Capítulo 7
Para Gulf aquello fue un avance, que Boorananut admitiera que varias de las personas que le estaba mostrando eran sus víctimas era algo importante, en esas ultimas horas llego a pensar que no podría darles el cierre debido a muchas familias, aquel hombre le daba muchas vueltas a la hora de contarle un acontecimiento, lo cual no estaba mal porque le estaba dando detalles que nadie conocía, pero el correr de las horas no paraba y lamentablemente se les estaba acabando el tiempo.
—¿Podrías decirme en donde están?, por lo menos quiero que me digas el área en que dejaste sus cuerpos—, pregunto después de ver como Smith comenzaba a separar las que el recordaba cómo sus víctimas.
La respuesta que recibió no fue tan buena como pensaba, de algunos no se acordaba exactamente que les había hecho, pero de otros si tenía detalles, como el mismo le dijo aquellos eran obras de artes memorables, en su gran mayoría estaban enterrados en la parte boscosa de algunas provincias, pero otros no había rastro como un hombre de alrededor 35 años al cual describió su muerte como poética, pues aquel individuo fue ahorcado y procesado por una maquina picadora de carne, para luego sus restos ser repartidos en un granja de crianza de porcinos, la manera que lo describió hizo que un escalofrió le recorriera por la columna, no había ningún tipo de remordimiento en su mirada por lo que hizo, otra de las victimas estaba enterrada justo en el patio de su casa, la mujer fue degollada y desmembrada por sus propias manos.
Tenían varias posibles ubicaciones para encontrar a esas víctimas y darles el cierre a las familias, todo había quedado grabado y los cuerpos policiales se encargarían de hacer las investigaciones pertinentes; era tan absurdo que aquel hombre hubiera cometido tantos asesinatos a lo largo del tiempo y que nadie hubiera conectado los puntos, cuando se dieron cuenta que estaban en frente de un asesino en serie ya era demasiado tarde, por lo cual decidió externar su curiosidad.
— Boorananut llevo tres días hablando contigo y aún hay algo que no puedo entender, estuviste años cometiendo crímenes, nadie se había dado cuenta, podrías haber pasado más años haciéndolo, ¿porque entregarte a la policía?, sé que no eres un tonto, tiene que haber un trasfondo para que tú mismo llegaras a confesar tus crímenes.
—Gran pregunta agente Kanawut, pensé que en ningún momento la iba hacer, sabía que era inteligente—, respondió con suficiencia mientras sonreía —Es un secreto que me llevare a la tumba, lo único que le puedo decir es que, si tenía que elegir entre la persona que amo y yo, la respuesta era clara para mí.
—¿Te sacrificaste por tu hombre especial? —. Gulf lo miro bastante desconcertado —Entonces, ¿eso donde te deja?, ese hombre del que hablaste no vino a tu juicio, ni siquiera te ha visitado, nadie ha venido verte, el karma tarda, pero llega, ahora estas aquí solo a punto de pagar por tus crímenes y la persona que dices amar no se interesó por ti.
Ante esa declaración Boorananut lo que hizo fue reír —Se equivoca agente, mi chico siempre está conmigo, nunca he estado solo, siempre cerca, incluso puedo sentirlo en esta habitación—. Su mirada penetrante no se apartó de los ojos del pelinegro que tenía enfrente —Sé que él esta aquí y nunca nadie nos separara, él es completamente mío.
—Se vale soñar Boorananut, pero lo cierto es que te queda poco para despedirte de este mundo, morirás solo y nadie se acordara de tu arte—. No sabía porque le decía todo aquello, pero era algo que le salió del fondo de su ser después de escuchar tantas historias de muerte.
—La verdad es que no me importa lo que piense agente, mi legado llego a su fin, o tal vez no lo hizo—. Sonrió apoyándose en la mesa para mirarlo más de cerca —Lo cierto es, que escuchara de mí, eso puede tenerlo por seguro, tengo la extraña habilidad de ser inolvidable para las personas que me conocen, simplemente paso a formar parte de sus vidas, se convierten en una pieza de mi arte, ese que será recordado, no le tengo miedo a la muerte, no me arrepiento de nada de lo que hice, yo mismo tome la decisión para estar hoy aquí, ustedes no estarán colocándole punto final a mi existencia, yo lo estoy haciendo, por eso no pedí defensa, este era el desenlace que quería desde el principio, así que aunque hubiera terminado encerrado en estas cuatro paredes, soy más libre que nunca, fue mi voluntad estar aquí agente, ustedes no me atraparon, yo me entregue sabiendo cual era el desenlace.
—Sí, esa fue tu decisión, yo no soy nadie para decir que estabas equivocado, lo único real es que estas son tus ultimas horas, pero como ya sabes cumplí mi promesa y te traje lo que querías comer, tuve mis dudas en hacerlo, de todos modos, aquí lo tienes, debía cumplir con mi parte del trato—. Le entrego la comida que le había llevado.
—Gracias agente, veo que eres una persona de palabra, aunque me hubiera gustado pedirle otra cosa—. Lo miro de arriba abajo con un aire lascivo —Pero me conformo con esto—. Le mostro uno de los platos que había sacado. —Esto significa mucho para mí.
—¿Quieres decirme qué significa? —pregunto curioso Gulf.
—No tengo porque contarle todo agente, hay cosas que prefiero guardar para mí—. Volvió hablar el hombre mientras degustaba aquellos manjares; Gulf solo miro la hora en su reloj y se dio cuenta que faltaba menos de 45 minutos para la ejecución programada.
—El tiempo ha llegado a su fin—. Termino de recoger sus cosas el pelinegro y se levantó de su silla —No puedo decir que fue un placer escuchar tu historia, pero me alegro de que hayas cooperado.
—Para mí si fue un placer pasar mis últimos días con usted agente y esto que me trajo—. Señalo nuevamente la comida —Lo compensa todo—. Sonrió como un inocente que no estaba a punto de morir en pocos minutos —Nos vemos pronto agente —, dijo esas palabras casi como un susurro, cosa que hizo estremecer un poco al pelinegro sin saber porque, de todos modos, Gulf no miro atrás y siguió su camino hacia la puerta que lo sacaría de aquella habitación.
Al salir, un joven policía que no había visto antes estaba allí esperando por él —Fue fabulosa la manera en la que manejo la situación y obtuvo información que los otros interrogadores no consiguieron en su momento, la verdad es que fue refrescante verlo en acción.
—Solo hice mi trabajo, no hay nada fenomenal en ello—. Se encogió de hombros Gulf que no entendía de donde venía tanto elogio, solo hizo lo que le habían encargado hacer.
—Usted lo ve así, pero para la mayoría de nosotros fue espectacular la calma con la que se enfrentó a Boorananut, la mayoría de los otros agentes no pudieron ocultar sus ganas de querer estrangularlo—. Siguió hablando el chico mientras caminaban hacia la salida de aquel lugar.
— Oh créame oficial, estrangularlo fue lo más bonito que se me ocurrió, ese hombre puede ser algo desesperante.
—Entiendo que estas cosas no son fáciles, pero alguien tiene que hacerlo.
—Así es, nunca es fácil y lamentablemente es mi trabajo—, respondió mientras terminaba de rellenar el pápelo de salida de la prisión.
—¿De verdad no va a quedarse para la ejecución?
— No oficial, quiero salir de aquí a redactar mi informe completo, le pido por favor me haga llegar las grabaciones de los interrogatorios.
—Claro agente se las haremos llegar a su oficina...— El oficial no termino de hablar cuando una alarma comenzó a sonar estridentemente.
— ¿Qué está ocurriendo? —, pregunto algo preocupado Gulf.
— Es la alarma de alerta agente— dijo rápidamente el oficial colocándose en guardia y tomando su radio —Aquí el agente Titipon solicitando saber de la situación.
— Tenemos un código 35 en proceso—. Se escuchó una voz del otro lado.
—¿Código 35? —, pregunto nuevamente Gulf al ver la cara preocupada de su acompañante.
— Un motín —, respondió —Estoy con el agente Kanawut fuera de las salas de interrogatorio
—Oficial escóltelo a la salida lo más pronto posible, estamos entrando en código rojo y en minutos todas las instalaciones entrarán en confinamiento para evitar cualquier clase de fuga, nadie entra y sale hasta que la situación se estabilice.
—Entendido—. El chico volvió a colocar el radio en su cintura para dirigirse a su acompañante, quien no se había movido de su sitio—Agente ya lo escucho debe irse lo más rápido posible o se quedara atrapado aquí, lo escoltare a la salida más cercana.
Así el oficial comenzó a llevarlo por los pasillos, no sin antes mirar hacia atrás y observar como el oficial Pannitan sacaba a Boorananut de la sala de interrogatorios, quien al sentirse observado volteo en su dirección y le guiño un ojo, no entendía porque estaba tranquilo, esa era una pregunta de la cual no tendría respuesta, se concentró en seguir al oficial que lo estaba escoltando, después de todo no quería quedarse un minuto más en aquel lugar y mucho menos en una situación peligrosa para su persona.
