, que Taehyung era más importante que todo lo que era o poseía, pero lo que realmente calentó el corazón de Taehyung, fue cuando Jungkook dijo firmemente que si abandonar la roja y su posición hacía que los señores Kim aceptaran tenerlo en la familia, él lo haría sin pensarlo.
Porque eso era Taehyung, todo. no necesitaba una balanza porque él sabía cuáles eran sus prioridades, y esas estaban alejadas de sus responsabilidades como zar. Estaban a un lado del hombre que amaba y al que habia jurado cuidar y amar.
Jungkook lo consideraba su más grande adoración, y esto jamás estaría en duda, mucho menos en ese momento, en donde Taehyung bajaba de por la escalera mientras su brazo estaba entrelazado con el de su padre, al llegar frente al azabache, el mayor les sonrió a ambos para luego marcharse al darse cuenta de que la atención de ambos solo estaba en el otro, ni siquiera en los cientos de personas que los veían expectantes.
— debes ser sincero conmigo ¿eres real? ¿o eres un ángel que bajo desde lo más puro y perfecto a atrapar mi corazón? —cuestiono Jungkook, sus ojos viéndolo con tanto amor y admiración que las mejillas de Taehyung se tiñeron de un leve rojo.
Muchos ojos estaban sobre ellos, pero ellos solo se veían entre sí, la belleza que poseí el contrario ante los ojos de cada uno era una obra maestra, una que era únicamente de ellos. Jungkook lucía un hermoso traje negro, y una camisa de ceda con cuello largo del mismo color, mientras que su cabello largo caía por parte de su frente y casi llegaba a sus hombros de forma despreocupada. Taehyung lucia su espléndido traje con un color rojo oscuro y un blanco opaco, mostrando su esculpida espalda y un escote que seguia la forma de sus clavículas, mientras su cabello naturalmente rizado estaba brilloso y caía por su frente.
Deslumbraban belleza y seguridad, tantas emociones en un mismo lugar y en medio de ellos solo el amor reinaba, amor, admiración y una gran sensación de agradecimiento, agradecimiento por poder ser el compañero del otro.
— usted... zar Jeon, es un hombre que sabe usar muy bien las palabras —dijo, acercándose aún más, sonriéndole de forma cómplice.
Ambos tenían ese brillo peculiar en sus ojos.
Jungkook le pidió su mano, Taehyung se la ofreció y sus labios se curvaron aún más en cuanto vio al contrario inclinarse para dejar un beso sobre en dorso. De forma tan gentil como si temiera hacerle daño incluso con sus labios.
— mis palabras son sinceras, jamás me atrevería a ser un simple adulador —dijo, su voz era calmada, mientras atraía a su prometido más cerca— eres realmente deslumbrante, y no hay nadie en este palacio que sea lo suficientemente digno como para apreciar tu belleza.
Taehyung levanto su mano, acariciando el rostro contrario— no necesito a nadie, porque los ojos que realmente quiero sobre mí, los que tanto amor, siempre están sobre mí, mostrándome esas estrellas que hay en ellos esas que tan solo yo puedo apreciar.
Jungkook se inclinó en el tacto —solo tú. —aseguro.
Sus dedos se entrelazaron. Taehyung termino por bajar los últimos escalones hasta llegar a un lado de Jungkook, este ofreció su brazo y Taehyung en seguida lo cruzo con el suyo. Las personas los observaban expectantes, los familiares los veían con felicidad y los cercanos con sonrisas. Era un momento perfecto.
— agradezco a todos por venir a esta especial velada —la voz del señor Jeon sonó firme ante todos los demás— hoy, en este día tan especial y esperado, celebraremos no solo un compromiso, hoy celebraremos una unión de dos almas que nos darán la dicha de apreciar algo genuino y verdadero. Kim Taehyung y Jeon Jungkook, lideres de la roja, cabezas de la monarquía de nuestro legado, celebraran hoy su compromiso ante ojos de testigos y de los cielos, creando una leyenda.
Los nombrados estaban de pie uno al lado del otro, viendo a las personas, había muchas y diferentes miradas, había tantas opiniones y visiones acerca de cómo iría todo en un futuro, pero nuevamente, ¿Qué importaba? Jungkook y Taehyung se amaban de forma incondicional, de forma única y incomparable. Ambos tenían una historia detrás y una que construir, sobre quienes fueron, quienes son y quienes serán, y en su camino las leyendas irán surgiendo, no solo por su posición, si no por quienes son.
— este es un momento de felicidad y paz, pero al mismo tiempo, de reconocer la posición que Kim Taehyung de Jeon ha de cumplir —esta vez la voz de Goeun se hizo escuchar, al otro extremo de las escaleras, ella y su esposo a cada lado de los menores— su palabra es ley, sus deseos ordenes, y sus órdenes mandamientos que se cumplirán al pie de la letra. Él traerá prosperidad y balance a la roja, traerá un futuro mucho más grande que el que conocemos, y lo más importante, será reconocido por lo que es y será, una leyenda y líder nato en la roja.
En ese momento, todos los guardias hicieron un ruido al tiempo al golpear sus pies en el suelo, haciendo que todas las personas pusieran su completa atención. Jicheol levanto su copa en el aire, para luego hablar de forma firme.
— ¡Por los lideres de la roja!
— ¡Por los lideres de la roja! —todos repitieron, para luego beber de sus propias bebidas.
Era una demostración de poder y superioridad. Reinaba el respeto, incluso si Taehyung aun no adoptaba el apellido Jeon, se habia convertido ya en quien seria en poco tiempo. Frente a todas esas caras, rostros sin conocer, él ya tenía el poder que su título conllevaba, y podría hacer y deshacer a su antojo y completa voluntad. Todos ahí lo sabían, y nadie se atrevería a contradecir las leyes que él castaño dictaría.
Taehyung giro su rostro, encontrando a un Jungkook que miraba serio a las personas. Su porte mostraba poder y seguridad, pero en cuanto volteo a verlo, Taehyung pudo ver el momento exacto en que su expresión cambio, solo por verlo a él, su rostro se suavizo y una sonrisa lo adorno.
— ¿te sientes abrumado, cariño?
Taehyung negó— cuando estoy contigo todo alrededor se vuelve borroso— sincero en un susurro.
El pecho de Jungkook se sintió cálido ante la sinceridad, pero aun así insistió.
— de todas maneras, si sientes que es demasiado para ti, solo dilo, y te llevare lejos.
Jungkook seguia atacando su corazón de forma descarada.
Sin importarle la grosería que podría significar abandonar su propia fiesta de compromiso, sin pensar en las apariencias o en las personas que estaban en ese lugar, Jungkook solo lo veía a él, solo se preocupaba por él, dejándose guiar y actuar en base a lo que Taehyung sintiera y quisiera, realmente no podía haber dudas en nadie. Jeon Jungkook amaba con sinceridad a su prometido, poniéndolo por sobre todo y todos.
Su corazón estaba cálido, y sus ojos no querían separarse de los contrarios, de igual forma, Taehyung solo miraba a Jungkook.
— estoy bien —le aseguro nuevamente— estoy celebrando mi compromiso con el hombre que amo, ¿Cómo no podría estar bien?
Jungkook sonrió, sin importarle, se acercó para dejar un suave beso en la mejilla contraria— mi precioso ángel, este es uno de los días más especiales de mi vida, pero lamentablemente no puede ser de los primeros.
Taehyung frunció levemente el ceño. Jungkook sonrió para comenzar a explicarle.
— te conocí, aventuré contigo, nos comprometimos, nos casaremos, formaremos una familia, ¿cómo podría enumerar y ordenar en un orden correcto los hechos más importantes de mi vida? —cuestiono, la sonrisa de Taehyung no se hizo esperar— pero s realmente necesitas saberlo, el conocerte, el haber sido con el milagro de estar en tu camino hace que ese día sea el más especial en mi vida, el segundo lo guardare para cuando conozca a nuestro futuro hijo.
—Kook...
Jungkook volteo hacia los presentes, los cuales volvieron sus vistas y total concentración hacia ellos en cuanto los guardias volvieron a anunciarlos.
— les agradecemos con honestidad su presencia —hablo, Taehyung estaba hipnotizado con su voz— les pido disfrutar la velada, pero antes de eso, quisiera tener su atención un momento.
Jungkook soltó con cuidado el brazo de Taehyung, dando un paso hacia atrás, Taehyung lo miraba expectante. Sus ojos se abrieron en cuanto vio a Jungkook arrodillarse ante él mientras sostenía su peso en una rodilla.
En menos de un segundo todos los invitaron lo imitaron, incluyendo las personas mayores. No habia nadie que no estuviera ofreciéndole respeto.
— yo, Jeon Jungkook, te agradezco a ti Kim Taehyung por aceptarme, por permitirme amarte y por dejarme soñar y construir un futuro a tu lado, hoy, aquí, juro por mi alma y todo lo más valioso que poseo, que mi devoción siempre será única y exclusivamente para ti, no importa para que sea usada, mientras este en tus manos, yo seré un hombre feliz —Dijo, Taehyung estaba luchando contra la cristalización de sus ojos— como un líder desde mi nacimiento, reconozco a uno cuando lo veo, y no hay nadie más digno para llevar el peso de la roja sobre sus hombros, pero necesito que sepas, que no importa que, yo siempre estaré compartiendo el peso contigo.
Después de eso, Jungkook levanto su cabeza levemente, inclinando su mano, tomo la contraria, acariciándola con la punta de sus dedos, la llevo nuevamente a sus labios, besándola con respeto.
No había un hombre humillándose, no había un hombre dominado ni "mandilón" tampoco había un hombre que se avergonzara de mostrar aprecio a la persona más importante de su vida. Solo había un hombre enamorado, un hombre enamorado con todo su corazón de lo malo y lo bueno de la persona parada frente a él. Y si estar de rodillas significaba la estabilidad del contrario, Jungkook permanecería de rodillas toda su vida.
Una mano suave se posó en su mentón, haciéndolo levantar la vista. Sus ojos fueron bendecidos por la mirada y la sonrisa contraria, quien lo miraba como si tratara de igualar el mismo amor que él sentía por el menor.
— levántate, por favor —pidió, Jungkook de inmediato hizo lo pedido, las demás personas de a poco comenzaron a erguirse.
Taehyung miro por unos segundos a los ojos del mayor, quien seguia con el mismo brillo intenso en sus ojos, quien seguia observándolo como si fuera la persona más especial del mundo. Eso era lo que quería, eso era lo que estuvo buscando toda su vida sin saber, alguien que lo amara con la intensidad que solo Jungkook podía proporcionarle.
Después de permitirse admirar a su prometido, la voz de Taehyung sonó con fuerza y elegancia en medio de la multitud.
— agradezco su presencia en una de las celebraciones más importantes de mi vida, sobre todo, agradezco a las personas cercanas a mí, a mi familia y nueva familia, que me han recibido, aceptado y apoyado en los momentos difíciles y hecho saber que pase lo que pase, estarán ahí —dijo, tomándose un momento, ahora volteando hacia Jungkook— Jeon Jungkook, mis verdaderos votos serán dichos en nuestra boda, pero se me hace necesario hablar... no puedo asegurar que la prosperidad será el pavimento de nuestro camino, pero si puedo jurar que jamás caminaras solo, ni mucho menos te sentirás solo. Seré tu esposo, tu compañero de vida y la persona más leal a tu lado. Eres un hombre y un líder excepcional, y no puedo sentirme más afortunado y orgulloso de ser yo quien pueda estar a tu lado en esta vida.
Sus palabras eran como un hechizo para Jungkook, un hechizo del cual despertó solo cuando sintió como Taehyung, al igual que él tomaba su mano y la llevaba hacia sus labios, dándole un beso duradero mientras se inclinaba en respeto hacia él.
El corazón de Jungkook palpitaba con fuerza en su pecho, pero su mente estaba concentrada en cada uno de los movimientos contrarios, Taehyung era algo, algo realmente especial y simbólico, aquí, enfrente de toda esta gente que no tenía valor en su vida, frente a la gente más cercana, y gente que realmente significaba mucho para él. Demostraba de forma sincera cuanto amaba a Kim Taehyung, demostraba su afecto y lealtad, demostraba al dueño de todo lo que él era.
— por favor disfruten la velada —Taehyung volvió a hablar a los demás— esta noche será la marca de un nuevo inicio, y espero poder estar en los mejores términos con todos, no quisiera que hubiera malentendidos o altercados futuros, todos aquí conocen su propio lugar sin sentir vergüenza, asique por favor, que sea un comienzo honesto.
Sus palabras fueron duras y cargadas de amenazas silenciosas, Jungkook solo pudo sonreír ante esto. Su chico era capaz de poner a su lugar a la gente que sin decir nada, podía tener intenciones egoístas u ocultas hacia él. y Taehyung no era inocente, sabía que su posición traía muchos beneficios, y con eso, a personas que olían lo que podían obtener a kilómetros.
En lo que siguió de la velada, Taehyung y Jungkook no se separaron en ningún momento, muchos podrían decir que eran demasiado pegajosos o muy dependientes de la cercanía del otro, la realidad, es que no le veían el sentido a estar cada uno por su lado en una celebración, se supone, era de ambos. Juntos recibieron los saludos de las diferentes familias e invitados externos. Recibieron las felicitaciones de todos, amigos, parientes, conocidos, los padres de Taehyung no pudieron estar más encantados al ver el cómo su hijo era recibido tan cálidamente por la familia de su prometido. Les alivio saber que su hijo no sería víctima de costumbres absurdas ni que su palabra seria ignorada.
Cuando ambas familias se conocieron, los Kim realmente pensaron que los Jeon podrían ser bastante tradicionalistas, influyendo en cambiar la actitud independiente que siempre Taehyung ha tenido. Pero no fue así, ellos fueron cálidos, tanto el matrimonio como su hijo menor, los tres les aseguraron que cuidarían bien a Taehyung, que su voz jamás seria silenciada y que ellos eran totalmente bienvenidos a ir al palacio y formar parte de su vida cuando lo desearas. Eran familia después de todo y posiblemente en un tiempo, una vida los una aún más.
Taehyung igual habia invitado a Namjoon, Seokjin y Hoseok, quienes a pesar de tener ideas diferentes acerca de todo, de tener otros principios, asistieron, apoyando a la persona que apreciaban, deseándole sus mejores deseos y una vida prospera junto al hombre que amaba.
— entonces su boda tendrá lugar en dos semanas —hablo Hoseok, sonriendo cuando sintió la mano de Seokjin pasar por su cintura y apretarla levemente.
Taehyung asintió con una sonrisa— así es, sé que anunciamos la fecha de forma apresurada, pero hemos estado trabajando tanto en cómo será todo que olvide lo más importante, enviar las invitaciones con tiempo—dijo con una sonrisa algo avergonzada.
Los mayores rieron. —esta bien, solo debemos ver desde ya los vuelos y los hoteles disponibles, no nos lo perderíamos por nada del mundo.
— oh, no deben preocuparse, Jungkook y el señor Jeon ya han organizado vuelos y la estadía de todos —explico, los contrarios abrieron la boca sorprendidos— realmente esta celebración es para anunciar nuestro compromiso, pero el día que nos cacemos, queremos que sea íntimo, con las personas que amamos y apreciamos, irán algunos familiares, pero solo serán los más cercanos, queremos que nuestro día sea celebrado con sinceridad, con las personas que realmente están con nosotros.
Los mayore sonrieron, al igual que el resto de las personas que hablaron con la pareja durante la tarde y noche, habían apreciado la forma en que ambos hablaban con tanto amor del otro, su sinceridad era palpable, y podían entender porque todos los describían como "almas gemelas" realmente lo eran, incluso si no eran muy similares en sus actitudes, era como si hubieran sido hechos él uno para él otro.
— pues... en ese caso se los agradecemos —hablo Seokjin esta vez— realmente estoy feliz por ti, Taehyung, estoy tan feliz y orgulloso de que hayas encontrado tu camino y te hayas dado la oportunidad de amar sinceramente, pero, sobre todo, que hayas encontrado a alguien que te amara se igual forma, intensamente y sin condiciones.
Se lo merecía, Taehyung se merecía que lo amaran con esa intensidad y esa pasión, con ese amor que esta tan bien como mal, en donde Jungkook haría todo por él, cosas buenas, malas, pero por él, buscando su bienestar en todo momento. No merecía un amor mediocre, donde las palabras de cariño sean oraciones memorizadas ni en donde los problemas e inseguridades sean costumbres. Él merecía todo lo bueno que Jungkook le ofrecía y más.
— estoy... muy agradecido de tenerlos en mi vida —hablo Taehyung— sé que he sido distante por muchos años, parte de ello fue mi culpa por no tener el valor de hablar, pero ahora... ahora que las cosas son diferentes, ahora que puedo tener la libertad que siempre quise, en donde puedo avanzar sin miedo al pasado, quisiera prometerles que no me alejare, no lo haré —dijo, su voz no era vacilante— asique deberán irse con la idea de que no podrán deshacerse de mí, seré un molesto chicle con ustedes cada que tenga la oportunidad.
Los tres rieron con diversión. El resto de la noche siguió de forma tranquila, no hubo palabras ni actitudes pasivo-agresivas, Taehyung se encargó de eso por completo con las palabras que dijo al inicio.
Cuando llegaron las doce de la noche, ambos llegaron al centro del gran salón, las demás personas los rodeaban en un círculo. Taehyung sabía lo que venía, por lo que, con una sonrisa coqueta, movió sus caderas con entusiasmo mientras se acercaba a Jungkook, quien no podía quitar su vista del contrario. Taehyung era una visión.
Cuando estuvieron los suficientemente cerca. Taehyung tuvo que aguantar la respiración ante la agresiva cercanía que Jungkook impuso, colocando no la palma, si no, el dorso de su mano en la espalda desnuda del castaño.
— ¿listo, cariño?
Taehyung sonrió, llevando una de sus manos al hombro de Jungkook, y la otra juntándola en el aire delicadamente con la del contrario, ambos quedaron de esa forma, viéndose el uno al otro y justo antes de que comenzara una hermosa melodía, Taehyung susurro "siempre si es contigo"
Y cuando la melodía the second waltz comenzó a sonar de forma melodiosa y hermosa, sus cuerpos comenzaron a moverse junto con las melodías, jamás apartando la vista del otro, jamás soltándose, incluso si debían girar y tomar distancia, al menos la punta de sus dedos continuaba unida sin intenciones de dejar ir al contrario.
Era una imagen hermosa, ambos danzaban y se movían de forma elegante por el salón como si fueran las únicas personas en el mundo. Ambos viéndose de forma fija como si no existiera nada más, solo ellos dos, y así era, en ese momento, en donde Taehyung se sentía volar y Jungkook lo estaba sosteniendo de forma tan firme y delicada que lo hacían sentir su tacto mucho más fuerte en su piel desnuda.
Se sentía tan seguro, incluso cuando Jungkook lo tomo de su cintura y lo levanto en el aire para dar una pequeña vuelta, él jamás se sintió nervioso, sabiendo que el mayor jamás lo dejaría caer, y al ver la seguridad y felicidad en sus ojos, solo podía sentirse aun más en las nubes. Estaban danzando de forma única e íntima, en donde solo importaban ellos dos, en donde todas las otras personas se desvanecían por completo y solo quedaban ellos, en un salón vacío junto a las maravillosas sensaciones que los rodeaban de forma tranquila.
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