. Capítulo 24 .
La sensación de opresión sobre mi pecho, así como las de mis piernas, termino por despertarme y quedar soñoliento. Poco a poco, fui quitando las sábanas dejando al descubierto mi cuerpo para después tratar de salirme con cuidado de no despertar a Taehyung.
El ambiente abrazador de mi habitación me orillaba a seguir durmiendo, pero las ganas de beber un poco de agua fueron más fuertes. El frío del piso se coló por mis pies descalzos, y con prisa caminé hasta la entrada de mi habitación; apenas toqué la manija de mi puerta, cuando el sonido de unos pasos se iba acercando en conjunto de unos murmullos, y esto simplemente aumento mi curiosidad.
—Sea como sea, tienes que mantenerla lejos, Jungkook — la voz de mi mamá apenas sonó—. Sabes lo que pasaría si al menos se enterara de lo que hemos estado haciendo.
—¿Y por qué tengo que ser yo? – su pregunta fue más un reclamo —. Estoy harto, yo también soy su hijo y solo ve por él, no es justo. Y en pocas palabras, no me importa si se entera.
Tragué saliva con cuidado pegando un poco más mi oído a la puerta; tratando de entender bien cada palabra susurrada de la conversación entre Jungkook y mi madre
—Eres el menos indicado para quejarte, Jungkook — su voz, a pesar de ser un murmullo, fue dura y comprensible —. Tus estupideces te han llevado a esto, así que ahora te haces responsable. No quiero que la vieja ahora venga a exigir y tener que lidiar con ello.
Alcé mis cejas ante el merodeo de lo que estaban hablando, pero no podía entender mucho del contexto.
—Le diré que lo vea este fin de semana, ahora vete a dormir y no estés molestando.
Mi boca se abrió con sorpresa al comprender el tono y mal de Jungkook hacia nuestra madre.
Los quejidos de Taehyung estirándose me sorprendieron y los constantes ruidos de la cama eran casi incontrolable.
—Yoongi, son las cuatro con veinticinco minutos. ¿Qué haces despierto? – me preguntó — ¿pasa algo? – le dirigí toda la atención a Tae, que ya no alcancé a escuchar que había contestado mi madre.
Iba a responderle a Tae con ademanes, pero la presencia de Jungkook se pegó más a mi puerta. Mi cuerpo pudo sentir su persona a pesar de la puerta.
—Yoongi no está solo. — la voz gruesa de Jungkook afirmó el otro aroma en mi habitación.
—¿De qué hablas? Solo huele a él aquí. — dijo mi madre, no reconociendo el aroma de Taehyung.
—No, hay otro aroma. —reafirmó.
La perilla de mi puerta sonó tratando de abrir. Mi respiración casi se detuvo cuando este dejó de sonar y el rechinido de la puerta abriéndose me invadió en pánico quedando mi cuerpo paralizado.
¿Estaría en problemas?
—Deja eso ahí — el murmullo de mi madre lo detuvo y el sonido de la puerta cerrándose casi de inmediato me hizo exhalar todo lo que había retenido —. Lo que menos queremos es que despierte y tener que dar explicaciones. Mejor vallamos a dormir. — mando mi madre. — Y si hay alguien, qué más da. — dijo sin importarle.
Llevé mi mano derecha directo a mi boca y mordí mi uña de mi dedo pulgar. Toda la plática que habían tenido me dejo en un pendiente lleno de misterio.
¿Con quién no querían lidiar? ¿Por qué no querían que me enterara?
"¿Y si... no hablan de mí?"
—Tranquilo Yoongi ya se fueron. — habló Taehyung cerca de mi oído.
Me moví ante la cercanía de Taehyung, con pasos pesados fui directo a mi cama mientras mis dedos tocaban sus orillas.
—¿Seguro que no te regañaran al notar que me quede?
"Qué más da"
Las palabras de mi madre habían quedado claras.
—No Tae, no pasa nada. — le aseguré.
—En ese caso, vamos a dormir. — él me jaló a sus brazos y me acurrucó entre las almohadas.
(...)
—Tus pijamas son tan ajustadas, parecen de niño. – opinó Tae.
—Es porque tienen un poco de años —le dije, secando mi cabello—. El agua está lista para que tomes una ducha.
El buen humor se emparejaba con el día de sensaciones enérgicas y de aquellas necesidades de transmitir lo que llamaban "lindura" La compañía de Taehyung me acumulaba afabilidad y sus opiniones rápidas con respecto a sus consejos de ayudarme a mi apariencia.
—Yoongi, he checado algo de tu ropa y solo encontré una camiseta negra y un pantaloncillos. – me aviso— . Espero y no te moleste que tome unos para el día de hoy.
—No tengas cuidado, estoy seguro que en el cajón tercero a mano derecha de mi closet, encontraras ropa interior nueva —lo mande—. También puedes tomar el que más te guste.
Escuché los pasos sobre el piso y después escuché la puerta del baño cerrándose.
La puerta de mi habitación se abrió repentinamente que me sobresalte. Pero todo cambio al olfatear el romero.
—¿Con quién estas? —la preguntó Jungkook.
—Hola, hermano buen día. – le salude e ignoré su pregunta.
—¿Taehyung está aquí? – pero él evitó mi saludo. Volví a tomar mi cepillo y lo pasé por mi cabello.
Pero cuando iba a responder a su pregunta, la voz de Tae nos interrumpió:
—Yoongi, los cambiare por los rojo... - se quedó callado.
Bueno eso contestaria la pregunta de mi hermano.
—¿Qué haces aquí? – preguntó Jungkook en tal vez completa atención a Taehyung
—Solo pase la noche con Yoongi para hacerle compañía. ¿Hay algún problema? – respondió seguro Taehyung.
—Pasa que, a Yoongi nadie le dio permiso de que metiera a alguien. – acusó.
—No tengo por qué pedir permiso y menos a ti Jungkook – lo interrumpí–. Además te gusta que este con Taehyung, ¿no?
—Yoongi... - me habló Tae y a suponer en su tono de voz, tal vez no quería que le mencionara nada a Jungkook sobre la declaración de anoche.
—Bueno entonces dejare que Taehyung te lleve a la universidad. – dijo como si fuera una amenaza.
—Por mí no hay ningún problema. – dijo rápido Taehyung.
—Problema resuelto, te puedes ir. – le dije a Jungkook.
Aunque hubiera querido fingir que no estaba enojado con mi hermano, no pude evitarlo y llevarle la contaría en algo tan banal, se había sentido bien.
—Tampoco te traeré de regreso. – sentenció.
—No te preocupes Jungkook, también lo puedo traer. - dijo Taehyung
—Jungkook, ahora si te puedes ir sin problemas y sin preocupaciones. Es lo bueno de conseguir un amigo – le confirmé sarcástico –. Y cuando salgas, cierra la puerta nos estamos arreglando.
Los pasos se escucharon y el fuerte azote de la puerta. Eso fue lo último que nos indicó que Jungkook se había ido.
—¿Siempre es así durante las mañanas? – me preguntó.
—Casi siempre, pero trato de no molestarlo para que no se enoje – le dije –. Pero esta vez no puedo evitar no contestarle mal.
—Si no te arreglas con él, no dudes en llamarme y vendré por ti durante las mañanas. – me avisó y yo solo asentí a donde quiera que se encontrara.
Sorpresivamente la presencia de mi madre no nos hizo compañía durante la mañana y convencido por Taehyung pasamos a una cafetería cerca de la universidad. Y era por eso que nos manteníamos dentro de su auto tomando nuestros desayunos mientras el omega a mi lado, me describía a los alumnos que eran conocidos por todas las facultades -digamos que son personas sobresaliente-, y sus vivencias con ellos.
—¿Cómo es que conoces a tantas personas? – le pregunté sorbiendo de mi café.
—Soy muy amigable y también pertenezco de aquellos que destacan.
—¿Eres popular? – le sonreí.
—Lo soy, aunque mi reputación no es la mejor – me dijo –. Pero si un día te dicen algo respecto a mí, no dudes en decírmelo. No me gustaría que dudes más de mí. – yo asentí.
— Cuéntame más. – mordí mi pastelillo.
—¿Has escuchado de Bae Soi? – me preguntó –. También es de tu facultad. Si la pudieras ver te caería mal. – sonreí y negué –. Y no digas algo así como: "Primero la tendría que conocer y después la juzgaría" – yo reí cuando imitó mi voz –. A parte que tampoco la juzgarías aun sabiendo sus acciones, por que eres un ángel. Pero dime ..., ¿la conoces?
—No. – negué con mi boca llena. – No he escuchado de ella.
—Bueno hace unos años éramos... - dudo un poco –, se podría decir que compañeros con una posible relación de amistad.
—¿Es una alfa? – le pregunté.
—No, es una omega, pero me refiero a que ella fue mi amiga durante dos años seguidos, pero solo me uso para poderse meter con Jungkook y Park Jimin.
Bebía mi café tranquilamente hasta que escuché el nombre del alfa y comencé a toser. Las palmadas en mi espalda me ayudaron a reaccionar.
—Tranquilo Yoongi, come con cuidado – dijo Tae riendo –. Si esto te sorprende, deja que te cuente lo demás.
Alcé mis palmas asegurando que ya estaba mejor.
—Prosigue Tae. – le pedí mientras limpiaba mis ojos y mi boca, pero aún me sentía sofocado.
—Bueno, ella le hablaba a mi hermano y simplemente un día nos presentaron, nos conocimos y compartíamos muchas cosas, hasta el día de San Valentín. Ese fue el día en el que fingió que le había mandado una carta en ese entonces mi novio -ósea Jungkook-, y claro que le creí, porque pensé que era mi amiga y resultó que solo fue para que peleáramos y ella como buena amiga fue a consolar a Jungkook cuando terminé en una de las muchas veces con él.
Me quedé sorprendido un poco y es que, por mucho tiempo, yo no sabía sobre la historia de Taehyung y Jungkook.
—¿Él te engaño con ella? – le pregunté.
—No, al menos no con ella. – me respondió.
Abrí mi boca sorprendido, mi hermano había engañado a Taehyung y le iba a preguntar algo más, pero él se adelantó.
—En fin ... - suspiró – Ahora solo sé, que se acuesta con Park y de ahí no tengo ni idea.
Doblé mi cuello y sonreí negando.
-¿Park? – aprete mi puño que había estado exudando.
-Sí, el alfa que se pavonea por todas partes —me dijo—. Fue quien le reclamó al otro alfa el día de ayer por lo del balonazo. – explicó.
—Dime un poco más. – fruncí mi ceño.
Pasé saliva en un modo que no entendía, pero no lo podría llamar envidioso o enojado. Era aquella parte interna de querer ir con el alfa y reclamarle algunas cosas. Pero..., ¿por qué?
—Bueno es un alfa algo turbio y rebelde, pero es más conocido por lo que hace afuera de la universidad.
¿Qué podría hacer?
—¿Y que hace? – le pregunte.
—Si... bueno. – dudó. –. Es complicado.
—Solo dilo. – le pedí.
—Es dueño de un bar y organiza algunas carreras de autos. – dijo simple.
Abrí mis ojos de más y también mis labios.
¡Por la luna!
Durante todo este corto tiempo, estuve en peligro a lado del alfa y sin importar que.
Mi exaltación y mi enojo incompresible me estaba haciendo exagerar la situación.
Me había besado con un completo desconocido y también me había dejado llevar a un lugar remoto.
<<¡Ay Min Yoongi! ¡Pero que has hecho!>>
Ahora si tenia un motivo por el cual evitarlo y esto debía ser el principal motivo, y no el hecho de que se bese con otra omega.
Era de suponerlo. El alfa era alguien insoportable, impulsivo y sin ningún valor.
<<Pero besa muy bien>>
Besa bien, pero no eres el único con quien lo hace. Era un estúpido por dejarme manipular y otorgarle mi primer beso.
—¿Yoongi, estas bien? Tus mejillas están muy sonrojadas. – me preguntó Taehyung.
—¡Sí, claro que si! —le dije rápido— ¡Me siento genial! – casi grité y la risa de Tae me hizo compañía.
Tenia que fingir que no estaba mas confundido de lo normal.
—¡Tranquilo chico alegre! – me detuvo en cuanto quise salir del auto— ¿A dónde vas? – me preguntó, mientras sujetaba mi muñeca.
—A clases, Tae debe ser ya muy tarde. -le sonreí.
—Sí, pero tranquilo. – deja preparo mi mochila.
Yo asentí y cerré de nuevo la puerta.
Escuchaba las quejas de Taehyung, pero no podía ponerle atención y mi sonrisa amplia de lado a lado me estaba acalambrando mis mejillas. Simplemente no dejaría que el enojo me derribara el buen humor con el que desperté.
—Yoongi, voy a fingir que tu sonrisa no me está dando miedo y que no tienes nada que me estes ocultando.
—Es que no oculto nada, Tae – respondí— ¿Qué podría esconder?
Lo único que escondía era que me interesaba que me contara cada maldito detalle del rufián de Jimin.
—Bueno, es hora de salir. – me avisó.
Fui tocando la puerta del auto de nuevo para abrirlo, jalé de la manija y por fin el aire fresco llenó de olores en feromonas, invadió mi olfato. Saqué mi bastón y casi lo azoté contra el piso, di el primer paso, pero Taehyung me detuvo.
—Espera que estas lleno de boronas – sentí que me sacudía–. Listo.
Supuse que él se hizo a un lado y comenzamos a caminar.
Con pasos medio apresurados nos dirigimos a mi facultad.
—¡Ay no puede ser! – la voz impresionada de Tae corto nuestro silencio.
—¿Qué pasa? – le pregunté.
Los murmullos a mi alrededor se hicieron más constantes y sin querer algunos si les había puesto atención.
"El beta es muy guapo para él"
"¿Por qué se disculparía él si el omega no es nadie?"
"Que patético"
—Yoongi...
—¡Yoongi!
Tanto como Taehyung y la reconocida voz de Hoseok, me llamaron al mismo tiempo.
—Ay, no. – dijo.
-¡Yoongi! – la voz de Hoseok se escuchó alegre –. Que bueno que has llegado. – dijo.
-Oh. – fue lo único que dije, no esperaba una reacción así después de lo que paso ayer –. Hola Hoseok. – me sentía confundido.
—Yo estaba esperando a que llegaras – dijo al notar que no diría más—. Y es que te hice una sorpresa. Me siento muy apenado con mi comportamiento de ayer y ... - pausó –. Te traje esto.
La sensación felposa estaba en mis manos y el aroma a chocolates salió del peluche en cuanto lo empecé a tocar un poco más.
-Es un peluche de tacto – me dijo –. Con aroma relajante, para cuando quieras abrazar a alguien. – me dijo–. A parte de que es un lindo gatito igual que tú. – me dijo con voz algo delgada. Yo tragué un poco por mi poca seguridad.
Yo seguía completamente confundido y aceptarlo me costó un rato de silencio en lo que me acostumbraba al toque de la felpa.
—No sé qué decirte. – le dije aun asimilando la acción.
—Que me perdonas y que seguirás siendo mi amigo – tomó mis manos –. Y que aceptaras este fin de semana salir conmigo.
—Eh... - yo iba a responder, pero Taehyung me interrumpió.
—Tal vez ustedes ya no tengan clases, pero yo tengo que irme. —cortó un poco la tensión.
—Ve con cuidado, Tae. – le dije, evitando por un momento mi respuesta.
—Mas vale que no lo presiones, Hoseok. – dijo Tae, tomó mi mano y la besó para después irse.
—¡No lo hare! – grito Hoseok para que escuchara Taehyung a lo lejos— ¿Lo estás pensando?- pregunto el beta.
Claro que lo estaba dudando, pero los continuos murmullos me ponían más nervioso.
"Debería agradecer el favor"
"El beta es un amor, fijarse en alguien tan bajo habla bien de él"
"Que envidia"
Y de nuevo aquel aroma empañando mis sentidos y la presencia cerca de su lobo alterando al mío.
<<Solo hay que evitarlo>>
—Y si mejor vamos a clase, sé que los finales acaban de pasar y las vacaciones están cercas, pero faltar no está bien.
<<Pero no importó faltar el día que huiste con el alfa.>>
Una especie de gruñido o un sonido gutural salió de Hoseok, sabia que estaría en desacuerdo.
—Siempre tan responsable, Yoongi. – él picoteo mi nariz para después enganchar mi brazo con el de él.
Mi nerviosismo y la presión me hizo fingir una sonrisa.
Hola de nuevo.
¿Como están? yo espero que bien.
les mando besos y abrazos.
ALICIELITO.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro