Muy bien, estamos en la semifinal. Gracias por acompañarme en esta aventura. Y apresure el fic para que estuviera completo antes de febrero. Así que si sienten que esta apresurado, pido disculpa.
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Everest sabía que iba ser imposible llegar a la furgoneta donde había acordado con su jefe. Así que rápidamente se desvió a la ruta de emergencia.

Everest corrió hacia las alcantarillas, esperando que nadie la siguiera. Sabía que era el único lugar donde podía esconderse de Chase y de la policía. Entró por una tapa de metal y bajó por una escalera. El olor a podredumbre y a basura le hizo arrugar la nariz, pero no le importó. Lo único que quería era escapar.

Chase no se dio por vencido. Vio a la enmascarada entrar en las alcantarillas y la siguió sin dudar. No podía creer que la Sombra Blanca lo tenía tan bien planeando.

¿Qué la había llevado a convertirse en una asesina? ¿Qué secretos ocultaba? Chase estaba decidido a averiguarlo.

Everest avanzó por los túneles oscuros y húmedos, guiada por una luz roja que le indicaba la salida más cercana. De repente, escuchó unos pasos detrás de ella. Se giró y vio a Chase, que la miraba con una mezcla de ira y dolor.

"Sombra Blanca, detente. No tienes que hacer esto". Le dijo Chase, acercándose lentamente. "Podemos hablar, podemos arreglar esto. Por favor, déjame ayudarte".

El rosón de una bala hizo que el comenzara a disparar. Rápidamente Chase agarró su radio y llamó a refuerzos.

- No. No puedes ayudarme. Nadie puede. - Le respondió Sombra Blanca, apuntándole con la pistola-. Tú no sabes nada de mí. No sabes lo que he sufrido, lo que he perdido, lo que me han obligado a hacer. Soy la Sombra Blanca, y no tengo vuelta atrás.

Everest sintió una punzada en el pecho. Recordó los momentos felices que había pasado con Chase. Cuando creían que el mundo era un lugar justo y bueno. Cuando se amaban sin miedo ni culpa. Pero esos recuerdos se desvanecieron ante la realidad. La realidad de que era una fugitiva, una criminal, una enemiga. La realidad de que Chase era un policía, un héroe, un rival. La realidad de que nunca podrían estar juntos.

"Lo siento, Chase. Pero eso ya no importa. Nada importa". Le dijo Everest, apretando el gatillo.

Un disparo resonó en las alcantarillas, seguido de un silencio sepulcral.

El arma que tenía Sombre Blanca había recibido un disparo que hizo que se fuera volando en el agua. Antes de dar un paso, sintió una mano que la sujetaba por el brazo. Se giró y se encontró con la mirada de Chase, que la miraba con una mezcla de dolor y rabia.

"Ahora sabré quién eres". Al decir eso Chase prosiguió a quitarle la máscara. Y en ese momento Chase sintió como una de la mentiras más grandes se reveló ante sus ojos.

"Everest... ¿qué has hecho?" Le preguntó Chase en estado de shock. "¿¡Eres tú la Sombra Blanca!?"

Everest no supo qué decir. Las lágrimas le brotaron de los ojos, mientras veía el rostro de Chase, que se había convertido en un extraño para ella.

"Chase... yo... lo siento." albuceó Everest, sin poder explicar nada.

"No me digas que lo sientes". Le dijo Chase, soltándola con asco. "Me has engañado, me has mentido, me has traicionado. Eres una asesina, Everest.".

"Esos hombres eran malvados". Respondió La chica peliblanca mientras se quitó la peluca que llevaba puesto.

Chase se quedó sin palabras. No podía creer que Everest fuera la Sombra Blanca, la asesina más buscada del país. La mujer que había amado, que había compartido su vida, que había jurado protegerlo. La mujer que había matado a decenas de personas, sin piedad ni remordimiento. La mujer que ahora le apuntaba con otra pistola.

"No me mires así, Chase". Le dijo Everest, con voz fría. No soy la misma que conociste. También soy la Sombra Blanca, y tengo una misión que cumplir.

"¿Qué misión? ¿Qué te han hecho, Everest? ¿Quién te ha convertido en esto? - Le preguntó Chase, tratando de entender.

- Estamos en un mundo de mierda, Chase. Es un secreto que solo unos pocos saben. Y que pronto se revelará al mundo. - Le dijo Everest, con una sonrisa maliciosa-. Solo te diré que esos hombres que maté se lo merecían. Eran unos violadores, unos corruptos, unos traidores. Formaban parte de una conspiración que amenaza la paz mundial. Y yo soy la única que puede detenerlos.

