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capítulo final

léanlo, aprécienlo, COMENTENLO y llórenlo. 

🌻


El gran día habia llegado.

El día en el que dos almas se unirían para formar tanto una historia privada como una leyenda que perdurara por las próximas generaciones. Dos personas tan influyentes y únicas formarían una sola unidad, convirtiéndose en una muy peligrosa e intocable. El líder de la roja y una de las personas más inteligentes en el mundo. Ambos juntos. Ya han demostrado lo peligrosos que podían llegar a ser.

Ahora, cuando los preparativos ya estaban listos, el lugar ya estaba listo, los vuelos fueron tomados y todos estaban en el maravillosos destino, solo quedaba lo más importante. Los novios.

— maldición hombre, parece que fueras a sepultar a alguien, ¿puedes quitar esa cara? —exigió Yoongi, quien estaba arreglando su propio traje.

— solo estoy nervioso —respondió Jungkook mientras se acomodaba por quinta vez su corbata.

— ¿nervioso? No me quiero ni imaginar cómo te pondrías si Taehyung estuviera a punto de parir.

Jungkook estaba a punto de lanzarse contra Yoongi, pero la mano del señor Kim sobre su brazo y su risa lo detuvo.

— a pesar de ser adultos siguen siendo más jóvenes, y los jóvenes de hoy en día son brutos para ciertas cosas —dijo divertido, mientras acomodaba la corbata de Jungkook correctamente.

— estoy de acuerdo con eso —concluyo el señor Jeon, entrando a la habitación y cerrando la puerta detrás de él— ¿Por qué estas tan nervioso hijo?

— porque esta acojonado —susurro Seokjin, pasando a su lado, yendo hacia Namjoon quien estaba terminando de arreglarse.

Todos estaban en una misma habitación preparándose para el gran momento, al mismo tiempo que todos se reían de un Jungkook bastante nervioso ¿acaso podían culparlo? Se casaría con el amor de su vida en tan solo unos momentos. Lo vería caminar hacia él en el altar, lo que ha estado soñando desde el primer día que lo conoció, desde que supo que estaba enamorado de ese hermoso castaño y que quería pasar todos los días de su vida con él.

Este era el primer paso, el primer paso para lo que sería el resto de sus vidas y en donde comenzaría un nuevo capítulo de su historia. Sí, estaba nervioso, porque a pesar de que sabe que puede darle el mundo a Taehyung, para él jamás será suficiente, puesto que él le entregaría el universo entero si eso estuviera en sus manos. Ahora solo le queda conformarse con crear un mundo para él. Solo quería ser suficiente.

— ¿recuerdas cuando asumí el mando de la roja? —cuestiono Jungkook a su padre, quien asintió con una pequeña sonrisa comprensiva— ni siquiera ese momento se asemeja ni un poco a lo que estoy sintiendo en estos momentos.

Jicheol asintió comprendiendo. El día que Jungkook tomo el mando, siendo tan joven, influyente y capaz, jamás se sintió nervioso, jamás demostró miedo o algún tipo de duda. Él simplemente camino por el pasillo de forma segura sin dirigirle su mirada a nadie, y asumió la responsabilidad que se le vendría en cima sin ningún titubeo.

Ahora en cambio, el día más importante de su vida, en donde debía estar completamente centrado y teóricamente debería sobrellevarlo de forma más sencilla. Jungkook parecía querer explotar en cualquier momento.

— entiendo tus preocupaciones y los posibles miedos que tu mente te esté enfundando —dijo Jicheol, apoyándose contra la pared frente a Jungkook— pero una vez salgas de esta puerta, debes estar concentrado y con todos tus engranes funcionando, porque la imagen que veras en unos momentos, en donde Taehyung camine hacia ti con la intención de unir su vida a la tuya, será una imagen que durara toda la vida, asique no dejes que tus pensamientos arruinen ese momento ¿de acuerdo?

Entendía la situación de su hijo, sabía que tenía miedo de no ser suficiente a pesar de ser quien es, a pesar del amor desbordante que Taehyung sentía por él, su hijo seguía siendo levemente inseguro, lo entendía, y le parecía de alguna forma adorable. Él también tuvo su momento hace algunas décadas cuando se casó con el amor de su vida y la madre del hombre histérico que tiene en frente en este momento. Por eso mismo, puede entender su posición.

— ¿de qué tienes miedo, Jungkook? —cuestiono el señor Kim con una sonrisa divertida— ¿de qué mi hijo se arrepienta y se fugue discretamente?

Jungkook abrió sus ojos horrorizado.

— ¡señor Kim! —reprendió Namjoon— usted es cruel. Taehyung jamás haría eso, ¿dejarlo plantado en el altar? No, no es de ese estilo.

Jungkook quiso agradecerlo su horrible apoyo, pero decidió guardarse sus palabras.

Debía recordar quien era él, debía recordar donde estaba parado, Jungkook siempre ha sido un hombre seguro y sobre todo tranquilo ante cualquier situación. Ahora, cuando Taehyung lo viera en el altar, no podía demostrarle una mueca de preocupación o inseguridad, no, eso no era propio de él, él debía ser el hombre que estuviera esperando a Taehyung al final de pasillo con seguridad y determinación, dándole la sensación de que estaba caminando a algo real y seguro, en donde él lo sostendría, ante todo.

— solo... quiero estar completamente perfecto este día, quiero que todo sea perfecto para él, incluso yo.

Mimsik sonrió de forma comprensiva, acercándose para acariciar levemente el brazo contrario, dándole una señal de tranquilidad. ¿Qué más quería el azabache? Realmente el hombre no podía pedir a una mejor persona para estar con su hijo.

— si crees que no eres un hombre perfecto realmente me impresiona lo modesto que puedes ser —dijo, Jicheol rio a su lado— Jungkook, no me imagino a nadie mejor desposando a mi hijo. Y si debo entregarlo a alguien, no sabes lo tranquilo y en paz que estoy al saber que serás tú quien reciba la mano de lo más preciado que tengo.

— Mimsik... —Jungkook suspiro, inclinando su cabeza levemente— gracias, por estar aquí con tu esposa, por acompañarnos y apoyarnos de esta forma, sé que Taehyung está realmente feliz por eso.

El hombre negó con la cabeza— ¿Qué clase de padres seriamos si no estamos el día más importante para nuestro hijo? Puede que seamos de diferentes mundos Jungkook, pero si algo tenemos en común, es que amamos a Taehyung, tanto que haríamos lo que fuera por él.

Y era completamente cierto. Jungkook volvió a mirarse en el espejo frente a él, vistiendo un traje totalmente negro, con una camisa blanca haciendo contraste, su cabello llevado hacia atrás y luciendo un porte digno, sonrió, él se casaría con Taehyung, él le construiría una vida llena de felicidad y un amor maravilloso, él sería quien lo acompañe en sus sueños, miedos y metas. Él.

Estaba tan listo como lo estuvo cuando se dio cuenta de quien era Taehyung para él, estaba tan listo para estar parado en ese altar a esperar que Taehyung llegara a él, estaba listo para verlo caminar hacia él como un ángel, como lo que siempre fue para él.

— ¿podrían salir un momento? —pidió Jicheol a los demás con amabilidad— quisiera tener una pequeña charla con mi hijo.

Los demás asintieron con una sonrisa, sabiendo que ese momento era el indicado y el correcto para una charla padre e hijo. Todos abandonaron la habitación, dejándolos solo a ellos. Jungkook suspiro, por más adulto que fuera, esta era una situación donde necesitaba a su padre, sus consejos y su guía, en especial de alguien que ha vivido un matrimonio tan hermoso y duradero.

— papá... ¿y si fallo? ¿y si... no logro ser lo que Taehyung merece?

Jicheol sonrió. Comprendía las preocupaciones de su hijo.

— lo que yo más temía al casarme, era el equilibrio de mi vida ¿Cómo equilibraría mi más grande amor con la carga de estar llevando a toda una generación sobre mis hombros? —comento, recordando lo difícil que fue para él soportar la presión en esos momentos— para nosotros debería ser "más fácil" pero tenemos tanta carga en nuestros hombros que lo único que pensamos es en que en algún momento eso podrá más que nosotros y simplemente dejaremos caer algo. Y eso pasara eventualmente.

Jungkook lo escuchaba atento, su padre hablaba por experiencia, tanto buenas como malas, sabía que él había tenido muchos obstáculo debido a sus abuelos y la presión tan grande ejercida en esos años a quien fuera líder de la roja. La opresión y las visiones tan retrogradas solo lo hicieron más difícil para él. En especial, cuando la roja veía a su esposa como un contrato de unión y Jicheol la veía como lo más importante y maravillosos de su vida.

— ¿sabes cuales fueron mis miedos? —cuestiono el hombre, viendo hacia la ventana del lugar levemente— ¿realmente poder hacerla feliz? ¿Cómo puedo ser suficiente para ella si no soy suficiente para los demás? Pero cada pensamiento lo fui descartando con el tiempo. El tiempo me dio experiencia, y la experiencia me dio sabiduría. Tu madre jamás me vio primero como un líder o alguien perfecto, ella me veía como su esposo y el padre de su querido hijo, quien se esforzaba día con día a mejorar por ellos.

Jungkook sonrió, sabía que sus padres habían tenido momentos tensos, pero también sabía que ellos lucharon ante mucho y su palabra finalmente fue ley incluso ante las autoridades más antiguas.

— no pienses en que podrías ser una decepción para Taehyung cuando esta más que claro que para él eres su vida. Incluso después de todo lo que ha vivido, de todo lo que ha sufrido y todo lo que pudo haberlo espantado, Taehyung está aquí, a pocos minutos de caminar de blanco hacia ti, ¿y crees que él piensa que no eres suficiente? —cuestiono, una pequeña sonrisa adornando su rostro— estoy seguro de que Taehyung te vio, te ve y te vera como su compañero más leal y fiel, y que está ansioso de aprender junto a ti, de vivir y crear experiencias junto a ti. Él conoce la perfección, la ha vivido y la ha creado, créeme que debe estar aburrido de tanto plan y esquemas, él se ha enamorado de la espontaneidad que le has ofrecido.

Todos los que han visto el amor de Jungkook y Taehyung saben la atracción tan especial y única que los complementa, la forma en que Taehyung observa al azabache cada que habla o le muestra nuevas cosas, lugares y experiencias, es como si cada una de ellas sumara aun más a los sentimientos del menor, como si jamás pudiera cansarse, como si jamás estuviera listo para un final a todo lo que Jungkook provocaba en él de forma planeada o completamente espontanea.

Sus preguntas eran normales, pero no podía negar que eran absurdas ¿Taehyung dudando de él? ¿pensando que no era suficiente? Para Taehyung, quien nunca tuvo expectativas, tan solo decidió dejarse llevar y caer por los brazos contrarios. No podría jamás agradecer lo suficiente por haber correspondido el beso de Jungkook ese día en su apartamento.

— tú y mamá han sido un gran ejemplo para mí —dijo Jungkook, conectando su mirada con la del mayor— haber visto un matrimonio tan hermoso como el suyo tan solo logro inspirarme y emocionarme por la idea de querer formar y crear mi vida junto a Taehyung, una que dure muchos años y una vida en donde mi mayor prioridad sea hacerlo sonreír.

El señor Jeon sonrió, Jungkook era un hombre tan bueno, caballeroso y respetuoso. Sí, era digno de admirar por sus títulos, posición y logros, pero el orgullo más grande que los señores Jeon sentían era por el caballero que Jungkook logro ser, y por actuar como un hombre correcto. Amando solo a una persona, y entregándose por completo a ella.

— tu madre y yo no podemos estar más orgulloso del hijo que creíamos —Jicheol dijo finalmente— eres alguien digno de mucho, así como eres digno de una persona como Taehyung. No puedo imaginarme nada más que felicidad para ustedes, una vida prospera y sana en donde sé que siempre podrán salir adelante.

Jungkook cedió, ante todo, y se acercó para abrazar a su padre, quien, al ver la intensión del menor, abrió sus brazos, esperándolo con una sonrisa. Jungkook habia crecido, pero jamás dejaría de ser su hijo, y cada abrazo que le ha dado, ha venido acompañado de recuerdos de cómo ha madurado y crecido, y ahora, este abrazo justo antes de su boda iría directamente a su memoria, como esos abrazos donde un Jungkook de cinco años brincaba para poder alcanzarlo.

— te quiero papá —sincero Jungkook. Su voz iba en susurro— no puedo estar más agradecido por haberte tenido en mi vida, y haber tenido el gran privilegio y honor, de tenerte como el hombre que me educo y guio en la vida —dijo, Jicheol sintió las palabras en lo profundo de su pecho— no sería quien soy hoy en día sin tu guía, me has enseñado tanto y jamás dejare de aprender de ti, si incluso el día de mi boda te necesito, no dudes que cuando tenga hijos necesite de igual forma tus consejos.

Jicheol finalmente rio, claro que estaba emocionado por esa posibilidad, pero no se adelantaría a los hechos, Jungkook iba a dar el primer paso ese día, y como correspondía y siempre soñó. Él y su esposa estarían a su lado, apoyando las decisiones que su hijo tomo con el corazón.

Por su parte Jungkook al fin pudo respirar de forma tranquila, eso necesitaba, un momento de sinceridad y unas ultimas palmadas de aliento del hombre que lo guio para convertirse en el caballero y hombre que se enorgullecía de ser. Y ahora, en donde todo lo que él era seria de Taehyung, no podía estar más confiado y satisfecho, sabiendo que aprendió del mejor.

Finalmente, suspiro tranquilo.

Hoy era el día más importante.

Giro su vista levemente, viendo hacia el gran balcón del lugar, escuchando como las olas chocaban y cerrando los ojos cuando la agradable brisa llego hasta él. aspiro hondo, volviendo su vista a espejo. Hoy sería el día más importante de su vida, y estaba tan feliz y ansioso por ello.

— estoy listo —anuncio— quiero ver a mi futuro esposo.

Esas palabras salieron acompañadas de una sonrisa, y ambos hombres de la habitación lo siguieron fuera de ella. Todos listos para ir a tomar sus lugares en la ceremonia, listos para apreciar un hecho histórico y significativo para sus corazones y vidas.

La brisa los acompañaba al caminar, el cielo estaba demostrando el casi comienzo de un bello atardecer, el momento perfecto, la imagen ideal para que un ángel caminara y se entregara a un mal tan hermoso que incluso si lo tocaba, jamás perdería su luz. Su boda fue un gran significado incluso para los cielos, quienes iluminaban correctamente, las hermosas playas de Santorini y les otorgaba una preciosa imagen de lo que serían sus futuros recuerdos.





En otra habitación se encontraba un castaño que apenas podía quedarse quieto. Ya con el maquillaje, peinado y traje puesto, todo perfectamente revisado y en su lugar. No era suficiente para él, los nervios lo tenían al mil por hora. Era una mezcla de emoción, miedo y adrenalina ¡se iba a casar! Estaba vestido de blanco, y estaba a nada de caminar por el altar hacia los brazos de quien sería su compañero por el resto de su vida.

Jungkook, su Jungkook lo estaría esperando, ¿Qué pasaba si se tropezaba? ¿si se trababa al hablar? No quería cometer ningún error, quería que todo fuera perfecto, quería recordar este día como el mejor de su vida, en donde por fin se unirían frente a las personas que apreciaban y marcarían su palabra de no separarse incluso en la muerte.

— ¿sigues viéndote al espejo? —cuestiono Jimin, llegando a su lado— estas tan perfecto que no puedo describirte, ¿Qué estas buscando exactamente?

— es solo que... jamás creí verme de esta manera, jamás creí que encontraría al amor de mi vida y estuviera tan ansioso por caminar hacia él.

Jimin recargo con cuidado su cabeza en el hombro del castaño. Quien seguía viéndose al espejo, no buscaba nada con exactitud, tan solo se observaba, sin poder apartar la vista.

— comenzaras algo nuevo y normalmente puede ser aterrador, pero realmente no tienes por qué tener miedo, Jungkook te ama, te ama más que a nada en su vida y si tuviera que esperarte en cien altares, lo haría sin pensar, de eso no tengo duda.

Y tenía toda la razón, Jungkook lo esperaría sin importar que, incluso si decidía que no estaba listo para esto. Pero lo estaba, lo sabía cien por ciento, entonces ¿Por qué se sentía de esta forma? Estaba flotando, flotando en sus pensamientos y el ver a todos, verse a sí mismo, de alguna forma lo mantenía con los pies en la tierra.

— Taehyung, hijo ¿está todo bien? —cuestiono la señora Kim, acercándose a su hijo. Jimin sonrió y se alejó momentáneamente.

Taehyung asintió— es solo que... no lo sé, es tan extraño mamá, estoy tan ansioso por caminar hacia Jungkook, sé que es lo que quiero, sé que es lo que sueño, pero... ¿Por qué mis manos tiemblan tanto? ¿Por qué mi mente no puede permanecer tranquila?

La mujer sonrió. Acercando su mano, acaricio con cariño el rostro contrario.

— porque estas a punto de compartir tu vida con el hombre que amas, estas a punto de unirte a él de forma sagrada y intima, a pesar de ya haber profesado su amor, esta vez este estará plasmado en papel y en testigos. Taehyung, cielo, está bien sentir miedo, es normal, eres un novio a punto de ir al altar.

Un novio a punto de ir al altar.

Realmente había llegado ese día, realmente estaba a punto de caminar hacia Jungkook frente a las personas que amaban, jurarían su amor a los cielos y se dirían sus votos cara a cara. El pecho de Taehyung se sentía realmente cálido y sus ojos brillaron levemente, maldición realmente estaba pasando.

— no cariño, no llores, tardamos mucho en el maquillaje —bromeo la señora Kim, atrapando con cuidado la lágrima que estuvo a punto de escapar de esos ojos brillantes— mi dulce hijo, te ves tan hermoso.

Taehyung volteo nuevamente al espejo, y sonrió, sonrió realmente feliz— me siento hermoso, siento como si estuviera flotando, como si estuviera en un sueño, mamá ¿eso es normal?

La mayor rio divertida mientras asentía. Taehyung estaba experimentando una felicidad indescriptible, realmente estaba a punto de casarse con el amor de su vida, con el hombre que tanto amaba ¡se casaría con Jungkook! Ellos ya actuaban como una pareja de casados, pero ahora seria oficial, realmente lo era, y que el pensamiento llegara tan directamente a él era algo arrasador, excitantemente arrasador.

— Taehyung— Goeun llego a un lado, sonriendo mientras lo observaba de pies a cabeza con sus ojos brillantes— realmente estas deslumbrante, eres una completa visión de la belleza más verdadera que hay —sus palabras sinceras hicieron sonreír y enrojecer levemente al castaño— debes volver a saber, que estamos muy felices de que seas tú el protagonista de esta noche, que seas tú el compañero de vida de Jungkook, y que tú serás la persona más valiosa para la roja. Es un verdadero honor poder formar parte de este bello y significativo momento.

— Goeun...

— ya te lo he dicho, Taehyung, desde el primer día fuiste importante, desde el primer día tu palabra es ley, pero hoy se transformará en mandamientos —dijo, su voz era firme, pero con ese toque de dulzura que siempre caracterizaba a la mujer al dirigirse a Taehyung— hoy, donde te unirás oficialmente a Jungkook, tu voz jamás será silenciada, todas tus palabras serán escuchadas y tus ordenes serán obedecidas. Por favor cariño, no te subestimes, por nada del mundo.

Goeun estiro su mano. Taehyung recibió la delicada mano entre las suyas. El castaño sonrió al ver los ojos cristalizados de la mujer.

— eres parte de la familia desde hace mucho Taehyung, y... realmente estoy tan orgullosa y honrada de poder ver a mi hijo casarse con tan bello ser, de verdad, gracias por haber llegado a la vida de Jungkook, hoy te lo entrego por completo —dijo, un pequeño sollozo se escapó de los labios de la mujer— te advierto que no hay devoluciones.

Ambos compartieron una sonrisa cómplice al mismo tiempo que un abrazo los unió de forma cálida y suave. Taehyung siempre tendría una madre, Nara siempre sería la primera, y la intención de Goeun jamás seria quitar ese lugar, pero quería que Taehyung supiera que ella siempre estaría ahí, que ella siempre estaría de su lado, que podía verle de forma maternal si así lo deseaba. Después de todo, estaba viendo a su primer hijo casarse, y con una persona totalmente especial y única, no podría sentir algo más, más que solo felicidad.

— ¡nos harán llorar! —el quejido de Jimin detrás de ellos los hicieron voltear. Tanto el rubio como Hoseok tenían los ojos cristalizados— maldición me vere horrible después de tanto llorar.

Taehyung rio divertido, separándose de las mujeres para acercarse a Jimin, quien, al verlo cerca de él, de inmediato se pudo de pie junto a Hoseok, los tres sonriéndose de forma cómplice.

La vista de Taehyung fue hacia Hoseok— gracias por convertirse en mi familia, tú y Seokjin han sido tanto hermanos como padres, estuvieron ahí cuando no sabía que los necesitaba y cuando realmente estaba débil, ustedes me apoyaron y se mantuvieron conmigo, haciéndome parte de ustedes, jamás podré agradecerles correctamente por todo.

Una lágrima cayo por el rostro de Hoseok, quien sonrió de forma inmediata, Taehyung, a quien siempre vio como su hermanito, como el hijo que nunca tuvo con su esposo, Taehyung fue algo que los unió aún más como pareja de una forma intensa y bondadosa, Taehyung habia hecho mucho, y era él quien le estaba agradeciendo. Con cuidado de no arruinar su imagen, Hoseok se acercó, rodeándolo con sus brazos en un gesto agradecido y protector.

— nosotros estamos tan orgullosos de ti que se nos acabara la vida recordándotelo —susurro, separándose levemente, sus miradas cristalizadas se conectaron— a pesar de jamás pensar en que estaría para verte casarte, no sabes lo feliz que me hace que hayas encontrado el amor como debe ser, sin condiciones, lleno de confianza, comunicación y unión, — sus manos fueron al rostro contrario, no tocándolo del todo, ya que no quería arruinar el maquillaje del menor— ha sido un verdadero placer verte crecer Taehyung y será un verdadero placer ver también como comienzas tu nueva vida.

Sin poder contenerse, Taehyung volvió a abrazarlo con todas sus fuerzas. Su vida había dado tantos cambios, ni siquiera sabe cuánto avanzo para llegar a este momento, el momento que sería un recuerdo que vendría a su mente por el resto de su vida. Tenía miedo, sí, por todas las parejas en el mundo que daban el ejemplo de un matrimonio fallido, un matrimonio donde el amor se acaba y todo se transformaba en monotonía y costumbre.

Pero nuevamente. Ellos no eran como los demás en ningún tipo de comparación. Por quienes eran, por quienes son juntos, por sus propias personalidades y habilidades.

— ya es hora —la señora Jeon hablo detrás de él. Giro, ella y su madre estaban con una sonrisa esperándole en la puerta— ¿nuestro novio está listo?

El de cabellos castaños se volvió a observar en el espejo. Sonrió ante la imagen frente a él. Sí, estaba completamente listo para lo que se venía, porque sabía que no caminaría solo, estaría junto a Jungkook, y eso solo lo podía hacer sentir seguro.

— sí... estoy listo. —dijo finalmente, siguiendo a todos fuera de la habitación, caminando hacia donde lo estaría esperando la otra mitad de su corazón.

El atardecer había comenzado con lentitud y los acompañaba en la maravillosa ceremonia. Los cálidos colores que el cielo del ofrecía era un regalo del mismo mundo, demostrando que apreciaba que aun hubiera personas dispuestas a amarse de forma sincera y correcta.

El lugar estaba decorado de forma exactamente como lo había soñado Taehyung desde que supo que se casaría con el pelinegro. En cuanto tuvo la valentía de imaginar los futuros momentos a su lado, incluyendo su boda, todo era tal cual había querido, soñado y esperado, incluso más. Ahora, mientras la música llegaba a oídos del castaño, esa música tan leve y serena, tan solo pudo sonreír.

Lo estaban esperando.

Sus familiares y amigos más cercanos estaban ahí, esperando por él, esperando al verlo caminar hacia el hombre que lo ha dejado completamente encantado como para estar ahí, vestido de blanco, tan ansioso por ir hacia el pelinegro que aún no había visto.

Su corazón iba a mil, pero al mismo tiempo todo se sentía tan correcto y sereno.

— hijo...

La voz de su padre llego a sus oídos, volteó, encontrándoselo mientras este lo veía de pies a cabeza con los ojos cristalizados. Taehyung sonrió, aceptando las manos de su padre cuando pidió unirlas con las suyas.

— eres... estas... dios —el señor Kim tuvo que parpadear con rapidez para eliminar las lágrimas que llegaron y nublaron levemente su visión— te ves tan hermoso, tan precioso hijo...

— papá...

Mimsik, en otro mundo, uno en donde la relación que Taehyung tendría, tuviera que ser evaluada por él meticulosamente, posiblemente le diría que quizá habia avanzado demasiado rápido, que no debía sentirse forzado a casarse para validar la relación que ya tenía, que aun debía pensar bien las cosas y ver si era lo que realmente quería. Pero al ver a Taehyung, a su único hijo frente a él, vestido tan maravilloso, con esa sonrisa de cajita que tanto lo caracterizo en su infancia y ahora, y sus ojos brillantes llenos de deseos e ilusiones. El señor Kim jamás se atrevería a cuestionar el amor que su hijo siente por el pelinegro que lo estaba a unos metros.

Nuevamente tomo las manos de su hijo, llevándolas a sus labios, besándolas con paciencia y cariño, un cariño que solo él era capaz de expresarle en un momento así. Todo buen padre esperaba este momento, quizás pedía internamente que no fuera tan pronto, pero Mimsik no podía estar más feliz de estar ahí, de ser quien acompañaría a Taehyung al altar, de ser quien caminaría con él, de ser quien lo entregaría.

En su pecho no podía caber más felicidad al ver la ilusión en los ojos de su hijo. Y no podía estar más agradecido con Jungkook por haberle entregado esta gran felicidad a Taehyung.

— ya te lo he pedido —susurro, aun sosteniendo las manos de su hijo— no olvides el camino a casa, por favor. Se feliz, vive una vida feliz y plena en donde no sientas arrepentimiento de tus decisiones, pero recuerda que el camino a casa siempre debe estar en tu corazón, guardado por si acaso ¿sí? Tu madre y yo siempre estaremos ahí, esperando por ti.

¿Qué padre podría imaginarse a su hijo, el mismo que lo buscaba en busca de ayuda o apoyo, estar a punto de iniciar su vida junto a un hombre que sería su nuevo protector? Le dolía el corazón de nostalgia y alegría. Estos serían nuevos recuerdos que atesoraría por el resto de su vida.

Ambos sonrieron cuando la música comenzó a sonar en baladas un poco más altas. Mimsik acaricio el rostro contrario, otorgándole tranquilidad.

— mi TaeTae... —lo llamo. El corazón de Taehyung se sintió cálido y pequeño cuando su padre menciono el apodo que no había escuchado desde hace tantos años— ¿estas listo, hijo?

No sabe cuántas veces ha sonreído ya en ese mismo día, pero volvió a hacerlo en cuanto vio como su padre le extendía su brazo para que lo tomara, y lo llevara hacia su compañero de vida.

— estoy listo, papá...

Compartieron una última sonrisa antes de salir del lugar, a través de una puerta que estaba decorada con muchas flores y caídas de ceda brillante. A penas apareció por la gran puerta de ladrillos claros, la gente se puso de pie, girando hacia él, en el espacio se escucharon jadeos y suspiros, viendo a una persona que apreciaban en su vida luciendo realmente hermoso y deslumbrante. Viviendo un momento que era solo para él.

La brillantes del cielo lo acompañaba en cada paso, la música llego a sus oídos, y las manos que estaban sobre el brazo de su padre se apretaron levemente. Tomo una honda respiración, para luego suspirar de forma tranquila.

Dio el primer paso.

Estaba luciendo un precioso traje, un traje blanco hermoso con pantalones rectos hasta sus pies, estos siendo adornados con perlas y diamantes plateados, mientras que, hacia arriba, una camisa totalmente blanca y transparente se escondía debajo de un blazer blanco, el cual tenía detalles plateados a los lados y en la v que caía por el pecho del castaño. A este se agregaba un bella velo que caía desde sus hombros, un velo tan hermoso como frágil a la vista, caía con elegancia y lo seguía de forma lenta, este siendo transparentoso, y lleno de pequeños diamantes igualmente plateados, lleno de brillos que hacían que llegara aún más atención hacia su persona. Se veía totalmente angelical.

Y a unos metros estaba él, estaba el hombre que lo recibiría en unos cuantos pasos más. El hombre de su vida, la persona que lo ha hecho llegar hasta este momento, ahí estaba Jungkook, sonriéndole con tanta dulzura y amor, mientras sus ojos estaban completamente cristalizados. Lo veía como si fuera un ángel, lo veía como lo más hermoso de la tierra. Y así era, Jungkook se sentía extremadamente mundano ante la maravillosa vista que tenia de su chico, quien caminaba como un ángel hacia él, luciendo ese hermoso traje que hasta ahora tuvo la honradez de ver.

Taehyung junto su mirada con él y no pudo evitar sonreír en cuanto vio como Jungkook quitaba con cautela una lágrima que cayo sin permiso de sus ojos. Era un momento tan brillante y angelical. Era tan mágico y solo de ellos, a pesar de sus seres cercanos, a pesar de del maravilloso regalo que el cielo les estaba dando, eran solo ellos.

Ellos dos, en un bello atardecer, casándose bajo los cielos de Santorini.

Una pequeña risa escapo de los labios de Taehyung, mezclada con un leve sollozo. Su padre lo observo comprensivo, sonriendo mientras acariciaba la mano de su hijo— mi hermoso hijo, ¿es como lo habías soñado?

Taehyung vio a su padre, y luego volvió a ver a Jungkook, su futuro esposo, su hermoso amor, su compañero, salvador y mejor amigo, estaba esperando por él. Como lo había hecho desde el primer día.

— sí... es mucho mejor de lo que pude llegar a soñar...

Todo era mágico, se sentía tan irreal que solo podría comprenderlo o plasmarlo un autor de libros fantásticos, o un pintor con la capacidad de ver mucho más allá de lo normal o ordinario. Taehyung era brillante, y cada paso que daba era un palpitar en su corazón, cada vez que se acercaba hacia su prometido, sentía como más lágrimas tenían la intensión de acumularse en sus ojos.

Los demás veían la escena con los ojos lagrimosos y sonrisas que nadie sería capaz de quitarles. Ninguno estaba grabando con sus celulares, ninguno gritaba emocionado, tan solo estaban ahí, disfrutando el momento de ambos, viendo cómo se concretaba este bello momento en la historia.

Se sentía como flotar, como volar, cada paso que daba era como pisar una nube, una nube que lo elevaba y lo llevaba con el hombre de oscuros cabellos, quien ya tenía extendida su mano hacia él, esperando que la tomara, pacientemente y con una sonrisa, Taehyung estiro su mano, sonriendo temblorosamente en cuando sus manos se juntaron.

— te estoy entregando lo más preciado de mi vida, Jungkook —dijo Mimsik, poniendo sus manos sobre ambas contrarias. Suspirando para después dar un paso hacia atrás— por favor, cuídalo mucho.

— lo hare con mi vida —juro Jungkook sin esperar, su voz seria y comprometida. El señor Kim no necesito escuchar más, sonrió y fue hacia su silla, aun lado de su esposa.

Jungkook ayudo a Taehyung a llegar hasta a él, no podía explicar con simples palabras la belleza que tenía enfrente, la definición de las palabras más hermosas alcanzaría para describir tan solo una pizca de sus pensamientos. Taehyung era una visión, era un milagro, era un regalo de lo más divino del cielo para él, y ahí estaba, como un pobre mortal queriendo ponerse de rodillas frente a su prometido, quien lucía de forma angelical el blanco.

— es aún más perfecto que en mis sueños... —expuso Jungkook sin ninguna vergüenza y en un susurro, logrando que Taehyung soltara una pequeña risita— tu belleza realmente no es de este mundo, mi amor, es completamente imposible que lo sea.

— mmh alagándome antes de decir "acepto" ¿eh? —sonrió divertido. A pesar de que su corazón estaba palpitando rápido y sus mejillas rojas demostraban sus nervios— Kook... estoy algo nervioso.

Confeso finalmente. Pero a diferencia de todas las demás personas que lo han calmado ese día, Jungkook con tan solo una sonrisa logro que su corazones se tranquilizara, que sus manos dejaran de temblar y que su visión estuviera totalmente estable. Ese hombre perfecto, tan descarado al usar sus encantos.

— estas nervioso al igual que yo —delato, tomando las manos de su prometido con fuerza y protección— pero esto ya lo hemos vivido muchas veces —dijo, Taehyung lo observo con curiosidad— ya hemos confesado y jurado nuestro amor tantas veces que he perdido la cuenta, ya hemos establecido una vida en donde seremos compañeros sin importa cuál sea el escenario, solo actúa como lo has hecho hasta ahora, y todo estará bien, la única diferencia, es que después de hoy, podre decir como el hombre más feliz del mundo, que eres mi esposo.

Y nuevamente ahí estaba. Las palabras sinceras y la poesía natural que salía de los labios de Jungkook cada que Taehyung lo necesitaba. Incluso en ese lugar, en la cima de una colina en Santorini, frente a todos sus seres queridos, en el altar, Jungkook podía confesarle y hablarle con tanta naturalidad para calmarlo, que era imposible que la idea de una decisión equivocada llegara a la mente del menor.

Ambos se sonreían mutuamente hasta que debieron soltar sus manos para darle la llegada al juez que caminaba hacia el gran aro de flores, parándose justo en el centro, viendo a los invitados con una sonrisa, para finalmente reverenciar ante los novios.

— es un verdadero honor, ser el responsable y quien lleve a cabo esta unión, señores Jeon —dijo el juez. Tanto Jungkook como Taehyung le agradecieron de forma baja.

Todos volvieron a sus asientos, Taehyung y Jungkook dieron un paso atrás, dándole el espacio al señor para comenzar con la ceremonia, con la más importante unión del siglo para la historia de la roja y historias futuras.

— hoy es un día precioso —comenzó el señor vestido de traje oscuro— es un día completamente precioso y dichoso, con un atardecer espectacular como regalo para honrar a esta pareja, a estas dos personas que se unirán hoy en sagrado matrimonio y compromiso sin condiciones.

Las palabras del hombre hacían sonreír a la gente y darle más emoción a los corazones de ambos hombres que estaban parados frente a frente. Esta vez la melodía tranquila de una guitarra de escucho, los pétalos de las rosas volaban levemente sin incomodar a nadie, tan solo dando una vista aún más maravillosa de ambos novios, ambos se veían como figuras celestiales.

— en mi larga vida he sido responsable de concretas distintos matrimonios en nuestra monarquía y familia, pero déjenme decirles, jamás he visto a dos personas mirarse con tanto amor como estos dos jóvenes de aquí.

Taehyung sonrió y jugo levemente con sus manos presionadas. Jungkook le guiño un ojo juguetonamente.

El hombre continuo el discurso que habia preparado para ellos, deseándoles felicidad, deseos exitosos y una vida plenamente tranquila en su matrimonio. Luego fue directamente al libro que dejo a un lado en una tarima, tomándolo y abriéndolo, comenzando a leer las leyes principales de la roja, las que se debían en un matrimonio, el respeto mutuo, el juramento de lealtad y, sobre todo, la promesa de una unión que no se romperá incluso después de la muerte.

— Kim Taehyung, por favor —pidió el hombre, indicándole en silencio que reverenciara hacia Jungkook. Taehyung lo hizo y el hombre continuo.

En los matrimonios sagrados de la roja, era costumbre que ambos novios se pusieran de rodillas frente a frente, cada uno jurando los sagrados votos. Pero Jungkook no lo acepto, no haría que Taehyung se arrodillara ante él de esa forma, ni tampoco dejaría que los demás lo vieran, a pesar de no verlo como una humillación, no lo sentía correcto, por lo que después de obtener la aprobación de su prometido, decidió cambiar eso, por una simple reverencia, sin la necesidad de que las rodillas de su chico tocaran el suelo.

— Kim Taehyung, ¿juras serle fiel a tu esposo hasta el último día de tu vida? —Taehyung respondió con un firme "lo juro" mientras permanecía en la misma posición— ¿juras honrarlo y respetarlo sin importar las adversidades que puedan encontrar a lo largo de su vida— nuevamente el castaño respondió afirmativamente— ¿juras que tu amor será eterno? Que perdurara más allá de la muerte y las vidas siguientes que puedan tener.

— lo juro.

Jungkook sonrió con calidez, correspondiendo el brillo en los ojos contrarios en cuanto volvió a su posición inicial. Esta vez fue el turno de Jungkook, quien, si se arrodillo frente a su prometido, inclinando su cabeza en una señal de infinito respeto hacia él. una vez el silencio volvió a reinar, el hombre hablo.

— Jeon Jungkook, actual líder de la roja ¿jura serle fiel a su esposo por el resto de sus días? ¿jura respetarlo y honrarlo sin importar las adversidades que puedan llegar inesperadamente? Y ¿jura amarlo sin importar que, hasta más allá de la muerte?

— lo juro.

La voz de Jungkook fue firme y segura. E incluso cuando se le indico ponerse de pie, el continuo unos cuantos segundos reverenciando a su prometido, en una señal que todos entendieron. Jungkook le estaba jurando en silencio a Taehyung todo lo que habia aceptado y mucho más. Cuando juro en voz alta, fue por aprobación, ahora juraba en silencio en señal de verdadero respeto y devoción.

Después de eso se colocó de pie correctamente y se enderezo en su lugar. El señor siguió hablando, y Taehyung tan solo podía ver a su hombre con ojos llorosos y sus labios apretados entre sí. Jungkook era todo, le habia prometido desde el principio vivir al límite, pasar todas sus expectativas, y hoy estaban ahí, en un altar a punto de volverse esposos, y incluso en un juramento sagrado, Jungkook rompió las reglas por él, para expresarse sinceramente a él.

Tantos caminos que pudo haber tenido su vida, y él no podía estar más feliz de haber tomado las decisiones correctas.

El hombre se acercó a ellos, abriendo una pequeña caja en sus manos, los ojos de Taehyung se cristalizaron cuando vio el interior. Dos anillos, ambos plateados con pequeños rubies en ellos, uno ligeramente más pequeño que el otro, ambos con sus iniciales grabadas y un brillo tan maravillosos que el corazón de Taehyung se sintió brincar en su pecho.

— Kim Taehyung, puede decir sus votos, por favor.

Taehyung suspiro, tomando el anillo más grande de la caja, luego tomando la mano de Jungkook entre las suyas, coloco el anillo con cuidado en su dedo anular, mientras las palabras salían por si solas.

— Jeon Jungkook, has sido un torbellino desde el primer día que llegaste a mi vida, has cambiado todo y dado vuelta de cabeza todo lo que estaba en orden, para mostrarme un mundo completamente diferente, uno maravilloso y único, que solo tú hubieras podido crear para mí— dijo el menor. Jungkook sonrió, acariciando con sutileza la mano contraria con su pulgar— has hecho tanto por mí que no me alcanzara la vida para demostrarte lo mucho que te agradezco el haber llegado ese día al hospital, el haber arrasado con todo y llevarme al límite de lo más precioso y magnifico, pero sin haberme soltado jamás...

Las palabras de Taehyung eran suaves, sinceras, y el brillo en sus ojos demostraba la honestidad e ilusión en ellas. Jungkook escuchaba atento, sus ojos cristalizados levemente. Guardaría las palabras de su Taehyung en su corazón, y sería algo que perduraría en él por el resto de su vida.

— te amo con todo lo que soy, y prometo siempre estar ahí, cuando tus días sean grises, prometo pintarlos de colores claros, cuando sientas que no puedes más, prometo acompañarte y ayudarte a levantar, cuando creas que los problemas nos pueden superar, estaré ahí, para recordarte nuestras promesas de esta noche, y jamás permitir que sucumbamos al abismo, porque tú eres yo y yo soy tú, nos volvimos uno mismo desde hace mucho tiempo, y así seguiremos hasta que la última estrella deje de brillar en el cielo —una lágrima escapo finalmente de los ojos de Jungkook, Taehyung sonrió de forma temblorosa— mi amor por ti no tiene límites ni condiciones, y te prometo que es lo que más cuidare y atesorare, mi luz... mi amor, mi Jungkook... mi promesa es una eternidad a tu lado, y un juramento que sin importar donde estes, siempre llegare a ti, no importa como deba hacerlo, ninguna de mis vidas terminara sin que este a tu lado.

Una vez finalizo, tomo la mano de Jungkook, y beso sobre el anillo de forma lenta. Sonriéndole a su prometido en cuando sus miradas se juntaron. Taehyung fue testigo del temblor del cuerpo de Jungkook. Este mismo estaba embelesado con las maravillosas palabras del menor.

Sus mejillas estaban tornadas de un leve rubor y sus ojos cristalizados luchaban por no soltar sus lágrimas antes de tiempo. Teniendo que luchar ante las emociones para mantenerse firme ante el contrario, para poder expresarse correctamente.

— Jeon Jungkook, sus votos, por favor.

Jungkook asintió, volteándose levemente para tomar el anillo que quedaba en la caja, para luego tomar con toda la delicadeza del mundo la mano de su chico. Primero la beso con cariño, y luego le coloco el anillo en su dedo anular, sobre el anillo de promesa que le dio hace tanto tiempo. Ambos anillos pertenecían ahora a Taehyung, unidos como debía ser desde un principio.

— Taehyung, mi amado Taehyung, mi más grande milagro y mi más grande amor —comenzó diciendo, en su voz no habia lugar para titubeos— el destino pudo haber escogido muchas cosas, pero supo ponernos en el camino correcto para juntar nuestros corazones y volvernos uno. Mi gratitud con los cielos será eterna por haberme permitido ser quien tiene el honor de amar y honrar al ángel más bonito de sus terrenos.... No hay nada que no haría por ti, nada que no crearía, nada que no destruiría, nada que no reconstruiría para ti, tus deseos son mi prioridad y tus palabras ordenes ante mi corazón que solo palpita por ti y para ti....

Esta vez era el turno de Taehyung de soltar una silenciosa y solitaria lágrima, la cual paseo por su rostro de forma suave, perdiéndose en él. Jungkook lo miraba con tanto amor, con tanto anhelo, se sentía tan bendecido de estar ahí, uniéndose al hombre que proclamaba su amor a él sin vergüenza ni restricciones.

— mi amor, prometo por lo más sagrado, que caminaremos la vida juntos, que jamás te sentirás en soledad o incomprendido, porque yo siempre llegare a ti, aprenderé y mejorare para ti, te daré una vida llena de amor, cuidado y respeto, honrándote como el primer día, desde que me di cuenta que jamás podrías salir de mi cabeza, porque tú, Kim Taehyung... mí Taehyung, eres el amor de todas mis vidas, y tú has sido el responsable de nuestra unión, tú has sido quien me ha mantenido de pie y con una sonrisa un corazón totalmente enamorado desde el primer día —dijo, ambos compartieron una sonrisa cómplice— te amare más allá de lo prudente, no dejando ni que la última gota de los mares o el ultimo grano de arena del mundo dicte mi limite, porque mi amor por ti... mi amor por ti perdurara incluso si este mundo llegara a su fin.

Un sollozo escapo de los labios de Taehyung, no pudieron evitarlo, tan solo logrando llevar una mano a sus labios para ocultarlo y tomar hondas respiración para calmarse. Se sentía tan feliz, tan plenamente feliz que no sabía cómo expresarlo si no era llorar por las emociones arrasadoras que llegaban a él, por la forma en que su corazón latía con descontrol dentro de su pecho, o por la forma en que sus manos temblaban en las contrarias, con la necesidad de abrazarlo con fuerza y no soltarlo jamás.

Ambos tomaron sus manos, Jungkook sostenía las contrarias con una delicadeza y amor indescriptibles. Ambos se sonreían sin poder evitarlo, sus ojos brillaban de ilusión.

— sus votos han sido dichos y escuchados, han quedado plasmador en papel y son la prueba de esta unión sagrada e histórica —dijo el hombre, sonriendo, dando un paso atrás, abriendo levemente sus brazos— por favor, todos de pie, y reverencien ante la nueva pareja y los tres deseos hacia su unión.

Todos se pudieron de pie, esperando las indicaciones. El señor sonrió y comenzó diciendo:

— deseamos su felicidad infinita para ustedes y futuras generaciones —todos reverenciaron— deseamos una salud limpia y negamos cualquier acto de mal augurio —todos reverenciaron— y finalmente, desde lo más lejano y cercano, la roja les desea un amor sincero y fuerte, en donde lideren en base a lo justo y prioritario —todos volvieron a reverenciar. Taehyung se sentía temblar en su lugar— Kim Taehyung —el mencionado volteo hacia él, soltando las manos de Jungkook en cuanto este dio un paso atrás.

El hombre tomo una tiara que estaba descansando sobre la tarima, una tiara de plata, decorada con rubies y caídas de pequeños diamantes, elegante, preciosa, digna de quien sería su portador desde ese día.

Jeon Taehyung, nuevo príncipe y líder de la roja —dijo, Taehyung se inclinó levemente para que el hombre pudiera la tiara en él, esta tuvo lugar en su frente, las tiras de diamante cayeron por su rostro y cabello, y los rubies iluminaban hermosamente— se te desea una larga y prospera vida, y se te ofrece un respeto y lugar en lo más alto de la roja.... Bienvenido, príncipe Jeon Taehyung.

Todos, incluyendo a Jungkook, reverenciaron al castaño, quien llevo instintivamente sus manos a su pecho, ante la ilusión y el peso que sintió. No estaba asustado, de hecho, no podía sentirse más confiado y protegido. Estaba donde pertenecía, y era quien debía ser.

— Jeon Jungkook, puede besar a su esposo.

El hombre, quien parecía haber sido enjaulado, se acercó rápidamente a su esposo, una de sus manos yendo directamente a su cintura y la otra a su rostro, juntando sus labios de forma directa y apasionada, demostrando cuando habia esperado, cuando habia deseado y anhelado este momento, en donde podía llamar a Taehyung finalmente, su esposo.

Todos se levantaron, gritaban y aplaudían con entusiasmo, por fin se habían casado, por fin era oficial, por fin las sortijas estaban donde pertenecían. Jungkook no se resistió y tomo a su chico de la cintura, levantándolo, dándole vueltas en el aire mientras ambos reían y dejaban caer las lágrimas que tanto habían estado escondiendo. Una vez en el suelo, volvió a tomarlo de la cintura, apegándolo más a él para volver a juntar sus labios en un exquisito beso, el cual se transformó en pequeños piquitos mientras ambos reían a través de ellos.

— mi Taehyung... —dijo el mayor, juntando su frente con la del castaño, quien sonreía entre lágrimas.

— mi Jungkook... mi esposo....

Carajo, el solo escucharlo hacia que el corazón del azabache se transformara en algo completamente inestable, por fin, por fin podía llamar a Taehyung su esposo, por fin habia jurado ante los cielos que su caminar siempre seria a su lado y por fin habia podido prometerle que no importaba que, él le pertenecería a Taehyung en todas y cada una de sus vidas.

— ¡vivan los esposos! —ambos rieron y siguieron la voz de Jimin en el público.

Ahí estaban todos, sus seres más amados y cercanos celebrando con ellos algo tan especial y significativo, algo tan esperado y deseado. Estaban celebrando felicidad pura, no estaban celebrando apariencias, si no, el amor tan único y sinigual que ellos dos habían creado. Ahí, bajo el hermoso atardecer de Santorini, Jungkook tomo la mano de Taehyung, besándola con adoración.

— prometo que construiré un mundo donde todos estén a tus pies, en donde yo seré tu más fiel sirviente, en donde aprenderé cada día a amarte de la forma que tu mereces, y mejorare para entregarte lo mejor de todo. —susurro, una promesa silenciosa entre ambos.

— no necesito un nuevo mundo cuando ya tengo el que deseo frente a mí —dijo el menor. Sonriendo al ver la expresión cálida contraria— solo ámame como lo has hecho hasta ahora, como solo tú sabes hacerlo, y yo seré el hombre más feliz, solo quiero que sigas siendo tú — le susurro de igual forma— solo tú puedes crear esta felicidad en mí Kook, no necesito una nueva.

El amor que habían creado desde cero era suficiente, porque sabían que jamás dejaría de existir, que la llama dejaría su intensidad ni dejaría de brillar. Ambos habían prometido, incluso antes de este día, que siempre estarían para el contrario, que caminarían a su lado sin importar que, que ambos crearían su camino juntos. No necesitaban demostrar algo que ya sentían, algo que ya habían formado, algo que seguirían alimentando y cosechando entre ambos.

En sus mundos grises llego la luz, de forma agresiva y inesperada, pero es la luz que los guio a ambos hasta este día, hasta este lugar. Y sus corazones no podrían aceptar ninguna otra promesa, porque solo se escuchaban entre ellos.

Las estrellas estaban perfectamente alineadas para ellos, el universo conspiro en la unión de su camino, y los cielos les regalo brillantes para poder comenzar a caminar juntos. Desde el primer día, desde la primera vez que se vieron en el hospital, desde la vez que Jungkook apareció en el apartamento de Taehyung, desde la primera vez que Taehyung decidió creer en Jungkook y entregarse a lo que el azabache con tanto esmero quería mostrarle, fue que comenzó su camino y trazo uno en especial, para guiarlos justo aquí, a las playas de Santorini, recordándoles cuando tantos sus corazones como sus cuerpos se unieron en base a amor y respeto.

Ahora todos se encontraban en un mar de felicidad y tranquilidad, el cielo seguia regalándoles colores increíbles para su noche. Mientras las personas caminaban alrededor con copas en sus manos, sintiéndose plenos de presenciar tal bello momento. Ambos novios hablaban con sus cercanos, recibiendo abrazos y felicitaciones realmente sinceras y esperanzadoras para el futuro.

Los consejos fueron bien recibidos y los buenos deseos agradecidos, las fotos que se tomaban esa noche serian un recuerdo único y verdaderamente importante para el futuro, para los demás, para mostrar su legado, pero para ellos, para enseñarles a sus futuros hijos, nietos y próximas generaciones, que realmente podían amar, incluso en sus mundos, incluso si todo tu ser y tu vida te han gritado que no era posible, que lograran ver la esperanza a través de ellos.

Ahora, que Taehyung estaba hablando con el rubio, en donde el contrario le expresaba su más sincera felicidad por él y sus promesas de apoyo incondicional, Taehyung sintió unos brazos pasar por su cintura, abrazándolo con cautela. Jimin rio divertido, dándoles privacidad.

— mi amado doctor, mi corazón está muy acelerado, ¿Qué dice usted en su experta opinión?

— mhh.. es un poco difícil llegar a una conclusión —dijo, girando sobre sus pies, quedando frente a frente, pasando sus brazos por el cuello del mayor— ¿Cuáles son los otros síntomas?

Jungkook sonrió, siguiendo el juego con una sonrisa plantada en su rostro. — pues, una rara anomalía en mis ojos, los cuales no se pueden separar de mi bello esposo —dijo, Taehyung rio con diversión— también un escozor en mis manos, que tiemblan por querer tocarlo a cada momento, dígame... en su experta opinión ¿a que lleva esto?

Taehyung fingió pensar, mientras acariciaba el cuero cabelludo de Jungkook —pues... pueden ser muchos resultados diferentes, o está teniendo un comienzo de un paro respiratorio... o simplemente sus ojos han captado algo que ama tanto que la adrenalina comenzó a llenar su cuerpo.

— entiendo, parece que entonces será una enfermedad incurable, pues no pretendo que mis emociones, sentimientos o reacciones, cambien en ningún momento hacia mi amado esposo.

Taehyung sonrió y junto sus labios. Jungkook era y siempre sería el hombre de su vida, el primero y el ultimo. Y jamás tendría miedo por su historia, puesto que sabía que no tendrían un final, no importaban las circunstancias, ellos jamás tendrían un final, ni siquiera en sus historias futuras, puesto que siempre volverían a reencontrarse para crear una nueva.

Sus almas se buscarían y encontrarías. Al verse a los ojos lo tenían claro.

Su beso se vio obligado a terminar en cuanto una melodía de piano suave comenzó a sonar, y las luces fueron hacia ellos, Jungkook sonrió, inclinándose levemente, ofreciéndole su mano, al contrario.

— ¿le gustaría bailar, señor Jeon?

— me encantaría, esposo mío —dijo, tomando la mano contraria, acercándose lo suficiente a él, sonriendo con adoración en cuanto Jungkook tomo delicadamente su cintura y su mano, para comenzar a balancearse en medio del lugar. Ambos siendo iluminados por los últimos rayos de luz.

La brisa impulsaba los pétalos que danzaban alrededor de ellos, al igual que los últimos rayos de luz que el cielo les ofrecía, iluminaba lo justo y necesario, para que ellos pudieran verse a los ojos mientras sus cuerpos se balanceaban y se mezclaban con la dulce melodía. Su primer baile como esposos, sus primeros besos como esposos, los primeros momento de su vida como esposos. No habia persona que no estuviera sonriendo ante la brillante imagen de ambos hombres confesando su amor a los cielos de forma silenciosa.

— si pudieras leer mi mente, entenderías porque siento mi corazón al borde del colapso —susurro Jungkook en el oído contrario— eres deslumbrante, Taehyung, mi hermoso ángel, prometo que siempre seremos tú y yo, por siempre, por la eternidad.

Taehyung, quien estaba escondido en su hombro mientras aun bailaban sonrió, acurrucándose levemente más en el contrario.

— Jungkook... ¿Cómo es posible igualar esta felicidad que estoy sintiendo? Nunca en mi vida me he sentido así y es... es arrasador, mi corazón me pide jamás despertar si es que fuera un sueño o una ilusión.

Jungkook sonrió. Todos en el lugar bailaban o se divertían, estando cada uno en su mundo, por eso, cuando él se detuvo nadie lo noto, tampoco cuando ambos se acercaron al límite de los muros, viendo como el sol terminaba por ocultarse al final del mar. Jungkook tomo la mano contraria, apretándola y abrigándola entre las suyas.

— admiro tanto de ti que siempre has podido tú solo, siempre has actuado solo y ha sido suficiente, jamás olvides tu propia independencia, pero con la uncia diferencia, es que sí, puedes solo, pero no estás solo —sus labios besaron ambas manos del menor— somos instantes, mi amor, así es en este mundo, por eso te prometo que hare que cada día cuente, y hare que tu corazón siempre se sienta así, no permitiré que la vida se nos vaya por los miedos o inseguridades, tú y yo creamos nuestra propia historia, y nos aseguraremos de que cada página sea leía y expresada de la forma más fantástica posible.

El último instante nunca avisara su llegada, por eso, debes vivir al máximo.

Ambos lo sabían y se asegurarían de que cuando su último instante llegara, ninguno se arrepintiera de absolutamente nada, porque ellos no debían dejar pasar el tiempo para darse cuenta de que ya tenían todo, incluyendo su felicidad compartida y solo de ellos.

Ellos son un instante que quedaría grabado como la historia más hermosa.






La espalda de Taehyung toco el colchón de forma suave, y su cuerpo comenzó a ser acariciado de forma cuidadosa. Al llevar su vista hacia arriba, podía ver ya la noche estrellada que Santorini le ofrecía, y al llevar su vista hacia más abajo, podía ver los oscuros cabellos del mayor, bajando por su torso, mientras sentía los labios de este pasar por su piel. Mordiéndolo y lamiéndolo, de forma tortuosamente lenta.

Una vez la boda llego a su fin, que no fue poco, y todos estaban en el hotel que Jungkook habia reservado para todos los invitados, ellos se fueron a su propia habitación frente en una colina frente a la playa, en donde la privacidad era completamente suya y podían entregarse bajo la luz de las estrellas y el sonido de las olas chocando a kilómetros de ellos.

Todo se sentía tan perfecto.

— Kook...

Gimió el castaño, al sentir como el mayor besaba su abdomen bajo de forma profundo, mientras sus manos aún se mantenían en sus pezones, pellizcándolos cruelmente y retorciéndolos, provocando cada vez más al menor.

Sus piernas no podían mantenerse quietas, y posiblemente las cerrarías si el cuerpo grande del hombre no estuviera entre ellas. Todo se sentía liviano, como si estuviera levitando, como si estuviera realmente allá arriba, entre las estrellas, haciendo el amor por primera vez como esposos.

En cuanto Taehyung sintió las manos contrarias en su pantalón, cerro los ojos y jadeos, sintiendo como este era bajado, dejándolo solo en una lencería blanca de encaje. Escucho el suspiro de Jungkook y sonrió.

— carajo... tú, de verdad-

— me gusta sorprenderte —jadeo, mordiendo su labio inferior mientras sus manos iban sobre su cabeza, sujetando las sábanas, sabiendo lo que se vendría.

Su cabeza se hecho hacia atrás y sus labios se abrieron mientras de ellos salía un gemido agudo y hondo, mientras sentía como su esposo pasaba su lengua por sobre su ropa interior, adentrando al camino del límite, llevándolo al principio de la lujuria y pecado.

Jungkook sonrió, parándose frente a la cama, quitando su corbata, su saco y finalmente su camisa, desnudándose lentamente frente a Taehyung, sonriendo en cuanto vio el brillo en los ojos de su esposo. Taehyung amaba ver su cuerpo, amaba sentirlo y entregarse a todo lo que él quisiera hacerle, le encantaba. Y Jungkook amaba llevarlo al límite cada vez que sus cuerpos tocaban la cama, amaba llevarlo al mayor placer, haciendo que Taehyung disfrutara cada vez, que cada vez fuera intensa y emocionante para él. no importaba si era de forma suave o fuerte, hacer el amor con su bello castaño siempre sería algo memorable.

Taehyung paso saliva lentamente, ver el pecho trabajado de su esposo, ver sus tatuajes, sus venas marcadas en la piel, su abdomen firme, hombros anchos y esa v que guiaba un camino directamente a la entrepierna del pelinegro era hipnotizante y extremadamente tentador. Y todo podía sentirse aún más intenso por tan solo estar en ese momento. En su boda, en su día especial, un día que solo les pertenecería a ellos.

Abrió sus piernas con lentitud. Quería que lo amara como solo él sabía hacerlo, como solo él podía hacerlo, quería que le mostrara como serian todas las noches de su vida a partir de ahora.

— ¿estas ansioso? —cuestiono el pelinegro, con una sonrisa ladina mientras desabrochaba su cinturón.

Taehyung asintió en una afirmación, mientras pequeños jadeos salían de sus labios, no habia espacio para mentiras o algún tipo de vergüenza, quería a su prometido, lo quería ya, sobre él, debajo de él, atrás de él, no tenía ningún pudor en expresarlo. ¿Cuántos realmente tenían esa suerte? De poder desnudarse completamente frente a una persona sin sentir ningún tipo de vergüenza o inseguridad, en donde se puedan sentir tan bien y tan seguros de que el contrario los respeta tanto a ustedes como a su cuerpo y en donde el amor este acompañado del deseo.

Jungkook termino por bajar sus pantalones junto a su ropa interior, mostrando su miembro completamente despierto y erguido. El contrario no pudo evitar pasar saliva en cuanto el mayor se colocó sobre él, no llegando hasta lo alto, si no, quedándose entre sus piernas, besando y mordiendo estas de forma lenta y apasionada. Hacía que el castaño se desesperara, y por más que quisiera seguir escuchando sus suplicas. Jungkook quería hacerle el amor, quería tomarlo por primera vez como su esposo ya, no podía esperar más.

— Kook... —jadeos, en cuanto vio como el contrario tomaba entre sus dientes su lencería, bajándola por sus piernas hasta quitarla completamente. Dejándolo completamente desnudo.

No importa cuantas veces vea el cuerpo desnudo del castaño, el pelinegro siempre lo vería como la obra más hermosa jamás creada y como el ángel más hermoso de todos los tiempos. Era sublime.

Ambos completamente desnudos bajo la luz de las estrellas, en su propia privacidad e intimidad, en donde podían exponerse de tal manera solo para ellos, entre ellos, donde solo ellos podían ser los afortunados de ver su belleza más íntima y pura. La calidez era perfecta, mientras una pequeña brisa atravesaba sus cuerpos, reduciéndose a medida que sus pieles se tocaban con cariño y algo de desesperación. Sus manos se recorrían como si fuera la primera vez que se conocían de forma tan cercana.

Jamás se soltarían. Jamás sentirían la ausencia del otro.

Ambos se asegurarían del cuidado del otro, siempre estarían ahí, jamás podrían sentir su soledad porque incluso en lejanía, la calidez y amor del contrario siempre estarían ahí.

— eres lo más bello que mis ojos han tenido el honor de ver —el mayor susurro, en los oídos contrarios— eres el ángel más hermoso y grandioso que el cielo pudo enviarme —sus manos acariciaban los muslos contrarios, tomándolo por debajo de la rodilla, levantando su pierna levemente, sosteniéndola— sigo sintiéndome tan poco al tener en frente a alguien como tú... comparándose contigo, lo más maravillosos solo podría ser escrito por seres fuera de este mundo.

Taehyung sonrió, una sonrisa llena de sentimientos, emociones y amor. Amaba a este hombre más allá de lo posiblemente expresable, más allá de lo bueno, malo o lo correcto, Taehyung amaba a Jungkook de formas inexplicables, sabiendo, que al igual que el hombre sobre él, haría lo que fuera por su esposo. Haría lo malo, lo impensable y lo discutible, pero lo haría por él, para mantener su felicidad, su cercanía y miedo lejos de ellos.

— ¡ah! —sus manos se apretaron en los hombros contrarios. Buscando soporte, en cuanto sintió los dedos contrarios abrirse paso en su interior. Su mirada estaba perdida y brillosa, disfrutando cada toque de la forma más presente posible.

Sentía la calidez de su respiración chocar con su piel, sentía su lengua recorriendo su cuerpo, sentía el sudor de su propio cuerpo comenzar a acumular. Podía sentir todo, todo de una forma mucho más intensa e indescriptible. Por más que pasara saliva su boca seguia seca, buscando la contraria para hacer chocar sus lenguas, buscando algún tipo de consuelo.

Cada caricia del mayor era dada con dureza y amor, con cuidado, cariño y intensidad. Quería hacer que su Taehyung sintiera todo de él, que recordara su noche de bodas por el resto de su vida. Deseaba, por todas sus fuerzas poder expresar el amor que sentía por Taehyung a través de las caricias, pero sabía que jamás podría asemejarlo a algo carnal, pues lo que sentía por quien ahora era su esposo, iba más allá de todo, incluso las mismas palabras más expresivas y hermosas.

— te amo Kook... te amo tanto, tanto que... —un beso fue dejado en su frente, callándolo al instante mientras sentía como una solitaria lágrima bajaba por su rostro. Jungkook entendía su desesperación por no poder expresar correctamente sus emociones en ese momento, en serio entendía.

Separo sus labios con lentitud y luego junto sus frentes, respirando hondo, para luego abrir su ojos y chocar valientemente sus miradas— entiendo lo que sientes mi amor, lo entiendo, comprendo y comparto... quisiera decirte y expresarte lo mucho que te amo de una manera clara y concisa, pero simplemente no es posible —se lamentó, acariciando el rostro contrario— asique... lo que me queda, es demostrarte cada día ese amor, amándote libremente, haciéndote el amor cada noche, apoyándote en tus momentos más vulnerable, pero siempre estando ahí contigo, solo entonces al final de esta vida podrás ver una parte de todo el amor que siento hacia a ti.

Sin poder resistirlo más Taehyung junto sus labios de una forma desesperada y necesitada, pasando sus brazos por la espalda contraria, arañándolo y empujándolo más a él. No tardo en abrir más sus piernas, en una clara insinuación y suplica. El azabache no tardo en entender, tomando tu erección, la guio hacia la entrada del contrario, presionando la punta lentamente, para finalmente comenzar a entrar en él.

— a-ah... —jadeo el castaño, sin perder la vista contraria. Se sentía tan bien, tan correcto, tan esperanzador. Estar viviendo ese momento, bajo ese bello escenario. Podía sentirlo entrar en él, de forma exquisitamente lenta, sintiendo cada centímetro del miembro contrario, cada vena y el grosor, estaba realmente hecho para él.

Al llegar al límite, el pelinegro cerro los ojos y respiro profundamente, estaba en ese lugar cálido que tanto amaba. Se sentía asfixiado de forma increíblemente satisfactoria, además de sentirse al límite todo lo que sumaba el momento. Ahí estaba su esposo, con piernas abiertas para él, abrazándolo con todas sus fuerzas haciéndole imposible separarse siquiera unos centímetros, viéndolo a los ojos de forma tan lujuriosa como esperanzadora.

Jungkook se acercó a besar todo el rostro de su chico— tranquilo...

Los ojos de Taehyung estaban cristalizados, no por tristeza, no por dolor, sino porque su corazón se sentía a punto de explotar debido a todo. ¿En qué momento todo se habia vuelto tan perfecto? ¿En qué momento su mundo lleno de oscuridad se llenó de luz y esperanza? Ahora estaba ahí, en un momento tan hermoso, lleno de amor, sin ningún tipo de dolor ni miedo, ¿en qué momento se habían ido...?

La primera embestida llego y sus gemidos combinados fue lo que resonó en el lugar, siendo sonidos perdidos con la leves brisas. Sus pieles chocaban con fuerza, las embestidas comenzaron de forma lenta, pero dura. La espalda baja de Jungkook hacia una curva, lo suficientemente intensa como para hacer las sensaciones aún más satisfactorias, aún más esplendidas.

— ¿lo sientes? ¿sientes todo lo que provocas en mí? —cuestiono con su ronca voz, a un lado del oído del menor, quien solo pudo gemir en respuesta— te amo de todas las formas maravillosas que se puedan expresar, mi cuerpo siendo una de ellas... tócame, mi amor, porque todo lo que soy te pertenece solo a ti, por siempre solo a ti.

La cadera del pelinegro se movió con más rapidez y fuerza, con más intensidad. Sin perder la vista contraria, Jungkook acariciaba todo lo que podía, mientras Taehyung no perdía el tiempo, y pasaba sus manos de igual forma por todo lo que alcanzara a tocar, a pesar de ya conocerlo por completo, a pesar de saber que lo tendría para el resto de su vida, seguia tocándolo como si no lo fuera a hacer jamás, porque de esa forma, todo se sentiría aún más desesperado y ansioso.

— Kook... —gimió el menor, apretando sus labios entre sus dientes, sabiendo lo que pronto se vendría y no podría detener. Llevaban mucho tiempo bajo las estrellas, y sabía perfectamente que continuarían hasta que sobre sus cuerpo los primeros rayos del sol los iluminarían, la noche era joven, pero sus cuerpos eran débiles ante las sensaciones entregadas sin control.

Jungkook, sabiendo lo que pasaba, acelero aún más sus embestidas, queriendo llevarlo al límite desde el comienzo de la noche, Taehyung grito, rogo y suplico, y él solo obedeció. Llevaban mucho tiempo en la cama, sus cuerpos estaban sudados y las sábanas ya revueltas, esperando el primer orgasmo de la noche, el cual no tardó en llegar junto a un grito y un quejido ronco. Mientras el pelinegro apretaba entre sus brazos el cuerpo del menor, mientras ambos se descargaban completamente y sucumbían a las descontroladas respiraciones.

Taehyung tuvo que tomarse un momento para poder respirar correctamente, el aire le faltaba y sus ojos estaban algo perdidos, habia sido intenso, realmente intenso y precioso. Abrió sus ojos, buscando los de su esposo, quien ya lo observaba, su respiración igual de inestable que la de él, con la única diferencia, Jungkook lo observaba con los ojos realmente brillantes y melancólicos.

— ¿Kook...? ¿Qué ocurre? —cuestiono, llevando sus manos al rostro contrario, acariciándolo con cariño.

Jungkook siguió viéndolo. Hasta que después de unos segundos levanto una de sus manos, llevandola al rostro contrario, acariciándolo con cuidado.

— amor... —susurro el castaño, colocando su mano sobre la de Jungkook— ¿Qué ocurre?

Jungkook respiro hondo, sin dejar de ver el rostro contrario con sus ojos brillantes y leves temblores— realmente... realmente es la primera vez que te hago el amor como mi esposo...

Una risita pequeña salió de los labios de Taehyung. Jungkook lo observaba aun de la misma manera, acariciándolo con cariño y amor, viéndolo con sus ojos tan enamorados como lo han visto siempre. Ahí estaban, esas estrellas en sus ojos. Y en cuanto Taehyung subió su vista para ver las del cielo, no habia ningún tipo de diferencia, las mismas estrellas del cielo estaban en los ojos de Jungkook.

Incluso en silencio, todo se podía sentir intensamente, su amor estaba en el aire, alrededor de ellos y con ellos. Sus manos se juntaron, sus labios volvieron a encontrarse, de forma tranquila y profunda.

— jamás estarás solo Taehyung —susurro Jungkook, cerrando sus ojos momentáneamente, juntando sus frentes— cada minuto, segundo, día de tu vida yo estaré a tu lado, acompañándote en cada paso, nunca te dejare, jamás podría si quiera pensarlo —Taehyung lo escuchaba atentamente, sus ojos brillado al igual que los oscuros de Jungkook— abriste mi corazón de forma extraordinaria y te volviste su único propietario, eres responsable y el culpable de mi caída al abismo, ese hermoso abismo en el que solo vivo por ti y para ti —dijo, sus palabras sinceras, en ese momento íntimo y perfecto— te amo Taehyung, te amo tanto mi querido ángel, y nada sobre ti tendrá relación con arrepentimientos.

Una sonrisa y un sollozo se mezclaron en la garganta de Taehyung. impulsándose, tomo a Jungkook por un abrazo, un abrazo brusco y necesitado, en donde lo obligo a caer a su lado en la cama, abrazándolo con brazos y piernas de forma desesperaba. Estaba ahí, estaba viviendo ese momento con el hombre que amaba, realmente estaba ahí. Su amor jamás podría apagarse, jamás podría extinguirse ni un poco, solo podría extenderse aún más, de forma infinitamente perfecta para ellos.

— te amo —susurro Taehyung, aun abrazando, al contrario— has cumplido tu promesa, y has creado un mundo perfecto para mí...

Jungkook se separó levemente, juntando sus miradas. Taehyung continuo com uma sonrisa.

— desde que llegaste al hospital, desde que volviste a buscarme, desde que me entregaste tu confianza y deseos, desde nuestro primer beso y primera vez, desde que me presentaste a tu familia, desde que me impulsaste en volver a casa... has creado un mundo perfecto para mí, nuestro trato se cumplió desde el primer día Kook... y mi corazón jamás se cansara de pedir por ti, porque mi amor... el amor que tu creaste, construiste y cuidaste, solo puede crecer y crecer...

La hermosa luz de la luna y las estrellas los seguia iluminando de forma gentil, incluso las lágrimas que había en sus mejillas brillaban muy levemente. Sus corazones estaban hablando, la llama de estos jamás podría suprimirse.

— eres magnético Jungkook, desde el primer día lo has sido, me has guiado hacia ti... como si fuera algo ya escrito. —Taehyung tuvo que detenerse un momento, tragando saliva antes de continuar—mi corazón jamás dejara de latir por ti, asique por favor, solo quédate, quédate por siempre... solo conmigo, ese es mi deseo.

Un doctor, un chico extremadamente brillante, con una vida que se reducía al miedo y las constantes exigencias en las que se ocultaba, estaba ahí, enredado en las sábanas con el hombre que amaba, ambos jurándose nuevamente amor eterno, después de haber hecho el amor por primera vez como esposos. Así como el gran líder de la roja, quien siempre ha sido un hombre directo y frio, protegiendo entre sus brazos a su ahora esposo, mientras tomaba una de sus piernas y lo acercaba más así mismo.

Fue un final completamente inesperado para ambos. Pero muy bien recibido. Después de todo, crearon la historia más maravillosa y inesperada que pudiera haber.

Ahora solo les quedaría vivirla, vivirla lo más intensamente posible, para cuando llegue el momento, solo deban recordarla, una y otra vez, llevándose consigo el recuerdo de su amor más grande y puro, quien los seguiría en todas las siguientes vidas, en un ciclo interminable.

Porque así de hermoso era su amor. 

🌻💝

¿en qué momento llegamos hasta aquí? no tengo idea, pero no puedo estar más feliz y melancólica. fue una completa felicidad escribir esto.

aun no me abandones, porque falta el epilogo y los extras.⚠

por su amor a esta historia, muchas gracias. 💝

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