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capítulo cinco

Sus ojos no se despegaron de los contrarios, estaba respirando, pero muy pausadamente, no podía procesar todo aún, era algo realmente grande, información que realmente le dejo descolocado. Estaba sentado sobre uno de los hombres más poderosos de todos los continentes, y este le observaba expectante.

– Taehyung-

– no. –lo corto, levantándose de los muslos ajenos, dando pasos hacia atrás— n-no...

Jungkook se tensó, levantándose de inmediato, dando un paso hacia Taehyung, pero deteniéndose cuando este dio uno hacia atrás, ¿le tenía miedo? Tendría sentido y sería lo más lógico, muchas cosas van con su cargo, muerte, trafico, drogas y demás están bajo sus pies, no le sorprendería que Taehyung este asustado de él.

El castaño estaba en una especie de shock, o al menos eso pensaba el azabache, Taehyung retrocedía lentamente, muy lentamente, Jungkook solo le seguía con la mirada, no quería asustarlo.

– Taehyung, sé que debes de tener miedo, y esta bien tenerlo, sé es complicado, solo déjame explicar-

– Jungkook maldita sea esto es demasiado, ¿Qué es lo que buscas realmente? –pregunto directo—

El azabache frunció el ceño – ¿Qué quieres decir?

– ¡maldición Jungkook no soy estúpido! ¡se honesto en toda esta mierda!

Jungkook se molesto ante esto, comenzando a caminar hacia el castaño de forma dura, pero se detuvo al ver como este tomaba un arma que estaba escondida bajo la mesa y le apuntaba en un rápido movimiento.

– no des un paso. No soy idiota, Jungkook, no pueden existir tantas casualidades.

– dame una explicación de tus acusaciones.

– ¡maldición! Muchas personas poderosas han intentado secuestrarme, amenazarme o engañarme a cambio de mi información o mis servicios –dijo, sin dejar de apuntar— s-soy muy listo, tanto que me ha jugado en contra tantas veces y... me han intentado hacer daño, para obtener el conocimiento que poseo.

No era mentira, hubo veces en su vida en las que personas amenazaban, sobornaban, engañaban, con tal de que Taehyung hiciera lo imposible por salvar una vida, por resolver algo, por explicar algo, por decodificar algo. Esa es una de las tantas cosas por las que no puede confiar en las personas, todos podrían hacerle daño.

– Taehyung, sea quien sea que te haya hecho daño en el pasado, ya no está, estoy yo aquí, y si te hubiera querido para algo, simplemente te hubiera secuestrado y torturado de maneras que ni te imaginas para obtenerlo.

Las manos de Taehyung temblaron un poco, la adrenalina que había es su cuerpo se disipo causándole un momento de torpeza, dando el suficiente tiempo a Jungkook para quitarle el arma a Taehyung y voltearlo, haciendo chocar su espalda del castaño contra su pecho, mientras sujetaba sus manos tras su espalda con una de las suyas, mientras la otra se iba hacia su cuello, sin apretar, solo manteniéndolo quieto.

– puedo hacer daño de muchas maneras Taehyung, no necesito fingir ni pedir para lograr algo, todo lo que ha salido de mi boca, cada palabra que te he dicho es verdad, no te haría ni hare daño, y me insultas al creer lo contrario.

Pero el castaño no se quedó atrás, lanzando con fuerza su cabeza hacia atrás, golpeo el rostro del hombre, causándole un desequilibrio, dándole a él el pase de golpear sus rodillas para que cayera al piso mientras él se subía sobre él.

– ¿Cómo puedo creerte? –cuestiono, Jungkook vio angustia en su mirada— ¿Cómo puedo saber que estaré bien si me arrojo a tus brazos?

Sus piernas fueron juntadas por una de las piernas del hombre, logrando quitarle equilibrio al castaño, y esta vez, permitiendo que Jungkook invirtiera sus posiciones, dejando a Taehyung debajo de él, sosteniéndolo, manteniendo sus muñecas firmemente sobre su cabeza, inmovilizando con su peso las piernas y su otra mano, sujetando su rostro. Sin hacerle daño.

– como ya dije, cariño, si hubiera tenido otras intenciones o quisiera hacerte daño, lo hubiera hecho hace mucho tiempo y ni siquiera hubieras podido pelear –dijo, bajando la mano que tenía en su rostro hacia su cuello, cerro su mano ahí, sin quitar el aire, solo haciendo presión— no se cuánto has sufrido Taehyung, pero si me permites continuar a tu lado, prometo que hare pagar a todos los que fueron responsables de tus miedos, y te juro, que los tendrás de rodillas frente a ti, rogando piedad.

Confiar en un extraño que en este momento lo tenía inmovilizado, confiar en alguien que dice ser uno de los hombres más peligrosos y poderosos del mundo, confiar en alguien que seguramente tiene tanto poder en la palma de su mano, que podría tomar todo lo que quisiera de él. Su corazón latía tan rápido al solo pensar en la posibilidad de entregarse a los brazos de este hombre.

Los ojos de ese hombre, su porte, demostraban poder, tenía razón, si él hubiera querido hacerle daño ya lo hubiera intentado, no le hubiera cuidado la noche anterior, no hubiera sido así de honesto. Pero, y ¿Qué pasa si solo era bueno fingiendo? ¿si solo era una máscara hermosa sobre deseos oscuros de un demonio?

– tengo miedo de que tus palabras sean dulces mentiras.

– atraviésame con una bala y juro morir, no luchare, estaré en tus manos Taehyung.

Podría verse como un tonto ante los ojos de mucha gente, pero esa gente no importaba.

Él se arriesgaría y se entregaría a los deseos.

– de acuerdo –Jungkook, le sostuvo la mirada— me entregare a ti Jungkook, por favor, no me sueltes...

El corazón del azabache sintió una calidez desconocida, al ver la mirada frágil del castaño, al verlo debajo de si, al saber que podría entregarle todo lo que deseaba, se permitió sonreír mientras acariciaba el rostro de Taehyung.

Bajo su propio cuerpo, yendo a atacar directamente los labios del castaño, degustando lentamente, sonriendo en cuanto sintió como era correspondido, sus lenguas jugaban entre ellas, la saliva era compartida, y los jadeos que salían de sus labios hacían que la lujuria se esparciera.

La cadera de Jungkook hizo una curva sensual, dando embestidas en falso entre las piernas ahora enredadas en su cadera. Taehyung gimió en medio del beso.

– e-espera –dijo Taehyung, separándose, llevando su cabeza hacia atrás para tomar aire— por favor... debemos hablar.

Sus miradas volvieron a encontrarse, Taehyung le pedía silenciosamente que dejara de seducirlo o no podrían hablar tranquilamente nunca, y a pesar del dolor en su entrepierna, Jungkook asintió, tomándolo con cuidado en sus brazos, los dirigió nuevamente al sofá. Dejando al castaño sentado sobre él, con las piernas cayendo hacia un lado.

– quiero exclusividad –fue lo primero que exigió el castaño— no sé qué tan activa era tu vida sexual, ni me importa, pero quiero dejar en claro las cosas, si hay algún o alguna amante, si tienes a alguien rutinario, si vas a prostíbulos o cosas así, dejara de pasar ¿lo comprendes?

Jungkook no lo sintió como una pregunta, lo sintió como lo que era, una orden, y por primera vez, él felizmente cumpliría con lo ordenado, más si venia del hermoso chico sobre sus piernas.

– claro, mi cuerpo y todo de mí solo te pertenecerá a ti Taehyung.

Su corazón latió rápidamente y con un pequeño asentimiento confirmo que entendía.

– ¿co-cómo haremos esto? –cuestiono, su vista yéndose a otro lado— ¿debo ir a tu casa...? ¿lo haremos aquí...?

Su rostro no pudo evitar sonrojarse en cuanto escucho una pequeña risa provenir del contrario. Al segundo pudo sentir como los dedos contrarios tomaban su mejilla con delicadeza y le hacían voltear, encontrándose con la mirada del azabache.

– Taehyung, me estas dando el honor de ser el primer hombre en tocarte –dijo, subiendo su mano delicadamente por su muslo— de acariciarte y explorarte, ¿crees que solo tendré sexo contigo y ya? Te lo dije Taehyung, todo mi ser ruega y grita por ti, y me sentiría muy poco hombre si no te atesoro como es debido.

– Jungkook... –jadeo, cuando la mano contraria se perdió en su espalda desnuda debajo de su camiseta—

– las noches que te haga mío, te hare venirte tantas veces que llegaras a perder la cordura, gritaras, suplicaras, y no pensaras en nada que no sea en mi cuerpo sobre el tuyo –dijo con seducción, mientras la mano que estaba en su espalda se dirigió hasta su pecho, rozando con la punta de sus dedos los pezones del moreno. Taehyung jadeo y apretó con más fuerza su camisa— empujando con fuerza... enterrándome en ti, llenándote por completo...

– Jungkook~ yo...

Jungkook con su mano libre tomo a Taehyung de su cabello con fuerza, obligándole a verle, mientras su otra mano jugaba con la punta de sus pezones, haciendo que el castaño juntara sus piernas. Jungkook sonrió.

– te destrozare y te cuidare, ¿estas bien con eso?

El castaño asintió perdido en las sensaciones. Ganándose que Jungkook apretara con más fuerza su pezón, causándole un pequeño dolor.

– palabras Taehyung, necesito escucharlo.

– es-estoy bi-bien con eso...

Jungkook volvió a sonreír, yendo hacia su cuello, aspirando su aroma, disfrutando su cercanía.

– te atesorare Taehyung, cualquier estándar que creas tener, lo superare cuantas veces quieras, solo debes entregarte a mí.

Tantas emociones juntas, su piel estaba erizada, sus ojos dilatados, sus piernas se juntaban creando un roce en su miembro con tan solo escuchar la voz del hombre, sus labios se sentían secos, necesitados de los contrarios, quería tocarlo, quería sentirlo, quería someterse ante él.

Jungkook le hablaba con tanta seguridad, con tanta dominancia y deseo, que él tan solo podía corresponder de la misma forma. Su mente se iba a lugares extremadamente excitantes por el simple hecho de pensar en todo lo que Jungkook podría hacerle sentir.

– quedo a tu cuidado Jungkook Vladimir, por favor, destrózame –pidió en un susurro— pero cúrame siempre.

******

Taehyung decidió tomar las vacaciones que nunca se había tomado en su trabajo, por obvias razones nadie objeto nada, además de que claramente no les convendría de ninguna manera perder al mejor doctor que tienen, por lo que, si Taehyung decidiera ausentarse tres meses, podría hacerlo sin problemas.

¿Qué ocurre ahora? Llevaba un mes conociendo mejor al azabache, quien no dejo de venir nunca a su departamento, todas las noches él estaba ahí, para dormir con él, abrazarle y acurrucarlo en sus brazos, así como para despertar, mimándole, susurrándole hermosas palabras mientras le hacia sentir especial.

La tensión sexual estaba, claro que sí, pero ninguno presionaba al otro.

Se besaban y manoseaban cada que tenían oportunidad, pero jamás han llegado más allá, y lo cierto es que Taehyung ya se estaba desesperando por tener al azabache entre sus piernas.

– Jungkook –llamo al castaño al pelinegro, quien, en ese momento, se encargaba de secarle el cabello—

– dime cariño.

Taehyung apretó sus labios, esos apodos que parecían ser un mantra ya para el pelinegro, muestras de cariño no solo con palabras, el azabache se ha encargado de mimarle con detalles significativos, detalles que por más que parezcan mínimos, calentaban su corazón.

– dijiste que debías viajar a Europa en dos días, ¿Por cuánto te iras?

– ¿Por qué? –cuestiono con una sonrisa mientras besaba su cabello ya seco— ¿me extrañaras?

Taehyung no dijo nada, seguía dándole la espalda a Jungkook, y este solo sonrió negando con su cabeza, besando el cuello descubierto del castaño.

– no debes preocuparte Tae, porque no iré yo solo –dijo, tomando el cuerpo contrario en sus brazos, dejándolo sentado en sus piernas— tú iras conmigo cariño.

– ¿Qué? Pero-

Sus labios fueron callados por los contrarios, sintiendo la suavidad y fiereza de estos. Jungkook era un tramposo en todas sus letras, sabia como exactamente besarle para que dejara de pensar.

– realmente deseo que hagas este viaje conmigo, prometo que será inolvidable y podrás despejar tu mente de todo lo ajetreado.

Taehyung apretó sus labios dudando.

– piénsalo, cariño, sabes que no te obligare a nada jamás, es tú decisión, pero aun así déjame intentar persuadirte de que vengas conmigo.

– ¿Cómo...?

Jungkook sonrió, Taehyung no era ningún tonto y el azabache estaba consciente de que no lo era, cada vez que el pelinegro se ha querido salir con la suya, se encargaba de darle un placer al castaño que dejara sus piernas temblando incluso estando acostado.

– ¿no estas muy cansado? –cuestiono con una ceja alzada y una sonrisa divertida

– no estoy tan cansado...

Tomándolo como un pase libre, la mano del azabache se hundió en los castaños cabellos, obligándole a juntar sus labios de forma brusca, saboreando la boca del contrario, amando la dulce fragancia que provenía del chico.

Taehyung no se quedó atrás, acomodándose mejor, comenzando a mover su cadera, creando una deliciosa fricción entre ambos miembros. A los pocos segundos escucho un ronco gemido proveniente del hombre bajo él. No puede explicar el como le encienden los gemidos del azabache.

– ¿lo haces a propósito, ¿verdad? –cuestiona el hombre con una sonrisa divertida, mientras sus manos amasan ambas nalgas a su antojo.

Taehyung se mordió el labio mientras sonreía.

– no hables, me tienes que convencer, asique no pierdas el tiempo.

No era una petición, si no, una orden.

Jungkook no iba a admitir que le ponía que Taehyung le ordenara.

Y Taehyung no admitiría que no le tenia que convencer de nada puesto que él había aceptado en su mente desde que escucho la idea.

En cuanto sintió las manos debajo de su camisa, Taehyung no necesito que lo guiaran, el mismo levanto sus brazos para ser despojado de su camisa. Luego sintió como los labios de Jungkook se paseaban por su cuerpo, tratando de encontrar un lugar que no estuviera marcado aún.

¿Cómo es posible hacerle sentir tantas cosas usando únicamente su boca? Sabia que Jungkook se ha contenido, sabia que en su mente ya lo había hecho suyo una y otra vez, y él no puede mentir, esta realmente ansioso por pertenecerle, por conocer todo lo que es capaz de hacerle.

– puedo notar que tu mente esta en otro lugar, ¿me dirías en donde esta tu concentración en vez de estar aquí conmigo? –cuestiono Jungkook mientras con una de sus manos tomaba el mentón de su chico con delicadeza— ¿no estas cómodo?

Taehyung sonrió, este hombre cumplía y sobrepasaba las expectativas de cualquiera.

Tan poco tiempo para conocerlo, tanto que arriesgaba al lanzarse a sus brazos. En este momento Taehyung se entregaría de rodillas a él.

– realmente deberías dejar de ser un hombre que cumple expectativas –dijo, mientras tomaba la mano que le sostenía la barbilla y la dejaba sobre su mejilla, la mantuvo ahí restregándose como un pequeño gatito— me estas atormentando.

Jungkook lo miraba embobado, el chico sobre él era tan hermoso, tan singular que se encontraba en crisis con él mismo, por tener que controlar todos sus pensamientos impuros con Taehyung. Quería abrazarlo, quería sostenerlo firmemente mientras le obligaba a concentrarse en él y en nada más que en él.

Su mente se iba a ideas tan atrevidas, como cariñosas, quería besarlo, quería abrazarlo y protegerlo, quería hacerlo gritar, lo quería ver indefenso, quería probar su fuerza en la cama, y ver que tanto podría soportar de él.

Pero Jungkook no era capaz de tocarle de una forma que no sea para acariciarle con cuidado.

– Taehyung, en este momento estoy teniendo un deseo inexplicablemente desesperante de llevarte conmigo, por favor acompáñame, y prometo hacerte venir tantas veces que tu cuerpo no podrá con tal estimulación –dijo, llevando su rostro al pecho del castaño, besando suavemente— ven conmigo, y en cuanto concluyan mis obligaciones, podrás decidir si me quieres por completo.

– ¿y cual es mi otra opción?

Taehyung sintió como la mano que tenia presa su cintura se presionaba con más fuerza.

– no te obligaría a estar conmigo, no te detendría a la fuerza, te respeto y lo dejaría en ti. –dijo, suspirando, subiendo su mirada a esos ojos brillantes— tú otra opción, es huir de mí, correr lo más lejos que puedas, porque como dije, jamás te mantendría a la fuerza, pero tampoco dejaría que alguien más te tuviera.

– no soy un objeto.

– no, no lo eres –afirmo— eres mi luz, mi tesoro y más grande devoción, no dejare que te vayas sin antes haber luchado hasta mi ultima carta para tenerme conmigo.

La piel de Taehyung se puso de gallina, imaginar las formas retorcidas en las que Jungkook le podría convencer de estar con él deberían asustarlo, pero como ha pasado desde que conoció a Jungkook, lo único que ocurre es que se emociona inexplicablemente.

Sonriendo, Taehyung llevo sus manos a las mejillas de Jungkook y las acaricio.

– iré contigo. Sorpréndeme, sedúceme, atrápame y hazme desearte hasta que no pueda pensar en nada más, y volveré a Corea siendo tuyo Jungkook.

Jungkook sonrió.

– ¿es una orden?

– es un deseo. 

volveré a escribir seguido aquí.

por favor comenten los capítulos. 
🥺

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