-¡No quiero! ¡por favor, no me dejen solito! -Lucas se aferraba con ambas manos a las piernas de su papá Lou.

-Amor, no te estamos dejando solito -el alfa batalló un poco pero logró separarse lo suficiente como para ponerse de cuclillas frente al menor- te quedarás en casa de la abuela por un par de días, ni siquiera notarás nuestra ausencia de tantas galleta que hornearan y comerán juntos.

-Yo quiero irme a casa con ustedes... -sollozó entrecortado mientras pasaba la manga de su sweater por debajo de su nariz.

-Lo sabemos, lobito -está vez fue el turno de Harry de tomar la palabra una vez había igualado la posición de su compañero- y nosotros tampoco queremos separarnos de ti. Sin embargo, necesitamos que la abuela te cuide estos días que nosotros no podremos.

-¿Por qué no? -inquirió un poco más adormilado por los aromas de los alfas danzando a su alrededor.

-Ven -Louis se sentó en el suelo y lo atrajo a su regazo- tanto alfas como omegas pasamos por un proceso natural al que llamamos celo -empezó a explicar tranquilamente- en esos días nuestros instintos de lobos están más activos que nunca, incluso podemos lastimar a alguien más o a nosotros mismo si no tenemos quien nos cuide. Yo cuido a papi y papi me cuida a mi, y necesitamos que alguien te cuide a ti, mi amor.

-Ustedes nunca me lastimarían...

-Por supuesto que no, lobito, pero como te dije, en esos días nuestros sentidos se nublan un poco y no estamos consientes de lo que hacemos en su totalidad.

-¿Duele? -murmuró genuinamente preocupado. Nunca nadie le había hablado de ese... celo, y el que sus padres lo hicieran dejaba su cabecita un poco más tranquila. Le gustaba que le explicaran las cosas con amor y paciencia.

-A alguna personas más que a otras... puede doler tu barriguita, tu cabeza o el cuerpo en general. Es normal y esos síntomas disminuyen cuando alguien más cuida de ti o con medicamentos.

-No quiero que les duela -puchereó.

-Tranquilo, bebé, haré lo posible para que papi Hazzy no sufra durante su celo.

-¿Yo tengo eso?

Louis quiso reírse por la mueca de incomodidad que se plantó en las facciones aniñadas, sin embargo, se contuvo de hacer cualquier gesto que lo incomodara. Era el momento de despejar todas las dudas que su hijo tuviera, y quién mejor que ellos para explicarle todos los procesos naturales a los que debería enfrentarse en algún momento de su vida.

-Por ahora no. Tal vez tu celo se presente en un par de años más, pero no hay prisas.

-Está bien -Lucas besó su mejilla y posteriormente la de Harry, quien para ese momento ya se había recostado sobre el hombro de su alfa al sentir los primeros síntomas molestando en su sistema- me quedaré con la abuelita para que puedas cuidar de papi.

-Eso es, eres un muy buen cachorro -felicitó obteniendo a cambio un sonoro ronroneo- regresaremos por ti en tres días, sabes que puedes pedirle y confiar en la abuela para cualquier cosa, ella te ama tanto como nosotros.

Lucas simplemente asintió antes de llenarse del aroma de ambos alfas. Arrugó su naricita cuando lo picante de la esencia de Harry se coló en el proceso, aunque se abstuvo de hacer comentario alguno.

-Los amo -murmuró.

-Y nosotros a ti, mucho.

Ambos alfas se despidieron de su bebé y de la madre del mayor. Para ese punto, Harry ya estaba perdido en los primeros atisbos de celo. Murmuraba incoherencias, su temperatura había subido y el aroma junto con las feromonas alborotadas se sentía casi asfixiante dentro del reducido espacio. Louis condujo lo más prudente que pudo, reprimiendo los gruñidos que buscaban escapar por sus labios entreabiertos al sentir la traviesa mano del menor pasearse por la parte delantera de sus jeans.

-Alfa... -gimió el rizado entrecortado.

-Lo sé, amor, sé que duele -tomó su mano y la apretó con firmeza- ya casi llegamos.

-¡Alfa, me duele!

-Hazzy, concéntrate en mi voz y en mi aroma, ¿puedes hacer eso por tu alfa? -lo vio asentir rápidamente y sonrió sin siquiera contenerse. Su Harry se volvía tan sumiso cuando pasaba por su etapa de calor- eso es, pero que buen alfita tengo...

-Buen alfita -ronroneó.

-Sí, mi amor, lo eres -estacionó dentro del garaje entre medio de suspiros. Sabía de sobra lo que se avecinaba- ven, alfita, vamos dentro.

Lo tomó entre sus brazos, haciendo que rodeara sus caderas con fuerza. Apenas pudo insertar la llave dentro de la cerradura, demasiado desconcentrado por los besitos, succiones y mordidas que se estrellaban contra la dermis de su cuello y mandíbula.

-No me muerdas, Hazzy -gruñó contenido frente a un duro apretón producido por los colmillos contrario.

Al alfa menor pareció importarle realmente poco porque siguió con su tarea sin prestar atención a los gruñidos y quejidos de su pareja, es más, pareció tomarlo como un incentivo.

⚠️

Lo recostó en la cama con la mayor delicadeza que pudo reunir. No servía de nada para su concentración las ráfagas de sentimientos y dolencias que llegaban a su desesperado lobo por parte del lazo que compartían.

En un abrir y cerrar de ojos las prendas en ambos cuerpos desaparecieron. Su nariz se enterró entre los rizos sedosos y el ácido del limón lo hizo prácticamente rugir. Sentía las manos de Harry por su espalda, hombres e incluso trasero junto con la sinfonía de lamentos penetrando el resto de sus sentidos.

Él no se quedó atrás, besando y marcando donde podía. Las curvas de su alfita eran hermosas y aunque quisiera no podría encontrarle un solo defecto.

-Vamos, alfa, ayúdame -rogó con los ojos empañados de deseo.

-Sí, mi amor, haré que deje de doler.

Bajó y bajó hasta que su nariz dio con esa fina capa de vello. El aroma allí se concentraba con fuerza, incentivando a su lobo a hundirse lo más pronto posible. Lamió y mordió como venía haciendo hasta el momento sonriendo en el proceso frente a los gemidos y jadeos arrebatados.

Sintió como su cabello era tirado y pudo apreciar apenas el nudo contrario comenzando a formarse.

-¿Tan pronto? -se mofó del otro alfa.

-Vamos, Lou...

-¿Qué quieres... -pero su pregunta quedó a medio formular cuando una fuerza, que no sabía de donde había salido, los volteó. Ahora mismo tenía a su alfita sentado a horcajadas, moviéndose y gruñendo potente.

-No te muevas -y oh... Harry nunca había utilizado su voz de mando con él.

Contario a lo que hubiese esperado, su lobo no se desesperó ni quiso tomar el control, simplemente se quedó quieto expectante de lo que pasaría a continuación.

Siseó cuando las enormes manos de su compañero lo tomaron con fuerza y ni siquiera pudo sorprenderse cuando saliva cayó de entre los pecaminosos labios y dio a parar en su miembro. Sin aviso, Harry se penetró a si mismo.

-¡Mierda! -jadearon al mismo tiempo.

-Alfa... -murmuró Harry completamente perdido en su propio placer y con su mente por fin escapando de la nebulosa en la que el celo lo sumía.

Empezaron un vaivén de caderas sincronizadas que al tiempo mutó en algo desordenado y sin mucho sentido. El rizado arañaba el pecho contrario, dejando marcas rojas y largas a lo largo del mismo. Louis solo apretaba sus caderas y permitía que fuera el propio alfa el que se liberara del malestar de su celo.

Un par de estocadas después, el nudo del rizado explotó haciendo que cayera sobre el pecho contrario, a lo que Louis los giró para tener un nuevo ángulo. Antes de que su propio nudo creciera, dejó a su lobo tomar apenas el control y hundió sus colmillos en la marca que compartían y ese fue el fin para ambos. Harry volvió a venirse y el nudo estalló.

⚠️

-Hola, mi amor -sonrió cuando el bonito verde que tanto amaba se dejó apreciar en los ojitos contrarios- ¿estás bien? lamento si fui muy brusco...

-Mmm... estoy bien, alfa -carraspeó un par de veces para que lo ronco en su voz disminuyera mientras se abrazaba al calor contrario- aún me duele mi pancita.

-Lo sé, alfita, tomaremos un baño caliente y esperaremos a la próxima ola de calor, ¿qué dices?

Harry solo asintió, dejándose envolver por el aroma contrario y disfrutando a pleno los pocos minutos de lucidez que su lobo le permitía tener entre ola y ola.

Su mente solo pudo pensar en los ojitos llorosos de su cachorro cuando tuvieron que dejarlo en casa de su suegra. No recordaba con exactitud los últimos minutos de conversación, pero estaba seguro de que su alfa había sabido controlar la situación.

-Oh oh -murmuró.

-¿Qué sucede?

-Creo que no vamos a llegar a tomar ese baño caliente.

-¿Otra vez?

Y su respuesta fue un gruñido certero desde lo más profundo de su pecho.

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Su celo duró un total de tres días en los que solo tuvo tiempo de comer un par de bocadillos que su alfa preparaba para él, bañarse en mínimas ocasiones y follar como animales tanto como su lobo demandara. En sus momentos de lucidez, Louis hablaba por teléfono con su cachorro y su madre y respondía atentamente las preguntas del menor, asegurándole que su papi Harry estaba bien y descansando.

-¡Papis! -Lucas soltó la mano de su abuela y corrió despavorido a los brazos de los alfas.

-Mi cachorrito... -Harry lo elevó del suelo para luego abrazarlo como si su vida dependiera de ello.

-Gracias por cuidarlo estos días, mamá -Louis se despidió de la omega a lo que ella le aseguró que había sido todo un placer pasar tiempo de calidad con su nieto y que podían contar con ella las veces que fueran necesarias.

Esa misma noche prepararon la primera cena adecuada que los alfas consumían en los últimos días, se apachurraron en el sofá con una película de superhéroes reproduciéndose en la pantalla y muchos abrazos y mimos que no habían podido ser dados antes.

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okey... hace mucho no escribía una escena de smut así que espero que haya quedado bien.

estoy teniendo días ocupados y se vienen las mesas de exámenes finales de acá a casi fines de diciembre así que iré actualizando en mis momentos libres. Porfis mándenme toda la buena vibra así tengo mucho tiempo en el verano para escribir nuevas historias.

lxs tqmmm

nos leemos pronto ❤️

A.