A medida que avanzaban por los pasillos de la prisión, se podía escuchar los gritos, groserías y sonidos de golpes secos que venían de entre las paredes, lo único que podía imaginar era que los guardias estaban enfrentándose a los prisioneros en su intento de revuelta, era una prisión de máxima seguridad, escapar de allí era prácticamente nulo, no entendía porque se arriesgaban a tanto sabiendo que iba a salir perdiendo, era una de las cárceles mejor custodiadas del país, cualquier cosa que hicieran iba a ser sofocada rápidamente por los agentes del orden, para él aquello solo era tiempo perdido.
De todos modos, eso no era algo de lo que debía preocuparse, había cumplido su trabajo, ya no tenía nada que ver con lo que estaba dentro de esas paredes, sin embargo, no podía evitar sentir una sensación extraña en su pecho mientras se alejaba cada vez mas de aquellas salas de interrogatorio, algo lo estaba inquietando y no sabía que, había cumplido con su trabajo, obtuvo todo lo que necesitaba saber, logro lo que tantos otros no pudieron, que Boorananut hablara, lo cual era sorprendente en sí, no sabía que había causado que se abriera de esa manera a él, pero si podía decir que en algunos momentos se sintió estudiado por aquel hombre, no entendía porque pensaba en eso ahora, quizás la tensión del momento le estaba haciendo que su cabeza comenzara a repasar los momentos vividos en esos días, cuando saliera de ese lugar todo volvería a su normalidad.
Los sonidos de lucha se seguían escuchando a medida que avanzaban, estaban transitando por pasillos muy diferentes a los que había estado utilizando en esos últimos tres días, ya se estaba colocando algo nervioso por todo aquello, cada minuto que pasaba allí adentro hacia que sus posibilidades de salir se redujeran, quería dejar todo lo que tenía que ver con Boorananut atrás.
De alguna manera, se tardaron más de 10 minutos entre los pasillos, un recorrido que normalmente se hace en 3 minutos, entendía que debían rodear y evitar a los reos, pero ya tanta vuelta lo estaba cansando, fue entonces que el oficial abrió una puerta y al fin estaban en la recepción, por fin podría salir de allí.
—Lamento todos los rodeos que tuvimos que dar agentes Kanawut, lamentamos también que su visita haya terminado de esta manera, pero me alegra profundamente que se encuentre a salvo. — El oficial lo miro de manera seria —Le recomiendo que salga inmediatamente de este lugar, en minutos estará comenzando el protocolo de confinamiento...
—Gracias por su ayuda oficial, tomaré su consejo y me retirare inmediatamente, fue una verdadera experiencia, esperemos que pueda volver en mejores situaciones—, dijo al fin el pelinegro estrechando la mano del oficial.
—Eso esperamos agente—, contesto el joven ayudándolo abrir la siguiente puerta.
Luego de eso el pelinegro salió inmediatamente de las instalaciones, le mostro sus credenciales a los oficiales de la puerta, dejándolo ir al estacionamiento, se subió a su auto y salió rápidamente, no quería comprometer su integridad física en caso de que los prisioneros lograran salir, debía evitar cualquier situación desagradable.
Cuando cruzo la última puerta de la prisión, acelero a todo lo que daba su auto, tenía la imperiosa necesidad de alejarse lo más rápido posible, no le importaban los límites de velocidad en ese momento, lo bueno es que se encontraba en un lugar casi desierto, no iba a encontrarse con cualquier otra persona en las inmediaciones, condujo como si no hubiera un mañana en medio de lo que parecía un ataque de pánico, cuando sintió que estaba lo suficientemente lejos detuvo el auto, apago el motor y recostó la cabeza contra el volante tratando de regularizar su respiración errática, era ilógico para él encontrarse en ese estado, nunca había tenido un ataque de pánico en su vida, poco a poco se fue tranquilizando, su respiración se normalizo y las náuseas fueron abandonando su garganta, lo más probable es que el estrés de la situación vivida le habían provocado todo aquello, así que decidió quedarse quieto por unos minutos más, pero una voz hizo que levantara la cabeza rápidamente...
—Eso fue rápido agente...
—¿Quién eres tú y que estás haciendo en mi auto? — Desde la posición en que estaba no podía ver bien la cara de la persona que le hablaba, pero sentía que conocía esa voz.
—Me hieres agente, ya deberías saber quién soy, pero no importa tu mundo está a punto de cambiar...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro