El asesino aparece
-Con que Fernándo Pascal... creo que tendré que hacerle una visita-
La detective dio una última vuelta por la casa y se apresuró a salir de allí, volviendo exhausta a Galvez.
Una vez allí decidió comprar unos aperitivos e instalarse en su habitación de hotel mientras reunía información sobre Fernando.
Resultó ser que Pascal tenía un local de comida casi tan limpio como su expediente, era soltero y no tenía familiares cerca, una persona totalmente normal se podría decir, de todos modos era un sospechoso y seria interrogado, pero mientras tanto Verónica decidió darse una ducha y dormir un par de horas.
Ya habiendo descansado lo suficiente, cargo lo esencial y aprovechando que ya era de noche salió con su uniforme negro
-Esta cuidad y sus calles, Entre Ríos, ahh debe ser aquí-Penso la detective mientras bajaba la velocidad
Tras pasar unas cuadras se encontró con una gran casa que prácticamente estaba rodeada con un descampado
-1240... porque.. porque siempre tienen que ser las casas más espeluznantes, no podía ser una casa adornada con flores y céntrica?-
Mientras avanzaba hacia la entrada, noto que por unas rejas que estaban en el suelo seguramente habría una especie de sótano, pero eso no importaba, el plan era interrogar a Fernando y recabar información.
La detective se mantenía inquieta ya que no había casas a su alrededor y por los autos que estaban afuera de seguro habían visitas. Así que tomó aire y tocó la puerta, esperando intranquila mientas apoyaba la mano en su pistola que estaba en su cintura.
Iba a tocar de vuelta cuando noto que la cerradura estaba destrozada, había sido arrancada con tal violencia que la mandera se había desprendido, enojada por no haberlo notado antes, la detective abrió lentamente la puerta sabiendo que algo no estaba bien.
La casa se hallaba en una oscuridad y silencio absoluto, definitivamente algo estaba mal, recorrió un largo pasillo con su arma en mano y asomó lentamente su cabeza en la esquina para intentar ver algo, lo que poco que vio fue suficiente como para exaltarla.
En la oscuridad, en el centro de una habitación, parecía haber dos cuerpos sentados en una mesa, tras observarlos por unos instantes y ver que no se movían decidió avanzar hacia ellos.
-Ahhh! No puede ser...-
Sobre la mesa se encontraban dos pistolas y junto a ellas estaban Fernando y otro sujeto más, ambos se hallaban muertos, no hacía falta tomarles el pulso ya que sus gargantas faltaban totalmente. Sin perder tiempo Verónica pidió refuerzos y ambulancias en Entre Ríos 1240 cuando un ruido hizo que dejara de hablar.
Se le puso la piel de gallina tras descifrar que lo que había matado a Pascal aún se encontraba en la casa y con sus pesadas pisadas comenzaba acercarse desde la oscuridad. El eco era tan que la detective no pudo saber de dónde provenía el ruido, así que con la intención de savaguardarse y sacar más información, aprovecho su pequeño tamaño y se escondió debajo de un gran mueble. Esto fue lo más inteligente que pudo hacer, ya que si decidía confrontar al agresor, no sabía por dónde iba a llegar, cuantos eran, si estaban armados o no y si estos ya se habían percatado de la presencia de la detective.
Los segundos que tardó en recorrer el pasillo y pasar frente a ella fueron eternos, y más con ese espantoso ruido a pisadas, pero ahi lo vio, brevemente y casi en la oscuridad total, un pantalón negro y un par de botas del mismo color pasaron frente a sus ojos, con una sinfonía perversa, entraron en una habitación y poco después se dejaron de oír.
Fue en ese momento que Verónica salió de su escondite y se apresuró en seguir al sujeto, pero cuando entró a la habitación el suelo debajo de ella cedió y callo a lo que parecía ser un sótano. El ruido y el polvo que levanto esa caída fueron terribles, ahora si estaba desesperada, no solo estaba a oscuras sino que además de alertar a todos con su caída también se hallaba en un lugar lugrebe, en el cual parecía haber todo tipo de artimañas y objetos viejos, sin perder mas tiempo la muchacha se dirigió a la fuente de luz más cercana, esas venditas rejas que había visto al principio
Estaba tan aterrada y desesperada que parecía una completa novata, temiendo que lo que sea que diambula arriba y sabiendo que la ayuda está en camino, comienza a gritar pidiendo ayuda, con la esperanza de que alguien asista en su ayuda... pero todo era en vano, o eso creía....
Más temprano que tarde una persona apareció en el limitado campo de visión de la detective, un alma bondadosa y temeraria, pero...
-Kevin!! Que diablos estas haciendo aquí?!-Pregunto sorprendida Verónica
El joven se tomo unos segundos para agacharse y responder con una sonrisa
-Decidí salir a tomar aire fresco y te encontré a ti, y tu que haces allí abajo? Necesitas ayuda?-
No solo no era la ayuda que esperaba, si no que.. ¿no se suponía que debía estar en casa? Eso había establecido la investigación y eso no parecía cambiar
Rápidamente Kevin abordo con otra pregunta mientras mantenía su simpática pero torpe sonrisa
-¿Estas sola oficial?-
-Si, pero la ayuda no tarda en llegar así que vete, no es seguro que estés aquí-
De pronto, los ojos de la muchacha quedaron como platos y su estado de shock empeoro, la pistola que se encontraba frente a ella la inmovilizo con tan sólo mirarla.
La sensación de ver ese agujero vacío y negro era horrible, sus pulsaciones aumentaron al mismo tiempo que Kevin mostraba su verdadera cara
-No te sientas mal, me caes bien y todo pero... no queremos cabos sueltos-
La detective miraba con horror como el dedo sobre el gatillo se retraia cada vez más y más...
Ya estaba todo perdido, esto fue fruto de sus errores y una particular inexperiencia, pero no importaba..
Cuando la sonrisa de Kevin no pudo ser más grande y parecía que en unos instantes todo terminaría, algo entró en la escena. De la nada, el gigante que rondaba por la casa se encontraba encima del pistolero, el muchacho había recibido una envestida tan fuerte que la detective solo podía ver sus piernas atraves de la ventana.
Fue ahí cuando aún temblorosa y en shock, sacó su pistola y le apunto a los individuos ordenandoles fervientemente que se detengan, pero no había caso.
Solo se podía escuchar como Kevin era asotado repetidamente mientras sus gritos se hacían cada vez más débiles, hasta que para bien o para mal, se detuvieron... ahora solo se escuchaba ese asqueroso ruido a carne sindo golpeada
Pese a las insistentes advertencias de disparar por parte de la detective, el corpulento hombre se levantó y arrastró el cuerpo como si fuera una bolsa de papas lo suficientemente lejos como para que Verónica no pudiera verlos más.
Ella simplemente estaba en shock, tuvo una corazonada, y decidió no disparar, tras ver que no podía hacer más nada, solo se dejó caer contra la pared y se quedo en posición fetal mientras esperaba los refuerzos. Rápidamente entre temblores las lágrimas comenzaron a brotar y a caer delicadamente por su rostro... sin dudas esto era malo.
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