El anciano.
"Sí, yo soy creyente, pero no he podido evitarlo"
Esas fueron sus palabras, y todos estaban anonadados, pues no se podían creer que una persona de su edad y que había sido tan recta y amable durante todos estos años hubiese sido capaz de cometer un acto tan monstruoso como el que se cometió aquella noche del 23 de Julio.
Típica historia, él parecía tan inocente, tan recto, tan justo, pero nadie conoce los caracteres psicóticos que pueden acompañar a la mente de una persona senil. ¿Quién iba a sospechar que una persona de 77 años, con mal de parkinson, va a cometer un asesinato atroz a altas horas de la noche?
Creo que he comenzado mi relato con demasiada palabrería, y tú quieres saber qué es lo que ha pasado aquí ¿no es así?
Para comenzar, y para no perder mis modales comenzaré por presentarme, soy Wilson P., periodista independiente y analista criminal en la ciudad de Caracas, Venezuela. Desde comienzos de este año se han venido cometiendo una serie de asesinatos tenebrosamente similares, claro, no a simple vista, pero sí de una forma detallada y abstracta de ver.
El hecho de ser periodista independiente me ha dado la libertad de poder trasladarme a varias localidades sin tener que cumplir con órdenes u horarios tediosos y molestos, y así poder hacer lo que me apasiona sin inconvenientes.
Por ejemplo, la primera víctima fue hallada el 3 de Enero en la ciudad de Valencia, fue una chica que fue hallada en el costado de la carretera Maracay-Valencia, entre la enorme vegetación. La chica presentaba solo algunas raspaduras en su piel por la caída contra el pavimento, nada anormal, pues el motivo aparente de la muerte había sido que la habían atropeyado en la madrugada de ese mismo día. Lo interesante del asunto estuvo en el momento de los detalles; la entrevista con el forense. En aquella entrevista pude enterarme de detalles irrelevantes, el nombre de la chica, sus medidas, etc... Pero un detalle particular llamó mi atención, le habían arrancado la piel de los dedos de sus manos justo en la parte donde se encuentran las huellas dactilares. Ese detalle sin duda no me dejó dormir y me hizo involucrarme más en la historia, aunque no quise publicarlo en mi periódico virtual, para así no llamar a otros periodistas e indagar yo mucho más en este caso.
Sin embargo, con el tiempo las pistas se desvanecieron o se desviaron a lugares dispersos. Dos meses después en el mes de marzo aparecieron esta vez 2 víctimas, un hombre y una mujer, sin relación sentimental aparente, asesinados con un arma blanca. Sus heridas eran prácticamente quirúrgicas, limpias y perfectas. El hombre de unos 24 años, tenía heridas en el cuello y el estómago, y la chica tenía solo una, en el pecho a la altura del corazón. Casos especiales y escalofriantes con los que me he encontrado, pero con un detalle particular; al chico y a la chica también les habían arrancado las huellas dactilares.
Ya estaba hablando de un prospecto de asesino en serie, ya se creaban ideas locas en mi cabeza con estos dos casos especiales con los que me encontré en el primer trimestre del año.
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