I. Graduación
Viernes, día de la graduación en la preparatoria, todos los estudiantes llegaban con su toga y birrete puestos acompañados de sus familiares, en el caso de Umaru Doma, llevaba a su hermano mayor y a su cuñada, mientras que sus amigas también llegaron con sus hermanos. Al menos no era la única de la que sus padres se desentendieron, pensaba Umaru.
Después de poco, dichas amigas se alejaron de los hermanos para darse abrazos y felicitaciones por tan buenos momentos vividos y tan hermosa amistad que formaron en esos dos años de escuela juntas y, acabando con esos sentimentalismos de compañerismo tan lindos que alegraban a los hermanos, llegó el momento esperado, primero debían entrar los estudiantes bien formados y por grupos a la escuela, ya con ellos dentro seguían los familiares.
Como las chicas siempre estuvieron en el mismo grupo naturalmente se sentaron juntas y, pocos minutos después, ya con todo el auditorio lleno e impaciente, el director comenzó la típica plática de despedida y felicitaciones que se dan cuando se termina un ciclo escolar, al final de su discurso un tanto aburrido y repetitivo sucedió... la hora había llegado y se debía felicitar como entregar un reconocimiento grabado en cristal al estudiante con las mejores calificaciones de toda la escuela, este estudiante era mujer, Umaru Doma.
-¡Felicidades Doma Umaru! Por favor pasa a recibir tu reconocimiento.
Comentó el director haciendo que la chica se pusiera de pie dirigiéndose al escenario intentando aparentar que no sentía miedo o esos nervios que por dentro le removían el estómago, deseaba que todo saliera bien, no se imaginaba cayendo al subir un escalón ni tartamudeando a la hora de agradecer. Y para su fortuna todo salió a la perfección. Una vez que dió las gracias inesperadamente un fotógrafo apareció para tomar la fotografía del director con la mejor estudiante y otra de ella solamente.
Terminado esto no quedaba más que desalojaran el auditorio y ya con todo mundo en el patio de la entrada de la escuela, se reunían los familiares con los estudiantes, ramos de flores y globos se veían por todos lados, Taihei le entregó un ramo de rosas muy lindo a Umaru y Tere, la prometida del hermano, le regaló un lindo globo con forma de hámster, además de que dicho hamster portaba un pequeñito birrete muy bonito.
-Muchas felicidades Umaru -mencionó Tere con una tierna sonrisa mientras le da un abrazo a su cuñada.
-Muchas gracias Teree -contesta apoyando la cabeza en el hombro de la bella cuñada.
-Felicidades Umaru, me enorgullece que seas la mejor estudiante -comentó el hermano dándole un abrazo-, aunque aún no entiendo cómo lo lograste, pero bueno -Esbozó una sonrisa llena de orgullo.
-Gracias Taihei -susurrando en el oído de él-. Merezco mis 12 figuras de los Caballeros de Oro, ¿no crees?
-¿Perdón? Tus figuras cuestan mucho y ni siquiera vienen en pares, son individuales...
-Pero las merezco... -añade con los ojos cristalinos, intentando hacer un diminuto berrinche.
-Tu deber es estudiar no haces nada más... y por eso mismo es tu obligación sacar buenas calificaciones -finaliza Taihei con un tono serio, pero amable.
Umaru hizo algunos pucheros mientras su hermano admiraba el reconocimiento tan lindo grabado en cristal que reflejaba un poco su rostro, Tere por su parte olía las rosas de Umaru sonriendo, pero un poco lejos, las amigas de la chica no se quedaban atrás pues, cada una recibía también un ramo de flores de su hermano, para Kirie unas bellas hortensias moradas con lirios amarillos parecidos al sol.
Bomber con una sonrisa nerviosa y agarrándose el cabello, le ofreció una disculpa a la vez que le daba el ramo y agregó que esperaba fueran de su agrado ya que, como nunca hablan obviamente él no sabe nada de sus gustos. La hermanita sólo atinó a decir que estaban lindas y agradecía el gesto para enseguida tomar aquel lindo ramo sonrojada de la pena y, bueno la felicitación no faltó, él la abrazó y le expresó lo orgulloso que estaba por su graduación, aquí por primera vez se vió a Kirie-chan sonreírle a su hermano.
Ebina también sonriendo a su hermano, recibió unas lindas y rosadas dalias con blancos narcisos tal cual las nubes del cielo, con una voz amable le agradeció el detalle y admitió la belleza de ese ramo con un gran rojo en sus mejillas. El hermano con una mirada alegre de que le hayan gustado, la felicitó con una voz aún más alegre por concluir sus estudios de preparatoria mientras la abrazaba.
Por último Sylphyn con los ojos brillosos tomó feliz los hibiscos y campanillas chinas tan azules como el mar que su hermano sonriendo le dió. Desde luego la felicitó y mostró el orgullo que ella le daba con una sonrisa, la chica agradeciéndole a su hermano lo abrazó sonriendo, gesto el cual fue recíproco pues naturalmente que el hermano reaccionaría positivamente al abrazo.
Las chicas caminaron con sus hermanos hacia Umaru, sonrientes y cada una preciosa con un ramo en las manos. De repente a Sylphyn se le ocurrió que ellas salieran a celebrar, solas, una salida de chicas y, aunque los hermanos pensaron por unos momentos sobre esto, al final accedieron a la idea dándoles hasta las 8 p.m.
Las chicas ya con el permiso, se quitaron la toga y birrete quedando con sus uniformes, la última vez que los traerían puestos y juntas, ya que en la universidad no coincidirían sus caminos y si se volvían a juntar sería en salidas ocasionales por ese nuevo ciclo en su vida que empezaría pronto, porque es bien sabido que la universidad por lo general consume buen tiempo del estudiante, aunque también depende de la carrera que se cursa, en fin.
Se despidieron de sus hermanos quienes les dieron dinero y dejándoles los ramos de flores junto con la toga y birrete, emprendieron el camino hacia el centro comercial. Sylphyn para romper el silencio les preguntó que pensaban estudiar y Ebina fue la primera en responder.
-Yo iré a la escuela de cocina... así podré ir a Hamamatsu y trabajar con mi hermano...
-Cierto, que lindo detalle de su jefe haberle dado unos días libres para venir acá a la graduación, ¿no Ebina-chan? -intervinó Umaru.
-S-sí, de verdad que se aprecia -responde sonrojada.
-Yo quiero estudiar diseño gráfico... ya que suelo hacer algunos dibujos y b-bueno, no son los mejores, pero están bien -comenta Kirie apenada.
-Oh que curioso, si quisieras estudiar dibujo nos veríamos en la escuela de arte, ya que yo estudiaré música -menciona Sylphyn sonriendo.
-Umaru-san, ¿qué estudiarás? -preguntó curiosa Kirie.
-La verdad es que, pensaba estudiar medicina, pero ya no estoy tan segura de eso, así que tomaré estos meses que vienen para elegir bien y no arrepentirme después.
-Yo sí te imaginaba de doctora Umaru-chan, pero si crees que no es lo tuyo, mejor esperar y pensarlo bien.
-Opino igual que Ebina-san -comentó Kirie.
-Aprovecha este tiempo y has actividades que te gusten Umaru-san, ya que en universidad no tendremos tiempo para divertirnos -añade Sylphyn con tono amable.
-Ah... claro, aunque no tengo pasatiempos... -afirmó con una sonrisa perfectamente fingida.
-Yo siempre supuse que Umaru-san estudiaba sin ninguna distracción, calificaciones tan altas sólo a base de mucho estudio.
-Kirie-san tiene razón, yo veía anime y a veces jugaba un par de videojuegos, pero eso era en pequeñas cantidades, ya que debía estudiar y alcanzar a Umaru-san, tal vez me afectaron esas pequeñas distracciones ya que quedé en el segundo lugar y el director me comentó ayer que enviarían un reconocimiento a mi casa, pero de papel...
-Ustedes al menos obtuvieron un papel y un cristal grabado que prueba su gran desempeño... yo sólo sé que en general mi promedio fue de 80 y ni entre los 50 mejores estoy -comenta con tono triste.
-No es nada malo Ebina-chan, está muy bien la verdad, te esforzaste mucho, aparte tenías que hacer labores domésticas tú sola y no olvides que los nervios te ganaban en los exámenes, no hay nada de malo en eso ni en tener otras responsabilidades además de estudiar.
-Muchas gracias Umaru-chan, por querer animarme.
-¿Cómo te fue a ti Kirie-san? -pregunta Sylphyn.
-91 gracias a Umaru-san que me ayudaba.
-Oh bueno también las sesiones de estudio en grupo nos ayudaron Kirie-chan -añadió Umaru.
-Extrañaré mucho estudiar con ustedes -comentó Sylphyn nostálgica.
-Yo también, fue muy divertido -añade Umaru, ahora con una sonrisa sincera.
Sonriendo entre sí al fin llegaron al centro comercial, primero fueron directo a comprar una deliciosa hamburguesa, pues ya hacía hambre y no podían esperar más. Ya dentro del restaurante, ordenando la comida y luego de unos minutos cada chica con su charola correspondiente de comida se dirigieron a la mesa de fondo pegada a la pared, una vez sentadas se dispusieron a comer y platicar sobre los buenos momentos que vivieron. Terminaron luego de una hora, salieron y era momento de un postre rico, un helado pues en época de verano es cuando más antojos de postres fríos hay. Para Ebina de fresa, para Kirie de galleta, para Sylphyn de limón y uno de chocolate para Umaru. Sentadas en una banca disfrutaban sus helados sonriendo.
-Tengo curiosidad, amm ¿por qué no vinieron sus padres? -cuestiona Kirie.
-Los míos están muy ocupados atendiendo la empresa... esa fue la razón de enviarme acá con mi hermano hace dos años, ya no tenían tiempo para mí.
-Conmigo es similar, ya que mi padre es alemán fue a su país a resolver asuntos económicos y mi madre decidió acompañarlo -mencionó Sylphyn.
-¿Qué hay de los tuyos Ebina-san? Creo recordar que eres del pueblo Akita -Siguió preguntando Kirie.
-Ah sí, pues no tuvieron tiempo de venir, pero me dijeron que en estos dos meses de vacaciones fuera a visitarlos, antes de entrar a la universidad.
-¿Y tus padres Kirie-san? -interrogó ahora Sylphyn.
-Me enviaron con mi hermano a estudiar la preparatoria y a vivir indefinidamente, supongo no les intereso. Así que no les avisé de la graduación.
-Pero él te quiere mucho Kirie-chan, no será bueno demostrándolo, pero lo intenta y te cuida como cree que es mejor.
-Sí tienes razón Umaru-san, después de todo, no es tan malo vivir con él. Tal vez llame a mis padres, sólo para saludar y agradecer que me enviaran con él -dice sonrojada.
Las chicas sonrieron al ver que Kirie estaba feliz después de todo, y pocos minutos después, se dispusieron a pasear por cada local del centro comercial, veían vestidos, zapatos, joyería, en fin. Todo lo que una chica quisiera usar. No obstante, fue en un local de ropa donde al terminar de comprar, cuando iban saliendo, cuatro chicos las miraban atentos.
-Es linda la de cabello azul. Y me gusta ese color... -dijo un chico de ojos color plata y cabello negro corto.
-A mí me gusta la voluptuosa... -comentó un joven de ojos verdes esmeralda y cabello en coleta castaño.
-La chica seria, de cabello púrpura, parece interesante -mencionó un muchacho de ojos azul como el mar y cabello rubio hasta los omóplatos.
-¡Qué bien! Me dejaron a la hermosa rubia de ojos cafés -exclamó el último de ojos color oro y cabello rojo a los hombros.
Aquellos chicos de complexión delgada cada uno, además de felices porque eligieron a distinta chica, estaban a punto de hablarles, cuando de la nada Kirie miró su reloj, eran las 7:45 p.m., ya era momento de ir a casa, por lo que, se despidieron y cada una tomó su camino sin darle oportunidad a esos chicos.
En casa de Umaru, eran las 8 p.m. en punto. La chica entró y encontró a Taihei quien admiró la precisión de ella al llegar a la hora exacta, aunque a ella sólo le interesaba saber dónde estaba Tere y, para su curiosidad, su hermano comentó que le surgió un imprevisto en el trabajo y debió irse, pero que se disculpaba por eso y mañana celebrarian comiendo pollo frito con puré y coca; asimismo él para darle una mejor noticia, le entregó una bolsa a Umaru quien al abrirla se encontró con una figurita de un cabellero de oro, el que tanto le gustaba y su signo zodiacal, Dohko de Libra.
-Regalo de los dos, te estamos consintiendo demasiado... -admitió serio.
-No te preocupes onii-chan, lo sabré cuidar -dijo sonriendo tiernamente alegrando a Taihei a la vez que, sus ojos empezaban se volvían cristalinos amenazando con lagrimear, para al final, abrazar la caja donde venía su esperado regalo, ella lo valoraba de verdad, sinceramente.
▪▪▪▪▪▪▪▪▶ ƸӜƷ ◁▫▫▫▫▫▫▫▫
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