Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Guerra en la familia

No se olviden de comentar

Confusión, sonido difuso de la gente aplaudiendo y la maldita migraña que aparecía de nuevo.

No me creía lo que pasaba. ¿Mi mano en matrimonio? Qué diablos había pasado entre Steve y mi padre.

Tuve que irme de ahí. Esquivé a todos, caminé directo hacia la casa y me encerré en mi cuarto. Necesitaba aclarar mis ideas y hablar con Steve.

Me senté sobre mi cama e inhalé profundo. Justo en ese momento la puerta se abrió, era Steve. Me levanté a increparlo de inmediato.

—Maya, fue un mal entendido —se apresuró a decir, notando mis intenciones de lanzarle un montón de improperios.

—¿Un mal entendido? ¡Cómo puede ser un mal entendido! Quedamos en hablar con mi padre los dos, mañana.

—Lo sé, pero...—Se sentó al borde de mi cama y me pidió que me sentara junto a él.—Pensé que era mejor hablar con él antes. Que no sintiera que lo había traicionado ocultándole esto. Ya sabes, hablar de hombre a hombre y tener su permiso. Y no sé cómo una cosa llevó a la otra y él lo terminó interpretando como una pedida de mano.

—¿Y por qué no lo corregiste? ese era el momento, ahora tengo cerca de doscientos invitados celebrando que nos vamos a casar.

—No lo hice porque... —Calló un momento, como tomando valor para continuar—. Porque no vi para qué. Es decir, tú y yo nos queremos, si estamos juntos es porque esto iba a pasar en algún momento ¿no es así? Al menos yo no estoy contigo porque piense terminarte en un futuro. ¿O tú estás conmigo como algo temporal?

"Maldita sea" era lo único que podía pensar. Allá la gente se tomaba las relaciones muy en serio y tal vez no lo había considerado. ¿Steve me quería a ese nivel? Yo no estaba segura, pero al iniciar algo con él, le había hecho creer que sí.

—No, pero. No sé, ¿casarnos ahora? Es una locura. Quiero acabar la universidad al menos antes de pensar en ese tipo de compromiso.

—Entonces esperemos. ¿Qué dices? Dejamos nuestro compromiso como algo abierto, hasta que tú te sientas lista, yo voy a esperarte—. Me acarició el rostro y por un momento sentí que me derretía. ¿Por qué me hacía sentir así? No quería terminar con él, ni casarme en un futuro próximo, mas lo que decía no era irracional.

—Está bien. —Accedí—. Solo no quiero que me presiones.

—Maya, te amo tanto que esperaré veinte años si es necesario. Pero espero que no sea necesario.

Cerramos nuestra conversación con un beso. Me dejó sola, le mandé un mensaje a mi hermano y quedamos en vernos en el patio trasero, como habíamos acordado, para rescatar lo que me quedaba de fiesta.

—¿Desde qué momento tú y Steve...?—mi hermano quiso saber cuando nos encontramos.

—No quiero hablar de eso ahora, te explico después.

El borde del jardín daba hacia el mar. No había dudas de que mi casa era preciosa. Mientras que en Scielo1 el mar estaba rodeado por una muralla para que nadie, aparte de quienes vivían en los rascacielos del área cuatro lo vieran, ahí el agua marina llegaba hacia mí. Lo apreciaba siempre, sobre todo cuando ya anochecía y se podía ver el sol como una enorme pelota naranja ir hundiéndose en el horizonte. En ese momento ni eso me alegraba. Nos reunimos con el resto. Aaron estaba ahí, noté que evitó mirarme. Erick, Lucy, Cristina y un par de amigos de Tiago que no me caían tan mal, igual, e incluso apareció Grecia y eso si me alegró. No se había ido después de todo, aunque ella y mi hermano no se dirigían la palabra.

—Maya, no lo puedo creer, ¿de vedad te vas a casar? —Lucy comenzó y la detuve en seco.

—Por favor, no menciones lo de mi compromiso ¿sí? Steve y yo decidimos que dejaremos el tema abierto hasta dentro de unos años... muchos años. Ahora solo quiero beber lo suficiente para sentir que es una fiesta y lo justo para no tener problemas con mis padres.

—Como toda niña buena. —Aaron dijo con un deje de sarcasmo y le devolví una sonrisa hipócrita.

Fue un poco incómodo. No disfruté de mi celebración extra tanto como esperaba. Al final, ninguna de mis dos fiestas de cumpleaños había resultado como quería, ni siquiera había indicios de que me hubieran comprado un auto. Así que no insistí cuando todos comenzaron a irse. Aún me quedaba una larga noche enfrentando a mi familia. Todavía no había visto a Daria y estaba segura que ella y mi madre se encargarían de arruinarme el cumpleaños aún más.

Ya era de noche cuando los invitados se fueron y solo quedaban los del cáterin recogiendo las mesas. Gema me avisó que mis padres querían verme en la oficina. No había hablado con ellos sobre el compromiso de momento y no sabía qué esperar. Mi padre estaba muy emocionado, mas mi madre seguro estaba furiosa porque ella quería a Steve con Daria.

Caminé muy lento, pretendiendo dilatar mi destino y no fue una buena idea, porque eso les dio tiempo a mis hermanas para emboscarme antes de subir las escaleras al segundo piso.

—¿Cómo que estás comprometida con Steve? —Marina fue la primera en increparme.

—No es como lo piensan. No sabía nada del compromiso, fue algo que él habló con papá.

—Pero algo tenías con él. No va a pedir que se casen de la nada —dijo Coral.

Tomé aire y decidí contarles todo.

—Sí, Steve y yo somos novios, supongo, desde hace más de cuatro meses. Solo fue algo que pasó, nos conectamos y...—Fui callada por una cachetada. La mayor de mis hermanas fue quien me la dio—. ¡Qué te pasa! —le grité. Solo me estaba sincerando y las tres parecían más furiosas que antes.

—¡¿Qué te pasa a ti?! Sabías que Steve le gustaba a Daria y se lo quitaste, eso no hacen las hermanas.

—¡¿Se lo quité?! Yo no quité a nadie, es una persona, no un juguete. Que no te quiera no es mi culpa, tú te creaste ilusiones en base a nada—. Miré en dirección a la supuesta afectada, que hasta el momento permanecía callada.

—Tú no me vuelvas a hablar. Tú eres una víbora traicionera —dijo con tanta rabia que las palabras apenas salían por entre sus dientes apretados.

—¿Por qué son así conmigo? Siempre quise llevarme bien con ustedes, porque son mis hermanas, pero me tratan como si no fuera de la familia. Tal vez por eso no les dije nada de principio.

—Porque no te comportas como nuestra hermana. Y acabas de demostrarlo. —Coral rodeó a su gemela con un brazo y se fueron. Marina todavía seguía mirándome, con la misma cara de nuestra madre cuando me regañaba por algo.

—Que decepcionada estoy de ti. Espero que seas muy feliz con Steve, recordando que él valió más que tu hermana. —Me dio la espalda y tuve que permanecer un momento apoyada en el barandal. Su cachetada no había sido fuerte, mas la horrible sensación seguía.

¿Yo había hecho algo mal? No lo entendía. Lo peor era que no acababa. Me tocaba el segundo round con mis padres.

Toqué con timidez. Me pidieron pasar, papá estaba detrás de su escritorio y mamá en la silla delante. Se levantó a recibirme y cerré los ojos esperando la segunda cachetada; sin embargo, me abrazó con entusiasmo.

—¡No puedo creerlo! comprometida ya. La segunda de mis niñas que se casa

—Espera, ¿estás de acuerdo? —pregunté intentando escupir su cabello que se me había ido a toda la cara y no hablarle de frente para que no me sintiera el aliento a alcohol.

—Por supuesto cariño. Lo que no puedo creer es que ustedes dos no me dijeran nada. —Me soltó y pasó la mirada de mi papá a mí.

—Creí que querías que Daria se casara con Steve.

—Sí, porque creí que era la que tenía más oportunidad, nunca lo pensé de ti. Fue una sorpresa. Steve es un chico maravilloso, estudioso y su madre es fiel miembro del Círculo.

—Aunque ya me habías adelantado algo el otro día, sin duda me sorprendió —dijo papá.

—¡Haremos una boda hermosa! Puede ser justo después de tu graduación, en agosto. ¿O qué tal en septiembre? —Jamás había visto a mi madre tan contenta.

—Mamá, espera. Steve y yo lo hablamos y, vamos a casarnos seguramente, pero no ahora. —Ahí estaba, el rostro de decepción de nuevo—. No puedo ni cuidar de mi misma, menos podré cuidar de un matrimonio. Además eso será complicado con la universidad. Si Steve y yo nos casamos será cuando haya terminado la carrera.

—Eso es demasiado, Maya. En ese tiempo pueden pasar mil cosas y alguno perderá el interés. —Mi madre trató de convencerme.

—Exactamente. Si de verdad nuestra relación está destinada a suceder, esperaremos lo que sea necesario.

—Bueno, en algo tienes razón, sin embargo, piénsalo. No digo que se casen este año, pero mantén la opción abierta a hacerlo antes de acabar tus estudios. Tu madre y yo nos casamos cuando yo estaba en la universidad y ves que todo salió bien, criamos a tus hermanas incluso.

—No es lo mismo papá y lo sabes. Solo, acepten mi decisión, por favor.

Ambos se comunicaron con la mirada, de esa forma en la que solo las parejas que llevan más de veinte años de casados pueden hacer. Pese a los problemas que a veces teníamos, no podía negar que mis padres eran una buena pareja y tenían un lindo matrimonio.

Los abracé a ambos y me retiré a dormir, era temprano, mas estaba exhausta y necesitaba energías mentales para lo que me tocaba enfrentar en Scielo1.

Al salir de la oficina noté que en el pasillo hacia las habitaciones había un escándalo. Mis tres hermanas, de nuevo juntas, discutían contra Tiago. Él se notaba muy alterado.

—¿Por qué siempre te pones de su lado? —Le reclamó Coral.

—¿Por qué ustedes están siempre en su contra? Yo te lo advertí, Steve no quería nada contigo, quiere a Maya, ¡deja de ser una envidiosa! —gritó de vuelta.

—¡Tú ya lo sabías! Y no dijiste nada.

—No tengo por qué contar sus cosas.

Tuve que intervenir, los gritos ya habían llamado la atención de mis padres.

—¡Dejen de pelear! Tiago, vámonos. —Lo jalé.

—¡¿Qué está pasando aquí?! —mi madre llegó y mi padre tras de ella.

—Nada, no pasa nada —le respondí, y esperé que mis hermanas me respaldaran en eso. Coral y Daria se fueron a meter a sus habitaciones. Marina se quedó a hablar con ellos.

—Es un tema de hermanos. —Mi hermana mayor me miró con desprecio, ni ella se animaba a quejarse con mis padres, sabía que estarían de mi lado, no por favoritismo, sino porque tenía la razón—. Ya debo irme —se despidió de mis padres.

Nos dispersamos, cada quien a su habitación. Mi familia estaba literalmente dividida. Mis padres y Tiago de mi lado y mis tres hermanas en mi contra. Mi vida en Almarzanera solía ser la tranquila, y sin querer, todo se complicaba.

Tiago vino a verme a escondidas. Seguro quería explicaciones.

—¿Ahora sí puedo saber qué pasó?

—Pasó que a Steve se le ocurrió la brillante idea de pedirle permiso a papá para estar conmigo y él lo interpretó de otra manera. Al final quedamos en que es posible que nos casemos cuando acabe la carrera, estaremos comprometidos, por muchos años.

—Qué horror. ¿En todo ese tiempo no verás a nadie, no saldrás con nadie, no besarás a nadie que no sea Steve? —puso una cara de asco.

—Sí, por increíble que te parezca. Igual, gracias por defenderme de Marina, Coral y Daria.

—Maya, si llego un día y te digo que tengo un cadáver en el maletero del auto, ¿qué haces?

—Busco una pala.

—Exacto, tú y yo siempre estaremos en el mismo equipo, debemos hacer un frente unido contra las rubias.

Le volví a agradecer, cuando se fue, irónicamente tuve que tomar fuerzas para dormirme. Si ese día había sido malo, el que seguía iba a ser peor.

****

Las cosas se pueden poner peor??? claro que si!!!


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro