Rodimus X Ultra Magnus

Transformers vs G. I. Joe

Continuación de "El Rey y el omnipotente".
──────────────────────

 La ciudadela presenció la llegada de Ultra Magnus y Rodimus al frente de sus puertas, estos mismos notaron la ausencia de guardias.
El dios abrió las puertas y se colocó delante del joven a manera de defensa a cualquier amenaza; sin embargo fueron recibidos por el silencio y la oscuridad.
Ultra Magnus entró; verificó el estado desolado de la entrada y la nula seguridad.
        — ¿Se encuentra bien? —volteó hacía el muchacho al ver que no entraba.
    — Nunca creí que iba a volver. No creo estar listo —respondió.
    Ultra Magnus regresó a su lado y pasó su brazo en la espalda para concederle valor —. No tiene por qué temer; no está solo. —Las palabras surtieron efecto en Rodimus, que entró.
Pudo contemplar en mayor detalle las instalaciones totalmente demacradas y sucias —. Es peor de lo que pensé. Debo encontrar a Kup y a los demás.
    — ¿Dónde cree que esten?
    —Posiblemente Ratchet los está ocultando.

El débil sonido de una marcha los interrumpió, de inmediato se ocultaron en un pasillo —. A este punto debemos separarnos; si no, seremos descubiertos —indicó el dios que vigilaba fuera del pasillo.
    — ¿A dónde irá usted? —cuestionó Rodimus. Ultra Magnus se limitó a responder con un «Tengo un asunto que atender».

 Cuando el sonido se alejó lo suficiente para ser imperceptible; los dos tomaron direcciones distintas.
Rodimus se dirigió hacia la bahía médica, con la esperanza de encontrar a sus compañeros. Antes de poder llegar; en una habitación escuchó voces que susurraban, aun así logró reconocerlas.
    — ¡Rodimus! —exclamó Mirage al entrar.
Su mentor fue a darle un cálido abrazo de bienvenida —. Que grato es verlo a salvo —dijo con alivio, Rodimus correspondió el abrazo —. Me alegra que estén bien.
    —Gracias a Ratchet —atribuyó Kup al cybertroniano al lado de Blaster; que saludo a Rodimus —. Lamentablemente los demás no tuvieron la misma suerte —comentó Blaster refiriéndose a los ex prisioneros de Megatron.
    — ¿Ratchet? —preguntó Rodimus en espera de una respuesta.

    — Venga conmigo. —El príncipe acató y lo siguió junto a los demás; Ratchet los condujo a la área médica que yacía en un horrible estado, médicos y enfermeros atendiendo a múltiples heridos, entre ellos los ex prisioneros de La Gran Maquinaría.

    —¿Qué sucedió? —cuestionó con los puños apretados y claramente indignado.

    —Después de que fuera exiliado; Grimlock ordenó atacar a los Decepticons, una y otra vez; logramos infrigir un gran daño pero a este precio —señaló a su alrededor —: Nuestros recursos, agotados; a este paso no sobreviviremos.

    — Ratchet necesito su ayuda.

    — ¡¿Quieres que pelen?!; no lo permitiré —exclamó indispuesto el médico.

    — Ellos no lucharán. Pero esta es la oportunidad para que Grimlock ya no los lastime más; necesito que me cubran la espalda.

    Ratchet entendió las intenciones del joven — ¿Quiere ir solo?; acaso no recuerda cuando lo desterró —declaró con preocupación —. Ratchet tiene razón; no puedo volver a verte herido de esa manera —comentó su mentor con pesar.

    — No estoy solo, los tengo a ustedes —argumentó, dirigiendo la mirada a todos ellos.

    — ¿Qué tienes en mente? —preguntó Mirage.

    — Debo llevarlo a un lugar donde yo tenga la ventaja y él no. Un lugar angosto.

    — La vieja sala de refacciones —determinó Ratchet.

    Dentro de una habitación Grimlock sintió una presencia fría y punzante; sin embargo se decantó por ignorarla. Su pensamiento se enfocó en Ratchet, no había respondido a su llamado; gruñó, ya recibiría su merecido castigo.

    Lanzó el comunicador que cayó a una parte de la habitación en donde la oscuridad lo cubría en su totalidad, de ella salió una mano que lo recogió dejando a la vista a su propietario; Grimlock inmediatamente se arrodilló —. Su divinidad, yo... ¿Qué hace aquí? —tartamudeo el Dinobot.
El dios que había estado contemplando el objeto en su mano miró a Grimlock; quién tembló ante la fría óptica —. Solo estoy cumpliendo mi deber.

    El Dinobot se horrorizó y dio varios pasos atrás, logrando tomar distancia de la divinidad para salir disparado sin una dirección fija.
Su deseo de vivir lo hizo llegar a la Bahía médica; al abrir la compuerta, el terror fue cegado por la ira al encontrar a Rodimus frente a él — ¡¿Tú?! ¿Qué haces aquí, chatarra? —cuestionó Grimlock que fue acorralando al joven — ¡A rectificar lo que has hecho! —declaró el príncipe; el Dinobot se abalanzó hacia Rodimus que salió corriendo. 

    Ratchet, Kup, Mirage y Blaster; junto a otros Autobots, los siguieron detrás de ellos.

    Rodimus corrió hacia la sala de refacciones y se adentró entre pasillos, módulos y puentes, al igual que Grimlock; mientras los demás se fueron al módulo de control. Blaster y Mirage se colocaron en la parte superior del lugar.

    El Dinobot persiguió al joven donde había válvulas de presión que expulsaban a toda potencia gases en consecuencia al trabajo de la fortaleza.

    Rodimus consiguió esquivarlos mientras Grimlock no; así bloqueando su vista, chocó con fuerza en la maquinaría del lugar, el origen de heridas las cuales brotaba el abundante energon.

    De repente la maquinaría de otros módulos empezó a caer encima suyo, logró esquivar a muy pocos debido a su parcial ceguera; lo cuál le había ocasionado un gran daño. Apenas consiguió levantarse, pero al azote proporcionado por arriba continuó; en un intento desesperado por encontrar al príncipe y esquivar los objetos que caían volvió a chocar varias veces más.

    Las heridas lo hicieron moverse pesadamente. Sonrió al ver a Rodimus e ignoró el que el energon fluyera en una alarmante cantidad pero su irá lo hizo continuar, así como lo hizo caer.

    El muchacho paró en seco y vio cómo se formó un charco de energon que se hacía más grande.
Los Autobots aliviados se acercaron a la escena; Kup corrió hacía su alumno y lo abrazó de forma protectora — ¿Te encuentras bien?
—Mejor que él —aseguró el muchacho mientras veía como los Autobots preparaban a Grimlock de manera apropiada; cerraron sus heridas lo mejor posible, lo limpiaron al igual que su alrededor, lo dejaron boca arriba y al lado suyo un cubo de energon.

    Después Kup y los demás insistieron con que debía descansar o festejar con ellos, pero Rodimus les dijo «Que debía hacer algo antes». Los Autobots se retiraron.

    El príncipe se sentó a cierta distancia de Grimlock, no tuvo que esperar mucho tiempo.

    Ultra Magnus se dirigió hacia él, pero tomó primero el cubo de energon; se sentó a un lado del joven y le invitó de su cubo de energon, el joven alzó sus manos en negación —. No puedo aceptarlo, es una ofrenda para su divinidad —explicó Rodimus.

    —Usted lo necesita más que yo. —El dios colocó el cubo en las manos del joven.

    — Gracias —dijo Rodimus quien aun así no se atrevió a tomar ni un sorbo de energon.

    — Usted fue quien tomó el paso decisivo —respondió Ultra Magnus, sabiendo a lo que se refería el príncipe. Se levantó y se colocó a lado de Grimlock —: Además sólo hacía mi deber —declaró modestamente; cargó el cuerpo del Dinobot y antes de retirarse Rodimus habló «¿Le volveré a ver? ». El dios se giró a verlo —. Cuando me necesite allí estaré, hasta su último momento —determinó la divinidad, así dejando a solas al príncipe, con el sonido reconfortante que producía la Ciudadela Autobot.

──────────────────────

Bueno aquí esta la última parte de este Three-shots, me alegra el haberlo terminado por fin, espero que al menos les haya hecho pasar el rato o entretenido, ya sin más que decir me despido.