C
Una lluvia serena, las gotas resbalan afuera de la ventana. Aunque arribaron en el auto y se estacionaron cerca del rió Wangpi, no pudieron ver las estrellas ese día, pudieron irse pero algo les pedía. Las nubes grises cubrieron el cielo, Mìnghào observaba como las calles y los edificios se empapaban de agua, Soonyoung intento prender la radio pero se cortó la señal.
Manejar entre la lluvia sería peligroso, los parabrisas con fuerza limpiaban el agua, ninguno de los dos hablo desde que salieron del departamento Seok, el silencio seguía ahí, interrumpiendo dos almas destinadas a unirse.
Mìnghào se movió intentando encontrar una buena postura; Soonyoung estiro los dedos de sus manos. Era incómodo. Y absurdo.
Mìnghào se mordió el labio, si no lo intentaba ahora que le tenía asegurado hacerlo una segunda vez. Las segundas veces no eran dignas dentro de la familia Xú. Mìnghào aún seguía inseguro, su boca quería decir esas palabras tan fáciles de expresar ¿Por qué no puede hacerlo? Sigue teniendo miedo, sabe que el rechazo es el sentimiento más horrible que una persona puede presenciar, pero ¿Qué eso no lo hace una persona? Sentir decepción o ira, cualquier sentimiento estaba bien. Por un momento sus ojos se llenaron de esperanza al crear una ilusión donde Hoshi lo aceptaba. Tal vez esa ilusión estaba lejos de ser cierta.
Miro sus zapatos, sus manos, la manta morada, las manos de Hoshi, la lluvia, las gotas y después se miró a sí mismo; desde niño siempre fue temeroso en decir sus sentimientos, ocultándose detrás de una sola expresión.
Su pecho dolió.
— Soonyoung...
Lo dijo, fue como un susurro pero el oyente se volteó a mirarlo.
Era difícil mirarle a los ojos, no, debía hacerlo, porque las cosas se hacían de frente, con ojos cruzándose y demostrando la verdad.
— ¿Sucede algo, Mìnghào? —era lindo, su voz era hermoso.
—... —trago en seco.
Sujeto la cremallera. Su rostro ardía y seguía sin poder articular nada.
De pronto, escucho una risa provenir, observo a Soonyoung quien intentaba ocultar su boca con sus manos. Por un momento se sintió estúpido, ¿Qué le causaba tanta gracia mientras que él se moría de nervios?
Soonyoung dejo de reírse unos minutos después, miro a Mìnghào y se dio cuenta lo inútil que fue taparse la boca, sonrió nervioso.
— Perdón.
—... ¿Por qué te ríes?
Hoshi lo pensó. Si lo decía Mìnghào lo tomaría como una broma.
— Tus orejas están muy rojas.
— ¿Qué? —pestañeo, toco la punta de su oreja y efectivamente, se sentían cálidas lo cual estarían rojas.
— Te ves tierno.
Mìnghào no lo escucho, o fingió no prestarle atención, el hecho de que sus orejas estuvieran rojas quería decir que sus oídos jugarían. Porque Soonyoung nunca diría algo así, sin más: su corazón latió.
Hoshi se sonrojo, pese a decirle un cumplido a Mìnghào este seguía igual. Intento sonreír al ver como intentaba ocultar sus orejas. Eres tierno, eso era lo que quería decir. Soonyoung era impaciente. Mìnghào se atrasaba y eso a Hoshi le desesperaba.
Quería abrazarlo, tomarlo de las manos, besarle y decirle miles de cosas cursis. Suspiro al acomodarse y mirar las gotas de la lluvia, ¿Acaso la lluvia se estaba burlando de él? La mayor parte de los momentos románticos vienen con un sol resplandeciente, la lluvia solo lo hacía sentir desesperado.
— Soonyoung.
— ¿Mhg?
— Me gustas.
Siempre pensó que las lluvias atraían cosas malas, pero cuando vio la sonrisa de Mìnghào supo que estaba equivocado.
La lluvia sonreía aun con lágrimas
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a veces necesito que me recuerden que debo actualizar, ya lo tenia desde hace tiempo... perdón, no me di cuenta antes ; ;
feliz navidad <3
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