Capítulo 5
“Ya había pasado dos semanas desde que conocí a Dereck. En estos días muchas cosas pasaron, cómo el que tuve que cambiar de taller a alguno en el cual no se utilizara el fuego, mi opción más rápida fue dibujo, sencillo y sin problemas para los demás.
Era algo que me encantaba hacer, no puedo decir que era bueno pero al menos no causaría problemas.
Estos últimos días Demián no se ha topado con ninguno de los dos, supongo que esas horas en detención sirvieron de algo, por fin encuentro una cosa buena en esa maldita escuela.”
Escuche los pasos andantes por las escaleras, era mi madre quién subía cómo todas las madrugadas.
—Evan...— susurró tocando la puerta con sus nudillos un par de veces.
Me levante del escritorio dejando mi cuaderno y mi lápiz botados en él. Di pasos apresurados y abrí la puerta.
—No puede ser.
Fue lo único que pude pronunciar en ese momento. Ahí estaba ella, con su pantalón rasgado y varios moratones en su rostro.
Empezó a llorar, lo cual hizo que me abalanzara a ella y la abrazara para que dejase de hacerlo.
—Tranquila mamá, todo estará mejor mañana — acariciaba su cabello suavemente tratando de calmarla, era obvio que no podía pero ¿qué más podría hacer yo? No era tan fácil lidiar con esto, de hecho, creo que era imposible tratar de hacerlo.
La lleve muy a fuerzas hacia su habitación, esperando hasta que se durmiera para poder ir de nuevo a mi cuarto, por Dios, no podía creer que de nuevo estén pasando estas cosas.
¿Qué acaso no ha sufrido bastante? Me preguntaba mientras rebuscaba en mi mochila un par de cigarrillos que me ayudasen a tranquilizarme.
Baje hasta llegar al patio delantero sin hacer el menor ruido posible y poder fumar. Sé qué esto que hago no le agrada a nadie, ni siquiera a mí, pero en serio no hay nada mejor que me haga sentir en paz y por obvias razones no regresaría a hacer de nuevo aquellas idioteces en mi piel.
“you can't die, angel” sonó de pronto mi celular, por un momento llegué a pensar que podría ser Lena, era la única persona que conocía que mandaba mensajes a esta hora.
Miré la pantalla pudiendo apreciar que el remitente era Dereck, lo cual se me hizo extraño. Hemos estado hablando por mensajes pero usualmente se va a dormir antes de la medianoche, le resté importancia y lo leí.
De: Dereck K.
« Hola…
Sé que es noche, ugh. Pero se me olvidaba, la comida se canceló. Igual podrías venir y pedir una pizza. Si ves este mensaje en la mañana en la escuela me respondes. Bye bye.»
Enviado a las 3:27 a.m.
Cierto, había pasado por alto lo de la comida, de hecho ni siquiera tenía el permiso para ir, aunque no lo necesitaba. Voltee hacia atrás observando las escaleras oscuras, negué con la cabeza y me volví al celular.
De: Evan.
«Claro, llevaré algo de dinero. Nos vemos mañana.»
Enviado a las 3:31 a.m.
Lo guardé de nuevo en mi bolsillo de dónde saque mi cajetilla de cigarrillos vacía. Le di una última calada antes de que se apagase y tuviera que tirarlo en la basura. Cerré los ojos por un momento ya más relajado, pensando en qué podría hacer respecto a mamá, esto seguro no se quedará así.
***
La alarma sonó en mi oído haciendo que me levantara de golpe y la tirara al piso. Ni siquiera pude ver la hora exacta pero por ende era temprano. Caminé hasta llegar a la cocina, cuidando de no caer en el intento, pude ver que mamá se encontraba haciendo el desayuno con movimientos lentos y temblorosos. Me le acerqué y quité sus manos de aquella sartén.
—Hoy prepararé yo el desayuno, mamá.— le dije dándole un beso en la mejilla. Ella se retiró a sentarse en el sofá de la sala en donde estaría más cómoda.
Vacíe la mezcla para hotcakes en el sartén para así ir haciendo unos cuantos para ella y para mí. No me tardé mucho, solamente lo necesario para lograr hacer seis de esas cosas. Tomé un plato de la alacena y coloque los de mi madre cubriéndolos de miel y fresas, justo cómo ella los prepara siempre, hice lo mismo con los míos, sólo que no les puse nada extra, más que miel en reducida cantidad.
Los coloqué en la mesa y fui directo a con ella, tomándola suave por los hombros.
—Listo — le dije con una sonrisa de oreja a oreja.—.Acompañeme madam.
Soltó un par de risas agudas mientras alborotaba mi cabello.
—Usted debería comer ya, se le hará tarde.— pronunció acercándose a la mesa y probando bocado.
—Tienes razón, pero me has dicho que nunca hay que comer solo, aparte son las damas primero.— me senté frente a ella imitando su acción. Nos tardamos un poco en lo que comíamos hasta que vi la hora, no era tarde pero tampoco quería llegar al colegio a la hora exacta.
Me levanté recogiendo mis utensilios y los de mamá quien había acabado segundos antes que yo.
Me fui de nuevo a mi cuarto buscando en mi ropero algo qué usar, no tenía demasiada variedad así que opte por utilizar unos jeans blancos, camiseta oscura y una camisa abotonada de mezclilla grisácea, me coloque mis tenis, tomando la mochila con mi hombro izquierdo. Bajé de nuevo a la cocina, esta vez vi a mamá observando un noticiero el cual marcaba la hora. «tengo 20 minutos de sobra.» pensé.
—Hoy...no iré a trabajar Evan.— volteo hacia mí, le sonreí por inercia.
—Yo llegaré algo tarde, saldré con Lena.— mentí, mi madre sólo confía en ella así que era la candidata perfecta para decir que saldría.
—Tú y Lena hacen muy bonita pareja, hijo.— se encogió de hombros en lo que yo ponía los ojos en blanco. Solté un bufido y fui directo a la puerta.
—Nos vemos más tarde.— alcance a decir antes de salir.
Di pasos rápidos por la acera en lo que marcaba a Lena para poder avisarle que tenía que mentir si por alguna razón mamá llegara a sospechar.
Crucé sin ver las calles, por suerte no pasan tantos autos como de costumbre, debe ser por la nueva construcción a unos kilómetros.
Marqué y coloque el celular en mi oído, sólo se escuchaba el tono de entrada. Tardó varios segundos en contestar hasta que escuche su voz.
—Diga...
—Lena, necesito un favor.— dije mirando a los lados.
—¿Qué necesitas? ¿Estás bien?
—Sí, sólo que iré a comer con un amigo y mi madre piensa que estaré contigo.
—Ah ya veo, claro no te preocupes. Será cómo aquella pijamada.
—Exacto, muchas gracias Lena.
—No te preocupes Evan. Recuerda no crear problemas en clases.
—Está bien.— colgué la llamada, guardando el celular en mi pantalón.
Corrí un par de metros antes de llegar al colegio, muchos seguían afuera lo cual me daba entender que quedaba tiempo de sobra en el reloj.
Me apoyé en una banca que se encontraba sola, dejando la mochila en el piso. Respiré un par de veces, creo que el cigarrillo ha estropeado mi condición.
Un par de manos se situaron en mis ojos, haciendo que no pudiese ver y una voz habló en la parte derecha de mi nuca. —Adivina quién soy.
Tomé sus manos riendome de lo fácil que era adivinar.—Dereck, sé que eres tú.
Escuché cómo hizo un puchero, caminando hacia frente mío con sus brazos cruzados. Alcé una ceja en signo de burla y no pude evitar volver a reír.
—No te rías, no es divertido si siempre adivinas.
—Deberías intentar fingir la voz para la próxima o de que no te vea esconderte por los arbustos.— ese último comentario hizo que Dereck riera cómo niño pequeño.
Me levanté de la banca y recogí la mochila de dónde estaba.
—¿Te dejaron ir a mi casa?— preguntó con brillo en sus ojos.
—Claro — ladee los ojos—.No hubo problema en eso.
—Pareces desvelado.
Recordé lo sucedido anoche y aquellos moratones en su piel.
—Ya sabes, no soy una persona que duerma mucho.— respondí cortante y me fui cruzando el campus para llegar a la puerta. Sentía los pasos de Dereck tras mío y cómo preguntaba lo que me sucedía.
No me voltee a verlo en ningún momento hasta llegar a el aula asignada, que fue cuándo él se sentó a lado mío.
—¿Qué te pasó?
—Lo que pasó fue que...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro