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Parecía que su vida iba a ser eterna. No será su vida, lo es su esencia,

lo eterno es todo lo que nos regaló repletándonos toda nuestra existencia,

en la cual él participó para que la alegría siempre en todos ella nos viva,

él nos hizo chupetómetro mediante llegar a crecer así con suma alegría,

amamos a su perro Cuchuflito aunque ni un pelo de él jamás se vería,

dibujó siempre en nosotros una profunda felicidad cada vez que aparecía,

como cuando en todo tiempo nos arribó siempre allí una alegría crecería,

Él siempre nos iba interrogando sobre cuál gusto sería el que la sal tendría...,

¡Lo que sí sé es que a partir de hoy es un poquito más amarga toda la vida!