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capítulo treinta y ocho

 


La ceremonia fue perfecta, quizás hubo miradas llenas de envidia y resentimiento, pero ellos no lo sintieron, ellos tan solo pudieron disfrutar tenerse el uno al otro entre sus brazos. Viéndose todo el tiempo a los ojos mientras en sus rostros adornaba una gran sonrisa sincera, demostrando lo felices que estaban en cada paso que daban.

Después de eso, la gente siguió con el baile, disfrutando y hablando entre ella, mientras que Jungkook y Taehyung paseaban por el palacio, hablando con quienes se acercaban a ellos, disfrutando lo más posible la velada. Incluso si ya estaba cansados, sus corazones estaban completamente despierto ante todo lo que pasaba a su alrededor.

Todo era maravilloso.

Incluso cuando todo termino y la gente comenzó a irse, las sonrisas jamás abandonaron los rostros de los protagonistas de esa noche. Una vez el palacio quedo vacío, Taehyung guio a sus padres hacia su habitación, permitiéndoles descansar cómodamente, mientras Jungkook hacia lo mismo con su familia. Los dormitorios estaban en cada esquina del palacio, dándoles privacidad ante cualquier cosa.

Los trabajadores llegaron a su jornada nocturna únicamente la limpiar y ordenar todo lo que conllevo la velada. Ya era muy de noche, sus familias fueron de forma directamente a sus habitaciones y después directamente a la cama, permitiéndose descansar después de una gran y agotadora velada.

Ahora Taehyung se encontraba yendo hacia su habitación, después de una larga velada su cuerpo estaba lleno de felicidad y euforia, pero de igual manera se sentía algo cansado, por lo que a penas llego a la habitación, lo primero que hizo fue quitar sus zapatos, para luego ir hacia su tocador y quitar sus joyas y adornos.

Pero su concentración fue interrumpida al ver a Jungkook acercarse a través del espejo.

— Kook... creí que ya te habías ido a la cama.

Jungkook no dijo una palabra, tan solo siguió acercándose hasta quedar justo detrás de su chico, quien los seguia observando. Con cautela, Jungkook tomo su rostro, haciendo que Taehyung se observara a si mismo en el espejo.

— eres tan hermoso... —la voz de Jungkook era baja y grave. Taehyung trago saliva— ¿lo sabes, ¿verdad?

La voz de Jungkook era tan baja, a pesar de saber que nadie más lo escucharía, hablaba en el odio de Taehyung, como si fueran palabras que solo él debía escuchar. Y su mano nunca abandono la mandíbula contraria, obligándole a ver hacia el espejo.

Taehyung jadeo de forma ahogada y sorprendida en cuanto sintió los dedos de Jungkook recorriendo su columna expuesta de arriba abajo, con la punta de sus dedos, acariciando con cuidado y concentración. Taehyung pudo ver a través del espejo como el contrario detallaba la forma y piel de su espalda.

— este traje te hace ver aún más deslumbrante de lo que ya eres, dime ¿te sentiste cómodo usándolo...? ¿Qué se sintió... saber que muchos ojos insanos pudieron ver tu piel?

El menor sabía que no le estaba reclamando nada, que solo estaba señalando algo que le causo celos de alguna forma, pero al mismo tiempo que lo mantuvo concentrado en él. Jungkook jamás le juzgaría o le prohibiría vestirse de cierta forma, al contrario, y como debería ser, Jungkook lo presumía de forma orgullosa, demostrando que tenía al chico más hermoso y maravilloso a su lado. Taehyung sabía que Jungkook disfrutaba ver y saber cómo los demás lo apreciaban desde lejos, sabiendo que jamás podrían tocarlo.

Jungkook buscaba algo más, el menor lo sabía y mencionar sus fuertes emociones ante su vestimenta reveladora solo lo hacía más intenso. Asique sonrió, queriendo ser un poco provocativo.

— ¿tú crees...? —susurro— a mí me gusta mucho... siento que abrazaba completamente mi cuerpo, pero es verdad, sentí algo de frio en toda mi espalda, creo que estaba algo descubierta...

Jungkook sonrió, una sonrisa ladina mientras su cabello caía por su rostro. Taehyung sintió un escalofrío en cuanto este levanto la mirada y lo vio a través del espejo.

— es verdad... —dijo, mientras su mano bajaba nuevamente, llegando justo en la curva baja de su espalda, abarcando parte de su trasero— abarca perfectamente bien tus preciosas curvas —dijo, Taehyung respiro hondo cuando la otra mano de Jungkook fue hacia el frente de su traje, yendo a los botones, comenzando a desabrocharlo— creo que le tengo un amor odio, ya que te muestra de forma increíblemente hermosa, pero no únicamente a mí, y eso me hace sentir un hombre extremadamente primitivo y celoso.

Las mejillas de Taehyung se calentaron en cuanto sintió como la parte de arriba de su traje era quitada con lentitud, sintiendo el frio llegar levemente a su piel, lo que lo hizo sentir un escalofrío en toda su espalda. El saco cayo y Jungkook lo dejo a un lado, volviendo a su posición detrás de Taehyung. sonriendo al ver como el sonrojo adornaba su rostro.

Estaba ansioso por lo que iba a hacerle, amaba verlo así, tan desesperado por él, pero sin la fuerza para expresarlo con palabras.

Taehyung volvió a estremecerse cuando Jungkook se agacho lo suficiente como para besar su cuello— mmh...

No pudo evitar gemir de forma baja, lo que excito aún más a Jungkook y lo hizo sonreír con cautela. Quería provocarlo aún más, quería jugar con él, quería someterlo, quería obligarlo a sentir mucho placer, tanto que se sintiera en la cúspide de este, que no pudiera negarse de ninguna forma. Que solo tuviera la opción de entregarse.

Taehyung ya habia sido atado por él, golpeado y obligado, los juegos sucios en la intimidad era algo completamente consensuado, y para la sorpresa del mayor, fue algo que Taehyung acepto completamente, incluso siendo él el que iniciaba estos juegos o le pedía de forma descarada que lo tratara con rudeza.

Su hermoso prometido.

— quiero hacerte tantas cosas —susurro, mientras seguia repartiendo besos por el cuello de su prometido— dejarte tan... pero tan mal que no puedas levantarte de la cama a menos que yo te cargue en mis brazos.

Una de las manos de Jungkook subió discretamente por su espalda. Taehyung estaba inmerso en las sensaciones que la voz grave del mayor le hacía sentir contra su piel. Tan ahogado en las sensaciones que no pudo anticipar ser tomado fuertemente del cabello y ser forzado a llevar su cabeza hacia atrás, encontrándose con los ojos oscuros del mayor.

— quiero someterte —su voz sonó contra el oído del castaño — quiero castigarte, Taehyung.

Los ojos del menor se dilataron más si era posible.

Quería que lo tocara, estaba ardiendo por sentir las manos de Jungkook sobre él, solo como él podía hacerlo, que le proporcionara tanto placer solo como él sabía hacerlo. Jungkook conocía su cuerpo mejor que él, sabia donde tocar, donde morder, donde lamer, hacia a Taehyung llegar a las estrellas con tan poco que el menor solo podía ser codicioso.

Las veces en su vida que pensó sobre el tema del sadomasoquismo, jamás se imaginó siendo participe de lo que conllevaba, pero ahí estaba, pareciendo alguien desesperado y sin vergüenza, rogándole al mayor que lo llevara a la cúspide del placer, que lo tocara, que lo acariciara, que lo lastimara tan mal que ni siquiera pudiera pensar.

Y lo que más amaba, que, a pesar de los moretones, de la rojes, del dolor que sentía en su cuerpo, Taehyung siempre se sentía tan amado y cuidado en los fuertes brazos de Jungkook.

— yo...

Su respiración era pesada, apenas podía pensar en una respuesta directa y bien dicha. Sentía la respiración de Jungkook justo al lado de su cuello, y el leve dolor de sus cabellos siendo sujetados con dureza.

— yo quiero... —no lograba articular palabras, le era imposible pensar correctamente, ¿Cómo era posible tales sensaciones con simples toques?

Jungkook sonrió de forma ladina cuando lo vio juntar sus piernas, buscando alivio de una forma inocente y discreta.

— sabes cómo funciona esto —su voz grave hizo a Taehyung volver a suspirar— debes expresarte con palabras claras, no te tocare a menos que me digas que quieres esto Taehyung.

Su cabello fue soltado con lentitud y eso lo hizo querer quejarse. Ahora su mirada se encontraba con la de Jungkook a través del espejo. El pelinegro tenía una mirada oscura y sofocante, como si estuviera conteniéndose, como si estuviera haciendo su mejor esfuerzo por mantener sus manos alejadas de la persona que tanto quería tocar.

Algo en los ojos de Taehyung brillo — y si... ¿me niego?

Taehyung tembló cuando sintió y vio la respiración pesada de Jungkook, vio como su pecho se movió de forma lenta y profunda. Sus miradas nunca se perdieron.

— jamás te tocaría si no me lo permites, Taehyung —su voz, aunque disfrazaba mucho, era firme, honesta, y eso de algún modo le pareció aún más excitante a Taehyung— incluso si estoy muriendo por poner mis manos sobre ti, incluso si parezco alguien primitivo por mis deseos tan insanos, jamás... jamás te pondría una mano en cima si no tengo tu permiso.

Lo que muchos no entendían, era que el consentimiento era algo fundamental y en muchas ocasiones bastante excitante. Incluso si debiera ser así siempre, no lo era para todo el mundo, pero él lo tenía, tenía a un hombre que lo respetaba tanto fuera de la cama como dentro de ella, y eso lo hacía sentir tan poderoso y afortunado. Jungkook era un hombre excepcional.

— incluso si... estuviera completamente desnudo en tu cama, con las piernas abiertas y preparadas para ti... ¿no me tocarías si me niego, aunque sea por mezquindad?

Jungkook apretó con fuerza sus manos en el tocador de Taehyung.

— no lo haría.

Taehyung sonrió — lo sé...

— estas jugando de forma peligrosa.

— quisiera saber cuáles son las consecuencias.

Dijo, su voz era seductora, juguetona, y Jungkook sabía perfectamente que el menor amaba jugar con su cordura, amaba provocarlo y llevarlo al límite sabiendo que este sería un incentivo para tratarlo con más rudeza, para tocarlo con más necesidad, para no limitarse por su propia naturaleza respetuosa y devota hacia él.

— carajo —se quejó el mayor. Podía sentir el dolor en sus nudillos ante la fuerza que ejercía sobre el mármol— permítemelo— suplico— permíteme someterte, permíteme obligarte a sentir todo lo que quiero hacerte, te dolerá, pero prometo hacer que sientas tanto placer que te sentirás drogado por él.

Las fosas nasales de Taehyung se expandieron levemente, su mirada dilatada se juntó con la ansiosa del mayor. El castaño no era ajeno a su desesperación.

Con un lento movimiento, Taehyung llevo su mano hacia una de las contrarias, tomándola con cautela. Jungkook tan solo podía respirar pesadamente al ver como Taehyung conducía su mano hasta su cuello, haciendo que lo rodeara con habilidad.

— quiero ser sometido por ti, lo quiero, quiero que me muestres lo que eres capaz de hacer... aun si lloro, grito o te pido que pares... no te detengas hasta que haya visto el cielo en tu infierno.

Taehyung sabía exactamente que decir para volverlo loco, sabía lo que tenía que hacer y cómo debía actuar para hacerlo perder la cabeza. Por eso, el menor no se sorprendió en cuanto sintió el agarre de su cuello ajustarse, mientras la otra mano del contrario se abría en su pecho, acariciándolo.

— no hablaras a menos que te lo pida —dijo, su voz aun más pesada que antes— no protestaras, aceptaras todo lo que te daré, tu hermosa boca solo gemirá y rogara, ya sea por piedad o por más, veremos cuanto logras soportar.

Y después de eso, los cabellos de Taehyung volvieron a ser sujetados con fuerza para llevar su cabeza hacia atrás, encontrándose de inmediato con los labios de Jungkook, quien lo obligaba a permanecer en esa posición incómoda para atacar su boca con su lengua de forma descarada y desordenada.

Taehyung gimió contra sus labios, sintiéndose repentinamente ahogado ante el ataque de Jungkook, quien parecía estar bastante inmerso en explorar su boca lo más que podía, metiendo su lengua y acariciando la suya. La saliva era la que decoraba sus bocas, creando hilos que los unían.

— ah.... —jadeo levemente en cuanto fue liberado del ataque el cual no le permitía respirar correctamente, para luego abrir los ojos sorprendió al ser levantado con algo de brusquedad. Jungkook no dijo nada, tan solo lo guio hacia el closet, Taehyung lo siguió confundido y ansioso, esperando cualquier cosa.

Todo el ambiente estaba más allá de cálido, la tensión que se sentía era juguetona y exorbitante, Taehyung podía sentir a su corazón yendo al mil y sus mejillas calientes por las imágenes vergonzosas que llegaron a su mente. Estaba tan ansioso, a pesar de conocer por completo el cuerpo de Jungkook, Taehyung jamás dejaba de desearlo, de querer más de él, siendo cada vez más exigente ante su toque.

Jungkook era algo arrasador, cada vez que estaba cerca de él era realmente imponente, y tener a un hombre así frente a él, que ese hombre lo amara tanto, que lo hiciera conocer mucho más de él que ni él mismo conocía, era realmente hechizante.

Sus ojos siguieron a Jungkook, quien caminaba hasta una de las cajoneras del final del closet. Taehyung abrió sus ojos en sorpresa en cuanto vio a Jungkook introduciendo una llave a un lado de la cajonera; él siendo completamente ignorante de la cerradura que estaba oculta en ese lugar, y más sorprendente aun, cuando esta se abrió, dando el paso a un lugar, o, mejor dicho, un cuarto secreto escondido. El cuerpo de Taehyung comenzó a temblar nuevamente.

Comenzó a acercarse lentamente, hipnotizado y siendo peligrosamente llamado por lo que sea que se encontraba ahí dentro, pero antes de poder llegar a dar si quiera un vistazo, Jungkook lo tomo del brazo, deteniendo sus pasos.

— si entras aquí, no saldrás hasta que este satisfecho —dijo en advertencia. Los bellos del cuerpo de Taehyung se erizaron— no te dejare ir sin haber probado tu cuerpo una y otra vez, asique te lo pregunto nuevamente ¿estás seguro?

Sus palabras eran advertencias, pero Taehyung solo podía verlas como tentaciones, tentaciones que el pelinegro de daba tan cruelmente para que su mente, corazón y cuerpo se sintieran ansiosos con tan solo pensar en todo lo que podría pasar, hasta donde era capaz de llegar Jungkook.

¿le haría mucho daño? ¿lo azotaría hasta hacerlo llorar? ¿lo ataría? Realmente quería averiguarlo.

— quiero esto, por favor... no me hagas esperar más.

Jungkook sonrió ante la necesidad en su voz, no habia orden, solo habia desesperación, lo cual lo hacía querer prolongar aún más todo, queriendo llevarlo al límite solo con un deseo oculto, en donde Taehyung imaginara tantas cosas, tantas opciones de lo que pudiera hacer, y al final él fuera quien lo sorprendiera.

Asintió, y con eso, le dio el paso a Taehyung para entrar a la oculta habitación. Jungkook entro atrás de él, cerrando la puerta en el proceso, dejando a ambos dentro.

El corazón de Taehyung se detuvo apenas pudo observar bien la habitación, su cuerpo comenzó a sudar levemente, sus ojos se dilataron ante la vista y sus labios comenzaban a secarse con necesidad.

Era un cuarto grande, con tonalidades oscuras, el piso era de mármol al igual que las paredes, todas las decoraciones eran oscuras, en colores negros y cafés, variando levemente, habia una gran cama en una de las paredes, una cama con un dosel y una tela suave y negra cayendo por ella sin llegar a cubrirla, siendo esta sostenida por bases de madera. El corazón de Taehyung se detuvo al ver los grilletes y las cadenas que cada esquina poseía.

Su vista volvió a recorrer lo demás y sus pies se movieron por si solos, caminando por la habitación, descubriéndola, Jungkook lo seguia en silencio.

Habia un sillón de cuero en una de las esquinas, en medio del techo había dos cadenas que bajaban y terminaban en unos grilletes. El rostro de Taehyung se puso pálido al ver que en el techo había más colgadores, y su mente tan solo pudo llenarse de ideas al imaginarse atado en una posición vulnerable. Después de eso se acercó a uno de los muebles, los cuales estaban inspirados en un estilo antiguo con una madera lujosa y oscura.

Al abrir uno de los cajones, sus mejillas se calentaron más de ser posible al ver las fustas perfectamente ordenadas que habían dentro de él, además de las diferentes esposas y antifaces. Abrió otro cajón, encontrándose con diferentes juguetes que sabía perfectamente que eran para usar con él o dentro de él.

Encontró cuerdas, aceites, lubricantes, y diferentes artefactos que realmente no reconocía por completo ¿Cuánto tiempo llevaba ese cuarto en ese lugar? ¿Jungkook ya se los habia imaginado a ambos en ese cuarto? Su respuesta llego en cuanto sintió que su cintura fue tomada por dos grandes manos y un cuerpo más grande que el suyo se pegó contra él.

— era un regalo para nuestra noche de bodas —susurro— pero... lamento decir que he sido un hombre débil, y al verte con este hermoso traje... —sus manos comenzaron a recorrer el pecho de su chico, acariciando intencionalmente sus pezones con simples roses— no pude resistirme, no pude no pensar en traerte aquí y sucumbir ante todos mis deseos, tanto buenos como malos hacia ti.

Taehyung trago saliva sonoramente. Con cautela giro sobre sus pies, quedando cara a cara con el mayor, ambos en silencio, viéndose con tanta intensidad que sentían sus manos temblar y su respiración volverse irregular.

— ¿quieres hacerme daño...?

— quiero mostrarte lo delicioso que puede ser el dolor.

En una situación así podía entenderlo, un golpe dolería, pero dejaría un escozor excitante y duradero, que lo haría querer más por mera curiosidad o por la adrenalina de querer sentir ese escozor y la sensibilidad. El menor no podía mentir al decir que no estaba a un paso de arrodillarse frente al hombre.

— de acuerdo...

El susurro de su voz temblorosa a penas se escuchó, pero fue suficiente para el pelinegro, quien no tardo en volver a atacar su boca con la misma intensidad que antes, solo que estaba vez, manoseando su cuerpo a su antojo, aplastando su trasero de forma desordenada y cruel. Sonriendo momentáneamente al sentir el temblor del cuerpo contrario.

Era realmente excitante, estar em esa nube de caliente placer en donde simplemente te dejabas en las manos contrarias, donde solo debías esperar ante un hombre que sabía exactamente como encargarse de ti. Taehyung estaba ansioso y trataba de corresponder de la mejor forma posible, incluso cuando Jungkook los hizo caminar unos pasos en medio de su embriaguez al acariciar sus lenguas una con la otra.

Taehyung estaba hipnotizado por Jungkook, la forma descontrolada y hambrienta con la que tocaba su cuerpo, la forma tan salvaje de besarlo, la forma de apretarlo contra él lo hacían querer cada vez más, más y más.

Sus deseos fueron escuchados en cuanto Jungkook se separó de él, dejándolo confundido y desesperado, quería pedirle que no se alejara, que se quedara cerca de él, que siguiera besándolo y tocándolo como lo estaba haciendo, que explorara su boca hasta dejarlo sin aire, pero no lo hizo, sabiendo cuál era su papel en ese momento. Debía ser obediente.

Dando un paso hacia tras Jungkook lo observo de pies a cabeza, quería ver cada centímetro de su piel, quería tocarlo, morderlo, pero aún tenía muchos planes en su mente.

— desnúdate.

No fue una petición, fue una clara orden, donde el menor solo debía hacer lo que se le decía. Cumpliendo con lo dicho y con su mismo consentimiento, Taehyung, sin perder la vista contraria, comenzó a desnudarse. Sacando sus medias, abriendo con lentitud su pantalón, lo dejo caer, dándole a Jungkook una vista del regalo que él le habia preparado.

Sus regalos misteriosamente combinaban.

Una preciosa lencería roja lo abrazaba perfectamente en las caderas y trasero, desapareciendo entre sus nalgas, mostrando un delicado encaje en su cadera. Con su pie tiro el pantalón lejos, quedando de pie frente al mayor, mostrando su cuerpo de forma provocadora, sin sentir una pisca de vergüenza, sin sentirse pequeño, porque con la vista que el pelinegro le estaba dando, tan solo podía sentirse hermoso.

El pecho de Jungkook se sintió pesado ante la vista, el menor era tan hermoso, tan único y toda su piel era deslumbrante, no habia parte de Taehyung que no fuera preciosa, no habia parte que él no quisiera acariciar una y otra vez. Era magnifico, era excitante, era hipnotizante, ver un cuerpo tan hermoso como el de su futuro esposo, mientras sus hermosos ojos no se separaban de él y lo seguían observando con valentía, batiendo sus largas pestañas en coqueteo, mientras humedecía sus labios con su propia lengua.

Taehyung se sintió nervioso cuando Jungkook comenzó a caminar alrededor de él, viéndolo sin escrúpulos, comiéndoselo con la mirada mientras era tan cruel de no tocarlo. Sus cabellos se erizaron en cuanto sintió como Jungkook se detenía detrás de él, quedando tan cerca que podía sentir su respiración en la nuca, pero aún no lo tocaba.

— manos al frente. —ordeno, Taehyung cumplió.

Lo siguiente fue que Jungkook tomo las cuerdas con las esposas que colgaban del techo, bajándolas para poder apresar las muñecas de Taehyung en ellas, para luego, tomar el otro extremo de la cuerda y comenzar a jalar de él, haciendo que el castaño tuviera que subir obligatoriamente sus brazos, llegando a quedar casi en la punta de sus pies para poder mantener algo de equilibrio.

Jungkook ato la cuerda a un seguro en el piso, sonriendo al ver como el cuerpo de Taehyung comenzaba a enrojecer. Luego se acercó a una de las cajoneras, sacando de ella un antifaz del mismo color del regalo de su chico, colocándola sobre sus ojos, quitándole el gusto de ver lo que le haría a continuación.

Era algo tan sucio, estaba medio desnudo colgando del techo de una habitación que tenía solo un propósito, no podía ver lo que pasaba, solo podía esperarlo y ansiarlo. Su pecho subía y bajaba con más rapidez que antes, mientras más imágenes llegaban a su mente de todo lo que podría pasar a continuación. Pero el silencio seguia reinando, podía escuchar las pisadas de Jungkook, pero no lograba averiguar su paradero y el no saber que estaba haciendo exactamente lo ponía cada vez más ansioso.

No podía preguntar, no podía hablar, estaba más que claro que su boca solo serviría para gemir, gritar, suplicar o recibir, todo dependiendo de los deseos de su prometido, de su señor.

— mmh... —un pequeño jadeo quedo atrapado en su garganta en cuanto sintió una textura de cuerpo justo en la curvatura de su espalda, la cual comenzó a subir por ella, acariciándola, con lentitud y paciencia contra todos los deseos del menor.

Todo se sentía bastante intenso, y el sudor comenzaba a generarse por el cuerpo del menor— dime cariño —escucho la voz de Jungkook. Pudo notar como estaba detrás de él— ¿Cuáles eran tus planes para esta noche al ponerte esta hermosa lencería?

Su voz tan grave y baja aumentaba el lívido del castaño, quien mantenía sus manos sujetas a las cuerdas, sintiendo el ardor de sus muñecas, uno de los primeros dolores de la noche además de la incómoda posición que tenía que soportar, todo se sentía extremadamente cálido y sofocante. Se concentro tanto en las sensaciones que no respondió a las palabras del mayor.

Pero solo supo su error cuando un golpe duro y certero fue dejado en su espalda. Jungkook lo habia golpeado con la fusta.

— ¡AH! —grito sin poder evitarlo, el dolor se instaló de inmediato y se fue moviendo a través de un exquisito escozor por su espalda. Podía sentir la sensibilidad esparciéndose alrededor de la zona afectada.

— responde cuando te hablo. —dijo, su voz no dejaba de ser dura— dime, ¿Cuáles eran tus planes al querer sorprenderme con esta lencería?

Jungkook, a pesar de estar completamente inmerso en el papel que su persona debía tomar en ese momento, no evito acercar se fría mano a la espalda contraria para brindarle un poco de alivio, al mismo tiempo que dejaba un pequeño beso en el lugar donde fue dejado el golpe.

Taehyung tardo en tomar las respiraciones necesarias para poder articular bien las palabras, pero al final lo logro, aunque su voz saliera temblorosa y ansiosa.

— yo... quería sorprenderlo...

Su voz sonó tan baja y pequeño que Jungkook no pudo evitar sonreír, al mismo tiempo que seguia caminando a su alrededor, acariciándolo con la punta de la fusta, pasándola por su cuerpo con crueles caricias que solo lo tentaban y lo dejaban a medias.

— querías sorprenderme... —repitió— ¿y cual esperabas que fuera mi reacción? ¿Qué deseabas que te hiciera?

El pecho de Taehyung continuaba subiendo y bajando — yo....

— responde correctamente. No me hagas decepcionarme de ti.

Los labios se Taehyung se apresaron entre ellos por un segundo, mientras sus manos apretaban con más fuerza las cuerdas.

— y-yo... —su voz era temblorosa, era complicado expresarse correctamente, menos con Jungkook intimidándolo con tan solo su presencia— yo quería que me tocara... q-que hiciéramos el amor a nuestra forma...

Sus palabras fueron sinceras y escalaron significativamente en el pecho del mayor, quien tuvo que contenerse para no besarlo con fuerza y simplemente arrojarlo a la cama y follarlo de forma salvaje. No, él debía seguir con lo planeado, quería que Taehyung sintiera lo satisfactorio que podía ser el dolor infringido de forma correcta. Quería que pudiera experimentar aún más lo que era vivir experiencias así bajo el cuidado de alguien que lo amaba profundamente.

Por eso levanto su brazo y volvió a proporcionar un golpe, justo sobre su pezón. El grito de Taehyung resonó en esas paredes.

— eres sexi y lujurioso, demasiado para tu propio bien—otro golpe, justo sobre sus glúteos, los cuales rebotaron ante el repentino golpe y se comenzaron a teñir de un rojo suave— dios... quiero marcar todo tu cuerpo.

— hágalo... —suplico, reprimiendo el grito ante el golpe que le fue dado por hablar sin autorización— por favor... tome mi cuerpo, márquelo a su antojo...

Ambos habían caído y cedido ante las tentaciones que abarcaban la habitación, Taehyung a las sensaciones, Jungkook ante las vistas que tenía. Un hombre dominante, con poder, capaz de herir a cualquiera que se atravesara de forma sorpresiva en su camino, tenía al hombre que amaba desnudo frente a él, atado, vendado, luciendo una bella lencería solo para su deleite, ¿Cómo no podría caer ante sus deseos más primitivos así?

Un golpe fue dado en su espalda, luego otro en tu trasero, siendo seguido por sus piernas, pecho abdomen, estos repitiéndose una y otra vez, todos dados con la misma fuerza, todos marcándole la piel, todos dejándole un escozor y una sensación fascinante en su cuerpo. Lejos de querer detener el momento, quería largarlo lo más posible, quería rogar por más, por sentir más sensaciones y sentirse en esa burbuja de dolor y placer a pesar de las marcas que eso dejaría por mucho tiempo. Realmente no le importaba, solo quería seguir sintiendo.

Jungkook estaba hipnotizado con el color que estaba adquiriendo la piel de su amado. Estaba esforzándose para no dejarse llevar por los gritos y gemidos de su amado, amaba que Taehyung estuviera disfrutando de las sensaciones que él le proporcionaba. Quería hacerle sentir más, mucho más, quería que Taehyung se sintiera amado a través de todo lo que pudiera hacerle, aun si era a través del dolor, aun si era a través de los juegos de humillación y poder, quería que Taehyung siguiera sintiendo cuanto lo amaba a través de cada caricia, por más ruda que fuera.

— vaya... tu cuerpo recibe bien cada golpe —dice, mientras gira alrededor de su chico, viendo todas las marcas que quedaban en su piel— pero mira nada más...

El mayor dirigió la fusta entre las piernas del castaño, golpeando levemente para que este abriera las piernas, lo hizo, y no pudo evitar sonreír al ver como el lubricante natural de su chico comenzaba a resbalar por sus piernas.

— vaya... eres alguien realmente indecente, mojándote de esta manera sin mi permiso, de forma tan vulgar... ¿crees que eso está bien? Respóndeme.

Las mejillas de Taehyung estaban teñidas de rojo por la vergüenza de estar así de expuesto. No se sentía inseguro, jamás lo haría con Jungkook, pero sabía que el mayor disfrutaba mucho la vista, y en un día normal él se hubiera cubierto por tan solo sentirse avergonzado, y ahora que no podía, que estaba obligado a estar así de expuesto, simplemente sentía que su rostro iba a explotar.

— y-yo... no puedo evitarlo...

No era una disculpa, solo una excusa barata para el mayor, quien golpeo su muslo con fuerza, disfrutando ver como las lágrimas comenzaban a empapar la tela sobre los ojos contrarios y mojaban levemente su rostro. Simplemente precioso.

— ¿entonces eres tan débil para caer ante tus instintos primitivos sin ninguna vergüenza? ¿Qué pasaría si te toco en público? ¿acaso dejarías que los demás pudieran enterarse de lo fácil que es que te mojes de esta manera? ¿dejarías que los demás se imaginaran cosas tan indecorosas contigo?

Bien, ahora solo estaba siendo cruel.

— e-eso es injusto, usted sabe l-lo que provoca en mí.

Jungkook sonrió, claro que lo sabía, y porque lo sabía, camino de forma lenta sobre la madera, al no tener zapatos sus pisadas pasaban desapercibidas, por el contrario, y no podía tener una idea de su presencia hasta que este hiciera algún movimiento o lo tocara. Lo cual no tardo en ocurrir, cuando sus pezones fueron tomados por los dedos contrarios, ambos siendo apretado entre los pulgares y índices del mayor. No estaba siendo delicado, los estaba retorciendo y apretando con rudeza, como si su objetivo era hacer que se hincharan con crueldad

De los labios de Taehyung, gemidos salían sin ningún permiso, al igual que su propio trasero se movía hacia atrás inconscientemente, tratando de sentir la erección del hombre detrás de él, queriendo sentirlo, queriendo mucho más.

— pareces una puta restregándote de esa forma sobre mi pene ¿tan desesperado estas, cariño?

Maldita sea y todos los demonios del mundo.

Jungkook lo habia degradado en el sexo antes, pero muy pocas veces habia usado esos apodos en él, y Taehyung sabía que el muy maldito estaba consciente de lo que significaba en él, de lo mucho que le excitaba que le hablara de esa forma cuando estaban en esos escenarios. No se sentía insultado y sabía que jamás saldrían palabras de la boca contraria con la intención de hacerle un daño real.

Lo único que pudo seguir saliendo de sus labios ante los toques y las palabras contrarias fueron gemidos mezclados con jadeos. El hombre detrás de él era cruel, acariciándolo por todas partes, pero alejándose cuando él se inclinaba, buscándose sentirlo más a él.

— m-mi señor... por favor, por favor...

Jungkook detrás de él sonrió, una sonrisa tan maliciosa que incluso si Taehyung no podía verla, sabía que el pelinegro disfrutaba mucho de la situación.

— ¿por favor qué? —cuestiono algo juguetón, divertido por la situación.

Taehyung se estaba desesperando, el sudor recorría su piel y la hacía brillante, haciendo todo más intenso. —por favor, tóqueme más...

Jungkook sonrió, queriendo darle algo de alivio, llevo una de sus manos al trasero contrario, disfrutando dar una fuerte nalgada con la palma de su mano, dejando esta tatuada en la sensible piel. Si bien los golpes con la fusta fueron bastante fuertes y satisfactorios, la mano de Jungkook contra su piel se sentía aún más intensa y dolorosa.

La mano del mayor llego entre sus nalgas, tanteando descaradamente mientras el castaño apresaba sus labios entre sus dientes para no gritar ni exigir más. Los dedos del mayor acariciaron con una tranquilidad innecesaria la entrada del menor, haciendo círculos alrededor, empapando aún más su lubricante, el cual ahora además de manchar sus piernas, habia manchado la mano tatuada del pelinegro, quien no podía evitar ver este escenario con brillo en sus ojos.

— ¿Qué...? ¿mi señor? Por favor no... —se quejó en jadeos cuando sintió la lejanía del cuerpo ajeno. Siendo completamente inconsciente que Jungkook caminaba nuevamente hacia las cajoneras, abriendo una, sacando un par de cosas que sabía, haría todo más intenso para su chico.

De un momento a otro un grito salió de los labios del menor. Un grito que resonó en las paredes y endulzo los oídos del mayor. En el momento en que sintió dos dedos del pelinegro meterte en lo profundo de él, llegando hasta los nudillos, los movía con rapidez y rudeza, abriéndolo y atacando de forma directamente el punto que lo hacía enloquecer. Su cuerpo comenzó a moverse de arriba abajo, por la fuerza de la muñeca contraria y su propia necesidad de sentir más profundidad. De sus labios salían gemidos descontrolados, de la esquina de su boca caía un hilo de saliva y su rostro estaba empapado de lágrimas. Estaba demasiado excitado, su lujuria estaba pasando limites sin saber cómo eso era posible. El simple hecho de que Jungkook conocía su cuerpo, sabia como complacerlo y sabia como darle la confianza de ir más allá, hacia todo más intenso.

Se sentía tan expuesto, aún más cuando los dedos salieron de su interior y su lencería movida de lugar. Trato de quejarse, pero en menos de un segundo ya estaba siendo aún más invadido por algo más grande y suave. Era un consolador. Maldita sea, era demasiado, pero el mayor continúo adentrándolo hasta el final. Cuando termino, por fin pudo respirar un poco. Su cabeza estaba hacia adelante, saliva caía de su boca al igual que su cabello caía sobre su frente.

Su atención volvió a ser tomada con fuerza cuando su mandíbula fue sujetada, haciéndolo levantar la cabeza. Jungkook estaba frente a él, y le exigió un beso demandante y desordenado. El castaño se estaba dejando llevar por el beso, sintiendo y amando como la lengua contraria recorría su boca, pero de la nada, de un momento a otro, sintió algo vibrando rudamente en su interior.

— ¡mmh! —gimió en medio del beso, tratando de separarse, pero no se le fue permitido.

Jungkook estaba con los ojos medio abiertos en el beso, mirándolo con intensidad, amando como su prometido se retorcía por la sensación tan arrasadora que le hacía sentir. Con malicia quiso hacerlo sentir aún más, por lo que, llevando una de sus manos a la erección de su chico, comenzó a masajearla de arriba abajo, lentamente.

El pelinegro se separó por unos segundos, llevando su rostro hacia el odio contrario, lo lamio y mordió con sensualidad, provocando otro escalofrió en el menor.

— si te atreves a acorrerte sin mi permiso, te dejare atado a la cama con el vibrador en ti y no te dejare correr en toda la noche. —advirtió.

Taehyung gimió de forma ahogada, queriendo quejarse, queriendo pelear o incluso suplicar por un poco de compasión. Pero sabía que Jungkook no la tendría. Lo único que le quedo por hacer fue disfrutar todas las sensaciones por más al límite que lo llevaran, el vibrador se movía en su interior con fuerza, llevándolo casi a la inconciencia, pues todos sus sentidos estaban llegando al límite.

— eres tan hermoso...

Una mordida en su cuello, dejándole una marca visible que dudaría días, pero no se quejó, tan solo lo disfruto.

— tan sexi...

Tomo una de las piernas acaneladas, dejándola contra su cadera. Se acercó lo suficiente como para restregarse contra su chico, mientras el vibrador seguia haciendo de las suyas dentro de él.

— maldición, eres tan perfecto para mí...

El mismo, quien dominaba la situación, quien tenia con control de todo, estaba perdiendo este mismo ante la belleza y los sonidos que hacia su prometido. ¿Cómo podría mantener correctamente la cordura ante el hombre frente a él? alguien tan sensual y único como Taehyung, con esas curvas, esa piel tan hermosa, sus rizos alborotados cayendo sobre su frente mientras una venda cubría sus ojos y sus apetitosos labios estaban separaros. Taehyung era inefable, era inigualable, y por siempre la persona más hermosa ante sus ojos.

Taehyung no supo en qué momento sus muñecas fueron soltadas, pero sus instintos se centraron de inmediato en cuanto perdió el equilibrio, por supuesto, no cayendo. Jungkook lo tenía entre sus brazos.

— mi amor... —la voz de Jungkook llego a sus oídos, quien estaba frente a él, sosteniendo su cintura. La voz tan baja y ronca. Taehyung sabía que el mayor aún se estaba conteniendo— no sabes lo que estoy sintiendo en estos momentos, no tengo palabras para describirte ni mucho menos para describir lo que me haces sentir.

Sin esperar, Jungkook tomo las piernas del menor y su espalda baja, cargándolo estilo nupcial. Fue incomodo, puesto que le vibrador seguia dentro de él, y cuando fue dejado en la cama pudo sentir algo de alivio.

Solo momentáneo.

En menos de un segundo sus muñecas fueron jaladas sobre su cabeza, ambas atadas por cuerdas que llegaban hasta sus muñecas, haciéndole imposible el movimiento, quedando con sus brazos estirados. Sus piernas se movieron hacia él por puro instinto, pero lamentablemente para él, estas no pudieron tener su libertad, pues en cuanto trato de mover a moverlas, su tobillo fue tomado y sujetado por una especie de esposa de metal, al igual que su otro tobillo, obligándolo a tener las piernas abiertas para el contrario. No pudo evitar avergonzarse al estar en la cama en esa posición tan expuesta.

— eres tan sublime... —la voz de Jungkook sonó en el lugar. Este mismo estaba caminando alrededor de la cama— tan sumiso para mí... eres mío ¿no es así?

Un error que Taehyung seguia cometiendo era dejarse llevar por las sensaciones y no responder como debía. Esto mismo trajo la consecuencia de un golpe directamente en su muslo, haciéndolo querer cerrar las piernas por instinto, pero en cuanto trato, estas se abrieron aún más por la vara que las tenía unidas, dejándolo aún más expuesto ante el mayor, quien sonreía de forma oscura ante la vista.

— creí ser claro... —un jadeo lastimero salió de sus labios en cuanto su cabello fue tomado con fuerza, haciéndolo levantar su cabeza. La voz de Jungkook llego a sus oídos de forma excitantemente baja— jamás... te atrevas a cerrar tus piernas a menos que te lo ordene.

Después de eso se alejo y lo demás paso rápido. El castaño jadeo en cuanto sintió el vacío en él, el vibrador salió de su interior y sin poder si quiera procesarlo, en un movimiento rápido su cuerpo fue girado sobre el colchón, quedando en una posición bastante comprometedora, con su trasero alzado, completamente expuesto a lo que el pelinegro quisiera hacerle.

El cuerpo del castaño daba una curva sensual y provocativa. Jungkook no pudo evitar morder su labio ante la increíble vista. Su mano fue hacia el trasero de su prometido, abarcándolo con sus manos, amasándolo a su antojo, hasta que simplemente no pudo más y enterró su rostro en medio de los glúteos de su chico.

— ¡ah! Mmmh... m-mi señor... s-se siente bien...

Una lengua traviesa estaba haciendo de las suyas mientras el pobre chico sobre la cama no podía controlar sus movimientos ni su incapacidad de habla. ¿Cuánto tiempo llevaban así? ¿más de una hora? Lo sentía todo realmente eterno, estaba desesperado, quería correrse desde hace mucho, pero sabía que el castigo ante eso no sería satisfactorio.

Pero parece que Jungkook entendió su desesperación, porque de forma igual de rápida, sintió como la boca contraria se alejaba de él, su ropa interior movida hacia un lado y algo grande invadiéndolo de forma lenta y tortuosa.

— ¡ah! Du-duele...

Claro que dolía, el pelinegro no era precisamente pequeño, pero no era algo horrible de soportar, al contrario, amaba sentirse expandido por el mayor, amaba sentirse tocado y acariciado de esa manera. Amaba saber lo que provocaba en Jungkook, por eso, al saber que el mayor abarcaba su trasero y se deleitaba con la vista, queriendo complacerle más. El castaño se penetro a si mismo de forma rápida, obteniendo por completo el miembro del mayor en su interior.

— carajo.... —el mayor se quejó y no pudo evitar jadear de forma ronca— eres un descarado...

Su miembro estaba siendo abrazado por el calor del contrario, se sentía tan bien, tan malditamente exquisito que el cerebro de Jungkook dejo de manejarse de forma correcta, asique, siguiendo sus instintos más primitivos, tomo fuertemente la cadera contraria, enterrando sus pulgares en los bellos hoyuelos sobre el trasero del menor, y comenzó a mover su cadera con agresividad y descontrol.

Las gemidos, gritos y jadeos no se hicieron esperar, el ambiente era completamente intenso, quien estaba siendo cruelmente empujado al límite no podía evitar irse a la inconciencia y sonreír con ella, sintiendo que su cuerpo estaba más cerca del infierno que del cielo, siendo completamente consciente y feliz con esto.

Su mente estaba completamente nublada y fue llevaba a un abismo profundo de lujuria y pasión, en donde él no tenía el mínimo control de su cuerpo, tan solo podía sentir y pedir, en donde sus ojos se volteaban ante los limites sobrepuestos, en donde su cadera se movía sola para buscar aún más profundidad, aunque le doliera, en donde él aceptaría lo que el hombre quisiera darle, simplemente estaba siendo completamente entregado en bandeja de plata ante el hombre de oscuros cabellos. El único que podía hacerlo sentir de esa manera.

Por esto mismo, cuando sintió la gran palma contraria impactar con sus nalgas y muslos, no se quejó, tan solo se entregó. Incluso cuando el hombre se cernió sobre él y tomo sus cabellos con fuerza, haciéndolo levantar su cabeza. Era doloroso y era evidente que las posiciones y todo lo que estaba pasando lo dejarían con marcas y dolor, pero nuevamente, él estaba tan dispuesto a ser un muñeco en las manos de ese hombre.

— ¿lo sientes? ¿sientes todo lo que provocas en mí? —escucho la voz de Jungkook justo en su oído, gimiendo ante lo que esta provocaba. Un segundo después, su cuello fue tomado y presionado, pero no lo suficiente como para perder la respiración— eres mío... siempre serás solo mío.

— tuyo... —respondió, sin la capacidad de recordar que debía ser respetuoso, no le preocupaba, si el mayor quería castigarlo que lo hiciera, lo único que necesitaba era poder expresarle que estaba totalmente de acuerdo con sus palabras— t-todo de mí te pertenece... tómame de todas las formas que conozcas, y no te detengas, por favor~

La confianza que le entregas a una persona es frágil, el amor que le entregas a una persona es frágil, si esa persona te traiciona, puede usar el amor y confianza que le entregaste para ir en tu contra, para usarlo de forma que te lastime, en una relación amorosa también funciona así. Pero en este caso, este caso en donde un hombre ama con locura, con una pasión y anhelo tan inhumano, en donde daría su vida por ti, en donde moriría antes de siquiera pensar en hacerte daño. Tu confianza y amor están en buenas manos, porque sabes que siempre los cuidara, independiente de su estado sentimental.

Por eso, estar en esta situación, estar desnudo, atado, completamente expuesto al mayor, no le provocaba miedo, jamás podría tener miedo de Jungkook, porque sabía que él jamás le haría daño, jamás haría algo para perjudicarlo, y jamás defraudaría su confianza o su amor.

Incluso ahora, en donde su cuerpo fue volteado y sus piernas liberadas, dejándolo aún más expuesto a lo que el contrario quisiera hacerle, mientras este llevaba sus piernas a sus hombros, haciéndolo tener más flexibilidad de la que podía tener. Taehyung solo sonreía de forma hipnotizada, sonreía, y murmuraba cuanto amaba estar entre los fuertes brazos del hombre tatuado.

— quiero que me mires —ordeno mientras quitaba la venda que cubría los ojos contrarios. Sus ojos se dilataron al ver las lágrimas y la vista perdida del contrario— carajo... eres tan perfecto, eres tan precioso...

Taehyung estaba esforzándose para poder cumplir con lo ordenando, aun si no podía ignorar todas las sensaciones que estaba experimentando en ese momento, quiso permanecer con la vista puesta en el contrario, en su prometido, en el hombre que ama.

— n-necesito venirme... por favor, por favor dejame-

— puedes hacerlo —concedió el mayor, para luego detenerse momentáneamente, sin dejar de mover su cadera, esta vez de forma lenta y tortuosamente pausada, pero sin dejar de hacerlo con fuerza. Se acerco lo suficiente como para susurrar en el odio contrario— vente para y por mí, demuéstrame como hasta tus orgasmos me pertenecen por completo.

Lo que siguió fueron gritos y gemidos lastimeros del castaño, quien era movido en la cama y torturado de una forma increíblemente placentera. Y así siguió hasta el final. Hasta que el castaño se retorció en la cama en busca de una liberación más duradera, en donde su cuerpo se movió con brutalidad a pesar de ya haber sobrepasado todos sus límites, su cuerpo desnudo y sudado fue obligado a llegar más veces de las que pudo contar a la cúspide del placer, mientras era llenado por la esencia contraria, aun así, no podía encontrar una salida del camino, no podía pensar en estar fuera de esa cama, porque ahí estaba todo lo que necesitaba en ese momento, esa lujuria, ese pecado, esa sensación que solo encontraría en esas paredes destinadas a llevarlo al infierno.

Después de la explosión vino la tranquilidad, una muy pesada y dolorosa. No le permitía respirar con normalidad ni tampoco moverse correctamente, solo pudo dejarse hacer, sintiendo como su cuerpo era elevado, podía sentir el frio de la piel contraria en su piel, dando un leve alivio. Sus piernas caían por los brazos contrarios mientras su cabeza reposaba en el hombro del fuerte hombre, quien lo llevaba hacia un lugar seguro para ambos, por eso a pesar de no estar completamente consciente, el menor se sentía seguro.

— tranquilo... —el menor escucho la voz del mayor, algo lejana, pero sabía que estaba ahí— sabes que te cuidare.

Claro que lo sabía, esa era la razón por la que en su inconciencia una sonrisa se formó en sus labios, una sonrisa tan satisfecha y cálida, que simplemente se dejó llevar por los brazos de su hombre hacia cual fuera el lugar de destino, el cual resulto ser el baño, en donde fue puesto dentro de agua caliente y su espalda terminando contra el firme pecho de su prometido.

Su piel ardía, en especial en los lugares donde las heridas eran más notorias, podía sentir como con toda la delicadeza del mundo Jungkook se preocupaba de limpiarlo con cuidado y asegurarse de que él no moviera un musculo.

Si Taehyung tuviera que escoger la parte que más le gustaba de hacer el amor con Jungkook, era esta.

Esa en donde el mayor lo cuidaba, lo trataba como un diamante delicado, asegurando su mayor comodidad, en donde a pesar de ya haberlo visto desnudo, de haberlo acariciado por completo, Jungkook se aseguraba de no tocarlo de más para no incomodarlo de ninguna forma. En donde se aseguraba de que estuviera cómodo para dormir y en donde se aseguraría de velar su sueño por el resto de la noche. Taehyung tenía a un verdadero hombre a su lado.

Uno que sabia diferenciar los escenarios, uno que no tomaba decisiones en base a las acciones hechas en el calor de un momento especifico.

— ¿duele mucho? —cuestiono el mayor en un susurro, no queriendo hablar fuerte por el miedo a provocarle algún dolor de cabeza.

Taehyung negó levemente con la cabeza— no... no duele, solo arde un poco.

Fue sincero. Jungkook asintió y después de terminar con el baño tomo a Taehyung entre sus brazos para poder llevarlo a la cama. En donde, antes que nada, se aseguró de aplicar un ungüento para que no sintiera dolor al siguiente día, además se como siempre, masajear su cuerpo de forma hábil para que no sufriera de ninguna molestia al despertar ni al dormir.

El pelinegro podía ver el agotamiento en el contrario, pero aun así pregunto— ¿quieres que te vista, cariño?

Taehyung abrió levemente sus ojos y sonrió— no. No yo... preferiría que ambos durmiéramos así, quiero abrazarte...

Jungkook sonrió, tomando las piernas de Taehyung. las metió con cuidado bajo las sábanas, para luego arroparlo correctamente. Una vez se aseguró de que Taehyung estaba completamente cómodo, él fue hacia su lado de la cama, metiéndose bajo las sábanas y mantas, yendo hacia Taehyung, quien con una sonrisa esperaba su cercanía.

— no quiero alimentar tu orgullo... —susurro el castaño, Jungkook levanto una ceja.

— ¿Por qué lo dices?

— porque realmente no creo poder sentir las piernas mañana.

Jungkook no pudo evitar reír levemente. Después de eso se acercó hacia él menor, atrapándolo entre sus brazos. Ambos compartieron unas pequeñas risas cómplices mientras besos eran repartidos esporádicamente. Si, definitivamente ese era el momento favorito de Taehyung.

— te hare Feliz Taehyung.... —susurro el mayor, mientras veía al contrario a los ojos, quien estaba recargado en su brazo mientras le sonreía de forma cálida— serás mi esposo, realmente no puedo creer que te vere caminar hacia el altar, que soy tan afortunado de ser quien compartirá una vida a tu lado.

Taehyung se acurruco más contra él— caminare hacia ti en el altar, nos casaremos y... y construiremos una vida juntos, formaremos una familia y... y realmente estoy tan feliz por eso, me hace tan feliz pensar en el futuro contigo, por pensar en todo lo que viviremos juntos, por toda la historia que construiremos juntos, realmente... no se que hice para merecer conocer lo que realmente se siente esto, amar tanto a alguien, y que esa persona te ame con la misma intensidad.

Taehyung, a pesar de saber que no debería ser agradecido por todo, se sentía afortunado, se sentía tan afortunado de tener al hombre que tenía, de poder ser amado por Jungkook, de poder formar una familia y un hogar con él, de poder llamarlo su futuro esposo. Y si piensa en todo su avance, no podía evitar notar lo mucho que se dejó llevar desde el principio, a pesar de siempre estar seguro de ir lentamente, de ser desconfiado ante sus miedos, él siempre se dejó llevar por lo que Jungkook le hacía sentir.

El pelinegro realmente habia llegado a poner su vida patas arriba.

— te amare por toda la vida Taehyung, te atesorare como la joya más preciosa, te cuidare como lo más valioso —las palabras de Jungkook eran dichas de forma baja, en susurros, como si fuera un secreto, una promesa que le correspondía únicamente a ellos— la vida nos mostrara diferentes escenarios, pero tú y yo caminaremos juntos pase lo que pase, sea cual sea el obstáculo, lo vamos a superar juntos, porque así somos, somos uno desde la primera vez que nos vimos, desde que llegue al hospital de forma tan hostil, desde que me dejaste completamente hipnotizado por ti desde el primer día, desde que hiciste que por primera vez en mi vida sucumbiera y cediera ante mis deseos de forma irracional, solo para poder volver a verte.

Los ojos de Taehyung brillaban, las palabras de Jungkook eran dichas con tanta seguridad y amor, con tanta sinceridad que el corazón de Taehyung simplemente le quedaba hacer más espacio para todo lo que el pelinegro causaba en él.

Una vida juntos...

Una historia juntos...

Ellos la crearían, porque ambos eran protagonistas, pero ninguno vivía en un mundo de fantasía donde los personajes principales caían ante diferentes pruebas. No, ellos eran protagonistas de su propia historia, la cual construirían sin importar nada ni nadie, ni sobre que deban pasar para pavimentar el camino hacia lo más Prospero para ellos.

— te amo Jungkook, te amo tanto y desde que lo acepte, mi amor por ti desbordo todos los limites existentes. —dijo de forma sincera— Jungkook, desde el primer día prometiste respetarme, me prometiste pasar mis limites, me prometiste mostrarme lo que era sentirse amado de la forma correcta y una que solo yo merezco, dime ¿Cómo... cómo podría imaginarme tan solo un pedazo de mi futuro sin ti? Eres la otra mitad de mi alma, eres mío y yo soy tuyo por completo, más allá de lo carnal, más allá de los títulos, soy completamente tuyo en cuerpo y alma, en esta vida y en la siguiente.

Los ojos de Jungkook estaban cristalizados ante las palabras del menor. Un hombre tan sereno y intimidante, con sus ojos cristalizados ante las palabras de su ángel.

— Tú me amas de forma sincera, y lo has demostrado desde el primer día, yo también lo haré —dijo, llevando su mano hacia la mejilla contraria, acariciándola con cariño— debes saber que el día de nuestra boda diré mis votos de forma sincera y preparada, pero mis palabras de amor y promesas jamás se detendrán, tal como tú lo has hecho, yo prometo amarte y vivir por ti por el resto de mi vida, tal como sé que tú lo harás por mí.

— día a día mejorare, y seré un buen compañero de vida —dijo Jungkook, su voz levemente pausada por las lágrimas que llenaron sus ojos y sollozos que quedaron en su garganta— eres lo mejor de mí, y mejorare cada día para ti, no importa lo que deba hacer, seré siempre mi mejor versión para ti, eres mi todo Taehyung, mi salvación, mi devoción, mi alma entera, y ninguna fuerza sobre humana podrá cambiar cual enamorado estoy de ti.

Como lo más sincero, ambos tan solo se quedaron observándose a los ojos, sabiendo que sus palabras eran tan sinceras, tan reales. Se amaban, se amaban a pesar de todo, incluso si la última gota del mar se secará, si la última estrella se apagará, sus corazones siempre palpitarían por él otro, y más allá, sus almas siempre se encontrarían para cuidarse entre ellas, así el destino tratara de separarlos, ellos jamás se dejarían vencer, e irían contra todo, para poder estar juntos en su precioso y peculiar amor.

— ya es hora de dormir... —susurro Taehyung, acercándose más a su prometido, acurrucándose entre sus brazos— debemos descansar para mañana, será un día largo.

Jungkook sonrió, abrazándolo entre sus brazos, ocultando su rostro en el cabello del menor por unos segundos, apretándolo hacia él, sintiendo su cercanía y calidez como el tesoro más preciado.

Para ellos no habia leyes en el amor ni tampoco en el cómo deberían actuar. Ellos se amaban, era lo más significativo y esencial de ver. Porque nuevamente, jamás podrían ser comparables por más perfecta que se pueda escribir una historia similar o por más sentimiento que involucre el compositor de una canción. Su amor, la historia que ellos mismos crearon, tan solo podía ser poesía, una bella y preciosa poesía.

— sí... descansa, mi vida.

🌻

no más autora tierna.

hi, recuerden seguirme en wattpad y en instagram, así en cualquier caso de que la app se ponga mamona, sepan como buscarme en otra cuenta.

los amo mucho. Gracias por acercarse a mi por mensajes privados en mi insta, saber que muchos realmente disfrutan lo que escribo es lo más preciado. 

Gracias por las 300K le leidas. 💗

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