
🌸Capítulo 1🌸
Brisa acompañada del silencio era una fiel compañía.
Ahí estaba otra vez, una niña sentada en aquel columpio, meciendose al compás del viento que daba a su cara y agitaba sus hilos negros.
Solo quería jugar con alguien, sus peluches y muñecas no ayudaban, se ponían muy celosos si jugaba con uno y no con los otros, ahora estaban meditando sobre sus problemas, no hablaban y ________ estaba segura que el silencio significaba que estaban muy arrepentidos.
O eso es lo que al menos ella creía en su ingenua cabecita.
Seguia meciendose en aquel columpio, sola, siendo vigilada y observada por el personal de aquella enorme "casa", o más acertada era llamarle mansión, porque era enorme, al menos eso es lo que pensaba ________.
Ella sentí que vivía en una casa de gigantes, con tanto espacio que podía caber una familia titán. O eso pensaba ya que solo tenía 9 años, al contrario de su padre que pensaba ampliar y hacer remodelaciones.
Allí estaba esperando el regreso del único familiar que le quedaba, sí, su padre. Un hombre que trabajaba en una compañía que el mismo había creado, todo un hombre de negocios que salió adelante por sí solo, todo por su amada hija, por ello esta pequeña lo respetaba mucho y lo amaba aún más.
Seguía en aquel columpió hasta que escucho que el personal saludaba cortésmente y mostraba mucho respeto a la figura que se asomaba por la gran puerta, en efecto, era su querido padre.
Entusiasmada corrió para abrirse paso entre los brazos de su padre, quién la estrecho fuertemente entre ellos, ya no se sorprendía, era normal que la niña lo saludara con tanto entusiasmo siempre que llegaba del trabajo, no importaba la hora que fuera, siempre lo esperaba para darle su abrazo que no hace falta decir con mucho amor y cariño.
Después de ese bonito recibimiento ________ le contaba lo que había hecho en todo el día y su padre solo la miraba con una sonrisa y una que otra risa juguetona, y es que ¿cómo no mirarla así? si movía sus cortos brazos retratando todo los que le contaba y muy exageradamente.
-Y así fue como los deje meditando, deben comportarse es que ¡No me puedo dividir en dos! Estos me salieron muy celosos -decía con un puchero que hizo reír a su padre con cada cosa que esta pequeña traviesa le contaba, a veces se sorprendía de todo la imaginación que tenía está niña y ¿Cómo no? si ahora mismo le contaba que sus juguetes estaban "meditando"
- ¿Papá? ¡Papá! -gritó haciendo que rápidamente el nombrado la volteara a ver con una sonrisa nerviosa.
- Lo siento pequeña, estaba distraído
-Joo tú siempre así papá, en serio deberías checarte, ¡creo que un día te vas a quedar sordo! -decía _______ haciendo gestos extraños que causaron risa a su padre.
-Más respeto pequeña traviesa, estoy perfectamente bien del oído. Lo que pasa es que te tengo que dar una noticia -decía entre divertido y nervioso, a lo que la pequeña le brillaron los ojos para empezar a hablar entusiasmada.
-¿Que es?, ¿Será que me compraste por fin una pijama de Kumamon? O, ¿Una pulserita que brilla en la noche? O, ¿Me llevarás a Disney Landia? -Intentaba adivinar muy emocionada y es que a ella le gustaba las sorpresas, es más ¡Le encantaban!
-No, no y no... Un momento, nunca me has pedido eso -señalaba con una ceja alzada.
-Nunca me preguntaste -se limitó a contestar de brazos cruzados-Entonces ¿Qué es? -decía un poco menos emocionada que antes, pero seguía muy curiosa, sino era nada de eso ¿Qué podría ser?
- Nos vamos a mudar -decretó muy seguro a lo que a la pequeña niña, casi se atraganta con el juguito de Uva que estaba tomando ¡¿Tenía que decirlo precisamente cuando estaba tomando su amado juguito?!
-E-Espera, déjame termino mi juguito -dijo para beber rápido y por fin mirarlo fijamente con los ojos entrecerrados- bien, ahora ¿Por qué nos vamos a mudar? ¿Fue porque me comí las galletas que tanto te gustan?
Si es eso ¡Juro que no las vuelvo a comer otra vez! ¡Entiende, me estaba muriendo de hambre! -decía desesperada haciendo gestos exagerados con los brazos, causando una risa del hombre mayor.
-Si claro, si morir de hambre se le llama a un ataque a las galletas de papá -sonrió muy entretenido- Mira pequeña, nos tendremos que mudar porque me voy a casar con Irene -hablo está vez con un tono dulce y suave que solo usaba con su pequeño retoño.
Se quedó en un breve silencio esperando la reacción de su hija.
-En mi defensa, las galletas no sabían tan bien -decía con un puchero- Ade- ¡espera! ¿Te vas a casar? ¡Yupi! -apenas se había percatado de la gran noticia que le había dado su padre.
Decir que era una gran noticia, era un eufemismo, pero ella sabía cómo comportarse.
Está vez casi se atraganta con su propia saliva pero logró recuperarse.
Aún así estaba muy feliz, ya había conocido a Irene (quién era con la que su padre se casaría) y era un amor de persona. Ella siempre le llevaba pastel y dulces y ella ama a los dulces ¡hacían la pareja perfecta!
-¡Te vas a casar! y yo tendré otra mamá -festejó muy feliz, sonriéndole a su padre
-¿De verdad te alegras? Pff, estaba preocupado que no te gustara la noticia -suspiró el hombre muy aliviado.
La menor le dió una gran sonrisa de dientes blancos, que solo alegró a su padre.
- Mañana mismo nos mudamos, entonces -habló entusiasmado-ya tengo todo listo. Por cierto, se me olvidaba decirte que Irene tiene hijos, seguro se llevarán bien -dijo casi olvidando ese "pequeño" detalle, haciendo que parara en seco la niña de su festejo improvisado
- ¿H-Hijos? ¿Voy a tener hermanos? -susurró, muy confundida.
Pues, al parecer su papá tenía el síndrome de Doris, se le olvidaban las cosas. Y las más importantes.
[...]
Ya era la mañana siguiente y ______ no había podido dormir bien esa noche, le había costado mucho. Solo podía pensar en que se tendría que mudar, pero lo más importante; tendría hermanos. Por un lado estaba muy feliz ya que jugaría mucho con sus nuevos hermanos y por otro lado estaba nerviosa por estar en una nueva casa, para empeorar todo ¡No podría llevar su lindo columpio! Eso era traición.
La pequeña se encontraba camino a la casa de Irene, la cual sería su nuevo hogar y refunfuñando para sí misma por no llevar su amado columpio.
Al parecer su padre llegaría un poco más tarde por asuntos de trabajo y la mudanza, por lo que mandó primero a la pobre niña echa todo un manojo de nervios.
-Me siento como Yui en Diabolik Lovers llendo a una nueva casa, solo que yo, sí quiero ver vampiros ¡Si son vampiros les tomaré una foto! -decía muy alegre.
-Pero los vampiros no se pueden ver en los espejo, mucho menos creo que en foto -habló una voz que interrumpió los pensamientos de _________. Era el chófer, el Señor Lee.
--Joo mis pruebas de que los vampiros existen se van a la basura -decía _______ menos entusiasmada- Señor Lee, esta es nuestra oportunidad de huir ¡Aún tenemos tiempo! -gritó intentando convencerlo, ya se estaba arrepintiendo de ir a ese nuevo territorio
No estaba tan lista como ella había pensado.
--Demasiado tarde, ya llegamos -dijo divertido viendo por el retrovisor a una pequeña niña con un dramático desmayo.
-Nooo, y si son vampiros ¿Y me quieren comer? -decía muy dramática, justo cuando el Señor Lee acababa de estacionar el auto frente a la casa- Sabía que Yui tuvo la oportunidad mientras iba en el taxi ¡Era obvio que nada en esa mansión daba buena espina! ¡Juro que ví hasta truenos y relámpagos! -seguía insistiendo dramáticamente al Señor Lee, que trataba de no reír con cada cosa que está niña le decía.
-- Señorita, no hay ningún vampiro en esa casa, eso puedo asegurarlo -afirmó el chofer para tratar de calmar a la pequeña niña que seguía exagerando.
- Bien... Pero si me muerden hasta dejarme sin una gota de sangre, usted cargará con todo la culpa ¡Y le voy a jalar los pies en la noche! _dijo con un puchero
- Bien, bien. Por ahora entre, estoy seguro que ya la esperan -el señor Lee sonrió muy divertido mientras se bajaba y abría la puerta de la pequeña.
Sin embargo, _________ estaba muy segura que la estaban llevando a la boca del lobo, pero en este caso, a la boca de los lobos.
[...]
Por otro lado, en casa de estos siete chicos, se encontraba una figura femenina preparando todo para la llegada de sus invitados, y esperando a sus hijos se dignaran a llegar.
-¡Mamá, ya llegamos! -gritó el mayor de todos ellos, seguido de los demás.
-¡Por fin llegan! Vayan a bañarse y alistarse bien que ya casi llega nuestra invitada -Ordenó, para que acto seguido, todos se fueran a sus respectivas habitaciones a alistarse.
Cada uno de los 7 pensaban diferentes respecto al tema de una nueva hermana, que por cierto no sabían cómo era ni cómo se llamaba, al parecer a Irene se le olvidó de mencionar todo eso.
Iban a conocer a una completa extraña, cuyo nombre, edad como carácter no tenían ni maldita idea.
Grandioso, simplemente grandioso.
Después de 30 minutos todos estaban listos y arreglados. Los siente esperaban con impaciencia en la sala a que su madre se arreglara, pero eso ya sabían que su querida madre tardaba una eternidad para arreglarse.
¿Qué hacía en todas esas horas? Ellos no tenían ni idea.
-¿Cómo creen que sea nuestra nueva "hermana"? -preguntó el menor de todos los hermanos solo para romper el tensó silencio.
Los chicos lo quedaron viendo y el mayor de todos fue el primero en contestar.
-Supongo que debe tener al menos 16 años ¿no? -aportó, para los otros unirse a la plática.
-Solo espero que no sea una mocosa, no quiero ser niñero de ninguna niña malcriada -dijo muy serio cierto pelinegro de piel tan pálida como la nieve.
-YoonGi hyung como niñero y con un delantal, eso es algo que tengo que ver antes de morir -se burló un rubio muy divertido con lo que imaginó.
- Cállate, mocoso -Yoongi gruñó- Estoy seguro que a ti te quedaría mejor el delantal, pero nunca tocaría una sola comida que hicieras.
-¡Yoongi! -la sonrisa de Jimin se desvaneció en un instante, dejando su rostro serio.
-¿Pueden dejar de insultarme ustedes dos?-los fuliminó con la mirada Jin, viendo al par que parecía discutir en cualquier oportunidad.
-Yo espero que tenga un lindo cuerpo -dijo uno de ellos con una rara mirada resaltando sus hoyuelos, ignorando por completo la pelea de Yoongi y Jimin.
- ¡NamJoon! -dijeron al unisonito para empezar a reír.
-Si tiene bonito cuerpo, mejor -dijo uno de sonrisa cuadrada, con caras raras haciendo reír a todos.
Entre bromas, discusiones y silencios tortuosos, bajó su madre. Ella por fin se había arreglado con una ropa casual pero elegante a la vez.
-Jinyoung se retrasará por lo que enviará a su hija primero -anunció, a lo que los demás asintieron e intercambiaron miradas.
-Bien...-dijeron todos, arrastrando la última sílaba.
Pero en eso sonó el timbre de la casa indicando que había llegado. Todos se quedaron en silencio, viéndose unos a otros.
Saliendo de sus momentáneo aturdimiento, todos se reincorporaron en sus lugares y se pararon para acomodarse, preparándose para dar la bienvenida a la invitada.
O tal vez residente permanente.
Mientras Irene regañaba por lo bajo a los chicos para que se acomodaran mejor la ropa, pues era un tanto reveladora.
Irene abrió la puerta para dejar entrar a la invitada, los chicos curiosos se asomaron, pero no vieron mucho.
Irene abrió la puerta completamente para dejar ver a la figura femenina que tanto ansiaban ver.
-Hola...
-Luna🌙
-Esta es mi primera historia, espero les guste💕.
Editado y corregido✓
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