"Eso es una locura, Everest. No puedes hacer justicia por tu propia mano. No puedes matar a sangre fría". Le dijo Chase, con indignación. "Tienes que entregarte, Everest. Tienes que rendir cuentas por tus crímenes. Tienes que confiar en la ley, en la agencia, en mí".

"No, Chase. No puedo hacer eso. No confío en nadie. Solo en mí misma. Y en ti, pero tu no controlas el, sistema. - Le dijo Everest, con firmeza.

"¿Tu jefe? ¿Quién es tu jefe, Everest? ¿Quién es el que está detrás de todo esto?" Le preguntó Chase, con curiosidad.

"No te lo puedo decir, Chase. Es un secreto que solo yo sé. Y que pronto se revelará al mundo". Repitió Everest, con misterio.

"Dímelo, Everest. Dímelo o te disparo". Le amenazó Chase, apuntándole con su arma.

"No me hagas reír, Chase. Sabes que no puedes dispararme. Sabes que todavía me quieres. Sabes que todavía sientes algo por mí". Le dijo Everest, con seducción. "Además, sabes que la evidencia de lo que digo va a estar en mi casa en la montaña. Solo es de comprarlo".

"No, Everest. No te quiero. No siento nada por ti. Eres una asesina, Everest. Y yo soy un policía, Everest. Y yo tengo que detenerte". Le dijo Chase, con determinación.

"Entonces hazlo, Chase. Dispara. Mátame. Acaba con todo esto". Le dijo Everest, con desafío.

Chase vaciló. A pesar de todo lo que había pasado, a pesar de todo lo que había descubierto, a pesar de todo lo que había sufrido, no podía matar a Everest. No podía olvidar los momentos que habían vivido, los sentimientos que habían compartido, el amor que habían sentido. No podía negar que todavía la quería, que todavía le importaba, que todavía esperaba que hubiera una solución.

Everest aprovechó su vacilación. Le despojó de su arma, haciéndole caer al suelo. Luego corrió hacia la salida, dejando atrás a Chase.

"Adiós, Chase. Quizás nos volvamos a ver. Quizás no. Pero recuerda esto: yo siempre seré la Sombra Blanca. Y tú siempre serás el hombre que me amó". Le dijo Everest.

De repente la tierra comenzó a temblar. Algunos sonidos de explosiones comenzaron a sonar, confundiendo a Everest. "Que esta pasando". Exclamó la chica.

"Caíste en la trampa" Respondió Chase mientras sacó una máscara y se la puso. Everest lo reconoció. Era el policía que la había enfrentado y casi derrotado era Chase. "¿Te sorprende que sea yo?'
Everest respondió con una sonrisa ir. "No me sorprende. Siempre supe que había algo más en ti, Chase. Pero nunca imaginé que serías capaz de llegar tan lejos para atraparme".

Chase la miró fijamente, sin decir una palabra. La explosión y el caos a su alrededor nocían afectarle. Su determinación era evidente en sus ojos.

"¿Qué pretendes hacer ahora, Chase? ¿Vas a arrestarme? ¿O simplemente vas a matarme?" preguntó Everest, desafiante.

Chase se acercó lentamente a ella, sin apartar la mirada. "No voy a hacer ninguna de las dos cosas, Everest. No puedo negar que te amo, a pesar de todo lo que has hecho. Pero no puedo permitir que sigas lastimando a más personas".

Everest frunció el ceño, confundida. "Entonces, ¿qué vas a hacer?"

Chase suspiró y extendió la mano hacia ella. "Vamos a escapar juntos, Everest. Dejaremos todo esto atrás y empezaremos de nuevo. Sé que hay algo más en ti, algo bueno. Y quiero descubrirlo".

Everest dudó por un momento, pero finalmente tomó la mano de Chase. "Está bien, Chase. Pero prométeme que no me traicionarás. Prométeme que no me arrestarás cuando menos lo espere".

Chase la miró con ternura. "Te lo prometo, Everest. Te protegeré, incluso de ti misma".

Juntos, escaparon de las alcantarillas y se adentraron en la noche, dejando atrás su pasado y enfrentando un futuro incierto.

Y la alcantarilla explotó.

Todos los policías y miembros de Paw Patrol se alarmaron.

Ryder lo último que supo fue que Chase estaba persiguiendo a la Sombra Blanca en la alcantarilla. Y no sabía si había logrado salir.