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Capitulo 4; Nicolás Monteverdi

-¿Cómo se supone que voy a ir vestida? –Estela caminaba nerviosa por la habitación revisando toda su ropa

-No se –Liliana aun miraba sorprendida a su hermana –Vas a conocer a Nicolás Monteverdi

-Si lo se –Suspirando saco de su armario un pantalón negro de pitillo, después cogio una camiseta gris que se amarraba al cuello y por ultimo una chaqueta negra igual que su pantalón  Era la ropa mas cara que tenia, aquella que se compro para su vista de ultimo año en el juzgado, sus practicas de derecho

Se metió al baño y tras ducharse se puso la ropa, se miro al espejo y decidió recogerse el pelo hacia el lado derecho, se maquillo un poco los ojos y listo

Mientras caminaba hacia el casino no podía dejar de pensar en lo que se estaba metiendo, iba a conocer a Nicolás Monteverdi  ¿Cómo se suponía que se debía comportar?

-Buenos días Estela –Alex la miraba sonriente en la puerta  –Estas muy guapa

-Gracias –Le sonrió, ese hombre siempre había sido muy amable con ella -¿Sabes donde esta el señor Monteverdi?

-Te esta esperando en el despacho –Alex frunció el ceño –Deberías llamarle por su nombre

Estela no le contesto, simplemente se dirigió al despacho y entro sin llamar, ya que sabia que no serviría de nada

-Hola –El la miraba divertido desde su asiento –Estas muy elegante

-Gracias –Estela no le miro -¿Nos vamos?

-Espera –El se acerco a ella sonriente, le tomo la mano y le puso un anillo –Estamos prometidos ¿Recuerdas?

-¿Esto es necesario? –Ella miraba su mano con aquel precioso anillo reluciente –No creo que haga falta señor Monteverdi

-Deja de llamarme así –Max la obligo a mirarle a la cara –Vamos a casarnos así que llámame por mi nombre

-De acuerdo –Ella contesto y volvió a desviar la vista

En el camino ninguno de los dos hablo, Estela se sentía incomoda sentada en aquel mercedes descapotable, junto a Maximiliano Monteverdi, el hombre mas deseado por las mujeres

Nada mas llegar, el la abrazo por la cintura y ella no pudo evitar ponerse tensa, fingir le costaría demasiado

-Buenos días –Nicolás Monteverdi, un hombre mayor de pelo canoso y una agradable sonrisa les observaba desde el sillón de la sala  Se levanto y camino hacia ellos

-Abuelo, te presento a Estela Grimaldi –Max sonrió –Mi prometida

-Vaya es muy hermosa, mis felicitaciones Max –Nicolás sonrió y después tomo la mano de Estela para besársela –Es un placer conocerte Estela

-Gracias Señor Monteverdi –Ella sonrió –Para mi tambien es un placer

-Por favor llámame Nicolás –sonrió y les indico la sala –Tomemos un aperitivo

Nicolás se sentó en el sillón, observando los movimientos de los dos

Para el no paso desapercibido que aunque su nieto sostenía su mano y se sentó junto a ella, la muchacha estaba incomoda y trataba de evitar mirarle  La noche anterior cuando su nieto le dijo que aceptaba su propuesta lo que menos se esperaba es que le dijera que ya estaba prometido  Aun se sorprendió mas cuando le dijo que ella era abogada, no era la clase de mujer con la que Maximiliano salía y eso estaba mas claro observándola

Todas las preguntas que Nicolás les hacia, sobre como se conocieron, donde, y demás eran contestadas por Max y en alguna ocasión logro vislumbrar la sorpresa en el rostro de ella con sus respuestas

-Max, en el despacho tienes algunos contratos de la constructora que necesitan tu firma, ¿Por qué no vas a revisarlos? –Tenia la intención de quedarse a solas con Estela

-¿Ahora? –El le miro confundido –Lo haré mas tarde

-No, ve ahora –Nicolás le miro serio, después sonrió a Estela –Tu prometida y yo daremos un paseo por el jardín mientras tanto ¿Te parece bien?

-Claro –Estela no sabia que responder y miro nerviosa a Max

-Vayamos entonces –Nicolás se levanto del asiento y tomo la tomo del brazo, miro a su nieto y sonrió –Revisa los contratos

Estela y Nicolás pasearon por el jardín en silencio, el la guió hasta una terraza blanca en la parte lateral de la piscina y le indico que se sentara

-Dime Estela ¿Dónde os conocisteis? –Nicolás la observaba atento

-Ya se lo dijo su nieto –Ella se mordió el labio –En los Ángeles, yo estudiaba allí y Max fue de viaje

-Tu y yo sabemos que eso es mentira –Nicolás sonrió, esa mujer parecía estar muy nerviosa –Dime la verdad por favor

-Esta bien –Ella suspiro –En el casino, yo trabajo allí

-¿No eres abogada? –el no entendía nada, no tenia pinta de ser una de las chicas del casino, aunque eso le pegaba mas a su nieto

-Si, termine mi carrera este año –Ella cruzo las manos nerviosa sobre la mesa –Pero en las Vegas es muy difícil realizarse si no eres alguien

-¿Cuándo conociste a mi nieto? –frunció el ceño, tampoco parecía una mujer dispuesta a todo por dinero o posición

-Hace unos tres días –Estela le miro a los ojos y vio sorpresa en ellos –A mi no me gusta mentir Nicolás y no estoy cómoda haciendo esto 

-Cuéntamelo –El sonrió, había algo que estaba claro, esa mujer le gustaba para Max

-Hace tres días que entre a trabajar en el casino, su nieto es –pensó un momento en como describirle –insistente  Pero yo no estaba dispuesta a ceder  Ayer me propuso que me casara con el

-Y aceptaste –Nicolás frunció el ceño al ver como ella negaba con la cabeza

-A mi no me gustan estos juegos, no me importa el dinero, ni la posición social  Lo único que quiero en la vida es poder ejercer como abogada –Se sorprendió al ver como el sonreía –Pero Maximiliano me dejo claro que no tenia otra opción

-Entiendo –el suspiro ¿hasta donde había llegado su sobrino? Y todo por conseguir el casino -¿Que paso?

-Mi madre esta enferma y mi hermana y yo la ingresamos en una residencia, apenas ganamos para los gastos y la casa aun tiene hipoteca –Ella cerro los ojos y los volvió a abrir –Maximiliano me dejo muy claro que mi situación podía ser mucho peor si no aceptaba

-Ya veo –Nicolás la miraba atentamente, era ella  Ella era la mujer ideal para Max, para hacerle reaccionar  Era una mujer digna del apellido Monteverdi –Todo se arreglara

-¿Me va a ayudar? –Ella le miro sonriente –Ahora que sabe la verdad no tendré que seguir adelante con el trato

-No, no me refiero a eso –el sonrió –Lo mejor para ambos es 20que esto siga adelante

-¿Qué? –Estela frunció el ceño –No le entiendo

-Cuando le exigí a Max que se casara, sabia que aceptaría y mi intención era rechazar sus candidatas hasta imponer yo a una  -Nicolás sonrió –Pero ahora se que me equivoque  Pensé que el no sabría escoger, esta acostumbrado a tener todo lo que quiere Pero tu eres distinta, eres una mujer inteligente, honesta, sincera y digna, digna del apellido Monteverdi

-Pero todo es una falsa –Ella se levanto de la silla nerviosa –No puedo seguir con esto

-Tranquila –Nicolás se levanto y le tomo las manos –Yo necesito que mi nieto reaccione, que madure y estoy seguro que tu puedes conseguirlo  Tu necesitas que te ayuden para poder seguir adelante y perteneciendo a esta familia lo conseguirás  Eres la mujer adecuada para guiarle por el buen camino, lo se

-Ni siquiera le conozco –Estela suspiro –No pertenezco a vuestro mundo

-Pero eres merecedora de el –Nicolás sonrió –Confía en mi

-¿Puedo saber de que habláis? –Max se acerco a ellos sonrientes -¿Todo bien?

-Si, verdaderamente es una mujer fantástica –Nicolás sonrió a su nieto y después a Estela –Vayamos a comer

En la comida, Nicolás se encargo de sacar conversación a Estela, preguntándole por sus estudios, su vida en Los Ángeles, su familia   Max estaba confundido al ver la forma en que su abuelo la trataba, sabia que le gustaría ¿pero tanto? ¿Qué tenia esa mujer?

-¿Una reunión familiar? –Justin observaba sonriente desde la puerta del comedor

-Ah Justin, ven a conocer a la prometida de Max –Nicolás sonrió a su nieto menor, indicándole con la mano que se acercara

-¿Prometida? –confundido el se acerco a la mesa y se quedo mirando sonriente a Estela, era realmente preciosa –Vaya hermanito te has lucido

-No seas borde –Max le atreveos con la mirada

-No soy borde, es cierto –sonrió y se acerco a ella para darle dos besos –Encantado preciosa, soy Justin el hermano menor del arrogante de tu prometido

-Yo soy Estela –Ella sonrió –La prometida del arrogante de tu hermano

-fantástica –Nicolás rió junto a Justin, mientras Max les observaba molesto

Tras el almuerzo tomaron el café en la sala, Justin se unió a ellos y no paraba de charlar con Estela al igual que Nicolás, que estaba complacido al ver a Estela mas desenvuelta con ellos  Aun así, Max y ella apenas intercambiaban alguna palabra o mirada

Max y Estela se marcharon a eso de las seis de la tarde, en el coche el parecía tenso y ella no se atrevía a romper el silencio, hasta que le escucho

-¿De que hablaste con mi abuelo? –la miro de reojo

-De mi familia –Ella miro por la ventanilla –Quería saber de mi vida

-Parece que le caíste bien –El sonrió –y a mi hermano

-¿Qué edad tiene? –se quedo pensativa por unos segundos

-Diecinueve –Max aparco el coche frente a la casa de ella y se bajo, después le abrió la puerta a ella

-¿Cómo sabes donde vivo? –Al ver la sonrisa de el, suspiro –Gracias por traerme

-¿No me enseñas tu casa? –Max la miro divertido y Estela resignada camino hacia la puerta y entraron 

El observaba todo atento, una casa no muy grande, con una entradita adornada con flores, el salón con la cocina de barra americana   había fotos de Estela y su hermana, además de una mujer, seguramente su madre  Observo curioso otra foto, una muchacha joven de unos dieciséis años

-¿Quién es? –Tomo la foto entre sus manos

-Mi prima –Ella se la arrebato y la miro con tristeza, después la coloco en su sitio –Vivía con nosotras

-¿Y ahora? –El se sentó en el sofá mirándola atento

-Murió –Estela miro hacia otro lado –Hace dos años

-¿Qué le paso? –Le llamo la atención la forma en que ella hablaba del tema, como si le doliera

-La mataron –ella le miro y vio sorpresa en sus ojos, se sentó en el otro sillón –Tenia dieciséis años, la violaron y la golpearon hasta provocarle un derrame cerebral  Yo estaba en los Ángeles

Max apretó los puños furioso y Estela se dio cuenta, le miro sorprendida y el le sostuvo la mirada

-¿Sabes quien fue? –El se incorporo en el sofá y se acerco a ella

-Esta en la cárcel –Estela le miro a los ojos -¿Qué esta haciendo aquí? Ya he ido a comer con su abuelo

-Tenemos que  hablar de la boda –Max recupero su trato frío y sonrió –Será pronto

 OS DEJO UNA FOTO DE NICOLÁS MONTEVERDI

PRONTO SERA LA BODA Y LA VIDA DE ESTELA CAMBIARA AL COMPLETO

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