Harry volvió a su habitación, y caminando de un lado a otro comenzó a rememorar todos los acontecimientos, uniendo cabos. Louis gustaba de él.

Louis gustaba de él.

¿Pero cómo pudo no darse cuenta? En el instante en el que Harry recuperó la memoria Louis cambió. Y todo ese comportamiento nervioso no era a causa de su personalidad introvertida y tímida, él se sentía incómodo porque tenía sentimientos por él. ¿Cómo no lo supo? Ya hace años que Harry no vivía esa situación, se le hizo imposible notarlo, pero estaba allí, y ahora todo tenía sentido.

Entonces recordó la última vez que pasó por esa situación. Con Tom, claro. Harry solo tuvo que esperar unos días para que Tom aceptara sus sentimientos y se dejara conquistar. Y es que Tom y Louis parecían ser la misma persona, la misma actitud tímida, reservada, introvertida, tierna, delicada... Demonios Harry.

Caminaba de un lado al otro, con el corazón martillando fuertemente en su pecho. No podía dejar de comparar a ambos chicos. Sus ojos azules, sus facciones, su cabello... ¿No eran parecidos, o sí? O solo era una excusa para sentir que no traicionaba la memoria de Tom fingiendo que eran parecidos para aceptar que Louis le parecía atractivo. Bastante atractivo, vamos.

—Perdóname. Perdóname, Tom, yo jamás miré a un chico con los ojos que te miraba a ti. Jamás. Por favor, perdóname. —Sacudió la cabeza.

Pero sus recuerdos se bloquearon, no había un Tom, difícilmente podía pensar en su rostro. Estaba muy molesto, molesto porque sentía que lo estaba traicionando por medio de los pensamientos. Estaba pensando en Louis, en su rostro. Era él la persona que estaba en su pensamiento, no Tom.

—¡Mierda! Perdón, perdón.

Quería ver a Tom, pero su mente lo traicionaba, colocando a Louis en su lugar. Entonces recordó su último sueño con Tom, donde se despedía definitivamente. ¿Acaso era Tom quien impedía ver su propia imagen? Harry no estaba preparado para dejarlo ir de su mente, ya se había ido de su vida, pero nunca de sus recuerdos.

Lágrimas pesadas caían por sus mejillas. Dolía como la mierda. Dolía tanto como cuando descubrió su muerte. Tanto como ese día que se fue a la guerra, y que sabía perfectamente que jamás regresaría a él. Dolía tanto como cuando lo veía alejarse desde su puerta, y maldijo el hecho de no haberse ido con él. Se sentía tan culpable desde ese momento y hasta ahora. Tanto que la culpa lo llevó a la muerte, una muerte larga que finalmente fue interrumpida por Louis, quien lo trajo nuevamente a la vida para presentarse y revivir esos recuerdos. Louis, el chico dulce y tímido que hablaba con él mientras miraba en otra dirección, con las mejillas coloradas y ese repentino temblor cada vez que se acercaba. ¿Sería Louis lo que Tom querría para él?

—Buenos días, Harry, el desayuno está listo. —La voz de Louis interrumpió sus pensamientos. Estaba del otro lado de la puerta, Harry sintió su corazón palpitar con un ritmo diferente. Hacía años que no lo sentía así, la misma cantidad de años desde que sintió mariposas en el estómago. Ahora volvía a sentirlo todo.

—V-voy, ¡un momento! —Tenía que ordenar su cabeza, todo estaba tan desordenado por ahí. Le había llevado todo este tiempo darse cuenta de eso que pasaba entre Louis y él. De esa conexión extraña entre los dos, de esos sentimientos genuinos que ambos sentían.

Sentía su respiración al otro lado de la puerta, no se había ido. Harry secó sus lágrimas y se acercó a la puerta, respirando profundo para calmar su ansiedad.

—¿Todo bien adentro? —Louis volvió a hablar. Harry no podía creer que tuvo que esperar hasta escuchar a Niall para reconocer sus propios sentimientos, tenía tanto tiempo sin sentir que era imposible reconocerlos antes—. ¿Debería entrar, Harry? ¿Te sientes bien?

—Sí, está todo bien. —Aseguró antes de abrir la puerta y enfrentarse a él—. Buenos días.

Louis estaba radiante, y claro, notó al instante el cambio radical en sus mejillas en cuanto lo miró.

—Hola. —Habló nervioso. Harry supuso que se encontraba nervioso debido a su reciente conversación con Niall.

—Es un lindo día hoy, deberíamos hacer algo. — Sugirió, estudiando en todo momento la reacción de Louis. Sus ojos se agrandaron, su respiración pareció agitarse, Harry juraba escuchar el latido desbocado de su corazón. Esa era una reacción que finalmente le confirmaba lo que dijo Niall minutos antes—. Lo voy a tomar como un sí. —Sonrió antes de pasarle por un lado y seguir directo a la sala.

Louis quedó totalmente congelado. Después de su conversión con Niall no sabía si aquello que Harry propuso fue una cita, o simplemente una salida casual de amigos. Claro que todo indicaba que se trataba de la segunda. No debía ilusionarse.

Durante el desayuno, Niall contaba historias graciosas, pero ni Louis ni Harry estaban prestándole atención, cada uno distraído en sus pensamientos.

—Bueno, ha sido muy lindo verlos el día de hoy. Ya debo irme, Liam me espera para comprar la comida de la semana. —Harry lo interrumpió.

—¿Puedo hablar contigo un segundo? —Niall miró en dirección a Louis, y vio cómo este los miraba con confusión.

—Sí, claro. Pero muy rápido.

Ambos entraron en el laboratorio de Harry para tener algo de privacidad, y no faltó mucho para que lanzara la bomba.

—¿Alguna vez le has conocido una pareja a Louis? —Harry preguntó.

—¿Ah? Ummm bueno... —Niall negó con la cabeza. —Es un cabeza dura. Nunca ha salido de su caparazón.

—Pero me dijo que había salido con muchas personas. —Niall soltó una carcajada.

—¿Es broma? Ha tenido puras relaciones a distancia, con personas que no saben de su existencia. El chico es un cobarde.

—O tal vez no ha conocido a la persona correcta. Muchas gracias por la información, Niall.

Al despedirse del rubio, Harry no perdió tiempo para sacarle conversación a Louis.

—¿Cómo fue tu primera vez? —Louis abrió la boca y volvió a cerrarla sin decir nada. Harry se inclinó en la mesa y descansó su mejilla en su mano y el codo sobre la mesa.

—Uhmm bueno, fue muy incómodo. Yo... No tengo mucha experiencia. —Harry sonrió, satisfecho por el hecho de saber toda la verdad.

—Entonces, ¿fue en tu casa o la suya?

—¿Por qué de pronto hablamos de mi vida sexual? —Harry se encogió de hombros.

—No lo sé, llevo más de cien años sin tener actividad sexual. Tal vez todo ha cambiado, la manera de hacerlo... Quiero saber cómo lo hacen los chicos ahora.

—Pues igual... Eso no cambia, solo hay un p-pen... No tiene ningún sentido esta conversación. Las relaciones sexuales han sido iguales desde la época de Adán y Eva. —Harry soltó una carcajada y Louis frunció el ceño—. Fin de la conversación.

—Yo solo quiero actualizarme, disculpa si te he ofendido.

—Está bien, no me siento ofendido. —La verdad era que Louis estaba avergonzado. Le había mentido sobre sus supuestas relaciones pasadas, era obvio que no tenía experiencia en ello.

—¿Quieres caminar por la plaza? —Esa misma donde había detenido a Tom la primera vez para hablar. Harry no quería repetir su historia, mucho menos el final—. No, mejor ¿qué te parece ir por un helado?

—Claro, me parece bien. — Louis sonrió, Harry estaba actuando de una forma muy extraña a su parecer, pero también recordaba que éste era el nuevo Harry, el chico extrovertido que no teme a decir nada, así que tendría que acostumbrarse y seguir conociéndolo.

Ya habían salido juntos muchas veces, pero esta vez era diferente para Harry. Era una cita. Quería conocer más sobre este chico, incluso más de lo que sabía.

Pidieron dos helados y se sentaron en una mesa al aire libre.

—Louis, quiero decirte que empezaré mi vida desde cero con el único propósito de mejorarla, y no terminar de la misma manera que terminé mi vida anterior. Y quiero que ustedes formen parte de ella, son mis únicos apoyos. —Llevó un poco de helado a su boca.

—Siempre vamos a apoyarte, Harry, cuenta con eso. —Louis respondió.

—Ahora, quiero saber más cosas sobre ti.

—No soy tan interesante, ya te lo dije. ¿Por qué insistes en saber?

—Me apasiona saber de ti. —Louis bajó la mirada enseguida.

—Tengo un proyecto sobre ti, tu vida si es interesante y apasionada. Yo no soy nada de eso. —Esa confesión golpeó a Harry. Tenía frente a un chico con baja autoestima, pero ya había pasado antes por esta situación. Era un déjà vu.

—¿Qué te parece apasionante sobre mí? Soy un chico que solo se dedicaba a su laboratorio y tuvo una vida llena de desgracias. —Louis sacudió la cabeza.

—No me refería a eso.

—Louis, eres un chico brillante. Me has contado tus proyectos, me apasiona tu inteligencia. —Fue interrumpido por Louis.

—¿A qué hemos venido, Harry? ¿A decir las cosas buenas de cada uno?

—Eso es lo que se hace en una cita, ¿no? —Louis abrió los ojos sorprendido—. Lamento si te parezco muy anticuado, hace cien años que no tengo citas, no sé cómo es el rollo ahora. —Se encogió de hombros.

—¿C-cita? —Harry le guiñó un ojo, y Louis se sintió morir. Dejó de respirar. ¿Qué estaba pasando?

—Respira, Louis.

—D-disculpa. —Intentó levantarse de su silla y salir corriendo, pero Harry lo tomó del brazo suavemente, impidiéndole dar un paso.

—Me disculpo yo. He sido muy imprudente. Siéntate.

—Harry, no es gracioso esto. No sé quién te dijo que esto da gracia, seguramente fue Niall, voy a matarlo. —Harry negó con la cabeza.

—Niall no me dijo nada. Siéntate y escúchame. —Louis cruzó los brazos y volvió a sentarse con el ceño fruncido.

—Habla. —Murmuró, ya estaba muy incómodo y avergonzado, estaba seguro que Niall tenía que ver con esto.

—Louis, he estado pensando y uniendo cabos, te he observado por bastante tiempo y, de verdad ahora he comprendido de qué se trata. —Louis interrumpió.

—No entiendo nada. —Justo en ese momento sonó el teléfono de Louis—. Es Zayn. Seguramente ya está todo listo para el cambio de identidad.

Atendió el teléfono, y Harry se mordió la lengua por la impotencia. Tenía tanto por decir.

—Está bien, ya vamos para allá. —Louis dijo antes de cortar la llamada—. Nos espera en el registro, ya está todo listo. —Se levantó de su silla. Harry soltó un bufido.

—Está bien, podemos hablar en casa.

Eso fue lo último que dijeron hasta llegar al registro civil, Louis seguía muy sorprendido ¿una cita? ¿realmente Harry había querido tener una cita con él? A veces odiaba un poco su personalidad, le costaba demasiado expresar lo que sentía y veía a Harry quien luego de cien años lograba conservar la misma personalidad extrovertida, dando diez pasos más adelante que él, atreviéndose a cosas que él ha intentado hacer desde que lo conoció. ¿Eso también era una señal de que Harry podría interesarse también en él? Quizás seguía siendo una cita de amigos y solo lo estaba confundiendo.

—Harry, espero que tengas pensado tu nuevo nombre. —Zayn habló interrumpiendo sus pensamientos.

—Lo tengo, espero no se burlen de mí luego. —Harry bromeó.

—No lo creo, Louis nos golpearía si lo hacemos. —El ojiazul puso sus ojos en blanco fastidiado.

—Hey, no lo molestes, a mí me gusta que me defienda. —Harry observó a Louis con una sonrisa.

—C-Creo que los esperan, los esperaré aquí. —Louis se alejó de ellos y se sentó a un lado de las escaleras.

—¿Qué pasó? —Zayn murmuró a Harry.

—Creo que metí un poco la pata. —Ellos comenzaron a caminar hasta el interior. Harry no pudo comentarle mucho de lo sucedido a Zayn, ya que había llegado el momento de registrar su nueva identidad. No demoró más de veinte minutos.

—Noah Hunter, es muy diferente a lo que pensé. —Zayn observó la nueva tarjeta de identificación de Harry.

—Solo vino a mi mente y ya, además será un nombre que solo usaré para asuntos legales. —Harry encogió sus hombros.

—Oh, sí claro, y se me olvidaba, Louis ya me pasó los documentos que faltaban para abrir tu bóveda, así que me las he arreglado y en este momento podemos ir a abrirla. —Harry sintió su corazón acelerarse.

—¿No está abierta?

—No, no pudieron abrirla, así que es nuestra oportunidad para hacerlo nosotros. ¿Quieres que llame a Louis?

—No, no, prefiero que solo vayamos los dos. —Zayn asintió sin decir nada más.

Luego de que les entregaran la llave, tuvieron que bajar por las oficinas del lugar, donde se encontraban una serie de bóvedas cerradas, sorprendentemente no les costó encontrar la de Harry, ya que era la última del lugar.

—Ten, te esperaré afuera, sé que es muy personal para ti. —Zayn le entregó la llave y se alejó.

Harry soltó un suspiro, estaba nervioso, con sus manos temblorosas abrió la pequeña puerta de la bóveda y ahí estaba, sintió como el alma le volvía al cuerpo. Envuelto en un viejo papel se encontraba aquel anillo que su abuela le había obsequiado. Harry nunca se lo había contado a alguien, su abuela era la única que lo entendía, la única que lo apoyaba en sus decisiones, pero ella murió cuando Harry seguía siendo un niño y ese anillo se lo había obsequiado con la promesa de que se lo daría a la persona con la cual decidiera pasar el resto de su vida. Nunca se lo dio a Tom, siempre había algo que le impedía acercarse al lugar donde lo tenía escondido.

Nunca lo comprendió.

Soltó algunas lágrimas y lo guardó en su bolsillo, luego salió del lugar con Zayn pisándole los talones, vio a Louis sentado en el mismo lugar con su rostro apoyado en una de sus manos, no dudó ni dos segundos en acercarse y abrazarlo, necesitaba consuelo y Louis era el único que lograba dárselo.

Harry solo esperó llegar a casa para soltar la bomba. Louis andaba muy callado, y Harry sabía en qué estaba pensando desde el momento en que nombró la cita.

—Louis, desde esta mañana tengo algo muy importante que decirte. —Louis lo miró extrañado, y se acercó a él en cuanto Harry le hizo señas con el dedo—. Me tomó todo este tiempo descubrir de qué se trata, y es que tú me gustas, Louis.

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A que no se esperaban esto jajaja 

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