Louis lo llevó hasta la habitación, extremadamente preocupado ya que Harry no había dejado de temblar y mirar a su alrededor con pánico, como si se sintiese perseguido por algo.

— ¿Harry, estás bien? —Preguntó, después de sentarlo en la cama.

—Escaleras caen. Piso abierto. —Louis se inclinó hacia él, levantando su mentón.

Cuando llegaron a la casa, muchos recuerdos se habían despertado al ver el interior de ésta. Él recordaba cómo habían quedado las escaleras y el piso durante la guerra, y las imágenes horribles del pasado opacaban la realidad.

—No, todo está bien. El piso no se abrirá, las escaleras no caerán. —Los ojos de Harry estaban desorbitados, y él se veía inquieto, mirando hacia todas partes.

—Louis, miedo. Muy miedo. —Dijo, enfocándose finalmente en los ojos que lo miraban con preocupación. Louis se sentó a su lado, sosteniendo sus manos.

—Voy a prepararte un té. Debes descansar. Cierra tus ojos y duerme un poco. —Harry sacudió la cabeza en negación.

—No, Louis. Cierro ojos y todo cayó. Ruido. Golpes. Bombas. —Se cubrió los oídos, y Louis sintió mucha pena por él. Estaba realmente reviviendo el momento exacto de la guerra, estaba recordando todo, y Louis solo quería abrazarlo.

—Está bien, no te preocupes, me quedaré aquí para cuidarte de las bombas. —Dijo, acariciando con su mano derecha la cabellera del rizado, quien asintió con rapidez.

—Sí. Cuidarte. —Louis sonrió con ternura al comprender lo que quiso decir con eso. Cuídame. Su corazón se hinchó ante la dulzura e inocencia del chico.

—Siempre voy a cuidarte, Harry, no tienes que pedirlo. Ahora acuéstate.

Harry se acostó despacio, apoyando su cabeza en la suave almohada, y más atrás se acostó Louis, rodeando la cintura de Harry con su brazo izquierdo, pegándose mucho a su cuerpo.

Era la primera vez que Louis no respetaba su espacio personal en la cama, pero esta vez Harry lo necesitaba. No dijo nada, tampoco se alejó. Entendió que esa era la forma de cuidar a otra persona, y solo se dejó cuidar por Louis, haciéndose un ovillo contra el otro cuerpo.

No cerró los ojos, demasiado asustado como para ignorar los ruidos a su alrededor. No sabía que los ruidos estaban dentro de su memoria, él los escuchaba muy cerca. Todo se detuvo cuando Louis comenzó a tararear una suave canción.

—Duerme pequeño no tengas temor, mamá te va a buscar un ruiseñor. Si su canto no te suena placentero, mamá te comprará un sonajero. Y si el sonajero no suena bien, mamá te mecerá en un vaivén. Y si te cansas del achuchón, mamá te va a buscar un acordeón... —Harry escuchó la canción, y un escalofrío recorrió su cuerpo entero.

—Mamá. —Louis dejó de cantar, al ser interrumpido por Harry—. Mamá. —Repitió. Louis inmediatamente se tensó, pero decidió seguir cantando.

—Cuando el acordeón ya no se escuche, papá te traerá un perrito de peluche. Y si el perrito no sabe ladrar, un carro y un chupete papá te va a comprar. —Harry se giró para quedar frente a Louis, sus ojos cristalizados le indicaron que algo estaba mal.

—Louis, mamá. ¿Dónde? —Louis tragó saliva, sin saber qué responder. Había recordado a su madre. Estaba recuperando sus recuerdos.

—No lo sé, Harry. No la conozco. —Confesó. Harry parpadeó, y las lágrimas brotaron de sus ojos—. Harry, hay tantas cosas que debes saber. No te lo dije antes porque no te sentía preparado, pero ahora estás recuperando tus recuerdos y... Voy a contarte todo, solo debes ser muy fuerte, como un chico grande.

—Grande. —Repitió, asintiendo con la cabeza.

—No quiero que llores, me rompes el corazón. —Harry se limpió las lágrimas, haciendo puchero, intentando ser fuerte.

—Louis. Dime... —Frunció el ceño, al no saber cómo formular la siguiente pregunta sin confundir a Louis.

—Te diré todo lo que quieras saber, Harry. —Lo animó. Harry respiró hondo antes de hablar.

— ¿Quién es yo? —Preguntó finalmente. Louis lo entendió, por supuesto que lo hizo. No sabía cómo responder, ver sus ojos llorosos y su puchero hacía las cosas más difíciles. Louis era muy débil para esto, demasiado para ser honestos.

—Eres Harry Styles, eres el chico más maravilloso y dulce que he conocido hasta ahora, y no quiero conocerte de forma diferente. No quiero que cambies y te conviertas en un desconocido para mí, yo solo... —Su voz se cortó—. Lo siento, Harry.

Louis se puso de pie, y corrió fuera de la habitación, sintiendo sus propios ojos nebulosos, y su corazón acelerado. Se encerró en el baño, y comenzó a llorar. Se había enamorado, y sí, se sentía como si acabase de perder todo eso. Sabía que algún día pasaría, pero no podía aceptarlo. Todo iba bien, todo estaba bien, ¿por qué no podía quedarse así?

Inmediatamente llamó a Niall, el rubio se preocupó al escuchar su voz rota al otro extremo de la línea. Louis solo necesitaba ayuda porque él no podía enfrentar a Harry por sí solo. No estaba preparado para conocer al verdadero Harry. Niall prometió que estarían allí al día siguiente, era de noche, y la fiesta apenas comenzaba para ellos. Louis lo entendió.

Estuvo en el baño por quince minutos, hasta que dejó de llorar como un bebé, y salió para enfrentar la realidad.

Harry estaba sentado en la cama, con la mirada perdida. Louis se aclaró la garganta para llamar su atención, y el rizado se levantó de la cama para acercarse.

—Por favor, Louis. Dime qué pasó. La guerra, mi mamá, la casa. ¿Por qué desapareció todo? —Louis asintió una vez.

—Mañana lo sabrás todo. —Harry ladeó la cabeza. No entendía nada. Se sentía perdido, abandonado, extraño.

—Yo no sé qué soy. —Dijo con el ceño ligeramente fruncido, en total confusión. Necesitaba respuestas. ¿Quién era en realidad?

—Tranquilo. Debes ir a dormir, mañana será otro día. Un día muy importante para ti. —Harry asintió, un poco más tranquilo después de que su mente se distrajo y los ruidos cesaron.

Louis no durmió en toda la noche, se quedó en el laboratorio, agrupando toda la información acerca del pasado de Harry, todos los periódicos que recolectó sobre cómo terminó la guerra, y sus múltiples fotos en los periódicos con el título de "se busca". Al parecer su madre nunca dejó de buscarlo y publicar sus fotos. El anciano que le vendió la casa a Louis, le había entregado todos esos artículos de periódico, y era un poco desalentador que nadie haya podido llevar noticias a su madre. La pobre señora murió sin saber qué ocurrió con su hijo. Tal vez al final se rindió y aceptó que se lo había tragado la tierra. Era obvio que no vivían en la misma casa, de lo contrario ella hubiese buscado en el laboratorio, además, solo había una habitación en esa casa. Y Harry también mencionó en su diario que nadie conocía la existencia de dicho laboratorio. Ese chico guardaba muchos secretos.

¿Cómo Louis sería capaz de explicarle que hace 100 años vivía encerrado en un laboratorio secreto del que nadie sabía, y que había decidido escapar de la guerra mediante un muy extraño experimento de congelación? No era lo más fácil de explicar, y Harry con su actual edad mental sería incapaz de entender algo de eso. Solo tenía que explicarle lo más sencillo, después habría tiempo de explicarle el resto, cuando fuese capaz de entender más.

Al día siguiente, Niall y Liam llegaron temprano. Louis tenía un pésimo aspecto, su cabello estaba desordenado, bajo sus ojos unas grandes bolsas que parecían querer quedarse por mucho tiempo, y su nariz estaba totalmente roja como si hubiese estado sollozando por toda la noche.

—Estamos aquí para ayudarte. —Niall posó sus manos sobre sus hombros y Louis soltó un suspiro agradecido.

—Ya comenzó con las preguntas, no estaba preparado para enfrentar esto tan luego. —Louis negó. Sus amigos entraron a la casa junto a él para tener más privacidad.

—Este día tenía que llegar, Louis. —Liam murmuró.

—Sí, Liam tiene razón, tarde o temprano iba a suceder. —Niall agregó.

—Pero, ¿qué se supone que le diré? Hey compré esta casa y junto a mis amigos te encontramos encerrado en un congelador, resulta que pasaste cien años ahí. —Louis usó un tono sarcástico.

— ¿Tienes los diarios y la fotografía? —El rubio preguntó. Louis asintió y se levantó de inmediato para coger el maletín que reposaba sobre uno de los muebles de la sala.

—Aquí está todo lo que demuestra que sus padres lo buscaron, pero aún siento que para él es demasiado, esto es demasiado para un solo día— Louis bajó su mirada.

—Tenemos que empezar por algo, aún no debes mostrarle el laboratorio, porque eso hará que recupere todos sus recuerdos de inmediato y no queremos que se aleje de nosotros tan fácilmente.

Niall sacó algunos periódicos, los cuales eran demasiado antiguos, vio como claramente algunos en su portada resaltaban el año en el cual habían sido emitidos, Louis había marcado las páginas donde los anuncios de "se busca" estaban, buscó los que iban dirigidos a Harry, eran muchísimos, podía claramente estar leyendo los diarios por varias horas.

—Lo buscaron por diez años, sus padres luego murieron y la familia realmente no estaba interesada en seguir buscándolo, me apena que la madre de Harry no supiera que su hijo estaba apenas unas cuantas cuadras de ella. —Niall levantó su mirada.

—Dices apenas unas cuantas cuadras. ¿Sabes dónde vivía? —Louis asintió.

—Estuve toda la noche investigando, y la familia Styles residía cerca de la iglesia del pueblo, pero aquella casa fue vendida y ahora vive una familia extranjera en ella. —Niall se quedó mudo unos minutos y Liam se quedó observándolo sorprendido.

—Niall... —El rubio interrumpió a Liam.

—Lo sé. —Louis los observó sin entender, sus amigos estaban hablando en clave y él por primera vez no estaba al tanto.

— ¿Qué sucede? —El ojiazul preguntó.

—Mis tíos se mudaron hace unos años a una casa que está al lado de la iglesia, ellos son Irlandeses, con Liam pasamos la noche ahí, porque mi casa queda algo retirada del pueblo, yo no sabía que aquella casa era de los Styles, ellos solo están arrendándola y, um, planean comprarla en un futuro. —Louis se quedó boquiabierto tras la confesión de su amigo, que aquella casa estuviese habitada por alguien que ellos conocían, les daba algo de ventaja al momento que Harry quisiese visitarla, pero a la vez podría traer problemas, ya que fue vendida, pensando que todos los herederos habían muerto, y Harry no lo estaba, por lo tanto, por derecho él podía reclamar parte de las propiedades que los Styles habían vendido.

— ¿Crees que sea buena idea llevarlo hasta allí? —Louis preguntó algo temeroso.

—Pienso que sí, aunque puede traer consecuencias y no sé si estás preparado para ellas. —Niall murmuró. Louis negó rápidamente, claro que no estaba preparado.

—Solo las fotos por hoy, aunque sé que comenzará a hacerme más preguntas. —Mordió su labio poniéndose nervioso.

— ¿Dónde está él ahora? —Liam preguntó refiriéndose a Harry.

—Terminando su desayuno, se levantó muy temprano, creí que ya había olvidado todo, pero lo primero que hizo fue preguntarme por su mamá. —Soltó un suspiro.

— ¿Qué fue lo que respondiste? —Liam interrumpió.

—Que hablaríamos cuando ustedes llegaran. —Sintieron un ruido proveniente de la cocina, unos segundos después Harry apareció caminando lentamente afirmado de algunos muebles, su equilibrio a veces era demasiado inestable—. Creo que ya nos escuchó. —Susurró dirigiendo su mirada hacia el rizado.

—Niall, Liam. —El chico los saludó, aunque esta vez no sonrió como de costumbre.

—Harry ¿Estás bien? —Niall le preguntó y el rizado solo asintió.

—Bien. —Se sentó en el sofá más cercano. Su mirada de inmediato se dirigió a los periódicos que Niall tenía en sus manos. Sintiendo curiosidad de lo que aquellos decían.

—Um, Harry, yo... —Harry interrumpió a Louis.

—Lou ¿Dónde está mamá? —Louis tragó en seco, estaba demasiado nervioso.

—Harry, de eso queríamos hablarte. —Liam se interpuso. Los tres tomaron asiento en los sofás que rodeaban el que Harry había escogido para sentarse.

—Estos son unos periódicos del pueblo. —Niall le mostró aquellas hojas amarillentas.

— ¿Periódico? —El rizado murmuró, como lo hacía siempre al escuchar una nueva palabra.

—Harry, tú mamá hace unos años te estaba buscando. —Louis no sabía qué palabras utilizar para no dar tanta información—, ella publicó algunos anuncios en estos periódicos. —Harry frunció el ceño al instante.

— ¿Mamá? —Dijo sin entender.

—Sí, tu madre te estaba buscando. —Liam afirmó.

— ¿Yo perder? ¿Dónde está mamá ahora? —Harry en su mente solo tenía imágenes de una guerra y una casa destruida, hace unas horas escuchó una canción lo que provocó que recordara a la mujer que lo trajo a este mundo, pero su rostro aún era muy confuso.

—Harry, ella... —Louis no podía, no podía decirle que su madre había muerto hace unos noventa años—. Ella, esto es tan difícil. —Se levantó para poder tranquilizarse.

—Harry, ella ya no está. —Niall murmuró.

— ¿No está? —Harry tenía la mentalidad de un niño aún, y hacerlo entender iba a costar más de lo que pensaron.

—Sucedió que ella te estuvo buscando por diez años y tú nunca apareciste. —Liam habló rápido, estaba cansado que sus amigos se quedaran titubeando, Harry necesitaba saber lo que ocurría.

— ¿Dónde estaba? —Preguntó refiriéndose a él.

—Estabas aquí, pero ella nunca se enteró de eso. —Niall lo observó sintiendo nostalgia.

—Harry, ella en estos momentos está en un mejor lugar, donde cada día te está cuidando. —Louis se acercó para poder consolarlo.

— ¿Ella...? —Harry se quedó en silencio, segundos después comenzó a sollozar, le costó, pero logró entender, los chicos estaban intentando decirle con las mejores palabras que su madre ya no estaba, porque ella había muerto hace años.

—Lo sentimos mucho. —Niall también se acercó para abrazarlo, seguido de Liam.

Louis esperó algunos minutos para que Harry pudiera recuperarse, cuando logró al menos calmar un poco sus sollozos, sacó de su bolsillo aquella foto que había guardado hace un tiempo.

—Yo quise guardar esta foto, la encontré entre algunas cosas, ella era tú mamá. —El ojiazul señaló a la mujer que estaba en aquella foto.

Harry la tomó entre sus dedos y en ese mismo instante muchas imágenes comenzaron a crearse en su mente. Se sintió sofocado. Se sintió ahogado al lograr recordar parte de su pasado.
Se levantó de aquel sofá dejando a sus amigos atrás. Con rapidez, sin importar su equilibrio, se dirigió hasta la puerta. Salió de aquella casa siendo cegado por algunos rayos de sol, pero no le importó, por alguna razón tenía la necesidad de caminar muy lejos de aquel lugar. Miró a su alrededor cuando el sol se fue, no podía creer lo que estaba observando, por un minuto se desorientó por completo, aquellos grandes edificios que hace unas horas les había restado importancia al verlos, ahora le estaban llamando la atención ¿Dónde estaban las casas de adobe que él conocía a la perfección? ¿Desde cuándo la luz reinaba en el lugar? ¿Dónde estaban los tanques de guerra y la gente atemorizada? No había nada, nada de lo que él había logrado recordar ¿En qué mundo estaba? ¿Qué era lo que realmente había sucedido?

De repente recordó una iglesia, recordó que a un lado estaba su casa, la casa de su madre, se dispuso a correr hacia ese lugar, pero el bocinazo de un auto lo hizo caer al piso asustado.

—Hey ¿Harry? —Zayn se bajó de su auto de inmediato.

— ¡Harry! —Louis corrió hasta donde estaba y lo ayudó a levantarse— ¿Qué has hecho, Malik? —Preguntó alterándose de inmediato.

—Se ha cruzado en el camino, estaba desorientado, agradece que logré frenar a tiempo. —Zayn explicó.

—Harry, vamos a casa. —El rizado negó aún con sus mejillas empapadas.

—Casa, mamá. —Apuntó hacia la calle por donde él siempre caminaba luego de ir a visitar a su familia.

— ¿Qué sucede, Louis? —Zayn habló con el ceño fruncido.

—No es tu asunto, Malik— Liam murmuró. Había llegado junto a Niall hace unos segundos.

— ¿Qué pasa con ustedes? Se están comportando muy raro, además, he notado que este chico parece un niño de cuatro años hablando. ¿Qué están ocultando? —Preguntó Zayn.

—Ahora no, Zayn, tenemos muchas cosas que resolver. —Respondió Louis, tratando de arrastrar a Harry, quien seguía insistiendo en ir en otra dirección.

— ¿Niall? —Zayn miró fijamente al rubio, esperando al menos una explicación de su parte. Niall le sonrió con nerviosismo.

—Te llamaré luego para aclarar tus dudas. —Respondió sintiendo pena por el moreno.

A su parecer, no merecía el trato que sus amigos le daban. No conocía bien la historia de Liam con Zayn, y le importaba muy poco a decir verdad. Ambos eran sus amigos, y Niall era muy amable con todos.

Liam frunció el ceño cuando Zayn le guiñó un ojo a Niall, y entonces sin pensarlo mucho, tomó su mano para después caminar lejos del moreno.

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