¿Por que engordamos?
Gran y renombrada pregunta ¿Verdad? Cuantas veces me lo he preguntado, después de todo, ¿Quién no lo ha hecho? ¿Por qué engordo? ¿Por qué engordamos?
Existen miles de explicaciones para ello. Y mas que explicaciones, también, hay centenares de excusas, excusas reales, excusas que inventamos. En su mayor parte excusas que inventamos. ¿Debido a qué las inventamos? Para escudarnos, protegernos es mas sencillo que aceptar la realidad.
Uno de las mas grandes causales es la familia o mejor llamado genética, ¿Quién no le hecho la culpa a la familia? (Suponiendo que la familia este en la misma "situación física"). Mayormente, no falta quien le eche la culpa a la familia. Incluso yo solía hacerlo, durante un buen tiempo mi frase mas usada fue "todo es culpa de tus genes" (dirigida a mi padre). Claro que no debo ser la única, y la obesidad tampoco debe ser lo único que se le atribuye popularmente a la herencia genética.
Existe algo de verdad en esto, es sabido que de tener familiares que sufren obesidad, entonces tendremos una "probable" tendencia a engordar.
¿Notan las comillas en "probable"? ¿Saben a que se debe? Sencillo, a que no necesariamente eso condiciona nuestro peso. Tengo amigos cuyos parientes cercanos, algunos incluso sus padres, sufren obesidad y no por eso ellos también. Tengo de prueba mi caso, en el cual solo mi padre tiene un peso similar al mío, como para "justificarlo". Pero en cambio Juani, mi hermana, tiene un peso promedio. A lo que intento llegar es que esto de la genética nos condiciona, si, pero no nos limita no nos condena. Eso solo podemos hacerlo nosotros mismos.
Otra excusa clásica son: Los remedios. Ya saben, «Tomo remedios para "X" enfermedad y eso me hace engordar». Como todo, esto tiene algo de verdad. Recuerdo que cuando mi tía tenia problemas del ciático, las inyecciones que le daban la hicieron engordar kilos en un mes. Eso es mas creíble, pero sinceramente dudo que todos estemos en esas condiciones.
¿Por que engordas? La pregunta vuelve a repetirse en mi mente.
De repente me siento como cuando era niña, otra vez en el consultorio de la psicóloga infantil para tratar el tema de mi trastorno alimenticio. Mi psicóloga se llamaba Alicia era una mujer joven y delgada usaba anteojos. Por momentos me sentía enfadada con ella ¿Como se atrevía a juzgarme? ¿Como podía fingir que me entendía? Todo cambio cuando descubrí que ella fue como yo, estuvo en la misma situación. Se convirtió en una esperanza, una especie de ejemplo a seguir. Aun se me hace casi imposible no recordarla cuando pienso en cambiar, cuando imagino que pude haber sido diferente.
Pero ahora no la veo como esa figura de admiración. Puedo verla, recordarla otra vez como si fuera una sesión.
—¿Por que engordas?—me pregunta.
Y se que no puedo responder nada de lo que dije anteriormente.
—¿Por que engordas?—vuelve a preguntar.
—No se—respondo abrumada, otra vez me siento una niña.
—Esa no es una respuesta—me regaña—¿Por que engordas?—insiste.
—Nervios, ansiedad—respondo sin pensar.
—¿Nervios ? ¿Ansiedad?—pregunta confundida.
—Si, los nervios y la ansiedad—reafirmo.
—Entonces si los nervios y la ansiedad te hacen engordar ¿Si fueras feliz y estuvieras en paz serias delgada?—interroga.
—Si—afirmé, luego dudé —¿No?
—¿Si o no?—Exige saber.
—No—contesto.
—Entonces ¿Por que engordas?—pregunta.
—La comida—respondo—la comida engorda.
—¿La comida engorda?—pregunta curiosa.
—Si, engorda—reafirmo.
—O sea, ¿El que sube de peso es el pan y no vos?
—No.
—¿Entonces...?
—No sé—la interrumpo.
—Creo que si sabes, ya casi terminas. Me diste las causas pero no dices la acción ¿Sabes lo que evitas al omitir la acción?
—¿Verbos?—Respondo intentando cambiar de tema pero ella me mira severa.
—Responsabilidad—me corrige—¿Y por qué es eso?
—¡Porque como!—grito finalmente—engordo porque como.
—Es el primer paso a la solución—dice sonriéndome.
En aquel entonces no lo entendía, ahora lo comprendo. Todos sabemos que engordamos porque comemos, no es ciencia. Pero admitirlo es aceptar nuestra responsabilidad, nuestra culpa en el asunto. Dejas de culpar al mundo. El mundo no va a resolver tus problemas y menos los que tu mismo te causaste.
Es el primer paso a una solución, a empezar a ver que hacemos mal y como cambiarlo. Tal vez sea mi primer paso para encontrar una solución.
¿Por qué comemos?
Comemos.
Si señores, comemos, aquí el problema es esa simple y sencilla palabra. Comemos.
¿Por qué engordamos? Porque comemos.
¿Por que engordo? Porque como.
Ahora si, lo complicado. ¿Por qué como?
¡Ah! lo sabía. Esa no es tan sencillo de contestar.
Yo engordo porque como. Como para... ¿Engordar?
Bueno esta más que claro que esa no es la causa por la que como. En realidad ese es el defecto de comer. Sería mi sueño hecho realidad , y el de muchos que conozco si pudiera comer todo lo que quisiera sin engordar ni un gramo. Claro que eso no es posible, al menos no para mi. De serlo yo no tendría problemas.
Volvemos a la pregunta ¿Por que como?
Busco en mi interior quiero dar una respuesta filosófica y profunda, de esas repletas de alegorías, que te dejan en tu interior analizando todo lo que ocurrió, replanteándote tu propia existencia.
La verdad es que no puedo, no encuentro nada. No puedo exagerar ni restar importancia a un tema tan relevante, que parece ser el detonador de toda mi situación.
En sí el problema no esta en que coma, el problema está en lo que como, en la cantidad. Juani dice que el punto no es dejar de comer, ni prohibirse ciertas comidas. La clave es comer de todo, pero en cantidades medidas. Sin embargo ella no puede llevar en práctica su propia teoría. Claro que de todas formas no lo necesita, ella es de esas afortunadas que sin importar que coman, nunca engordan, y lo peor es que si quiera a pisado un gimnasio, como su hermana puedo contratarlo. Y mejor ni hablemos de mi, que es por demás obvio que si pudiera comer en pocas cantidades no me encontraría como estoy ahora.
Intenté solucionarlo, lo intenté, aún lo intento, pero no puedo. Es como si la comida fuera mayor a mi fuerza de voluntad. Es decepcionante tener que admitir que un trozo de chocolate me gana, pero lo hace. Entre mi salud y el deseo de comer, mi deseo de comer siempre fue mayor.
Y la pregunta regresa, ¿Por qué como? ¿Por qué continúo haciéndolo si se que me hace mal, si sé que me destroza?
La respuesta, gran y esperada respuesta: La verdad es que como porque tengo hambre. Aunque como todo el tiempo, a cada instante, ¿eso es posible? ¿Puedo acaso tener hambre todo el tiempo? Lo dudo.
Entonces ... ¿Por qué como?
Para responder recuerdo lo que mis conocidos contestaron alguna vez.
Como por angustia, porque estoy triste, porque la comida parece llenar un vacío en mí. Como por aburrimiento y no tengo nada mejor que hacer. Como porque me lo prohibieron y es una manera de revelarse y mostrar que con mi vida hago lo que se me plazca, aunque sólo me perjudique a mi. Como porque estoy feliz y es un modo de celebrarlo. Como porque necesito comer, porque la comida es tan necesaria para mi al igual que lo es el aire. Como porque siento como si la comida me llamara. Como porque siento que tengo que hacerlo. Como porque como y punto.
Es impresionante, podría pasar todo el día sin probar bocado y no sufriría la mas mínima consecuencia. Como porque la comida me puede. Porque veo comida y tengo que comerla. No tengo hambre hasta ver la comida, eso me pierde. Y al fin y al cabo, como porque como, y todo sería mucho más fácil si pudiera dejar de hacerlo. Pero las cosas no funcionan así de sencillo, ¿Verdad?
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