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capitulo 3



Pasado

Entro a la escuela, como siempre llego a tiempo para que empiecen las clases, soy más puntual que mis profesores ya que ellos siempre han llegado prácticamente una hora después.

Me siento en una de las mesas que están detrás nunca me ha gustado sentarme adelante, no se quizás porque todos te miran. Las mesas de mi escuela son para dos personas todos los años me he sentado sola, se podría decir que no soy una chica muy sociable, espero y este año pueda conocer gente buena y amable, seria increíble

Saco mi libreta de la mochila y comienzo a escribir la letra de una canción que se me acaba de ocurrir, me encanta escribir y cantar canciones hechas por mí, ya deberían haberlo notado cuando cantaba con mi hermanita, algún día comprare una guitarra y seré una gran cantante, deberían ver mi trabajo, es bueno.

Luego de la hora a la que llegan los profesores entra un hombre, lleva una camisa de la escuela y un pantalón yeans azul marino, el hombre corpulento pone su maleta sobre el escritorio y se presenta ante los estudiantes ya presentes, que al ahora fijarme están casi todos.

– yo soy le profesor Juan Carlos – procede tomar el marcador y a escribir su nombre en la pizarra – les estaré impartiendo la materia de emprendimiento, quiero reiterarles que no deben pasar la línea que hay entre ustedes los estudiantes y yo su maestro, el respeto mutuo es algo imparcial en mi clase, igual que la responsabilidad y puntualidad, les agradezco a todos los que se han presentado puntuales a mi clase, hoy se me presento un problema con el lisado de ustedes y por esa razón he llegado unos minutos tarde, pero esta es la primera y última vez que pasa. Mi materia es muy divertida, aunque no lo crean, yo les ayudare a saber lo que quieren ser en un futuro, yo diría que es la materia más importante de todas.

– hola clase – interrumpe un chico rubio un tanto alto, el profesor lo mira con unos ojos demandantes, yo no querría estar en su lugar.

– señorito puede ir a sentase, ha interrumpido una charla muy importante.

– ok, disculpe la impuntualidad profe, es que la hora se nos va usted sabe – después que el profesor le diera una mirada de odio ante su insolencia el chico rubio se encamina hacia atrás para sentarse.

¿Qué hace? ¿Por qué se sienta a mi lado? Hay muchos asientos sin nadie y ¿Por qué a mi lado?

– hola – me dice el chico sentándose en la silla que estaba a mi lado.

"diosito cuando dije que quería amigos era broma, aléjalo de mi"

¿Qué debo decir? ¿Qué debería responderle? Ya sé, mejor le digo que se valla a otra parte.

– podrías sentarte en otra parte, no me gusta que nadie se siente a mi lado

¿Qué acabo de decir?

– te molesta mi presencia? – dice sonriendo a un lado y lamiendo su labio.

El chico rubio tiene su encanto, no es de los chicos musculosos ni con la barbilla definida al contrario tiene un toque adorable, es de tez blanca y sus ojos son de color café.

"a quien no le gusta el café"

Sus ojos son como un rio de delicioso café con late en la mañana, ya puedo sentir el sabor de ese delicioso café en mi boca.

"oh virgen de los abdominales ¿Qué hago mirándolo? "

– sí, me molesta – digo y alejo mis útiles del lado en el que él se sentó, los puse hay porque tengo muchas cosas y solo un lado no me da para todo, acostumbro a hacer eso ¡porque nadie nunca se sienta a mi lado!

– pues el asiento no lo compraste tú, me quedo aquí

– hay muchos lugares, no te puedes poner en otro?

– porque lo haría? Me gusta aquí

Fueron las últimas palabras que dijimos, el seguía mirándome sin intentar ocultarlo y yo fingía escuchar el discurso del nuevo profesor, pero en realidad, pensaba en como deshacerme de él.

Cuando me di cuenta el timbre del recreo ya había sonado, pero estaba tan perdida en que el chico dejase de mirarme que no me di cuenta, me pare del asiento recojo mi libreta y guarde las cosas que había sacado, él se quedó sentado sin parar de seguirme con la mirada a cada parte que iba hasta que me digne a pedirle que ya no lo hiciera mas

– puedes dejar de mirarme por favor

– acaso eres figura privada – yo solo refunfuñe ante su comentario y salí de ahí, no tengo mucha experiencia en hablar con personas de mí misma edad, mi único amigo en esta escuela es Byron, es amigo de mi mama, es como mi primo por así decirlo, aunque él diga que siente cosas por mi yo nunca podría verlo de otra manera, él nos ha sacado a mí y mi hermana de muchos problemas y se lo agradezco mucho pero además de agradecimiento no siento nada por él.

.....

– hola, Zoé ¿Por qué tan sola hay sentada? – me pregunta Byron al verme escribiendo en mi libreta

– hoy no quería almorzar con ustedes, quería más tranquilidad – lo que dije era cierto, almorzar con Byron y sus amigos era soportar charlas de hombres y de la banda de él y quería alejarme lo más posible de eso.

– ven Zoé, estamos aburridos sin ti – dice jalándome del brazo, pero no sedo y me quedo sentada

– deberás hoy no tengo ánimos

– bueno, cambiando de tema, escuche por ahí que hoy es el primer día de clases de Meredith ¿pudo ir? – no sé cómo se enteró, pero ya me imagino que los integrantes de su banda debieron averiguarlo

– sí, ¡hoy fue su primer día! – dije chillando emocionada – la debiste ver, estaba tan emocionada mi peque

– por lo que veo tu estas más emocionada que ella

– puede ser, pero ya quiero que me cuente todo lo que paso cuando valla a buscarla

– bueno tengo que irme, los muchachos me esperan yo asentí y seguí escribiendo la letra de la canción que me tiene merodeando la cabeza desde esta mañana, trata sobre el primer día de escuela, un momento que debería estar en la memoria de todas las personas de este mundo.

Luego de unos largos minutos mirando los árboles y las mariposas que vuelan sobre ellos veo a lo lejos acercarse a mí a el chico rubio de mi clase.

– hola! – dice sentándose a mi lado una vez mas

– que... pasa? – digo desconcertada ante su ya repetido acto

– como ya sabes, ¡hurra! ¡soy el nuevo! – dice no muy emocionado alzando las manos hacia arriba en forma de celebración – y quería que me dieras un recorrido por la escuela para conocerla, ya sabes.

Me pareció muy raro que el chico nuevo me eligiera exactamente a mi para ese recorrido, no pensaba que debería decirle ¿Qué sí? Es la oportunidad más cercana para tener al menos un amigo, un nuevo comenzar en la amistad, se veía un buen chico.

– claro, con mucho gusto, ¿por dónde quieres comenzar?

– que sorpresa! Creí que dirías que no, como me trataste hace rato imaginé la misma actitud

– podría ser porque ver los árboles me hace meditar mejor, y si no creíste que te diría que sí, ¿entonces porque me preguntaste?

– vale la pena intentar ¿no?

Caminamos al jardín de la escuela me pareció buena idea mostrarle principalmente este lugar, quizás porque los demás lugares están llenos de personas caminando.

– que escribes en la libreta? – pregunta al ver que me siento frente a un árbol a escribir

– una canción – digo suspirando sin importancia

– enserio, a mí me encanta la música, hasta toco la guitarra

– deberás tocas la guitarra, siempre quise aprender

– puedo enseñarte si quieres

– me encantaría! – dije más como un chillido que con una afirmación.

– pues me comprometo a ayudarte por cierto ya que seré tu maestro de guitarra ¿me dirías tu nombre?

– me llamo Zoeybird, pero todos me llama Zoé ¿y tú te llamas...?

– frente a ti tu nuevo maestro de guitarra Jack

– mucho gusto maestro Jack

– mucho gusto alumna Zoeybird

.....

Luego de la hora del almuerzo ya le había mostrado la mitad de la escuela a Jack, nos la pasamos riendo y hablando de cosas como de lo ridículo que era el nuevo profesor que no para de hablar y de su antigua escuela, resulta que lo echaron por creerse el payaso de la escuela, la historia fue muy chistosa si a mí me echaran de la escuela mi madre me mataría, más por tener que estar en casa que por no estudiar, pero no pasa nada.

Luego de terminadas todas las clases me dirigí al momento más emocionante del día, iba a buscar a mi peque a su escuela. Haría que me contara cada estupefacto momento.

– Zoé! – grita y corre a mi la pequeña al salir por la puerta de su escuela – viniste! – vuelve a gritar emocionada

– cómo no iba a venir a buscarte he, eres mi prioridad mi peque – dije y le di un beso su la frente para agarrar su mano y salir de ahí – ahora cuéntame ¿Cómo te fue? ¿hiciste amigos? ¿Cómo son tus profesores? ¿las clases son difíciles? ¿me extrañaste?

– Son muchas preguntas Zoé, y si te extrañe mucho, es raro estar en un lugar sin ti.

– ya te acostumbraras, pero piensa que siempre estoy contigo, pase lo que pase siempre estaré contigo, aquí – eso ultimo lo dije tocando su pecho señalándole el corazón

....

Llegamos a la casa y fuimos al cuarto para que me contara cada pequeño detalle de su día, al parecer ya hiso varias amigas y su profesora es buena onda, por lo que me cuenta he deducido que le ira muy bien este año.

– Zoé ¿tu primer día como fue?

La pregunta hizo remover varios recuerdos en mí, mi primer día en imagen de socializar no fue tan bueno llegue a dar una muy mala primera impresión de mí, cuando alguien me hablaba comenzaba a gaguear y a decir cosas sin sentido, todo por el nerviosismo del primer día, en todo caso no hablaba con nadie me la pasaba todo el tiempo con la amiga de mi mama y su hijo, que pues si, ese era Byron.

– mi primer día fue... difícil – dije luego de haberme quedado en silencio unos segundos

– ¿Por qué?

- por que preguntas tanto peque – le hago cosquillas y ella se ríe rogándome que pare

– ya Zoé, ya, prometo no preguntar más – dice riendo

– ya preguntaste así que no voy a parar, ahora soy el monstruo de cosquillas

– el monstruo de cosquillas noooo, ayuda – la peque sale corriendo por la puerta riendo y yo la persigo

– Ma-ma

Al salir del cuarto me sorprendo cuando veo a mi mama agarrando fuertemente del brazo a mi peque ¿Qué hace aquí? Su hora de trabajo aun no acaba

– quien uso la comida que estaba en la nevera! – grita alterada y antes de darle la respuesta jalo a mí a Meri

– ve al cuarto y no salgas, pase lo que pase ¿ok? – le susurro y ella asiente y va corriendo con sus pequeños piececillos

Meredith

Cumplí con la orden dada por mi hermana mayor, ella siempre hace lo mismo, cada que mama se pone así me manda a encerrarme al cuarto, ella piensa que no se lo que pasa, pero sí, yo lo se.

Creí que mama si le había dado permiso para prepararme ese rico desayuno, pero no fue así, por mi culpa ahora mama la golpeara, no quiero eso... si solo yo no existiera.

Escuchaba los gritos de mi hermana provenientes de la cocina, igual escuchaba los de mi mama que le decían que todo lo que estaba hay le pertenece a ella y a nadie más.

Me acosté en la cama a cerrar mis oídos con la almohada y a gritar, no quería que a mi hermana le pasase nada, pero que podía hacer, solo soy una niña de 5 años, lo que quería era salir a la sala y decirle que es mi culpa, que la comida fue preparada para mí, que me golpeara a mi y no a ella.

¡porque ella tenia que venir exactamente cuándo nos divertíamos!

¡por que tenia que venir y no quedarse en donde quiera que estuviera!

¡la odio! ¡la odio! ¡la odio! ¡la odio!

Mis lagrimas seguían cayendo, quería detenerlas, pero no podía, ellas tenia control propio que aparecían cada vez que algo me asustase.

Odio que mis ojos ardan tanto, quizás es por estrujarlos o por el aguantar mas de lo que puedo las lágrimas.

– Meredith! Ya no llores, ves estoy bien – Zoé entra a cuarto y se abalanza a abrazarme y a secar mis lagrimas incesantes

– me mentiste!

que?

– ¿por qué me mentiste?

– lo siento peque, lo hice porque o si no, no me dejarías

– no lo hagas de nuevo Zoé, no quiero que nada te pase por mi culpa

Me abalance de nuevo a ella para volver a llorar en sus hombros, ella siempre estaba para mí, cada vez que estaba triste, no podría pedir mejor hermana, ella sabia como consolarme, al final terminamos acostadas en la cama durmiendo abrazadas, no podía pedir mejor cosa que siempre estar con ella.

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